Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ahora tu vida se hace parte de mí... Sonríe. por Sabaku No Ferchis

[Reviews - 83]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaa!!!!!

Waaa Gomene x tanta tardanza, en verdad lo siento mucho mucho...!!!!!!

Bueno, mil gracias por sus reviews ;D me hacen muy feliz xD jaja. Sin más el capi xD

Espero que les guste...!!!!!!!!

Capítulo 14     

 

In your sweet, insane eyes.



—Ya va siendo hora de entrar, ¿no crees?


Shikamaru bostezó larga y profundamente, exhibiendo su monumental flojera ante la pelirrosada de ojos jade que lo miraba de manera interrogante.


—Supongo que sí...— contestó el Nara desanimadamente, emprendiendo el camino hacia aquel edificio abandonado, con Sakura detrás de él.


Entreabrió la pesada puerta de metal y fijó su mirada al interior de esta. Todo parecía estar tranquilo ahí dentro; no se escuchaba ni el más delgado hilo de voz o murmullo por la extensión de ése obscuro pasillo. Shikamaru suspiró relajadamente y se animó a abrir por completo la puerta; decidido, le dio la orden a Sakura de entrar.


Aquel silencio que inundaba sus oídos se hacía cada vez más penetrante y profundo con cada paso que daban. Pareciera como si estuvieran apartados de toda la humanidad estando ahí adentro, como si simplemente hubieran sido borrados de la faz de la tierra.


Siniestro y perturbador.


— ¿Crees que estén bien?— preguntó la pelirrosada en voz baja, casi en un murmullo.


—Sólo espero que todavía sigan respirando— dijo el pelinegro con algo de gracia; aunque en el interior estuviera igual, o incluso más preocupado que Sakura.


—Hmp, no te tomes las cosas tan a la ligera— soltó la pelirrosa encendiendo un poco más el tono de su voz.


Shikamaru dobló ligeramente los labios y escondió las manos en sus bolsillos.


—No es eso, es sólo que dudo que les haya pasado algo malo; después de todo lo único que tienen que hacer es encontrar a Naruto, ¿no?, ¿Qué tan difícil puede ser eso?


Sakura soltó una pequeña risita. El chico de peinado de piña tenía razón, suponía. No debía ser tan difícil encontrar al dichoso rubio... ¿O sí?


Ahh, Naruto... Tú y tu maldito orgullo... Por eso te pasó lo que te pasó...


Ella conocía a ese rubio como la palma de su mano. Sabía lo impotente, terco, decidido, orgulloso e infantil que era... ¿¡Y cómo no!? Si había estado soportándolo desde que tenía memoria. Tantos años de amistad con el rubio la habían llevado a tener un conocimiento pleno sobre él, como si se tratara de su hermano menor. Y ella mejor que nadie conocía las estupideces que Naruto era capaz de hacer; por eso no se sorprendió al enterarse de que el rubio había sido secuestrado. Porque era un estúpido, y eso ella lo sabía de sobra.


— ¿Y qué hay de Naruto?— la voz de Shikamaru la sacó de sus pensamientos —. ¿Crees que él esté bien?


¿Que si estaba bien? Sakura soltó una risita.


—Podrá ser un tonto, pero no es un idiota... Él está bien, estoy segura de eso— dijo mientras su mirada se perdía en el mohoso techo.


Sólo espero que su estupidez no salga a flote...





—Si tanto lo quieres, ¿Entonces por qué me correspondiste cuando te besé?


Naruto bajó la mirada, con un leve color rosa pastel adornando sus mejillas. Sasuke acomodó el cuerpo del rubio sobre el suyo y volvió a posar sus manos en el trasero del otro, apretándolo con fuerza, librando un suave gemido por parte del ojizafiro.


—Vamos Naruto, no me digas que no te gusta lo que te hago— le susurró sensualmente al oído, lamiéndole con lentitud el lóbulo de la oreja.


—Y-ya te dije que no— suspiró Naruto, tratando de no reaccionar a los estímulos que le brindaba el otro.


Sasuke, por su parte, se deleitaba con el ardiente sabor del rubio. Comenzó a pasear su lengua por el cuello color canela, sensualmente, dejando un delgado hilo de saliva cristalina en cada centímetro de piel que recorría. Los gemidos de Naruto eran tan excitantes... Y más aún cuando los trataba de reprimir. Ahh, todo ese éxtasis llegaba a acumularse en la punta de su sexo. Entrecerró los ojos y fue depositando pequeños besitos sobre la piel que estaba marcando como suya.


Piel, que ya tenía dueño.


Uno sabe cuándo está siendo observado. El propio subconsciente humano es el que se encarga de realizar ese trabajo; de percibir, captar, sensibilizar acciones que pasan desapercibidas para nosotros. También hay gente que tiene la mirada "pesada" , de aquellas que suelen penetrar tus barreras y hacerte sentir incómodo en el momento.


Aquellas miradas tan profundas y penetrantes...


