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Rapto en la época vikinga. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

"All I do, I do for you
My heart is dead without you
Don't kill me by saying we're through
My heart is dead without you"

"Todo lo que hago, lo hago por ti

Mi corazón está muerto sin ti

No me mates diciéndome que estamos separados

Mi corazón está muerto sin ti."

Reflexion, Dead without you, fragmento. 

Juha se ocultó detrás de una columna mientras pensaba que hacer. No podía darse a conocer con Marco porque entonces lo rechazaría, ya que estaba comprometido con Miko. Cuando vio a este desaparecer escaleras arriba con Mathias se decidió. ¿No le habían enseñado en el harén que los varones eran incapaces de resistir la seducción? Decidido, se sentó al lado de Marco.

El rubio se sorprendió al ver llegar a aquel… ¿muchacho? Era difícil decirlo, con aquellas ropas que cubrían de arriba abajo a la gente. El patio estaba lleno, así que quizás el muchacho solo quería un lugar.

-¿Vino? – le ofreció. Tenía un gusto bastante fuerte.

El muchacho asintió, tomando el vaso y llevándolo bajo el velo que le cubría desde la mitad de la nariz hasta el pecho. Iba vestido de blanco, (como hacía mucha gente para evitar el calor al aire libre) con una túnica de manga larga que si bien le llegaba hasta las rodillas se abría por los lados a la altura de las caderas. Debajo llevaba pantalones y calzaba unas babuchas de punta retorcida. Además del velo del rostro llevaba otro velo, uno que se envolvía en la cabeza y caía por detrás cubriendo el cuello

Se le quedó mirando con atención: le resultaba familiar a pesar de que solo le veía los ojos, ¡y qué ojos! Grises, preciosos, delineados de negro con una línea que se extendía hasta la sien. Unos ojos tan hermosos tenían que pertenecer a un doncel, aunque la ropa le parecía que era de varón. Y la piel, muy blanca, le indicaba que no tampoco era oriundo de aquellas tierras.

-¿De dónde vienes? – preguntó en latín. No le sorprendió no obtener respuesta. El griego era más común como lengua franca en el oriente.

Lleno de ternura Juha le cogió la mano. La puso con la palma hacia arriba, acariciándola con sus finos dedos. Siguió por la muñeca y por el brazo, tanto como la manga se lo permitió. Luego la llevó a su pecho y la apretó ahí, metiéndola finalmente bajo su velo para besarla.

Sorprendido, Marco le acarició la barbilla, completamente lampiña y suave bajo el velo y trató de quitárselo, pero el doncel (estaba seguro de que era un doncel) negó y sujetó el velo. Se levantó y lo jaló. Marco se levantó y se dejó conducir arriba. Seguiría esos ojos hasta el infierno. Subía detrás de él las escaleras, por lo que pudo apreciar su trasero: era digno de seguirse también.

La puerta de la habitación que compartía con Miko estaba cerrada, así que probó la de Mathias. Se encerró ahí con Marco.  Tenía la intención de hacer el amor con él antes de revelarle quien era, para que no hubiera vuelta atrás. Mientras mantuviera ocultos rostro y voz confiaba en que no lo reconocería.

Marco, quien creía saber muy bien qué tipo de donceles llevaban a la habitación a los varones y para qué se sintió muy ufano. No importaba si luego había que pagar una gran perla, intuía que el doncel de gráciles movimientos lo merecería.

Juha lo paró al lado del lecho, besando su mejilla a través del velo. Mantuvo quietas las manos de Marco y lo desnudó. Excitación y nervios lo invadían, además de deseo, mucho deseo. Marco era un varón en toda la extensión de la palabra, con brazos fuertes, músculos marcados y algo de vello rubio sobre su pecho, sobre sus brazos… sobre su bajo vientre.

El vello se volvía mas dorado y mas tupido en torno a su pene. Se relamió los labios al verlo y cayó de rodillas ante él. Se abrazó a sus muslos poderosos y acercó sus labios… y ahí estaba el velo, estorbando. Se lo soltó de un lado, solo un momento, para chuparlo. ¡Qué sabor! Era el pene más delicioso del mundo. Se lo sacó de la boca para acariciarlo con su lengua, para besarlo. Lo jaló hacia arriba, masajeando la punta, para lamer sus bolas, metiéndolas luego en su boca para chuparlas.

