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Ahora tu vida se hace parte de mí... Sonríe. por Sabaku No Ferchis

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Notas del capitulo:

Siento mucho tardarme tanto en actualizar, se me ha venido la semana de examenes y me ha tenido bastante ocupada. Pero al fin acabe con este capitulo, y bien. trate de añadir mi intento de lemon && como había dicho, soy nueva en esto, asi que espero que sea de su agrado. :D

 

N/A: Los textos que estan en cursiva son los generalmente los pensamientos de los personajes, marcas, recuerdos y flashbacks.

GaaNaru & SasoDei

 

Capítulo 2

Kuchizuke: I'll rain on you tonigth!



Un aire nocturno revolvió los cabellos de Gaara, quien simplemente llevó una de sus manos a la cabeza tratando de arreglar su inexistente peinado rojo. El joven dirigió su mirada a las tantas parejas que salían por la puerta de la cafetería de la escuela; felices, contentas, ansiosas por una noche de sexo.

Por un momento, el pelirrojo se sintió como un tonto. Había estado esperando por más de veinte minutos a su cita de esa noche, y para él, esa ya era una espera bastante larga. Gaara recordó a su primo y su típica frase: “No me gusta esperar, ni hacer que me esperen". Y al fin comprendió aquellas palabras que Sasori siempre repetía. No era justo que le hicieran esperar tanto cuando aquel rubio fue quien le había estado rogando por una cita, una oportunidad; y al fin, Gaara había accedido ¿Cómo se atrevía el otro a hacerlo esperar tanto?

— ¡Gaa-chan!— El pelirrojo se había parado ya de la banquita de madera en la que estaba, y estaba dispuesto a largase cuando escuchó esa voz tan ansiosa y risueña que repetía su nombre.

— Naruto...— respondió Gaara con la intención de reclamarle el tiempo perdido; sin embargo, no pudo decir nada más que el nombre del otro. Después de todo, en su interior, se alegraba de la llegada del rubio.

Desde aquella vez, en la que Naruto y Gaara estaban a punto de fundirse en un apasionado beso, el ojiazul no había encontrado la oportunidad para terminar lo que habían empezado, y pensó que invitar al pelirrojo a tomar un café sería un buen comienzo, o al menos, eso fue lo que Sasori le aconsejó.

Y allí estaban, frente a frente, sentados en aquellos cómodos sillones de medio círculo. Una combinación de nervios y alegría invadía el cuerpo de Naruto y, este solo podía controlarla bebiendo de su delicioso frapuccino de moka, que momentos antes, le había traído una camarera pelirosada.

— Lo siento Gaa-chan, tenía cosas que hacer, pe...pero te lo voy a compensar ¡De Veras!— se disculpó el rubio después de darle el último sorbo a su bebida. Lo cierto era que Naruto se había quedado dormido después de haberle ganado a Sasori en Guitar Hero, pero ¿Quién no hubiera caído rendido a la almohada después de cuatro horas de ese jodido juego?. Y para empeorar las cosas, ese viernes era el último día de exámenes. Esto le daba al joven las herramientas necesarias para excusarse por haber llegado tarde. Ahora, de lo único que se preocupaba era de como compensarle a Gaara el tiempo perdido.

— No te preocupes— dijo el pelirrojo dando también el último trago a su taza de café americano traído por la pelirosada. No te preocupes no era algo que Sabaku No Gaara diría después de casi haber sido plantado en una cita por alguien como Naruto, pero era ciertamente eso. Aquel ojiazul, de alguna manera cambiaba algo dentro del pelirrojo.

El rubio plantó una enorme sonrisa en sus labios.

— No Gaa-chan, si me preocupo, te hice esperar demasiado, y eso está mal. Definitivamente te lo voy a compensar— dijo Naruto con un cierto gesto prometedor, que no hizo a Gaara dudar en lo más mínimo en aquellas palabras.

Aquella cita, era sin duda, diferente a las demás. Ninguno de los dos jóvenes se salió de su papel o dejo de comportarse como si mismo. Mientras Naruto hablaba y hablaba como perico, contándole a su acompañante todos sus sueños e ilusiones, que, prácticamente eran imposibles; el pelirrojo tan solo le miraba fijamente, conociéndole, estudiándole. Tal y como su hermana mayor le había enseñado. Entonces recordó las palabras de Temari: Eso es lo que todo Sabaku debe hacer.

