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Watashitachi no kizuna por Sorgin

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Notas del capitulo:

Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que me sorprende que siga valiendo mi contraseña. Pero que bien sienta poder volver. Musus y divertios.


Toby era un buen chico. Pero Toby ya no servía para nada. La máscara hecha pedazos en el suelo lo demostraba. Tomo aire y no pudo evitar que un pequeño quejido se escapara entre sus dientes. La herida le abrasaba el pecho. Creía que el rencor de aquel muchacho le conduciría a su tan ansiada victoria, pero jamás se le ocurrió pensar en que éste podría echarse atrás. El bosque siseó y una planta de grandes dimensiones se acercó reptando hacía el herido.

-Zetsu, llegas tarde.- Una atrapamoscas se irguió entre los matorrales.- Aún no.- Contestó a una pregunta sostenida en el aire.

-Pareces agotado.-Señaló en un susurro la mitad blanca.

-Yo diría más bien que parezco un muerto.- Sonrió mientras sus dedos se clavaban en la herida tratando inútilmente de mitigar el dolor. Su compañero espero pacientemente a que recuperara el aliento para poder atenderle. Una pasta viscosa de horrible olor le fue extendida sobre la piel. Asquerosa, pero efectiva.- Debo volver a Konoha.- Señaló con aire ausente.

-¿Cuál es el plan?

-Ir a la aldea. Creo que por esta vez lo mejor será improvisar. -Rió débilmente por su propia ocurrencia. Por fin aquellos repugnantes ninjas sufrirían tanto como el lo había hecho.


Iruka sostuvo su café con pesadez mientras observaba los planos de las zonas que aún no habían sido reformadas. Las ojeras empezaban a oscurecerse bajo sus ojos, resultado de las pocas horas de sueño que había acumulado en los últimos días. Estaba agotado, aunque las noticias de la mejoría de la Hokage le hacían aguantar un poco más sin querer darse por vencido.

Suspiro quitándose la goma del pelo y dio un buen trago a la bebida. La cafeína le haría aguantar un nuevo día. De pronto la silla le parecía el lugar más cómodo del planeta y su cuerpo comenzó a deslizarse en busca de la postura perfecta. Sacudió la cabeza desperezándose. Los gritos de su antiguo alumno le ayudaron a preservar la vigilia auto impuesta.

-Iruka-Sensei.- La voz de Naruto llegó distorsionada a través de los ladrillos que formaban las paredes de su casa.

-Esta abierto.- Las palabras apenas habían abandonado sus labios cuando la puerta fue casi derribada por un hiperactivo rubio que lucía una incontenible sonrisa.- Naruto le recriminó con suavidad mirando los destrozos causados por su ex-alumno.

-Iruka-sensei no me había dicho que ahora era el Hokage.- La sonrisa zorruna se acentuó.

-¿Y porque debería haberte dicho semejante mentira?- Naruto le miró confuso.- La Quinta es quien manda. Yo solo soy un ayudante más.

-Eso no es del todo correcto. -Le corrigió Kakashi.- La verdad es que has sido elegido entre todos los shinobis para representarla en las labores de reconstrucción de la aldea.

- Lo que se traduce simplemente en trabajo extra.- Apuro su café y suspiro cansado.

-Sensei.- La voz apagada del Kyubi le atrajo a la realidad.- ¿Si hay algo que pueda hacer para ayudar?

El castaño le sonrió y le abrazó. Era imposible no adorar a Naruto una vez se le conocía, se hacía querer sin proponérselo. Con resignación se dispuso a volver al trabajo. Tomó el chaleco y los planos de la ciudad y despidió a sus niños en la puerta. Kakashi se ofreció a acompañarle e Iruka no tuvo el coraje para negarse.

Tras separarse de los mayores y a petición de Naruto el grupo se dirigió a Icharaku. Llenaron los estómagos con buena comida entre risas y saludos corteses con los camaradas que entraban y salían sin cesar.

Sasuke sorbió la sopa muy a su pesar pero la ceguera le incomodaba el poder acabar totalmente el plato de fideos. El rubio se unió a él para que de esa manera se sintiera algo menos incómodo por la situación.

-La Hokage sana rápidamente.- Susurro Sakura.- En cuanto se encuentre bien iré a verla y la pediré que te haga una revisión. Quizás ella sepa la razón por la que aún,- Trago saliva con dificultad antes de poder acabar la frase.- no puedes ver.

-No importa.- La voz de Sasuke sonaba cansada, para una pequeña sonrisa iluminó sus ojos sin luz.- Aunque no pueda volver a ver no me importa, quizás sea mejor así.

