Shelter
Capítulo 4
El departamento de KyungSoo consistía en una sala de estar, una pequeña cocina, un baño, dos habitaciones y un angosto balcón. Era sencilla pero acogedora.
- Podés dejar tus cosas ahí- dijo KyungSoo, señalando un sillón -¿Querés tomar algo? ¿Agua? ¿Jugo? ¿Sprite?- agregó mientras yo me quitaba mi abrigo y dejaba la mochila. Lo vi entrar a la cocina.
- No, gracias- sonreí.
Cuando lo seguí, la mesada llena de frutas y alguna que otra verdura llamó mi atención. BaekHyun apareció en la puerta de la cocina, y gritó con asombro, como no creyendo (así como yo tampoco) mi presencia en la casa.
- ¡KyungSoo! ¡Trajiste al amigo virgen de ChanYeol a nuestra casa! Pero... Seguro que a esta altura ya lo desvirgaste... Bueno, igual. ¿Por qué lo tuviste que traer? Ahora va a contarle a Channie lo horrible que soy cuando estoy sin arreglar- parecía molesto, no pude evitar sonrojarme y ahogar un “perdón”.
- No le hagas caso- me susurró KyungSoo en el oído -¿Seguro que no querés nada?- abrió la heladera y se agachó para empezar a buscar las cosas- ¡Pero sí…! BaekHyun, ¿Dónde dejaste las barritas de chocolate?
- ¡Está bien, lo admito!- gritó, tomándose de la cara con desesperación -Sucumbí, ¡Sucumbí y me las devoré y ahora estoy haciéndome un licuado! ¡¡Déjenme engordar al menos una vez, después bajo todo, lo prometo!!- KyungSoo resopló y se me escapó una risita -¿De qué te reís? La dieta que tenemos que seguir es bastante estricta, para tu información- agarró un durazno y empezó a pelarlo para después partirlo y sacarle el carozo -Hay días que prácticamente ni comemos.
Eso no es bueno, pensé mirando a KyungSoo preocupado; él simplemente se encogió de hombros, como diciendo “¿Qué se le va hacer?”. Sentí una profunda punzada en el pecho.
- Como sea, no te tomes todo y servile un vaso a Jongin- le dijo KyungSoo, sacando tuppers blancos del primer estante -Disculpame, no tengo otra cosa que no sea ramen…
- KyungSoo, pasame la leche, que quiero que esto quede bien líquido- el problema era que BaekHyun estaba metiendo todo lo que tenía a su alrededor en la licuadora: ya había puesto una rodaja de sandía, media manzana y un cuarto de banana. El color que se formaba cada vez que apretaba el botón y sostenía la tapa era… horrible. Verde musgo, marrón de pantano… pero bueno, cada cual con sus gustos. Con el ruido de la comida siendo triturada de fondo, busqué la mano de KyungSoo, que estaba revisando la alacena, y lo giré hacia mí.
- ¿Es cierto que no comés? No está bien eso, KyungSoo, puede volverse algo serio, algo malo- me sonrió tristemente.
- Lo sé- murmuró. BaekHyun había apagado la licuadora y nos miraba contento, entornando los ojos: las reacciones de ese chico cambiaban mucho y en muy poco tiempo.
-KyungSoo, pasame una zanahoria.
-¿¡Zanahoria!?
-¡¡Tengo hambre, mierda!!
- Okey, okey- con las manos en alto, volvió a la heladera y hundió medio cuerpo dentro -Zanahorias, zanahorias…
Con los ojos fijos en las piernas de KyungSoo (por no decir otra cosa… la vista era fantástica), de repente escuché un grito: BaekHyun tropezó y cayó sobre mí. Sentí frío y humedad aglutinante en el pecho, bajando hacia mi estómago.
-¡Perdón, perdón!- exclamó tapándose la boca; parte del licuado pantanoso y oscuro se esparció por mi remera y chorreó pesadamente sobre el pantalón, la sensación era asquerosa y la baba viscosa atravesaba la tela, pegoteándose en mi cuerpo -No me di cuenta, pisé mal y se me dobló el pie y...
