. CAP 5: LAS FRESAS, LAS ARAÑAS Y UNA FOGATA
La cascada enorme y hermosa, tenía una linda vista, se nota que un chico sale del agua tomando aire con desesperación, el príncipe nado hasta la orilla, pronto salieron del agua otros hombres.
-¡WOW AUXILIO NO SE NADAR NO SE NADAR!-
-¡Hiroki párate!- anunciaron todos, Hiroki se levanto y se sonrojo de la vergüenza, Nowaki se acerco y le ayudo a levantarse, Miyagi ayudo a Shinobu quien estaba herido, aunque no muy grave. Los dos semes no se separaron de sus ukes y les ayudaron legar a la orilla. Mientras que el peli plata miraba con ira al castaño.
El príncipe aparto su mirada de el y se puso la capucho aunque estaba muy mojada. El sol había salido. El calor comenzó aunque ninguno de ellos lo sintió por lo mojados que estaban.
-¿Eres el príncipe?- pregunto Nowaki, Misaki aparto la mirada, Shinobu, Hiroki, Miyagi y Nowaki hicieron reverencia ante su príncipe.
-N...no hagan eso por favor… levántense- dijo Misaki todo sonrojado
-Alteza ¿Por qué huyo de casa?- pregunto Miyagi con mucho respeto
-No me digan alteza, onegai… díganme Misaki, y es que bueno… en primer lugar deseo que ustedes me disculpen, por mi culpa los puse en un lio enorme-
-¡Vaya que si… Por tu culpa nuestros cuellos están en riesgos!- grito Akihiko ya pero muy furioso. El joven lo ignoro y no lo miro a los ojos.
-Bueno, yo me quiero ir aclarar todo.. yo no tengo nada que ver aquí- dijo Miyagi –Yo solo trabajo en la biblioteca y ya, regresare-
-También nosotros- respondieron los espadachines, cuando empezaron a dar el primer paso Misaki se dirigió en otra dirección.
-Majestad, el pueblo esta allá- dijo Nowaki señalando el camino
-Debo irme, les dije que me urge… es que yo… Tengo la maldición del cristal, cuando el sol me toca mis huesos se vuelven delicados y se romperán con mucha facilidad, iré a Mitsuhashi para hablar con la Santa Celestial, para eso necesito tres libros amargos, dos luciérnagas, una canasta de fresas y un corazón de un dragón. Quiero quitarme esta maldición, entonces me ire-
-Yo te acompaño- dijo Nowaki causando celos a Hiroki
-¿En serio porque?-
-Sera un honor servirle al príncipe, y necesitara servicios de un espadachín-
-Iré yo también, quiero ver a la Santa Celestial y reclamarle algo- dijo Shinobu, ambos espadachines se arrodillaron ante el príncipe.
-Hagan lo que quieran- respondió el oji verde, los espadachines se legraron a oír eso, Los mayores no dijeron nada y solo apartaron la mirada, pero Akihiko hablo.
-Morirán si van allá- dijo con sarcasmo el demonio del cabello plateado, pero los menores partieron juntos. Hiroki se moría de los celos al igual que Miyagi, pero ambos no hicieron nada y mejor se dirigieron al pueblo. Akihiko volteo y observo como el castaño se alejaba junto con los elfos. ¿Estaría bien dejar que ellos tres se fueran?
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-Necesitamos fresas, ¿Alguien de ustedes saben donde hay?- pregunto el príncipe a los elfos.
-Si- respondió Shinobu, se encuentran a unos pasos de aquí, aunque muchos dicen que es eligros ir alla-
-¿Por?-
-Nadie vivio para contarlo- contestaron al mismo tiempo los elfos asustando al príncipe
Los tres chicos se dirigieron a la cabaña y notaron que había muchas fresas, cuando se dieron cuenta habían telarañas enormes, realmente gigantes.
-Esto no me gusta Nowaki- se asusto Shinobu mientras desvainaba su espada, Nowaki hizo lo mismo. Y si… aparecieron arañas enormes.
Shinobu y Nowaki pelearon contra ellas protegiendo a Misaki, el chico quería ayudar pero solo tenía su navaja, lo único que podía hacer era tomar las fresas que pudiera para irse de ahí. Entonces lo atrapa una araña y lo deja atrapado en la telaraña, a Shinobu también lo atraparon y Nowaki no podía con todas, entonces aparecieron los mayores, Akihiko con sus garras mataba a las arañas y luchaba con ellas, Hiroki no duro mucho, se quedo atrapado en una telaraña. Los semes pelearon con mucha valentía contra las arañas enormes y venenosas por lo visto.
-Izquierda- decía Shinobu ayudando a Nowaki y a Miyagi, Hiroki se ponía celoso y también ayudaba diciendo izquierda derecha, Misaki no decía nada porque no sabía de combates.