Gaara dejo caer de sus labios aquel cigarrillo que tenía jugando, desde hace un buen rato.

Las palabras del rubio, le llegaban literalmente al corazón. Al escuchar sobre el pasado del otro, el pelirrojo lo sentía más cercano a él; como si se conocieran desde siempre, y de alguna manera, le alegraba saber que Naruto siempre mantendría una sonrisa en el rostro, incluso en los peores momentos.

El ojiazul también disfrutaba el tiempo junto a su amado pelirrojo, y es que desde aquel semibeso, ellos no habían tenido tiempo para estar solos. No como Deidara y Sasori.





Un bostezo abandonó los labios de Sasori, para luego perderse en el inmenso silencio que invadía la habitación veintidós. Pff, si Naruto no vuelve a tiempo, el idiota tendrá que dormir en el sofá esta noche pensó el pelirrojo mientras se llevaba ambas manos tras la cabeza, tratando de encontrar la posición perfecta para relajarse en la amplia cama de su compañero.

Después de su merecido trago de vodka, y de haber devorado todo el contenido de una cajita  Benson & Hedges ; el joven estaba a punto de conseguir el sueño, cuando tres diminutos, y de alguna manera, tímidos golpecitos en la puerta le arrebataron del descanso a sus ojos miel.

— Sa... ¿Sasori Danna?— se oyó una vocecita desde el otro lado de la puerta. Y casi con la misma velocidad de un relámpago, el mencionado saltó de la cama de Naruto y corrió a atender la puerta.

— ¿Si, mi Dei?— respondió al ver a su novio parado frente a él. Le pareció tierna la forma en la que las mejillas de Deidara se ruborizaban más con cada segundo que pasaba, y como las adornaban los dorados mechones de cabello que se habían escapado de la media coleta que tenía; y que indiscretamente le colgaban al rostro. ¡Cualquiera podría confundir al joven con una muñeca de porcelana!

— Etto... ¡Hola Sasori Danna!, ¿Puedo pasar?, un— preguntó el mencionado rubio con un tono de nerviosismo en su voz. — Y te puedes quedar...— añadió el pelirrojo dándole la indicación al otro para que pasara.

Deidara se estremeció al sentir la respiración de su novio en su cuello. Estaba a punto de ceder a aquella mano traviesa que le sobaba lentamente la entrepierna; pero la memoria de por qué estaba allí le hizo apartar al pelirrojo de su cuerpo.

— E... Etto, Sasori Danna, te... Te traje algo— interrumpió las caricias del otro con una pizca de tartamudeo en sus palabras.

Sasori se sorprendió al ver al rubio sentado alado de él, con sus manos extendidas y sus mejillas color tomate. En sus blancas manos se apoyaba una curiosa figurilla de arcilla que daba la impresión de asemejarse a un escorpión del desierto.

Impactado ante el talento de su pareja, el pelirrojo tomó la figurilla con cierta delicadeza, admirando los detalles que esta tenía. — Gracias…— alcanzó a decir sin darse cuenta que ya tenía una sonrisa plasmada en el rostro, la cual inmediatamente se borró para darse el gusto de probar por primera vez los carnosos labios de Deidara.

El ojiazul tardó un par de segundos, pero finalmente se dio cuenta de que esa calidez que inundaba su boca, era nada más y nada menos que los labios de aquel enigmático pelirrojo que le había robado el corazón desde la primera vez que sus miradas se cruzaron. Y, ¡Que mejor sensación la que gozaba!, pues no eran cualquier par de labios, eran los de Akasuna No Sasori. ¿Qué labios más sabrosos, rosados y carnosos que los de los habitantes de Suna?

Obviamente, Sasori tenía que lucirse con el rubio, y no dudó en introducir su jugosa lengua en la boca de Deidara, provocando que el este cerrara los ojos con fuerza, correspondiendo con su lengua a las invitaciones del pelirrojo. Y pudieron sentir la lengua del otro rosarse y acariciarse más de una vez. Pudieron tragar la dulce mezcla de salivas que se fusionaban en un beso apasionado, y ocasionalmente, se mordían los labios con un poco de fuerza, haciendo que tomaran un tono rojizo.

