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You seem to need hope por parku

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Notas del capitulo:

Aparte de este cap, quedarán tres más aproximadamente :3

Espero que les guste este capítulo ^^ En el próximo ya no va a ser todo tan... rosado (?) xD

Gracias a JHS_LCFR (Sí, me beteó de nuevo) ^^

 

 

Les dejo este pedacito de un cap anterior, para recordarles algo que nombra Kai en este capi :3

“Los cuatro días pasaron prácticamente volando. Estábamos en el aeropuerto, despidiendo a Kai. XiuMin y yo revoloteábamos alrededor de él, asegurándonos de que no se hubiera olvidado de nada, de que tuviera algo para comer y beber, y de que iba a avisar cuando llegase. Así como de que prometiera volver en las vacaciones. Lay y Chen nos habían acompañado, y se mantenían al margen riendo con nuestra maternal actitud.
- ¡Chicos!- exclamó Jongin -Estoy bien, no me falta nada. Y les prometo volver en las vacaciones- aseguró.
- No quiero que te vayas- susurré con un puchero, intentando no llorar. No me gustaban las despedidas.
- Sabés por qué lo hago- dijo, para después despeinarme con su mano -Voy a volver pronto, y tal vez con una sorpresa- me guiñó un ojo.
- ¿Qué es?- pregunté emocionado.
- Ah, sorpresa. No quiero decir nada hasta que no sea seguro- me dio un beso en la mejilla y después me abrazó por la cintura. Su abrazo, que solía verse bastante íntimo, ya no lo era.”

 

 

 

 

You seem to need hope
Capítulo 28

 

Esa tarde la pasamos al aire libre. Kai y Yixing nadaban, Chen y XiuMin dormían como lindas morsas al sol, y BaekHyun y yo estábamos sentados en la sombra. Él leía un manga y yo estaba en la computadora portátil buscando música.

Decidí entrar a buscar algo para tomar para todos. Saqué una coca-cola grande y seis vasos. Estaba poniendo todo en una bandeja, cuando sentí una presencia atrás mío. Me di vuelta, viendo a BaekHyun parado en el marco de la puerta.
- ¿Puedo... hablar con vos?- me preguntó tímidamente con un torpe pero entendible chino.
- Sí- respondí -¿Acá?- agregué, viéndolo asentir mientras se sentaba en una de las sillas que estaban al lado de la mesa. Me senté enfrente suyo y lo miré, descubriendo que tenía una argollita en la nariz -¿De qué querías hablar?- apoyó sus brazos sobre la superficie de la mesa, y noté que su antebrazo derecho estaba lleno de tatuajes. Le quedaba bien, e iba con su estilo. Aunque en ese momento solamente llevara un traje de baño negro y rojo. Ver su brazo me dieron ganas de hacerme otro tatuaje.
Volví a mirarlo a la cara y él me devolvió la mirada a través de sus anteojos.
- Yo...- se calló al ver a Kai entrar a la cocina totalmente mojado.
- ¡Jongin! ¡Salí de acá que estás mojando todo!- exclamé. Pero él miraba, con una sonrisa traviesa, a BaekHyun que se había parado con el miedo reflejado en el rostro.
- No...- susurró. Miré sin entender como Jongin asentía. BaekHyun se apresuró hasta la puerta, para salir corriendo.
- ¡Abrazo!- gritó Kai antes de ir en su búsqueda.
- ¡No! ¡Por favor!- rogó BaekHyun. Me asomé a la puerta para mirar, riendo al ver cómo lo alzaban entre Jongin y Lay, y lo llevaban hasta la pileta; para después tirarlo al agua. Cuando salió para respirar, miró mal a sus atacantes antes de zambullirse para buscar sus anteojos y, una vez que los tenía con él, nadar hasta el borde y salir de la piscina. Caminé hasta ellos, notando la mirada asesina que le dedicaba BaekHyun a Kai.
- ¿Qué me vas a hacer? ¡Enano!- preguntó Jongin riendo, para molestarlo, antes de salir corriendo con su mejor amigo, probablemente novio, persiguiéndolo de cerca. Me paré al lado de Yixing, riendo al ver al pequeño BaekHyun saltar sobre Kai, haciéndolo caer. Forcejearon un poco entre risas, estando el chico más bajito arriba; y sin saber cómo, de un momento a otro estaban besándose con ternura, hablando entre susurros y sonriéndose con complicidad.
- ¿Y si los imitamos?- me preguntó Yixing al oído. Lo miré y le sonreí: No iba a negarme a eso.

