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EL DEMONIO Y EL PRINCIPE DE CRISTAL por AnaAyuzawa

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Notas del capitulo:

Bueno aqui el siguiente cap

NOTA: El poema se llam luciernagas y no se el nombre del autor Sorry pero no es mio ninguno de los poemas

       

CAP 8: LURCIENAGAS QUE ILUMINAN EL AMOR

Misaki abrió sus ojos verdes, a lado suyo estaba el demonio, cuando Akihiko vio al príncipe despertarse lo abrazo, el joven sonrojo… pero lo empujo enojado

-¿Y solo tenía que morirme para que te pongas así? Suéltame- dijo Misaki apartándose de kihiko –Primero te me declaras, me dedicas un poema luego cuando te entraras que soy el príncipe me odias y ni me hablabas ahora que estuve a punto de morirme te preocupas ¿Qué te pasa? Deja de jugar conmigo ODIO QUE JUEGUEN CONMIGO-

Akihiko tomo el rostro del muchacho y le planto un beso enorme, Misaki ponía resistencia pero no se zafaba del demonio. Akihiko tiro al castaño al suelo y lo besaba, intento quitarle la capucho y metió su mano… bueno no entremos en detalles. El joven se negaba y se movía para que el demonio no lo tocara de todo. En eso logro apartarlo

-Dejame ¡Oiste recuerda que soy el hijo de tu rey y te prohíbo tocarme de eso forma!- se enojo el príncipe pero ya muy enojado con sus gritos legaron corriendo los otros muchachos.

-Misaki ¿Cómo estás?- pregunto Nowaki –Te revisare-

-No… estoy bien y por favor sigamos-

Los seis chicos continuaron su camino, llego la noche y buscaron… pero no había ninguna luciérnaga, no durmieron nada en toda la noche. Todo fue en vano. Pasaron ya dos días o más bien noches buscando las luciérnagas pero ni rastro de ellas.

-Olvídenlo, no encontraremos ninguna estrella por aquí- se quejo Hiroki

-Debe haber una por aquí estoy seguro, la verdad… ellas aparecen para iluminar el camino según la leyenda, será muy difícil encontrarlas- anuncio Nowaki

Misaki se dejo caer de rodilla y lloro, la esperanza se había ido, ya no confiaba mas… seria de cristal siempre le guste o no. Nunca sentiría el calor del sol y siempre se sentirá mal. Akihiko se acerco a él y le acaricio la cabeza.

-Las encontraremos nunca te rindes- dijo el demonio –Solo los débiles renuncian muy fácilmente, si te rindes ahora eres un desastre como ser vivo. Levántate sécate esas lagrimas y prosigamos.

Misaki razono, se levanto, seco sus lágrimas y siguieron buscando, solo necesitan dos luciérnagas. Solo dos y no más. Pero nada. Los muchachos estaban muriéndose de hambre y necesitaban comer, Hiroki y Nowaki buscaron comida, encontraron unas cuantas frutas y las comieron entre todos.

Una mañana todos dormían, Shinobu se levanto temprano y despertó a todos muy desesperado.

-¿Qué te pasa niño?- dijo Miyagi

-¡Vengan a ver rápido vengan!- dijo el elfo

Todos lo siguieron y lo que encontraron era muchas luciérnagas muertas. Todas ellas y no había ninguna viva. Misaki se asusto al ver tal escena, Nowaki no quiso ver más, los otros apartaron la vista. Akihiko las miro un buen rato. Misaki estaba confundido y atonito al ver a los animalitos muetos.

-¿Qué les paso?- pregunto Miyagi

-Es el odio- contesto una ninfa que estaba arriba en el árbol –Las luciérnagas tienen  brillo solo cuando hay esperanza y amor, pero en este reino solo hay amargura y odio, el amor ya no existe… al menos eso es lo que sintieron ellas, el odio creció tanto que su luz se apagaron.

-Qué triste ¿No hay más señorita?- dijo Nowaki

-Que yo sepa no- contesto la ninfa –Mejor ni se molesten en buscarlas… todas están muertas, si quieren luciérnagas deben ir muy pero demasiado lejos. Aunque es difícil encontrarlas… mejor olvídense de esas criaturas-

-No es que yo las necesito, soy el príncipe Takashi Misaki y tengo la maldición del cristal, las necesito para llevárselas a la Santa Celestial para poder hablar con ella- anuncio el castaño

-No puedo ayudarle majestad, pero cuando anochezca y piense en las personas que mas quieren tal vez una o dos quizás tres  luciérnagas aparezcan-

-Me conformo con dos-

-Soy Kaoroku- se presento la ninfa –Aquí estoy para servirle alteza

-Arigato-

…………………………………………………………………………….

Akihiko estaba sentado bajo el árbol, escribiendo un poema… tendría pensado dedicárselo a Misaki… aunque no sea una buena idea después de cómo lo trato cuando se entero que era de la realeza.

