Capítulo 11: ¿Pelea de Alfas?
Alfas…
Un instituto alfa-beta o alfa funcionaba muy diferente a un instituto omega. En los institutos alfas no eran raras las peleas. Sí, los profesores trataban de reducirlas al mínimo, pero estas eran inevitables, los alfas tendían tendencia al poder y a la dominación, así que cuando ponías a un montón de jóvenes alfas era inevitable que estas se sucedieran tarde o temprano aun entre los más amigos.
Casi siempre las primeras peleas empezaban en la primaria, por un profesor que les gustaba, por algún juguete que quería uno y tenía el otro, por un asiento que quería un alfa y el otro no quería dejar, cosas sin importancia, hasta que iban creciendo y las peleas se iban formando por cosas mas importantes. Por impresionar a un omega, por quedarse con el omega de otro, hasta que un día se hacían adultos y aprendían a que sus instintos no los dominaran… la mayor parte del tiempo.
Pero entre alfas adolescentes el conflicto era inevitable por mucho que los profesores trataran de que esto no pasara, los jóvenes betas tendían a ser inteligentes y quedarse fuera de esto. Si un alfa quería su asiento un beta sólo recogía sus cosas y se movía a otro asiento sin darle importancia, los betas eran la paz en ese mar de hormonas y lucha por la dominación en el instituto. Ahora con omegas yendo a la misma Academia todo se había empeorado, los jóvenes trataban de impresionar a X o Y omega, Tokugawa Kazuya ya había perdido la cuenta de los jóvenes que habían pasado por su oficina en la consejería por haberse metido en una pelea, Yamato Yudai ya había perdido la cuenta de los raspones que había vendado en la enfermería y Oni Jujiro había perdido la cuenta de cuantas peleas había detenido y sólo era la primera semana de clase. Kanata también había perdido la cuenta de cuantas llamadas de atención había tenido que hacerle a los jóvenes omegas.
Los omegas sobre todo en la edad adolescente no eran mucho mejor que los alfas, muchos por no decir la gran mayoría disfrutaban de ver luchar a dos alfas por ellos, los omegas buscaban la fuerza y la seguridad que les podía dar un alfa por eso no era raro que se quedaran con el mas fuerte en una batalla, así que muchas veces Kanata los había atrapado coqueteando e instigando a los alfas en estas peleas.
Era cansado, pero los profesores creían que esto podía funcionar… en cuanto los jóvenes se aclimataran a la novedad de estudiar juntos.
***
Akutsu Jin venía bajando las escaleras, traía las manos en los bolsillos y mordía una brizna de pasto mientras la gente se salía de su camino, era después de todo el macara y yankee del Seigaku. Mientras bajaba las escaleras vio al imbécil de Sengoku Kiyosumi inclinado sobre Dan Taichi sonriéndole y acomodándole la banda verde que Akutsu le había regalado a Dan cuando se le cayó en un entrenamiento y este se la pidió.
Akutsu no supo por qué, pero casi vio rojo, no le gustaba Dan, no físicamente, era tan pequeño que Akutsu sentía que si lo tocaba lo rompería, pero a la misma vez se sentía muy protector con ese pequeño, Akutsu nunca se había sentido así con nadie con excepción de su madre. Solo sabía que quería protegerlo, un sentimiento raro y nuevo en él que nunca había sentido el instinto de proteger a nadie que no fuera su joven y hermosa madre. El peliblanco no tenía hermanos, pero suponía que de tenerlos se sentiría como se sentía con Dan.
No le gusto nada ver a Sengoku con esa sonrisa coqueta para con el más joven. Sengoku era un mujeriego, se tiraría a cualquier cosa que se dejara coger, pero Akutsu no dejaría que Dan fuera una de sus conquistas. Dan se conseguiría aun buen chico que le quisiera y lo respetara y se casaría con ese chico, no dejaría que Sengoku jugara con Dan sólo por que Dan descendía de dos betas y no tenía un alfa que lo protegiera y lo defendiera.
-Quita tus sucias manos de él, Sengoku -gruñó Akutsu con un profundo tono de alfa. Dan y Sengoku se sobresaltaron, Sengoku se interpuso delante de Dan gruñendo. La forma en que Akutsu le habló, ahora mismo no se sentía como si estuviera tratando con su viejo amigo de infancia, ahora mismo se sentía como si un alfa estuviera amenazando su tenencia sobre el omega que él quería.
-Retrosede, Akutsu -le advirtió Sengoku con los ojos brillantes.
-Se… ¿Sempais? -susurró Dan tembloroso, el aura imponente de los dos alfas en ese momento lo asustaba.
-Déjalo en este instante o te romperé los huesos -le juró Akutsu.
-El es mió -le gruñó Sengoku arrojándose sobre su amigo.
-¡No! -se escuchó el grito de Dan cuando los dos alfas se enredaron a luchar.
-¡Taichi! -gritó Kawamura que había llegado a tiempo de ver la escena corriendo para sacar al pequeño del camino, poniéndolo entre la pared y él, aunque los alfas en su ciega furia y lucha se mantenían apartados del omega, era obvio que no querían lastimarlo.
