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You seem to need hope por parku

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Notas del capitulo:

Este capítulo esta dedicado a:

- El LayHan de Whatever Together / Miura y Valeria :3 Gracias por leer!

- Y para Panda Pon, que me ayudó muchísimo en este capítulo :) Thanks for the memories~

Disculpen la tardanza en actualizar, y que no pueda responder los reviews, pero sepan que me hacen muy feliz y me animan a seguir con este fic :3

You seem to need hope
Capítulo 11




- Todavía no puedo creer que no me hayas dicho que estabas lastimado cuando me mandabas los e-mails- reprochó mi mamá mientras cocinaba. Dejé el lápiz con el que estaba haciendo la tarea y la miré.
- No quería preocuparte y, como estaba recibiendo ayuda de Yixing, no era necesario- respondí.
- Soy tu mamá. Si te pasa algo, quiero saberlo. Hubiera venido antes...- se acercó a la mesa donde yo estaba, depositó una fuente con ensalada, me acarició el pelo, y se dirigió a la heladera para buscar algo.
- Eso es justamente lo que no quería que hicieras, sabía que necesitabas ese trabajo- susurré, para que no me escuchara.
- ¿Y cómo la pasaron con Yixing? ¿Ya se hicieron amigos?- preguntó divertida.
- No hicimos nada en especial. Sólo somos conocidos, mamá- volví a concentrarme en la tarea. No estaba muy seguro de que mi respuesta hubiera sido del todo sincera. Los conocidos no hablan de sus problemas como lo hice con Lay, ni comparten tantos momentos.

***



La campana que anunciaba que las clases habían terminado por ese día, se dejó escuchar por el colegio.
- ¿Querés ir a dar una vuelta?- me preguntó XiuMin -Podríamos decirle a Kai también...
- No puedo, voy a...
- LuHan, ¿vamos?- me preguntó Yixing apareciendo a mi lado, ante las atentas miradas de todos.
- Voy a ir con Lay a seguir haciendo el trabajo de biología- le terminé de decir a MinSeok, que fruncía el ceño -Vayan ustedes, otro día salimos- le sonreí, dándole una palmada en el hombro y una rápida sacudida en el pelo. Me giré para mirar a Lay -Sí, vamos- empezamos a caminar hacia la salida del salón.
- ¡Te llamo esta noche!- escuché gritar a mi mejor amigo. Me reí de la desconfianza que le tenía a Yixing.

 

***



Caminamos hasta su casa en silencio. Al llegar, abrió la puerta y me hizo pasar.
- Mamá, ya llegué- dijo Lay, guiándome hasta la cocina -Podés salir, yo me encargo de todo.
- Hola hijito- le dio un beso en la mejilla -Hola, vos debes de ser LuHan.
- Sí, un gusto conocerla- me incliné levemente.
- Igualmente- me sonrió -Me voy a trabajar, pueden comer lo que quieran. Yixing, cuidala bien.
- Sí, mamá. Ya lo sé, ¿alguna vez le pasó algo?- preguntó fastidiado. ¿De qué hablan?
- No, pero no está de más decirlo- sonrió con simpatía -Nos vemos después- agregó, agarrando su cartera y colgándola de su hombro -Un gusto conocerte, LuHan.

