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Acordes de libertad por andherezu_rosui

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Notas del capitulo:

Hola... Mmm... Creo que ya era hora de publicar este capitulo ... Espero les agrade y que no les saque mas dudas jajaja

Les recuerdo que esta historia esta aunada al fic "Acorde gemelo" razon por la cual es probable que explique una que otra cosa inconclusa de ese fic. Espero que lo disfruten aun si los cap son cortitos XD





El abrazo que compartio con Minato, fue efusivo y alegre como solia ser el rubio, en cuanto la tuvo cerca la habia tomado de la cintura y levantado en el aire, giradola un par de veces antes de dejarla delicadamente en el suelo sin soltarla de su abrazo depositando un tierno beso en su frente.

-¡Que gusto verte! ¡Mikoto-chan!- declaro contento el rubio sonrojando a la aludida al escuchar el "chan" seguido de su nombre ¿Cuando entenderia el rubio que ya no era una niña? La morena acostumbrada a la hiperactividad de sus saludos no pudo evitar sonreir de buena gana ante la brillante sonrisa que abarcaba el rostro del ojo azul dejandose llevar como de costumbre por la energia que este desbordaba.

-¿Pero, dime que haces aqui? ¿Por que no llamaste para avisarme?- cuestiono ella contenta aunque un poco reacia queriendo olvidar a proposito el breve intercambio entre el y Fugaku. No queria arruinar la visita de Minato y lo mas seguro era que el se iria pronto de vuelta a Inglaterra, siempre era asi y decidio que no tenia nada porque preocuparse, todo estaria como siempre en poco tiempo. Y comento mas relajada despues de meditarlo - pude haber ido por ti al aereopuerto...

-¡Queria que fuera una sorpresa!- le respondio con una leve risa inpregnada en la voz Minato mirandola con genuina alegria, para despues desviar su mirada al muchacho moreno que seguia expectante ante su presencia y que no habia vuelto a hablar desde que le habia preguntado su identidad, asi que agrego dudoso - pero creo que sí debi llamar primero. Espero no haber llegado en un mal momento...- comento mirando a ambos morenos alternadamente al tiempo que soltaba de su agarre la cintura de Mikoto.

El comentario fue sin ninguna doble intencion, Mikoto lo sabia porque el rubio era muy amable y por lo general despistado en ese sentido, sin embargo la incomodidad que sintio en el pecho se hizo presente de nuevo cuando Fugaku intervino negando cualquier mal entendido que pudiese tener Minato ante su presencia en el departamento de la mayor.

-¡Te equivocas!- dijo casi gritando, se habia formado un leve sonrojo en las mejillas palidas del moreno y su tono vemehente habia desconcertado a ambos mayores que se limitarion a mirarlo fijamente. Fugaku puso una de sus manos en su rostro intentando ocultar el nerviosismo y el evidente sonrojo en sus mejillas. Intento hablar de nuevo modulando su voz aunque no salio tan tranquila como esperaba.

-¡Enserio! ¡No interumpes nada! Mikoto-san y yo solo somos amigos...- dijo sintiendo el ardor en su rostro, seguramente habia enrojecido mas porque hasta sus orejas las sentia calientes, su voz le habia traicionado sonando en un tono mas alto del que pretendia sintiendose un poco estupido por reaccionar asi ante la mirada fija que aquel angel que simplemente le observaba detenidamente con un gesto de confusa sorpresa en el rostro ¿Porque le pasaba eso con un completo extraño? Se reprocho un momento molesto por su ineptitup al controlarse terminando por bajar la cabeza avergonzado como jamas imagino estarlo alguna vez bajo el hechizo de ese par de zafiros azules frente a el.

Minato se fijo en el nervioso comportamiento del chico y por primera vez noto que parecia menor a ellos tal vez un año o dos penso dudando ya que el moreno por muy joven que pareciera su rostro o su actitud era por muy poco tan alto como el. Sonrio al verle bajar la cabeza tal vez avergonzado por algo, se pregunto si era timido o solo algo extraño aunque le resto importancia a la cuestion en segundos y decidio que el adolecente le agradaba, se acerco a el y extendio su mano para presentarse formalmente era cuestion de etiqueta y tambien porque queria conocer al joven moreno.