De pronto sintió unas suaves manos recorrer su torso seductoramente, obligando al rubio a curvearse un poco. Sasori aprovechó para empujarlo y hacerle caer en las blancas sabanas de la cama de Naruto. Teniendo al ojiazul recostado y con la camisa entreabierta, el pelirrojo, de un impulso acomodo sus piernas, de tal manera que las de Deidara quedaran atrapadas en las de él. En esa posición, y justo encima de él. Sasori se dio el lujo de pasear sus manos por el pecho del rubio, hasta llegar a sus dorados cabellos. Por alguna razón, este desató la media coleta del rubio, mientras sus dedos se enredaban en los hilos dorados.

Y allí estaban, uno encima del otro. El pelirrojo se percató de la erección del otro por sobre su pantalón, y una sonrisa lujuriosa se dibujó en su rostro.

— Vaya, vaya, ¿que tenemos aquí?— preguntó el chico de la arena roja llevando su mano al miembro del otro, sobándolo por sobre sus ropas,

Deidara tardó un poco en digerir la situación, hasta que escuchó un sonido peculiar. Al darse cuenta de que se trataba del cierre de su cremallera siendo bajada por el pelirrojo; este quiso detenerse, pero su cuerpo no. Era tanto el deseo de querer fusionarse con aquel que estaba frente a él, que su temperatura corporal aumentó extremadamente; sintiendo el calor del deseo recorrer cada rincón de su cuerpo. El rubio acepto con euforia los placeres que Akasuna No Sasori estaba a punto de brindarle.

Definitivamente, Naruto no iba a dormir en su cama esa noche.





Naruto pestañeo varias veces. La escena que acababa de presenciar era totalmente increíble. Su cuerpo sintió el impulso de soltar una patada contra la puerta y hacer que esta azotara contra la pared, interrumpiendo a quienes se encontraban adentro — Jajaja, esta vez me las pagaras, Sasori— recordó el momento del casi beso con Gaara y como su compañero les había interrumpido. Sorprenderlo en pleno acto con Deidara parecía ser lo justo. Así los dos estarían a mano. Y estaba a punto de interrumpir los excitantes gemidos que se escuchaban desde su habitación, pero... —Un momento...Si Deidara está allí adentro follando con Sasori...Eso significa que Gaara está solo en su habitación... ¡Esta puede ser mi oportunidad!—

En sí, la cita de Naruto y Gaara había salido bastante bien, pero no era justamente un final tan sencillo y común el que el rubio esperaba; y ver marchar al pelirrojo con un simple Nos vemos mañana lo dejó crudamente decepcionado. Era evidente que Sabaku No Gaara tenía un corazón inalcanzable, pero para Uzumaki Naruto no había imposibles. Iba a acceder al inaccesible y bien resguardado corazón de Gaara. Iba a hacer que este que este lo amara... A como de lugar.

Naruto tenía un objetivo, y el mundo sabía que si el joven se proponía algo, no había absolutamente nada en el mundo que le detuviera. Teniendo eso en mente, cerró la puerta dejando a Sasori y Deidara hacer de las suyas; mientras él pegó carrera hacia el cuarto del Sabaku No.

De la habitación veintidós a la diecinueve no había gran distancia; sin embargo el ojiazul sentía como si hubiera corrido un maratón de veinte kilómetros sin la más mínima gota de agua. Se limpió el sudor de la frente y sus manos se posaron con delicadeza en la manija de la puerta  Justo detrás de esta puerta... Se encuentra Gaara Y las gotas de sudor nuevamente se hicieron presentes en su rostro color canela. —Vamos Naruto, ¡Tú puedes!— se limpió el sudor nuevamente y tocó la puerta tres veces.

Los segundos pasaban y nadie atendía la puerta, pero... Gaara debe de estar allí, ¿Dónde más podría estar?  Sin permiso de nadie, ni siquiera de él mismo; el impulsivo joven abrió la puerta que, para su suerte, no estaba cerrada con llave.

