-Es grande, demasiado para los dos- MinHo asintió dándole la razón.
-Lo se- dijo simple.
Caminaban por el largo pasillo, habitaciones por donde quiera que miraran. KiBum sentía que esto era demasiado, si, estaba acostumbrado a vivir en casa de sus padres- que era grande- pero ahora solo serian MinHo y él.
-Esta es la habitación principal- él más alto, abrió la puerta, invitando a entrar al rubio. Tenía un gran cama en el centro, armarios y muebles de madera, y tenia un baño suficiente espacioso para los dos- tu dormirás aquí- anuncio- yo dormiré en alguna de las otras habitaciones-
Por supuesto que no compartirían habitación. Lo habían discutido en el viaje, y llegaron a aun simple solución, cuando alguien estuviera de vista, seria cuando dormirían en la misma habitación.
-No es necesario- dijo KiBum- yo puedo hacerlo-
-Creo que es más fácil mover mis cosas, cuando tengamos visitas-
MinHo tenía toda la razón, las cosas de KiBum eran demasiadas, y si sus visitas se quedaban por un largo tiempo, seria más fácil mover las cosas de MinHo, que eran pocas a comparación de las de su esposo.
-Bien-
-También debes conocer a los empleados-
¡¿Empleados?! Eso ya era excesivo, ¿Acaso sus padres querían controlar su vida? ¿Querían que sean replicas de ellos? Era su casa, y claro que no necesitaba empleados- o eso creía-
-Puedo hacerlo solo… creo- susurro ultimo, frunciendo levemente el ceño.
¡Que complicada era la vida de casados!
-Esta casa es muy grande- MinHo hizo un gesto con las manos, explicando lo grande que era- además mi esposo no debería hacer eso- bromeo MinHo- no creo que puedas- molesto el menor.
-¡MinHo!- se quejo él rubio. No eran un inútil, y no por que siempre le habían hecho todo, y su vida, había sido fácil, no quería decir que no supiera como llevar una casa, y hacer todo lo que se deba.
-No te molestes- MinHo acaricio la mejilla del rubio, este retrocedió, y él moreno rio- Además, trabajas ¿No es así?-
-Si- lo olvidaba, trabajaba, y no quería dejar de hacerlo, con lo mucho que le había costado convencer a sus padres.
-Entonces, dejare que te acomodes, y después bajaras a conocerlos, ¿Bien?-
Aun creía que no era necesario, trabajaba si pero no todo el día, podía ocupar la tarde para sus deberes domésticos, claro que lo supiera hacer, por no sabia hacer muchas cosas. Nunca había cocinado, ni nada, pero se podía aprender ¿Cierto?
-Bien- dijo resignado el rubio. ¡Necesitaría ayuda!
MinHo dio la vuelta, dispuesto a marcharse y KiBum suspiro ¡Al fin un momento a solas! No seria fácil tener que aparentar, habrían personas en su casa, que si notaban algo extraño en su vida, comenzarían a sospechar, y tal vez alguno de ellos, les contara la verdad a sus padres, tendrían que ser muy cuidadosos.
-KiBum te espero abajo, no quiero venir por ti- advirtió el moreno, antes de dejar la habitación. El rubio asintió, y MinHo se fue, al fin podía respirar tranquilo.
-A veces ¡Lo odio!- si algunas veces lo hacia, por que simplemente sonreía y KiBum no le negaba nada, tendría problemas en el futuro con eso.
-¡Yo también te amo!- grito MinHo, sacándole una sonrisa.
-MinHo- ¡No podía tener un momento a solas! Abrió los ojos, y diviso a su padre, sentado en una de las sillas, frente a su escritorio.
-Papá- saludo.
-¿Cómo va todo?- pregunto el señor.
-Bien- resumió el moreno.
-¿Y KiBum?-
¡Lo sabia! Su padre no podía pensar en otra cosa que no sea eso, en que todo marche bien en su matrimonio, que no tenga problemas con su pareja, y así tanto como los padres de KiBum y él estuvieran tranquilos. Por que su padre no podía pensar en otra cosa que no sea él, mismo de eso estaba seguro.
¿Y que con él? Tenia que dirigir una empresa a sus escasos 21 años, eso no era justo, por que no pensaba en su hijo, y lo que quería o no. Pero eso jamás sucedería ¡No! Claro que no.
-En casa, supongo- su padre abrió los ojos como platos, esa no era la respuesta que esperaba.
-¿Por que no estas con él?- miro su reloj- es casi hora del almuerzo, deberían comer juntos-
-Debería- hizo un pausa- pero no nos entendemos, todo el tiempo peleamos y…-
-¡¿Qué?!- MinHo rio por dentro al ver el rostro de su padre- Debes estar bromeando MinHo-
-Eso quisiera-
“Pero que mentira” pensaba él moreno, creía que su relación no podía ir mejor, y sentía que con el paso de los días su relación mejoraba cada día mas y mas- como amigos-
Después de sus pequeñas vacaciones MinHo sentía que se hicieron mas cercarnos, después de que KiBum confiara en él, prometió hacerlo feliz.
