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Rapto en la época vikinga. por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

La comedia de las equivocaciones.

Luego de informarse sobre el grosor de las murallas del serrallo del sultán y las maneras de echarlas abajo, Jarmo regresó a la posada. De tanto indagar ya iba progresando en idiomas, así que cuando le dijeron que Marco había subido a la habitación de un huésped doncel fue solo por él; no quería traumar al niño con espectáculos posiblemente eróticos.

Jarmo dio un empujón con el hombro a la puerta indicada, botando el rudimentario seguro.

-Marco, no tenemos tiempo que perder…

Al oírlo Marco se sentó de golpe, con los ojos como canicas. Jarmo calló de golpe al ver quién era el doncel que se cubría con la manta y se ocultaba tras la espalda de Marco. Un maelstrom no anticipaba tanta violencia como el remolino de ira que se formaba en los iris de Jarmo.

-¡No te enojes Jarmo! – se apresuró a decir Marco – De todos modos íbamos a casarnos, es Miko, mi prometido. – lo sacó de detrás de su espalda para mostrárselo.

-¡Ese no es Miko, es Juha! – bramó Jarmo.

Marco volteó al doncel para mirarlo a la cara.

-¡Me mentiste!

-¡¿Estás diciendo que mi hermanito es un mentiroso!? – Jarmo avanzó un paso, amenazante.

-¡Me dijo que era Miko! – exclamó Marco.

-¿¡Y que no reconoces a tu prometido?!

-Deje de verlo cuando era un niño… - se excusó. – Yo creí reconocerlo pero me dijo que era Miko.

Juha no decía nada: confesarle a su hermano que le había robado el prometido a su sobrino con toda intensión no iba a gustarle mucho.

-Aún si creías que era Miko debiste esperar hasta la boda. – Jarmo se había cruzado de brazos, lo cual era una buena señal, a menos que pensara emprenderla a patadas contra Marco.

-¿Dentro de 5 años? – preguntó sarcástico Marco.

-¡No! La boda de inmediato. Los bebés en 5 años. Y si eran de Juha en diez o doce – Juha respingó: para esa época ya iba a estar menopáusico casi – era tan pequeño e inocente, mi hermanito… – lo miró con ternura. Luego a Marco con furia. Descruzó los brazos – Te voy a arrancar la cabeza.

-¡No! – Juha se interpuso entre su hermano y su amado – Lo amo.

Jarmo lo vio en sus ojos, en la determinación con que lo defendía. Ni modo, el rubio conservaría su cabeza.

-¿Dónde esta Miko? – preguntó.

-En la habitación de al lado… - contestó Juha.

Ya le había robado el prometido, ¡y qué prometido! a su sobrinito… ¿ahora con qué cara iba a verlo? Se envolvió con una manta y siguió a su hermano. Marco se apuró a ponerse los pantalones para seguirlos.

Jarmo pateó la puerta y esta salió volando en pedazos.

-Hola papá. – Miko lo saludó alegremente desde el lecho.

Mathias se había desmayado al oír el vozarrón de Jarmo y Miko lo dejó desmayado. Así era mejor; ni trataba de huir ni decía estupideces y papá vería que no había vuelta atrás. Por su apariencia y la del lecho resultaría bastante evidente lo que había ocurrido; solo le tapó a Mathias sus partes favoritas, no fuera a ser que papá se las arrancara en el primer impulso furioso.

Jarmo miraba con ojos desorbitados a su hijo medio desnudo al lado de un varón desnudo.

-Mathias Nygard me sedujo. – señaló al inconsciente.

-¡Lo voy a matar! – rugió Jarmo.

-Si lo matas, ¿Cómo se casa conmigo? – Miko también defendía a su varón poniéndose entre él y su papá – Ya me desvirgó – añadió mirando de reojo al viejo barbudo y a su tío, que se abrazaban.

Jarmo gruñó. No le gustó nada encontrar a su hermanito en brazos del prometido de su hijo y a su hijo en brazos del heredero del viejo Nygard.