Sus ojos dieron un paseo por la habitación aparentemente desierta; parecía que ni la más mínima presencia de vida pasaría por ese lugar, y por un momento pensó que se había equivocado. Sus pupilas azules metal notaron un cálido vapor saliendo de entre una escondida puerta en la esquina del cuarto, y sus oídos pudieron identificar algo parecido al ruido de la lluvia... Gaara está bañándose… las mejillas del rubio se tornaron en un aspecto similar al de Deidara.  Él está desnudo… El imaginarse a Gaara desnudo hizo que por poco perdiera el conocimiento  Vaya, creo que ahora te entiendo... Hinata.  Y recordó a su tímida amiga que siempre acababa estrellándose contra el suelo cada vez que sus ojos plateados se encontraban con los azules de él.

Para cuando Naruto se dio cuenta, ya estaba frente a la puerta del baño, con un claro deseo de abrirla y ver a Gaara tal y como dios lo trajo al mundo.

Dejándose llevar por la curiosidad, el ojiazul adentró la cabeza al cuarto de baño, y pudo sentir como la calidez del vapor le inundaba el cuerpo; era eso, o el hecho de ver reflejado sobre la cortina de baño el ardiente cuerpo del joven de cabellos rojizos.

Naruto sabía que estaba mal espiar a la gente mientras esta se está bañando, pero para ese momento, su cuerpo ya lo había dominado por completo, obligando a sus piernas a dar pequeños y sigilosos pasos hasta estar justo enfrente de la cortina de baño.

Contempló la perfecta sombra que estaba frente a él. Con los ojos entrecerrados casi empezaba a fantasear, pero el rubio quería más, mucho más, y una simple sombra no iba a complacer al caprichoso Naruto Uzumaki.

Se agachó, apoyando el mentón en sus rodillas y llevó sus manos sobre estas también (pose muy similar a la de cierto detective sexy, amante de los dulces y pasteles). No sin cierto temblor en sus manos, el rubio le indicó a su brazo izquierdo acercarse a la cortina de baño, y alzarla un poco para satisfacer el caprichoso deseo de sus ojos.

De pronto, y sin previo aviso, el primer razonamiento lógico de su cerebro se hizo presente  Un momento... No...No puedo espiar a Gaara de esta forma, lo único que lograría con esto es hacer que él se enfade y que tal vez nunca más me vuelva a hablar en su vida, o peor aún, podría terminar como Jiraiya-sama... no ¡eso no pasará!, ¡definitivamente no echaré todo a perder! Y recordó a su querido mentor… Seis costillas y ambos brazos rotos, y algunos de sus órganos internos estaban dañados. La causante de sus heridas fue Tsunade-sama, que le golpeó terriblemente, tan solo por espiar a aquellas jóvenes desnudas que se relajaban en las aguas termales...Me pregunto, ¿Cómo reaccionaria Gaara? El decidido joven se puso de pie, dio media vuelta y emprendió el primer paso lejos de su pelirrojo. Y bien, de no ser por su enorme distracción, o por el maldito jabón rosa que se encontraba tirado en el suelo, su plan de escape hubiera funcionado de maravilla.

Mendokusai...

Dios, esta vez echaría todo a perder. Diablos, ¿Cómo pudo ser tan estúpido?. Gaara de seguro le soltaría un tremendo puñetazo en la cara, o peor aún, él jamás le volvería a hablar en su vida ¿Qué podría ser peor que eso? Tal vez terminar como Jiraiya.

Para Naruto, su caída se le hizo eterna; pasaron tantos pensamientos por su cabeza que apenas y sintió el tremendo golpe que se dio en las pompas —¡Auch!— la expresión abandonó involuntariamente su boca. Abrió los ojos para descubrir que tenía sobre él la blanca cortina de baño. Dios, ¿acaso tiré la cortina?.... ¿pero cómo?... Oh no, cierto, agarré la cortina con fuerza para evitar caerme... ¡Baka!

El rubio se quitó la cortina de encima para encontrarse con un Gaara enojado, pero su vista se quedó opacada por las gotas de agua que caían con fuerza sobre él.

