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Días de M... por Nazuki

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Notas del capitulo:

Buenas... ¿Qué tal? Pucha que esto es difícil, pero bueh... a hacerse mujer. 

 

Allá por el 2008 inicié un fanfic pensando: a ver si alguien me leería... De repente el fic se convirtió en algo más de "A ver si alguien me leería", descubrí que mucha gente fue enganchándose con la historia, me dejaban comentarios hermosísimos, me daban su apoyo y se colgaban con la historia tanto como acabé colgándome yo. 

Cuando estaba a muy poco de terminarlo, me taré. Dejé el mundo de los fanfics y me metí en el mundo del rol, intenté miles de veces engancharme de nuevo con el fic, pero parecía imposible. Me había ido de la trama, me había olvidado de la mitad de las cosas, no conseguía engancharme con los personajes, empecé a odiar a los gazettos y menos conseguía engancharme con el capítulo que debía escribir. ¿Y la verdad? Sentía que me debía a quienes me habían leído, sentía muchísima vergüenza y muchísima pena por lo que había hecho. Recuerdo que como sabía que estaba terminándolo, había hecho un documento con toda la gente que me había mandado sus rws, que me habían apoyado, y pensaba agradecerles a todos en el capítulo final xD Porque pucha, sí que estaba agradecida a mil... y fallé. 

El fic fue borrado pasado los dos años de inactividad sin finalizar, recuerdo que en determinado momento me llegaron rws preguntándome si estaba viva incluso e intenté disculparme en un autorw, todo eso se perdió. Sigo creyendo que no hay disculpa lo suficientemente válida para toda esas personas tan hermosas que me seguían en aquel entonces, salvo terminar el fic, e igual seguía sin poder hacerlo por mucho que quisiera. 

Hace un tiempito atrás alguien me mandó un mail para recordarme por mi eterna deuda. Fue un mail muy bonito, me contó que aún se hablaba de mí y me dejó prácticamente en shock. De hecho quedé en las nubes al descubrir que todavía había gente que hablaba del fic. No tienen idea del honor... honor creo que es poco, la emoción máxima que sentí al saber que incluso luego de tanto tiempo aún me recordaran, incluso descubrí que alguien había conservado el fic y en su blog se lo enviaba a todos aquellos que lo quisieran. Uff... de verdad, el corazón me late con una emoción insuperable al recordarlo y creo que moriré agradeciéndoles. 

Pero pese a toda la emoción, el fic estaba sin terminar, ergo, mi disculpa aún no estaba hecha como debía hacerse y aunque me digné a dar la cara para tratar de excusarme, lo hice con la promesa de que un día terminaría el fic. 

No sé si alguna vez lo dije, pero yo escribo hace mucho tiempo, de hecho mi sueño es vivir como escritora. Tengo escritas un par de novelas negras las cuales están en pleno proceso de corrección para presentarlas, por lo tanto podrán imaginarse que todos sus comentarios sobre el fic, todas sus críticas en verdad siempre fueron muy valoradas para mí, y saber que "alguien llegaría a leerme" e incluso que "alguien me recordaría después de tanto tiempo" me ha llenado de fuerzas. Pero no puedo pensar en mí misma sin pagar mi deuda, sin disculparme con ustedes como se debe. Terminar el fic es la mínima muestra de agradecimiento que puedo tener con ustedes, porque en verdad que estoy a mil de agradecida. 

El problema fue que cuando pensé en ponerme a terminar el fic, me puse a releerlo y... era un facepalm tras otro. Uno cambia mucho (o tal vez no tanto, pero al menos sí un poco) con el correr de los años. Muchas cosas suceden en nuestras vidas y nos hacen ver las cosas de modo diferente, sin contar que uno va "mejorando" en algunos aspectos (y tal vez empeorando en otros). Ergo: leía lo que había escrito y... Gosh! Sentía vergüenza! Y mucha xD ¿Cómo hacía para terminar de escribir algo que no me gustaba en lo más mínimo y que tenía errores garrafales? (Desde "intención" con s hasta errores de lógica (al menos desde el punto de vista de mi "nueva" lógica)). No iba a sentarme a reescribir, el fic es condenadamente largo, pero había cosas que sí o sí necesitaban una severa edición... muy severa edición. Entonces arranqué capítulo por capítulo, puse de fondo a los gazettos cuando todavía me gustaban, y fui metiéndome de a poco en la historia, corrigiendo como si nada más fuera una correctora hasta empezar a sentirme de nuevo la escritora, alcanzar la conexión con cada uno de sus personajes, meterme en cada uno de ellos. Volví a empezar entonces capítulo por capítulo, y ahora sí como escritora, fui editando los errores de lógica o de historia que no me cerraran o no me gustaran, y cuando llegué a mi punto de tare, la escritura simplemente salió como salía antes cuando me sentaba a escribirlo... La historia tiene un final como le corresponde tener a toda historia. 

