Capitulo 9: En la mañana
~Septiembre, comienzo de clases~
-¿Kaoru chan, ya tienes todo? -le preguntó la señora Inui al serio chico que desayunaba en silencio.
-Sshh -asintió sin dejar de desayunar.
-¿Y tú, Hazue? -le pregunto al más joven.
-Sí, tía -asintió con una sonrisa el chico.
-Me voy, mamá - Sadaharu se levantó con un pedazo de tostada aun en la boca, acercándose a darle un beso a su madre para largarse, sino no llegaría a tiempo a la clase.
-Alto ahí, jovencito -le detuvo la amable señora limpiándole las migajas de pan-. Te recuerdo que no estás solo ahora, tú y Kaoru-chan tienen que llevar a Hazue a su colegio y luego tú tienes que acompañar a Kaoru hasta Seigaku, es tu responsabilidad de alfa -le sonrió haciendo sonrojar a ambos jóvenes.
-Mamá -protestó Sadaharu, sonrojados al igual que Kaoru, quien bajo la cabeza. Su mamá le miró seria y el data man suspiró-. De acuerdo, ¿Terminaron de comer? Si no salimos ahora llegaremos retrasados -les informó. El colegio de Hazue, quien era menor que ellos, quedaba de camino. Por toda respuesta los dos hermanos se levantaron y se fueron con Inui.
-Lo siento, no es necesario que nos acompañe, sempai -le dijo Kaidoh-. Yo acompañaré a mi hermano y luego iré al colegio, adelántese usted.
-Nada que ver -negó Inui con la cabeza-. Les acompaño -aseguró y les dio una sonrisa. Kaoru se sonrojó y desvió la mirada, pero no dijo nada más mientras caminaban juntos los tres para dejar a Hozumi y seguir su camino a Seigaku.
***
-¡Momo-chan! -gritó un chico de cabellos rojos corriendo hasta alcanzar al alfa.
-Buenos días, Kamio-kun -le sonrió el chico de cabellos negros al omega- ¿Listo para tu primer día oficial en Seigaku?
-Hai -asintió sonriente- ¿Crees que nos toque en la misma clase? -preguntó con entusiasmo. En esas semanas que habían estado viviendo de vecinos se habían hecho algo así como amigos.
-Quien sabe -se rascó la cabeza Momoshiro-, puede ser.
-Seria agradable tener un compañero del club de tenis en mi clase -comento-. Aunque varios de mis compañeros del Rikkaidai también van a segundo, seria corte total, que no me toque con ninguno -sonrió con humor.
-Ahora que lo pienso, el único alfa que va a segundo como yo es Kabaji -comentó Momoshiro distraído- y no es precisamente el señor sociabilidad -aseguró-, pero es un buen chico. -se apresuró a añadir.
-Casi todos los alfas del club están en tercero ¿no?
Momoshiro asintió mientras seguían su camino hacia Seigaku, hablando de banalidades.
***
Ibu ocultó una sonrisa detrás de su vaso de leche mientras veía a Senri-san y a Tachibana-san pelearse por la última tortita del desayuno que él había preparado para ambos.
-Es mía, es mi casa, es mi tortita -aseguraba Kippei.
-Es mía -aseguraba Senri-. Ibu-chan la hiso para mí.
-Ni en tus sueños -aseguraba el rubio-. Es mi casa, lárgate a la tuya a desayunar.
-No -dijo Senri sencillamente.
Desde que habían rescatado a Ibu, Chitose literalmente se había mudado con ellos dos.
Ibu extendió su tenedor y tomó la tortita poniéndola en su plato terminando la pela y ganados un puchero de los dos alfas a los que simplemente miró tranquilamente.
-¿Sí? -les retó con mucha suavidad a decir algo.
-Nada -suspiraron los dos levantándose a lavar la loza, dado que Ibu había sido quien había preparado el desayuno para los tres.
Ibu poco a poco había ido abriéndose en esas semanas, pero aún faltaba mucho. Había veces en la noche que se levantaba agitado por las pesadillas y entonces Chitose y Kippei corrían a su lado. Sabían que era pronto, el consejero de la escuela, Tokugawa, quien los estaba ayudando platicando un rato casi cada día con Ibu, se los había dicho, sería un proceso largo, pero ya se empezaban a ver mejorías y eso alegraba a los dos alfas. Al principio habían tenido las ganas, pero no los recursos, era difícil hacer algo para ayudar al omega cuando este no quería que dañaran a su madre, al final entendieron que necesitaban buscar ayuda de un adulto.