Las gotas dejaron de golpear su rostro, pero aun las escuchaba caer. Abrió los ojos y la imagen más hermosa de su vida se hizo presente, parecía como un sueño. Frente a él tenía al ser más hermoso del universo cubriéndole de la cálida lluvia que se escapaba de la regadera. ¡Realmente Gaara parecía haber sido esculpido por los mismos griegos!

El corazón del rubio palpitaba a ritmos alarmantes al ver al precioso, y desnudo pelirrojo frente a él. Para su suerte, Gaara no se veía enojado, pero tampoco feliz. De hecho, tenía la misma expresión nula en el rostro; típica de todos los Sabaku y Akasuna. Debí imaginarlo, Gaara.

— E...Etto...Anno...yo...—Por primera vez en su vida, Naruto tartamudeaba demasiado, incluso más que Deidara, incluso más que la mismísima Hinata Hyuuga.

— LO SIENTO MUCHO GAARA-CHAN— dijo el rubio casi gritando, y con los párpados a punto de romperse como resultado de ejercer tanta presión en ellos.

— Estas empapado— fue la respuesta por parte del pelirrojo. Ciertamente, Naruto no esperaba ese comentario tan sutil y completamente fuera de lugar. Es decir, él llega y espía a Gaara mientras se baña, torpemente se cae y arranca la cortina de baño; y lo único que el pelirrojo dice al respecto es Estas empapado... ¿Porque?

— Deberías quitarte esa ropa— la voz de Gaara lo sacó de sus pensamientos y notó como este se acercó hasta estar a escasos centímetros de él. El pelirrojo acomodó su cuerpo desnudo en la misma posición tipo "L Lawliet". Llevó sus manos a la mojada playera del rubio, y de un impulso, se deshizo de ella arrojándola a quien sabe dónde, dejando el pecho de Naruto expuesto nuevamente a las gotas de agua de la regadera.

El silencio reinó el lugar por un par de segundos. — Ga...¿Gaa-chan?— preguntó el rubio al ver lo fija que estaba la mirada de Gaara sobre él. — Acércate más a mí, Naruto— las palabras del Sabaku llegaron como relámpago a los oídos del ojiazul y este no dudo en dejarse llevar por las suaves manos del pelirrojo hacia su cuerpo. Al tenerle tan cerca, Gaara le abrazó dulcemente, colocando su mentón en aquel hombro color canela. Su lengua juguetona salió de entre sus labios y empezó a degustar de la colorada piel de Naruto. Una sensación electrizante recorrió el cuerpo del rubio llegando a la punta de su sexo. —…Gaa-chan…— dijo entre gemidos. El mencionado giró su cabeza hasta estar cara a cara con el chico de cabellos amarillos. Las manos del pelirrojo se encontraban rodeando el torso del Uzumaki, mientras que este ya tenía las suyas alrededor del cuello de Gaara. La mirada aguamarina penetraba totalmente en la azul, pero de manera dulce, deseosa. Sus labios se encontraban a escasos milímetros y el deseo de fusionarse era más que evidente.

En ellos había un calor intenso y sus respiraciones eran cada vez más cálidas. Tal vez se debía al vapor del agua caliente que los bañaba.

— Esta vez...— No iba a ser como aquella vez en la habitación veintidós, esta vez no habría ningún Sasori chismoso, esta vez sería diferente... Esta vez... — no dejaré pasar la oportunidad, Naruto— el pelirrojo acarició el mentón del rubio con sus dedos y sin perder más tiempo, rozó con sus suaves labios la boca de Naruto, pero Sabaku No Gaara no se conformaría con un simple roce de labios. No, él no era así.

El segundo roce, fue un beso real y lleno de pasión. Y Gaara no dudó en introducir su jugosa lengua en la boca de Naruto, la cual correspondió bien.

Se tenían bien sujetos uno del otro. El agua de la regadera no hacía más que subir la temperatura en el cuerpo excitado de los jóvenes. Y ellos no hacían más que escuchar como chocaban sus dientes, mutuamente, saboreaban la dulce saliva del otro combinada con la suya de una manera tan única. Mas deliciosa que todo lo que alguna vez hubieran tragado. Y Gaara era un experto en morder labios y mover la lengua.

Para el deseable pelirrojo, Naruto era la segunda persona con quien compartía la ducha, y con Sasori había aprendido a besar perfectamente.

