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Ahora tu vida se hace parte de mí... Sonríe. por Sabaku No Ferchis

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Notas del capitulo:

Muy bien este me quedó un poco mas corto que los anteriores... Pero pues que se le va a hacer jajaj xD Ok matenme si quieren tienen toodo el derecho *O* (Ohh no, por Jashin, no lo hagan)

Pero ahora despues de tanto si hubo SasoDei....!!! WoooW Ponganse felices xDDD

Muchas Gracias por sus reviews....!!! Me hacen feliz como una lombriz xDDD Loos amo Mil.... =D Ya saben.....a  kikyo_sabaku.. ero-miri, kiki... a todos...!! Nyaa..

Ummm Naruto no me pertenece (eso es una injusticia...) Amm que mas? Pues eso es todo

 

Disfruten  ;D

 

 

 

Capítulo 9       

 

 Déjame probar el sabor de sus labios… Desde los tuyos.

 


Una mano traviesa se posó sobre el trasero de Deidara, acariciando la redonda piel por sobre su pantalón y haciendo movimientos suaves y circulares.


— ¡Danna!— gimió el rubio estremeciéndose ante el contacto con el pelirrojo —. Ya basta...— añadió en una risita apartando la mano de su novio. Sus mejillas del color de un tomatito y ese rostro totalmente adorable que se escondía bajo sus mechones dorados despertaban en Sasori unas tremendas ganas de violarlo en plena calle (aunque eso no sería necesario, pues Deidara no se opondría). El ojimiel mordió su labio inferior eróticamente y tomó las caderas del rubio atrayéndolo hacia él.


— ¡Sasori! No es un buen momento— dijo tratándose zafar del agarre del pelirrojo. No pudo, pues este lo tenía bien sujeto a su cuerpo, con su mano izquierda apretando las nalgas del rubio y con la derecha sobre su mejilla ardiente.


—Siempre es buen momento para besarte— susurró con una sensualidad embriagante. Acto seguido, chocó sus labios contra los de Deidara exigiendo introducir su lengua en la húmeda cavidad del rubio. Y fue gustosamente recibida, pues el ojiazul se dejó vencer por el deseo y profundizó el beso aferrándose al cuerpo de su pelirrojo.


Gemidos tragados. Saliva fusionada. Mejillas sonrojadas. Labios hambrientos. Manos caprichosas e indiscretas ¿Qué significaba todo esto? Un beso perfecto. De esos besos que hacían a Deidara perder completamente la cabeza; y más aún cuando Sasori era quien le brindaba ese excitante placer, era algo a lo que simplemente no se podía resistir. Pedirle a Deidara negarle un beso a Sasori era como pedirle al Sol que dejara de brillar. Totalmente imposible.


¡Y claro que lo gozaba! Cada roce, cada mordida, cada manoseo; libraba sensaciones y emociones que solo ese pelirrojo le podía ofrecer; pero Deidara sabía que en verdad no era buen momento para eso. Así que cortó el beso y abrió los ojos para encontrarse con la mirada desconcertada de su novio.


—Enserio... No es buen momento— murmuró el rubio profundizando su mirada en la de color miel —. Temari-chan nos mira mal...


Sasori giró el rostro para encontrarse con la rubia de mirada amenazante a un metro delante de ellos. Analizó los ojos esmeraldas de su prima y pronto comprendió. Entonces sintió un extraño dolor en el pecho, como si algo externo lo sofocara. Rápidamente dirigió su vista hacia los demás -que seguían caminando delante de ellos- y buscó a su pelirrojo primo.


Gaara aún estaba distante, siguiendo el camino, y para suerte de Sasori él no había presenciado el beso. Entonces su preocupación bajó. Se sentía como un verdadero idiota por casi restregarle en la cara a Gaara que él tenía a su rubio junto a él, y que podía besarlo, acariciarlo y tocarlo cuantas veces quisiera... Gracias a Dios, nadie, a excepción de Temari los había visto.


Sasori soltó a Deidara, se encogió de hombros y continuó caminando.


—Está bien... Pero cuando todo esto se arregle te prometo que no te podrás sentar en un mes...


Mil y un colores se le subieron al rostro, haciéndolo arder con locura. El rubio hizo un puchero y corrió hasta estar a la par con su pelirrojo.

