Los besos bajaron hasta el cuello del mayor, haciendo que soltara un leve gemido que resonó en el oído del alto. KiBum acariciaba la larga espalda del moreno, enterrando levemente sus uñas, cuando las grandes manos de MinHo recorrían su espalda.
Las ropas de volvieron un decorado mas en la habitación. Sus respiraciones se volvieron agitadas y callaban los gemidos en besos necesitados. MinHo besaba cada parte de piel que descubría y KiBum se arqueo cuando MinHo comenzó a estimular su miembro.
Sus cuerpos desnudos y sudados rozándose levemente. Gemidos y leves gritos resonaban en la habitación, siendo disminuidos con el ruido de la lluvia. Besos demandantes y necesitados, caricias firmes y delicadas. Las grandes manos de Choi viajaron hasta la entrada del mayor. KiBum soltó un sonoro gemido, cuando uno de los dedos exploraba su entrada.
El nombre de MinHo salía de la boca de KiBum. Querían sentirse, entregarse por completo, olvidaron todo por un momento y lo único que salía de su boca era el nombre del otro.
El miembro de MinHo era tan grande y exquisitamente delicioso. Como si fueran uno solo, encajaban a la perfección. MinHo se movía lentamente, pero a la vez placenteramente. La cama se movía al compas de las embestidas y el respaldo de esta se estrellaba en la pared.
Callaban los gritos en besos. Recorrían el cuerpo del otro sin descaro. Por momentos sus miradas se cruzaban y sonreían ante el acto. Ambos se sentían en el propio cielo, sus nombres retumbaban por toda la habitación. Las embestidas se hicieron más rápidas y más erróneas. El clímax estaba cerca. KiBum se vino primero y segundos después su esposo.
Ambos susurraron un “te quiero” por ultimo antes de seguir con una ronda mas de besos y caricias, que seguramente los llevaría a repetirlo de nuevo.
Abrió los ojos perezosamente, la luz de día le daba de lleno en sus felinos ojos. Sonrió al ver a la persona que aun dormía a su lado. Había pasado una noche maravillosa con MinHo que se extendió hasta altas horas de la madrugada. No lo pudieron evitar, tampoco querían hacerlo, solo querían seguir amándose hasta el amanecer.
KiBum acaricio el costado de MinHo, recordando la noche anterior. En los labios de Choi se formaba una pequeña sonrisa, y el agarre en la cintura del rubio era posesivo. Contemplo unos segundos más el rostro de su esposo, antes de estirarse y dejar un tierno beso en los labios abultados.
Podía decir que Choi era la persona con la que quería pasar el resto de su vida. MinHo era su todo en ese momento. A pesar de nunca decir “te amo” se había entregado al alto. Eso jamás sucedió con JongHyun y a él si que le había dicho infinitas veces “te amo” pero jamás pudo entregarse a él, por que nunca se sintió seguro de hacerlo. Pero con MinHo todo cambiaba, no dudo en hacerlo después de las caricias, después de los besos y la mirada cargada de cariño de MinHo. No lo dudo ni un solo segundo porque en verdad amaba a MinHo.
-Te amo- susurro contra sus labios, viendo el rostro aun dormido de su esposo. Esta vez nada impediría a KiBum confesarse, lo había decido le diría a MinHo que lo amaba.
-Aquí es- MinHo abrió la puerta de la habitación, dejando ver lo grande y bien decorada que esta era.
El día de la sesión había llegado, y ya se encontraban en Mokpo. Los esposos compartirían habitación, y esta vez no solo para no levantar sospechas, ahora lo hacían por que querían. No era la primera vez que esto sucedía, conocían a la perfección que era despertar a lado del otro.
Tan solo habían pasado un par de semanas de la primera vez que estuvieron juntos, pero lo habían repetido infinidad de veces. No querían evitarlo, una vez que los besos comenzaban no podían parar. MinHo quería hacer a KiBum suyo una y otra vez y KiBum no se negaba. Amaban la sensación que se instalaba en ellos cuando los besos comenzaban a recorrer todo su cuerpo, amaban sentir sus cuerpos desnudos rozándose, amaban la sensación cuando se convertían en un solo, amaban pasar esos momentos juntos en la cama por largas horas.
-Me encanta venir a Mokpo- dijo MinHo en un tono infantil que hizo sonreír a su pareja. El más alto se recostó en la cama, cerrando los ojos. Le dolía la cabeza y se sentía terriblemente cansado. Pero no quería arruinar su estancia ahí, así que se incorporo tirando suavemente de la mano de KiBum para sentarlo a un costado de él.
