El príncipe se marcho de allí, rumbo a su habitación.-..
Ya sabía lo que tenia que hacer, y nada más llegar buscó su celular, dispuesto a llamar a quien debía llamar, dispuesto a hacer lo que debía hacer…
Después de todo… aquel insignificante profesor… no era nada para él…
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Goku se separó lentamente del rey…
Este se había quedado dormido después del intenso beso que le había dado a Goku creyendo que era ese tal Bardock, y Goku ahora lo miraba con mucha ternura…
-Descanse mi Rey…-le susurró al oído, muy bajito, antes de darle un beso en la mejilla y levantarse de arriba de la cama…
En aquella enorme habitación hacia frío, así que el profesor se aseguró de cubrir al Rey con todas las mantas que encontró, y finalmente se marchó del cuarto…
Sus pensamientos flotaban, al igual que la sonrisa sobre su rostro, hacia mucho tiempo que no se sentía tan feliz…
El Rey le hacia sentir aquellas extrañas mariposas por todo el estomago y hacia brillar sus ojos como si fueran diamantes…
-Pero no debo entusiasmarme… suelo enamorarme demasiado fácilmente… y siempre termino herido… así que debo tomarme todo esto con mucha calma…- razonó Goku de regresó a su propio cuarto…
El profesor se desvistió en la oscuridad de su habitación y se acostó inquieto en su lecho, pero sin ser capaz de reprimir aquella enorme felicidad que por momentos lo embargaba… y con esa sensación de no saber que pasaría al final, el profesor Son al fin logró conciliar el sueño, pero su ultimo pensamiento antes de dormirse no fue para el Rey… si no para Vegeta… e incluso dormido, su mente, no dejó de pensar en el príncipe… en sus ojos negros y su ceño fruncido… en ese enloquecedor e irritante malhumor, pero también en esa mirada tan bella y profunda…
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El día siguiente amaneció nublado, como si el cielo estuviera a punto de dejar caer sus lágrimas sobre el mundo que antes apareciera cubierto por una radiante primavera…
Goku, ya despierto, observaba el cielo gris con desanimo desde la ventana de su cuarto…
Había tenido una mala noche, entre sueños y pesadillas que no lograba comprender… pero que sentía, tal vez algo supersticiosamente, que intentaban comunicarle algo que él no alcanzaba a comprender…
Y al despertarse, en su mente, solo había estado presente el príncipe Vegeta…
¿¿Por que demonios seria que pensaba tanto en el mocoso aquel??
Goku se restregó un poco los ojos con una mano mientras bostezaba, sin duda su humor aquel día estaría pésimo, solo le quedaba desear que Vegeta no se pusiera en insoportable durante la clase o él acabaría perdiendo la paciencia…
El profesor suspiró, mirando de nuevo el día grisáceo del exterior y lo distinto que se veía el jardín por culpa de esto… las flores de Sakura aparecían de color rosa apagado, y todo en general, se veía tan gris como el cielo…
Goku se alejó del marco de la ventana, en un rato debía comenzar sus clases, así que decidió vestirse con su traje de costumbre para luego marchar hacia el cuarto de estudios…
Sorprendentemente, cuando el profesor Son llegó, el joven Vegeta ya estaba allí presente, jugando con su celular que cambiaba cada semana, de modo que siempre el joven príncipe tenia lo ultimo en tecnología…
Vegeta ni siquiera pareció enterarse de la presencia allí de su profesor, incluso a pesar del ruido que llegó haciendo Goku para que su alumno notara que él había llegado…
Pero era inútil, los ojos de Vegeta seguían pegados a la pantalla del teléfono, que iluminaba con luz azul su guapo rostro, aunque sobre sus hermosos ojos negros estuviera aquel ceño fruncido de siempre…
-Buenos días Vegeta…- dijo al fin Goku, acomodándose detrás de su escritorio y observando al príncipe…
-…- Vegeta no le respondió y el profesor decidió darle un par de minutos mas mientras él se ocupaba de sacar los apuntes y tareas para aquel día de la enorme carpeta negra que llevaba siempre con él, y que contenía todo el extenso plan de estudios…
“Vaya… parece que los asuntos que lo ocupan hacen que ni siquiera me salude…”pensó Goku, bastante ofendido, pensando que Vegeta ni siquiera se había enterado de su presencia allí…
Desde el episodio del sonambulismo de hacia un par de noches, Vegeta no había vuelto a dirigirle la palabra, lo cual no dejaba de ser extraño para el profesor Son, incluso por que él había llegado a pensar que había derribado un poco los muros que el adolescente había levantado a su alrededor para que nadie tuviera acceso a él…
Sin embargo ahora esos muros parecían mas altos que nunca…
Pero Goku se equivocaba…
Vegeta era perfectamente conciente de la presencia de su profesor allí…
El corazón del príncipe latía dolorosamente agitado, como si tuviera un gran fragmento de hielo atravesado en su pecho…
El dolor era tan fuerte que incluso le costaba respirar, pero luchaba por mantenerse sereno, con los ojos clavados en aquella pantalla de cristal, aunque realidad no estaba haciendo nada con el celular, más que mirar fijamente el fondo de pantalla azul…
Pero eso no era nada que aquel profesor idiota necesitara saber…
Finalmente Goku terminó de ordenar sus papeles y de decidir que estudiarían aquel día, así que carraspeó con fuerza y comenzó la clase….
