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EL DEMONIO Y EL PRINCIPE DE CRISTAL por AnaAyuzawa

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Notas del capitulo:

Bueno aqui les traigo el cap 3 espero que lo disfruten y bueno aqui el encunentro.

POEMA:

Ojos verdes de Salvadro Diaz Miron

CAP 3: EL PELI PLATA Y EL OJI VERDE

-Misaki ya levántate de la cama- grito la reina a su hijo, el castaño la ignoro y siguió durmiendo –Esta todo oscuro hijo… abre las cortinas-

-No sea tonta madre… ¿Olvido la maldición que tengo?-

-No pero estoy harta de verte siempre en la oscuridad, levántate para que te vistan los sirvientes y luego abres las ventanas para que entre aire, es un lindo día ¿Qué te parece si damos un paseo en el carruaje real mi niño-

-Una pésima idea… yo quiero caminar, correr… y ya no tener que usar esa capucha… me da calor y siempre vomito a cada rato… ¿Cuándo podre sentir la luz del sol?-

-Hijo… eso sucederá si un corazón toma tu lugar… no entiendo qué es eso… te juro que seguiremos buscando un mago que…-

-Todos dicen lo mismo, es difícil deshacer una maldición causado por la Santa Celestial…-

Misaki tuvo una loca pero gran idea… más que grande muy loca e imposible. Se levanto de la cama con muchos ánimos se vistió por su cuenta y se puso sus guantes y capucha. Cuando estaba solo salto de la ventana y se escapo otra vez del castillo. Para su sorpresa Takahiro lo detuvo.

-Misaki ¿A dónde vas?-

-¡Niichan suéltame! Se estar solo, siempre escapo y nunca me pasa nada malo a acepción que vomite en las hadas pero ya les pedí disculpas y…-

-Misaki… es peligroso que vallas solo a esas calles, y más en tu estado… recuerda que eres como un cristal… más bien eres un cristal-

-Solo se rompen mis huesos cuando toco la luz, además ya me canse de estar en la oscuridad siempre encerrado y esperando-

-¿Qué esperas hermano?

-Libertad… no entiendo muy bien como se me quita la maldición y es imposible, solo ire a la biblioteca, regresare al misma hora… no te preocupes-

-Te dejare ir pero por favor regresa antes del anochecer-

-Arigato-

El príncipe salió corriendo aunque vomito… en unas hadas otra vez.

……………………………………………………………………………………………

En la biblioteca los espadachines fingían leer los libros, Nowaki sentía su corazón palpitar cada vez que veía a Hiroki…  realmente tenía  ganas de conocerlo, de tocarlo y hablar con el. Shinobu sentía lo mismo pero parecía que no le importaba.

-Ya no aguanto más Shinobu ¡Le hablare!-

-Nowaki no lo hagas ¿Qué le dirás?-

-Que salga a dar una vuelta conmigo-

-Nowaki espe…- dijo Shinobu levantándose de su asiento, pero ya era tarde, su compañero se dirigió al bibliotecario. El joven tenia curiosidad y se cubrió con el libro, pero era muy obvio que los espiaba.

-Disculpe- se puso nervioso Nowaki

-¿En que le ayudo?-

Nowaki estaba mudo, no sabia que decir, se emociono cuando este le hablo aunque sea un ratito, sudo y sentía desesperación, alegría y muchas ganas de gritarle un “me gustas”

-Hola soy Nowaki ¿Cómo te llamas?- Se emociono tanto que espanto al bibliotecario…- Eh… perdón… esque… me gusta sus libros… son interesantes-

-Etto… ¿Gracias?-

-Etto.. tiene unos ojos hermosos-

-¿Arigato?... ¿Podría hacerme u favor?-

-¿Cual?-

-Nunca mas vulva a decir esas cosas… me incomodan-

-Perdone… le seré sincero, esque yo quería invitarlo a dar una vuelta conmigo-

Hiroki volteo a varios lados, no podía creer que le decía ese chico alto y lindo

-¿Yo?-

-Si-

-Perdone yo no tengo tiempo para salir con nadie-

-¿Ni conmigo?- se metió de chismoso Miyagi

-Ni menos con usted-

-Ahhh que malo es usted conmigo-

-Solo un ratito- insistió Nowaki con ojos de perrito.