***



Un rato más tarde, fuimos con Kai y BaekHyun a la puerta de entrada para que el segundo pudiera usar un rato su patineta. Jongin y yo estábamos sentados en el cordón de la vereda, y BaekHyun en la calle, deslizándose de un lado a otro sobre el skate. Los tres chicos que faltaban se habían quedado en el jardín de mi casa.

- Me alegra mucho que hayan venido- le comenté a Kai.
- A mí también me alegra haber venido- me sonrió -Y sé que él también la está pasando bien. Es sólo que es poco demostrativo- aseguró.
- Me cae bien- confesé -Y me hace feliz ver que sos tan feliz a su lado- vi cómo observaba, fascinado, a BaekHyun que no dejaba de hacer piruetas con su patineta.
- Lo soy- afirmó -Lo somos- sonrió, enamorado, contagiándome la sonrisa -Y veo que vos y Lay también están muy bien.
- Sip- respondí, parándome de golpe al ver a BaekHyun caer al suelo bruscamente. Jongin, preocupado, me imitó y después corrió hasta él. Lo ayudó a levantarse y besó su frente antes de decirle algo que no llegué a escuchar. Decidí entrar para darles algo de intimidad. O tanta como pudieran tener estando en medio de la calle.


***


- ¡No seas bruto!- pidió MinSeok. Era de noche, estábamos en mi habitación; él sentado en la cama y yo pasándole una crema hidratante con aloe vera por toda la espalda.
- Estoy siendo lo más delicado posible- dije -Y no es mi culpa que te quemaras así. Yo les dije a vos y a Chen que no les iba a hacer bien estar tanto tiempo al sol sin protector- lo regañé. Él y Chen se habían dormido al sol, y se habían quemado hasta quedar rojos y casi sin poder moverse del ardor. XiuMin la espalda y Chen el pecho y el abdomen.
- No me retes. Estoy aguantándome el saber que no soy yo el que está pasándole cremita por la pancita a mi novio- comentó con un puchero. Hice un poco más de fuerza con mis manos en su sensible piel -¡Duele!
- Te recuerdo, querido MinSeok, que el que está "Pasándole cremita por la pancita"- hice comillas, un poco molesto -a tu novio, es mi novio. Estamos en la misma situación- seguí esparciendo crema, intentando no hacerle doler.
- Hablando del tema- empezó, olvidando su anterior postura de "Pobrecito yo” -¿Cómo estuvo lo de hoy a la mañana?- dejé de mover mis manos, viendo cómo se daba vuelta y me guiñaba un ojo.
- No sé de qué me hablás- le informé, mintiendo. Sabía exactamente a qué se refería.
- Sabés lo que te estoy diciendo, LuHannie. Se escuchaba que la estaban pasando bien- sonrió, divertido al verme sonrojarme. Llevé mis manos llenas de crema a su rostro, y me las limpié en sus mejillas -¡Ey!- me reí.
- Si me decís esas cosas, no creas que te voy a hacer cosas bonitas- dije, desviando la mirada.
- Soy tu mejor amigo, contame- me tomó de un brazo, e hizo fuerza para obligarme a sentarme en la cama. Soltó un leve quejido por el ardor de su piel.
- ¿Qué querés que te cuente?- pregunté, mirándolo inseguro.
- ¿Cuando?
- En el campamento.
- ¿De noche?
- Sí.
- ¿Cuánto duraron?
- ¡Yo qué sé!
- ¿Cuánto mide?
- ¡MinSeok!- estalló en carcajadas, divertido por hacerme sentir avergonzado.
- Si querés yo te cuento todo- ofreció.
- No, gracias- suspiré.
- ¿Y hoy? ¿Quién inició el Morning sex?- susurró, mirándome atentamente.
- Yo- murmuré más para mí que para él, sintiendo mi rostro enrojecer.
- ¡Lo sabía!- gritó, emocionado -Sabía que ibas a ser de los míos- me palmeó el hombro y lloriqueó por el dolor en su espalda.
- Callate, tonto. Yo no soy un adicto al sexo que lo hace nueve veces- comenté, teniendo en cuenta las sábanas colgadas en mi jardín -en dos días.