-Me llamo Minato Namikaze, tengo 19 años, soy medio hermano de Mikoto y...- hablo con gentileza y arrugo el ceño brevemente en señal de pensar detenidamente algo agregando con una sonrisa y tendiendole la mano de nuevo- y es un placer conocerte...-
Mikoto miro a su autonombrado hermano presentarse elocuente con su caracteristica y radiante sonrisa que incontables veces habia cautivado a ella aunada a la mirada azul profundo de sus ojos, esos ojos que eran capaces de capturarte con solo posarse en ti y al notar la fijacion en la mirada del menor sabia que el estaba perdido.

Fugaku juraba que esos ojos azules podian ver a traves de el hasta llegar a su alma, miro incredulo la bella sonrisa que el rubio le dedicaba y como si su cuerpo reaccionara a su presencia tomo la mano del mayor estrechandola firme aceptando el saludo y devoviendole la sonrisa sin ser conciente del todo que sonreia abiertamente por primera vez desde que habia salido de su casa.

-El placer es mio- respondio Fugaku- Namikaze-san...

Mikoto se sorprendio por la genuina sonrisa que adornaba el rostro del menor en ese momento, ella habia conseguido hacerle reir tambien aunque solo eran sonrisas burlonas o indebles que desaparecian en segundos, era la primera vez que sonreia complacido por algo y al observar sus manos enlazadas aun por el saludo de la presentacion, la punzada en su estomago se hizo presente de nuevo.

-Minato... Por favor llamame Minato ¿Ok? - le corrigio el rubio deslizando su mano del agarre del menor, que lo miro con algo parecido a la decepcion por un segundo- ¿Cual es tu nombre?

-Fugaku...- respondio automaticamente, desconcertado por la sensacion de vacio que lo recorrio al soltar la mano del mayor, lo miro de nuevo a los ojos y sin querer que el dejase de prestarle la atencion que le dedicaba agrego- Cumplire 18 en unos meses

-¡Oh! Entonces habra que celebrarlo cuando sea el momento- respondio en el mismo tono amable, girandose para ver a Mikoto.- ¿No crees Mikoto?

La morena solo asintio incomoda, ella no sabia que se acercaba el cumpleaños del menor, tenian al menos tres semanas de vivir juntos y lo unico que sabia del moreno era su nombre de pila porque se habia negado a darle su apellido, su edad era evidente porque el dia que lo encontro llevaba su uniforme de instituto asi que basicamente la habia intuido pero ¿su fecha de cumpleños? Ni siquiera le habia pasado por la cabeza preguntarle. Sintio algo parecido a la envidia al ser minato el que obtuviese esa informacion del menor antes que ella, pero una vez mas se dijo a si misma que era algo normal el comportamiento de Minato era el de siempre, hacia sentir a las personas comodas y su caracter abierto y honesto conseguia sonrisas incluso del ser mas amargado o triste, practicamente sentirte mal o deprimido con el rubio era imposible y Fugaku habia pasado por una mala experiencia tal vez la hiperactividad de Minato le vendria bien se dijo y con una sonrisa le invito a cenar con ellos.

Una vez todos en la mesa Minato alabo la comida de la morena tal cual siempre hacia cuando ella cocinaba, desconcertandose al escuchar que la cena habia sido preparada por el menor ya que ella llegaba tarde ese dia a casa y el menor se habia hecho cargo de cocinar.

-¿Enserio?-cuestiono el rubio mirando con brillo en los ojos la sopa de miso en su pequeño tazon.- ¿Tu cosinaste esto?- pregunto mirando al moreno que asintio apenado por sus alagos previos a su comida- ¡Vaya! ¡Seras un buen esposo algun dia!- declaro sonriente el rubio provocando que el menor escupiera la comida en su boca de la impresion.

-¡Q-qu-que! ¡Yo no soy un DONCEL!- respondio avergonzado el moreno. Despues de todo solo los que tenian cualidad de donceles aprendian a cocinar en caso de contraer nupcias con alguien de su mismo sexo, ¡Y el no lo era!

-¡Oh!- dijo el rubio asombrado- Lo siento.- se disculpo con cara de no sentirlo en realidad, despues de todo el moreno era menor y su cuerpo no se habia desarrollado del todo ademas de que su piel lechosa y su cabello un poco largo le daban el aspecto de un doncel en pleno desarrollo ¿Quien podria culparlo por ese mal entendido?.

-¡Minato! Ten un poco de delicadez apor favor-le regaño la ojo verde frunciendo el ceño levemente y miro al menor a su lado- Fugaku-kun disculpa el no suele ser tan despistado...

