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Valentine´s Day por keny_shawol

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Notas del capitulo:

Un poco tarde, pero termine esto. La verdad no pensaba escribir nada por esta fecha, pero escuchando “high- James Blunt” se me ocurrió esto.

 

¡Feliz San Valentín!

Se acomodo los lentes de sol, pasando su dedo por el puente de la nariz. El viaje fue cansado y de largas horas. Camino por el aeropuerto ante la atenta mirada de todos en lugar. ¿Y como no verlo? Si el chico parecía un modelo, era alto, cabellos castaños y ligeramente desordenados, unos labios esponjosos y abultados, hombros anchos y detrás de los lentes, unos grandes y hermosos ojos color chocolate.

 

Al salir de aeropuerto el fresco viento le dio de lleno el rostro, removiendo sus cabellos y haciendo que una tonta sonrisa se posara en su rostro. ¡Estaba en casa! Después de años sin pisar el suelo coreano.  

 

Se detuvo un momento, contemplando el lugar, las personas, todo. Algunas cosas estaban cambiadas y otras seguían tal y como tres años atrás.

 

Regresar era lo que más quería desde que piso por primera vez New York. No negaba que era grande, majestuoso, a la moda, con grades edificios y los colores resaltando, pero no era Corea, el país que lo vio nacer y que ahora después de tres largos años lo veía regresar.

 

 

-¡MinHo!- ver a su madre era una de las razones por las que regreso a Corea- Estas en casa-

 

La mujer sonrió, y Choi como si de un niño pequeño se tratase abrazo a su madre fuertemente, sintiendo de nuevo esa sensación de seguridad y protección que solo una madre podía dar.

 

Después de una larga platica sobre su vida en New York y sobre los acontecimientos mas sobresalientes en el tiempo que estuvo fuera, se disculpo y subió las escaleras hasta la que fue su habitación.

 

Todo estaba prácticamente igual, desde el color de las paredes, hasta el estante donde Choi tenía todos los trofeos obtenidos. Se recostó en la cama, y cerró los ojos suspirando. Su mirada se poso en la mesita de noche, y su sonrisa se extendió cuando ante sus ojos apareció un retrato de marco rosado.

 

Choi no era fanático de ese color, pero a esa persona le encantaba. Los chicos del retrato sonreían, y Choi río al recordar, que por detrás ambos tenían las manos entrelazadas, y miraban a la cámara aparentando amistad.

 

-Pronto nos reencontraremos KiBummie-

 

13 de febrero. Tan solo estaba a un día de la más esperada fecha para los enamorados, la fecha que cierto rubio amaba y para que negarlo él también. La fecha en que conoció a KiBum.  

 

Aun puede recordar como lo vio por primera vez. No fue amor a primera vista, no se enamoro de él en un mes, ni siquiera le tomo mucha importancia cuando lo conoció.

 

Ese día ni siquiera pensó en conocerlo, ese día estaba desesperando por encontrar el regalo perfecto para San Valentín que no se percato de nada. Sin pensarlo llego a una de las chocolaterías más reconocidas y famosas de todo Seúl.   

 

Ni siquiera sabia que hacia ahí, ni mucho menos que comprar. Pero entonces llego él recomendándole todo tipo de chocolates y dulces. Lo único que Choi recuerda a la perfección  de ese día, fue el “Gracias por su compra” y la tímida sonrisa del chico bonito- que fue como lo bautizo-

 

Si tal y como JongHyun le conto, aun tenia tiempo de llegar al lugar y lo encontraría abierto. Al parecer el lugar era famoso, según todos ahí se preparaban los mejores chocolates. Tiempo después se entero que la persona que preparaba los chocolates era el abuelo de KiBum.

 

 

Le llevo mas de veinte minutos convencer a su madre de que saldría a recorrer la cuidad, que después cenarían y le contaría todo lo que ella quisiera. La mujer quería que su hijo le siguiera contando todo lo sucedió en el tiempo lejos, pero por ahora Choi tenia otros asuntos que atender.  

 

El vecindario seguía casi igual. Algunas casas de otro color, algunos locales nuevos y otros que aun se mantenían a pesar de los años.