-Es bonito- reconoció el rubio. En verdad Mokpo era un lugar bonito y espectacular. Choi beso los labios de su pareja, recostándolo suavemente en la cama. KiBum sonrió y paso sus manos por el cuello del alto. Acaricio la larga espalda y cuando estuvo apunto de quitarle la camisa, el sonido de alguien tocando a la puerta se escucho. Se separaron, suspirando con pesadez por ser interrumpidos. MinHo se levanto acomodándose la camisa y el cabello a su paso.
-¡Hyung!- KiBum rodo los ojos, al escuchar la voz de TaeMin. El menor seria uno de los modelos, cosa que a KiBum no le hizo mucha gracia.
¡Celos! Eso sentía. Si TaeMin se encontraba en el mismo lugar que su esposo, el menor no se separaba de él. Sabia perfectamente que a TaeMin le gustaba su esposo y había tenido el descaro de confesárselo a él. Y aunque a KiBum al principio no le importo- pues en esos momentos no sentía nada por MinHo- ahora no podía evitar sentirse celoso, y trataba de hacer todo lo posible para que TaeMin no se acercara a MinHo.
-¿Qué pasa TaeMin?- pregunto MinHo. KiBum se acerco a su esposo, abrazándolo por la cintura, tratando de dejar en claro que MinHo era suyo. El menor de todos fingió una sonrisa al ver a KiBum llegar y de nuevo dirigió su mirada al más alto.
-Todos esperan por ustedes- dijo TaeMin. MinHo recordó que se reunirían para comer y platicar sobre la sesión, lo había olvidado por completo.
-Enseguida bajamos- hablo esta vez KiBum.
-No tardes hyung- MinHo negó y TaeMin sonrió para después perderse por el pasillo que conducía hacia los elevadores. MinHo cerró la puerta y recostó su espalda sobre esta, cerrando los ojos con cansancio.
-Tenemos que bajar- extendió su mano para que KiBum la tomara.
-¿Te encuentras bien?- pregunto preocupado, tomando su mano y conduciéndolo de nuevo a la cama. Conocía a su esposo, se veía que no sentía bien, KiBum lo notaba demasiado enfermo.
-Solo estoy casando-
-Porque no te recuestas, bajare y les diré que no te sientes bien- podía ver el cansancio en los ojos del moreno. Últimamente MinHo enfermaba mucho y eso preocupaba al rubio. Lo había hecho ir al medico y este confirmo que MinHo estaba agotado por el exceso de trabajo. El viaje no había sido largo, pero seria mejor que MinHo descasara toda la noche, y así mañana podía cumplir con sus obligaciones sin ningún malestar.
-Pero…- KiBum negó con la cabeza, sabía que MinHo replicaría sobre su decisión, pero no la cambiaria. MinHo quería explicarle que solo era cansancio y nada mas, sabia como era su esposo y estaba seguro que en estos momentos se encontraba preocupado.
-¡MinHo!- el alto asintió y se recostó en la cama. Nadie le quitaría esa idea de su cabeza, KiBum era muy persistente. Sonrió internamente al ver la preocupación del rubio hacia él, y se alegro al ver lo bien que iba todo en su relación- ahora regreso- informo.
Salió de la habitación y justo en esos momentos el señor Kim se encontraba por los pasillos.
-Señor Kim- llamo haciendo que el nombrado lo mirara y se acercara- podría decirles a todos que MinHo no se encuentra bien y me quedare con él para cuidarlo-
-¿Se encuentra bien?- pregunto claramente preocupado el señor.
-Solo es cansancio- el hombre asintió y segundos después se marcho. KiBum camino de nuevo a la habitación. Abrió la puerta y se encontró con MinHo recostado mirando fijamente el techo, camino hasta sentarse a un lado.
-Estoy bien- dijo MinHo, el rubio lo ignoro y toco su frente para asegurarse que no tuviera fiebre, pero al parecer todo estaba bien. No tenia fiebre, tal vez era el cansancio tal y como el alto dijo. MinHo tomo su mano, quitándola de su rostro para sostenerla- te lo dije-
-MinHo te ves cansado, es mejor que descanses, recuerda que dijo el medico la ultima vez- Choi sonrió enternecido al ver la preocupación en su pareja.
-Lo recuerdo- dijo para tranquilizarlo- solo es cansancio- se incorporo para quedar sentado en la cama- tal vez solo es por el viaje- KiBum asintió, había pensando lo mismo. Aun así no quería arriesgarse y era mejor que su esposo descansara.
-Aun así- lo tomo por los hombros para recostarlo de nuevo- mejor te quedas aquí y descansas-
-¿Te quedaras conmigo? No me gusta estar solo cuando estoy enfermo- sonrió para sus adentros al ver lo infantil que podía ser MinHo. Pero a pesar de que era infantil y terco a veces lo amaba, tal y como era.
