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Demangel por Marieene

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Notas del capitulo:

Cuando vi la fecha de la ultima actu me queria morir, por Dios, ¡como pasa el tiempo!

 

Mil disculpas u.u 

 

Bien, este es el ante ultimo capitulo.

 

Espero que lo disfruten y que les guste, es para todos ustedes, para los que me han esperado y para los nuevos lectores.

 

A leer!

 

Mil gracias a Tamashi Yuki Hikari-san :3 por el trabajo de correguir. 

 

 

 

 

De demonio, a humano.


 


–¡Narutoooooooooo! –Sasuke intentó zafarse de la poderosa cadena que lo retenían, empujando y tirando con fuerza hasta el punto de lastimarse el tobillo. Se acercó lo más que pudo al cuerpo de su amante, lo cual no era mucho. Inesperadamente, ante el horror que estaba viviendo y viendo, un par de lágrimas le nublaban la visión y su voz se quebró ante el grito.


Se sentía confundido, adolorido y desorientado, parecía un mal sueño, pero también era muy real. El tener frente a sus ojos a un desangrado Naruto lo desesperó, quería gritar más fuerte, quería correr hacia él y socorrerle, quería que todo aquello fuera una mentira. Su rubio demonio se estaba muriendo y él no podía hacer nada para evitarlo.


Tan alterado y aterrado estaba que no notó ni sintió el fuerte apretón que los brazos delgados, pero fuertes, de Gaara le estaban brindando a modo de intentar calmarlo y retenerlo en el lugar para evitar que se siguiera lastimando. Lo sujetaba con facilidad, pero el joven entre sus brazos no se quedaba quieto.


–Cálmate, Sasuke. Naruto estará bien… –algo en eso último no lo llenaba de completa confianza. Aun así, el pelirrojo tenía fe en que Naruto viviría–. Él ha hecho eso por ti. Ahora solo debes tener confianza en él, debes creer que volverá. –Aquellas palabras lograron apaciguar al de cabellos oscuros. No obstante, de sus ojos seguían derramándose lágrimas de impotencia, de impresión y de angustia.


–¿Él… estará bien? –preguntó Sasuke tragando duro, modulando con dificultad.


–Estoy seguro de que él estará bien. Naruto murió por ti, Sasuke, para poder estar contigo en este mundo. –Gaara agarró por los hombros y apretó débilmente trasmitiendo confianza–. Pero la idea no es morir, sufrir una transición. 


¿¿Acaso eso significaba revivir? ¿Qué estaba sucediendo? No entendía nada, acababa de ver morir a Naruto, y ahora el demonio amigo de nombre Gaara le estaba diciendo que Naruto se había suicidado a propósito para poder resucitar. Todo aquello era una completa locura. Pero… ¿el moreno estaba haciendo todo aquello para poder estar con él?


–Naruto encontró una forma para poder evitar que te separen de él. Tu destino en manos de ellos o de nosotros es incierto, y sencillamente Naruto no estaba dispuesto a que te sigan castigando o algo peor, créeme, yo tampoco desearía algo así para ti.


–Pero… él está… -miró el cuerpo inmóvil del rubio.


–Sólo no te muevas, agáchate lo más que puedas y trata de no respirar mucho, si la ceremonia sale bien, y Naruto ha sido un sacrificio perfecto, las cosas se pondrán difíciles para nosotros aquí. –Diciendo esto, arrastró a Sasuke hasta el rincón y se sentó junto a él lo más pegado a la pared que pudo–. Será mejor que mires para otro lado.


Sasuke no quería dejar de mirar a su amante, deseaba verlo moverse, quería verlo bien y no en un charco de sangre. Quería abrazarlo, sentirlo y gritarle que era un idiota por haber hecho eso tan peligroso. Anhelaba ver los ojos azules, besar los finos labios y tocar el cuerpo moreno. Lo necesitaba.


Pronto, sus ojos comenzaron a arderle, el ambiente comenzó a calentarse y eso le lastimaba la visión, le quemaba los ojos.


–¡¿Qué rayos?! –Dijo frotándose los ojos intentando calmar ese dolor.


