-Quiero que llegue el día- susurro KiBum. MinHo acaricio su vientre, mientras el rubio apoyaba su cabeza en su hombro.
A MinHo le gustaban las tardes. Tener a KiBum entre sus brazos, después de un largo día de trabajo era simplemente perfecto. Podía pasarse todo la tarde en esa posición y no le importaría. Podía pasarse todo la tarde acariciando el vientre de KiBum y la tonta sonrisa en su rostro jamás se borraría.
-También yo-
Desde que KiBum pronuncio las palabras que siempre quiso escuchar, MinHo no podía ser más feliz. Estuvo feliz cuando KiBum le dio una oportunidad, estuvo feliz cuando se entero que seria padre, pero su felicidad se vio completa cuando KiBum al fin pudo pronunciar “te amo”.
-¿Qué crees que sea?- Choi lo pensó unos momentos- yo creo que será niño y tendrá tus grandes ojos- un risita se escapo del rubio al imaginarse a su hijo como una versión en miniatura de MinHo.
-Creo que será niña- dijo MinHo con una sonrisa- y se parecerá a ti-
KiBum no se imaginaba a su hija, desde que supo que estaba esperando un hijo pensó enseguida que seria niño, pero ahora que MinHo lo mencionaba le emocionaba que su bebé fuera niña. Pero sea lo que sea él estaría feliz, deseaba que los meses pasaran rápido y así poder conocerlo.
Dentro de unos días tendrían cita con el medico para saber el sexo de su bebé, y aunque al principio pensaron en esperar hasta que naciera y sea una sorpresa, la curiosidad en KiBum estaba matándolo y quería saber cual seria el sexo del bebé.
-Deberíamos salir a comprar todo lo necesario, ni siquiera tenemos lista la habitación del bebé- recordó, giro quedando de frente con MinHo- creo que la habitación que era tuya seria perfecta ¿No crees?-
-Lo que tu quieras, KiBum- acaricio su mejilla, sonriendo.
-¿Podríamos hacer las compras mañana?-
Al rubio le hacia mucha ilusión ir a comprar las cosas para su hijo. Quería comprar toda la ropita posible, quería comprar solo lo mejor para él o ella. Llevaba días con la idea de salir de compras, le encantaba ver la ropa en miniatura para los bebes.
Además que el tiempo se estaba agotando, tenía cinco-tal vez un poco mas- meses de embarazo y dentro de un par de meses tendría que guardar reposo. El medico siempre le decía que los embarazos masculinos siempre eran mas delicados y que por eso debía cuidarse.
-No crees que primero deberíamos saber el sexo, aun no lo sabemos-
-Lo se, pero no necesariamente tenemos que comprar ropa en azul y rosado- entrelazo sus manos con las del alto, para después acariciarlas con el pulgar- podríamos comprar en blanco, hay muchos colores, además que no solo debemos comprar la ropa, necesitamos muchas cosas mas-
Necesitaban de todo, pañales, la cuna, los biberones y demás. La habitación no estaba lista, no tenían nada de lo necesario para el bebé y eso comenzaba a desesperar a KiBum.
-KiBum el medico dijo que debías estar en reposo, si quieres le digo a tu madre y la mía que vayan de compras, las acompañare-
-¡Pero, MinHo!- se quejo con un puchero- son las cosas de mi bebé, quiero comprarlas yo-
MinHo entendía a KiBum, pero en su ultima cita al medico les dijeron que KiBum no debía esforzarse, ni andar de un lado para el otro como si no pasara nada. MinHo le había prohibido ir a la oficina todos los días, a cambio él llegaba temprano a casa y algunas veces trabajaba desde la oficina de su casa. KiBum tenia prohibido ir a trabajar de nuevo, MinHo se volvió muy protector con él.
-No quiero que nada te suceda ni al bebé, entiéndeme- beso su frente, y acaricio sus cabellos.
-No pasara nada MinHo, aun falta tiempo para que guarde reposo, deja de preocuparte tanto- KiBum lo miro con un brillo especial en los ojos, y esa mirada con lo que conseguía todo- además tu estarás ahí conmigo por si llegara a suceder algo-
-KiBum- el nombrado hizo un puchero, y MinHo supo que había perdido- bien- dijo resignado. Acerco el cuerpo de su pareja para abrazarlo. KiBum siempre conseguía lo que quería, e ir de compras no seria la excepción.