Lay sirvió jugo en dos vasos, me pasó uno y puso a calentar agua en una olla.
- Yixing... ¿De qué hablaba tu mamá? ¿Qué tenés que cuidar?- me llevé el vaso a los labios, empezando a tomar.
- A...
- ¡Bronyyyy!- escuché una voz aguda gritar. Escupí parte de lo que tenía en la boca por la sorpresa y me giré para ver a Lay. Él tenía una nena chiquita colgada de su cuello, abrazándolo. Una leve carcajada escapó de mi garganta.
- Decime Yixing, Lay, hermano... no soy Brony, Meiling- dijo sacudiéndole el pelo. ¿Meiling? ¿Dónde escuché ese nombre antes?
- ¡Brony!- exclamó ella, dando un pequeño saltito mientras sonreía. Lay suspiró pesadamente.
- ¿Dormiste bien la siesta?- preguntó, bajándola y haciendo que se pare en el suelo. La pequeña le llegaba casi a la cintura, tenía el pelo castaño y largo, con ondas en las puntas. Era muy parecida a Yixing. Le acomodó el vestido de princesa que llevaba puesto. Abrí mis ojos sorprendido ante la ternura con la que la trataba Lay.
- ¡Sí! Soñé que venía un hermoso príncipe a buscarme cabalgando en un unicornio- dio una vueltita de manera soñadora.
- Algún día, cuando seas mayor, vas a encontrar a tu príncipe- le prometió Yixing, sin romper la burbuja de cuento de hadas de la nena. Ella sonrió emocionada y me miró, notando mi presencia por primera vez.
- Brony, ¿quién es este chico?- preguntó curiosa, señalándome. ¿Brony? Me reí, bajo la molesta mirada de Lay.
- Es LuHan, un compañero de la escuela- le sonrió y su mirada se clavó en la mía -Ella es Meiling, mi hermana.
- Hola- la saludé, agachándome para estar a su altura, sonriéndole.
- ¡Hola!- me observó detenidamente unos momentos, para luego mirar a su hermano -Brony, quiero que él sea mi príncipe. ¡Es tan lindo!- gritó, abalanzándose para abrazarme por el cuello, haciéndome caer sentado en el suelo.
- Meiling, dejalo. No puede ser tu príncipe, es muy grande para vos- la alzó en sus brazos y yo me paré, riéndome.
- ¡Pero yo quiero que sea mi príncipe!- volvió a gritar y se bajó de arriba de Yixing. Me tomó de la mano y lo miró -Brony, mientras cocinas vamos a jugar en mi habitación- lo miré a Lay, que se veía molesto mientras Meiling me arrastraba fuera de la cocina.

 

***



Su habitación tenía las paredes rosa fuerte, y su cama era blanca, con una corona dibujada en el cabezal.
- Sir. LuHan, ¡vamos a saltar en la cama!- exclamó, subiéndose a ésta y empezando a saltar. Me reí por la manera en la que me llamó, y me senté a su lado. Ella volvió a tomarme de las manos, y siguió saltando mientras reía.
- ¿Cuántos años tenés?- le pregunté curioso.
- ¡Seis!- se sentó al lado mío -¿Y vos?
- Diecisiete- le acaricié el pelo.
- ¿Sos amigo de mi hermano? No conozco muchos...- inclinó la cabeza a un costado -Sólo a Chennie y a la bruja fea- frunció el ceño.
- Sí... somos amigos- no iba a explicarle la extraña relación que tenía con Lay a una nena de seis años, así que me limité a confirmar lo que ella creía.
- Meiling, ¿Qué te dije sobre llamar bruja fea a Suyin?- preguntó Yixing entrando en la habitación.
- Que es de mala educación...- respondió bajando la cabeza por ser regañada -Lo siento- se disculpó. Lay sonrió, al parecer le costaba enojarse con ella.
- Está bien- levantó su mano, todavía sonriendo, y Meiling se paró y la tomó, nuevamente contenta -La comida está lista, vengan- me paré y los seguí.


Estaba viendo una parte de Yixing que no sabía que podía llegar a tener. Era tierno con Meiling, la ayudaba a comer, le limpiaba los restos de comida de la cara y le cortaba los alimentos si veía que le costaba hacerlo. Se notaba que la quería mucho, esa pequeña niña de seis años lo tenía a sus pies. Sonreí inconscientemente.