–Ven, Sasuke. –Estiró una de sus extremidades y abrazó el cuerpo pálido del menor, haciendo que éste último escondiera el rostro sobre su pecho, de esta forma y abrazándolo con ambas manos intentaba protegerlo del ambiente y de lo que vendría mas adelante–. No te muevas, cierra los ojos e intenta respirar lo menos posible. Parece que el idiota de Naruto estará bien. –Notando los cambios y viendo el cuerpo del rubio que comenzaba a reaccionar, Gaara se sintió liberado y se dio la libertad de relajarse. Por un momento se había asustado al no notar cambios en el cuerpo de su amigo, pero ahora venía la parte más difícil. Naruto debía convertirse en humano.


El mismo Gaara cerró los ojos cuando una oleada de calor y de ondas rojizas se arremolinó desde el cuerpo de su amigo. Las nueve colas de demonio se agitaban hacia todas partes discordantemente y con agresividad, se movían golpeando paredes, techo y piso. Parecían más largas y grandes, enfurecidas. El pelirrojo se inclinó hacia adelante, haciéndose un ovillo con el menor. Si seguían así, cavia la posibilidad de salir heridos, más que nada el joven humano, pero si él sacaba afuera su naturaleza demoniaca, Sasuke no soportaría el contacto con su piel.


–Demonios. –Gaara no sabia que hacer–. Solo resiste un poco más. –Le alentaba al joven humano que prácticamente no podía respirar.


Sasuke sentía que le oprimían el pecho, no veía pero aun así los ojos le escocían por más cerrados que los tuviera, la piel le quemaba y sentía que el viento que se arremolinaba sobre ellos era muy caliente. Intentaba taparse como podía la cara con la tela de la remera de Gaara, aferrándose a él esperando que aquello pasara lo antes posible. No soportaría por mucho tiempo, estaba aguantando la respiración, algo le decía que si llegaba a respirar sus pulmones la pasarían muy mal.


Las velas que habían conseguido resistir hasta ese entonces, se apagaron con un nuevo soplido de aire caliente, oscureciendo el lugar. Lo único que se distinguía era la silueta del cuerpo de Naruto, que resplandecía de un color rojo, y a la perfección se podía ver las colas que comenzaban a calmarse poco a poco. Muy pronto llegó la calma. Entre la tela de la remera del pelirrojo, el humano no escuchaba nada y ya no sentía el ardiente aire a su alrededor. Entonces, alentado por eso, levantó despacio su rostro, estrechando sus ojos para ver mejor entre la oscuridad. Y lo vio… Se sobresaltó ante la impresión. Los brazos de Gaara le dieron un leve apretón para recordarle en la posición en la que se encontraba. El menor se encontraba tan atraído y tan desconcertado que se había olvidado que el demonio de rojos cabellos lo estaba protegiendo. Levantó la mirada para cruzarse con la verde buscando de esa forma alguna explicación ante aquel fenómeno.


–Ese es el demonio de Naruto. –Dijo arrastrando su mirada hacia el frente, para mirar al centro del cuarto–. Es la verdadera naturaleza de él, es su ser. –Gaara miraba con admiración aquella imponente figura–. Naruto esta sacrificando su vida por ti. Él no se apuñaló para matarse y revivir. Él se apuñaló para matar su demonio y como éste es parte de él, también debía morir. Ahora es cuando Naruto esta en problemas… –Aquellas palabras aturdieron al de cabellos oscuros, y más aún con aquella última oración. ¿Acaso no había terminado todavía?


Miró aquella figura imponente, la de un gran zorro, de rojo pelaje, orejas largas y puntiagudas, garras filosas y las nueve colas tras él, removiéndose inquietas. Sus ojos, amarillos miraban con cierta ira y furia el cuerpo tirado del rubio, brillando con intensidad entre la oscuridad. El demonio de zorro abrió sus fauces, dejando ver sus poderosos dientes blancos, amenazadoramente, soltando un fuerte gruñido.   


El menor miraba con atención, incapaz de quitar la mirada de aquellos ojos salvajes de bestia. ¿Ese era Naruto? ¿Eso estaba dentro de Naruto? Al haberse apuñalado el rubio se había matado y a la vez había matado el demonio que era. Pero el demonio estaba ahí y Naruto seguía sin aliento en el suelo. Su corazón comenzó a latir con fuerza y una oleada de desesperación lo inundó. ¿No debería estar despertando? Si ya se había sacado el demonio de adentro, ¿no debería estar bien ahora?