-¿Mañana?- dijo con una sonrisa.
-Mañana-
-Por eso te amo, MinHo- KiBum rozo sus labios con los del alto, para después enterrar el rostro en el pecho de su pareja.
-También te amo-
MinHo no se negaría a nada y menos si de su bebé se trataba. Aunque sentía que KiBum no debía dejar la casa, no al menos hasta que su hijo naciera.
-MinHo- se separo lentamente del cuerpo de su esposo- ¿Podrías hacer algo por mi?-
MinHo suspiro sabiendo a lo que se refería, KiBum tenia un antojo. Últimamente se le hacían muy recurrentes, no había día en que KiBum no llamara a su oficina y le pidiera que trajera lo que en ese momento se le había antojado.
Siempre escucho que a veces los antojos eran extraños, pero los de KiBum eran normales. No pasaba del chocolate, galletas, helado y otras cosas.
-¿Qué quieres?- pregunto con una sonrisa.
-Quiero…- ladeo su rostro, pensando- quiero helado de fresa, de chocolate y ese que tiene trocitos de galleta ¿Sabes cual es? Olvide su nombre- MinHo asintió- también quiero fresas con chocolate-
-¿Fresas con chocolate? Me estas pidiendo helado de chocolate y fresa- frunció el ceño y negó con la cabeza.
-Es diferente, quiero los dos- rodo los ojos, mientras KiBum seguía pensando- quiero una bolsa grande de papitas y las galletas de mantequilla que venden en esa cafetería que me gusta… y también de coco-
MinHo rió, el mayor siempre le pedía cientos de cosas, pero por lo general solo los probaba para quitarse el antojo y lo demás se quedaba ahí, algunas veces también las comía, pero otras todo era muy dulce para su gusto.
A pesar de los antojos y que algunas veces KiBum comía bastante, no engordaba mucho. Era cierto que sus mejillas se veían un poco gorditas pero eso era todo, su vientre estaba de acuerdo a los meses que tenia de embarazo y no parecía que hubiera engordado.
-¿Algo más?- pregunto MinHo, antes de salir de la habitación.
-Nada- sonrió- quiero ver una pelicula, así que no tardes mucho ¿Si?-
-No tardare-
MinHo salió de la habitación con una sonrisa. Le gustaba que KiBum tuviera antojos y después quisiera ver una película. Su momento favorito era cuando el rubio se quedaba dormido en su hombro y él podía ver todas sus adorables expresiones. Definitivamente le gustaba que KiBum estuviera embarazado.
-No quiero- corrió su desayuno, alejándolo de él, haciendo una mueca de asco.
-KiBum tienes que desayunar- MinHo tomo asiento a un costado de él.
-No puedo ni verlo, MinHo- entrelazo sus manos- me causa nauseas, no soporto el olor-
MinHo asintió, tomo el desayuno y camino hacia la cocina, le diría a la señora Park que preparara otra cosa para el desayuno, ya que al parecer a KiBum le causaban nauseas.
Después de que un nuevo desayuno estuviera listo, ambos comieron, platicando sobre las pocas compras que KiBum hizo unos días atrás.
Dentro de unas horas KiBum tendría cita con el medico para al fin saber el sexo de su bebé y así poder comprar todo lo que faltaba para su hijo. La noche anterior ninguno de los dos pudo dormir con la emoción.
KiBum hablo sobre lo que le compraría a su hijo o hija, de cuanto lo quería conocer y abrazar, MinHo escucho atentamente acariciando el cabello del rubio, hasta que este quedo dormido. Tanto MinHo como a que KiBum les hacia ilusión poder tener a su hijo en brazos.
-Estoy emocionado- dijo KiBum, MinHo asintió sin despegar la vista del camino- ¿No lo estas tu, MinHo? Al fin sabremos que será nuestro bebé- ladeo el rostro, encontrándose con un MinHo sonriente.
-Lo estoy y mucho- el trascurso del camino fue en completo silencio, por momentos ambos se miraban y sonreían y por otros cuando lo semáforos estaban en rojo, MinHo acariciaba el vientre del rubio.
Veinte minutos después llegaron al consultorio. Choi ayudo a KiBum a bajar del vehículo, para después entrar al lugar.
-Hola KiBum ¿Cómo has estado?- pregunto el medico con una sonrisa.