Entonces ocurrió. Marco le tiró el velo de la cabeza, desparramando una cascada de cabello rojo e inconfundible. Lo levantó tirando con suavidad de él para verlo cara a cara.

-¿Juha? – murmuró estupefacto.

Juha se quedó un momento boquiabierto y luego reaccionó.

-¡No! Soy Miko, tu prometido.

Marco saltó hacia atrás al escuchar la palabra maldita.

-¿Qué ocurre mi amor? – se acercó cariñoso a él.

-No puede ser… Miko esta cautivo en el harén del sultán… - contestó sin caer en cuenta de que hablaban finlandés.

-Me escapé. – sonrió de oreja a oreja – Te amo tanto que no podía permitir que otro me tocara.

-¿Eres virgen? – preguntó incrédulo.

-Sí. – respondió anhelante Juha.

-Pues así vas a permanecer. – dijo Marco agachándose por sus pantalones.

-¡¿Qué!? – exclamó Juha.

-Lo que oyes. – dijo Marco metiendo una pierna en el pantalón – Dudo que lo seas, pero tal como te encuentro así te devuelvo a tu padre.

-¡¿Qué!? – volvió a chillar Juha.

-No voy a casarme contigo.

-¡Pero si ya te he dicho que soy virgen!

-Entonces encontrarás un mejor partido. – los pantalones ya estaban en su lugar.

-Pero yo te amo. – dijo desamparado.

Marco se sintió conmovido. Siempre creyó que le resultaba indiferente a Miko, pero bueno, era un niño cuando dejó de verlo.

-Te amo. – repitió abrazándolo – Sueño con casarme contigo desde que era pequeño… Marco – lo besó.

Le transmitió tal ternura con aquel beso que el reacio vikingo se ablandó. Lo besó a su vez. El pelirrojo se fundió con él, su deseable cuerpo parecía haber sido hecho para unirse al suyo.

Fue un amargo esfuerzo separar sus labios.

-No, espera, tu padre…

-Está bien – susurró, buscando su cuello – vamos a casarnos.

Sin saber, Juha le recordaba el más poderoso motivo para mantenerse lejos de él.

-Precioso – cogió su carita para verlo a los ojos – No vamos a casarnos. No es tu culpa: eres el doncel más hermoso y dulce que he conocido jamás pero tú padre me comprometió contigo en una borrachera cuando ya ni siquiera sabía cómo me llamaba.

Aquello le dio mucho gusto a Juha. Así que Marco no había elegido a Miko, que bien. Su rubio solo tenía un poco de temor al matrimonio: eso se arreglaba rápido.

-¿Me deseas? – se frotó contra él, electrizándose y electrizándolo.

-Sí… - era estúpido mentir cuando su pene seguía bien parado, anhelante por más caricias como las que había recibido.

-Y yo te deseo… - acarició su entrepierna, tan suavemente que casi ni lo tocó, pero consiguió que el varón se  estremeciera de pies a cabeza – hazme tuyo… - volvió a susurrar, casi soplar en su oído - por puro amor – le lamió la oreja – no te voy a pedir que nos casemos. – ya se encargaría Jarmo de hacerlo.

-¿De verdad? – Marco quería caer en la tentación.

Por toda respuesta Juha ofreció sus labios, entreabiertos, irresistibles. Marco los tomó y el doncel terminó de cerrar los ojos, rodeando su espalda lentamente con sus brazos. Cuando lo tuvo rodeado lo apretó: había esperado tanto por ese momento. Sus labios cedieron al ligero toque de Marco para abrirse y permitirle el paso a su lengua. Se sintió saboreado por el varón.

Lo que probó le gustó a Marco. Y mucho. Lo cargó y siguió besándolo; Juha le rodeaba el cuello con los brazos y pegaba su pecho al suyo en lo que él lo sostenía con una mano bajo las corvas y la otra en su espalda. Disfrutó del momento antes de conducirlo al lecho. Lo recostó con cuidado y se colocó a su lado, acariciando el contorno de su rostro mientras seguía besándolo suavemente.

