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Pecado por Alinna

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Notas del capitulo: Después de un tiempo del incidente Lay tendrá más de una sorpresa, unas de tensión y recuerdos, otras que le harán temer por el futuro que le espera.
“¿Quiere que llame a la policía señor Latener?” Jessica hizo que Dick dejara de maldecir entre dientes para voltearse hacia ella.

“No Jessica...no se preocupe...” intentando calmarla se acerco intentando mostrarse tranquilo. “...lo que si debería decirme es si vio o escuchó quién pudo ser...”

“Yo escuché algún que otro ruido pero no quise cotillear...solo miré por la puerta cuando escuché que la puerta se abría...y vi una mujer realmente hermosa, aunque tenia una cara de enojada increíble...no pensé que podría ser ella quién hiciera eso. ¿Usted la conoce?”

“Eh...es una larga historia Jessica...pero gracias, solo necesitaba saber si usted la había visto salir de aquí en buen o mal estado...” ella asintió algo preocupada y nosotros cerramos la puerta del piso.

“¿Dick?” miré a mi novio que parecía que aún no se lo creía.

“¡Esta mujer esta realmente mal de la cabeza!” riéndose se acercó a la sala y colocó bien el sofá. “¡Dios mío!” se acercó a un cuadro y lo recogió. “...este cuadro...tardé dos años en conseguirlo...y valía un montón...”

“¿No sería mejor llamar a la policía y poner una denuncia?”

“Y me dirán: ¿y porque dejó a esa mujer en su casa? Se pensaran que es una pelea cualquiera...” suspirando se llevó las manos al rostro.

“¿Entonces? ¿Qué harás?” sin entender mucho comencé a recoger los platos rotos que había por el suelo, cogiendo los trozos más grandes, los pequeños se tendrían que barrer o pasar el aspirador.

“Mañana iré a hablar con ella...”

“¿Cómo?” sorprendido le miré. “¿Y crees que así por las buenas te dará todo lo que te ha roto?”

“Más le vale...tu confía en mi...tengo mis...métodos.”

No quise preguntar más, creo que no hacia preguntar algo sobre esos métodos o aún me asustaría.














Me despertó el timbre, Dick decidió ir a buscar a Lisa, no quiso esperar para aclarar las cosas, quise acompañarle, pero me dijo que sería más fácil si yo no estaba, por lo que acabé de ordenar algo la casa, tiré a la basura los platos rotos, ordené todo lo que arrojó por el suelo y pasé el aspirador por si algún cristal pequeño había quedado.

Por lo menos las habitaciones no las había tocado, en la nuestra había muchos cuadros en las paredes que costaban mucho dinero.

Me dormí del cansancio y ahora yendo hacia la puerta miré el reloj.

“...es raro que aún no haya vuelto...” abriendo la puerta me encontré con unos ojos de color miel y cabellos color fuego, alguien a quién había odiado y que ahora, me caía relativamente bien. “...¿Michael?”

“Eh...si...no quisiera molestar...venía a entregarle unas fotos de unos cuadros que acabé...por si Dick encontraba compradores.” Vi que intentaba buscar algo dentro de su bandolera y me reí suavemente llamando su atención.

“Pasa...tampoco quiero que te quedes aquí en el umbral de la puerta...” dejando que entrara le acompañé hasta la sala. “¿Quieres algo de café?”

“Si...gracias.” sentándose en el sofá se volteó ligeramente, notando como me estaba mirando.

“Adelante...pregunta.” volteándome vi que Michael se sorprendía.

“¿Preguntar?”

“Algo te esta rondando por la cabeza...si quieres preguntar...pregunta.” cogiendo de las únicas tazas que habían quedado intactas y se la llevé a Michael con algo de café, sentándome a su lado mientras me encendía un cigarro.

“...aviso...a veces me paso de sincero...ese problema lo tengo continuamente con mi novio...dice que a suelto las cosas tal y como las pienso...” riéndose con algo de vergüenza me hizo sonreír, era un chico simpático, lo juzgué mal por mis celos. “...verás...pensé...que te caía mal...por eso me sorprende que me mires y hables así afablemente.”

“No te preocupes...antes te tenía algo de odio...pero no eran más que celos.” Dejando que el humo escapara de mis fosas nasales me relajé, viendo la mirada interrogativa del cliente de mi novio. “...pensé...que Dick quería algo contigo.”