Por alguna razón la anciana Chiyo, abuela de Sasori, siempre le insistía a Yashamaru que los pequeños debían bañarse juntos, que así ahorrarían más agua y que además, por ser casi idénticos, uno no tenía nada que el otro no tuviera. Para la noble anciana, no había nada de malo en que Sabaku No Gaara y Akasuna No Sasori se bañaran juntos. Gran error.

Al principio seguían conservando la inocencia de cualquier infante de cinco años de edad. De no ser porque un día a Sasori se le ocurrió la idea de "bañarse mutuamente" — Será divertido Gaa-chan, tú me bañas y yo te baño a ti. — alegaba el pequeño Sasori en el momento en que Yashamaru salió de la habitación para marcharse a su trabajo: miembro del cuerpo médico de Sunagakure. — Está bien Saso-chan— accedió el pequeño Gaara.

¿Quién hubiera imaginado que ese inocente juego, acabaría por crear a los pervertidos más sexys de toda Suna?

— Te gusta ¿verdad?— preguntó Gaara al escuchar un pequeño gemido por parte de Sasori, mientras le "lavaba" el pequeño miembro.

— Si, se siente bastante bien— comentó el pequeño Akasuna. — ¿Quieres que haga lo mismo con el tuyo?, te va a gustar, Gaa-chan—
.
.
.

—Tienes razón, se siente bastante bien—

Así, Gaara del Desierto y Sasori de la Arena Roja perdieron su inocencia. Seguido de eso, apasionados besos se hicieron presentes; convirtiendo a ambos pequeños en expertos besadores.
 
— Ne, Gaa-chan— dijo el pequeño Sasori algo preocupado.

— ¿Si, Saso-chan?

— Lo que estamos haciendo...

— ¿Que con eso?

— ¿Crees que está mal?

—  ¿Por qué debería estarlo?

— No lo sé...somos primos y.... Chiyo-baa-sama y Yashamaru-san se podrían molestar si...

— Sasori, ¿A ti te gusta lo que hacemos?

— Claro que sí, pero...

— ¿Sabes? Si a ti te gusta, y a mí me gusta, entonces no tendría por qué estar mal, es algo entre nosotros dos y punto. No necesitamos la opinión de nadie.

Sasori lo pensó por un momento. Realmente disfrutaba la intimidad con Gaara, y no quería renunciar a ella; y no lo haría, ni siquiera con el pasar de los años.

— Ne, Gaa-chan

— ¿Si?

— Te quiero.

— Yo también te quiero, Saso-chan.

Quererse tanto hasta el punto de llegar a perder la virginidad juntos. Es simplemente hermoso.



*O*



La erección de Naruto se hizo más evidente en el momento que la mano indiscreta de Gaara pasó por su entrepierna. Pronto, entre tantos besos; o tal vez solo uno bastante largo, y el vapor del agua caliente; el oxígeno se hizo necesario y terminaron por despegarse.

Se miraban exhalar suavemente. Enserio, Naruto amaba a Gaara con todas sus fuerzas, no había duda de ello. Y probablemente el pelirrojo también compartía el mismo sentimiento. Amor, eso debe ser.

Gaara notó la erección de su rubio por sobre el pantalón mojado. Sonrió levemente y llevó una mano hasta el punto de erección. — Esta dura— dijo el Sabaku de una manera tan normal que parecía que podía decirlo en cualquier momento del día. — Ga, Gaara...— dijo el rubio al sentir la mano del otro sobre su miembro. — Deberías quitarte el pantalón, yo te haré sentir mejor. — dijo el pelirrojo  mordiéndose levemente el labio inferior.  

Yo te haré sentir mejor... Pareció sentirse avergonzado después de escuchar las palabras de Gaara; pero eso no era vergüenza y ni el mismo Naruto pudo identificar aquella sensación que poseía. Analizó la situación.

Fue sumamente enloquecedor sentir la lengua del pelirrojo sobre la suya, pero más aún lo fue sentir la mano de él sobre su miembro. Y por fin comprendió. Iba a hacer el amor con Gaara, con su Gaara. ¿Que podría ser mejor?. Entonces aquella sensación también la comprendió. Estaba excitado, estaba enamorado.