Pero pese a tener un final, no voy a publicar todo el fic de una, ha sido una carrera rápida corregir, editar y volver a escribir, una carrera muy rápida que aún necesita atención.

También creo que los viejos lectores que queden por acá y que estén dispuestos a darme una nueva oportunidad en su lectura, podrán ir refrescando su memoria de a poco, releyendo las cosas nuevas y las viejas, y no los apabullaré de golpe.

También quiero darle una oportunidad a nuevos lectores, a aquellos que están leyendo esta extensa nota sin entender un carajo de qué mierda estoy hablando. 

 

Actualizaré todos los viernes. Al menos esa es la idea, viernes a primeras horas, viernes a últimas, viernes casi sábado. No importa cómo, todos los viernes les traeré un capítulo o una parte del capítulos. 

 

Sin más, me despido por acá y las dejo leer xD Al final vuelvo. 

Capítulo 1

Primera parte

 

  No recordaba en qué momento se había puesto tan ebrio en una noche que aún era muy joven, él no era de los que tomaban en exceso, al menos no como Uruha, pero ahora estaba borracho como una cuba y en su estado de inconsciencia, estaba molestando a Reita sin respiro.

  —Sólo un beso —canturreó, tirado en el cómodo sofá de la vip del bar casi encima del bajista, buscando su rostro.

  —Ya basta, Ruki —lo regañó el rubio, empujándolo con un codo para que se le alejara—. Estás borracho.

  —Pero sé lo que hago y lo que quiero —replicó, mirándolo muy serio—. Y quiero un beso tuyo…

  Se enderezó para acercársele como un gato se acerca a su presa, pero Reita lo devolvió de sopetón a su lugar. El menor resopló y lo miró rabioso, más no podía hacer, estaría borracho, pero sabía que estaba rebajándose… todo por un maldito beso, ¡sólo un beso! ¿¡Qué tanto le costaba!?

 —¡Ah! ¡No seas tan cruel! —exclamó Uruha, que así como los otros tres gazettos, miraba la escena muy divertido—. Con esa carita, hasta yo podría besarlo.

  —¿Ah sí? —murmuró Aoi, mirándolo de reojo.

  —¿Eh? —el guitarrista se rió por la torpeza de sus palabras siendo que Aoi estaba presente—No, no, pero es que… ¡míralo! Bésalo, Aki-chan.

  —¡Oh yeah! —canturreó el vocalista, volviendo al intento de acercamiento—. Bésame… sé que quieres hacerlo…

  —¡Basta! —estalló el rubio, enojándose en serio.

  —Mfh… Está bien —aceptó rendido el vocalista. Se enderezó para echarles una mirada a todas las personas que había en el bar. Se buscaría a alguien que quisiera pasar con él la noche, no era difícil siendo él quien era.

  —Ni se te ocurra levantarte —lo amenazó Reita con un tono que ponía los pelos de punta.

  Ruki se quedó quietito, pero cuando le cayó la ficha, sonrió de costado como si hubiera triunfado.

  —¿Te pusiste celoso?

  —Tarado, en el estado que estás, cualquier imbécil va a aprovecharse.

  La sonrisa se le borró por completo y no pudo menos que mirar otra vez con rabia al bajista. ¿Por qué él no se aprovechaba entonces? Era su oportunidad perfecta para tenerlo desnudo, gimiendo como puta en una cama, ¿y sencillamente se negaba? ¿Era que no había ni un ápice de deseo hacia él? ¿Por qué? ¿Era que el rubio jamás de los jamases podría interesarse en un hombre? También, era un idiota, el que debía estar borracho era Reita y no él, tal vez así fuese posible acercársele. ¿Qué mierda pensaba?

  —Te odio —masculló.

  —Lo que digas —repuso, completamente indiferente.

  Los otros tres sintieron pena del menor y no pudieron menos que mirar con rencor a su bajista.

  —¡¿Qué?! —exclamó éste al sentir que si las miradas mataran, aquellos tres lo habrían hecho polvo.

  —Eres un tonto —le reprochó Kai.

  —¡¿De qué me estás hablando?! —exclamó furioso—. ¡Está borracho! ¡Bo-rra-cho! ¡Deberías actuar como un líder responsable y llevarlo a su casa en lugar de festejarle la borrachera!