El subconsciente de Sasuke mandó una alerta a su cerebro, y el azabache rápidamente levantó la mirada. Fijó sus pupilas sobre aquella puerta de metal que para entonces estaba abierta. Sus ojos se abrieron como platos. La expresión de asombro en su rostro se hizo bastante notable.


Y después de tanto, aquella figura pelirroja volvió a aparecer frente a sus ojos.


El fantasma de una sonrisa fue plasmado sobre sus labios. Encontrarlo de nuevo, era lo último que Sasuke hubiera imaginado.


Ahí, enfrente de ellos, se encontraba Gaara, estático, sin hacer ni el más minúsculo movimiento. Sus penetrantes ojos turquesa, abiertos de par en par, clavaban sobre Sasuke de una manera tan escalofriante... Casi demente. Era difícil descifrar los sentimientos que transmitía aquella mirada... Asombro, ira, impotencia, enojo... Y sobre todo, demencia.


Sasuke tragó saliva. Hizo un intento por mantener su mirada a la par con la de Gaara, ocultando en su interior el miedo que le provocaban aquellos ojos asesinos.


—Mira quien llegó— habló el Uchiha con el tono de voz tan frío como el hielo.


Su cabeza, que permanecía inconscientemente recostada sobre el hombro del azabache, se fue levantando lentamente. Ese peculiar aroma adictivo fue percibido por su nariz. Naruto abrió los ojos de par en par y sus labios se entreabrieron un poco. Su corazón comenzó a latir con fuerza. Y de pronto, tuvo miedo de girar la mirada, quizá por la posición en la que se encontraba acomodado sobre el cuerpo de Sasuke.


Tragó saliva con fuerza.


Con dificultad, comenzó a girar la cabeza, escuchado cómo incrementaba su ritmo cardiaco con cada mili segundo que pasaba.


Y lo que se le hizo una eternidad, por fin terminó.


Azul zafiro se encontró con azul turquesa.


¿Felicidad? ¿Miedo? ¿Tristeza?... ¿Qué era lo que debía sentir? Gaara estaba frente a él... ¡Su Gaara! Aquel chico que tanto extrañó, por el que tanto sufrió, por el que tanto lloró. Él estaba ahí, había venido a salvarlo... ¿Cierto? Eso significaba que aún lo amaba, ¿cierto? ¿¡Cierto!?


Pero pareciera como si el pelirrojo no tomara en cuenta la presencia del rubio; pues toda su atención recaía en la figura de Sasuke. Naruto lo notó. La mirada de Gaara era fija, penetrante, llena de lo que parecía ser odio y resentimiento... Todo eso oculto, dentro de unos ojos aparentemente inexpresivos.


Y después, sus zafiros se posaron sobre Sasuke.


Los ojos del Uchiha habían adquirido un intenso color rojo sangre, mostrando casi los mismos sentimientos que los ojos de Gaara y compartiendo también, un rostro inexpresivo.


Turquesa contra rojo...


De pronto, las pupilas aguamarina comenzaron a moverse, dirigiéndose lentamente hacia el rubio de ojos azules.


—Te encontré. — dijo. Su voz, libre de cualquier emoción humana. Sus labios parecieron haber querido formar una sonrisa, pero esta nunca salió a la luz.


Naruto no supo cómo reaccionar ni que decir. Su mente trataba de articular palabras, pero le resultaba prácticamente imposible. Además, Gaara nunca le había hablado de esa manera... Tan fría... Acaso... ¿El pelirrojo estaba molesto con él?


Fue entonces cuando recordó que aún seguía acomodado sobre el cuerpo de Sasuke.


Torpemente, trató de quitarse de encima y cayó sobre el piso. Se levantó con rapidez y permaneció cabizbajo ante la presencia del pelirrojo. Aún no sabía que decir.


Sasuke apoyó su brazo sobre su rodilla y se impulsó para levantarse. Quedando frente al pelirrojo, y a una distancia considerable, volvió a captar su atención. Sus miradas se encontraron nuevamente, ambas, frías y perforadoras.


El Uchiha dobló los labios y el Sabaku frunció ligeramente el ceño.


—No esperaba volver a encontrarme contigo, y menos en un lugar como este — dijo el azabache tranquilamente —. No has cambiado nada desde la última vez que te vi.


— Ahh, ¿sí?— mustió el pelirrojo, manteniendo firmemente ese semblante inexpresivo en su rostro.



Naruto se estaba sintiendo ignorado, de alguna manera. Es decir, se suponía que él era el secuestrado, y que Gaara había venido específicamente por él, ¿cierto? Entonces... ¿Por qué diablos Gaara ignoraba su presencia y enfocaba toda su atención en Sasuke? Sí, ahora sabía que ellos se conocían desde niños, pero... ¡Diablos! Por lo menos merecía un poco de atención, ¿no?

 


 


Silencio, silencio abrumador y perturbante, siendo perforado por el incesante sonido que hacía el reloj al correr.


— Lord Orochimaru, ¿En verdad le va a dejar todo el trabajo a esos dos?


El pelilargo se acomodó en su silla, cruzando las piernas mientras echaba su cabeza hacia atrás.