-Tienes que hacer algo al respecto- él hombre estaba claramente molesto- prometieron que lo intentaría, si no lo hacen MinHo, no podrán separarse-
¡No! Eso si que no, tal vez estaba broma no fue buena después de todo. Se separarían lo harían, de eso estaba seguro.
A veces le molestaba tanto su padre, ¿Cómo lo amenazaba así? Si por que eso era una amenaza.
-Esta bien, intentare arreglar las cosas con él-
-Eso espero MinHo- dijo su padre, serio y molesto.
-Si papá-
KiBum termino de peinarse y se miro por última vez en el espejo. La noche anterior, no había podido conciliar el sueño, y no sabia exactamente por que.
Llevaba una semana viviendo con MinHo y todo parecía marchar bien, había conocido a los empleados que resultaron personas agradables, todos resultaron ser personas mayores, así que no se preocupaba, sabia que esas personas eran discretas.
Bajo hacia la cocina, pasaban de las 8 de la mañana, seguramente MinHo se había dio a trabajar.
-¡Buenos días!- la voz de MinHo a su espalda, hizo que se sobresaltara.
-MinHo me asustaste- se quejo.
-Lo siento- MinHo paso de largo y se sirvió una taza de café.
Estaba listo para la oficina, así que KiBum supuso que se le había hecho tarde. KiBum sentía que ser el presidente de la compañía, era un cargo muy importante y difícil para él moreno. Sabía que MinHo nunca quiso hacerse cargo de todo, y que también le daba miedo decepcionar a su padre.
-¿Café?- ofreció él más alto, extendiendo una taza.
-Gracias- KiBum tomo la taza.
-Antes… que- KiBum tomo un poco, e hizo una cara de disgusto- me gusta sin azúcar- término de decir Choi.
Pero era muy tarde ya, KiBum dejo la taza sobre la mesa. ¡Sabia horrible! ¿Cómo tomaba el café así?
-Sabe horrible MinHo- él rubio frunció el ceño- ¿Quién lo tomo sin azúcar?-
-Yo- MinHo se encogió de hombros.
Claro ahora sabia como le gustaba el café, ¿Cómo lo tomaba así? Y lo mas importante ¿Cómo se atrevió a dárselo? Si KiBum era amante de lo dulce, tal vez no exceso, pero sabia que alimentos deberían ser dulces, y el café para él, debería tener un poco de azúcar al menos.
-En unos minutos me voy, ¿Vienes?- el rubio negó- ¿No tienes trabajo temprano?-
-Iré mas tarde-
Trabajarían en el mismo lugar, así que vería a MinHo prácticamente todo el día, ¡Que alegría! Ironizo, y no es que le molestara la presencia de Choi, solo non tenia por que verlo todo el día.
-Bien- tomo un poco de café- no se a que hora llegare- aviso MinHo- él rubio asintió- ¿Me esperaras a cenar amor?- pregunto riendo.
-Supongo-
KiBum no estaba acostumbrado a tener compañía en su casa, cuando vivía con sus padres, él estaba todo el día solo en su casa, su padre siempre estaba de viaje, y su madre siempre estaba con sus amigas y de compras, así que su única compañía eran las personas de servicio.
Ahora eso cambiaria, pues estaba casado y tenia que estar con MinHo, lo esperaba para cenar, y algunas veces cuando MinHo tenia tiempo venia a almorzar. Choi estaba ocupado la mayor parte del día, y casi no estaba en casa, pero ahora que comenzaría a trabajar, lo vería más tiempo.
-Espero llegar temprano… no se a que hora llegare-
A MinHo tampoco le gustaba quedarse todo el día, tras un escritorio, a veces llegaba con fuertes dolores de cabeza, pero era lo que tenía que hacer.
-No te preocupes MinHo- él moreno asintió, y dejo la taza sobre la mesa.
-Es momento de irme, nos vemos después- se despidió con una sonrisa.
-No me engañes con nadie querido- molesto KiBum, él más alto negó con la cabeza.
-Por supuesto que no- MinHo deposito un beso en la mejilla y después se marcho con una sonrisa.
KiBum llevo su mano a su mejilla, ¿Qué se supone que había sido eso? Sentía como sus mejillas ardían. ¿Desde cuando tenían esa cercanía? Y sobre todo ¿Por qué lo había hecho?
-¡Amor estoy en casa!- grito MinHo. Minutos después KiBum apareció en la sala.
-MinHo no grites, créeme te escucho perfectamente- regaño KiBum.
-Bien- bufo, se aflojo la corbata y se sentó en el sofá- solo quería hacerlo, siempre he querido-
No mentía, MinHo siempre se imagino llegando a su casa después de su trabajo, y anunciando su llegada, tal y como lo había hecho. Tal vez no era exactamente como lo imagino, pero le pareció divertido, y sabía que a KiBum le había causado gracia, cuando vio una traviesa sonrisa posarse en su rostro.
-Ya lo hiciste, ahora ya no lo hagas mas- MinHo asintió, como niño bueno.