  Ninguno de los tres tenía mucho para reponer. No traicionarían la confianza de Ruki, sabían que el vocalista estaba loco por el rubio, pero por alguna extraña razón, siempre se lo hacía saber cuando estaba tan borracho como ahora. Miles de veces los tres le habían dicho que fuera honesto con él, pero sólo conseguían hacerlo sentir mal y que respondiera que eso no era posible.

  El silencio en la mesa resultó incómodo, pero la voz de Uruha lo interrumpió por fin.

  —¡Miren! ¿No son los de Naitomea?

  Al mirar hacia la entrada de la vip, vieron a los cinco que llegaban, indudablemente eran los de Nightmare. Ruki enseguida volvió a sonreír de costado y con malicia, encontrando otra oportunidad para hacerse notar.

  —Je… Apuesto a que Ni~ya no va a tener problemas con que sea hombre…

  —¡Suficiente! —lo interrumpió Reita, poniéndose de pie y golpeando la mesa con las manos—. ¡Nos vamos!

  Agarró a Ruki de un brazo y lo obligó a levantarse. Se lo llevó de ahí como si fuera una madre que se está llevando a su hijo que acaba de hacer la peor de las travesuras, a tirones y levantándolo de un brazo.

  Los naitomeas se detuvieron para fijarse en ellos dos, mirándolos extrañados y divertidos al reconocerlos. Fue Hitsugi el que descubrió al resto de los gazettos en aquel sillón y saludó con timidez, haciendo que los demás miraran en la misma dirección. No tenían la mejor relación del mundo, pero Yomi se encaminó hacia ellos y los demás lo siguieron.

  —Que sorpresa verlos todos juntos por acá —comentó Kai, sonriéndoles tan amablemente como siempre.

  —Terminamos tarde de grabar y conseguimos convencer a los dos amargos —contestó Yomi, haciendo referencia a Sakito y Ruka.

  —De saber que las princesas del visual andarían por acá haciendo escándalo… —empezó a decir Sakito pero Hitsugi le dio un codazo para callarlo.

  —No empieces.

  Aoi ya estaba listo para responderle, iba a soltar la primera grosería que se le ocurriera, pero así como abrió la boca, la volvió a cerrar a lo que recibió una patada por debajo de la mesa. Miró al responsable y se encontró con su sonriente baterista, que tras su carismática sonrisa, decía: “te la corto si empiezas”.

  —¿Por qué no se sientan con nosotros? —les propuso Kai—. Siempre es divertido compartir con otros músicos.

  Aoi miró a su líder sin poder creer lo que escuchaba. Nunca estaban ni dos minutos en paz.

  —¿Otros músicos? —preguntó Sakito, mirando de un lado a otro como si buscara algo—. Yo sólo veo a mi banda. ¿O es que tú aprendiste a tocar un instrumento de verdad, Kai?

  Aoi de nuevo abrió la boca para contestarle no fue capaz de hacerlo al escuchar que el otro guitarrista de su propia banda se reía. Uruha no aguantó la tentación por la pregunta de Sakito y tuvo que soltar las carcajadas, pero se disculpó de inmediato, más porque Aoi se lo comía incrédulo con la mirada. No era que también pensara que la batería no era un instrumento de verdad, no, claro que no… tenía un nivel de complejidad diferente al de la guitarra pero los bateristas también eran “músicos”.

  Kai nada más les sonrió amable, no le afectaba en lo absoluto la descalificación, sólo buscaba provocarlo y era algo que no se conseguía así nada más, además Uruha también le había hecho ese tipo de bromas miles de veces.

  —Eres imposible, Sakaguchi —murmuró Yomi, tomando asiento frente a la mesa, al lado de Kai que se corrió para hacerle lugar—. Hablando de imposibles, ¿qué pasó con Ruki y Reita? ¿Pelea de amantes?

  —Ruki se sintió un poco mal —contestó Kai con naturalidad, como si no hubiera escuchado la otra pregunta y como si lo que decía fuera completamente verdad.

  —¿Otro enano que no soporta ni una gota de alcohol? —preguntó Hitsugi mientras se acomodaba con ellos y dejaba lugar para que sus compañeros también se sentaran, Ni~ya y Ruka no tuvieron problemas en hacerlo, pero Sakito se los quedó mirando mal.

  —¿Eso fue con segunda para mí? —preguntó Yomi, haciendo unas caras que los hizo reír.

  —Vamos, Saki, siéntate también —le pidió Hitsugi, al ver que seguía de pie y hasta miraba la puerta con ganas de irse.