-Bueno Vegeta, ya va siendo hora de que deje el celular y ponga atención, hoy estudiaremos poesía contemporánea…- dijo Goku, cruzando las manos sobre su escritorio de madera y dirigiendo una mirada penetrante a su único alumno, quien parecía seguir en las nubes…
-Vegeta… deberé quitarle el móvil como el primer día de clase?? Pensé que había dejado claro ese aspecto…-
Vegeta al fin levantó la vista, para echarle una oscura mirada llena de un rencor aplastante que sorprendió a Goku…
Jamás había visto tanto veneno en una simple mirada…
¿En verdad lo que Vegeta estaba haciendo con su móvil era tan importante que lo había echo merecedor de tan funesta mirada solo por interrumpirlo?
-A-abra su cuaderno…- dijo Goku, desviando la vista, sin soportar semejante mirada…
Vegeta abrió el cuaderno con violencia, arrancando la tapa con facilidad, casi sin darse cuenta…
Por suerte Goku estaba distraído, así que le príncipe pudo esconder la evidencia de su fuerza desmedida, y entonces de nuevo, devolvió su molesta y escalofriante mirada a su profesor…
Como siempre Goku tomo uno de los libros de una de las estanterías, y fue con él hacia el pupitre de Vegeta…
Desde que había llegado a aquella casa para ser su profesor particular, Goku siempre había tenido la irritante e inquietante costumbre, de arrodillarse junto a Vegeta, apoyándose en el pupitre del príncipe para leerle poesía…
Y esta vez no fue diferente, solo que esta vez a Vegeta no le pareció que aquellos versos de algún modo eran dedicados a él… Esta vez le pareció que aquellos versos eran dedicados a su padre…
Goku apoyó su codo sobre el pupitre de Vegeta mientras permanecía arrodillado y apoyó la cabeza en la mano, mientras que en la otra sostenía el pequeño librito de poesías…
“…Que hermosos esos ojos que me miran
Que bellos esos besos que me tiras
Con una mirada todo se puede decir
Pero por un beso tuyo, yo seria capaz de morir
Por el calor de tus labios
Y de tu suave aliento,
Yo doy mi reino
Te juro, no te miento
Ven a mi, mi dulce amado
Ven a mí y quédate siempre a mi lado
Cuando el viento sople,
Cuando los huracanes vengan
Cuando mil y un batallas en esta vida nos sorprendan,
Se que tomando tu mano está el camino
Si conocerte fue el destino
Si amarte fue mi elección
Si estar contigo fue la mejor decisión
Entonces jamás me arrepentiré
Por que es muy cierto que sin ti, yo moriré…”
Goku pareció conmovido mientras recitaba los versos, y Vegeta sabía muy bien el porque…
Esos versos eran ideales para el Rey, y Vegeta sintió que explotaría de rabia e impotencia…
“Que mas da…” pensó el príncipe apretando con fuerza los dientes “Mi destino ya esta decidido…”
-Que porquerías de poesías…- murmuró el príncipe desviando la vista para no encontrarse con la mirada de Goku…
-Pues a mi me pareció muy hermosa…- respondió el profesor, bastante ofendido…
-Puras palabras estupidas… el amor… el amor no existe…- soltó de pronto Vegeta, sorprendiendo a Goku por tan repentina declaración…
-Por que dice eso??- preguntó al fin el profesor, levantándose del piso donde había estado arrodillado –Usted aun es joven… debería creer en el amor, yo que ya soy un viejo aun creo…- reconoció Goku, con una sonrisita tan estupida que Vegeta sintió ganas de borrársela a golpes…
-Mi padre te hizo creer eso??- dijo el príncipe sarcásticamente, cruzándose de brazos y mirándolo con ese eterno aire de superioridad…
Goku se quedó más pálido que si hubiera visto un fantasma…
¿¿¿¿¿Qué había dicho Vegeta?????