- ¿Nueve veces?- preguntó sin ofenderse por mi comentario -Ah, lo decís por las sábanas... Pero te faltó contar las veces en la ducha, en la cocina, en la pileta, en el sillón- fue enumerando con sus dedos los lugares donde había tenido sexo con su novio, y yo me iba horrorizando más a cada momento -en la escalera, debajo de la mesa, en el lavadero... Como los dos cumplimos ambos roles, lo hicimos varias veces. Para que los dos tuviéramos la oportunidad de “estar arriba” Pero dejamos todo limpio, ¿Viste?- me sonrió con inocencia -¡Ah! Me olvidaba... Sobre la hornalla también, y estaba encendida. ¡Era una broma!- exclamó al ver mi cara de horror.
- Son... terribles- dije; no se me ocurría nada más. Estaba horrorizado y a la vez sorprendido -Solo... Espero no encontrarme nada raro... Y menos que mi mamá se encuentre algo raro- me paré, para retomar mi tarea de cubrir toda la espalda de mi mejor amigo con crema -A ver si cree que fui yo.
- ¿Entonces sólo lo hicieron dos veces?- preguntó un ratito después. Podía ser muy insistente con el tema a veces.
- Hacerlo hacerlo sí, dos veces- sonreí, divertido al recordar la expresión de Lay cuando se había despertado conmigo arriba suyo.
- Las dos primeras veces de muchas- informó, después de quejarse del dolor -Y cambiando de tema... ¿Qué te parece BaekHyun?
- Listo- me limpié las manos en una toalla que había sobre mi cama, que había usado para secarme al salir de la pileta, y me acomodé mejor a su lado -Me cae muy bien. Es algo tímido y callado, pero me parece agradable. Y va muy bien con Kai. ¿A vos?
- Igual. Me parece tierno y auténtico- asentí, estando de acuerdo -¿Notaste que...?
- ¿Qué?- pregunté, curioso.
- Vos y BaekHyun... tienen algunos aspectos en común- opinó -Yo creo que por eso Jongin se confundió con vos.
- ¿Sí?- fruncí los labios, mirando para abajo -¿Como cuales?
- Los anteojos, aunque me dijo Kai que no son para ver; ambos cantan muy bien; a los dos les gusta Naruto, él es fanático y vos no, pero a los dos les gusta. Los dos tienen rasgos faciales aniñados y dulces- fruncí el ceño -No me pongas esa cara, sabés que es verdad- se rió y le golpeé el brazo suavemente, aceptándolo en silencio -Son tímidos... Vos menos, pero algo lo sos. Según lo que me cuenta Jongin, BaekHyun haría lo que fuera por él, su mejor amigo y ahora novio, y sé que vos también- me miró significativamente. Me mordí el labio inferior, sonriendo, y asentí -Bueno, y noté más cosas que ahora no me acuerdo- se rascó la cabeza, mirando para arriba.
- Puede ser, no lo había pensado- me mantuve unos segundos en silencio, intentando recordar algo -Para mí, que en el campamento de principio de año estaba hablando de él, de BaekHyun- me miró, confundido.
- ¿Qué?
- ¿Vos no dijiste que no dejaba de hablar de...? ¿Cómo era? Algo de unas manos...- no lograba recordar cómo era exactamente lo que había dicho Kai.
- ¡Ah! ¡Sí! Cómo olvidarme, fue muy gracioso... Decía algo de... una sonrisa dulce, un par de manos muy lindas y una voz poderosa- recitó, sin despegar sus ojos del techo. Volvió a mirarme -En el momento, honestamente, creía que hablaba de vos...
- Sí, pero ahora es seguro que hablaba de BaekHyun- asintió con la cabeza, haciéndome recordar el porqué estábamos ahí. Apoyé mi mano sintiendo, a través del pelo, que su cuero cabelludo estaba muy caliente -Min, voy a ver si los chicos necesitan algo. Acostate boca abajo y descansa un poco. De paso te traigo algo para regularizar la temperatura de tu cabeza. Está hirviendo.
- ¡Okidoki!- exclamó, antes de hacer lo que le había dicho.