***



Después de almorzar, Meiling se sentó en la sala a ver dibujos animados y yo ayudé a Yixing a ordenar.
- No sabía que tenés una hermana- comenté mientras agarraba el plato recién lavado que me pasaba Lay y lo secaba.
- No lo saben muchas personas...- respondió. Me pasó un vaso -Prefiero que así sea.
- Es preciosa- le dije, guardando en su lugar lo que ya había secado.
- Sí, muy- sonrió, concentrado en limpiar el último cubierto. Mantuve mi mirada fija en su sonrisa, que desbordaba ternura.
- Se parece mucho a vos...- giró la cabeza y me miró.
- ¿Estás diciendo que soy precioso?- preguntó, secándose las manos y apoyándose en la mesada.
- ¡No!-exclamé- Es que... como son hermanos...
- Ah, ya entiendo. Estás diciendo que ella es linda, y yo horrible- sonrió de medio lado.
- ¡Tampoco! Yo...- no sabía qué decir. No quería decirle que me parecía lindo, pero tampoco quería decirle que me parecía feo. ¿Me... me parece lindo? me sorprendí de mis propios pensamientos. Lo miré rápidamente. Sí, me respondí.
- Vos... ¿Qué?
- Yo...- dudé un momento. Se rió.
- Dejá, no importa- se dirigió a la heladera y sacó dos latas de coca cola.
- No, pero...- intenté seguir hablando.
- No importa- repitió, dándome una de las latas -Vamos a hacer el trabajo.
- Sí...- susurré, mirando el suelo- ¿Por qué me sentí tan nervioso?


***


Estaba en las gradas de la cancha de fútbol, en la hora de gimnasia. Como hacía poco que me había recuperado de la lesión en mi pie, no podía hacer actividad física. El profesor no me prestaba atención, estando muy concentrado haciendo de árbitro en el partido que estaban jugando ese día. Aburrido, abrí mi mochila buscando algo con lo que entretenerme. Encontré una revista de cine que XiuMin me había pedido que le guardara el día anterior. La abrí, empezando a hojearla distraídamente.

Unos gritos me distrajeron, haciéndome levantar la mirada, buscando el lugar de donde venían: la cancha de básquet.
Divisé a Lay, corriendo mientras hacía rebotar la pelota. El sudor corría por su cara, haciendo que el flequillo se le pegara en la frente, perdiéndose en el cuello de la remera que llevaba puesta. Llegó al aro y saltó, casi igualando la altura de éste con su cabeza, encestando. Quedó colgado, agarrándose con una sola mano; su remera medio levantada mostrando parte de su abdomen. Mantuve la vista fija, sin poder despegarla, viendo la tersa piel que estaba expuesta. El elástico del boxer asomándose por el borde del pantalón corto rojo, que era el uniforme de gimnasia.

- ¿Te gusta?- preguntó una voz algo grave cerca de mi oído. Me sobresalté, girando la cabeza rápidamente, mirando a un sonriente Kai, que estaba asomado sobre mi hombro.
- ¿Qué?- pregunté. Jongin se paró en el escalón de la grada, para después caer sentado en ella, al lado mío.
- Que si te gusta- volvió a decir, señalando la revista que estaba abandonado en mi regazo. Miré la foto que señalaba, que era de Angelina Jolie. La miré detenidamente un momento.
- No, sólo su boca... me llama la atención- respondí sinceramente.
- ¿Porque tiene labios gruesos?- se acarició su labio inferior con el pulgar -¿Así como los míos?- sentí una fuerte mirada sobre mí y giré la cabeza hacia la cancha de básquet. Lay me observaba con expresión seria. Nos miramos unos segundos antes de que él desvíe la vista. Volví a mirar a Kai, que esbozó una pequeña sonrisa. Mis ojos bajaron a sus labios. Eran gruesos, proporcionados y, con la sonrisa que mantenía, las comisuras se elevaban levemente y los hacían ver más atractivos. Sin despegar mi vista, asentí. Abrí mis ojos grande al notar lo que había confirmado. Iba a decir algo, pero me interrumpieron.
- ¡Kai!- exclamó uno de nuestros compañeros -¡Te toca jugar a vos!- Jongin se paró.
- ¡Ya voy!- respondió y me miró, sonriendo seductoramente -Hablamos después- dijo. Me tiró un pequeño besito y se fue.