-¡Tenías un prometido! – gritó a Miko.

-¿Y dónde estaba mi prometido mientras Mathias me seducía? – pregunto mirándolo con intensión. Jarmo se volteó a verlo y le dio un tic en el ojo.

Marco tosió y se hizo el desentendido. Juha bajó la mirada. ¡Qué horror! Mathias había seducido a Miko en lo que él seducía a Marco… aunque… ¿no era Miko el que andaba tras Mathias? Levantó la mirada pero en ese momento su hermano protestó:

-Debiste haberte resistido.

-Soy un pobre doncel debilucho – dijo con tonito desvalido - ¿Qué podía hacer contra un varón fuerte y apuesto?

-¡Te violó! – rugió Jarmo - ¡Lo voy a moler a palos!

-¡No! ¡No me violó, me sedujo! – se montó encima del cuerpo de Nygard para protegerlo – No me pegó ni nada, fue muy agradable…

-¡Miko! – lo reprendió su padre. - ¿Qué le pasa? – señaló a Nygard - ¿Está muerto? – preguntó con cierto entusiasmo.

-No, dormido… - Marco pensó que ese tío tenía el sueño más pesado del mundo – nos cansamos mucho… - la sonrisita embobada se le quitó a Miko cuando su papá le dio un zape.

-Despiértalo. – ordenó.

Miko le vació la jarra del agua en el rostro. Mathias volvió en si echando gorgoritos. Miró a Jarmo completamente aterrorizado.

-No me mate. – pidió juntando las manitas.

-¡Sedujiste a mi hijo! – gritó Jarmo.

-Me caso con él.

Eso era lo que Miko quería oír.

-¡Tenía un prometido! – señaló a Marco, quien frunció el ceño, muy digno. Mathias lo miró.

-Me caso con el prometido.

Marco respingó: ¿Con él? ¡Ni madres! Miko le dio un zape.

-¡No digas estupideces! – gruñó Jarmo - ¿O que eres maricón?

-No, no lo es. – aseguró Miko, nuevamente con aire de satisfacción – Me consta.

-Cállate Miko – ordenó su padre – Te casarás con mi hijo.

-Sí señor.

Jarmo lo inspeccionó frunciendo el ceño hasta que sus ojos se convirtieron en dos rendijas.

-No te corto en cachitos como lo demanda el honor sólo porque eres el hijo del viejo Nygard. – o sea, de una familia respetable y amiga.

Mathias asintió.

-Se lo agradezco mucho. – dijo con su tonito lindo.

-Le debes una compensación a Marco por su prometido.

Mathias asintió pero Miko dijo:

-Y Marco te debe una compensación a ti por mi tío, ¿no papá? – quería confirmarlo.

Jarmo miró a Marco con gesto pétreo.

-Me debes una compensación por Juha.

-No hay problema – dijo Marco – traigo dotes para los dos.

Eso le gustó a Miko.

-Que bueno – dijo – porque como mi tío escapó conmigo en mitad de la noche no pude traerme ninguno de mis doce trajes de seda, bordados en oro y adornados con piedras preciosas, ¡uno era tan pesado como yo! Ni mis siete velos orlados de perlas y monedas de oro, ni mis pulseras, collares y diademas…

-Ya cállate, pareces judío… - le dijo Marco.

-¡Cállate tú, viejo barbudo! – ahora que no era más su prometido podía decirle lo que quisiera. Marco se llevó la mano al pecho, dolido: ¿viejo él? – Fue por tu culpa, mi turno con el sultán era para dentro de cuatro meses, pero como el de mi tío ya era, por salvar su virginidad huyó conmigo.

-Hizo muy bien. – sentenció Jarmo. Obvió el hecho de que se la había entregado a Marco antes de la boda y pretendiendo ser su prometido.

-Pero se hubiera escapado solo papá; yo estaba seguro que vendrías a rescatarnos y entonces hubieras podido cargar con mi guardarropa, que incluía tres pares de babuchas y cuatro de sandalias, además de una caja de cosméticos.