***

 


Cuando salí de la habitación y empecé a caminar por el pasillo, divisé a Kai al final de éste. Él no me notó y, al doblar para ir hacia el lado de las escaleras, vi una enorme sonrisa en su rostro. Una puerta se abrió a mi derecha, sobresaltándome. BaekHyun salió del baño, llevando puesta una gorra con visera hacia atrás, una musculosa holgada y un pantalón ajustado. Estaba completamente rojo y las sienes perladas de sudor. Me miró con los ojos muy abiertos, ruborizándose más, y camino rápidamente para desaparecer por el pasillo y, según el ruido de sus pasos, correr escaleras abajo.
Entendiendo finalmente la sonrisa de Jongin y la vergüenza de BaekHyun. Pobre mi baño, pensé.


***

 

El reloj marcaba la una de la madrugada y yo todavía no había podido pegar un ojo. Yixing dormía plácidamente al lado mío, con su brazo estirado sobre mi abdomen. Seguíamos usando la habitación de mi mamá. Aburrido, sin querer prender la televisión para no despertarlo; me deslicé con delicadeza fuera de su abrazo y, después de ponerme el pantalón de pijama gris sobre mi bóxer rojo, salí de la habitación.

***



Entré a la cocina y prendí la luz distraídamente, sintiendo cómo mi corazón casi dejaba de latir del susto que me llevé al ver a BaekHyun sentado en una silla con los codos apoyados en la mesa. Mirándome con los ojos muy abiertos y, al parecer, también asustado.
- ¿Qué...? ¿Qué hacés a oscuras?- le pregunté, intentando tranquilizarme.
- No... No encontré la llave de luz- me explicó, mirando en dirección a mi mano, que seguía sobre el botón -Veo que no estaba tan difícil de ubicar- rió suavemente- Qué tonto.
- No, estás en una casa que no conocés, es normal- le sonreí -¿No podés dormir?- cuestioné.
- No... Y Jongin está durmiendo como si no lo hubiera hecho en días. Me dio cosa despertarlo- asentí, entendiendo.
- Sí, me pasó lo mismo con Lay- ambos reímos. Era un chico muy agradable -¿Querés tomar chocolate caliente?- le ofrecí. Me miró sin entender, frunciendo el ceño.
- Con este calor, ¿Chocolate caliente?- inclinó su cabeza a un costado.
- Sí, siempre me ayuda a dormir... Yo tomo ese... elixir de la vida todo el año- rió, al parecer por mi exagerada elección de palabras.
- Está bien, me gustaría tomar chocolate caliente- le sonreí, dirigiéndome a la heladera para buscar la leche.