Ante esto el rubio solo se encogio de hombros quitandole importancia al asunto y siguio comiento, Fugaku solo asintio dandose por enterado y Mikoto se sintio un poco extraña, despues de todo Minato no tenia ninguna mala intencion. La cena siguio su curso con Minato contandoles de su viaje y el motivo de este, cuando terminaron el rubio se marcho con la promesa de visitarlos al dia siguiente.

Mikoto no sabia que era ese malestar que se habia intalado en supecho desde el momento en que el rubio les conto que su estadia se prolongaria al menos cuatro meses, debido a un concurso de musica que se celebraria en japon y aunque todo dependia de si lograba pasar era evidente al menos para la morena que si se quedaria al menos ese tiempo.

Era poco probable que el rubio no llegase a la final o incluso que ganase, por alguna extraña razon Mikoto estuvo a punto de decir que era una estupidez que pensara lo contrario, pues Minato era lo que en el mundo de la musica clasica se conocia como un genio, que fallara un concurso era tan usual como ver unicornios en el parque, pero sabia tambien que Minato no tenia ni un pelo de hipocrita el era asi, despistado, amable y cortes jamas alardearia o se creeria superior a algun otro musico, ella misma habia sido testigo fiel de lo mucho que el se preparaba para alguna competencia y del amor que le profesaba a la musica, por lo que prefirio morderse la lengua antes de decir algo que lamentara despues.

Sabia que lo que en realidad la molestaba un poco era la curiosa conexion que se habia dado entre el rubio y su huesped, cuando se despidio de ellos, fue como si tuviera una vida de conocer a Fugaku, y como si esa cena fuese una rutina de hacia tiempo. Les habia informado que se quedaria en su casa durante aquella estadia, una gran mansion en un suburbio tranquilo de la ciudad que a pesar de habersela ofrecido incontables veces sus padres ella se habia reusado a habitar, le gustaba su departamento y aunque la casa que habito la mayor parte de su adolecencia con su nueva familia era hermosa y le encantaban los jardines que tenia la enormidad del lugar sin ellos la hacia sentir sola, y envidiaba a su rubio hermano por vivir en ella sin sentirse de esa forma en su estadia aunque estaba segura de que el rubio les visitaria seguido para conversar.


Desde el primer encuentro ya habian pasado cerca de un mes. Caminaba por el parque, era una noche estrellada y una luna clara se alzaba en el firmamento nocturno iluminando la oscura noche, acababa de salir de su trabajo de medio tiempo y estaba acostumbrada a caminar por ese lugar sin temor alguno. Sumida en sus pensamientos, llego increiblemente a el mismo lugar donde habia visto sentado por primera vez con un semblante frio y solitario a Fugaku, el chico del que irremediablemente se habia enamorado, se sento en el mismo lugar pensando una vez mas en sus sentimientos hacia el moreno y los conflictos que este descubrimiento le causaba.

Nunca imagino que la presencia del rubio fuese alterar tanto la rutina que se habian formado ella y Fugaku hasta antes de su llegada. Los primeros dias no le habia molestado llegar a su departamento y toparse con su hermano y el menor conversando al rededor de la pequeña sala con la guitarra evano que el moreno portaba orgulloso, en alguna de tantas noches se pregunto si Minato no habia notado el nombre del creador de la misma, estaba segura que el podria identificar la replica de la que el tenia en su habitacion, despues de todo el mismo las habia mandado a hacer para sus cumpleaños que curiosamente eran el mismo dia para ambos por eso habia dicho cuando se la regalo que eran hermanas nacidas el mismo dia para crear la mas bella musica, y ella habia desechado un dia que su soledad la supero y le impidio ver la luz que la cuidaba.

El dia que la habia tenido en sus manos habia descubierto el significado de la expresion "el mundo es un pañuelo" pues de alguna manera se habia topado con Minato que cumplia años el mismo dia que ella, y que era todo lo que ella no, que le habia regalado la mitad de un juego de guitarras hechas solo para ellos, tan identicas y diferentes solo por el color, y que a su vez una de ellas habia sido abandonada y encontrada por el moreno que ahora parecia cautivo por la presencia de la misma luz que la cego a ella en algun momento de su vida.