-Pero, ¿qué dices?- Exclamó sorprendido Naruto. Sai les miró atónitos, quizás por el hecho de no poder sentir nada antes de conocerlos, era el que mejor podía comprender el significado de aquellas palabras.

- Naruto, no te enfades.- Estiro la manó y busco la de su compañero.- Pero, es que en este momento mi vista no me preocupa en absoluto. Es cierto que no podré realizar misiones. Pero estoy seguro de que aún hay un montón de cosas que sí puedo hacer.

-Sasuke, eso no deberías ni haberlo dudado.- Le sonrió su amiga.- Bien pagaré yo esta ronda.- Se dirigió a la barra.

-Espera Sakura-chan.- La llamó Naruto.- Tu pagaste la última esta me toca a mí. Inconscientemente el último Uchiha sonrió. Él había cambiado, pero sus amigos también y a mejor. 
-Te sientes feliz de haber vuelto.- La pregunta de Sai le pilló desprevenido.

-Sí. Supongo que sí.

-Cuando me uní a ellos creí que eran unos locos por querer traerte de vuelta. No te ofendas, pero me entrenaron para pensar que los traidores no merecían segundas oportunidades.

-No me ofendo.

-Es solo, que … ellos decían que estabas confundido y te disculpaban sin parar. Siempre encontraban excusas para disculparte y tú en cambio, siempre empeorabas las cosas.

-Siento haberlo hecho.- Se disculpo sin saber muy bien el porque.

-Desde que estoy con ellos he sentido un montón de cosas y … no quiero volver a ver llorar a Sakura-chan.- Sasuke levantó la cabeza sorprendido aunque no podía ver a su compañero.

-Yo nunca quise hacerles sufrir. -Bajo la cabeza apenado y Sai suspiro.

- No se lo que es.- Confesó.- Pero cada vez que estoy con ella me siento bien.

-Se a lo que te refieres.- Guardaron silencio al sentir el regreso de sus amigos.

-Vamos chicos.- Sugirió la muchacha.


Iruka reviso los planos y volvió a darlos la vuelta. Los mirara por donde los miraba jamás encontraría la posición en la que Gay les había puesto para poder creer que aquella extraña forma era la que finalmente le había dado al pobre edificio. Suspiro y decidió que lo mejor sería ignorarlo por completo. A su lado Kakashi no parecía ni siquiera haberse inmutado. Después de todo para el tendría cierto sentido ya que debía de estar acostumbrado a las tonterías del jounin.
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-¿No piensas hablarme en toda la tarde?- Pregunto curioso el peliplateado.

-Por supuesto que pienso hablarte. En cuanto encuentre una misión que darte.

-No es eso de lo que quiero hablar.- Iruka cerró los ojos y suspiro.

-¿Y de qué quieres hablar?

-De nosotros.

-Creí que lo habíamos dado por zanjado.

-No, no fue así.- Ni siquiera fue un segundo, no le dio tiempo a reaccionar, era demasiado rápido. Los brazos de Kakashi le abrazaron por la cintura y él simplemente se dejo.- Te quiero.

-Yo …  no creo que este bien. - Trato de zafarse de aquel familiar calor. Pero su subconsciente le traicionaba.

-Te quiero.- Repitió.- Me da igual quien viniera antes, Mizuki o quien quiera. Ahora solo quiero que seas mío.

-Tu no lo entiendes.

-No. Ni quiero hacerlo. Solo te quiero a ti. Lo demás hace tiempo que dejo de importarme.- Le giró para dejar un suave beso en sus labios.

-Kakashi.- El nombre se convirtió en susurro al salir de sus labios y una lágrima resbalo traicioneramente por su rostro.

-¿Qué pasa Iruka?, ¿qué es lo que hago mal?- El pelinegro sonrió divertido ante el ridículo comentario. El pobre jounnin nunca había hecho nada para merecerse su actitud. Era él, solo él el que tenía la culpa de todo aquello.

-¿Eres consciente de que no acabará bien?

-Es posible. Pero si no lo intento será aún peor.

-Kakashi.- Agachó la cabeza buscando las palabras, pero no tardo en darse cuenta de que no podría encontrarlas. Se mordió la lengua y decidió ser valiente.- Todos los chicos con los que he estado han acabado muertos.-Kakashi le sonrió.

-Somos shinobis nuestra tasa de mortalidad es bastante más alta que la de la media.- El cinismo les hizo esbozar una sonrisa a los dos.

-Si, pero en mi caso, todos han acabado traicionando a Konoha.- La sonrisa se congeló en el rostro prepotente del peligris.

-Iruka, Mizuki no era tan importante como para poder llamarle traidor.

-Ya y que me dices de Itachi Uchiha, por que cuando desapareció, estábamos comprometidos.


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