Ya casi amanecía en la Segunda División y poco a poco todos y todas fueron despertándose para correr a sus puestos. Por un lado, se encontraban Kiba y Neji que habían pasado una noche movidita la cual les había creado algunas dudas. El primero en despertar fue Neji, sin duda había pasado una noche inquieta y había descansado realmente poco, pero debido a su característica responsabilidad se puso en pie al colarse por la ventana los primeros rayos de sol. Para ello tuvo que mover la mano que aún tenía su compañero posada alrededor suya. Le costaba creer que realmente hubiesen dormido abrazados.
- // Sólo fue por supervivencia // - Se justificó mientras cogía la ropa y se dirigía a las duchas.
Lo que no sabía es que Kiba se había despertado también y le había observado mientras se marchaba. Este se encontraba confuso y expectante. Mientras seguía en la cama, recordó la noche que había pasado y admitió que realmente le gustó lo sucedido. A pesar de que nunca había hecho nada parecido y ni si quiera tuviese interés en los hombres, los labios de Neji se habían quedado tatuados en los suyos. Sentía como algo había cambiado dentro suyo y le invitaba a ir más allá. Pronto Neji volvió ya aseado a la caseta y al abrir la puerta actuó como si nada.
- Nos vamos a una reunión, vístete. – Ordenó Neji casi sin mirar a su compañero.
- Vale, pero, oye. – Dijo según se ponía en pie y se acercaba a su compañero.
- ¿Qué? – Preguntó mientras se giraba.
- ¿Te pasa algo conmigo? – Preguntó Kiba muy cerca de su compañero. Esto alertó a Neji y le puso un tanto nervioso.
- ¿A mí? ¿Contigo? ¿Por qué debería? – Ignoró mientras se alejaba de nuevo.
- ¿Hm? ¿Vas a hacer como si nada?
- ¿Respecto a qué? No entiendo tanta pregunta. Haz el favor de vestirte, nos están esperando. – Dijo antes de salir por la puerta y cerrarla tras él. Se mantuvo unos minutos inmóvil, asimilándolo. Desde luego la situación se había vuelto un tanto incómoda y lo mejor sería ignorar lo ocurrido. – Espero que no se vuelva a repetir – Mencionó en voz alta con un tono nervioso.
- Pues no lo entiendo – Alegó Kiba quién se había vuelto a quedar solo en la habitación. – De ningún modo esto va a quedar aquí – Dijo mientras miraba hacia la puerta por la que hacía unos minutos había salido su compañero.
Kiba y Neji habían estado un buen rato reunidos con los superiores responsables de la gestión de la división. Se entretuvieron discutiendo nuevas estrategias pues había aumentado el número de bajas los últimos días. Mientras se daba un intenso debate, llegó una nueva misión para el equipo de Neji y Kiba. Esta consistía en realizar una inspección en una zona concreta del bosque donde presuntamente se encontraba el enemigo. Transcurridas 48 horas deberían regresar y elaborar un informe de lo encontrado. Esta orden no fue acogida con demasiado agrado pues estos consideraban que la defensa de la división bajaría con su marcha. Además, las cosas continuaban tensas entre ellos. No obstante, acabaron aceptando su misión y regresaron a su tienda para reunir todo lo que necesitarían. Un ambiente silencioso inundaba la tienda donde únicamente se oían las cosas que metían dentro de sus mochilas. Neji cogía los utensilios necesarios para el refugio mientras que Kiba se encargaba de la comida. Alzó la vista y vio aquella bolsa que había traído Neji la noche anterior y decidió cogerla también.
- Vamos Akamaru. - Dijo Kiba al ver aparecer a su peludo amigo por la puerta abierta. - Entonces, ¿ya se te pasó el frío? – Preguntó divertidamente mirando de reojo a Neji quien estaba con una camisa corta y rebuscaba en su armario en busca de algún abrigo.