  —Es por esto que detesto salir con ustedes a lugares conocidos —murmuró el guitarrista, pero sin más remedio tuvo que sentarse, aunque lo hizo bien al borde de uno de los sillones, cosa de poder huir rápido si se hastiaba.

  —No te preocupes, no mordemos —le sonrió Kai.

  —No, sólo tengo miedo que se me contagie lo comercial.

  —Pues mantente lejos, no sea que a nosotros se nos pegue lo de puta  —Aoi no iba a aguantársela, realmente no iba a soportársela, pero abrir la boca le costó una nueva patada de su líder—. ¿¡Qué!? ¡Él empieza!

  El acercamiento del mozo para preguntar qué tomarían los recién llegados fue lo que impidió una nueva respuesta. Sería una noche divertida… suponiendo que sobrevivieran más de cinco minutos juntos.

 

——— / ———

 

  —Llegamos —anunció Reita como si no fuera ya obvio una vez que había detenido la moto frente al edificio del vocalista, pero éste no lo soltaba ni se le despegaba de la espalda—. ¡Enano! ¿Te dormiste?

  —¡No me llames enano, maldita iguana! Eres muy cómodo…

  El aire fresco lo había espabilado bastante y ya no se sentía tan borracho. Muy en contra de su voluntad se separó del cuerpo de Reita y se bajó de la moto. Esperó por el rubio, pero éste no tenía intenciones de bajarse.

  —¿No me acompañas? —preguntó, alzando incrédulo una ceja.

  —Ve a acostarte y descansa —repuso en un tono un poco menos brusco que el que tenía en el bar. A él también le había hecho bien el aire fresco—. Mañana tenemos ensayo —concluyó con intenciones de ponerse en marcha.

  El menor frunció el ceño molesto y optó por seguirse haciendo el borracho.

  —Ah… Reita… creo que me siento algo mal. Acompáñame, ¿sí?

  Suspiró molesto, sabía que era una treta del enano, pero no podía negársele, tampoco quería que anduviera rebotando contra las paredes o terminara dormido en el elevador. Resignado, se bajó de la moto y se dispuso a acompañarlo. Ruki aprovechó enseguida para írsele encima, y sin más remedio, el rubio lo abrazó para que caminara derecho a su lado. Cuánto odiaba que se comportara así con él. ¿Por qué justo con él?

  Entraron en el apartamento y Reita lo guió hasta el cuarto. Allí lo obligó a acostarse y enseguida se dispuso nuevamente a marcharse, pero una mano lo agarró de un brazo.

  —Quédate conmigo —suplicó, mirándolo directamente a los ojos.

  El bajista se obligó a ser fuerte, a ignorarlo por completo.

  —Ya deja de molestarme y duérmete —repuso otra vez con brusquedad.

  —¿¡Por qué mierda eres tan cruel conmigo!? —gritó, sentándose en la cama de golpe.

  —¡Porque estás borracho, Matsumoto Takanori! —exclamó fastidiado.

  —¡Ya no lo estoy! —chilló. Bajó la vista y luego susurró—: ¿Es que no lo puedes entender? En verdad me gustas.

  —¿¡Otra vez con eso!? —gritó Reita aún más molesto.

  —¡Es verdad! —exclamó, mirándolo angustiado—. La vez pasada me comporté como un idiota, pero es que tenía miedo de terminar cagándola y que se jodiera nuestra amistad incluso.

  —¿Y ahora qué? —murmuró, tratando de no doblegarse.

  —¿Ahora? —preguntó, viéndolo lleno de ilusión… y borrachera que no se había ido—. Ahora es cuando me besas y me dices que yo también te gusto.

  —¿¡Quieres dejar de comportarte como un idiota!? —Reita volvía a sentir que la rabia lo corroía—. ¿Por qué lo vuelves a hacer ahora? ¿Qué es diferente?

  —¡Que si no te digo lo que siento, terminaré reventando! ¡No quiero ser sólo tu amigo!

  Reita apeló a toda su compostura y frialdad, y dentro de todo, le salió bastante bien.

  —¿Quieres saber qué pienso yo? Creo que eres un estúpido borracho que dice estupideces y después se arrepiente.

  —¡Ya te dije que no estoy tan borracho! ¡Lo digo enserio!

 Se rió sarcástico, no quería verse afectado de nuevo por aquello, no quería que le pasara por segunda vez, ya se había sentido tan idiota y no quería que volviera a pasarle. ¡Definitivamente no iba a pasarle!

  —¿Por qué yo? —musitó en un intento sobrehumano por mantener la compostura—. ¿Por qué tienes que joderme?

  —¿Eh? —lo miró dolido, el corazón se le estrujaba contra el pecho—. No estoy jodiéndote.