“¿Dick? Oh, vamos...hace muchísimo que lo conozco...además tengo un novio espléndido que no perdería por nada del mundo.”

“Eso esta bien...” apoyándome en el sofá miré a Michael, tenía ese aire despistado que suele gustar, expresivo, espontáneo y sobretodo se fiaba de la gente mostrándose abierto y extrovertido. Algo que me costaba a mi, normalmente, si no era alguien que conocía me mostraba más bien arisco. “...¿no te sorprende que te diga eso?”

“¿Lo de los celos?” viendo que negaba con la cabeza, Michael se dio cuenta y suspiró. “...¿qué le quieres algo más que como hermano?”

“Eso mismo.”

“Uhm...al principio le di vueltas...cuando te vi por primera vez me di cuenta que sentías algo muy fuerte por él...pero no me molesta, como dice mi novio; en el amor todo el mundo es libre.” Riéndose me di cuenta que adoraba a su novio, Dick un día me dijo su nombre pero no me acordaba.

“¿Cómo se llama tu novio?”

“Nimiel...es guapísimo...y era mi profesor particular de arte...nos conocimos...y ahora estamos juntos desde hace muchísimo...creo que no he durado tanto en una relación...y menos con alguien más grande que yo.” Sonriendo como un tonto buscó dentro de su cartera. “Mira...tengo una foto de él...”

Me dio la cartera, había una foto de carné, salía algo serio.

Pero verdaderamente era muy atractivo.

Ojos azules oscuros, cabello rubio reluciente, cara algo cuadrada y cuello ancho, acompañado por unos hombros igual de anchos, mirada afilada.

Aunque en la foto de al lado parecía otro, salía con Michael, Nimiel abrazándole por detrás, riéndose suavemente.

“Como le cambia la cara cuando esta contigo...” al decir eso vi que Michael sonreía sonrojándose. “...si quieres esperarte a que venga Dick...no sé a que hora volverá...ha ido a resolver algunos asuntos.”

“No, no...tranquilo...” mirando el móvil se levantó. “...Nimiel me hizo una llamada...eso quiere decir que está esperándome aquí debajo de los bloques...” dejando una carpeta encima de la mesa fue hacia la puerta. “Dile a Dick que cualquier duda sobre las obras me llame...” abriendo la puerta me despedí de él. “...Ah, y por cierto Lay...me alegra ver que ahora podemos llevarnos bien...”

“Si...y disculpa por como me comporté el primer día...”

“No pasa nada...” sonriendo ampliamente se subió al ascensor. “¡Hasta otra!”

“Adiós...” cerré la puerta lentamente.

No sé porque pero me quedé preocupado por Dick.










Un mes y medio después.


“¡Llegaré tarde!” llevándose a la boca una tostada comenzó a atarse la correa del reloj, yo sonriendo torcidamente me acerqué y le puse bien el nudo de la corbata. “...¿ahora me sobornas?”

“¿Acaso debería hacerlo?” acercándole a mi tirando de su corbata atrapé sus labios, colgándome de su cuello, intentando que se quedara un poco más. “...piensa que tengo muchas maneras de hacerlo...”

“Lay...” separándose de mis labios cogió la chaqueta y el maletín. “...llegaré tarde por tu culpa...”

“Bien que no te negaste a mis deseos matutinos...” burlándome le seguí hasta la puerta, escuchando una suave risa por parte suya. “¿Volverás temprano?”

“Por la tarde...tengo que quedarme a comer...debo ir a la galería Eternity a ver si las negociaciones van bien...así que por allí las seis estaré aquí...”

“Ok...yo iré a ver a Gerard ahora...quiero que me de alguna crema para el tatuaje...”

“Ve con cuidado...ya disfrutó demasiado haciéndote el tatuaje...” besándome la sien abrió la puerta y se fue corriendo.

Suspiré y entré otra vez dentro del piso. Después del pequeño incidente con Lisa no quise preguntar nada, Dick llegó muy serio y afectado, me aseguró que nos pagaría todo lo que había roto, pero le vi algo decaído. Incluso creo que estuvo unos días que no estuvo muy cariñoso conmigo, pero no quise preguntarle nada al ver que luego estaba bien.

A las semanas decidí hacerme el tatuaje en el hueso de la cadera, Gerard me enseñó varios dibujos y el que me convenció más se lo enseñé a Dick, a él le gustó, me dijo que quedaba sexy, pero le molestó el echo de que tuviera que hacérmelo Gerard.