-¿Fuiste a la compañía? No te vi-
-Solo unos minutos-
KiBum era fotógrafo, siempre le gusto. Al principio sus padres no lo aceptaron, y le prohibieron trabajar, pero después de mucho insistir, pudo hacerlo, claro con la condición de trabajar con su padre, y aunque no le agradaba ala idea, termino por aceptar.
-Y ni siquiera pasaste a saludarme- dramatizo su pareja, haciendo a KiBum reír.
-Mejor vamos a cenar-
Sus cenas eran en completo silencio algunas veces, no siempre encontraban de que hablar. Ambos se habían acostumbrado al otro. Por ejemplo KiBum sabia que MinHo tomaba el café sin azúcar, que le gustaba leer un poco antes de acostarse a dormir, y que hacia ejercicio por las mañanas.
Aun no se conocían del todo, pero con el paso de los días descubrían algo sobre el otro. Eran cada vez más cercanos, y al parecer nadie sospechaba que no eran una pareja real.
Los empleados creían que dormían juntos, la habitación de MinHo siempre estaba cerrada, y tenían prohibido el paso, MinHo ordenada su habitación y cuando no tenían tiempo KiBum lo hacia.
-¿Cómo te fue hoy?- pregunto KiBum.
-Bien- MinHo se llevo un bocado a la boca y continuo- mi padre fue a verme hace unos días- comunico.
-¿Y que dijo?-
-Pregunto que como estaba- callo por un momento, y él rubio le indico que continuará- pregunto por ti-
-¿Y?- MinHo pensó unos momentos, no sabia si decirle o no lo que le dijo a su padre, pero tenia que decírselo, solo por cualquier cosa que pueda ocurrir.
-Le dije que nos pelábamos todo el tiempo, y nos llevábamos pésimo-
-¡¿Qué?!- frunció el ceño y suspiro con pesadez- ¿Por qué le dijiste eso?-
-Fue una pequeña broma- trato de alivianar la situación- No te molestes KiBum-
-¡No estoy molesto!- grito.
¡No claro que no lo estaba! MinHo se dio cuenta de su error, tal vez no fue buena idea comentárselo. El resto de la cena continuo en completo silencio, después KiBum se retiro alegando que estaba cansado dejando a MinHo solo.
Por un momento pensó decirle lo de a la amenaza de su padre, pero prefirió no contárselo, se molestaría mas de lo que ya estaba.
-Hola- saludo KiBum a Krystal.
-Hola, ¿Cómo estas?- pregunto con una sonrisa.
-No muy bien- confeso.
-¿Tan mal esposo es MinHo?- KiBum rio ante las ocurrencias de su pequeña amiga.
Después de su ultimo pleito con MinHo, él moreno había ido a disculparse, y el no podía estar molesto con MinHo por mucho tiempo. Así que no, MinHo no era mal esposo.
-No lo es- reconoció.
MinHo era divertido, siempre lo hacia reír, era amable y atento, y en su ultimo mes de casados se le habían pasado de maravilla. Podía decir que quería a Choi, definitivamente quería al chico de grandes ojos.
Y creía que eso estaba mal, no podía quererlo de más, no debía, no podía, el estaba enamorado de JongHyun.
-¿Entonces?- pregunto sin comprender la chica.
Aun le dolía lo de JongHyun, y no sabia si soportaría dos años separados. Tenía miedo, tenia miedo de enamorarse de MinHo, por que Choi era demasiado lindo con él. Pero eso no pasaría ¿Cierto? el amaba a JongHyun y eso no cambiaria.
-¿Es por JongHyun no es así?- la chica tomo un poco de su café.
-En parte- ¡JongHyun no tenia toda la culpa de sus problemas!, es mas JongHyun no tenia la culpa de sus problemas- MinHo es demasiado bueno-
Krystal rio causando la mirada de todos en la cafetería sobre ellos, y KiBum no entendía ¿Qué era lo gracioso? Sus problemas no le causaban gracia.
-¿Qué es lo gracioso?- pregunto molesto él rubio.
-Y todavía preguntas- Krystal negó con la cabeza- ¿Te quejas por que tu esposo es demasiado bueno? Todos quisiéramos uno así, deberías estar feliz-
-Pero yo no…-
-Quieres a MinHo- completo la chica- lo se, mejor dime ¿Qué es lo que te molesta?-
-¿Cómo sabes?-
-Te conozco demasiado bien- se encogió de hombros, dando entender lo obvio- ¿No te molesta que MinHo sea así?- KiBum negó- entonces dejemos de perder el tiempo, y dime ¿Qué es lo que pasa?-
KiBum suspiro, y tomo un poco del café, que para estos momentos estaba frio, y decidió confesarle su mayor miedo a su amiga.
-MinHo es demasiado bueno, atento, amable, caballeroso “el hombre perfecto- los halagos podían continuar- no dudo que lo sea, pero- cerro los ojos- tengo miedo de enamorarme de MinHo-
¡Listo! lo había dicho, abrió los ojos, encontrándose con los grandes ojos sorprendidos de Krystal, después sonrió, y sabía que esa sonrisa no seria nada buena.