Por primera vez en el da, el recorrido hecho por un ascensor no le pareca eterno, y tuvo la suficiente paciencia para soportarlo sin sentir la frentica necesidad de golpear todo a su paso, pues su objetivo se encontraba dentro de su casa, estaba seguro de ello, y l iba a llegar hasta all con la plena seguridad de ir por la presa correcta. Saba que no sera lo ms fcil, pues Toshiya tena el mismo nivel que l en el judo, y a pesar de que la fuerza de su cuerpo presentara una diferencia muy notoria, l era sumamente astuto para pelear, y aunque ese hecho no le provoc miedo en ni por un momento, lo deba mantener en su mente para no confiarse de un modo excesivo. Senta plena confianza en sus habilidades como peleador, pues su nombramiento como capitn del equipo de judo durante sus aos en la preparatoria no haba sido en vano, empero, un poco de cautela no le estorbaba, dadas las circunstancias. En cuanto se plant enfrente de la puerta correcta, su diestra se elev lo suficiente para poder presionar el botn del timbre, provocando que ste resonara dentro del apartamento en que se encontraba ese ser que ahora tanto despreciaba.
–Kyo? Vaya, me sorprende mucho verte aqu…–fueron las palabras pronunciadas por el alto chico de cabello negro, apenas abri la puerta y vio de quin se trataba la inesperada visita que acababa de recibir.
–Despus de las estupideces que dijiste frente a Hide el da que se quedaron en mi casa para conocer a mi hijo? Creme que no me hace mucha gracia encontrarme aqu, desde hace tiempo que tu casa emana ese aroma a…podrido.
–Quieres decirme de una vez qu haces aqu? No me hagas perder el tiempo con tantos insultos que no vienen al caso, ya me s de memoria el tipo de discursos que pronuncias cuando ests molesto, y es obvio que ahora lo ests, la pregunta es, por qu?
–Bueno “querido” Toshiya, te ests contradiciendo no te das cuenta? Dices que quieres que vayamos directo a lo que me trajo aqu, pero en su lugar ests dando ms rodeos t, preguntndome algo cuya respuesta t sabes muy bien…por lo tanto ahora quiero que me digas, sin hacerte el estpido otra vez…quin carajos te crees t para tratar de intervenir, del modo en que lo hiciste, en mi relacin con Hide.
–Yo intervenir en tu relacin con Hide? Me ests ofendiendo Kyo, yo sera incapaz…
–Cllate! Por supuesto que no esperaba escuchar la verdad as como as, no de ti, yo s que eso es imposible, sin embargo quiero que sepas que aunque te hagas el tonto, ya tu maldito cmplice me confes que t lo mandaste a meterse a mi cama para que Hide nos encontrara en una situacin comprometedora y que as terminara conmigo, pero no sabes la satisfaccin tan inmensa que siento en este momento por informarte que fallaste, Hide y yo seguimos juntos, ms enamorados que nunca, por ms que eso te haga retorcerte de coraje, incluso estoy haciendo planes para nosotros en un futuro…un futuro donde t, no pintas para nada, as que por qu no te haces a la idea de una vez Toshiya, rndete.
–Y t qu pensaste, que con ese discurso barato iba a agachar mi cabeza derrotado y limitarme a hacer lo que t quieres, como lo haca en la preparatoria? No cario, yo ya no tengo por qu seguir tus rdenes como un perro fiel, as que gurdate tus discursos.
–No soy estpido Toshiya, yo saba muy bien que eso no iba a ser suficiente, as que por qu no simplemente me dices qu quieres a cambio de dejarnos en paz.
–Sabes bien que lo nico que yo quiero eres t…
–Eso nunca!
–Entonces jdete, pero a esta casa no regreses hasta que ests dispuesto a ser mo!