 

La chocolatería seguía en el mismo lugar, y al parecer con el paso de los años, lejos de quedar en olvido, aumentaba sus ventas y reconocimiento. Y era lógico después de todo ahí vendían el mejor chocolate.

 

Según- también- porque lo que JongHyun le conto, KiBum seguía trabajando ahí en su tiempo libre. MinHo no podía evitar querer saber de él, en el tiempo que estuvo lejos, y gracias a su hyung se entero de algunas cosas con respecto al rubio.

 

Y ahí estaba el lugar al que siempre quiso regresar. La chocolatería con paredes en color café oscuro y rojo, con algunas mesas dentro y con el mismo aroma que desprendía. Respiro hondo, tratando de tranquilar su corazón.

 

¿Y si KiBum estaba ahí? Eso arruinaría su sorpresa, pero adelantaría el reencuentro. Una sonrisa se formo en sus labios y entro al lugar, siendo inundado por el delicioso aroma a chocolate. “La peor de las tentaciones” recordó las palabras de KiBum, y a este saboreando la tentación que tanto temía.

 

Las miradas curiosas se posaron en él, una leve reverencia y siguió caminando por el lugar. Todo seguía igual, desde el lugar de los estantes, hasta el lugar de los chocolates en estos. Todo parecía tan perfectamente acomodado, que daba miedo tocarlo. “Tan KiBum” pensó el alto.

 

Tomo uno chocolates cualquiera, la verdad no le importaba todos estaban deliciosos sin importar cuales fueran. Camino hasta la caja, viendo a Sulli a lo lejos. Estaba tan grande, esa definitivamente no era la pequeña Sulli que dejo de ver años atrás.

 

-¿Esta KiBum?- le pregunto cuando llego a la caja.

 

-¿Quién lo busca?- pregunto sin despegar la mirada de su móvil. MinHo rio bajito, aunque estuviera mas alta, ella siempre seria la pequeña prima de KiBum, distraída e infantil.

 

-¿No me recuerdas?- la chica subió la mirada, sus ojos y su boca se abrieron en sorpresa.

 

-¡MinHo!-

 

-No hables- MinHo puso un dedo en sus labios, pidiendo que guarde silencio. Si KiBum lo veía se arruinaría su sorpresa- ¿KiBum esta aquí?- negó con la cabeza.

 

-KiBum vendrá mañana, se alegrara de verte- Choi sonrió, esperaba que eso fuera cierto.

 

-¿Sulli me ayudarías con algo?- la chica asintió con una sonrisa. Y Choi rogaba porque todo saliera como lo planeado.

 

 

14 de Febrero. MinHo despertó con una sonrisa en el rostro, con más energía y entusiasmo de lo normal. La mañana transcurría lentamente para el alto y contaba los minutos, para que la noche llegara.

 

Ese día su madre se dio cuenta que estaba mas feliz que nunca, pregunto el porque, pero MinHo solo se limito a decir que se reencontraría con una persona muy importante. La mujer sabía perfectamente a quien se refería, no era una sorpresa para ella que MinHo quisiera al rubio-que poco conocía- como algo más que un amigo.

 

MinHo miraba el reloj cada cinco segundos y su madre trataba de no reír. A pesar de aparentar madurez, Choi seguía siendo un chico un tanto infantil.

 

¡Al fin! La hora de su reencuentro llegaría. Salió de su casa, con el corazón latiendo apresuradamente, jugando con sus manos y el nerviosismo creciendo en él.

 

Las calles seguían iguales, tal vez un poco más solitarias que el día anterior, después de todo ese era un día para pasar con los amigos o la pareja.  Choi no podía evitar sentir envidia de las parejas que pasaban frente a él tomadas de las manos, con sonrisas tontas en los labios, y ese brillo en los ojos de enamorados. Pero el esperaba que después de esa noche, sea una de esas personas, y si no lo era esa noche lo intentaría una y otra vez, porque esta vez venia para quedarse y conquistar a KiBum.  

 

 

Espérame, regresare lo prometo”

 

 

Esa fue la promesa que le hizo al rubio. Separarse de KiBum fue una de las cosas más difíciles por las que tuvo que pasar. Dejarlo, irse por tres largos años y tener miedo.