-Co-como dice???- apenas pudo susurrar el profesor, sintiendo que se asfixiaría..
-Lo que escuchaste profesorcito de mierda… te vi besuqueándote ayer con mi padre… ¿Es por dinero verdad? Te quieres coger al viejo por dinero???...- preguntó Vegeta…
Goku se puso todo colorado, jamás había esperado escuchar semejante lenguaje en el príncipe, por muy adolescente que fuera…
-N-no se de que hablas…- balbuceó Goku, comenzando a retroceder un paso…
Vegeta se levantó de su asiento, mandando la silla y todo lo que había sobre el escritorio al suelo…
Y a pesar de no ser muy alto, el joven príncipe resultaba intimidante…
Sus cabellos negros se habían alborotado más que de costumbre y sus ojos de igual color, chispeaban, producto de la ira reprimida….
-No me tomes por imbecil… y ni pienses que me voy a tragar el cuento de que lo amas… tú no eres nadie, no eres mas que una sucia rata callejera que tuvo la suerte de encontrarse con un Rey… no puedo negar que fue una buena idea seducir a mi padre para quedarte con todo lo suyo… pero te aseguro… que yo no lo permitiré…- juró Vegeta, mientras un viento extraño sacudía todos los papeles de la habitación, cosa muy curiosa ya que la ventana estaba cerrada al igual que la puerta…
-Tu padre me besó, es verdad…- dijo al fin Goku, serenándose… no estaba dispuesto a dejarse intimidar por un mocoso de 15 años…
-Y al fin y al cabo tú no tienes por que meterte… tu padre sabe lo que hace…-
Vegeta se sorprendió un poco ante esa valentía del profesor… y por otro lado… Goku lo había tuteado al fin… pero no era momento para pensar en eso…
Vegeta le dio la espalda abruptamente, cruzado de brazos…
-Besa bien mi padre??- soltó a continuación, dejando a Goku atónito…
-Yo beso mejor…- murmuró el príncipe sin venir a cuento, pero con el rencor y la envidia demasiado evidentes en su voz…
Goku estaba a punto de decir algo, cuando el celular de Vegeta comenzó a sonar…
El príncipe se dio la vuelta para enfrentar a Goku, y sacó el móvil delante de su rostro para responder…
-Hola?- preguntó el príncipe con su voz malhumorada de siempre…
-Si. Ok. Te estaré esperando, Adiós- respondió el príncipe a quien quiera que fuese que le llamaba, antes de guardar de nuevo su teléfono…
Y así, sin decir nada mas, el joven tomó el picaporte de la puerta, la abrió y salió del cuarto de estudio, abandonando la clase…
Goku no tardó ni medio segundo en reaccionar y salir detrás de el…
-Vegeta, que haces?? No puedes irte!! Estamos en medio de la clase!!...- exclamó el profesor siguiéndolo por los pasillos…
-Tu clase me importa un demonio- respondió Vegeta con voz terriblemente tajante e irritada que hizo a Goku desear darle una buena bofetada…
El profesor Son lo tomó del brazo, obligando a detenerse y a volverse hacia él, cosa que Vegeta no se esperaba…
El príncipe miró el rostro de Goku que lo miraba varios centímetros por encima de su altura, sintiéndose completamente indefenso…
Jamás le había pasado algo como esto…
Y los ojos de Goku siempre parecían decirle tantas cosas sin siquiera hablar…
-Que ocurre Vegeta… Por que te molesta tanto que tu padre pueda llegar a quererme??- murmuró Goku, decidido a hablar con el chico con abierta sinceridad…