  —¡Déjame en paz, Matsumoto!

  Reita salió como bólido de la habitación, dando un fuerte portazo y luego otro a la puerta de entrada. Escuchó a Ruki chillar su nombre pero trató de hacer oídos sordos. En el elevador por fin perdió toda su fortaleza, sus piernas flaquearon y tuvo que apoyarse para no desplomarse. El dolor se lo comía y una estúpida lágrima no demoró en surcarle una mejilla. ¿Por qué mierda jugaba con él? Se lo preguntaba mil veces, pero no encontraba una respuesta lógica. Se pasó con rabia la mano por la cara, quitándose esa estúpida lágrima. Hasta ahí llegaba el dolor… y también el aprecio por Ruki.

  Hacía casi un mes atrás la escena había sido prácticamente la misma. En un bar, Ruki se había emborrachado y lo había cargoseado del mismo modo. Reita se hubiera sentido un violador en potencia si hubiera accedido, el vocalista estaba borracho y no era justo que él se aprovechara. Terminó llevándolo a la casa, y allí el Matsumoto le robó un beso, fueron los labios más dulces que Reita jamás probaría y los saboreó hasta que sintió que su cuerpo le exigía algo más. Pero Ruki estaba borracho, al despertarse no recordaría nada y él se sentiría como la basura más pervertida del mundo. No quería eso, así que se detuvo y quiso irse, pero el vocalista le soltó esas palabras que sólo cabían en sus sueños. Que le gustaba, que lo quería, que quería estar con él. Por un momento la emoción fue tan fuerte que creyó que podría desmayarse de la felicidad, pero entonces volvió a recordar que Ruki no estaba con todas sus luces prendidas, estaba borracho y tal vez sólo lo hacía para complacer el deseo de su cuerpo. Se marchó de todas formas, pero con la fuerte ilusión de que al día siguiente iría a preguntarle si todo aquello había sido cierto. Quería creer que lo había sido y que al día siguiente volvería a probar esos labios y a acariciar ese cuerpo, que a partir del día siguiente sería suyo para siempre. Sus ilusiones crecieron como la maldita torre de Babel. En el ensayo del día siguiente, alcanzó al menor en uno de los pasillos e hizo la decisiva pregunta. Maldito crédulo idiota.

             —Lo siento, Reita, en verdad lo lamento. Por favor, no te enojes conmigo, no quiero que me odies ni que dejemos de ser amigos. Estaba borracho y creo que dije cosas que no debía.

  La torre de Babel se vino al suelo del mismo modo que en ese momento a Reita se le vino la vida al piso. Hizo su mejor esfuerzo por no llorar delante de él, cualquiera hubiera dicho que no lo conseguiría, pero al final terminó riéndose y contestó que no había problema.

  ¿Por qué otra vez? ¿Es que se divertía viéndolo sufrir? Tenía que sacarse al Matsumoto de la cabeza, lo iba a hacer y empezaría a partir de ese momento. Al subirse a su moto con las intenciones de irse a su apartamento ya estaba decidido a que dejaría de pensar en él y lo vería sólo como un compañero de banda. Nada más porque ya ni siquiera como amigo lo quería, un amigo no jugaba de esa forma. La próxima vez que pasara algo semejante, pues… se lo violaría para que no volviera a joderlo nunca más.

 

——— / ———

 

  En el bar se respiraba diversión. ¿Quién iba a pensar que después de tantos encontronazos incómodos, los gazettos y los naitomea podían pasarse una noche haciendo bromas sanas y riéndose entre ellos y no de ellos, charlando de música, arte y hasta religión? Claro, todo gracias a que Sakito permanecía en silencio. Lo hacía por Yomi y Hitsugi, ellos adoraban sociabilizar, Hitsugi podía permanecer bastante callado al principio, pero era cuestión de que fuera ganando confianza para que se fuera soltando, era el tipo del millón de amigos, hablaba con todos y no tenía problemas con nadie. Yomi era confianzudo con el mundo, aunque Sakito se lo quedó observando extrañado porque el tipo de confianza que estaba demostrando con Kai no era lo que estaba acostumbrado a verle. Y era ése el motivo por el cual seguía quedándose, por demás estaba bastante aburrido.