“Buenos días...” entré en la tienda de tatuajes y piercings, Gerard estaba ahí, detrás de la puerta dónde se hacían los piercings. “¿Gerard? Soy Lay.”

“¡Pasa, pasa!” escuché su voz y entré, vi como a una chica le estaban haciendo uno en la lengua, verdaderamente me quedé paralizado. “...en seguida acabo...”

“Mejor me espero fuera...” riéndome suavemente me esperé en la entrada, al cabo de un rato vi que la chica salía llorando ligeramente con una amiga y que después de pagar se iban. “...me dan impresión estas cosas...”

“Tranquilo...y dime...¿qué te trae por aquí?” sonriendo ampliamente me miró.

“Mmm...me duele un poco el tatuaje...y se me acabó la crema que me diste...si me pudieras decir el nombre otra vez...no me acuerdo bien...” apoyándome en el mostrador vi que asentía.

“¿A Dick le gustó el tatuaje?”

“Claro...dice que me queda muy sexy...y eso va bien, así tiene mas ganas...” bromeando cogí el papel que me tendió Gerard con algo escrito, a veces las cremas tienen cada nombre más extraño.

“Aún me pondré celoso...”

“No digas bobadas.” Riéndome suavemente vi que Gerard estaba serio.

“Tu eres así...nunca me tomas en serio...” suspirando ligeramente sonrió, en ese momento me sentí mal, quizá porque me sentía como un completo idiota.

“Lo siento...tampoco pensé que...” agaché la mirada y noté la mano fría de Gerard levantándome el rostro.

“Quizá...quizá no debí dejarte ir...a lo mejor te habría echo olvidar a Dick...” con su pulgar acarició mi mejilla.

“Las cosas suceden por algo...no niego que fuiste importante Gerard...” agarrando su mano intenté que me entendiera sin sentirse herido. “...pero lo que sentía por Dick no era fácil de olvidar...y ahora creo que...es imposible...”

“Y por eso te quería en ese entonces...por ese aire alegre, por esa sonrisa...incluso aunque sabía en el fondo que sentías algo por alguien más...pensé que esa mirada triste la conseguiría borrar yo...”

Hablando de ese manera tuve que reconocer algo, sentí un poco de añoranza.

O quizá, recordé todos los esfuerzos que hizo Gerard por mi y las tantas veces que me sonrió ampliamente en vez de reprocharme que nunca le quise de la manera que se merecía.

“...lo siento Gerard...nunca tuvimos la oportunidad de hablar esto...pero siento haberte echo pasar por todo eso...”

“No importa...igualmente yo luego me junté con Josh...pero la cosa no funcionó. A veces las cosas suceden por algo Lay...”

“Quizá...” dejando su mano miré sus ojos negros. “...debo irme.”

“Espero verte algún día más...” saliendo de detrás del mostrador me miró fijamente, poniéndome nervioso.

“Claro...te llamaré.” Sonriendo abrí la puerta. “...nos vemos...” iba a voltearme cuando noté que me jalaban, sintiendo unos brazos agarrarme y una sensación caliente posándose en mi boca, sorprendiéndome. Y cuando iba a apartarle de forma un tanto brusca se apartó.

“A veces...las cosas suceden por algo Lay.” Repitiendo esa frase hizo que le mirara algo enojado y entristecido. “...nos vemos...” dejándome ahí parado se fue otra vez dentro de la sala de piercings y yo salí a la calle intentando calmarme.

En un principio debo aceptar que me dieron ganas de agarrarle a cachetadas.

Pero después de nuestra conversación, preferí no tomarle importancia y hacer como si nada hubiera pasado.

O de lo contrario me encontraría en problemas con Dick.









Salí del trabajo a las cuatro de la tarde, por la mañana había entrado algo más tarde. En principio quería comer en casa, pero mi superior me pidió si podía hacer dos horas extras y como me daban más dinero acepté, total, Dick no volvía hasta mucho más tarde. Cogí de encima de la mesa mi bandolera y me subí al ascensor para salir del edificio.

Mi teléfono móvil empezó a sonar y lo busqué con prisa.

“¿Dick?” sonriendo ampliamente puse atención, en la pantalla ponía su nombre con una cara graciosa, Dick cuando lo vio dijo que quedaba ridículo pero yo lo dejé así.

¿Cómo que no estas en casa pequeño?” su voz me tranquilizaba tanto, era un poco grave y tan masculina.