De pronto, una ancha cadena aprisionó el cuello del zorro. Este soltó un nuevo gruñido. La cadena caía pesadamente hasta el suelo y siguiendo con la mirada, Sasuke vio con ojos estupefactos que la cadena terminaba y empezaba a la vez en el cuello de Naruto. Ambos estaban encadenados. ¿Qué significaba eso?


Sasuke levantó y giró la mirada hacia Gaara. El pelirrojo estaba mirando atentamente y demasiado serio la situación. Sin alcanzar a preguntar, el demonio le respondió.


–Ellos son uno, Sasuke. Están unidos. –Luego de eso solo siguió silencio. El menor no estaba dispuesto a preguntar aún. Se concentró en mirar con atención a su amante. Su corazón volvió a palpitar con fuerza, ¡¿Por qué no despertaba?! Se estaba impacientando y los nervios comenzaban a mutar en miedo.


En un instante, se sobresaltó al chocar su mirada con la del zorro. ¿Lo estaba mirando? ¿Él podía verlo?


–No te muevas. –El leve susurro del pelirrojo corroboró su hipótesis, el gran demonio lo estaba viendo. Y no pudo evitar sentirse temeroso. ¡Era una bestia enorme! Como le aconsejaron, Sasuke se quedó inmóvil, evitando incluso respirar. Pero no fue suficiente, la fiera roja y de nueve colas dio un paso hacia ellos, y luego otro. El cuerpo entero de Sasuke se tensó, y por instinto se agarró a la remera del que estaba a su lado. Aquel demonio pronto estaría frente a ellos. Y eso no parecía ser bueno. Sus grandes dientes brillaron con saña mientras abría la boca para soltar un gruñido.


El demonio de nueve colas los alcanzó y mirando hacia abajo, hacia Sasuke, se inclinó. La bestia entrecerró los ojos, que brillaban de forma furiosa, y abrió nuevamente sus fauces. Sasuke solo pudo mirar aquellos ojos amarillos, quedando paralizado ante la bestia. Por su parte, Gaara se preparó. En caso de que el demonio de Naruto atacara, el estaría listo para defenderse y a Sasuke, principalmente.


El salvaje demonio se irguió y levantó una de sus patas, estaba por atacar. Hizo un movimiento hacia abajo con rapidez y fuerza, al mismo tiempo que Gaara se arrodillaba y se preparaba para empujar a Sasuke y contraatacar.


Pero el demonio se detuvo antes de medio camino. Una de sus largas orejas se movió, como un animal siendo llamado. El zorro giró su cabeza y miró hacia el cuerpo inamovible de Naruto. La fiera gruño y luego regresó su mirada hacia los dos jóvenes, el humano y el demonio. Con pesadez se giró y caminó hasta Naruto. Ahí se sentó, pero aún se mantenía intranquilo, removiendo sus colas con ansiedad.


El gran demonio miraba insistentemente el cuerpo del moreno, en una ocasión se tranquilizó al punto de quedarse inmóvil y respirando serenamente, pero pronto volvió a excitarse, gruñendo y abriendo sus fauces como queriendo atacar al rubio, pero nunca atacó, solo giró su mirada hacia el humano, y luego soltó un bufido cerrando los ojos y tomando asiento nuevamente. 


–Ha de ser muy difícil convencer a tu parte demoniaca, a tu misma sangre, de morir, desaparecer o separarse… –Sasuke levantó el rostro, pero notó que el pelirrojo no le hablaba a él, sino que parecía hablarse así mismo.


El demonio aulló inesperadamente y de tal manera que Sasuke tuvo que taparse los oídos con las manos. Era demasiado fuerte el ruido, desgarrador, pero a la vez parecía un lamento. El zorro se agachó y tocó apenas con su nariz el vientre de Naruto, luego se irguió y con un nuevo bramido fue desapareciendo poco a poco ante la mirada sorprendida del joven de cabellos negros. Lo último que vio, fueron los amarillos ojos de la bestia, que le dedicaron una mirada de ¿aprobación?