Vegeta no supo que responderle…
-No crees que tu padre merece ser feliz?? Es… por que soy solo un profesor verdad?…-
Vegeta seguía sin ser capaz de decir palabra, pero la mirada ardiente e intensa de Goku lo empujaba a contestarle con el corazón en lugar de con la cabeza…
-No…Es por que tu…tu… ¡Tu eres MI profesor!...- exclamó Vegeta rápidamente, arrepintiéndose al segundo siguiente de la estupidez que había dicho y ruborizándose totalmente, con su ceño fruncido aun sobre los ojos…
Goku lo observó sin comprender muy bien a que se refería el joven y sin notar aquel especial énfasis que el joven había echo al decir “MI profesor”, pero un intenso rubor coloreó sus mejillas también, mientras su corazón latía a toda velocidad…
-Vegeta…- susurró Goku, sin soltarlo…
El príncipe dio vuelta la cara, era perfectamente capaz de soltarse, pero no quería hacerlo…
Goku tomó esa pequeña y tersa barbilla donde aun no crecía la barba, y lo obligó a levantar la cabeza hacia él…
Los ojos de Vegeta brillaban y sus mejillas rojas eran tan encantadoras que Goku se sintió irremediablemente atraído por aquel joven molesto, caprichoso y absolutamente insensible la mayoría de las veces…
Era casi como si el destino hubiera tejido entre ellos una telaraña fina e invisible pero completamente indestructible…
Era como si sus vidas hubieran estado unidas desde siempre…
Como si todos aquellos años se hubieran estado esperando el uno al otro… esperando ese momento en el que por fin podrían conocerse…
Goku se miraba en aquellos ojos negros, que eran como espejos, y se veía así mismo… allí en ese mar oscuro, podía ver reflejado absolutamente todo lo que le faltaba… todo lo que necesitaba…
Y a Vegeta le ocurría lo mismo…
Goku, aun indeciso, paseó la punta de su dedo sobre los labios de Vegeta…
La mano del profesor temblaba mientras lo hacia, y los ojos de Vegeta se cerraron, casi como si el joven se estuviera rindiendo… como si se entregara en cuerpo y alma a los deseos del hombre que tenia allí delante suyo…
El príncipe temblaba de nervios y dolorosa impaciencia, mientras el dedo de Goku seguía detenido sobre su boca… Pero entonces, así como el destino se había encargado de unirlos, decidió, en ese momento… separarlos…
…RING!!! RING!!!!...
De nuevo el celular de Vegeta sonando en el bolsillo de sus pantalones…
El sonido pareció hacer recuperar la razón al príncipe, como si se hubiera tratado de una cubeta de agua helada o un puñetazo en medio del estomago…
¿Qué demonios así allí de aquel modo con su profesor?
¿¿¿Acaso había enloquecido???
Goku también pareció reaccionar gracias al sonido, por que de inmediato se separó del príncipe, avergonzado y confundido por sus propias acciones…
Vegeta le echó una mirada relampagueante antes de atender el móvil…
-Ok… ya voy…- susurró con voz ronca y agitada, antes de volverse rápidamente hacia el pasillo para huir de allí…
Goku de nuevo lo siguió, aunque sin atreverse a protestar, aun estaba pensando en aquella extraña sensación de haber hallado aquello que había buscado por toda su vida…
Pero… que estupidez…
Era imposible…
Su cariño, amor, calidez y admiración le pertenecían al Rey…
Vegeta… Vegeta no era mas que su alumno… ¿O no?