 


Aspiró profundamente y llenó sus pulmones de humo mortal mientras se adentraba al pasillo que conducía al cuarto más escondido de todo el edificio -a excepción de donde estaba Naruto- Se detuvo frente a la puerta y separó sus labios dejando caer el cigarrillo al suelo. Lo pisó y colocó su mano sobre la fría perilla de metal. Lanzó un suspiro resignado y abrió la puerta.


— ¡Idiota! ¿Qué no te enseñaron a tocar?— reclamó un molesto peliplateado de lentes —. Deberías mostrar más resp~


—Kabuto...


Sólo bastó su nombre siendo pronunciado por esos resecos labios de manera dominante para que el peliplata recuperara la compostura y tragara los insultos que querían salir a flote.


—Discúlpeme, Lord Orochimaru, pero este chico...


—¡Cierra la boca!— gruñó la serpiente autoritariamente. Kabuto no pudo hacer nada más que obedecer. Parecía como un perro, siempre leal y obediente a su dueño. Y no era por simple respeto o admiración; era más bien el hecho de que, a pesar de todo el tiempo que llevaba sirviendo a Orochimaru, aún lograba infundirle un miedo paralizante.


Orochimaru fijó sus penetrantes ojos amarillentos en el chico que recién entraba a la habitación.


—Sasuke-kun— pronunció el nombre del azabache de una forma extrañamente suave, lo que le provocó al susodicho cierto asco —. ¿Cómo ha estado nuestro querido Naruto? ¿Te has estado divirtiendo con él?


— ¿Te importa tanto? Creí que solo lo querías para que Gaara viniera por él— inquirió el Uchiha con indiferencia.


El mayor frunció el ceño, clavando sus ojos reptiles en Sasuke, pero él parecía no ser afectado por esos horribles ojos, pues le regresaba una mirada llena de frialdad y soberbia.


—Sabes bien que Gaara no va a venir— añadió el azabache —. Será mejor que dejes ir a Naruto antes de que empiece a estorbar.


—Umm ¿Enserio?— se recargó sobre su asiento y repasó su larga y grotesca lengua sobre sus lechosos labios —. ¿Y por qué estás tan seguro de que Gaara no vendrá... Sasuke-kun?— preguntó con cierta curiosidad combinada con un tono divertido y provocativo.


—Porque conozco a Gaara— el Uchiha frunció el ceño un poco —. Por eso sé que no vendrá.


¡Y estaba seguro de eso! Naruto no tenía posibilidad alguna de ser rescatado por su amado Gaara ¿Por qué nadie lo entendía? ¿Por qué todos se aferraban a que el pelirrojo llegaría a salvar el día? Era obvio que no sería así, y Sasuke lo sabía más que nadie... Ese pelirrojo no arriesgaría su propia vida con tal de salvar a alguien como Naruto.


—No, tú crees que será como aquella vez— inquirió la serpiente burlonamente.


Silencio.


Sus manos comenzaron a sudar y apretó los puños con fuerza sobrehumana. Cuantas ganas tenía de romperle la cara a esa serpiente blanquecina; pero a duras penas lograba contenerse, porque sabía que si no lo hacía y soltaba su furia contenida, él mismo recibiría su propio castigo.


—Ahh, lo siento, Sasuke-kun— Orochimaru se disculpó formando una sonrisa torcida —. No debí recordarte sobre ~


— ¡Cállate!— interrumpió el azabache en un gruñido salvaje. Sus ojos adquirieron un peculiar tono rojizo —. Si no cierras tu maldita y asquerosa boca y te tragas tus estúpidos comentarios te juro que~



—Sasuke...



Su nombre soltado en un suspiro colándose por sus oídos desde esa voz tan familiar le cortó lo que tenía planeado por decir. No sintió la presencia de ese chico antes y eso realmente le molestaba. Apartó la mirada asesina de Orochimaru y paseó sus ojos por toda la habitación buscando al poseedor de esa profunda voz.


Y lo vio, ahí recargado contra la pared, con los brazos cruzados y mechones oscuros cayendo sobre su rostro inexpresivo. Ojos que permanecían cerrados se abrieron con lentitud mostrando unas pupilas del color del fuego intenso.


Ambas miradas con destellos rojizos se encontraron.


—Itachi...— pronunció Sasuke con frialdad al encontrarse frente a su hermano mayor.


El pelinegro caminó hasta estar alado de Sasuke, quien por su parte intensificaba cada vez más su mirada ante su hermano, y este a su vez mantenía la suya distante, con el iris centrado prácticamente en la nada.


