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True Love por keny_shawol

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo! Aquí esta el mpreg que prometí, espero que sea de su agrado. El capitulo es corto, solo para darse una idea.

 

A leer!

-Adelante- hablo KiBum.

 

 La puerta de su habitación se abrió dejando ver a sus padres. Él rubio se sentó en su cama y dejo aun lado el libro que estaba por comenzar a leer.

 

Sus padres sonrieron y se vieron entre si, algo hizo clik en la cabeza de KiBum. El momento había llegado.  

 

-Tenemos que hablar- hablo clamada la mujer, su padre asintió y ambos se sentaron en la cama del rubio.

 

-¿Si?-

 

Sabia perfectamente de que querían hablar, y el no quería que el momento llegara. Miraba por si habitación, debía buscar una distracción para evitar esta plática.

 

¿Cuándo el tiempo había pasado tan rápido? Sabía que este momento llegaría, pero no pensó que fuera tan pronto.

 

-Estuvimos hablando con los señores Choi…- decía su padre, pero el rubio no lo dejo continuar.

 

-¿Y se mudaran?- pregunto entre broma, y esperanzado de que fuera así.

 

¿Por qué no lo olvidaban? Solo querían que desecharan la idea, y lo dejaran libre y sin esa preocupación.

 

-No claro que no- dijo la mujer- creo que ha llegado el momento, han terminado sus estudios, ambos tienen 21 años, es tiempo que tu y…-

 

-¡No!- grito exaltando a sus padres. Tenia que evitar que ellos pronunciaran esas palabras- solo digo que yo ya…-

 

-Los padres de MinHo, están de acuerdo, le dirán la noticia hoy-

 

Si todo estaba prácticamente arreglado. Estaba decidido y al parecer no había marcha atrás.

 

El rubio estaba nervioso, jugaba con sus manos y mordía su labio inferior, hasta el punto de hacerlo sangrar. No encontraba alguna excusa para librarse de su problema.

 

Tenia una, pero no se lo podía decir a sus padres, de nada serviría, ellos le dirían que estaba mal y que aun así, lo de ellos ya estaba decidido.

 

-Pero mamá- replico con el ceño fruncido.

 

Sabia que este día llegaría, también sabía que no debía enamorarse, pero no lo pudo evitar. En el corazón  no podía decidir, ya estaba hecho y estaba enamorado de una persona- prácticamente- imposible.

 

Y no es que fuera un amor platónico, algún artista, o algo por el estilo, pero sus padres no lo aceptarían aunque él se los dijera.

 

-Nada de peros, esta decidido- sentencio su padre.

 

-No veo el problema KiBum- hablo dulcemente su madre, acariciando la mejilla del chico bonito- tu y MinHo son amigos-

 

¡Los mejores! Negó con la cabeza, ¡No lo eran y nunca lo serian! Apenas había cruzado 2 palabras con el alto, y si eso era ser amigos, entonces si lo eran.

 

Y no es por que MinHo no le agradara, era por que, eran completamente diferentes. MinHo era el deportista, atractivo, que tenia a cualquier chica, y el era KiBum el chico adicto a la moda, caprichoso, adicto a las compras.

 

Cualquiera pudiera decir que era rebelde y arrogante, y en cierta manera lo era, pero cuando se trataba de sus padres, él no podía decir no, aunque él no estuviera de acuerdo, con lo que sus padres querían para él, jamás se opondría.

 

-Mamá, tengo que decirles algo-

 

-Te diremos que día nos reuniremos- sus padres ignoraron por completo a KiBum.

 

-Seguiremos hablando a la hora de la cena-

 

Los padres del rubio se retiraron de la habitación, dejando a un KiBum completamente preocupado.

 

El tenía una pareja, y tenia que decírselo a sus padres. No quería hacerlo, no podía.   

 

 

 

 

 

--No, no y no- MinHo movía las manos negando.