-Bien-
-¿Aun no se ha movido el bebé? ¿Puedes sentirlo?- el hombre registraba entre sus documentos, buscando el expediente de KiBum- tienes un poco mas de cinco meses así que dentro de poco deberías empezar a sentirlo-
-En realidad, ya lo he empezado a sentir- MinHo sonrió.
Aun no eran muy frecuentes apenas y se había movido unas cuatro veces. La primera vez se encontraba solo viendo una película, sintió un ligero movimiento y rápidamente se llevo una mano al vientre queriendo sentirlo de nuevo pero nada paso. Ese mismo día se lo comento a MinHo y este le dijo que quería sentirlo, pero tampoco nada paso. Hasta una noche donde se preparaban para dormir, MinHo llevo una mano al vientre del rubio y de un momento a otro sintió el movimiento de su bebé. Ese día Choi grito de felicidad y KiBum solo pudo reír al ver lo infantil que MinHo podía ser.
-Muy bien entonces, ahora prepárate que te hare la ecografía-
Una enfermera ayudo a KiBum a prepararse. Sintió el gel en su vientre haciéndolo estremecer, MinHo tomo su mano y la apretó suavemente, mientras acariciaba sus cabellos.
-Todo parece estar bien- el doctor movía el aparato por el vientre de KiBum- ¿Lo ves?- pregunto señalando la pequeña pantalla, KiBum asintió- es tu bebé-
-¿Qué es?- pregunto MinHo que hasta ese momento había permanecido callado.
-Esperen- el medico siguió moviendo el aparato, hasta que al fin lo detuvo- aquí esta-
-¿Y?- pregunto impacientemente el rubio.
-Es una niña- los ojos de KiBum se abrieron y rápidamente dirigió su mirada a la pantalla. La boca de MinHo formo una perfecta “o” y después de asimilar la noticia una enorme sonrisa apareció en su rostro.
-¿Escuchaste MinHo?- los ojos del rubio comenzaron a cristalizarse- es una niña-
-Es una niña- Choi limpio con delicadeza las lagrimas que salían de sus ojos y se acerco a él para besar su frente- tendremos una niña-
Después de una larga hora con el medico, pudieron irse a su casa. El medico le dio unas vitaminas al rubio, le explico sobre el movimiento de su hija y el dolor que podía causarle, le recordó sobre el reposo y también hablaron sobre la posible fecha en que pudiera nacer.
-¿Puedes creerlo MinHo?- entrelazo sus manos con las del moreno y las reposo en su vientre- es una niña, MinHo ¡Es una niña!-
KiBum no podía dejar de gritar que tendría una niña. Llamo a sus padres y a los de MinHo para darles la notica. Dejo casi sorda a Krystal después de su llamada y asusto a la señora Park con sus gritos cuando termino de contarle.
-Si, es una niña- para MinHo era lo mismo, solo que el hizo otras cosas. Beso a KiBum hasta quedarse sin oxigeno y le agradeció cientos de veces que lo hiciera padre y de una niña, que él estaba seguro seria la mas hermosa del mundo.
-No sabes lo emocionado que estoy- dio la vuelta en la cama para quedar de frente con su pareja- quiero conocerla, quiero verla, quiero tenerla en mis brazos- un inconsciente puchero se formo en sus labios.
Quería que el tiempo pasara rápido, quería que el día llegara y así poder conocer a esa personita. Quería besarla, abrazarla y ser un padre consentidor con ella.
MinHo se inclino, hasta quedar cerca del vientre de KiBum. Acaricio suavemente y dejo un corto beso.
-También quiero conocerte princesa-
-¿Qué te parece este?- pregunto KiBum, mostrándole un abrigo en blanco con detalles en rosa y verde- es lindo ¿No crees?-
-Lo es- aseguro Choi. KiBum sonrió y se lo dio, para que la dejara con toda la ropa que llevaba para ella.
-Es una lastima que Krystal no pudiera acompañarme, ella también tiene buen gusto- decía mientras seguía viendo ropitas en color verde y rosado.
-¿Y yo tengo mal gusto?-
-No es eso amor- KiBum sonrió- pero ella es una chica y es modelo- MinHo rió y continuaron con las compras.
Llevaban más de una hora en aquel lugar. Desde que supo que seria su bebé, le pidió a MinHo que lo llevara de compras puesto que aun le faltaban varias cosas y pronto tendría que guardar reposo absoluto.