  Uruha se había conseguido alguien que tomaba a la par de él, Ni~ya era quien lo acompañaba a gritarle “otra” al camarero y los dos se estaban pasando de copas, cada vez que abrían la boca, tenían la lengua más enredada. Claro, cuando Uruha la desenredaba de la boca de Aoi. No tenía vergüenza ninguna y parecía que Aoi tampoco, aunque cada vez que Sakito se fijaba en ellos, Aoi lo miraba como diciéndole: “Míralo de nuevo y te reviento, ¡es mío!”, encima parecía tener un chip interno que le indicaba cada vez que alguien se fijaba en ellos, en Uruha precisamente, como los autos que te avisaban si te acercabas demasiado a otro auto. A Sakito le recordó a Gollum. “Mío… Mi tesoro…Gggh…”

  Y para completarla, Sakito había intentado ponerse a conversar con Ruka al menos, pero por algún extraño motivo, su batero no pasaba de los monosílabos y terminó molestándolo. Claro que el “extraño motivo” tenía nombre y apellido, y estaba sentado al otro lado de la mesa. Algún tiempo atrás, en las salidas de bares, la situación se daba diferente, él hubiera estado aburrido como siempre, Hitsugi lo habría estado obligando a sociabilizar con algún otro proyecto de músico que se hubieran encontrado, aunque a veces salían cosas buenas de eso, eran casos contados con los dedos; pero para Ruka hubiera sido muy distinto, él y un muy borracho bajista habrían estado de lo más entretenidos manoseándose a Yomi. En cambio ahora el enano ni se le acercaba y Ni~ya parecía haberse convertido en el nuevo perrito faldero de Hitsugi, al menos no se le separaba y ni se acercaba a Ruka, lo cual parecía tenerlo de pésimo humor.

  Eran un montón de colegialas. Y justo hablando de colegialas, las dos colegialas más pervertidas se estaban poniendo en pie.

  —Nosotros nos vamos —anunció Aoi al batero gazetto. La noche aún seguía siendo joven aunque ellos sentían que las horas volaban. Para Uruha era su loca cabecita ebria la que estaba volando y, como de costumbre, su cuerpo se estaba recalentando. Aoi ya lo conocía muy bien y sabía que cuando su pareja se ponía demasiado impetuosa con sus besos y sus caricias, ya era hora de volver a casa—. ¿Tú qué harás?

  —Viniste en tu auto, ¿no? Yo me quedo un rato más.

    Aoi no pareció muy convencido de dejarlo con los naitomea, como si estuviera dejándolo en el medio de una jaula con fieras.

  —Ni~ya, otro día nos juntamos temprano y vemos quién termina en pie… —se rió Uruha y acabó por convencer a Aoi que era momento de retirarse así fuera dejando a Kai.

  —Mi tesoro… —masculló Sakito, imitando la voz de Gollum mientras veía a ambos guitarristas marcharse.

  Tal vez ya era hora para que él hiciera lo mismo, pero no quería hacerlo solo, se negaba rotundamente a eso, y su batero seguía sin pasar de los monosílabos con él así que podía descartar completamente la idea inicial por la cual había aceptado ir. Llamaba a alguien, así de simple. Indignado, sacó su celular, pero de torpe se le cayó al piso. Tuvo que estirarse para alcanzarlo debajo de la mesa y fue entonces que vio algo que lo dejó de cara. Un par de manos estaban entrelazadas debajo de la mesa, y no eran de la misma persona, dos personas en aquella mesa estaban haciendo manitas…

  —¡Aaaah! —exclamó, enderezándose de golpe para ver a su vocalista y al batero gazetto. Debía ser una broma, pero todo cerró muy rápido en su cabeza—. ¡Qué idiota! ¡Ust-…! —sólo se calló porque alguien más se había acercado a la mesa y, pese a la exaltación, era consciente de lo que se podía gritar y lo que no.

  Kai y Yomi se habían quedado pálidos, pero Ruki había llegado justo para salvarlos. Momento… ¿Ruki? Kai se lo quedó mirando extrañado. ¿Qué demonios hacía Ruki allí de nuevo?

  —¿Y los demás? —preguntó a su líder sin molestarse por saludar a los zánganos de Nightmare, no estaba de humor para aguantarse ninguna broma. De hecho, ver a su batero entre ellos lo dejaba bastante desconcertado.

  —Recién se fueron —contestó Kai, viéndolo preocupado—. ¿Por qué regresaste?

  —No podía dormir y supuse que ustedes seguirían acá. Me voy a buscar algo para tomar —anunció, no quería volver a sentarse allí.

  —Pero hace un rato estabas que no podías más —replicó Kai preocupado.

  —Pff… eso ya me quedó en los tobillos.

  —No suena muy complicado —ironizó Yomi.

  —¿Qué insinúas, enano de circo? —preguntó con una sonrisa torcida, esperando con ansias que le contestara para tirársele arriba a darle una buena zurra, necesitaba sacarse la frustración y ese tal Yomi era el candidato ideal.