- No. - Dijo mientras sacaba un suéter negro. Se quitó su camisa y justo cuando iba a ponerse la nueva prenda Kiba lo sujetó por el brazo y lo giró para mirarlo.
- ¿Cuándo vas a admitir que estás molesto?
- Estoy molesto.
- Anda, ¿tan difícil era?
- Es que no entiendo qué mosca te picó. Juega con quien te de la gana, pero a mí me respetas. No quiero volver a vivir algo así nunca más, ¿me has entendido?
- ¿En serio?
- Claro que hablo en serio.
- Es decir, que no te gustó nada.
- Obviamente.
- Já, ya. – Se burló Kiba mientras soltaba finalmente a su compañero y se sentaba en la cama.
- ¿Qué?
- Lo siento si me excedí un poco, pero no me vas a negar que en el fondo te gustó.
- Estas enfermo – Alegó mientras se ponía finalmente el suéter.
- Tú di lo que quieras, pero se cuando me rechazan y tú no lo hiciste.
- Pero ¿tú te estás oyend-? – Replicó un exaltado Neji antes de ser interrumpido.
- ¡Chicos! ¿Ya estáis listos? - Dijo Sakura entrando de golpe en la tienda, donde se encontró con una palpable tensión. – Sí… Todos estamos nerviosos con la situación, pero ¡debemos seguir adelante! – Animó esta suponiendo que la razón era que ambos tendrían los ánimos bajos.
- Muchas gracias, Sakura – Agradeció Kiba quién hizo como si nada.
- No hay de qué jaja. Bueno, les he traído esto - Sakura sacó de su bolsillo una lista con muchos nombres e imágenes y se la entregó a Kiba. - Son las plantas que probablemente os encontrareis en la zona a la que os dirigís. Aquí aparecen aquellas que son comestibles, medicinales y tóxicas. Por lo que pudiese pasar.
- ¡Nos vendrá genial! - Dijo Kiba mientras cogía una mochila y se la ponía en su espalda. Neji, quién no había dicho palabra, se acababa de colocar su capa y acto seguido salieron los cuatro de la tienda. Kiba, Neji y Akamaru se encontraban dispuestos a adentrarse en aquel bosque cuando una voz les detuvo.
- ¡Hey! Se me olvidó comentaros que el señor Gaara irá a reunirse con ustedes en el punto asignado. Después, seguiréis la misión junto a él y estaréis bajo sus órdenes. Él ya se encuentra en marcha por lo que deberíais encontrároslo según lleguéis- Dijo un ninja de rango Superior a los dos compañeros. Tras esto, se pusieron en dirección al lugar que les indicaba la misión. Pasaron horas saltando a gran velocidad de árbol en árbol, pareciera que realmente tratasen de alejarse de algo. Pasadas unas cuantas horas y al haber avanzado bastante decidieron parar a comer algo. Kiba sacó aquellas bolas de arroz ya secas y aquellos tés ya fríos y comenzó el festín.
En la Cuarta División Ninja, Gaara ya había salido al encuentro de sus compañeros ninjas a pesar de que la idea de abandonar la división tampoco le simpatizaba, pero el hecho de tener al anciano Ōnoki allí le dio la suficiente confianza de seguir adelante.
Llevaba casi 12 horas avanzando así que decidió parar sobre una gran rama para descansar. Sacó un bote de agua y sorbió un poco. No obstante, entre la aparente calma del bosque oyó un sonido que podría haber pasado desapercibido para cualquiera, pero no para él. Se mantuvo alerta hasta oír aquello por segunda vez. Gaara se levantó. Tercera vez. Un silencio abrumador paralizó el ambiente y de pronto una espontánea pelea tuvo lugar. El pelirrojo comenzó a luchar contra una sombra oscura que apenas podía percibir. Chocaron kunais, patadas, puñetazos hasta que ese ser comenzó a invocar jutsus ante los que Gaara se defendía con su majestuosa arena. Era demasiado rápido. Tras un gran forcejeo, el Katsekage consiguió hacerle un pequeño corte en el brazo derecho ocasionando así un silencio inmediato... ¿Qué había sido eso? Se mantuvo alerta a pesar de que el atacante había desaparecido. Se le comenzaba a acabar el tiempo lo que recogió sus cosas y continuó con la marcha. No obstante, no se percató que, entre la oscuridad del bosque, un Ojos Rojos lo observaba desde la distancia con una sonrisa triunfante en sus labios.