Los dias siguieron pasando y la relacion entre ambos chicos se fue estrechando al punto de que Fugaku solia ignorarla cuando llegaba a casa y les encontraba entretenidos en su platica, lo unico que ella conservaba de aquellas multiples conversaciones eran retazos de lo que hablaban, pues en lo unico que podia pensar era en el leve dolor que le oprimia el pecho cuando fijaba su mirada silenciosa en las sonrisas que compartian ambos haciendola sentir como en antaño, aun en compañia, en SU compañia ella se sentia Sola...

Se pregunto en constantes ocasiones el porque de esos turbulentos sentimientos, que rayaban en desear que el rubio jamas hubiese estado ahi para ella en primer lugar. Se dijo que se debia a su poca confianza o a que tal vez y sin ser conciente se habia enamorado de Fugaku y ahora despues de semanas de largas veladas donde ella actuaba como mera expectadora de lo que surgia entre su hermano y su recien descubierto amor... Comprendia al fin que lo que ella habia sentido todo ese tiempo eran celos, celos, celos ¡CELOS! Incontrolables y cegadores, que al hacerse reales para ella tomaron el control de si misma y la llevaron a interrumpir y hacerse notar ante el moreno cada vez que estaba Minato presente.

No obstante, en cuestion de semanas y a pesar de sus esfuerzos por mantener a Minato lejos de Fugaku, ellos habian fomentado una amistad mas que solida, sorprendiendo a Mikoto cuando Fugaku le comento en una cena a la cual Minato no asistiria que habia conseguido pasar a la segunda etapa del concurso, y que no los verian por un tiempo porque tenia que practicar. Y aunque al principio ese anuncio habia aliviado a la morena al punto de la euforia nunca imagino que el hecho de no verlo no seria impedimento para que Fugaku no estuviese en contacto con el.

Sentia que se perdia a si misma cuando accidentalmente escuchaba la risa contenta del moreno al leer algun mensaje del rubio o la mirada risueña del moreno al pronunciar el nombre del rubio. La primera vez que reacciono conciente de los estragos que estaba pasando su corazon estaba preparando la cena y desde el momento en que escucho el timbre del telefono sonar, se perdio descargando su frustracion con una pobre zanahoria que seria parte de la sopa de esa noche, solto el cuchillo solo hasta que habia terminado tan destruida que parecia pure en vez de cubitos, tomandose la frente perturbada por el nivel de rencor que comenzaba a apoderarse de ella.

Era consiente de que las llamadas diarias entre ambos no implicaban necesariamente lo que ella sospechaba, engañandose una vez mas asi misma reprimiendo lo que sentia, diciendose que solo eran amigos y que todo seria normal cuando el rubio se marchara, y cuando eso pasara aun si ellos seguian en contacto, ella ya no seria alejada de Fugaku, el no la ignoraria cuando estuviese con el, volverian a ser solo los dos solo tenia que aguantar.

Pensamientos como esos rondaban siempre su cabeza al volver a casa, fingir una sonrisa, preparar la cena y conversar de nada y todo con Fugaku, era lo unico que la incentaba a continuar reservando sus sentimientos, pues estaba conciente de que sus sentimientos en contra de Minato era infundados e inmaduros, Minato era encantador y guapo ¿Acaso ella no habia caido tambien? Fugaku solo estaba deslumbrado por la vitalidad que el rubio desbordaba, igual que ella lo estuvo una vez...


Fugaku por su parte se habia dado cuenta de lo distraida que parecia su amiga, Mikoto actuaba extraño, distante, y aunque al principio creyo que se debia a su trabajo y los deberes de la universidad, pronto se dio cuenta de que nada de eso justificaba que ella desquitara su frustracion con la cena, porque sí la habia visto destrozar hasta hacer añicos las zanahorias de la cena en mas de una ocasion.

Se preguntaba que seria lo que atormentaba la mente de la joven, le gustaria que al menos ella confiara en el lo suficiente para contarle lo que le pasaba, despues de todo ella lo habia ayudado todo ese tiempo, en ocasiones pensaba que la aucencia de Minato era la causa del malestar de la mayor. Pero pensaba de nuevo y dudaba de ello, tal vez solo era estres. No queria incomodarla mas de lo que ya debia estar y se entretenia conversando con el rubio, que a pesar de estar tremendamente ocupado con su competencia siempre le respondia los mensajes que el escribia y enviaba despues de leerlos un par de veces.