 

No sabía si KiBum aun esperaba por él. Tampoco quiso preguntarle a Sulli, no quería enterarse por otras personas, si ya no lo quería, si no aceptaba, quería escucharlo de la boca del rubio.

 

Al dejarlo sabia que se estaba arriesgando, pero irse a estudiar a New York, fue la promesa que le hizo a su padre, antes de que este muriera. Y debido a sus estudios el contacto se perdió, los teléfonos dejaron de sonar, y los e-mails dejaron de llegar.

 

Y ahí estaba de nuevo, parado frente a la chocolatería, con el corazón queriéndose salir de su pecho, la respiración pesada y de nuevo los nervios.

 

Entro al lugar, cuidando de no ser visto. Vio como Sulli le agitaba la mano en forma de saludo, con una sonrisa en su rostro.

 

Busco entre los chocolates los favoritos de KiBum y los llevo hasta la caja. Sulli le entrego un pequeño papelito y escribió rápidamente lo que quería decir.

 

-Ya sabes que hacer- la chica asintió y MinHo con pasos rápidos salió del lugar.

 

 

-El ultimo cliente- anuncio Sulli a KiBum.

 

-Puedes irte entonces, yo cerrare- asintió con una sonrisa, caminando a la parte de atrás para tomar sus cosas.

 

KiBum se dedico a revisar, acomodar algunas cosas y guardar el dinero de la caja. Ese día fue muy agitado, las personas entraban y salían del local. Era de esperarse era una fecha muy importante para cualquier dulcería, y la de su abuelo en particular tenia mas demanda.

 

El día era nostálgico para KiBum. Cada años desde hace tres, no la pasaba igual. Era uno de sus días favoritos, pero uno de los más tristes también. Desde hace tres años esperaba la llegada de cierto alto de sonrisas encantadoras que le robo el corazón desde la primera vez que lo vio.

 

Suspiro alejando el recuerdo. No era bueno recordar, peor si habían pasado tres años, y no había tenido contacto con MinHo, no sabia como estaba, cuando volvería, o si tenía otra pareja.

 

-KiBum, me voy- anuncio Sulli, el nombrado asintió con una sonrisa.

 

-Cuídate-

 

-Lo olvidaba- la chica regreso sus pasos- alguien dejo esto para ti- señalo la caja de chocolates, que hasta ese momento paso desapercibida para él- Te esta esperando-

 

-¿A mi?- asintió mientras caminaba a la puerta- ¿Pero quien? ¿Sulli? ¡Sulli!- muy tarde la chica se había marchado, dejándolo completamente solo.

 

Tomo la caja de chocolates inspeccionándola, era de su propia tienda ¿Quién le mandaba chocolates? Tomo el papel que se encontraba ahí y se dispuso a leerlo.  

 

 

Te he extrañado KiBum. ¡Feliz día de San Valentín!

 

MinHo

 

 

Leyó de nuevo la nota, verificando que no se tratara de una ilusión, que en verdad sea el nombre que estaba escrito ahí.

 

Sus ojos se llenaron de lágrimas y su corazón comenzó a latir frenéticamente. Camino hasta la puerta con la nota en la mano, tropezando con sus propios pies por su desespero. Abrió la puerta de golpe, encontrando a un chico de espaldas.

 

-MinHo- susurro. Choi dio la vuelta, regalándole una de esas encantadoras sonrisas que tanto le gustaban al rubio.

 

-¡Feliz San Valentín!- los labios temblaban y su respiración era entrecortada. El chico que estuvo esperando por años, estaba ahí de pie frente a él. KiBum sonrió y corrió a los brazos de Choi, abrazándolo fuertemente, queriendo ser uno con el alto.   

 

-Te extrañe- susurro en su oído- lo prometí KiBum regrese por ti-

 

-¡Tonto!- el alto río, y separo el delgado cuerpo del chico de él- también te extrañe-  

 

-Te amo KiBum- rozo sus labios contra los acorazonados, para después atraparlos en un beso necesitado. Lo beso suave, reconociéndolo, disfrutándolo, lento y dulce, con cariño, con amor, susurrando un “te amo” contra sus labios.

 

-También te amo-

 

-¿Serás mi Valentín KiBummie?- susurro contra los labios rosas.

 

-Siempre-

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? Espero que les gustara.

 

Nos vemos! 


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