Forced Love por Maachaan

Kamijo suspiró suave, bajando su mirada hacia su propio vientre, calmando su respiración aún. Masashi solo le acariciaba los brazos.
—Deberías dormir— susurró el azabache al darse cuenta que el contrario estaba aún despierto y nervioso como para relajarse y caer ante el sueño
—¿Estarás todo la noche junto a mí?—Preguntó con aire de nostalgia dejando de lado por un momento su orgullo, dando paso a lo que realmente quería. Se recostó a un lado de la cama, cubriendo su cuerpo hasta los hombros.
—Te cuidaré hasta que duermas— Contestó Masashi acomodándose y abrazando por la espalda al rubio, este solo se acurrucó entre los brazos del mayor, gustando de su calor y la seguridad que él le daba. Cerró los ojos, recriminando su actitud, sus dudas y sus acciones, confundiéndose en ese tipo de situaciones en las que no sabía qué sentir, hasta caer profundamente dormido.
Masashi le besó la frente y acarició por unos minutos su cabello, apreciando el rostro de paz que parecía tener el vocal entre sueños para luego acomodarlo entre sus brazos y dormir también él un poco.
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El azabache se removió entre las frazadas dejando a Kamijo durmiendo plácidamente en la cama no sin antes dar un beso en su mejilla, salió del cuarto, cerrando con cuidado la puerta para no hacer ruido y perturbar el sueño de rubio, recuperó su ropa que estaba regada por diferentes partes del pasillo vistiéndose de inmediato para luego hervir un poco de agua y preparar un café, cortó un pedazo de pastel y lo sirvió todo sobre una pequeña bandeja.
Kamijo se removió con pesadez sobre la cama abriendo lentamente los ojos, sintió una puntada de dolor en su espalda baja y un quejido salió sin querer de su boca. Frunció el ceño e intentó sentarse en la cama de la forma menos dolorosa que pudiera hasta al fin lograrlo, talló sus ojos buscando con la mirada al bajista, un deje de tristeza lo invadió al notar que faltaba en el lugar. De pronto la puerta se abrió dejando ver al azabache con una bandeja sobre las manos quien al ver al vocal ya despierto sonrió y entró a la habitación.
—Buenos días, te traje desayuno, al final, ayer no probaste el pastel que te traje—Dijo Masashi con una leve sonrisa ladina en sus labios dejando la bandeja sobre las piernas del contrario.
—Buenos días y... Gracias—Añadió lo último sin quitar su mirada del pastel, tomó el cubierto y de inmediato llevo un bocado a su boca, una sensación gratificante envolvió su paladar.
—Kamijo sobre lo que paso ayer...-intentó hablar Masashi pero de inmediato el rubio interrumpió
—Yo... no puedo decir que te quiero—sentenció un tanto tímido —No puedo olvidar lo que pasó ese 'día' en la sala de ensayos— Dijo bajando la mirada—
—No te pido que lo olvides, lo compensare, pero quiero pedirte algo antes y...—
—Masashi, no... No quiero, no puedo...-Dijo abrazando su propio cuerpo. Era una de las pocas veces que se abría ante alguien y se sentía más vacío que nunca— No me preguntes sobre ser pareja o algo así, sé que lo dirás pero...estoy confundido y...dolido... solo dame tiempo, esto es rápido y...—Masashi al verlo tan agobiado con todo lo que estaba diciendo, le tomó del mentón y le besó fugazmente, dejando a kamijo algo ido por sus acciones.
—No hables si no sabes que dirás —Sonrió en tono de broma—Está bien, no diré nada, pero ya sabes que te quiero y te apoyare con nuestro hijo, ahora descansa, me iré a casa— El azabache volvió a repetir lo que ya llevaba todo ese tiempo diciéndole, necesitaba que el vocal entendiera que era verdad el hecho de le apoyaría con lo que fuera que necesitara. Se levantó de la cama, despidiéndose del contrario saliendo de la habitación y de la casa.
Al verse ya solo, Kamijo pensó en lo que Masashi le había dicho y abrió amplio los ojos— ¿Nuestro hijo?— Se repitió y no pudo hacer más que sentirse avergonzado ante las caricias y besos del mayor. Gritó en voz baja, casi como un chillido de frustración ¿Cómo y por qué ese hombre le podía decir y hacer sentir ese tipo de cosas? Que...aún que no fueran de importancia, admitían que tenían gran efecto sobre él.