Cuando estábamos cada uno con una taza en la mano, decidí retomar la conversación que no habíamos podido tener esa tarde.
- ¿De qué querías hablar hoy?- pregunté, viendo cómo tomaba de su bebida.
- Mh- alejó la taza de sus labios y los lamió. Sonreí divertido al ver que tenía un bigote de chocolate. Le pasé una servilleta y, cuando me miró sin entender, le hice un gesto para que se limpiara. Lo hizo antes de dar otro sorbo -Esto está muy rico- opinó.
- Gracias- probé de mi bebida, confirmando sus palabras, mientras esperaba pacientemente su respuesta.
- Sí, quería hablar con vos para agradecerte- fruncí el ceño, confundido.
- ¿Agradecerme? ¿Qué cosa?- bajó la mirada, avergonzado.
- Jongin... me contó que si no te hubiera conocido, no se hubiera dado cuenta de lo que siente por mí. No digas nada- pidió cuando vio mi intención de hablar -No es necesario. Quería agradecerte nada más- me dio ternura que haya sentido la necesidad de agradecerme algo que ni siquiera había hecho intencionalmente -Y disculparme también...
- ¿Disculparte?- pregunté bajito.
- Yo te odiaba- declaró con sinceridad. Tal vez demasiada. Fruncí el ceño, ya que no creía haberle hecho nada para que me odiara. Aunque no ignoraba el hecho de que había hablado en pasado.
- Por Jongin. Él... hablaba de vos. Todo el tiempo- me explicó con un gesto cansado -Tanto, que llegó un momento en el que le dejé de responder. Pensaba lo peor de vos. Y después me enteré que, aunque fue inconscientemente, me ayudaste mucho- me sonrió cálidamente.
- Vos... ¿Siempre estuviste enamorado de él?- cuestioné, inseguro.
- Sí... Nos conocemos desde que somos bebés y me gusta Jongin desde que tengo memoria- se tomó de un trago lo que le quedaba de líquido. Me sentí mal por él. Nunca me había pasado algo así, estar enamorado tantos años y no sentirme correspondido, pero estaba seguro de que no se sentía bien -Quiero aclarar que no tengo rencores hacia vos, y que me caes muy muy bien. Espero que podamos conocernos mejor y ser amigos- le sonreí.
- Eso me gustaría mucho- sonriendo, se paró de nuevo y fue hasta la pileta de la cocina para enjuagar su taza y limpiarla.
- Ya me voy a la cama- dijo -Si no puedo dormir, tal vez moleste un poco a Jongin- me reí, parándome yo también.
- Buena idea, tal vez haga lo mismo con Yixing.

Entré en la habitación, y me metí bajo las sábanas, acurrucándome contra Lay y acomodando sus brazos para que me abrazara. Rodeé su cintura con mis brazos y pasé una de mis piernas sobre las suyas. Él, sin despertarse, se acomodó y apretó su agarre sobre mi persona. Después de darle un pequeño beso en sus labios, me dediqué a intentar dormir.

***



Al otro día salimos los seis juntos a pasear. Llevamos a BaekHyun en un largo recorrido por la ciudad, haciéndole conocer los lugares donde solían ir los turistas y dándole de probar comida típica.
Le mostramos nuestro colegio y los lugares que siempre frecuentábamos en época de clases, e incluso la casa donde Jongin había vivido.

Mientras estábamos sentados en la tienda de té de burbujas, disfrutando de la deliciosa bebida y algunas cosas dulces para comer, Kai finalmente me dijo la “sorpresa” Que había mencionado en el aeropuerto antes de irse.
Él y BaekHyun se iban a mudar a China unos meses después de que comenzaran las clases. Kai para estudiar traductorado e intérprete, y su novio arte. Ya tenían casi todo arreglado: sus padres estaban al tanto, las dos universidades elegidas y estaban decidiéndose entre dos bonitos departamentos. En cuanto al dinero, habían juntado todos sus ahorros y, además, ambas familias iban a pasarles plata todos los meses.

Por la felicidad, con MinSeok estuvimos colgados de Jongin durante aproximadamente una hora.