–No me ests entendiendo verdad Toshimasa…pareciera que ese cabeza llena de aire de Takanori te ha contagiado su estupidez, lo cual me decepciona mucho, porque t siempre demostraste ser muy inteligente…sin embargo, teniendo en cuenta la situacin, creo que tendr que ponerlo en trminos simples para que lo entiendas…
Despus de eso, un repentino golpe dirigido a la mejilla del ms alto termin con cualquier discurso que pudieran pronunciar en ese instante, ocasionando que ste cayera de lleno al suelo, derrapando un par de metros hasta que su cabeza choc contra un costado del sof que se hallaba en la sala de estar. …ste ataque lo haba atontado lo suficiente para recibir algunos golpes ms, antes de ponerse de rodillas sobre el suelo, logrando echarse encima del menor, cuya espalda se estamp con fuerza en contra del suelo, provocndole un leve quejido grave en el momento que la parte trasera de su cabeza resinti el mismo impacto. No obstante, era evidente que la pelea no terminara ah, pues a esa cada le sigui una lluvia de puetazos de parte de ambos, buscando ser quien le provocara mayor dao a su rival, en medio de algunos forcejeos por cambiar las posiciones, pues Toshiya pareca querer ejercer la mayor presin posible, tomando ventaja de su estatura y peso superiores, de manera que el ms bajo se sintiera ahogado por l. A continuacin, sigui un breve intento de asfixiar al contrario, de parte de Kyo, pero que no fue permitido, por lo que todo pareca ser, de cierta forma, equilibrado en ese momento, pues los dos seguan en condiciones de agredir a su adversario con la misma firmeza y fuerza, aunque ambas fueran en deceso poco a poco, conforme seguan recibiendo ataques. Un par de minutos ms tarde, los intentos del chico de ojos marrones por intercambiar la posicin en que se encontraban, funcion, de manera que ambos cuerpos se giraron, an sobre el piso, pero de forma opuesta, para dejar encima al ms bajo. Empero, aquel cambio no fue suficiente para poner un fin, pues los golpes continuaron, sin la misma precisin que al inicio debido al desgaste que inevitablemente comenzaban a demostrar, por lo cual, algunos de ellos, certeros, fueron dirigidos en contra del rostro o el cuerpo del oponente, mientras que otros resultaron fallidos, en contra el viento, aunque era un hecho que alguno tena que ganar. Ambos lo saban, as que, en un casi desesperado intento por ser quien ganara, Toshiya lanz un indebido golpe en contra de la garganta ajena, el cual se desvi hacia una de las mejillas, gracias a un pronto movimiento que ste realiz, apenas un segundos antes de recibir el impacto de ese puo, pero aquel movimiento tan deshonesto le cost muy caro, pues en seguida recibi, como una evidente venganza ante su falta de honor durante una pelea, un fuerte rodillazo justo en la boca del estmago, seguido de un certero golpe en el rostro, tan potente, que le hizo quedar inconsciente casi de inmediato. Por un instante, Kyo permaneci en la misma posicin en que se haba quedado, de modo que contempl a su adversario, jadeando bastante agitado y con una expresin satisfecha, aunque l s le haba dado una buena pelea, pues su respiracin alterada le demostr el cansancio que su cuerpo experimentaba, e incluso necesit uno de los puos de su chaqueta para secar el sudor de su frente.
–S que buscars vengarte de esto una vez que te recuperes de los golpes Toshimasa, pero ten por seguro que yo no tendr la guardia baja cuando eso suceda…
Al mismo tiempo que hablaba, se puso de pie, aunque sus piernas temblaran ligeramente, y tras limpiar un hilo de sangre que escurra por su labio, decidi que era momento para retirarse finalmente de ese lugar. Era una situacin demasiado inusual para l, teniendo en cuenta la mente maestra que siempre le haba caracterizado, el hecho de no estar cien por ciento seguro de cmo deshacerse de ese obstculo que Toshiya simbolizaba ahora, pues finalmente le haba mostrado lo peor de su persona, y a pesar de que en su primer intento, todo haya resultado a su favor, no poda estar seguro de que eso se repetira, y de que iba a poder mantener a Hide a salvo. Tena un as bajo la manga, uno que, a pesar de lucir sumamente efectivo y atractivo, no se atreva a usar, por miedo a que le resultara contraproducente, pues requera de una planificacin demasiado cautelosa, pero era el nico recurso que posea, y que si lo usaba de forma adecuada, le ayudara a deshacerse tambin te otros obstculos que, estaba convencido, no tardaran en dejar la pasividad.
Por otro lado, ese asunto no tena por qu agobiarle con tanta insistencia en ese instante, pues no poda hacer nada hasta haberlo planeado todo con el cuidado necesario. Por ello le pareci mejor dedicar su mente a maquinar un plan distinto, uno ms agradable, ya que estaba relacionado directamente con la persona que ms amaba, ese hermoso chico con ojos color chocolate y sonrisa encantadora que le robaba el sueo, los pensamientos, y que se haba convertido en el dueo de todo su ser. Inmediatamente volvi a su cabeza una frase que Hide le dijo un da, y que se prometi que en ningn momento dejara que su mente la olvidara. Durante una de sus conversaciones, relacionadas con el hecho de retomar su relacin, ste le insinu que, despus de conquistarlo con mentiras, volver a conquistarle, sintiendo algo real, le resultara lo ms sencillo del mundo, y apenas proces esas palabras, supo que eran completamente ciertas, por lo que era momento de retomar de un modo ms activo, su plan para reconquistarlo, y lograr que aceptara formalizar su relacin. Las vacaciones de ambos estaban por terminar, y no poda desaprovechar cada da libre que les quedaba, para poder pasarlos a su lado, de manera que, aprovechando que el accidente de su amado no haba sido tan grave, poda planear un corto retiro.