 Shinobu quería reírse por la cara que ponía su amigo, pero no lo hizo, hasta que observo que Miyagi abrazo a Hiroki, los celos lo invadieron, se levanto y le dio una bófeta a Miyagi y después a Hiroki. Nowaki se quedo helado al igual que los bibliotecarios. Hioki estaba más que confundido pero al parecer Miyagi no lo estaba de todo ya que es su ex cuñado y sabia perfectamente que este niño moría por el… pero este lo rechaza por ser hombre, menor y no lo conoce de todo bien.

-¡¿Oye porque me pegas?!-

-¡Shinobu discúlpate con ellos!-

-No quiero, nunca me  e disculpado con nadie y nunca lo hare aunque sea de vida o muerte-

-¡Los dos se me van de aquí ya y no vuelvan mas!- grito el demonio de Hiroki, los espadachines se fueron desanimados.

-Ay ese niño sigue con lo mismo… ojala y nunca me meta en problemas- dijo Miyagi mientras encendía su cigarrillo

-Miyagi ¡No fume en la biblioteca- ordeno Hiroki ya muy enojado –Hay por la diosa… hoy no fue un buen día para mi…-

En ese momento entra el príncipe Misaki

-Buenas tardes… déjeme a adivinar… viene a leer otro libro en la habitación de alla- dijo Miyagi

-Si… jejejej al parecer si…-

-No estará leyendo los libros del estante rojo ¿Verdad?- dijo Hiroki, Misaki se dio cuenta que el bibliotecario sabia que el solo venia a leer esos libros

-Etto… yo…-

-Tómalos con confianza- dijo Hiroki

-¡¿En serio?!- 

-Con la condición que no le cuentes a nadie de esos libros, si alguien se entera le dirán al estúpido del rey y este me exiliara junto con el escritor (Nota: esta prohibido expresarse por medio de poemas)

-Etto… no confié en mi no le diré a nadie y… ¿Usted conoce al escritor? ¿Puedo conocerlo?-   

-Desgraciadamente lo conozco y no, no lo puede conocer, el es un tipo..mmm… difícil… no se describirlo, pero le dire que ya tiene un fanatico-

-Arigato, dígale que sus poemas son excelentes y que le deseo lo mejor… Soy Misaki Taka…Taka… Misaki Taka- mintió el castaño, si se enteran que es el príncipe lo ahorcan vivo

-Yo soy Kamijio Hiroki, el es Miyagi Kou-

-Un placer conocerlos… ah y ¿tendrán algún libro que hable de  las maldiciones de la Santa Celestial?- pregunto el príncipe, estaba decidido buscar otra manera de romper el hechizo -¿U otro libro que diga como comunicarse con ella?-

-¿Qué raro eres?- comento Miyagi- Iré a traerte unos cuantos libros… pero no se si estén completos-

-¿Qué tipo de maldición?- pregunto con curiosidad Hiroki

-Etto…. La maldición de cristal-

-¿Por qué te interesa muchacho? Esa maldición solo se le da a los de la familia real o simplemente para revivir muertos-

-Las dos cosas- susurro Misaki

Miyagi le trajo muchos libros y Misaki se puso a leerlos,  no encontraba nada, los libros estaban rasgados, maltratados y les faltaban páginas, el joven estaba a punto de rendirse  hasta que encontró lo que buscaba:

Para romper la maldición del cristal es necesario que una persona se sacrifique, renunciando su vida por esa persona maldecida.