Si bien, el rubio estaba tan hundido en sus pensamientos que empezó a preocupar a aquel que estaba frente a él.

— ¿Acaso no me escuchaste, Naruto? Te dije que te bajaras los pantalones— dijo el pelirrojo, pero su tono no fue el de un psicópata violador, fue más bien un tono ansioso y sutil. Algo que era muy extraño en él.

— Si no me vas a hacer caso, entonces yo te los bajaré— añadió al notar que el rubio seguía en las nubes. Entonces Gaara se puso de pie, tomando las manos de Naruto para obligarle a hacer lo mismo.

Naruto le miró fijamente mientras el pelirrojo se agachaba nuevamente para deshacerse de la prendas del rubio, dejando al desnudo su carnoso miembro. Parecía que el Uzumaki estaba avergonzado por su evidente excitación.

— No sabes cuánto había esperado para hacer esto.— después de escuchar esas palabras, Naruto pudo sentir su carne dentro de la boca de Gaara.

Este degustaba del palpitante miembro excitado del rubio totalmente; chupaba, mordía, saboreaba. Justo enfrente de la boca del pelirrojo, se encontraban sus dedos, que ansiosa y rápidamente masturbaban lo que quedaba afuera de su boca.

Naruto no hacía más que cerrar los ojos y morderse los labios con fuerza, mientras un salvaje placer inundaba su cuerpo. Apenas abrió los ojos y contempló a Gaara saboreando su sexo con deseo. Notó como los ojos aguamarina del otro también observaba la escena.

Chupar, sacar, chupar, sacar y así sucesivamente. Y lo que motivaba al pelirrojo a seguir, era simplemente escuchar los suaves gemidos del rubio....— Aghh—

Y ¡Que más hermosa sensación la que sentía!, no estaba siendo gozado por Sakura, ni mucho menos por Hinata. Estaba siendo disfrutado por Gaara, eso era simplemente fascinante.

Se dejó llevar por el mayor placer que había sentido en su vida, y en el punto de excitación máxima, se dejó venir en la boca del pelirrojo.

Gaara tragó alocadamente el cálido néctar del rubio, algo espeso, pero sumamente delicioso. Como siempre, el pelirrojo había hecho un buen trabajo.

El joven dejo resbalar el satisfecho miembro del rubio por sobre su boca. Entonces el rubio contempló el bello rostro de Gaara; tenía las mejillas entre un color rosado, sus rojos cabellos cubriendo parte de sus ojos entrecerrados, y sus labios, aquellos rosados labios manchados de semen, que poco a poco fueron limpiados por el agua caliente de la regadera. Gaara estaba precioso. Y la imagen de él en ese estado, se guardaría en la mente de Naruto por siempre.

El rubio dio por terminada la noche y resbaló su mojado cuerpo por la pared, sentándose. Un suspiro satisfactorio abandonó sus labios.

— Aún no acabo contigo…— dijo el pelirrojo para sorpresa de Naruto. Este abrió los ojos como platos y miró a Gaara confundidamente.

— ¿No entiendes? Apenas estoy comenzando—dijo mientras giraba salvajemente al rubio, dejándolo cara a cara contra la pared.

Y conforme más entendía a Gaara, mas incógnitas sobre él se le presentaban; ¿Cómo es que aquel pelirrojo que le miraba tiernamente momentos atrás, terminó por embestirlo salvajemente contra la pared? Y pues bien, si por algo Gaara y Sasori eran tan deseados, seguramente era por esa forma tan salvaje y cruel en la que disfrutaban tener sexo.

Una sonrisa psicótica y lujuriosa se formó en los labios del demente pelirrojo.

   °°Talk my way out of control, talk myself out of falling in love, falling in love with you. °°





Notas finales:

Gracias por leer :D espero que les haya gustado mi intento de Lemon....

Bien, se que en este capitulo se muestra un poco el GaaSaso o SasoGaa, pero la fic siempre será GaaNaru y SasoDei.

Y pues ya...ahora me voy por el tercer capítulo!

 

N/A: El nombre del capitulo y la frase final son de la canción "Oh, Love" de Green Day.


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