 

-¡MinHo!- regaño su padre- no se por que te comportas así, esto ya lo sabias-

 

Claro que lo sabia, y siempre guardo la esperanza de que se arrepintieran. Era su hijo, no era un desconocido, no podían obligarlo hacer algo que no quería ¿Cierto?

 

-pero… pero…- ni siquiera buscaba las palabras, para evitar lo que se avecinaba.

-MinHo- hablo su madre- ya hablamos con los señores Kim-

 

-Pero, no puedo hacerlo- miro a su madre, pidiendo ayuda, ella era mas sensible que su padre, tal vez pudiera ayudarlo, pero la señora desvió la mirada, no podía hacer nada, ya estaba decidido.

 

-El es un buen chico, no se por que te molestas- el moreno frunció el ceño.

 

¿Por qué se molestaba? Simple, tenia que casarse con alguien que no quería, ¿No les parecía poco? No entendía por que, sus padres hacían con él,  lo mismo que hicieron sus abuelos.

 

Se supone que los padres, debían buscar lo mejor para sus hijos, pero MinHo no veían ningún beneficio para él, solo para sus padres.

 

-¿Amor?- inquirió con una ceja alzada- entre él y yo, no hay cariño-

 

Ni siquiera amistad, KiBum y MinHo nunca se hablaban, no tenia tema de conversación, no tenían gustos en común, ellos no eran compatibles.

 

-El amor llegara después, como tu madre y yo- su padre abrazo a la mujer y sonrió.

 

Claro ellos habían tenido suerte, pero para nadie era fácil, un matrimonio arreglado. Pero ¿y si KiBum y el nunca se enamoraban?, cabía esa posibilidad, ¿Y si siempre peleaban? No quería ni pensar en tener que convivir con alguien a quien apenas conocía.

 

-Todo saldrá bien- aseguro su madre, para después abrazarlo- él es encantador, es el mejor- resumió la mujer- si no lo fuera, créeme no te dejaríamos estar con el-

 

¿Cómo podía estar tan segura? Se preguntaba MinHo. El no lo estaba, tendría que convivir con alguien a quien no conocía, tendrían que ser pareja, y vivir el resto de sus vidas juntos.

 

-Pero…-

 

Quería decirles que no, que no lo haría, que no estaba dispuesto arruinar su vida, por que claramente eso sucedería.

 

Arruinaría su vida con alguien al cual no amaba, y no es como si en estos momentos amara a alguien, pero cuando lo hiciera, no podría estar a lado de esa persona.

 

Jamás les diría que no a sus padres, así lo habían criado y en la sociedad en donde había crecido estaba mal visto, negarles algo a sus padres.

 

El nunca podría decir “no”, tendría que acatar las órdenes sin quejarse, ni opinar.

 

-Esto lo hacemos por tu futuro, y el de tus futuros hijos- aclaro su padre.

 

Si, todo seria por ambas empresas se fusionarían, tendrían mas ganancias, no habría rivalidad. Y al final MinHo se haría cargo de todo. Claramente lo hacían para su beneficio.

 

A Choi no le importaba manejar la empresa, tampoco que su padre le heredara una gran fortuna. Él estaba calificado para trabajar, por eso había estudiado, y no le importaba en lo absoluto valerse por si solo.

 

Pero como había dicho antes, no se negaría, se casaría con KiBum y manejaría la empresa. Ese era su destino.

 

A veces se preguntaba, si le importaba  a su padre, si alguna vez pensaban en el, pero siempre llegaba a la misma conclusión, ¡No! No les importaba, o ellos tenían una idea errónea de lo que era el amor.

 

-Hablaremos mañana hijo- hablo su madre, para después dejar la habitación, dejando a un MinHo molesto, pero sobre todo decepcionado.

 

 

 

 

 

“Te espero en mi casa. MinHo” ese fue el simple mensaje que le había mandado MinHo a KiBum.

 

Y ahí se encontraba el rubio en la casa de sus futuros suegros, que estaban más que encantados con la visita.