-----------------------------------------------Tiempo después--------------------------------------------------------------
Kamijo se removía en su estudio, su vientre, ya de cinco meses era más notorio y odiaba eso, se miraba al espejo de diferentes ángulos y chasqueaba su lengua de vez en cuando algo frustrado. Caminó hasta su cuarto y buscó una camiseta algo más grande que las demás en su guardarropa, había sido un regalo de Hizaki, se adaptaba a su cuerpo de tal modo que su estomago abultado pasara un poco más desapercibido al menos estando de píe, claro, al sentarse se notaba irremediablemente.
Estaba impaciente mientras miraba su laptop, aquel era el día en que tenía que dar el mensaje sobre el hiatus y aún no podía hacerlo, era el día de su cumpleaños se le hacía un poco difícil la tarea. Estaba consciente de que los chicos de su grupo pasarían a desearle un feliz cumpleaños, resolvió pedirles ayuda, después de todo, ellos estaban de acuerdo con la pausa de la banda, no tendrían problema en cooperarle.
Escuchó de pronto la puerta de entrada ser tocada y unas cuantas voces gritando y haciéndose callar entre ellas, rodó los ojos, aun así alegre, abrió la puerta.
—¡Kami-chan! —Un sonriente y como siempre efusivo Teru saltó sobre el rubio desde el final del grupo intentando no ser torpe, ya que estaba consciente del estado más delicado de su amigo.
—Teru se cuidadoso— Se escuchó el comentario de Hizaki que aunque no sonaba a reprimenda si era un llamado de atención a su compañero.
—Déjalo, está bien— Kamijo salió en defensa del guitarrista y los invitó a pasar, cruzó una fugaz mirada con Masashi pero no se atrevió a comentar nada. Su relación se había cortado un poco desde su último “encuentro”.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando nuevamente un efusivo Teru se le echó a los brazos casi gritando un “Feliz cumpleaños”, seguido de todos los demás, aunque considerablemente más civilizados que el peli-plata quien nuevamente puso a prueba su paciencia inclinándose a la altura de su vientre mirándolo con especial fijación y una amplia sonrisa, tanto Hizaki como Masashi pusieron de inmediato la misma expresión de “grave error”.
—Ya, no hagas eso —Dijo el rubio alejándose el guitarrista algo ofuscado, cambios de humor a la orden del día—
—Déjalo, está bien— Repitió Hizaki y antes que Kamijo le recriminara se apresuró a añadir— Trajimos cosas para ti, después de todo es tu cumpleaños, debemos celebrarlo ¿No te parece?.
—Yo... Sí…. Sobre eso —Mencionó titubeante el vocal— Necesito su ayuda chicos, Mayumi-san me ha encargado hacer anuncio de la pausa, llevo horas con el portátil ahí, sin poder escribir nada.
—Pues, ¡Manos a la obra! ¿No? —Dijo el primer guitarrista intentando animar al rubio, pues se imaginaba lo difícil que debía serle escribir tal artículo.
Se acomodaron todos en el living, Teru y Yuki en el suelo, Masashi y Hizaki ambos a cada lado de Kamijo en el sofá más grande, uno a uno fueron sugiriendo ideas y fueron armando de esta forma el mensaje final. Lo releyeron varias veces, haciendo cambios, modificando algunas cosas, pero manteniendo la esencia principal. Cuando estuvo terminado el silencio reinó en la habitación, todos se miraba, el vocal titubeó al momento de oprimir el botón que ponía “Publicar”
— ¿Todos juntos? —Sugirió Teru mirando la situación, antes de que el rubio diera respuesta ya tenía cuatro manos sobre la de él, dispuestos a terminar todo aquello como lo habían comenzado…juntos. Una sensación de opresión nació en el pecho del rubio
Oprimieron el botón y el artículo se publicó, ya no había vuelta atrás, solo quedaba esperar, sabían lo que se venía: noticieros, periódicos, especulaciones erróneas.
—Ya está hecho— Dijo Masashi mirando a todos los demás— Todo estará bien —Agregó Hizaki intentando animar la atmósfera algo decaída—
—Bien, ¡Basta de caras tristes! A Kami-chan no le hará bien, y al pequeño Kami-chan tampoco— Dijo el peli-plata levantándose de golpe— Trajimos mucho pastel —Hizo una seña con sus brazos— Y trajimos cosas que te serán muy útiles— Continuó hablando con esa efusividad que le caracterizaba, poco a poco la atmósfera se fue destensando dando paso a un ambiente muchísimo más grato—
Comieron hasta saciarse, rieron como si nunca hubiera pasado, cualquier problema fue olvidado en aquella instancia. Entre las cosas que le habían llevado a Kamijo habían ropa más ancha, ya que quisiera o no la iba a necesitar, había incluso ropita de bebé, blanca, regalo de Teru —Aún no sabemos que será, por eso— Fue su excusa y todos rieron, después de todo era un regalo muy acorde a su personalidad—
Pasaron algunos momentos más juntos, antes de decidir que ya era momento de retirarse.