Cuando la criatura desapareció completamente, Sasuke se puso en pie e intentó correr hacia Naruto. Necesitaba abrazarlo, comprobar que estaba bien. Pero cayó al suelo cuando la cadena llegó al límite de largo.


–¡Mierda! –Se incorporó, aún estaba muy lejos de su amante–. ¡Narutoooo! –Gritó queriendo de esa forma despertarlo–. Naruto, ¡Levántate! –Quería ver sus ojos, esos hermosos ojos azules. El joven se mantenía tirado en el suelo, pero extrañado, Sasuke notó que la sangre que anteriormente rodeaba el cuerpo del moreno, ya no estaba. Con rapidez, giró su cabeza hacia atrás–. Sácame esto, Gaara. –Le ordenó agarrando las cadenas y dando un último tirón en vano.


–Naruto ya esta bien, Sasuke, solo está dormido. Ya podemos regresar. –Diciendo esto, se puso de pie y caminó hasta el rubio. Agarrando uno de sus brazos lo levantó y lo llevó al lugar donde estaba su amante. Este enseguida ayudo a Gaara a depositarlo una vez más en el suelo con sumo cuidado. Sin dejar de mirarlo, acarició el suave rostro tostado, luego peinó los cabellos rubios largos, estos estaban ausentes de manchas rojas, todo su cuerpo estaba completamente limpio. Con cuidado levantó la remera y observó que en el vientre, donde anteriormente había un extraño símbolo de color negro, ahora ya no estaba–. Regresemos al hospital. –Gaara agarró a ambos y desaparecieron de aquella extraña y solitaria habitación.


En cuanto aparecieron, los brazos de Itachi rodearon a su hermano. Sai se mantenía a la distancia, pero sonrió aliviado y su padre se sentó en la cama esperando ver a su hijo sano y salvo.


–Recostemos a Naruto. –Pidió Sasuke mientras agarraba a Naruto de un brazo e Itachi del otro para transportarlo hacia la cama. Lo depositaron con cuidado y por un tiempo prolongado Sasuke observó a su amante. Esas felinas marcas en sus mejillas ya no estaban, sus suaves orejas tampoco. Ahora era un humano completo.


–Que bueno que estén bien. –Pronunció aliviado el hermano mayor.


–Todo salió bien, ahora ya no están en peligro. El contrato está cancelado, después de todo Naruto ya no es más un demonio. –El pesado libro que había estado en el suelo comenzó a tomar un aspecto diferente. La tapa se volvió de color blanco puro al igual que el resto–. Todo lo que tenia que ver con el demonio Naruto esta desapareciendo.


–Ya todo estará bien, Naruto. –Susurró Sasuke acariciando una de las mejillas del inconsciente.


De repente y sin previo aviso, las luces se apagaron y todo quedo en completo silencio y oscuridad. Antes de que alguno de los presentes en la habitación pudieran decir o hacer algo, tres figuras aparecieron de la nada entre una explosión de humo roja.


Gaara los miró con incredulidad, sorpresa y algo de temor. Ellos no deberían estar aquí.


Las figuras desconocidas irradiaban un aura roja intensa haciéndose ver completa y perfectamente ante la oscuridad del lugar, el ambiente se tornó pesado y caliente. Los tres quedaron inmóviles en el lugar, encapuchados y con máscaras de rojo carmesí sobre sus rostros, era imposible saber como lucían.


En un par de segundos de tensión e impresión, el individuo del medio extendió un brazo, y del suelo surgieron cadenas que encadenaron los pies de todos los humanos. El único que quedó libre fue Gaara.


–¿Qué demonios esta pasando? –Fue lo único que pronunció Sasuke antes de ser señalado acusadoramente por el sujeto de la izquierda. Y una nueva cadena envolvió su cuello haciéndolo gemir de dolor.


–¡Sasuke! –Gritó el pelirrojo demonio, corriendo hacia él y poniéndose delante del humano, escondiéndolo tras su espalda de los desconocidos.


La situación en la que se encontraban no era para nada buena.

Notas finales:

¿Que les pareció? :3

 

¿Les gustó?

 

Ya se viene el final

 

El proximo cap es el ultimo.

 

Nos vemos pronto gente.

 

Espero que lo hayan disfrutado =)


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