- Oye, Neji, ¿Paramos para dormir? Me siento agotado- Sugirió Kiba parándose en seco.
- Creo que es buena idea – Aceptó su compañero mientras bajaba al suelo y comenzaba a preparar un refugio para pasar la noche.
- Genial, necesito descansar – Agregó.
- Mientras mantengas tu lengua lejos de mi boca… - Pensó Neji en voz alta mientras terminaba de montar aquella amplia caseta. Al terminar se puso en pie y se encontró con su compañero durmiendo plácidamente sobre el lomo de Akamaru.
- //No parece tan pervertido mientras duerme// - Pensó mientras se iba acercando a él. -// ¿Es posible que esté sacando las cosas de quicio? // - Neji estaba enfrente de Kiba mirándolo juzgante, intentando comprender las intenciones de su compañero y recordando lo sucedido. - Pues claro que no. - Concluyó en voz alta mientras le daba un golpe en la pierna para que se despertase.
- ¿Y ahora qué mosca te ha picado? – Preguntó un Kiba desorientado mientras se ponía en pie frente a su compañero.
- Absolutamente nada- Dijo Neji medio sonrojado en voz baja mientras se giraba en dirección a la caseta. El ojos blancos se encontraba en un estado permanente de confusión. No entendía nada. ¿Qué pretendía? ¿Por qué ahora? ¿Por qué él?
Kiba se quedó observando como Neji entrara en la tienda de campaña y se acercó a Akamaru.
- ¡Pst! Akamaru, ¿me harías un favor?
-Grgrr - Respondió Akamaru en señal de afirmación.
- Necesito que esta noche vigiles tú y que sólo nos avises en caso de emergencia, ¿okey? - Le susurró Kiba a la larga oreja de Akamaru.
- ¡Guau-Guau! - ''Afirmó''.
- ¡Buen chico! - Dijo Kiba asestándole una fuerte caricia. Tras esto se levantó y se dirigió hacia la tienda para encontrarse con su compañero. Neji ya se había acostado y al sentir como entraba alguien más, decidió hacerse el dormido esperando que no se repitiese la escena de la noche anterior. Kiba se metió bajo la manta y se colocó frente a él. Este admiró a su aparentemente dormido amigo e intentó conciliar el sueño, pero se mantenía inquieto y no pasaba de pensar en la posibilidad de que dos ninjas hombres tuvieran una relación pues no conocía a ninguna pareja así en su aldea ni en ninguna otra... ¿Podría pasar?
Neji por su lado mantuvo su papel de dormido esperando que su compañero se durmiese sin más. No obstante, justo cuando entreabrió los ojos para comprobar si este ya se había dormido descubrió la cara de Kiba muy cerca de la suya.
- Sabía que no estabas durmiendo.
- ¿Y a ti qué? – Respondió un Neji nervioso.
- Estaba pensando que tal vez me mal entendiste anoche.
- No vuelvas con eso, por favor – Neji temía volver a pensar en ello.
- No, escucha – Replicó su compañero mientras le agarraba del brazo intentando captar su atención. – Definitivamente, no me estaba burlando de ti. Tenía… Dudas por así decirlo. Quise comprobar algo – Corrigió.
- Kiba, somos hombres. ¿Qué es lo que querías comprobar? – Preguntó un confuso Neji quien no se había inmutado ante el tacto de su amigo.