— ¿Alguien se va a quedar con Kamijo a limpiar? —Preguntó Hizaki mirando al bajista con disimulada intención—
—Si quieren yo…— Comenzó Teru que, siendo acallado por las miradas de Yuki, Masashi y el otro guitarrista no continuó hablando— Yo creo que es mejor irnos ¿No?
—Yo me quedaré, no es justo que Kamijo tenga que ordenar solo siendo que invadimos su casa— Anunció Masashi, todos asintieron convencidos y se retiraron.
Habían pasado unos minutos donde las dos personas que quedaban en esa casa no se dirigían la palabra, en absoluto. Al vocal se le hacía sumamente incómodo, puesto que, después de todo andaba con una sensibilidad bastante particular. Él fue el primero en romper el silencio.
—Masashi— Musitó Kamijo dejando el último cojín en el sofá, fijando su mirada en un punto muerto lejos de la del azabache—
— ¿Ocurre algo? —Cuestionó el bajista mirando al rubio— ¿Te sientes bien?
—Sí, sí…descuida, yo quisiera…—Carraspeó un poco al sentir que su voz se quebraba un poco— Quisiera preguntarte algo— Susurró extrañando un poco al pelinegro—
— ¿Si?—
—Seré directo, Masashi ¿Qué somos? — Esperaba a que el contrario entendiera su idea de inmediato, no quería enfrentarse a tener que especificar a qué se refería exactamente, no se sentía capaz, después de todo él fue quien primero le dijo a Masashi que no confundiera las cosas—
—Hm…sobre eso —El bajista soltó un leve suspiro y se sentó en el sofá, invitando al vocalista a hacer lo mismo, este le imitó quedando de frente— Decir...que no hay nada entre nosotros, sería una vil mentira ¿Verdad? —A su pesar, el contrario asintió— Pero convengamos en que decir…que somos novios o cosas así, no pega con nosotros —Continuó ocasionando que Kamijo soltara una leve risa contagiando a Masashi— Seamos amantes —Concluyó dejando al otro algo descolocado ¿Qué clase de proposición era esa? ¿Amantes?
—Pero no que…Amantes…Yo no estoy engañando a nadie estando…contigo ¿Acaso tu si? — Preguntó el otro temiendo de la respuesta, sacando conclusiones apresuradas y erróneas como casi siempre—
—No y no es necesario que lo esté haciendo, los amantes…son personas que se aman— O se quieren —Se apresuró a añadir—Lo está diciendo la palabra ¿No crees?, creo que es lo que nos define mejor—
Y es que si lo pensaba desde otra perspectiva, tenía razón. No eran quinceañeros para andar con niñerías de noviecillos ni nada de eso, pero si sentían algo el uno por el otro, algo fuerte, algo seguro, pero por sobre todo sincero.
Lo que en el pasado había ocurrido, estaba más que enterrado allí, desde hacía tiempo Kamijo había comenzado a ver a Masashi de otra forma, pero ¿Con qué cara le pedía algún tipo de respuesta?
—Seamos amantes— Repitió el rubio entrelazando sus manos con las del azabache en un impulso, esbozó una sonrisa cálida, por primera vez en mucho tiempo, se sentía seguro de una cosa…Estaba feliz—
Se quedaron en el sofá, sin saber en qué momento terminaron abrazados cariñosamente, el azabache rompió el silencio.
— ¿Puedo? —Dijo llevando su mano hacia el vientre de Kamijo, deteniéndose antes de tocarlo, no estaba seguro de la reacción que este tendría—
—Yo, si puedes —Contestó el vocal sintiéndose un poco avergonzado, no estaba acostumbrado aún a eso—
— ¿Cuándo sabremos qué será? — Preguntó Masashi posicionando su mano sobre el estómago del contrario, acariciando un poco— Porque…Aún no lo sabes ¿Verdad?
—La verdad es que yo…—Comenzó Kamijo— Si lo sé…Fui hace algunos días con...el doctor, Hizaki fue conmigo —Añadió sintiendo que le costaba hablar, por primera vez se sentía culpable de no haberle dicho a Masashi sobre su cita al médico— Será niño —Esperó con algo de temor la respuesta del contrario—.
—Debiste haberme dicho —Dijo el bajista— La próxima vez iré contigo ¿Está bien? — Kamijo asintió—
Continuaron conversando el tema mientras la mano de Masashi descansaba sobre el estomago de Kamijo, sin que ninguno le tomara importancia a eso, la ilusión se matizaba en la voz de ambos, dejándose apreciar en algunas frases que decían.
A lo mejor, desde ese momento, las cosas serían diferentes.