“Nada...me pidieron horas extra y como no volvías hasta tarde decidí quedarme...¿cómo ha ido por Eternity?” saliendo del ascensor me quedé en el vestíbulo de la empresa.

Genial...han cogido las últimas novedades de Michael...ya sabes esos cuadros que me enseñó...algunos los subastaran y así Michael ganará prestigio y dinero.

“¿Entonces volverás antes?”

Dentro de una media hora...así que si puedes ve para casa...te tengo una sorpresa.

“¿En serio?” ilusionado escuché que Dick se reía suavemente. “...entonces nos vemos en casa dentro de nada...”

Ok...hasta ahora pequeño.” escuchando eso colgó.

Y yo como un idiota sonreí ampliamente, me encantaba que Dick me llamara pequeño.

Al salir me quedé parado, no podía creérmelo.

“¿Lisa?” sorprendido me quedé mirándola, su mirada no me transmitía nada agradable y seria se acercó a mi.

“¿¡Como puedes habérmelo arrebatado!?”

“Yo no te arrebaté nada...te fuiste Lisa...a parte no debo darte explicaciones, no te conozco apenas...” intentando calmar la situación avancé alargando la distancia.

“¡Eres un enfermo! ¡Los dos! ¡No solo por estar con otro hombre, sino por estar con tu propio hermano!” gritando hizo que me sintiera afligido.

¿Por qué me dolían tanto las palabras de esa loca?

Subiéndome a la moto me puse el casco, intentando tapar esos gritos con el rugido del motor.

“¡Enfermos! ¡Anormales! ¡No es normal! ¡Lo vuestro es un pecado!”

Y creo que sentí que mi cabeza iba a estallar.














Abrí la puerta silenciosamente. Y sin decir media palabra dejé mis cosas encima de la mesa de la cocina, Dick creo que debería estar en el baño porque no salió a decirme nada, pero en ese momento no estaba yo para hablar. No había sido solo la situación tensa con Gerard, sino que lo que me quedó más marcado en mi cabeza fueron las palabras de Lisa.

Y me preguntaba a mi mismo porque narices debían afectarme si no es una persona importante en mi vida, pero muchas veces, aunque es estúpido, las personas que no conoces también te hacen daño.

Incluso las que odias.

“Pequeño...” los brazos fuertes de Dick me abrazaron por detrás y me estremecí. “No dijiste nada al entrar...” besándome la nuca intenté no pensar en las palabras de Lisa, Dick era muy intuitivo y si me notaba extraño comenzaría a preguntar.

Y suena típico, pero no quería preocuparle.

“Pensé que estarías en la ducha...” sonreí débilmente. “¿Cuál era la sorpresa?”

“Ah...veo que de eso si que te acuerdas...” riéndose suavemente agarró una bolsa que había al lado del sofá y sentándose me hizo una seña para que me sentara con él. “...en verdad...es una tontería...pero lo vi y pensé en ti.”

“Me estas poniendo nervioso...” como un niño con su regalo de cumpleaños agarré el paquete con mis manos, era pequeño, podía ser cualquier cosa, pero tenía una intriga que me superaba. “...¿puedo abrirlo?”

“¿Para que preguntas bobo? Claro...” sonriendo al verme tan entusiasmado se apoyó en el sofá viendo como intentaba no romper mucho el papel.

“...” en silencio abrí la pequeña caja de color negro, había un colgante. Era muy bonito, la cordón era negro, no muy fino pero tampoco gordo, una pieza metálica colgaba, mitad negro, mitad plateado. “...Dick...no hacia falta...” mirándole me di cuenta que el regalo, seguramente, era algo caro.

“Anda...nunca te he regalado nada por el estilo...siempre dudaba de si quedaría demasiado exagerado...pero ahora que somos pareja pienso consentirte...” besándome la sien escuché su respiración contra mis cabellos. “...aunque espero que no me quieras solo por el dinero...” bromeando hizo que me riera ligeramente.

“Muchas gracias...me encanta...” mirándolo me di cuenta que al darle la vuelta había algo grabado, no se veía mucho, a Dick le gustaban las cosas discretas, y en un rincón en pequeño había su nombre.

Sonreí como un bobo y le miré, estaba bastante sonrojado al ver que me di cuenta del grabado.

“...se me ocurrió grabarlo...” desviando mi mirada suspiró y me subí encima de él, sorprendiéndole. “...Lay...”