Al principio Ibu se había negado de plano, pero había terminado por ser convencido por los dos alfas, así fue como Oni Juijiro, el entrenador de los alfas de Seigaku, se había enterado de todo. Oni se había hecho cargo de todo, ¿Qué había hecho? Ibu no lo sabía, no se lo quisieron decir, pero su mamá ahora estaba en una clínica mental donde la estaban ayudando con su esquizofrenia y su tutor legal era Oni, aunque eso sólo en papeles, Ibu no quería separarse de Chitose y Kippei, ni oír hablar del tema, no ahora que al fin había encontrado un sitio donde sentirse seguro, los dos chicos habían convertido ese apartamento en el reino personal de Shinji. Oni había traído a Tokugawa y así el secreto se había extendido a ellos cuatro, Tokugawa no era sólo un consejero omega, era también psicólogo, sus terapias estaban ayudando a Ibu y de paso a los dos alfas, a quienes Tokugawa les había explicado que lo que Ibu sentía hacia ellos era complejo de adoración al héroe, al haber sido los chicos los que lo habían salvado, y le explicó a Oni que sería contraproducente mover a Ibu de ahí cuando el chico estaba empezando a recuperarse después de su infierno. Así que Oni había aceptado esto y había confiado en sus dos alumnos el cuidado del omega.
Ibu terminó su desayuno y le tendió su plato a Chitose mientras él se levantaba a asegurarse que los tres bentos que había preparado estaban en orden. Los envolvió y metió cada uno en la mochila correspondiente.
-¿Nos vamos, sempais? -preguntó Ibu con su carita seria.
-Sí -asintieron los dos alfas tomando sus mochilas y saliendo del apartamento con el omega entre ellos. A veces aun se desconcertaban con Ibu, de cara a la gente actuaba tan normal, tan tranquilo y serio que les costaba creer que algo anduviera mal con él, sólo cuando estaba solo con ellos, Ibu se mostraba de otra forma… se mostraba como era en realidad.
***
-¿Por qué tienes que acompañarme tú? -se quejó Atobe señalado con su dedo, de manera maleducada a Kabaji, que ni se inmutó sentado frente al peligris en la limosina de este de camino al colegio. Atobe gruñó molesto al ser ignorado. Aun le cabreaba más el hecho de que Kabaji era un año menor que él.
¿Por qué demonios un chico de segundo año tenía que ser su niñera? Él estaba en tercero.
-Pásame eso -ordenó molesto señalando una de las botellas de aguas que siempre estaban en la limosina para él, así como otras cosas dado que había un mini-bar en esta. Kabaji simplemente tomó la botella y se la dio sin protestar. Atobe se tranquilizó un poco, al menos el chico era obediente y a Atobe le gustaba ser obedecido. Cuando llegaron a la escuela Kabaji bajó primero y ayudó a Atobe a bajar, eso no estaba nada mal para Ore-sama. Atobe le tendió su mochila a Kabaji y el chico la cargó sin protestas. Bueno, pensándolo bien, tal vez no fuera tan malo. Tener a este chico de mascota no era malo, después de todo él era Ore-sama.
***
-¿Por qué esa cara de felicidad? Viniendo de ti me das mala espina -acusó Ryoma Echizen a su novio Fuji Syusuke, que como cada día desde que habían empezado de novios en Rikkaidai lo había ido a buscar para acompañarlo al colegio, sólo que esta vez, a diferencia de lo acostumbrado, el camino que tomaban no era hacia Rikkaidai sino que hacia Seigaku, su nuevo colegio.
-No sé de qué hablas -dijo Fuji con su absoluta tranquilidad y sonrisa serena acostumbrada.
-No te hagas, te conozco ¿Qué estas planeando?
-¿Yo? Cómo diría Eiji… que desconfiado eres O'chibi-chan -aseguró Fuji con su sonrisa serena.
-Dile eso a quien no te conozca tanto -aseguró el príncipe del tenis. Fuji le pasó un brazo por los hombros mientras caminaban y besó su mejilla.
-Tú sólo relájate, Ryoma, confía en mí -sonrió Fuji abriendo sus azules ojos divertido-. Creo que he encontrado un nuevo juguete en Seigaku… nos divertiremos mucho -le prometió a su novio.
Ryoma suspiró y no dijo nada, total con Fuji no tenía caso decir nada, este haría lo que quería como siempre hacia, era sólo que Ryoma tenía un mal presentimiento y si no se equivocaba todo esto tenía que ver con el capitán de Seigaku, Tezuka Kunimitsu.
Continuará…