El mismo da que lo dieron de alta, haba preparado las maletas necesarias, con su ropa y sus cosas, las de Hide y de su hijo, adems de haber hablado al respecto con los amigos de l, pues saba que iba a necesitar de su ayuda y presencia. Haba decidido no decirle nada a su pareja, y dejar que descubriera la sorpresa en el ltimo instante, por lo que en el momento que lo dejaron salir del hospital, y subi al auto, no condujo en direccin hacia la casa de ninguno, sino hacia las afueras de la ciudad, desconcertando bastante al ms bajo, quien no dej de preguntarle al respecto en ningn momento desde el momento que le vend los ojos para que no viera el camino, pero estaba decidido a no decirle nada. La carretera estaba bastante despejada, por lo que no surgi dificultad alguna para llegar a su destino, y arribaron a la hora convenida, apenas algunos minutos despus que los dems, quienes ya estaban en la puerta esperando por quienes faltaban.
–Ya me puedo quitar la venda Tōru? –Pregunt una vez que sinti el auto detenerse por completo, adems que el aroma salado a mar era algo a lo que estaba tan acostumbrado desde que era pequeo, que no poda confundirlo.
–Solamente espera a que te ayude a bajar del auto –a continuacin, abandon el vehculo para dirigirse al otro lado de ste, abriendo la puerta y ayudndole a salir del auto, pues el castao permaneca con los ojos cubiertos. Estando los dos abajo, dirigi ambas manos a sus hombros para indicarle que se girara un poco sobre su propio eje, tras lo cual retir el pauelo que haba atado sobre sus ojos, dejndole ver una playa que, l estaba seguro, reconocera de inmediato, pensamiento que confirm justo en el segundo en que el menor observ el lugar donde se encontraban, con una expresin sumamente sorprendida.
–Shirahama? –Apenas pronunci con una voz suave, como si todava no creyera lo que sus ojos vean– pero si vena aqu de vacaciones con mis padres cuando era pequeo…
–Lo s, habl por telfono con tus padres y ellos me contaron, te gustara que pasemos aqu los ltimos das que nos quedan de vacaciones?
–Aww Tōru, es una idea maravillosa, muchas gracias por traerme aqu –en cuanto termin de hablar, se dio la vuelta nuevamente para poder abrazarlo fuertemente, totalmente lleno de emocin al encontrarse en un lugar lleno de recuerdos valiosos– y adems has trado a mis amigos y nuestro hijo, eso lo hace an mejor.
–Supuse que te emocionara revivir algunos recuerdos de tu infancia, los cuales segn s, son muy preciados para ti, adems que la idea de traer a Kanade cada ao aqu, para que disfrute de este lugar tanto como t lo hiciste, suena muy bien no crees? Por lo menos la ltima semana de vacaciones, que sea…una tradicin.
–Qu puedo decirte, si me conoces tan bien para saber que me encanta la idea, eres tan increble, francamente me has dejado sin palabras, no s qu decirte…
–Por qu no empezar por decirme lo que sientas por m –le susurr al odo con un tono de voz suave, pero bastante profunda al mismo tiempo, tanto, que le provoc un escalofro al contario, de igual manera que un tenue sonrojo en las mejillas.
–T bien lo sabes…
–S lo s, pero hace demasiado tiempo que no me lo dices –un susurro igual penetr en el odo del ms bajo, intensificando el sonrojo que coloreaba su rostro, hasta que se decidi, y justo como l lo haba hecho antes, le despacio susurr al odo.
–Te amo, Tōru Nishimura, te amo con todo mi ser…
El chico de ojos color marrn no necesit ms para que una sonrisa, igual de emocionada que la que su amado haba mostrado cuando supo del lugar en el que se encontraban, o quiz an ms amplia, se dibujara en sus labios, pues le encant escuchar esas palabras de parte del ser que ms amaba en el mundo. A continuacin, sin importarle las personas que los observaban, desliz una de sus manos hasta la mejilla del menor, para acercarse a besar sus labios de la forma ms amorosa del mundo, demostrndole igualmente todo el amor que senta por l, casi con necesidad, como si hubiera transcurrido un siglo entero desde la ltima vez que se besaron, a pesar de que aqul era el primer beso durante sus vacaciones del resto del mundo.
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