—Será mejor que cierres la boca y vayas a donde está Naruto.


Una gran tensión se libraba desde esos dos cuerpos pelinegros. Uno de ellos permanecía con una seriedad y frialdad casi tangible, mientras el otro sentía su sangre arder entre todas las venas de su cuerpo.


Sasuke gruñó y salió del cuarto dando un sonoro portazo con fuerza demoniaca.


Aumentaba su rencor por ese lugar y por todas las personas que se encontraban ahí. Tenía que hacer un gran esfuerzo para tragarse las palabras que bien le gustaría decir. Y en especial con su hermano. Aunque ciertamente nunca hubo conflicto entre ellos, algo lo hizo cambiar, no era el mismo que Sasuke creía conocer.


Ya afuera, el azabache se recargó sobre la puerta, cerró los ojos y suspiró. ¡Diablos! Iba a hacerle caso a su hermano mayor. Iba a ir a ver a Naruto de nuevo.


Trató de tragarse el coraje que se acumulaba formándole un nudo en la garganta. Trató de olvidarse de todo lo relacionado con Orochimaru, con Itachi, con Gaara, con sus recuerdos. Y después de todo iba con aquel que era el centro de todo el problema, con el rubio amante de Sabaku No Gaara.


Sacó un encendedor y otro cigarrillo de su bolsillo, aspiró y se encaminó hacia la habitación del rubio. Ciertas ansias de llegar obligaron a sus piernas a acelerar el paso. Sin previo aviso, y sin ninguna razón aparente, una leve sonrisa se dibujó sobre sus delgados labios.


Quedó parado frente al pedazo de metal que separaba a Naruto de él. Ahogó un suspiro y abrió lentamente la puerta.


Y ahí estaba Naruto, perdido en un sueño profundo sobre el frío suelo del cuarto. Sasuke sonrió para sus adentros. Tenía que aceptarlo, ese chico se veía realmente adorable.


Entró y cerró la puerta tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a Naruto. Se resbaló por la pared y cayó sentado sobre el suelo, observando al rubio durmiente frente a él.


Diez minutos.


Media hora.


Una hora.


Naruto aún no despertaba y Sasuke había tenido su mirada perdida en él desde que llegó. Sus ojos oscuros lo analizaron incontables veces. Sus cabellos amarillos, las delicadas marcas sobre sus mejillas que le hacían adoptar la apariencia de un Kitsune, su piel color canela siendo iluminada tenuemente por un viejo foco, y sus preciosos ojos zafiros que se escondían bajo sus delgados párpados.


A veces una sonrisa pequeña se apoderaba de sus labios. Está soñando. Pensó Sasuke al notarlo. Dormía tan pacíficamente... Seguramente estaba soñando con algo hermoso, pero eso Sasuke no lo podía saber. Así que sólo se limitó a contemplarlo dormir en silencio.


Silencio.


Húmedo. Su cuerpo estaba húmedo y pegajoso. Y no quería despertar... ¿Por qué habría de querer? Si tenía todo lo que quería en ese pequeño producto de su mente. Sabía perfectamente que era un sueño, estaba consciente de ello, y de que eventualmente terminaría por despertar. Pero eso no le evitaba gozar al máximo esa ilusión.


Todo era perfecto.


Y allí estaba Gaara, saboreando su interior. Ahogaba gemidos largos y electrizantes con el nombre del rubio como título. "Aghh, Naruto" repetía el pelirrojo gimiendo cortadamente. Un vaivén frenético y glorioso ensanchaba cada vez más las paredes del ojiazul. ¿Qué había muerto y ahora se encontraba en el cielo? Ja, nada le gustaría más que eso, pero lamentablemente sabía que todo era un sueño; que aún se encontraba atrapado en las manos de Orochimaru. Pero... ¿Qué más daba? Si algo tenía que pasar entonces pasaría. Así que se olvidó de todo y hundió su mente en el placer, dejándose llevar por la electrizante sensación que sentía al tener a Gaara en su interior.


La mano pálida que sostenía sus caderas pronto descendió hasta atrapar su miembro erecto. Naruto sólo podía gemir quedamente, como si quisiera disfrutar al máximo cada caricia, cada subida y bajada que lo hacía experimentar una euforia total.