***



Esa noche, después de cenar, decidí darme un relajante baño.
Salí de la ducha, empapado, y rodeé mi cintura con una toalla; tomando otra y empezando a secar mi torso. Me puse mis anteojos y me miré en un espejo grande que ocupaba un gran espacio de la pared. Vi en el reflejo cómo la puerta se abría. Me giré, alarmado, pero me relajé al ver que era Yixing. Traía puesto solamente un pantalón corto.
- ¿Qué hacés, Xing?- le pregunté, sonriendo.
- Te extrañaba- respondió, llegando hasta mí y abrazándome de la cintura.
- Pero si estamos viviendo juntos hace como cinco días- murmuré, sonriendo al sentir que depositaba pequeños besos en mi hombro.
- Sí, pero ayer y hoy casi no tuvimos tiempo para estar solos- dijo, dando un pequeño mordisco en la zona.
- Es verdad- hice un pequeño puchero.
- Siempre me pregunté qué dice tu tatuaje, que por cierto es tremendamente sexy- comentó contra la piel de mi cuello.
- Dice...- sentí cómo me hacía caminar hacia atrás, hasta que mi espalda dio contra el frío espejo. Me estremecí por la diferencia de temperatura. No pude terminar de hablar, porque me besó con brusquedad y deseo mientras pegaba su cadera a la mía. Le respondí el beso con la misma intensidad, mientras tiraba de su pelo con un poco más de fuerza de la necesaria.
Sus manos, que estaban en mi cintura, descendieron hasta el borde de la toalla; para deshacer el nudo y dejarla caer al suelo. Sin romper el beso, y casi sin despegarse de mí, tomó mi intimidad con una de sus manos. Y no hizo nada. Simplemente se mantuvo así, besándome mientras su mano quieta sostenía mi miembro. Moví instintivamente mi pelvis para incitarlo a hacer algo; pero me separé para interrogarlo con la mirada cuando no encontraba respuesta de su parte. Una sonrisa traviesa adornaba sus labios.
- Yixing....
- ¡Lu!- se escuchó a Chen del otro lado de la puerta. La sonrisa de Lay se agrandó, y señaló la puerta con un movimiento de la cabeza. Tragué saliva antes de responder.
- ¿Qué?
- ¿Viste a Lay? ¡No lo encuentro!- exclamó.
- Yo...- un inevitable y pequeño gemido salió de mis labios cuando hizo una leve presión. Sumando que estaba ansioso por eso, y distraído por responderle a Chen, las sensaciones fueron mayores -Creo... que salió a comprar pan- dije lo primero que se me vino a la mente, ya no pudiendo pensar cuando Lay comenzó con pequeños, suaves y lentos movimientos de muñeca. Dos risas se escucharon al otro lado de la puerta. Idiotas, pensé antes de atacar.
Esta vez lo besé yo, mordiendo sus labios cada tanto mientras intentaba hacerme lugar para imitar su acción, pero fallando. Terminé sosteniéndome de su nuca, arañando un poco accidentalmente cuando empezó a estar más creativo que nunca a la hora de tocarme.

- ¿Sabés qué?- me dijo al oído luego de un beso. Dejó de mover su mano y se separó levemente. Me hizo girar hasta que estuve de frente al espejo y, desde atrás, me tomó de las manos y las apoyó en el vidrio; dejando las suyas sobre las mías. No quería verme en ese estado, por lo que me concentré en mirarlo a él a través del reflejo. Tenía su mentón apoyado en mi hombro -Chen me contó que este espejo es muy... interesante para hacer ciertas cosas- me guiñó un ojo, mientras una de sus manos descendía hasta mi abdomen y empezaba a deslizar muy suavemente la yema de sus dedos por debajo de mi ombligo. Me mordí el labio inferior e impulse levemente mi cadera hacia atrás, para frotar mi trasero contra su erección. Mordió en la zona más sensible de mi cuello con deseo, robándome un jadeo.
- Yixing...- susurré, girando levemente mi cabeza para mirarlo de reojo -No seas tan delicado esta vez- le pedí -No voy a romperme- agregué, volviendo a mover mi cadera. Podría jurar haber visto cómo sus ojos se oscurecían.


Un rato después, consideré muy seriamente la idea de volver a pedírselo la próxima vez. Y siempre.

 

Notas finales:

El capítulo 29 ya está a medio escribir /(º^º)/

Gracias por sus comentarios ^^ Me dan muchos ánimos para seguir rápido y llegar hasta el final con el fic n-n

 

 

 

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