-Pero yo no quiero que nadie se sacrifique por un mocoso como yo- se dijo

Otra forma es hablar con la Santa Celestial, para hablar con ella se necesita llevarle:

Una canasta de fresas

Dos luciérnagas

Tres libros de poemas amargos

Un corazón de dragón

Debe entregárselas en el castillo Mitsuhashi, rezarle y ella aparecerá  te pedirá algo a cambio, si cumples con todo esto te quitara la maldición

VIVA LA DIOSA, LA SANTA CELESTIAL

-¡Eso hare… seré libre!- grito con alegría el oji verde asustando a los dos bibliotecarios -¿Me vende este libro por favor?-          

-Eto… si- respondió Hiroki-

Misaki se asusto cuando vio por la ventana a los guardias buscándolo, el joven se altero y salió corriendo ala habitación donde se encontraban los poemas, Hiroki y Miayagi se confundieron. Entraron los guardias.

-Disculpen ¿Han visto a un niño de 18 años, cabello castaño, ojos verdes, con una capucha y guantes negros?-

-Etto… No- respondieron los bibliotecarios

-¿Podemos revisar el lugar?-

-Etto… sssii…- tartamudeo Hiroki, esperaba que el chico haya

 

Misaki no sabía dónde esconderse, no tuvo otra opción más que entrar en el cuarto donde a puerta decía no pasar, los guardias buscó, pero respetaron el letrero.

El príncipe estaba dentro, y observo que había muchos juguetes, le dio curiosidad y exploro el lugar, estaba infestado de peluches, muñecos y hasta marimos. El joven encontró un libro en el suelo… estaba todo reyado… no había nada escrito más que garabatos.

Alguien respiraba en su oreja, cuando volteo era un oso amarillo no muy grande y gruño, se notaba que era un cachorrito, aun asi el castaño se espanto y cayó en el suelo, una sombra se acercaba lentamente.

Era un hombre alto, con ojos violetas y el cabello plateado. Su aspecto no era muy bueno, parecía que iba a caer muerto, se acerco al oso y lo calmo. El príncipe estaba muerto de miedo, el hombre lo tomo del brazo y lo azoto contra la pared dañando al menor.

-¡¿Quién eres, que haces aquí y porque tienes uno de mis libros?!-

-¡Perdón, perdón, perdón! ¡Yo solo me escondía de alguien pero…!-

-Largate de aquí y no quiero volver a ver tu maldita cara… si te veo por aquí tendré que arrancarte esos ojos verdes-

-Si… no me volverá a ver-

-Fuera-

-Me voy- salió corriendo el joven muy asustado dejando solo al sujeto y al oso.

-Suzuki-san… ¿Por qué rayos no te lo comiste?-

El oso negó con la cabeza y se acostó en la cama, el sujeto no es más ni menos que ese niño yuntero Akihiko. Se sentó en su escritorio y comenzó a escribir, recordó los ojos verdes del muchacho y escribió lo siguiente:

   

Ojos que nunca me veis, por recelo o por decoro, ojos de esmeralda y oro, fuerza es que me contempléis; quiero que me consoléis hermosos ojos que adoro; ¡estoy triste y os imploro puesta en tierra la rodilla! ¡Piedad para el que se humilla, ojos de esmeralda y oro! Ojos en que reverbera la estrella crepuscular, ojos verdes como el mar, como el mar por la ribera, ojos de lumbre hechicera que ignoráis lo que es llorar, ¡glorificad mi penar! ¡No me desoléis así! ¡Tened compasión de mí! ¡Ojos verdes como el mar! -Etto… ¿Yo escribí esto?

Pasaron los días… Akihiko no pensaba nada más que en eso chico, ese chico de ojos verdes tan hermosos y tan…  grandes. El peli plata no aceptaba que… que se había enamorado de aquel chico.

-¿Cuál será su nombre?- penso 

       

 

 

Notas finales:

Ojala y les haya gustado y cometen onegai y les recuerdo que los poemas no son mios. Jjejej Saludos 


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