Y eso no era la única cosa que lo hacía sentir prácticamente en el paraíso, pues el miembro travieso de Gaara entraba y salía con cierta paciencia y suavidad, tratando también de disfrutar cada embestida.



Naruto no tenía claro en donde se encontraban, pero su pudo darse cuenta que ese lugar se llenaba de los gemidos de ambos amantes, haciendo eco contra las paredes blancas.


Y entonces las embestidas se volvieron más rápidas y precisas, al igual que la velocidad en la mano de Gaara. Una quisquillosa lágrima abandonó los zafiros de Naruto y se deslizó sobre su mejilla colorada. Se volteó para ver el rostro de su pelirrojo y se encontró con esa imagen tan perfecta que era el rostro de Gaara al hacer el amor. Ojos cristalinos y entrecerrados. Pálidas mejillas coloreadas con un suave color rosa pastel. Labios rosados y entreabiertos liberando profundos gemidos. Sobre todo la sensación de saber que Gaara estaba dentro de él... De él y nadie más que de él.



El miembro del pelirrojo logró llegar a saborear la próstata de Naruto. Ambos soltaron un grito sonoro y electrizante al momento en que Gaara dejó fluir su cálida semilla en el interior de su rubio. El chorro tibio recorrió salvajemente las entrañas del Uzumaki. Esa sensación, más de la mano trabajadora de Gaara sobre su miembro logró que Naruto llegara a experimentar el mejor de los orgasmos y derramó su propia semilla sobre la mano de su pelirrojo, manchando también su abdomen y las sábanas blancas que estaban bajo su cuerpo.


Ambos cayeron agotados. Y Gaara acomodó a Naruto sobre su pecho, enrollando sus brazos alrededor de él.


—Te amo— susurró sensual y tiernamente sobre el oído ardiente del rubio.


Naruto sonrió y se acomodó al agarre de Gaara. Una gran felicidad lo invadía. Aunque sabía que era un sueño y que probablemente la respuesta no sería la que el verdadero Gaara le daría, se atrevió a preguntar —. ¿Me amas más que a Lee?


El pelirrojo comenzó a acariciar sus mechones amarillos.


—Te amo más que la vida misma.


Naruto sonrió. Estaba cansado y trató de mantener sus zafiros abiertos. Pero entonces todo se veía borroso, y sus pupilas luchaban por esconderse entre sus párpados.


Y la calidez del cuerpo de Gaara desapareció.


—No...— murmuró el rubio al momento en el que sus pozos azules fueron totalmente cubiertos por sus párpados.


*//O//*



—Yo también te amo... Gaa-chan...


— ¿Gaa-chan?


Abrió los ojos. Volvió a ver las paredes mohosas, el foco parpadeante y la silla de metal. Apuntó su mirada hasta la esquina derecha y vio a Sasuke, sentado sobre el piso, observándole. Una ligera sonrisa se formó en los delgados labios del azabache.

 


— ¡Te dije que basta!— murmuró Deidara con las mejillas al rojo vivo al sentir la húmeda lengua de su pelirrojo lamiéndole sensualmente el lóbulo de la oreja.


—Oh, vamos, es que eres tan irresistible— replicó Sasori dibujado una sonrisa traviesa en sus labios —. Además Gaara no está mirando...


—Amghh— gimió el rubio quedamente cuando la mano del pelirrojo comenzó a acariciar su entrepierna —. Danna, no... No podemos aquí. Debemos esperar a...


—Sabes que no me gusta esperar.


—Pe- Pero ¡Danna!


Sasori retiró su mano de la entrepierna del ojiazul y lo abrazó con fuerza por la espalda, acomodando sus manos sobre el pecho de Deidara y subiendo hasta encontrarse con sus pezones para jugar con ellos. El rostro del rubio tomó el color de una manzana madura.


— ¿Sabes? Me gustas mucho, Deidara— susurró el pelirrojo apretando más a su novio contra su cuerpo.


—Ahh, ¿Sí?— dijo Deidara soltando una risita pequeña —. Que mal, porque tú a mí no me gustas.


— ¿Qué?— el pelirrojo abrió los ojos como platos.


—Lo que oíste— exclamó el rubio soltándose del agarre de Sasori —. No me gustas... Es más, ni siquiera te quiero.


El ojimiel borró todo rastro de expresión en su rostro.


—Dime... ¿Cómo podría quererte?— añadió Deidara cruzando los brazos mientras mantenía el ceño fruncido.


