El muchacho de ojos cafés subió corriendo las escaleras para llegar a la azotea. Tuvo que golpear la puerta varias veces ya que estaba atrancada. Las lágrimas se deslizaban humedeciendo sus mejillas. Sentía que el alma se le partía en pedazos que se dispersaban al viento. Gritó con todas sus fuerzas y golpeo la puerta de metal hasta que sus nudillos se tornaron rojos. El dolor físico conseguía ocultar la pena que le ahogaba. Necesitaba huir de todo aquello, necesitaba acabar con todo su sufrimiento. Siempre sucedía lo mismo, ¿acaso no podría ser nunca feliz?.
-¿Por qué me odias?.- Una pregunta hecha al viento, se acercó al borde de la azotea y se subió al alfeizar. Sería tan fácil, acabar con todo de una forma rápida. La ciudad se alzaba diminuta en el horizonte. Podía leer los titulares del día siguiente “roquero de moda se suicida por culpa de las drogas”. Quizás sería mejor así. Solo un paso más y ya no habría vuelta atrás.
-¿Suguru?.- Un muchacho de cabellos rosas le miraba desde la puerta asustado. Los ojos cafés estaban teñidos de rojo. El pelirrosa se acerco lentamente, teniendo cuidado de no asustarle.- ¿Por qué no bajas y charlamos?.
-¿De qué?. Tu y to no tenemos nada en común. No te sientas culpable Shuichi nada es culpa tuya.- Sin embargo no saltó, se quedo inmóvil cuál gárgola en el alfeizar, sintiendo como el viento revolvía su cabello.
-De lo que te pasa. A mi me importas mucho.- Se sonrojo un poco.- Se que siempre discutimos por que soy un irresponsable, pero también se que es tu manera de enseñarme y cuidarme. Te lo agradezco.- Hizo una pequeña reverencia para después dedicar una sonrisa a su compañero. Este saltó.
-¿Porqué Shuichi?.- Había saltado dentro de la azotea.- Por que cuando tomo una decisión, siempre hay alguien que me dice que esta mal.
- Suguru si tu quieres acabar con todo de una forma tan rápida, aceptare tu decisión. Pero, creo que es la forma más cobarde que puedes encontrar. Además, - unas lágrimas corrieron por sus carrillos.- tu no eres de los que toman el camino fácil.- Suguru se arrojó a sus brazos y lloró en ellos.
Durante más de dos horas estuvo llorando en los brazos del cantante abriéndole su corazón como nunca antes lo había hecho. Le contó absolutamente todo lo que había sucedido. El pelirrosado le escuchaba atento llorando junto a él, le abrazo más fuerte y le consoló como un hermano.
-Yo, yo no se lo que me ha pasado.- Suguru secaba sus lágrimas con la manga de su camisa sin querer mirar a los ojos de Shuichi. Este levanto la barbilla del adolescente con su mano y le miro tiernamente.
-Eh, no tienes que darle vueltas. Tú necesitabas desahogarte y para eso estamos los amigos.- Se levanto y extendió la mano para ayudarle a levantarse.- Puede que al principio me opusiera a que fueras miembro de Bad Luck, pero es que tenía miedo a que Hiro te prefiriese a ti como amigo y me dejase de lado.- Se sonrojó.- Cometí un error y ahora lo comprendo. Tú también eres mi amigo y pase lo que pase siempre lo seremos.
-Shuichi no te entiendo.- El peliverde le miro sorprendido.
-Es fácil suggy. La vida es muy dura por eso necesitamos amigos en los que apoyarnos para superar las crisis. No podemos hacerlo solos. Quiero ser tu apoyo. Quiero que cuando tengas algún problema sepas que siempre voy a estar ahí - Le agarró por los hombros.- que puedas contar conmigo.-Suguru le sonrió.
-Y yo que pensaba que eras un tonto.
-Y quién ha dicho que no lo sea.- Sonrieron y bajaron en el ascensor, recorrieron el pasillo y llegaron al estudio de grabación. Shiuichi estuvo más profesional quede costumbre y Suguru algo más relajado. Acabaron antes de la hora y Hiro propuso ir a tomar unas copas, Shuichi se emocionó con la idea y para sorpresa de todos Suguru acepto la invitación. El hall del edificio estaba casi vació apenas unas cuantas personas. Suguru sintió como alguien le sujetaba por la muñeca. Se giró para quedarse sorprendido al descubrir a su atacante. Un muchacho de cabellos verdes con un conejito rosa en su brazo derecho.
-¿Podemos hablar?- Sus ojos miraban al piso. Se sentía avergonzado.
-Claro Ryu-chan, ¿sucede algo?.- Ryuichi le miro sorprendido, jamás habría creído a ese niño ser capaz de ser tan cínico.
-No me trates como si fuera un crío.-Le sujeto aún más fuerte. Suguru le miro fríamente, Hiro y Shuichi se alejaron un poco.
- El único niño soy yo, creía que lo sabías.- Se acercó para hablarle al oído.- ¿Sabes que podrías ir a la cárcel por acosar a un menor?.- Ryuichi dejo caer a Kumagoro y le tomo por la cintura acortando las distancias.
-No me importa. Ardería toda la eternidad en el infierno si con eso consiguiera hacerte feliz.- La distancia que les separa desapareció y los cuerpos se fundieron en un apasionado beso.
-¿Y eso?.- Preguntó Hiro sorprendido.
-Creo que eso es lo que llaman amor.- Rió Shuichi.