  —Ruki —lo llamó Kai con tono de madre a punto de regañarlo.

  —Mmh… —mugió fastidiado y se dio la vuelta para irse a la barra, donde planeaba acodarse el resto de la noche.

  A Kai no le gustó la expresión que tenía el vocalista, no le gustaba que se sintiera despechado y encima fuera a emborracharse… más.

  —¿Qué bicho le picó? —preguntó Yomi.

  —Mal de amores —contestó Kai, haciendo todo su esfuerzo por no salir como madre detrás de Ruki. Ya se lo habían dicho una vez: fuera de la sala de ensayos y de los escenarios, era un amigo, no un líder de grupo, ya todos estaban grandes y sabían lo que hacían… Pese a que Reita un rato atrás le hubiera tirado con el liderazgo por la cabeza, lo había hecho porque estaba molesto, pero normalmente les molestaba más que él se pusiera en papel de “líder responsable” cuando salían a divertirse.

  De todos modos iba a levantarse para ir, era un amigo y debía ir con él, pero Ruka le ganó de mano y estaba sentándose al lado del vocalista. No sabía si suspirar aliviado o preocuparse más, no quería pensar que Ruki terminaría haciendo algo por lo que después se arrepentiría… Todos eran grandes y sabían lo que hacían, tenía que obligarse a tener eso en mente.

  Sakito ahora sí multiplicaba su furia. Desde el momento que Ruka agarró su vaso con coca cola y se puso en pie, le supo las intenciones. ¡Maldito fuera! Pero tenía otro asunto más entretenido por el cual ir a molestarse, así que antes de seguir fastidiándose con su baterista, clavó los ojos en el otro baterista presente.

  —Saki… —susurró Yomi apenado—. No te enojes.

  —¿No? ¿Y qué hago entonces?

  —¿Alegrarte? —contestó Hitsugi.

  —Tú ya lo sabías —murmuró resentido, aunque no era de sorprenderse que su apercingnado guitarrista ya lo supiera—. “Everybody loves Hitsugi” sería un gran dorama.

  —Es mi culpa que Yomi no pudiera contártelo, Sakito-san —intervino Kai, tan amable como siempre—. Le pedí que no se lo dijera a nadie, la gente siempre habla de más, estábamos empezando algo lindo y no quería que fuera a arruinarse.

  —¿¡Eh!? —exclamó Ni~ya—. ¡Ustedes están…!

  Sakito reaccionó rápido para darle un golpe en un hombro a su bajista antes que todo el vip del bar se enterara que Kai y Yomi estaban saliendo, Hitsugi también lo golpeó al mismo tiempo con una patada cosa que se callara.

  —Pero mira que eres lento —dijo Sakito, conteniéndose las ganas de darle otro golpe sólo por lerdo.

  —Aah… —Ni~ya sonrió poco y más de oreja a oreja—. ¿En serio? ¡Felicitaciones!

  —Será lento, pero al menos tiene una reacción acorde —dijo Hitsugi a Sakito—. Ahora inténtalo tú.

  —Es porque es un idiota. Gracias, Chiba, gracias por la confianza que nos tienes. Bueno, claro, cómo confiar en esto —miró de reojo a Ni~ya que ni se percató que el palo había sido para él, o al menos no dio muestra de ello.

  —Se lo conté a Mitsuo sólo porque no me aguantaba, se suponía que no debía saberlo nadie de nadie, ni nuestra sombra. Fue un trato con Kai, después se los contaría. Vamos, Saki, sabes que confío hasta mi trasero en ustedes.

  Sakito no pudo menos que reírse cínico, motivo por el que él recibió una patada de Hitsugi.

  —Acompáñame al baño, Sakaguchi —le pidió Hitsugi, poniéndose en pie.

  —¿Te salió vagina ahora y necesitas compañía? —preguntó, pero la mirada de gato a punto de enterrarle las garras que le dedicó lo hizo ponerse en pie para irse con él.

  —Lo siento, no quise darte problemas con Sakito-san —se disculpó Kai de inmediato.

  —No te preocupes —le sonrió Yomi, volviendo a tomarle la mano por debajo de la mesa—. Hitsu ahora lo calma y mañana yo hablaré tranquilo con él. Está más enojado con él mismo que conmigo.

  —¿Por? —preguntó extrañado.

  —Porque no se dio cuenta antes —se rió divertido.