Quedaron en silencio por varios segundos. Los ojos de Sasori comenzaron a perder el brillo que le daba color a sus ojos miel. No tenía expresión alguna.


— ¿Cómo podría quererte?— repitió mientras intensificaba su mirada —. Si yo ya te amo.


Dicho esto se acercó a su pelirrojo y juntó sus labios con los de él mientras enrollaba sus brazos su nuca. Trató de introducir su lengua en la boca de Sasori, pero le fue negado el permiso. Es más, el pelirrojo ni siquiera correspondía el beso.


Deidara se separó y miró el rostro inexpresivo de su novio.


—Idiota— dijo Sasori —. No vuelvas a engañarme así— Abrazó al rubio fuertemente. Este por su parte dejo su confusión de lado y correspondió al abrazo de Sasori, con la vergüenza devorándolo por dentro.



El Akasuna No rompió el abrazo y se dirigió hasta donde estaban los demás. Deidara sonrió y rápidamente lo siguió.


Hacía más de veinte minutos que esperaban afuera del lugar donde supuestamente estaba Naruto, en uno de los barrios más peligrosos de Konoha. Aún faltaba poner en marcha el gran plan del gran Shikamaru Nara. Así que, para que el moreno les explicara a todos sobre su brillante estrategia, tuvieron que esconderse en un callejón oscuro a unos metros del viejo edificio donde estaba el Uzumaki.


Shikamaru comenzó a estudiar cuidadosamente a todos.


Tenía a su linda esposa rubia. Una estratega al igual que él, capaz de analizar meticulosamente cada problema, y pensar en más de doscientos movimientos posibles. Además era fuerte, dedicada y segura de sí. Tal y como se esperaría de todos los Sabaku.


Tenía a su "querido" cuñado, Kankuro. Aunque más impulsivo que Temari, pero con la misma seguridad y deseo de actuar.


Tenía a la pelirrosa... ¿Cómo se llamaba?... Ah, sí, Sakura. Ella había mencionado antes lo mucho que le gustaría graduarse en medicina. Y al parecer era muy buena. Si contaba la posibilidad de que alguien resultara herido, era necesario contar con un médico, o en este caso, Sakura, eterna amiga de Naruto.


Tenía a un rubio y a un pelirrojo enamorados. Uno que planeaba su propia estrategia antes de entrar en acción, considerando así su victoria segura. El otro impulsivo, pero inteligente y seguro de sí; además de ser un artista efímero especializado en explosiones... Sí... Eso sería bastante útil.


Y finalmente tenía al más joven de la familia Sabaku. Su pequeño cuñado, Sabaku No Gaara.

Motivado por el único deseo de salvar a su amado rubio. Shikamaru no lo conocía del todo, pero tenía en cuenta que ese pelirrojo haría hasta lo imposible para lograr su objetivo.


El pelinegro se hincó y juntó los dedos de ambas manos a la altura de su abdomen. Cerró los ojos y quedó en silencio.



—Está pensando— indicó Temari rascándome la cabeza y riendo con nerviosismo.


—Oh, sí, claaaro— bromeó Sasori.


Pasaron aproximadamente cinco minutos.


—Muy bien, ya tengo todo listo— informó el Nara poniéndose de pie y lanzando un largo y flojo bostezo.


¡Y sí que tenía todo listo! Formó cuidadosamente a tres equipos.


Temari y Kankuro conocían muy bien a Orochimaru y a los hombres que trabajaban con él. Así que ellos dos serían el primer equipo en entrar. Pero era bastante obvio entrar por la puerta principal, y eso hasta el mismo Orochimaru lo sabía. Cualquier idiota que tuviera en cuenta eso seguramente utilizaría la puerta trasera, y al abrirla Orochimaru tendría listo a un grupo de hombres esperando. Entonces Temari y Kankuro servirían prácticamente como carnada entrando por ese lugar. Pero ellos no eran tontos, sabrían cómo cuidarse bien y al final les dejarían las entradas despejadas a los demás.


El segundo equipo en entrar eran los más importantes. Gaara, Sasori y Deidara. Ellos conocían a Naruto a la perfección -sobretodo Gaara- y sabrían exactamente como llevar acabo el rescate del Uzumaki. Además tenía que ponerlos juntos, pues Sasori y Deidara no se separaban ni un segundo. Así que ellos entrarían por la entrada principal (donde seguramente no habría guardias) y se ocuparían únicamente de buscar a Naruto.