-¿Entonces si te sientes mal?- fingió estar molesto, al descubrir la pequeña mentira de su esposo. Ahora que conocía a Choi, sabia que a este no le gustaba estar solo cuando se sentía mal.
-No… no mucho- KiBum acaricio su cabello y sonrió.
-Solo recuéstate, no me iré a ninguna parte- el rubio se acerco a los a los labios de su pareja, dejando un corto pero tierno beso sobre estos.
-Gracias-
-Duerme MinHo, me quedare aquí-
-Es todo por hoy- hablo KiBum- buen trabajo- todos en el lugar asintieron y comenzaron a desmantelar todo. La sesión de ese día había concluido. Su estancia en Mokpo se limitaba a una semana, así que trabajarían rápido.
El rubio busco con la mirada a su esposo, pero no había rastros de él ¿Dónde estaría? Se preguntaba, cuando comenzó la sesión estaba ahí, pero después lo perdió de vista.
-KiBum- llamo Sulli, el nombrado la miro y se acerco a ella- ¿Quieres almorzar conmigo? Es que no encuentro a TaeMin-
-Estoy buscando a MinHo, lo siento Sulli será para otra ocasión- se disculpo con una sonrisa, la chica asintió con un puchero y después dio la vuelta dispuesta a irse.
KiBum caminaba por los alrededores buscando a su esposo, todo había sido desmantelado y estaba seguro que en unos minutos tendrían que irse.
-Señor Kim- KiBum detuvo al hombre.
-¿Si?-
-¿Ha visto a MinHo?- pregunto con la esperanza que el supiera donde estaba el alto.
-No, cuando la sesión comenzó se despareció- KiBum se mordió el labio, pensando en donde podría estar su esposo.
-Si lo ve dígale que lo estoy buscando- el hombre asintió y se marcho.
¿Dónde estaría MinHo? KiBum comenzaba a preocuparse, MinHo nunca se iba sin antes avisarle. ¿Sera que de nuevo se sentía cansado? No recordaba haberlo visto cansado, esa mañana MinHo se había despertado de buen humor y con muchas energías.
-KiBum- uno de sus asistentes lo llamaba.
-¿Qué pasa?-
-Es hora de regresar al hotel- informo el chico.
-Yo regresare después, me quedare unos minutos más-
Tenia que seguir buscando a MinHo, pues quería aprovechar toda su estadía ahí con su esposo. KiBum escogió esa noche como la de “declaración” después de estar la noche anterior cuidando a su esposo lo pensó. No podía seguir callando sus sentimientos, tenia que decírselo a MinHo y esa noche seria perfecta.
El lugar en donde la sesión se llevo acabo, estaba solo a unas calles del hotel, así que podría regresar sin problemas. Caminaba recorriendo cada lugar con su mirada, buscando a MinHo. De nuevo la preocupación lo invadía ¿Y si tuvo un accidente? Se llevo una mano a la boca. Busco en sus bolsillos su móvil, marcando enseguida el número de MinHo, pero este no le contestaba. Intento un par de vecces mas, pero siempre obtuvo el mismo resultado.
KiBum para cuando le pareció reconocer la silueta de MinHo. Camino con una sonrisa, dispuesto a sorprender a su esposo.
-Hyung- KiBum detuvo sus pasos, al reconocer la voz de TaeMin. Suspiro y se acerco con pasos decididos hasta ellos.
Los ojos de TaeMin se posaron en los del rubio, sonrió para después mirar a MinHo que se encontraba enfrente de él, de espaldas a KiBum. Paso sus largos y delgados brazos por el cuello de MinHo y después estrello sus labios en los del alto. KiBum detuvo todo movimiento y sus ojos se abrieron en demasía.
Sintió una opresión fuerte en el pecho y podía decir que escucho como su corazón se rompía, al ver como MinHo poso su mano en la cintura del rubio. ¿Por qué MinHo beso a TaeMin?
Las lágrimas querían salir, y la ira y decepción crecía dentro de él. Los ojos de TaeMin volvieron a posarse en los del rubio y extendió aun más su sonrisa.
-Repitamos lo de la otra noche hyung- y de nuevo el menor volvió a besar a su pareja.
¿Otra noche? ¿Ellos habían estado juntos? ¿MinHo le fue infiel? Tantas interrogantes y ninguna respuesta. No podía quitar la vista de ellos. TaeMin enredaba sus dedos en el cabello del alto, y MinHo no hacia nada y eso es lo que le dolió aun más. Pero no podía quedarse ahí sin hacer nada, viendo como era engañado en sus propios ojos.
-¡MinHo!-
Los problemas habían comenzado.