 

***




Unos días después, estaba con Lay en mi habitación haciendo el trabajo de biología. Cada vez se hacía más largo y parecía eterno. Mi mamá había salido e iba a volver tarde.

- Lay...- dije, dejando de escribir en mi cuaderno, y lo miré. Él estaba en la computadora buscando información -Ya sé porque me sonaba tanto el nombre de tu hermana- comenté.
- ¿Qué?- giró la cabeza para mirarme -¿Ya lo habías escuchado antes?
- Sí... vos la nombraste.
- ¿Cuándo?- preguntó sorprendido -No recuerdo haberte hablado de ella...
- En esa fiesta de hace un tiempo...- desvié la mirada -Estabas borracho y yo te ayudé. Empezaste a decir cosas que me parecían incoherencias, pero que después tomaron sentido. Me hablaste de tu papá, de Meiling y de Suyin- lo volví a mirar.
- ¿Vos... vos fuiste el que me ayudó?- asentí con la cabeza -Gracias... no me acuerdo mucho, pero si recuerdo que me dijiste cosas que me hicieron sentir bien. Y que me ayudaste a bajar el alcohol. No sé qué hubiera sido de mí esa noche sin vos- me sonrió. Le devolví la sonrisa tímidamente.
- No es nada... realmente te veías muy mal- apoyé la lapicera en el cuaderno de nuevo, y empecé a deslizarla por la hoja, pero ésta no escribía.
- No anda- comenté, sacudiéndola en el aire.
- Tonto- la sacó de mis manos y la desarmó -Hay que hacer así- sacó el tubito que tenía la tinta y sopló por uno de los extremos, haciendo que el líquido saliera disparado en dirección a mi remera. Ambos nos quedamos inmóviles -Perdón... no quise... yo...- levanté mi mano para callarlo.
- Mejor no digas nada. Tenés suerte de que ya está vieja- respondí fastidiado. Me paré y me dirigí al lado de la cama. Me saqué la remera y la tiré al piso -Alcanzame algo para ponerme del armario, por favor- Lay se paró, buscó en el armario, agarró la primer remera que vio y caminó en mi dirección.

Cuando estaba al lado mío, accidentalmente, pisó la prenda que estaba en el suelo y su cuerpo cedió, chocando conmigo y haciéndonos caer sobre la cama. Su rostro muy cerca del mío, una de sus rodillas entre mis piernas.

Nos miramos a los ojos, completamente sonrojados. Podía sentir su cálida respiración chocar con mi cara, mientras su mirada descendía a mis labios, para rápidamente volver a mis ojos. Apoyó sus manos a los costados de mi cabeza, y movió su rodilla hacia adelante para levantarse; rozando accidentalmente mi entrepierna. Un estremecimiento recorrió mi cuerpo y no pude evitar que la respiración se me corte y un leve jadeo escape de mi garganta.

Desvié la mirada. La vergüenza me consumía, y no podía creer que había reaccionado a tan simple roce. Lay no se movía, no se había alejado de mí, y casi me estaba volviendo loco con tanta cercanía. Junté valor y lo miré. Estaba con los ojos muy abiertos y su rostro reflejaba sorpresa. Me aclaré la garganta, dudando de si iba a poder hablar o no, y decidí que lo mejor era decir algo. Lo que sea.

Pero antes de que pueda hacerlo, su expresión cambió. En ese momento sonreía con picardía. Sus ojos volvieron a bajar a mis labios y comenzó a acercarse.

Notas finales:

¿Que les pareció? :3 Espero que me lo dejen saber! :3



Lean el fic de Panda: http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=91714

Y actualicé Shelter :D http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=86295

 

 

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Xie Xie por leer! :]

 

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