Capitulo 8: ellas aparecen
-Ya es tarde y el tonto de Dylan no aparece ¿Qué se cree ese tipejo? Dejarme aquí sola, ¿Qué no sabe que me pueden robar o secuestrar?-se cuestionaba cierta chica rubia al bajar de una especie de avión después de un viaje privado vía chárter.
La joven continuó caminando entre refunfuños e insultos hacia su mayordomo, ya había abandonado totalmente el aeropuerto, pero por cuestiones de seguridad debía de quedarse esperando a Dylan; sin embargo se le hizo fácil caminar un poco más hasta encontrarse frente un aparador con vestidos de novia.
-¡¡Aaaa!!-gritó emocionada- ¡¡están preciosos!! El día de mi boda con Light-kun me veré muy hermosa-meneaba sus manos con mucha emoción.
Sin mas se dispuso a entrar a ver los vestidos después de todo tenía tiempo de sobra.
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-Entonces ya esta decidido: los llevaré a mí casa de playa, ahí se mantendrán en lo que me ocupo de ella, por el momento lo del mayordomo ya esta arreglado ¿Esta claro Light?
-Gracias, no se como agradecerte todo esto-tomó entre sus fuertes brazos a Ryu para demostrar a su amiga que esta vez si iba enserio y que de verdad sentía algo especial por él.
-Ya te dije que no tienes que agradecerlo, aaaa-suspiró-mira sé que esto es diferente a la otra vez, pero por favor que ya no se repita ¿entendido?
-Si, te aseguro que ya no seré el niño rico y pedinche que solía ser, ya no más-dijo con mucha seguridad y convicción.
-Hasta no ver no creer; ahora ya váyanse que ahora viene lo más difícil: Misa.
-Pero están ellas ¿No?
-A eso me refiero-contestó algo preocupada.
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-La chica se acerca-susurró una chica mientras observaba a una mujer de cabellos rubios cuando esta se disponía a entrar a la tienda.
-Sí, ya me di cuenta ¿esta todo listo?-le respondió otra chica que de igual manera espiaba por aquel cristal.
-Por supuesto-aseguró la otra.
-Entonces prosigamos.
En seguida Misa hizo aparición en aquella bella y elegante tienda departamental repleta de vestidos de novia. Camino hasta llegar al área de paquetería en ese lugar se encontraba una joven de cabellos castaños, ojos miel y por lo que pudo observar en la tarjeta de presentación su nombre era Nami.
-Bienvenida señorita ¿en que puedo ayudarla?-le preguntó cortésmente la señorita.
-Buenos días ¿o tardes?-divagó- Como sea, mire estoy interesada en algunos vestidos que tienen de muestra en la parte delantera de la tienda ¿me haría el favor de mostrármelos? Es que no es por presumir pero dentro de poco me voy a casar con el amor de mi vida, el es alto, guapo, castaño y…
-Con todo gusto, acompáñeme-la interrumpió sonriéndole y mostrándole el camino a los vestidores.
-si, claro-de igual forma le dedico una sonrisa y le siguió el paso.
Ambas chicas caminaron hacia los mostradores una vez que entraron a la parte central de aquella enorme tienda se les unió una acompañante mas.
-Hola bienvenida, mi nombre es Hazuki y le voy a tomar las medidas-dijo amablemente una chica de negros cabellos, alta de aspecto perverso.
-¡Hola!, ¿en serio? Muchas gracias ¡aaaaaaa! Estoy tan emocionada-dio un pequeño brinquito y siguió con el recorrido sin dejar de admirar por ningún momento toda la gama de vestidos que se abrían paso a sus ojos.
-Se nota-contestaron con sarcasmo las demás.
Siguieron su camino por la tienda hasta estar frente a tres enormes espejos y exactamente ubicados a un costado se encontraban siete diferentes modelos de vestidos de novia.
-¡kyaaaaaaa! Me encanta el que tiene el velo mas grande ¿puedo probármelo?-preguntó la rubia aún sin estar muy convencida de si elegir ese o el otro que tenía adornos en negro.
-Por supuesto. Adelante por aquí por favor.
-Sip
Al llevarse Hazuki a Misa a aquella habitación su plan había entrado en marcha: llevarse a esa rubia oxigenada para demostrarle que el hecho de ser hija de un Yukasa y ser famosa no era motivo suficiente como para separar al mejor amigo de Zafi del amor de su vida…aunque esa fuera la segunda vez.
continuará ¡¡