 

Los señores pensaban que se estaban conociendo y así afianzar su relación, pero MinHo tenia ideas muy distintas. 

 

-¿Qué pasa?- pregunto el rubio, una vez que los dejaron solos.

 

-Tenemos que hacer algo- informo el moreno.

 

Caminaba de un lado para otro, estaba molesto  frustrado. Toda la noche se había quedado despierto pensando en una idea, para cancelar ese matrimonio, pero no se lo ocurría nada.

 

-¿Qué?- el rubio sabia perfectamente a que se refería. Él tampoco que se quería casar.

 

-No se- paso sus manos por su cabello, desarreglándoselo- tu también debería pensar-

 

-¡¿Crees que no lo he hecho?!- exploto el rubio, ese chico si que lo hacia enojar- tampoco me quiero casar contigo- informo molesto.

 

Antes seguramente no habría tenido problemas en aceptar el casamiento. MinHo era todo lo que una chica y chico pudieran desear. Era atractivo, tenía los ojos más hermosos que alguna vez haya visto, labios esponjosos y abultados, cabello castaño y muy bien cuidado y un cuerpo claramente bien ejercitado.

 

Cualquiera se enamoraría de el, y no solo por hablar de lo atractivo que era, el chico aparte de todo, era estudiado, amable, atento y respetuoso. ¡Perfecto! simplemente perfecto.

 

Y creía que se hubiera enamorado de él, ¿Quién no se enamoraría de Choi MinHo? Era simplemente el príncipe azul, el chico que todo desearía.

 

 Pero él no, no podía estar con MinHo, no quería hacerlo. Estaba completamente enamorado de otra persona. Sabía que no debía enamorarse, sabía que ni siquiera debía salir en una cita.

 

Pero no lo pudo evitar, el chico lo había cautivado, y poco a poco lo fue enamorando. Y tal vez si le hubiera dicho a sus padres nada de esto estuviera pasando, pero no podía hacerse ilusiones, aunque le dijera a sus padres, ellos no lo aceptaría, y lo alejarían de él. 

 

-Tenemos que buscar la manera- hablo MinHo después de unos minutos de silencio.

 

Tampoco se quería casar con KiBum, no negaba que el chico era precioso y seguramente tendría muchos pretendientes. Solamente el no creía que KiBum y él fuera compatibles, a kilómetros de distancia, podría verse que no se llevarían bien.

 

No quería que al paso de los años, conozca a alguna persona de la cual se enamora y con la cual no pueda estar a su lado.

 

¿Enamorarse de KiBum? ¡No! Eso no sucedería, eran tan diferentes, que estaba seguro, su matrimonio se basaría en peleas.

 

-Sabes que es imposible, esto ya estaba arreglado-

 

Si, desde que tenían 18 años, pero él siempre pensó que sus padres, se arrepentirían y no lo obligarían a semejante barbaridad. Por muchos años, pensó que solo hablaban y que jamás lo cumplirían, pero que equivocado estaba.

 

-Hablaremos con ellos- MinHo miro a KiBum confiado- les diremos que no lo haremos, que tu y yo no nos queremos-

 

KiBum frunció el ceño, ¿Podría funcionar? Simplemente con decir no, ellos los dejarían, no estaba muy seguro de eso.

 

-¿Estas seguro?- pregunto aun dudoso.

 

-Lo haremos, confía en mí-  

 

-Bien, lo haremos-

 

Le diría que no a sus padres, se impondría  y exigirían que los dejaran ser felices. Ellos lo merecían, no podían obligarlos a estar juntos.

 

¡Era su vida! Y ellos harían lo que quisieran con ellos, nadie los obligara a nada. 

 

Ambos trataron de darse ánimos, ambos sabían a lo que se atenían. Lo harían y esperarían un resultado positivo.  

Notas finales:

¿Qué les pareció? ¿Lo continuamos? Espero sus reviews.

 

No vemos! 


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