Capítulo 14: La cita
Oishi Shuichiro miró nervioso su reloj de pulsera y luego miró de nuevo hacia la calle esperándolo. Le había tomado todo su valor el atreverse a invitar al alegre y enérgico omega pelirrojo a tomar un helado ese día. De hecho una parte de él aun no creía que lo había hecho. Otra parte de él lo que no se creía aun era que el alegre y lindo chico de cabellos rojos y con más energía que el conejo de las baterías Duracell le hubiese dicho que si.
-¡Oishi-kun! -el corazón del alfa latió con fuerza al escuchar el grito y al voltearse vio correr por la acera al omega pelirrojo a toda velocidad hacia él. Ni siquiera supo en que momento, pero cuando quiso darse cuenta ya estaba sonriendo a pesar de que el omega en si tenía media hora de retraso.
-Eiji -le saludó contento cuando el omega le dio alcance deteniendo su carrera con las manos sobre las rodillas y tratando de recuperar el aliento.
-Lo siento mucho mis hermanas me retrasaron y casi no consigo salir de casa, tenía miedo de que te hubieses ido -le dijo enderezándose una vez hubo recuperado el aliento y sonriéndole a Oishi con verdadero alivio de que el alfa no se hubiese ido.
-No importa, yo también acabo casi de llegar -mintió Oishi quien llevaba ya una hora ahí, había llegado temprano por los nervios- ¿Vamos? -le preguntó con una sonrisa ofreciéndole su brazo. Eiji sonrió asintiendo y enredando su manito de forma confiada en el brazo del alfa de cabello negro y sonrisa amable.
Oishi no pudo borrar su tonta sonrisa en todo el camino mientras caminaba de forma orgullosa con el omega más lindo del mundo según él, de su brazo. Se sentía lo más correcto del mundo como si así debería ser siempre.
-Eiji yo te… -Oishi se detuvo al darse cuenta de lo que estaba a punto de preguntarle al omega mientras este ladeaba su cabecita pelirroja y le miraba con curiosidad- ¿Te gusta ser mi pareja de dobles? -le preguntó con una sonrisa nerviosa.
-Pues la verdad sí, me encanta –sonrió Eiji entusiasta y espontaneo.
-A mí también -le aseguró abriendo de forma amable la puerta de la heladería para Eiji. Este entró y le sonrió mientras se sentaba en una mesa- ¿Qué helado te gustaría? -preguntó con la carta en la mano, para él uno de vainilla sencillo estaba bien.
-Uhmm… quiero este -señalo con entusiasmo en la carta- “La dulce muerte” es de vainilla, con fresas, syrop de chocolate, galletas oreo picaditas, caramelo caliente y crema batida -sonrió con ilusión. A Oishi se le abrieron los ojos asombrado, no por el precio que era lo de menos, era por todo lo que eso traía, parecía una receta perfecta para salir corriendo para el baño. Pero parecía que Kikumaru lo quería y mucho así que sonrió y asintió asiéndole una seña al camarero y pidiéndole su helado y el de Kikumaru. La orden no tardó mucho y Oishi fue recompensado por la enorme sonrisa de Kikumaru cuando le pusieron el enorme baso de helado delante.
Pronto ambos estaban comiendo mientras Oishi escuchaba sonriente a Kikumaru que le hablaba de su grupo de música favorito “Las chocolates”.
-¿Sabes? Nunca me había gustado un alfa, pero tú eres diferente. Me gustas mucho -dijo el pelirrojo dándole el ultimo bocado a su helado y lamiendo su cuchara mirando con inocencia a Oishi haciéndolo atragantarse- ¡Nya! ¡Oishi no te mueras! -corrió Kikumaru a golpearle la espalda. El alfa recuperó la respiración y miró a Kikumaru tan cerca de él ensimismado.
-Eres tan lindo y tan perfecto -suspiró antes de pensarlo, tocando el rostro del gatito que le miró con su carita ladeada- ¿Por qué alguien como yo te gusta? No tengo nada maravilloso como tú.
-No es cierto -negó fervientemente- Oishi–kun es el mejor -dijo con toda franqueza. Oishi sonrió.
-Shuichiro -lo corrigió- y no lo soy, pero soy afortunado de que tú lo creas… tú también me gustas muchos, Eiji -aseguró-. Te gustaría… -Oishi tomó aire y se armó de valor- ¿Te gustaría… salir conmigo y ser mi novio?
Eiji sonrió con una sonrisa que casi le rompía de un lado al otro del rostro mientras asentía con entusiasmo con su cara aun muy cerca del siempre correcto y amable alfa. Así que el omega tomó el rostro de Oishi y beso su mejilla.
-Pero tienes que decirle a mis papás -le dijo serio.
-Lo haré -aseguró Oishi sonriendo como un tonto por el beso-. Te quiero para algo serio, nunca había sentido por nadie lo que siento por ti -le aseguró el pelinegro.
-Yo tampoco. Siempre pensé que los alfas no me interesaban… hasta que Oish… Shuichiro apareció -confesó el pelirrojo-. Entonces yo me sentía siempre todo caliente y chiquito y sólo quería restregarme todo el tiempo contra Ois…Shuichiro. Además mi corazón hacia doki, doki muy fuerte y rápido, cada vez que te veía, mis mejillas se ponían caliente y todo mi estomago se sentía como si hubiesen mariposas en él. ¿Eso es normal? -le preguntó Kikumaru- Yo se lo dije a mi mamá y mami dijo que eso era amor -le explicó. Oishi sonrió.
-No sé si es normal, pero sí sé que yo me siento igual -aseguró con suavidad tomando su rostro y besando sus labios con mucha suavidad y de forma casta-. A mí también me gustas mucho Eiji -le aseguró-. Nunca me ha gustado un omega como me gustas tú -aseguró.
Eiji le sonrió y recostó su cabeza en el hombro de Oishi.
-No dejaré que ningún otro omega te tenga -susurró bajito, pero Oishi le escuchó y sonrió divertido.
-Yo tampoco dejaré que otro alfa te tenga -dijo divertido tomando su mano en una de las suyas más grande y besándola.
Continuará…