-Taka-san, has algo o se van a matar -suplicó Dan asustado, un corillo ya se había reunido a ver la pelea. Takashi Kawamura le miró confundido, era una regla “un omega jamas, jamas se metía en una lucha de alfas, mucho menos cuando era una lucha por poder”. Hacer esto era perjudicial para la posición del alfa y también lo era para la del omega. Ningún alfa que se respetara dejaría que un omega lo defendiera- ¡Taka-san! -volvió a gritar Dan asustado. Takashi se movió antes de poderlo pensar metiéndose en medio de los dos hombres y abrasando por la cintura a Akutsu el más agresivo de ambos.
-Para -gritó en tono suplicante el peculiar omega que hizo uso de su descomunal fuerza, aunque nadie lo notó para evitar que Akutsu lo quitara del camino.
-Quítate -le ordenó Akutsu cabreado por que el omega se metiera en su pelea. Dan había corrido hacia Sengoku interponiéndose también en medio.
-¡Nó! -negó Kawamura cuando Akutsu movió las manos y lo sostuvo de los hombros para apartarlo el mismo- ¡No te pelees por otro omega! -le gritó. Celos… la única razón que se le permitía a un omega para interceder en una pelea. Akutsu estaba peleando con Sengoku por un omega, en este caso Dan. El que Kawamura se sintiera celoso e intercediera por que Akutsu le gustaba, era lo único que podía perdonar el hecho de que un omega interviniera en una lucha de dos alfas. Y lo único que podía salvar el orgullo de los dos alfas ahí. Kawamura no había tenido la intención de dar la apariencia de estar celoso pero Sengoku y Akutsu eran amigos, a veces pensaba que Sengoku era el único amigo verdaderamente cercano que tenía Akutsu lo había notado esas vacaciones y no quería que se pelearan, no quería que dejaran de ser amigos así que si poner su propio orgullo en la línea era lo necesario para eso lo haría. Si tenía que representar el papel de omega celoso para salvar el orgullo de Jin y que este no perdiera a su único amigo él lo haría.
-Yo… -Akutsu parpadeó confundido.
-No Pelees por otro omega, míreme a mí, Akutsu sempai -le pidió con mas suavidad sonrojándose porque todo el mundo lo estaba mirando y le daba pena.
-Ohhh -sonrió Sengoku entretenido limpiándose un poco de sangre del labio, la cara de lelo tonto que acababa de poner Akutsu era como para retratarla-. Lo siento -se disculpó Sengoku con Dan acariciando su cabello-, no quise asustarte.-le aseguró.
Dan negó con la cabeza aliviado de que ambos sempai estuvieran bien. Akutsu seguía mirando confundido al omega que le había soltado, pero permanecía parado delante de él con la mirada en el suelo.
-Discúlpate con tu omega, idiota -le susurró Sengoku, si Jin no lo hacía todos tomarían eso como que Jin había rechazado al otro omega.
Paso todo un minuto en silencio. Kawamura se sonrojó muchísimo, apenado, acaba de ser rechazado, pero teniendo en cuenta que había hecho todo esto por los dos alfas no debería sentirse con ganas de llorar como se sentía justo en ese momento.
-Taka-san -susurró Dan tomando su mano-, vamos -le pidió. Quería sacar a su sempai de ahí, de la bola de montoneros que estaban mirando la vergüenza del peculiar omega.
-Kawa…Takashi -llamo Jin al fin reaccionando, este se detuvo sintiendo su espalda tensa, había empezado a caminar de la mano de Dan-. Bento… trae mañana mi bento y almorcemos juntos -le dijo al fin el peliblanco incómodamente sonrojado, claro que nadie lo mencionaría, nadie quería que Akutsu Jin le rompiera la cara. Sengoku sonrió divertido.
Takashi se sonrojo también y volteó a mirarlo con una sonrisa. Un alfa sólo pedía el bento a su… pues a su pareja. Era otra de esas reglas no escritas, cuando un alfa pedía el bento a su omega era para presumir las habilidades culinarias de su omega ante los demás alfas. No era una disculpa por la pelea, pero era casi más importante y en el idioma de Akutsu Jin… un milagro.
-Hai -asintió Takashi con una sonrisa de lado a lado de su cara. Rápidamente se corrió el chisme por toda la escuela… Akutsu Jin… el temible, el macara, el gambero, el yankee, tenía un lindo y peculiar novio omega. No eran pocos los que se morían de envidia por la suerte del delincuente juvenil de la escuela.
-Taichi -se atrevió a hablar Sengoku con algo más de timidez, él no era tan arrojado.
-Haré su bento para mañana, sempai -dijo Dan en un ataque de atrevimiento antes de tomar la mano y salir corriendo de ahí con Takashi todo sonrojado y sonriente.
Y ahora el maldito mujeriego, chico de la suerte, Sengoku Kiyosumi, tenía un precioso omega que sería el sueño de muchos como novio… de veras que el maldito tenía mucha suerte, para envidia de los demás.
-No sabía que te gustaba Akutsu sempai -comentó Dan sin poder borrar su sonrisa cuando se hubieron alejado.
-Aquí entre nos… hasta este momento yo tampoco me había dado cuenta -dijo Kawamura tímidamente, con una sonrisa más recatada que su compañero.
Continuará…