Se sentia dividido de alguna forma, por un lado estaba Mikoto que de una forma u otra se habia ganado su cariño, si bien no sabia con certeza que clase de cariño era, sabia que la chica le gustaba, sus ojos esmeralda le trasportaban a un lugar tranquilo cuando se posaban en ellos, y cuando la mayor se amarraba el cabello en un moño alto dejando al decubierto la palida piel de su cuello sentia que un calor similar a la exitacion le recorria, pero incluso si eso pasaba estaba seguro de que no haria nada que comprometiese a la mayor, dormian en la misma habitacion y aun en las noches podia apreciar la perfecta silueta de mujer en la cama, su delicada respiracion y los ruiditos de su cuerpo al deslizarse entre las sabanas, sin embargo nada de eso lo habia hecho perder el control con ella. Si, le gustaba, la queria, era hermosa y su cuerpo reaccionaba a su cercania, a sus roces... Pero... Conocio a Minato... Y sintio que se dividia...

El rubio era bello, y estaba seguro de que no habia palabra alguna que alcanzara para describirlo, no solo su apariencia era hermosa sino su corazon tambien, era inocente, amable, puro... Un angel. Si era un angel... Uno muy hermoso y lo habia cautivado. Tanto que se sorprendia asi mismo pensando en el varias veces durante el dia. El rubio causaba estragos en el, lo llevaba de la verguenza a la agonia en segundos, perdia el control de sus reacciones cuando estaba cerca, cuando sonreia, cuando se fijaba en el, cuando sin querer chocaban sus miradas. Le habia costado mucho disimular las manos sudorosas, los nervios, los sonrojos, el tartamudeo que se apoderaba de el cuando el rubio decia algo que le resultaba bochornoso, o cuando simplemente hablaba con el.

Con forme le conocia quedaba mas y mas prendado de la personalidad que el mayor desbordaba, tenian mucho en comun, sobre todo la pasion por la musica. Se preguntaba cuando podria verlo de nuevo, cuanto tiempo le llevaria practicar para el nuevo certamen del concurso en el que participaba, sentia que incluso los mensajes y llamadas que se hacian no le satisfacian, comenzaba a extrañarle y eso era un tanto perturbador porque no sabia que era aquella expectacion que le invadia cuando leia sus mensajes, o escuchaba su voz en sus llamadas, ni idea del que haria cuando el volviera a su pais y no le viera en un largo tiempo. Se habian hecho amigos, pero la pesades que le embargaba cuando pensaba en la partida del mayor no era propia de un amigo.

Solto un supiro cansado, en momentos como aquellos cuando se encontraba solo en el departamento que compartia con Mikoto esos pensamientos se hacian presentes para el. Siempre llegaba a la misma conclusion despues de horas o eso creia el, de divagar entre ambos mayores. Mikoto le gustaba, la queria... Pero Minato... ¿Que? ¿Que era Minato para el?

Escucho el timbre de la puerta y se levanto de su comodo lugar en el sofa para abrir, seguro la morena habia olvidado las llaves, se dirigio a la puerta y al abrir se pregunto de nuevo ¿Que sentia por Minato? El cual por cierto estaba sonriendole con alegria y con la mano extendida en un saludo.

-Hola...- se escucho a si mismo susurrar, una vez mas cautivo de ese par de orbes cielo.

-¡Hola Fugaku! -correspondio el saludo.

El moreno se hizo a un lado y le dejo pasar, era un poco extraño volver a verlo despues de un tiempo, habian estado en contacto por telefono y habian conversado casi todos los dias pero ahora que lo tenia enfrente sentia que los nervios de la primera vez volvian a el como si nunca se hubiesen ido, si tan solo supiera el motivo no estaria sufriendo por ello.

- ¡Vine a celebrar!- declaro el rubio al ver que el menor no decia nada- ¿No ha llegado Mikoto-chan?

-¿Eh? No, debe estar saliendo de su trabajo...- respondio el moreno intentando sonar normal, olvidando lo primero que dijo el mayor.

-¡Entonces vamos por ella!- dijo el mayor y lo tomo de la mano y salio con el del departamento de nuevo dandole tiempo apenas para tomar las llaves y poner el seguro al departamento.