- Yo te ayudo- interrumpió KyungSoo, fulminando a BaekHyun con la mirada antes de llevarme a rastras por el pasillo -¡Mira, tenés hasta en el pelo!- quitó con sus dedos las gotas de mi flequillo e incluso de mi nariz; el roce fue delicado y sus ojos en ningún momento se desconectaron de los míos -Me… mejor anda a bañarte, ¿Sí? Yo te traigo la ropa- y desapareció sin dejarme responder.
Supuse que el baño sería aquello que estaba entre lo que parecía, según lo que se veía desde ahí, el cuarto de KyungSoo y el de BaekHyun, la puertita gris: me adentré y en efecto, encontré un baño sencillo y angostito, pequeño. Sin embargo, no me encontraba tan cómodo como para bañarme en una casa ajena, y tamborileando mis dedos empecé a pensar: podría simplemente sacarme la ropa y cambiarme, así rapidito, mojarme el pelo en el lavamanos y decir que me duché. Podría, podría…
-¿Jongin?- golpearon la puerta, antes de que KyungSoo se asomara sonriente -Ah, todavía no entraste. Mirá, te explico- tomó las manijas para activar el flujo de agua y empezó -La del agua caliente tenés que darle dos vueltas antes de que salga el agua, y la fría sale con mucha fuerza, así que guarda cuando niveles, ése es el champú y éste el acondicionador, la esponja tiene que estar por… acá- sacó un redondel de espuma rosa de un pequeño armario de la pared -Y al patito de goma, si lo encontrás, ignoralo. Es de BaekHyun, es un regalo- reímos juntos y se acercó a la puerta- Te dejo la toalla y la ropa acá- señaló el inodoro, donde había una toalla y mi ropa prolijamente doblada. Aparentemente había hurgado en mi mochila. Me sonrojé.
***
Una vez estuve solo en el baño, tomé aire y conté hasta tres para empezar a bañarme en tiempo récord, en caso de que alguien lo necesitara. Apurado y frotando el champú con fuerza, tomé la esponja con jabón líquido y empecé a refregar, sacándome el olor multifrutal que tenía en el torso.
Cinco minutos más tarde salí de la ducha y, después de pasarme la toalla dos o tres veces por el cuerpo, incómodo, miré la ropa sobre el inodoro. Mi ropa sucia había desaparecido y sólo estaba el pantalón de mi pijama. Busqué mi ropa interior también y un gemido de frustración se me escapó al no encontrarla: seguramente KyungSoo se la había llevado con el resto de mi ropa sucia para lavarla. Me puse el pantalón, indeciso si quería salir a buscar el resto de mi ropa o esconderme detrás de la cortina de la ducha: no podía creer que iba a tener que pararme frente a KyungSoo sólo con el pantalón puesto. Ni siquiera la contención del boxer iba a tener (que no había mucha diferencia pero la sensación estaba). Mordiéndome el labio con vergüenza, salí con temor hacia la cocina y con la toalla tapándome el pecho.
Interrumpí incómodo la conversación que llevaban KyungSoo y BaekHyun y llamé al primero despacio, asomándome apenas y con las manos aún agarrotadas a la toalla.
- Emh, perdón pero… la remera no…
- ¿Qué?- miró dentro de la mochila que, aunque la había dejado en la sala, ahora se encontraba en la cocina -Uy, tenés razón, ¡No la había visto! Tomá, ponete… la…- cuando se acercó hacia mí, instintivamente estiré una mano y la toalla quedó sujeta a un costado de mi cuerpo. No noté que se me veía el estómago y que, aparte, me había secado patéticamente mal. KyungSoo se quedó con los ojos abiertos, y dejó escapar un suspiro -remera.
- Qué raro que ChanYeol no me haya escrito- sopesó BaekHyun, marchando al cuarto y riéndose entre dientes cuando pasó por mi lado. Quedando los dos solos, ladeé mi cabeza, intentando hacerle volver a la tierra a KyungSoo.
- ¿Me das mi remera?- pregunté tímidamente.