Capítulo 13: Parque acuático
Nadie decía nada, pero todos los omegas lo habían notado, Inui Sadaharu había desaparecido a la misma ves que Kaoru Kaidoh y Kaoru había estado en su pre-celo, así que había desaparecido por que había llegado su celo, nadie decía nada, pero todos pensaban lo mismo y esto arrancaba sonrojos a más de uno, hasta al pudoroso y serio entrenador Kanata Irie.
Pero los curiosos tendrían que esperar a la vuelta de Kaoru después de su celo para saber si sus sospechas eran ciertas y Kaoru se había echado pareja este celo. Aunque ahora había otra actividad que ocupaba el pensamiento de todos, la actividad que habían organizado los capitanas y sub-capitanes en el parque acuático de la familia Atobe que había sido reservado por Keigo específicamente para esta actividad.
Muchos ansiaban la llegada del sábado, algunos porque querían ver lindos omegas en traje baño, otros porque amaban las atracciones acuáticas y las piscinas, por una u otra razón, todos esperaban ese día con entusiasmo, claro había dos o tres amargados que no esperaban la actividad con ilusión como el caso de Ryoma Echizen o Tezuka Kunimitsu. Uno iba por que era su obligación como capitán alfa el otro iba por que había sido obligado por su novio que había llegado temprano a su casa para asegurarse que el menor no se escapara de la actividad del club. Así que por una u otra razón el sábado sin falta 15 jóvenes omegas y 15 jóvenes alfas más un entrenador omega y un entrenador alfa, estuvieron sin falta en el parque acuático de los Atobe, listos para divertirse.
Fuji y Ryoma fueron los últimos en llegar.
-¡Koshimae! -ese grito sólo pertenecía a una persona, Kintaro Tooyama quien se acercaba como una bala hacia Ryoma saltándole encima.-Hay toboganes, Ryoma, hay toboganes -decía con entusiasmo. Hasta el serio Ryoma tuvo que contener una sonrisa ante el entusiasmo infantil de Kintaro-Shiriashi chan se ha tirado por todos los toboganes conmigo-señalo al rubio que estaba un poco mas tras acercándose a ellos-el es un monstruo de los buenos-le conto en tono confidencial-quiere ser mi amigo-le aseguro el pelirojo quien no demoró mucho cerca del príncipe del tenis y salió corriendo para el próximo tobogán de agua.
-¡Shiriashi, ve con él! -le gritó Oni al rubio, no podía evitarlo, sentía que si no vigilaba al pequeño Kintaro este se caería de algún lado y se rompería algo, ¿Es que ese niño no notaban que estaban mojados, que era piscina, que podía resbalar y romperse un hueso?
Kanata estaba echado en una tumbona bajo una sombrilla, con una piña colada en la mano y un bañador que le llegaba más arriba de las rodillas color blanco con líneas rojas a los lados, rio ante la aprensión de Oni.
-Relájate, Kintaro estará bien, a pesar de sus energías y saltos tiene muy buena suerte y nunca se ha caído ni roto nada -le tranquilizó el rubio divertido-. Serias un buen padre, los vigilas a todos con ojos de halcón -le sonrió el entrenador omega.
-¿Cómo puedes relajarte tanto? -le cuestiono Oni mirando de reojo donde Sengoku estaba metido en la piscina con Dan Taichi agarrado a su espalda y riendo, al parecer el chiquillo de pelo negro no sabía nadar, aunque no tenía que preocuparse mucho por la “parejita” dado que Akutsu estaba cerca jugando voleibol dentro de la piscina con Kawamura y otros de los chicos del equipo, pero ya Sengoku sabía lo protector que era Akutsu con el pequeño Taichi, así que más le valía portarse correctamente.
-Por qué los conozco… al menos a mis omegas, estarán bien -le sonrió Kanata sin alterarse en lo más mínimo tomando de su piña colada. Oni se sentó junto a Kanata en otra tumbona y aceptó el refresco que este le tendió, sin dejar de sondear todo el lugar, viendo con lastima al pobre de Kabaji Munehiro abanicando a Atobe Keigo, el dueño del parque yacía echado en una tumbona con un bañador estilo surf de color gris y negro bajo una sombrilla, con un vaso de limonada en la mano y unos anteojos negros para el sol, mientras Kabaji estaba a su lado abanicándole para que el sub-capitán omega no se muriera de calor.
-Pobre Kabaji -susurró Oni. Kanata miró con curiosidad y estuvo de acuerdo con el pelirrojo.
-La verdad es que sí, Atobe lo trata como su sirviente… es un poco caprichoso -dijo Kanata con una gotita en la cabeza-. No culparía a Kabaji si trata de ahogarlo… yo lo haría -dijo volviéndose a echar pensativo.
Mientras tanto Fuji y Ryoma ya se habían cambiado y salieron de los vestidores cada uno con su bañador, el de Fuji era azul mientras que el de Ryoma era blanco con líneas azules y negras a los lados.
-Vamos a nadar -le sonrió Fuji.
-No hay forma en el mundo -negó Ryoma quien no sabía nadar.