-Tu oíste al sultán – reclamó Juha – Quería tenernos a los dos, ¡y pronto! - Jarmo casi se desmaya. Marco y Mathias abrieron mucho los ojos, babeando un poco por dentro. – Si no hubiéramos escapado ese día no habríamos encontrado a Mathias…

-En la calle, perfectamente vestidos y nos reconocimos al instante. – interrumpió Mathias.

-Ajá, a Mathias, quien nos ayudó a escapar y nos escoltaba gentilmente a casa.

Jarmo asintió aprobador.

-Oh sí, le estoy muy agradecido. – dijo Miko – Y a ti también, tío querido. Pero creo que deberías darme la mitad de tu atuendo ya que por tu culpa no pude traer el mío.

-¡Pero si yo tampoco traje mis cosas! – reclamó Juha – Escapé únicamente con lo que tenia puesto, ¡igual que tú! Y por cierto, ¿Por qué traes puesto mi traje si fue Mathias quien te sedujo? – Juha enarcó una ceja.

-Me lo estaba probando. – mintió Miko.

Juha iba a arremeter.

-Basta ya. – dijo Jarmo – El traje es de Juha. Devuélveselo Miko.

-¡Siempre le das la razón a él! – Miko hizo berrinche - ¡No es justo! ¡Es tu favorito!

-Si es por las joyas te daré una parte equivalente de las que traje para su dote. – propuso Marco.

-¡Pero yo quiero una pulsera! – chilló Miko – Si no, ¿con que voy a hacer las pajas musicales?

Mathias se avivó al oír eso.

-Yo creo que lo justo es que le dé una pulsera. Al menos mientras compramos más. – terminó sonriendo entre tierno y pervertido.

-¡Oh… - Miko le sonrió de igual modo - ¿Dónde las venden?

-Las mejores en Bizancio.

-Bueno – dijo Jarmo – Ya hasta la dote arreglamos. Ahora a casarse. Ahora mismo. – ordenó.

-¿Ahora mismo? – protestó Marco - ¿No te parece que es muy repentino? Recién me he comprometido…

-Estuviste doce años comprometido con Miko, – le dijo Jarmo en tono de no jodas - ¿y te parece repentino?

-Con Juha me acabo de comprometer… dame tiempo para asimilarlo…

-¿Y que te escapes, no? – Jarmo mostró el colmillo y Juha apretó del brazo a su amado.

-No, para nada, Juha es el novio más adorable que pueda existir, pero quisiera despedirme de mi soltería…

-Unos cuatro o cinco años, ¿no? – preguntó sarcástico Jarmo - ¡Al carajo! Ya tuviste tu noche de bodas así que la boda urge. Vamos: Ville será testigo en la boda de su hermano y yo en la del mío.

-¡Awww! ¿Dónde está Ville? – preguntaron los donceles mientras Mathias pensaba que ante las leyes vikingas solo podía ser testigo una persona adulta.

-En la taberna. – respondió Jarmo

Lo encontraron bebiendo un gran tarro de leche, sentado sobre dos cojines para alcanzar la mesa y la daga clavada en la madera.

 

 

Continuará...

 

Notas finales:

¡Bien esta lo que bien termina!, dijo Shakespeare ;)

Solo resta el epilogo de este fanfic. Pero les alegrara (o atemorizara) saber que ya casi termino otro que comenzare a publicar el 12/12/12. Tambien con Juha *.*

Lo de las pajas musicales es autentico: esas pulseritas tipo arabe con muchos adornitos sonoros fueron inventadas para que al masturbar a un hombre hicieran musica.  Un ejemplo literario lo pueden encontrar en la divertida novela Ladrones de tinta, de Alfonso Mateo-Sagasta.

Si les gusto la onda arabe/turca del fanfic les recomiendo Me llamo rojo, de Orhan Pamuk. Contiene yaoi y este nobel turco es el responsable de mi obsesion con Estambul

Tambien les recomiendo la lectura de El caballero inexistente, de Italo Calvino: entre mas cultura tengan, mas lo disfrutaran.

Kiitos!


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