- Quería comprobar… - Mantuvo. – Si me gustas – Tras estas palabras, la mano que sostenía el brazo de su compañero corrió en busca del cuello de este y sujetándolo le besó. Neji se mantuvo perplejo. ¿Qué acababa de oír? Kiba comenzó a besar al ojos blancos primero tímidamente para luego volverse cada vez más picante. A medida que estos aumentaban, Neji no terminaba de resistirse, simplemente, no participaba activamente.
- //Me está besando… Realmente me está besando// - Pensaba mientras cerraba los ojos con fuerza. - //Quiero resistirme, pero… // - Kiba se había subido encima de su compañero al que comenzó a besar en el cuello y pecho mientras sus manos acariciaban su piel.
- //Es extremadamente suave… Es como si su piel me llamase. No puedo parar// - Pensaba mientras recorría cada parte de su cuerpo.
- K-Kiba… Para. – Alegó un tanto excitado.
- No puedo parar ahora… Y tú tampoco – Dijo mientras le desabrochaba el pantalón sin perder el contacto visual.
- Oye, ¿a dónde estás yendo? – Se alarmó intentando regular hacia atrás.
- Déjate llevar – Dijo mientras volvía a subir y besarlo mientras con una mano jugaba con el miembro ya erecto de Neji. Este cerro fuertemente sus ojos al sentir que la mano de Kiba se adentraba dentro de sus calzoncillos y masajeaba con mejor fluidez su miembro. Ante el tacto, su corazón se aceleró aún más. Múltiples sensaciones se adueñaban de su cuerpo. Se sentía realmente bien, pero era una persona muy conservadora en ese sentido y la situación que estaba viviendo le avergonzaba terriblemente.
- Kiba… Hmmp... Estamos en medio de una guerra… N-No es… ha~... El moment-… - Trató de decir Neji entre los gemidos producidos por las caricias de Kiba.
- Aunque este fuera el Fin del Mundo... No querría parar – Kiba se quitó la camisa y comenzó a chupar el miembro erecto de su compañero. Este se tapó la boca al instante pues no quería que se le escapase ningún gemido más. No podía evitar estremecerse al sentir la lengua de su compañero que se movía en múltiples direcciones, estaba a punto de explotar.
-Neji...- Susurró mientras se separaba para verle la cara. Era realmente hermoso. Nunca lo había visto con esos ojos y su corazón latía tan fuerte que parecía que se le fuese a salir del pecho. Descendía por el cuello de este hasta llegar al final de su abdomen dejando besos y pequeños chupones a su paso. Se quitó sus pantalones y ayudó a Neji con los suyos. Este lo miraba jadeante mientras bajaba las manos que tapaban su cara. – Quiero ir más allá.
- ¿Q-Qué? ¿Más? – Se preocupó. Kiba echó un poco de saliva en su mano la cual posó en su propio miembro lubricándolo. – No – Negó su compañero al ser consciente de lo que se le venía encima, nunca mejor dicho.
- Relájate – Alegó mientras alzaba las piernas de su compañero y las colocaba a ambos lados de su cabeza. Pronto, su pene presionó la apretada entrada y, poco a poco, se abrió paso.
- ¡Ag-...! – Emitió un ahogado grito mientras sus articulaciones se contraían y abría los ojos como platos. Kiba no quería hacerle daño, pero no podía parar. Aquello estaba muy apretado y se sentía muy bien. Neji se encontró con los brazos de Kiba que se estaban a ambos lados de su costado y los agarró con fuerza. Kiba comenzó a acelerar el ritmo ya que comenzaba a ceder un poco y agarro el miembro de Neji para masajearlo de nuevo. No iba a aguantar mucho más. Tras un acelerado vaivén que dejaba a su paso multitud de gemidos, los dos ninjas dejaron fluir su semen. Ambos terminaron jadeantes, sudorosos y satisfechos. Kiba retiró su miembro de la entrada del otro dejando caer un poco de semen el cual limpió rápidamente. Se quedaron unos minutos mirándose sin decir nada mientras poco a poco su respiración volvía a la normalidad. Kiba se acostó al lado de Neji y al cabo de unos segundos ambos ya yacían completamente dormidos.