-Anda en la orillita -sonrió Fuji tranquilamente. Ryoma le siguió desconfiado, pero mientras pasaban por el área onda Fuji vio a Kunimitsu y como quien no quiere la cosa y sin que Ryoma lo notara lo hiso tropezar cayendo en la parte honda de la piscina- ¡Ryoma! -gritó Fuji- ¡Capitán! -gritó a Tezuka que se había detenido cuando lo escuchó gritar el nombre del pelinegro- ¡Ayuda Ryoma, no sabe nadar! -rogó Fuji con lágrimas en los ojos.
Tezuka no tuvo que escuchar más cuando pasó corriendo junto a Fuji tirándose de cabeza a la piscina y agarrando a Ryoma que se aferró a él con desesperación.
Tezuka nadó hasta el borde de la piscina donde Fuji lo ayudó a sacar a Ryoma del agua y luego el salió, mientras veía al omega de ojos azules abrasar al pelinegro.
-¿Ryoma, estás bien? -le acariciaba el rostro al pelinegro que se veía confundido sin saber cómo había tropezado y caído al agua- Esta en shock, creo que debemos llevarlo a la enfermería -le dijo a Tezuka con carita asustada. Tezuka asintió de acuerdo y levantó a Ryoma con facilidad en sus brazos.
-Todo está bien, Echizen -le dijo Tezuka que aunque no lo admitiera sentía que se le había ido el corazón del pecho cuando escuchó el grito asustado de Fuji pensando que algo malo le había pasado a la parejita omega y no se sintió nada mejor cuando vio a Ryoma ahogarse-. Tú también, Fuji, todo está bien -le aseguró al otro omega, que sostenía la mano de Ryoma mientras se apresuraba con él y su carga a la enfermería. Para su sorpresa el enfermero que estaba ahí no era otro que Yamato, Oni lo había invitado para estar más tranquilo por si algo sucedía y donde estaba Yamato no muy lejos estaba el consejero Tokugawa, dado que siempre andaban juntos. Y no se equivocaron, pronto vieron a Tokugawa en una esquina jugando con su tablet.
-¿Qué sucedió? -preguntó Yamato levantándose preocupado al ver al serio Tezuka con el menor en brazo y al otro omega con la carita llorosa.
-No sabe nadar y se cayó al agua, casi se ahoga -le explicó Tezuka a Yamato, quien rápidamente revisó a Ryoma, quien al fin reaccionó avergonzado asegurando que no era necesario, pero ni Tezuka ni Fuji ni Tokugawa ni menos Yamato le hicieron caso, revisándolo decidiendo que estaba bien gracias a la rápida acción de Tezuka a quienes todo felicitaron.
Ryoma estaba mortificado por la vergüenza y sólo quería apurarse a salir de la enfermería. Yamato en vista de que el chico estaba bien le dejó ir advirtiéndole que tuviera cuidado. Fuji tomó la mano de Ryoma para salir de la enfermería.
-Me quedaré contigo, no dejaré que algo así te vuelva a pasar -aseguró Fuji y ocultó una sonrisa cuando sintió a Tezuka apresurarse a salir detrás d ellos.
-¿Tú si sabes nadar? -le preguntó Tezuka a Fuji llegando junto a los dos omegas y el chico asintió.-Bien, una preocupación menos, pero igual quédate cerca -le pidió Tezuka serio.
-¿Cerca? ¿Para qué capitán? -pregunto Fuji de forma inocente.
-Para enseñarle a nadar a Echizen, no podemos arriesgarnos. Yo mismo te enseñaré a nadar -le informó Tezuka a Ryoma.
-No -negó Ryoma avergonzado-, se acabó el día de piscina para mí –aseguró, pero fue ignorado por Tezuka quien lo tomó del brazo para llevarlo a la piscina a pesar de sus protestas mientras que Fuji los seguía atrás sonriendo de una forma que ninguno de los dos vio.
Oh sí, Fuji había conseguido lo que venía buscando, la atención de Tezuka y ahora que este había caído en la red, la araña no le dejaría escapar. Tezuka Kunimitsu era suyo, tan suyo como lo era Ryoma Echizen. Cuando Fuji Syusuke quería algo simplemente lo tenía y Fuji Syusuke tenía debilidad por los chicos serios como Ryoma y como Tezuka. Podría escucharse avaricioso, pero los quería a los dos para sí. A Ryoma lo amaba a Tezuka aún no, pero el alfa le atraía como ningún otro alfa lo había hecho y sabía que a Ryoma le pasaba igual, había notado las miradas que el menor le echaba al capitán alfa cuando creía que nadie lo veía. Eso hacía las cosas mejores y más fáciles para Fuji por que así ambos se podrían quedar a Tezuka para ellos y podrían permanecer juntos, con un alfa en la ecuación ya no los tratarían de separar por ser dos omegas.
Dos omegas para un alfa no sería bien visto, pensarían en Tezuka como un avaricioso, pero la verdad el chico bien podía con dos omegas y Fuji simplemente eliminaría a quienes estorbaran en su plan para que Ryoma y Kunimitsu fueran para él, para siempre. Serían su propia familia, eran quienes el omega en él había elegido.
Continuará….