Pero por el trabajo de MinHo y porque algunas veces KiBum no se sentía bien, tuvieron que posponerlo por un largo tiempo. Ahora KiBum tenía siete meses de embarazo, y tenia que hacer las compras de último momento. Tenia que llevar todo lo necesario hoy, porque después no podría salir, su hija se movía mucho y sus pies estaban completamente hinchados.
KiBum compro todo tipo de ropa, desde abrigos hasta calcetines, desde zapatitos hasta gorritos. Llevo de todos los colores que le gustaron, rosado, blanco, amarrillo, azul entre otros. Su hija tendría un enorme guardarropa.
-Tenemos que comprar la cuna- recordó Choi.
En sus últimas compras lo único que pudo comprar fueron algunas ropitas, el asiento para el coche, los pañales y los biberones, así que aun le faltaban muchas cosas.
Las horas pasaban y KiBum se encontraba muy cansado. Casi tenían todo, llevaban la cuna, la ropa, más pañales, mantitas, un par de biberones y demás. También llevaron toallas y todo lo necesario para su higiene.
-Creo que es todo… ¡Ahh!- se llevo una mano a su vientre, frunciendo el ceño y cerrando los ojos.
-¿Estas bien?- MinHo se acerco a él, sosteniéndole su mano.
-Si, es solo que tu hija se mueve mucho y patea- acaricio su mejilla, soltando una risita.
Después de unas largas tres horas de compras al fin pudieron regresar a su casa. Al parecer tenían todo lo necesario, si aun faltaba tendría que regresar a comprarlo hasta después de que nazca o MinHo tendría que ir a comprarlo solo. Ahora solo faltaba la habitación y esperar a que la pequeña naciera.
KiBum camino con cuidado y mucha lentitud a la que seria la habitación de su hija. Hace algunas semanas su madre contrato a unas personas para que tuvieran lista la habitación, el rubio solo se encargo de decirles el diseño y eso era todo. La habitación estaba lista y ese día, después de que la pintura seco y todo estuvo acomodado en su lugar, al fin podría verla.
MinHo sonrió mientras ayudaba a KiBum a caminar. Los meses pasaban rápido y el casi tenia los nueve meses, estaba a una semana como dijo el doctor de que naciera si no es que antes. El vientre de KiBum creció y eso lo imposibilitaba de muchas cosas. MinHo dejo de ir a la oficina desde hacia un mes y trabajaba desde su casa, todo por estar al pendiente del rubio.
-Cierra los ojos, KiBum- el nombrado hizo un puchero- hazlo- el rubio obedeció y cerro los ojos. Se detuvieron, MinHo abrió la puerta y ayudo a KiBum a ingresar- puedes abrirlos-
KiBum abrió los ojos y una sonrisa apareció en su rostro. La habitación era tan y como la había imaginado, parecía que mejor. Dio la vuelta lentamente para sonreírle a MinHo.
-¿Te gusto?- asintió, mientras se acercaba a él.
-Es hermosa- dejo un corto beso en los labios de Choi y acaricio su mejilla- gracias, en ver… ¡Ahh!- cerro lo ojos, respirando hondo para tratar de calmarse- ella patea muy fuer… ¡Ahh!-
-¿KiBum estas bien?- negó rápidamente.
-No… creo que… llego el momento-
-¿Momento de que?- el dolor que sentía el rubio era cada vez mas doloroso y fuerte.
-¡MinHo!- grito- creo… va a nacer- los ojos de Choi se abrieron
¿Ahora? ¿Ella nacería ahora? No podía ser, aun faltaba una semana según lo que el doctor había dicho.
-Tranquilo, respira, dijo…- mordió su labio nervioso- dijo que dolería por mas tiempo, no creo que sea el momento de que nazca-
-No comenzaron ahora los dolores, creo que llevo media hora con ellos- respondió tratando de recordar.
-¿Por qué no me dijiste antes?- MinHo lo tomo del brazo, para ayudarlo a salir de la habitación.
-Porque no eran tan fuertes- de nuevo grito por el dolor, y el nerviosismo de Choi creció- MinHo, creo que es el momento-
-Vamos, iremos ahora mismo-
Los dolores se volvían más recurrentes, y MinHo no dejaba de sentir nervios. Al parecer su hija nacería ese día.