-Vaya así que al final Ryuichi lo consiguió.- Sonrió Noriko que bajaba en el ascensor con Tohma, quien se quedo estático al ver la escena.- Tiene que ser raro desear al primo de tu mejor amigo, y más cuando es menor.-Una lágrima resbaló por el rostro del presidente de la N. G. Records. Tohma se acerco a la pareja que se besaba, sin darse cuenta del entorno.
-Suguru.- La voz de Tohma sonaba quebrada. El adolescente le miro un poco asustado. Ryuichi trató de interponerse entre los dos, pero fue en vano. Tohma se acercó a su primo y le abrazó colocando sus brazos en la espalda del muchacho.- Siento todo el dolor que te he causado, pero no me odies por favor. Ni a él. Te quiere mucho y desde hace demasiado. Si eres feliz a su lado te prometo que no me involucrare, jamás.
-Tohma yo jamás podría odiarte.- Sonrió y acaricio la mejilla de su primo.- Me importas demasiado. Y tu también Ryuichi. Pero ahora necesito tiempo para mí. Además soy demasiado joven para tener novio.- Una broma un tanto cruel.- Será mejor que dejemos que seamos solo amigos, de momento.
-Yo siempre seré tu amigo Suguru.- Le sonrió tristemente Ryuichi.
-Ya lo sé. Pero ahora debo estar con los chicos de mi edad, ya es hora de que recupere un poco de mi infancia.
-Estaremos aquí siempre.- Tohma le soltó un poco apenado.
-Eso me hace muy feliz Tohma, por que para mi Nittle Grasper es mi familia.- Dedicó una sonrisa de complicidad a Noriko.- Pero ahora también lo es Bad Luck.- Corrió hasta sus compañeros.- Por cierto, este año será Bad luck os superará.- Los tres muchachos sonrieron y salieron de allí dejando a sus “mayores” petrificados.
-Si esos críos creen que nos han superado lo llevan claro.- Espetó Noriko.- No los merendaremos.- Unas sonrisas cómplices aparecieron en los rostros de los integrantes del grupo.
Esa noche Ryuichi y Tohma tardaron en conciliar el sueño. Estaba claro que Suguru no les odiaba, pero ¿quién sabía cuánto tardarían en volver a forjar los lazos de confianza que ese día habían quebrado?, ¿meses?, ¿años?, ¿siglos?. El muchacho de ojos cafés en cambio durmió placidamente. Después de tanto tiempo se sentía realmente a gusto consigo mismo. Por la mañana el sol entro por su ventana despertándolo. Alguien llamo a su puerta. Un muchacho de ojos turquesas con un montón de flores se encontraba en el vestíbulo.
-¿Sí?-Preguntó aún con el cabello revuelto, el pijama mal puesto y una taza de chocolate caliente en sus manos.
-¿Suguru Fujisaki.san?- Preguntó el muchacho con una gran sonrisa. El aludido solo asintió, aún tenía los párpados pegados.- Le envían estas flores, si me hace el favor de firmar se las meteré, son unas cuantas cestas.- Firmó y lo observo divertido. El muchazo estaba muy emocionado ya que era fan de Bad Luck y sobre todo de su teclista.
-¿Quién las envía?.- Pregunto sorprendido.
-Lo siento pero me dijeron que solo le daría la tarjeta. Aunque sabe es gracioso ver el significado de estas plantas.
-¿Significado?, ¿podrías decírmelos?.- Le sonrió Suguru.
-Claro. Le han enviado Drácenas que significan “robaré tu corazón”, flor de Copey “dulce protección”, flor de Lis que es algo así como “belleza perfecta o pienso en ti”.Iris “confianza”, Lilas “primer amor”, Petunia que es “temo pero esperare por ti”. Tulipanes rojos que son una clara declaración de amor. Y por supuesto rosas rojas “amor pasional”. Lo que no entiendo muy bien son los asfódelos significan penas “eternas”. Es raro que las haya metido en una declaración de amor.
-Son mis flores favoritas.- Suguru las olió durante un segundo y sonrió.- Así que es una conquista.
- En toda regla.- El muchacho salió de allí con una gran propina. Suguru marco un número de teléfono y espero ha escuchar la voz.
-¿Tratas de conquistarme?.- Su voz sonó sensual a través del teléfono.
-¿Quién lo dice?.- La voz sonó lujuriosa.
-He recibido tus flores.- Suguru miraba los Asfódelos sonriendo.
-¿Y por qué piensas que he sido yo?- La voz sonaba entrecortada, el peliverde sonrió al darse cuenta del por que.
- Porqué solo un pervertido como tú sabe que me encantan los Asfódelos.
-Pues ven a agradecérmelos como tu sabes.
-Ni en broma.- Colgó el teléfono después de oír el gemido de su interlocutor. Se dejo caer en el sofá sonriendo rodeado por las flores, mientras leía la tarjeta “Por tu amor guardaré mis alas de divinidad y me reencarnare entre mortales”.-Eres demasiado presuntuoso Tohma Seguchi.- Con pesadez se levanto, se ducho y se vistió, tenía una cita para comer con Ryuichi y no pensaba faltar.- Ahora seré yo quien juegue con vosotros. Y pienso divertirme de lo lindo.- Miro su imagen en el espejo y se dedicó una triste sonrisa.- No se por que me da que seré yo quién vuelva a sufrir.- Su conciencia le repetía “quién juega con fuego acaba quemándose”. Salió del apartamento dispuesto a consumirse entre las llamas de su pasión.