Desgraciadamente Miyagi también fue atrapado en una red junto con Nowaki, dejando solo a Akihiko pero todos se sorprendieron la manera de pelear sin una espada, solo usando su fuerza y sus garras de demonio.
Misaki tenia miedo, quería ayudarlo, pero pronto Akihiko acabo con todas las arañas. Se acerco a los semes y los libero, cada seme se fue a liberar a su Uke provocando que se sonrojaron, Akihiko se acerco a Misaki y no hizo nada, solo lo miro a los ojos.
-Iremos contigo a ayudarte- dijo el demonio –Con la condición que nos pagues con mucho dinero, lo suficiente para irnos yo y mi amigo de este asqueroso reino-
-Entiendo- dijo el príncipe, inmediatamente Akihiko lo libero.
Misaki recogió las frutas y se alegro mucho, ya solo le faltaba dos luciérnagas y un corazón de dragón. Se escucho un ruido extraño… no era nada más ni nada menos que los sonidos de los estómagos de todos. Estaba oscureciendo y Misaki se quito la capucha. Miro el atardecer y se pregunto ¿Qué casas se toparía en el camino?
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Era de noche y Nowaki encendió la fogata junto con Miyagi, mientras que Shinobu ayudaba a Misaki a cocinar. Akihiko estaba en un rincón escribiendo mas de sus poemas.
-La comida está servida- dijo Shinobu, aunque la comida no tenia buen aspecto, era repollo frito pero no tenía buen sabor, Miyagi fue el único que se atrevió a comer el repollo del elfo aunque tenía muy mal sabor.
-Es raro que el príncipe nos cocine a nosotros- dijo Miyagi
-No es problema me gusta cocinar, una de las sirvientas me enseño… creo que se llama Manami, jejejeje mi hermano quiere casarse con ella-
-Pues que se case- dijo Miyagi
-No se puede, está prohibido que la realeza se junte con la clase baja, además es mejor que no se casen, no es que este en contra, pero cuando te vuelves rey te vuelves un tacaño egoísta, por culpa de mi padre soy como el cristal-
-¿Puedo preguntarle algo?- dijo Nowaki
-Si-
-¿Ya ha tocado el sol?-
-Si, cuando tenía diez años, desperté y vi unos niños jugando, me hicieron señas para que me uniera al juego, hice caso y corrí, el día estaba nublado pero, el sol salió y me toco, mis rodillas se dejaron caer y mis huesos se estaban quebrando, pero Niichan me salvo, un rato mas en el sol y estaría muerto.- respondió el castaño –Ahora a mi me toca preguntar ¿Cómo es que son espadachines son amigos o familiares?- le pregunto a los elfos
-Bueno, mis padres me abandonaron en el orfanato, me llamaron Nowaki por tifón, cuando tenía seis años… las ninfas llevaban en brazos a un bebe huérfano pues su madre había muerto en el parto y su padre s suicido, yo me encariñe con el bebe y desde ese momento estamos juntos- contesto Nowaki –Pero bueno el no venia solo… estaba con su hermana mayor-
-Un sátiro nos enseño a practicar esgrima, Nowaki estudio medicina y yo me alistaba para la literatura. Cuando Nowaki se convirtió en doctor no había dinero para medicinas, es la razón por la que damos funciones de espadachines en el pueblo, para las medicinas- finalizo Shinobu
-¿Y usted señor Miyagi?- pregunto con curiosidad Misaki
-Bueno… yo en realidad, pues… solo soy un hombre como cualquiera… PERO DESDE QUE ESE ELFO ENTRO AMI VIDA YA NI SE QUE DECIR- contesto Miyagi.
-Ni se te ocurra preguntarme mi pasado y la de Akihiko, odio recordarlo – anuncio Hiroki
-Akihiko únete a la conversación- grito Nowaki haciéndole señas al demonio, este lo ignoro, se acostó debajo del árbol y se quedo dormido.
Misaki no dejaba de pensar lo que paso en la mañana, Akihiko le había besado y declarado, ahora parece que lo odia y ni lo quiere ver ni en pintura, incluso dijo que lucharía para conquistarlo ¿A caso ya no le importa? ¿Solo por ser el hijo de un tacaño egoísta? Misaki se preocupaba… como es que el joven le importara eso… desde el inicio quería que Akihiko lo olvidara, pero ahora se siente mal por eso, y su corazón latía de desesperación. ¿Realmente este hombre lo odia tanto con solo ser un príncipe? Quien sabe… lo único que debía hacer era dormir para buscar las luciérnagas.
Las fresas eran deliciosas, recolectaron muchas y eran suficientes para el camino y para a la Santa Celestial. Misaki se imaginaba a la diosa ¿Cómo sería físicamente? ¿Le quitaría la maldición? Para saber la respuesta tenía que averiguarlo
Akihiko no dormía muy bien, se sentía mal por como trato al muchacho de los ojos verdes, lo amaba y no lo podía sacar del corazón
-No puedo amar el hijo de la persona que odio- dijo el demonio