Ambos hombres llegaron casi al mismo tiempo a la sala donde comían siempre en compañía del Rey, quien en ese momento debía estar en su oficina…
El príncipe no aguardó a que el mayordomo abriera la puerta, si no que la abrió el mismo…
Goku se asomó curiosamente a ver quien era la visita, y cual no fue sorpresa al ver que Sebastian, el conductor de la limusina a quien había conocido el mismo día en que conociera a Rey, le abría la puerta del vehiculo a una elegante señorita de pelo verde y brillantes ojos azules…
Esta vez el Doctor Brief no estaba con ella, venia sola…
Y la peliverde traía una sonrisa que debía verse a kilómetros de lo enorme y brillante que era…
La joven subió los escalones hasta la entrada donde Vegeta y el profesor la esperaban…
-Pasa- la invitó Vegeta, con una amabilidad que Goku creía inexistente en el príncipe…
La peliverde estaba que no cabía en si de satisfacción…
-Hola…- saludó ella, mirando a Goku que parecía haberse convertido en piedra…
-Así que lo saludas a él primero?? Y para mi?? No tienes nada?? Es así como saludas a tu novio??- preguntó Vegeta con voz absolutamente relajada, como si la escena en el pasillo con su profesor jamás hubiera existido…
Bulma se ruborizó totalmente, era raro, por no decir imposible, hallar a Vegeta de buen humor… Así que la peliverde no sabía como reaccionar…
Vegeta se le adelantó, tomándola de la cintura delante de Goku, dándole un pequeño beso en la boca que terminó de sonrojar totalmente a la peliverde, mientras Goku sentía que perdía lo poco que le quedaba de alma al ver ese tierno beso…
Entonces…
Entonces se había equivocado??
Entonces Vegeta… si quería a Bulma???
Por un instante incomprensiblemente largo, el profesor sintió que se precipitaba al agujero vacío mas negro y hondo que existiera jamás…
Y mientras Goku sentía esa desesperación consumiéndolo por dentro, el Rey salió de su oficina, con expresión de sorpresa y confusión…
-No me digan que la joven Bulma ha venido de sorpresa a visitarnos!- exclamó el Rey con una enorme sonrisa para la peliverde…
-En realidad vino por que yo se lo pedí…- aclaró Vegeta…
El Rey le echó una mirada de advertencia, solo esto le faltaba, que su hijo hubiera llamado a la chica para romper con el compromiso, aun le duraban los efectos de la resaca, y para colmo el monarca ni siquiera recordaba como era que había terminado recostado sobre su cama, si él estaba seguro de que se había dormido sobre su escritorio…
-Ehhh Vegeta… podemos hablar un minuto a solas…- dijo el Rey pensando en todas estas cosas, pero Vegeta negó con la cabeza, metiéndose una mano en el bolsillo…
-Nada de eso padre… me alegra que estés aquí presente… y usted también profesor Son…- añadió el príncipe con voz fría y formal, volviéndose ligeramente al profesor que seguía congelado en su sitio junto a la puerta…
-Bulma… ayer a la noche te pedí que vinieras… por que quería darte esto…- dijo el príncipe, sacando al fin la mano de su bolsillo, donde descansaba un estuche negro…
El rostro de Bulma se puso pálido, y las rodillas comenzaron a temblarle…
-V-Vegeta… - susurró la joven…
Vegeta, que era demasiado orgulloso para arrodillarse, abrió el estuche de pie, enfrente de la peliverde…
Dentro, había un hermoso anillo de platino, lleno de finos diamantes…
Era perfecto, hermoso y delicado… Goku jamás había visto algo tan hermoso en su vida…
-Ya que estamos comprometidos Bulma querida… deseaba pedirte oficialmente… que te cases conmigo…- dijo al fin Vegeta, mientras Goku sentía como algo se rompía en mil pedazos dentro suyo…
La mujer extendió la mano, llorando de felicidad…
-Claro que acepto…- susurró entre lágrimas, y Vegeta tomo con delicadeza su mano, deslizando el anillo en su dedo anular…
-Ahora serás mi esposa…- murmuró Vegeta, antes de darle otro tierno beso en los labios, aunque por el rabillo del ojo espiaba a su profesor…
Goku sintió por un instante un vacío tan enorme que no era posible de explicar…
Como si todo lo de su interior hubiera sido arrancado de un rápido pero doloroso tajo…
Vegeta se casaría con Bulma…
Ella lloraba de felicidad…
Vegeta sonreía…
El Rey asentía, entusiasmado y conforme…
El príncipe se casaba…
La suerte estaba echada…