-Misaki- pensaba, sería difícil estar con él siendo de la realeza y siendo humano, los demonios y los humanos jamás se han juntado, pensó en darle disculpas en la forma de cómo se porto con él y seguir luchando por su amor aunque no era de su clase. A lo lejos vio un oso acercándose a él, era Suzuki quien lo estaba buscando, Akihiko lo recibió y se los presento a los demás. El osito se veía muy cansado de tanto viajar para buscarlos.

Misaki esperaba que la noche llegara, todos estaban en un campo donde solo había flores y ya, Hiroki y Nowaki estaban acostados y hablando mientras que Shinobu y Miyagi caminaban y hablaban de espadachines. Aruhiko quería hablar con Misaki, pero este no lo quería escuchar. Aun así se sentó a lado suyo.

-Perdón- dijo el demonio –Me porte como un idiota cuando supe que eras el hijo de ese egoísta estúpido hijo de mierda y… bueno… no debí ser frio contigo… lo siento-

-No… yo lo siento… debí decirte la verdad cuando puede… además tenía miedo… cuando dijiste lo que sentías por el rey… sentí miedo si te enteraras que soy su hijo… además mentí muchas cosas sobre mi… lo siento-

-Los dos somos unos idiotas-

-Lo note- se rio Misaki, la noche llego Misaki pensó en las personas que más quería… Takahiro, su madre… incluso su padre, pensó en sus nuevos amigos pero más que nada a Akihiko…aunque de nada sirvió… el muchacho se rio

-¿De qué te ríes? ¿Te volviste loco o qué?-  

-No es que creo que seré de cristal siempre, tal vez y no nací para ser un chico normal, me advirtieron que era imposible encontrar todos estos objetos… es verdad…- el príncipe se levanta y mira un rato la luna… más bien un buen rato. Akihiko hizo lo mismo. Ambos miraron la luna, era muy brillante y hermosa.

-Cuando nací yo era rubio y mis ojos eran azules, pero la maldición me hizo castaño y mis ojos se volvieron verdes- comento el príncipe

-A mí me gustan tus ojos verdes-

El corazón del muchacho latió a toda velocidad, se sonrojo. Akihiko tomo su mano y la beso, esto provoco que sonrojara mas al muchacho tanto que parecía tomate. Akihiko cerro los ojos y le dedico otro poema:

 Hay una luciérnaga en el fondo de mi corazón Que me ilumina cuando la luna brilla Con el deseo de un nuevo amanecer Se queda con mi esperanza Y me guarda dentro de si Es mi alma, un rayo de luz Lo que me mueve a seguir Bella luciérnaga ilumina mi camino Trae consigo mis sueños Y agradezco que los resguarde Trae conmigo mi fuerza Y me la da cuando la necesito Dame una razón para vivir Dame un sentido para seguir Dame tu cálido abrazo Y yo te protegeré Vamos luciérnaga Eres mi esperanza Resguardas mis sentimientos Resguardas mis sueños Nunca te olvidare

Misaki se quedo helado, estaba pero todo rojo y creí que su corazón explotaría.

-Misaki… Te amo-

-Yo…-

Akihiko le acaricio las mejillas y le dio un beso en la frente, el príncipe quería apartarlo pero su cuerpo no respondía, pronto vio unas luces muchas luces… Eran luciérnagas. Los otros chicos también lo notaron, eran muchas luciérnagas, parecían ser estrellas. Misaki se emoción y empezó a correr por el campo admirando las luciérnagas. Atrapo muchas. Akihiko solo observaba la sonrisa del príncipe.  

-Hiro-san… te amo- dijo Nowaki mientras le tomaba la mano a Hiroki

-T…también yo- respondió con pena Hiroki, Nowaki se puso feliz al escuchar eso y lo abrazo. Los dos terminaron besándose… gracias a dios sus compañeros no los vieron.

Shinobu y Miyagi seguían caminando y contemplaban las luciérnagas, Miyagi se detuvo a pensar un rato.

-Shinobu…  en primer lugar quiero que entiendas que tu eres esto para mí: Un elfo molesto, caprichoso, rebelde, cocinas raro pero eres fuerte, sincero y nunca te rindes... eso es ser un hombre en realidad… jamás rendirse te admiro por eso- dijo Miyagi logrando sonrojar al elfo –Shinobu… te amo a pesar que eres un mocoso-

Shinob se puso a llorar, Miyagi lo tomo de las mejillas y le dio un beso en los labios. El muchacho correspondió su beso y se abrazaron.

-No es necesario que te diga que te amo porque ya te lo dije muchas veces- dijo Shinobu

Era una noche hermosa para todos. La luz iluminaba sus corazones, aunque Misaki no sabe aun lo que siente por el demonio Akihiko.        

  

        

  

 

  

 

   

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Ojala y les este gustando y no se preocupen si quieren lemon ya casi llega


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