Poco a poco, la danza de sus lenguas fue haciéndose más intensa; los dedos se deslizaron entonces por el pecho en tanto su cadera se arrimaba buscando cercanía. Los dedos bajaron por la cadera y se metieron bajo la túnica. Tocó su piel directamente y una descarga lo recorrió. Atrapó la lengua de Juha y la chupó, sobando su pezón. Luego le quitó (¿o se quitó?) la ropa. Desnudo era demasiado hermoso. Demasiado apetitoso. Su boca comenzó a deslizarse sobre su piel, besando, probando: el cuello era delicioso. El pecho también. Juha seguía abrazándolo, por la cabeza, por donde podía. Su mano adiestrada ya estaba otra vez sobre su polla, masajeándola.

Marco le mostró que no era el único que sabía masturbar. Ni chupar. Bajó a besitos por su cadera seductora y lamió la erección de Juha antes de hacerla desaparecer entre sus labios. El doncel gimió, rodeando sus hombros con sus piernas y apretando su cabeza. La barba de Marco cosquilleaba deliciosamente sus bolas. El dedo de Marco sabía donde presionar para dar placer, justo detrás de las bolas. Juha movió la cadera para acercar su orificio al dedo de Marco.

Este captó lo que deseaba y lamió ahí detrás, para humedecer. Las piernas lo apretaron más. Sentía el deseo de Juha combinándose con su propio deseo, pasando de piel a piel. Se incorporó y pateó los pantalones, atorados en sus tobillos. Se arrodilló entre las piernas de la hermosura pelirroja y le subió las nalgas sobre sus muslos juntos. Él abrió las piernas para abrazar su torso y gimió al sentir el pene abriéndose paso en su virginal orificio.

Marco elevó las cejas y clavó sus ojos azules en los suyos: realmente era virgen, podía sentirlo. Lo jaló para pegar su pecho con el suyo, sujetándolo muy cerca y besándolo con toda la ternura que le inspiraba. Aguardó inmóvil dentro de él, a pesar de las intensas ganas de ya moverse dentro de ese paraíso de suavidad  y estrechez. No quería lastimarlo. Mientras aguardaba Juha se empezó a mover; de atrás para delante, besándolo, acariciándolo… apretándolo dentro de él.

Marco gimió en su boca. ¡Así que sabía hacer eso! Qué bien se sentía. Jodidamente bien. Apretó sus nalgas y chupó su lengua. Luego, cuando le hizo falta jadear, apretó su cintura y chupó sus pezones. Luego, cuando los exquisitos apretones que proporcionaba a su polla lo hicieron temblar lo abrazó por la espalda y empezó a penetrarlo, arriba y abajo, haciendo fuerza con sus piernas.

Juha adoraba estar finalmente así con Marco. El placer que sentía se combinaba con el amor que sentía y las dos cosas juntas lo conducían a un verdadero éxtasis.

-Marco, ¡oh Marco! – sentía su polla, gruesa y dura, frotándolo por dentro. Sentía su propia polla, bien dura, frotándose contra los músculos de su abdomen - ¡Mmmarco!

Marco sintió la humedad en su abdomen al mismo tiempo que los apretones de su orgasmo por detrás. Se dejó caer de espaldas, abrazándolo bien. Apoyó los pies en el suelo para penetrarlo con fuerza. Juha apoyó las rodillas en el suelo y se movió con él, a pesar de estar mareado por todo el placer que acababa de experimentar. Marco masajeaba sus muslos con pasión; al momento de correrse los apretó con fuerza, dejándole un par de marcas sin querer.

Juha bajó su rostro para besarlo y su cabello cayó a los lados como una cortina roja, lujosa. Entre besito y besito Marco sonreía como nunca en su vida. Se sentía tan bien que era demasiado agradable para ser verdad.  Estaba a punto de decírselo cuando la realidad acabó con el momento.

 

 

Continuará...

 

Notas finales:

Marco Hietala me vio, waaa!!!

Y me saludo, Kyaaa!!!

Valio la pena comprar el boleto de primera fila y asistir a los conciertos de Nightwish en Mexico ^^

Dead without you, cancion con Juha (he's so fucking pretty!): http://www.youtube.com/watch?v=FsCZvwTOUvI

Tides, cancion con Marco: http://www.youtube.com/watch?v=3X9lLP7eHW0

Prometo contestar los reviews a la brevedad posible.

Kiitos!


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