Cuando ya llevaban buena parte del parque recorrido, Fugaku al fin fue conciente de la mano que se enlazaba a la suya mientras caminaban, y tambien noto que el rubio tenia una pequeña valija en la otra mano que por algun motivo no habia dejado en el departamento, ahora que se fijaba mejor el rubio traia puesto un traje negro, no como los que usaban los hombres de negocios, sino mas bien del tipo formal, un traje de pingüino usados solo para los bailes de noche o algun tipo de evento como la opera. Se dio cuenta que iban llegando a la bifurcacion del parque cerca de los columpios, recordando que Mikoto podria tomar cualquiera de los dos y llegar a casa sin problemas, y ellos podrian tomar el equivocado y pasarla de largo.

-creo que debemos esperarla aqui- comento logrando detener el andar del rubio que no le habia soltado la mano hasta ese preciso momento, cuando se giro para verle la cara.

-¿Porque?- pregunto curioso mirando hacia el frente sin notar el leve gesto incomodo de Fugaku al sentir que le soltaba.

-porque Mikoto-san pasara por aqui en cualquier momento y podriamos tomar el camino equivocado si seguimos.- dijo el moreno metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalon.

-¡Ah! Entonces esperaremos- acepto el rubio sentandose en uno de los columpios. Al mismo tiempo que dejaba la pequeña balija en el suelo.

-¿Que traes ahi? - indago Fugaku sentandose en el columpio de a lado- debiste dejarlo en el departamento.

-Si...- respondio el rubio dejando salir una risita juguetona por su despiste- creo que me deje llevar... Pero estoy muy emosionado- agrego efectivamente emosionado.

-es cierto, dijiste que habia algo que celebrar- recordo Fugaku mesiendose levemente en el columpio- ¿De que se trata?

-no te lo dire hasta que llegue Mikoto-chan- declaro el rubio levantandose del columpio con la balija en sus manos. La deposito en la base del columpio y procedio a abrirla dejando a la vista un hermoso violin con tonos dorados. Fugaku contemplo enbelesado los movimientos delicados del mayor al sacar el intrumento de su funda, saco el arco tambien y se posiciono frente a el colocando el violin en su cuello.

-¿Que haces?- pregunto el menor, intuyendo la respuesta y sintiendo como cada uno de los bellos de su nuca se erizaban al escuchar por primera vez la musica del rubio.

Sin decir una palabra, Minato estaba interpretando una melodia, Fugaku veia como el rostro del mayor habia cambiado al tocar, se veia tan lejano, era tan vibrante, y la vez tan hermoso, ahi bajo la luz de la luna como unico reflector, con el como unico publico, las gemas azules del mayor lucian un brillo diferente, el habia sido incapaz de mover un musculo siquiera desde que habia comenzado la melodia.

Por muy exentrico que sonase incluso para si mismo Fugaku sentia que esa melodia estaba siendo tocada solo para el, Minato no habia dado razon alguna para tocar pero sentia que lo hacia unicamente porque el era quien escuchaba. Y justo cuando la ultima nota se escucho y el brillo del rubio volvio a ser el de siempre y le regalo la mas hermosa de las sonrisas pudo al fin contestarse aquel dilema que minutos antes le atormentaba... Aquella pregunta que rondaba su mente desde que habia notado los efectos de ese rubio sobre su persona y las curiosas reacciones de su cuerpo con la morena, aunandose en la misma pregunta ¿Que sentia por Minato y Mikoto?

Y justo en ese instante en que sus ojos se clavaron en la perfeccion del rubio frente a supo que la unica y posible respuesta era...

-¿Chicos?- se alzo una voz tersa en el silencio que compartian- ¿Que hacen aqui?

Ambos miraron con distintos grados de sorpresa a la morena que habia llegado a ellos sin siquera notarlo hasta que ella les habia llamado. Minato fue el primero en reaccionar y dejando su valioso violin de vuelta en su estuche se acerco a la morena y la tomo de la cintura girandola un par de veces con una sonrisa alegre y contagiosa.

-¡Estabamos esperandote!- dijo el rubio bajando a la morena que le sonreia incredula por lo dicho.

Fugaku se quedo silencioso sin levantarse del lugar donde estaba, contemplando al par de mayores frente a el, aun impactado por lo que su mente acababa de revelarle a su confundido corazon. Lo que sentia por esas dos personas frente a el solo podia llamarse de una forma, solo existia una palabra que describiera sus sentimientos por ambos y era... Amor...



Continuara...

Notas finales:

Bueno ojala y se meresca un RR...

Gracias por leer y espero publicar el que sigue para este fin de semana.

Bye non/


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