Y finalmente quedaban sólo él y esa chica, Sakura. Equipo de apoyo se podría decir. Ellos dos entrarían al último, igual por la puerta principal. Sakura se encargaría de ayudar si alguien resultaba herido. Y Shikamaru... bueno Shikamaru sólo se iba a poner a pensar en lo libre que podría ser si él fuera una nube hasta que todos terminaran su trabajo.


¿Qué mejor plan se le pudo haber ocurrido?


Finalmente terminó de explicar su estrategia y todos estuvieron de acuerdo (sobre todo Sasori y Deidara)


Temari sonrió y se acercó a su pelinegro y colocó sus manos alrededor del cuello del Nara.


—Debo admitirlo... Eres brillante— le dijo con una sonrisa suave plasmada en sus labios para luego acortar la distancia entre ellos y besarlo tiernamente. Él tomó la cintura de la rubia entre sus manos y la atrajo más hacia su cuerpo intensificando el beso. Entonces la levantó del suelo mientras ella se acomodaba en el agarre y enrollaba sus piernas en su Shikamaru.


Deidara no dejaba de mirarlos. Casi empezaba a babear cuando sintió la mano de Sasori atrayéndolo hacia él. El pelirrojo tomó los cachetes rojitos del rubio y se acercó exageradamente a su rostro.


—¿Ahora sí me dejarás besarte?— preguntó en un tono bastante provocativo. Deidara asintió tiernamente y se dejó llevar por los labios de su pelirrojo.


—Pff, exhibicionistas— gruñó Kankuro echándole una mirada cargada de celos a Deidara.


El castaño suspiró y giró la cabeza a un lado para encontrarse con una Sakura con la mirada jade fija en él.

 


—Deberíamos besarnos para romper la tensión— sugirió la pelirrosa de forma obsesiva. Coqueta, aunque daba algo de miedo.



Kankuro se sonrojó a más no poder.



—¡¡¿NANI?!!



Le lanzó una mirada asustada y confundida a su hermano menor. Gaara sólo se recargó sobre la pared y rodó los ojos.

 


— ¡Teme!...



—... ¡Dobe!



Naruto soltó un gruñido.



— ¡Cierra la boca!— ordenó el rubio.



—Tú empezaste— dijo Sasuke con indiferencia.


Naruto frunció el ceño penetrando su mirada en el pelinegro junto a él.



— ¡Tú fuiste él que me estaba mirando mientras dormía! Eso se llama acoso sexual ¿Sabes?


— ¿Acoso sexual?


El rubio hizo un puchero y analizó lo que dijo. Eso no era acoso sexual, podría ser que fuera acoso, pero no sexual.


—Yo no te estaba acosando sexualmente, pero si quieres podría hacerlo— sugirió mordiéndose el labio inferior, logrando que Naruto se sonrojara y bajara la mirada.


—Pervertido...— susurró.


—Ja, lo siento, pero es que era gracioso escucharte gemir mientras dormías... ¿Con qué rayos estabas soñando?


—N- No, con nada— dijo el rubio pausadamente con las mejillas ahora del color de una granada.


— ¿Acaso era con Gaara?


—N- ¡No!


—Ahh, ¿No? Pero repetías su nombre mientras gemías. Además terminaste con un problemita húmedo entre tus pantalones.



Naruto se escondió entre sus hombros e infló los cachetes. Se sentía avergonzado, había terminado mojado por un simple sueño, y lo peor era que Sasuke sabía perfectamente quien había sido el culpable de su reciente erección.


—Y dime...— se estremeció al notar a Sasuke tan cerca de él lanzando su respiración sobre su cuello —. ¿Gaara lo hace bien?


—Q- ¿Qué?


— ¿Gaara sabe bien? ¿Gaara te toca bien? ¿Gaara te besa bien?


Naruto sentía sus mejillas arder como la intensidad del mismo sol. Era cierto, Gaara hacía prácticamente todo bien. No pudo responder y asintió con la cabeza lentamente.


—Entonces déjame probar sus labios desde los tuyos...


Reaccionó al contacto. Sintió el calor de otros labios. Cerró los ojos con fuerza. Iba a apartarse. Sasuke lo estaba besando.

Notas finales:

Mil Gracias por leer...!! :3 Al fin metí a Itachi <3 Desde cuando traía ganas de poner a ese sexy Uchiha....!!!


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