  Ya iban casi tres meses desde que había tenido el primer encuentro con Kai, unas siete u ocho salidas habían tenido en ese tiempo, salían a comer, a beber, charlaban, se divertían, la pasaban bien juntos. El gazetto decía que quería ir despacio, y por él estaba bien de ese modo, normalmente se aburría rápido de las cosas así que estaba más que perfecto. No había sido mera casualidad ir a encontrarse en ese bar, hacía unos días habían hablado de lo mal que se llevaban sus respectivas bandas y que estaría bien intentar un acercamiento entre ellos, sabían que sería difícil, pero tal vez en un ambiente distendido y no uno de trabajo, podrían llevarse bien. Y ya que estaban tan cerca, no pudieron perder la oportunidad para darse ocasionales caricias ocultas que tan divertidas y emocionantes eran. Igual en cierta medida, era un alivio poder estar sin necesidad de esconderse delante de sus compañeros. De todos modos no era como que estuvieran oficializando nada, ellos simplemente salían. 

Notas finales:

Ruki: Tadaaaaaan! 

-lo patea, es muy pronto- 

 

Y aquí de nuevo yo reportándome! Hola, soy Nazuki y tiendo a tomar las notas finales de los capis como espacio personal para divagarme y monologuear con ustedes mientras un Ruki imaginario me atormenta. 

Ruki: Pft! Amarán verme en las notas finales, hoy me vieron en esta parte del capi, pero ya luego... 

-lo patea, sigue siendo muy pronto- 

 

Para quienes por primera vez me leen aclaraé lo siguiente: El fic fue iniciado en el 2008 y la verdad no le cambié la locación temporal, deberán pensar en el gazette y el nightmare de allá por el 2008/2009. 

 

Bueno, les contaré un poco sobre las reediciones para los viejos lectores.

Para empezar el título... En serio, no sé en qué estaba pensando cuando le puse el título que le puse, el cual me daba muchísima, pero muchísima, pero muchíiiiiiiiiiiiiiiiiisima vergüenza, cada vez que alguien me dice algo de Días de Malentendidos yo me doy un cabezazo contra el teclado. ¿Es que no existía un título más fail que ese?! En serio... Y bueh... dado que el título no podía cambiárselo completo (tampoco es como que se me ocurra otro porque soy UN QUESO titulando cosas), decidí dejarlo en Días de M... que puede tener su doble significado (triple, cuádruple, incluso podría ser Días de Melissa e iría acorde también xD) y aún así no pierde su esencia original. 

En segundo lugar...  uff... cómo decir esto sin que suene mal... tenía pjs muy gays... pero demasiado gays que ya eran mariquitas locas que vivían lloriqueando. Y todos sabemos que los hombres también lloran, pero... ufff... estos lloraban mucho! Y el enano me sacaba de quicios. 

Ruki: o.o... ¿Ore? 

Sí, tú! Era... uff... no me gustó xD Era llorón, marica, histérico, infantil y podría seguir con una lista interminable que a fin de cuentas... aún lo es .-. 

Ruki: -cara de fuck yeah hasta que se da cuenta que acaba de decirle cosas que no son lindas-. -___-!! 

-lo patea de nuevo al estilo de aquel juego de Nintendo de Kung Fu-.

En tercer lugar: Dado que haré la siguiente actualización el viernes y esta primera parte estaba sonsa, decidí cambiar un poco la repartición de las partes, por lo que algo que antes iba en la segunda parte hizo level up y apareció en esta. 

Cuarto: La relación de Kai y Yomi me pareció que resultaría mucho más solida si ya llevaban un tiempo saliendo a que si la cosa arrancaba desde este preciso momento como ocurría antes. En este punto creo que podré volver más adelante para explicarlo mejor y así no hacerle spoiler a nadie que esté leyendo por primera vez. 

 

Ahora... creo que sólo agradecerle a ese amor de persona que me mandó ese mail preguntando por mí o a esa chica que conservaba el fic (y de donde pude sacar el resumen xD) o a una muy buena amiga que siempre me picaba para saber cómo cuernos terminaba la historia, sería entrar en faltas con muchísimas otras personas que en su momento me llenaban de apoyo.

 

Daré un MIL GRACIAS para todos por leerme!!! Muchas, pero muchas, muchas, muchas gracias por leer!! 

 

¡Avances del próximo capítulo! (Porque puedo darme este lujo muajaja -se atora-)  Uruha y Aoi no llegan a su apartamento, necesitarán desnudarse antes. Rukito despechado se pone de jueguitos con Ruka... y Ni~ya?! Eso seguro termina mal...

Ruki: Chan chan chan -cara de circunstancia- 

 

Muchas gracias a todos y espero sus rws con sus coments! En serio, no me canso de agradecerles y el día que publique en serio algo, también les voy a agradecer a ustedes! 


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