“Muchas gracias Dick...te amo.” Besándole ligeramente los labios sonreí contento, afectado por el detalle. Quizá era un tonto, pero estas pequeñas cosas son las que me hacían feliz, ver que Dick se acordaba de mi, aunque no fuera algo caro, si hubiera sido cualquier tontería me hubiera echo igual de contento.

“Y yo...” sonriendo ligeramente me miró a los ojos. “...¿ocurrió algo hoy?”

“Mmm...¿por?” intentando disimular me desabroché el pantalón, el borde del pantalón rozaba con el tatuaje y me molestaba.

“¿Con Gerard?” negué al escuchar eso, lo de Gerard no tenía porque saberlo. “¿Seguro?”

“Seguro...nada que no deba darle importancia...” sin engañarle pero sin darle toda la verdad vi su mirada preocupada. “...Dick...no tiene importancia porque quién me importa eres tu...Gerard es un buen amigo...lo otro esta de más...”

“Ok...no te hurgaré más con el tema...” más tranquilo me miró fijamente.

“Pero si que ha ocurrido algo después del trabajo...” decidí contárselo, quizá así aliviaba un poco esa confusión. “...Lisa vino a mi trabajo...”

“¿Qué? ¿Pero como puede saber dónde trabajas?”

“No lo sé Dick...solo sé que cuando salí para dirigirme a casa estaba ella fuera esperándome...y la verdad es que me dolió bastante lo que me dijo.” Desviando la mirada sentí las manos poderosas de Dick agarrar mi rostro.

“¿Qué te dijo Lay?” noté preocupación en él y suspiré.

“Primero me dijo que le había quitado a su novio...osea tu...y luego comenzó con diferentes insultos...” sin querer repasar mucho las palabras intenté calmarme.

“Lay...” viéndome afectado se acercó a mi rostro, mirándome a los ojos. “...¿por qué estas así?”

“No lo entiendo Dick...¿por qué hay gente que trata nuestra relación de enfermiza? No somos hermanos de sangre...somos dos personas que han vivido juntas desde la infancia...pero yo hace mucho que no te veo como un hermano...” mordiéndome el labio inferior aguanté por no llorar.

Por no llorar de la rabia.

“¿Te dijo eso?” hablando en voz baja asentí y Dick chasqueó la lengua molesto. “¿Algo más?”

“No...bueno, que éramos anormales...que nuestra relación era enfermiza...que nuestro amor era un pecado...” cayendo una lágrima silenciosa noté como los brazos de Dick me estrechaban contra él. “...no es justo Dick...yo solo quiero estar contigo...”

“Lay...tranquilo...no te debe importar lo que te diga Lisa...esta despechada y furiosa...”

“¡No es solo ella Dick! Tengo miedo de que más de una persona de alrededor me diga esas cosas...que me deje de lado o deje de tenerme en cuenta por estar contigo...que no entiendan que simplemente te quiero...”

“Escúchame Lay...cuando comenzamos sabíamos que esto podía suceder...” quitándome las lágrimas intentó serenarse, creo que lo hacía porque si los dos nos poníamos nerviosos, sería peor. “...tenemos que ser fuertes...e intentar pasar... vivir con críticas y valorar a la gente que verdaderamente nos entiende...es una suerte que tanto Kira como Jason lo entiendan...¿sabes lo que quiero decir pequeño?”

“Si...” intenté parar de llorar, intentar serenarme y así dejar tranquilo a Dick.

Pero las palabras de Lisa aún se estaban repitiendo en mi mente.

Y pensar que papá y mamá si supieran lo nuestro quizá harían lo mismo aún me ponía más nervioso.

Debía ser más fuerte...

Pero el miedo aún recorría mi cuerpo.
Notas finales: Siento la demora! u.u
aún hay alguien? ;_;
ando atareadísima...
intentaré actualizar más seguido pero no prometo nada...

Espero que el capitulo haya gustado, de veras n_n
es uno de los capitulos que me llevó más de cabeza...
y el que se avecina...quizá más...u.u'

Debo anunciar...que estoy en marcha
con otro fic...(más concretamente en el de Jason
y Step, personajes de mi otro fic: Curiosamente unidos.)
así que espero que en poco tiempo pueda publicar ya
el primer capitulo!

Muchas gracias a todos/as los que leen y comentan n_n

Dejar comentarios, opiniones, etc. Muchas gracias ^_^!

Nos vemos en el próximo capitulo!

Besos y cuídense mucho!

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