—No seas impaciente, Kabuto, seguramente Itachi y Sasuke tienen asuntos pendientes con ellos. Dales un poco más de tiempo, ya luego podremos intervenir— dijo mientras paseaba su grotesca lengua por la comisura de sus incoloros labios. El peliplateado de lentes se limitó a asentir tranquilamente, formando una sonrisa maliciosa en sus delgados labios.



No puedo esperar...

 


 


— ¡Te dije que me soltaras, maldito imbécil!


Itachi hacía caso nulo a las amenazas del rubio. Lo ignoraba completamente mientras sostenía firmemente sus muñecas. Lo curioso era que los gritos de Deidara apenas y podían ser percibidos por los oídos de Itachi. Se escuchaban como un eco lejano.


Seguramente había perdido la cabeza. Dejó que Deidara le dijera a Gaara dónde se encontraba Naruto. ¡Y peor aún! No trató de detener al pelirrojo. Lo dejó ir, sabiendo que, quizá estaría poniendo en riesgo la vida de su hermano menor.


No pensaba claramente. Su cabeza era una espiral de ideas borrosas y pensamientos ilógicos.



Por un momento, creyó que estaba mirando a la nada, y cuando todo dentro de su cabeza se acomodó nuevamente, cayó en cuenta de que sus pupilas rubí estaban completamente centradas en aquel pelirrojo de ojos miel.


Ojos miel, grandes y exóticos ojos miel; tan asustados, tan perturbados.


Sí, quería tenerlo de nuevo a su lado, quería poder besar sus labios nuevamente y nunca volver a apartarse de él. Pero el maldito problema seguía ahí, encajado entre sus manos, lanzándole miles de insultos y amenazas de muerte.


— ¿¡Estás sordo!? ¡Reacciona estúpido! ¡Suéltame de una buena vez!


Sus sentidos se agudizaron. Ese grito retumbo fuertemente en sus oídos. Su paciencia azotó contra el suelo.


La bofetada resonó por todo el lugar.


Miró fijamente la mejilla roja de Deidara. El rostro del rubio, con una exagerada expresión de asombro.



—Cállate de una maldita vez— mustió el Uchiha. Su voz, fría e insensible, al igual que sus ojos.



— ¡Idiota!, Ya suéltalo... — habló por fin el pelirrojo, captando toda la atención del Uchiha. ¿Había escuchado bien? ¿Sasori le llamó idiota? Él nunca le había llamado de esa manera; nunca de una manera tan indiferente hacia su persona.


—Dime, ¿por qué habría de hacerlo?— respondió, tranquilamente. Su voz, como siempre tan profunda.


Y de nuevo volvía a confundirlo. Cada vez que Sasori obtenía las fuerzas necesarias para encarar a Itachi, el pelinegro siempre sabía cómo contestar para hacerlo caer, de nuevo.


Y en verdad no era nada difícil responder a eso, ¿o sí? Sólo tenía que decirle que él estaba enamorado de Deidara; que se preocupaba por él más que por nada en el mundo, hasta el punto de llegar a arriesgar su vida por él. Pero era Itachi a quien se lo tenía que decir, y ese simple hecho lo cambiaba todo.


Fuera como fuera, esa era la verdad y tarde o temprano tendría que tomar el valor necesario para decirlo. Sólo ahogar ese nudo en la garganta era lo único que le faltaba.


—Él no te sirve de nada, a quien quieres es a mí, ¿no? Entonces suéltalo y ven por mí — articuló, aun pensando cómo decirle la verdad.


— Dime una cosa, Sasori... Tú... ¿Lo quieres?— preguntó el azabache pausadamente.


¡Mierda! ¿Por qué Itachi le tenía que hacer las cosas tan difíciles? Intentó tragar saliva, pero el nudo en su garganta se intensificó, impidiéndoselo. Mantenía la mirada baja, estaba sudando. Su cabeza hacía un esfuerzo inhumano por formar la frase correcta, por juntar las palabras adecuadas.


Con dificultad, elevó la mirada, fijándola en las dos personas por las que más se había preocupado en su vida. Ambos esperaban escuchar su respuesta, ansiosos, nerviosos, cada uno temiendo un "sí" o en su defecto, un "no"


¿Y qué debía hacer? Tenía que responder con la verdad, pero temía la reacción de Itachi; no quería que lastimara a Deidara después de escuchar su respuesta, no quería verlo estallar de los celos... Pero sobretodo, no quería verlo sufrir.


— No lo quiero— dijo por fin, ladeando la cabeza y bajando la mirada.


Los ojos de Deidara se cristalizaron. Las gotas salinas comenzaban a descender por su rostro, manchando su tersa piel y perdiéndose entre sus cabellos dorados. 

 

Itachi mantuvo un rostro inexpresivo. Dudó.


—Dime, ¿cómo podría quererlo?— habló nuevamente el pelirrojo, levantado la mirada, encarando por fin el rostro lloroso de Deidara.


Calló.


Los segundos continuaron su ritmo, intensificando la tensión que se libraba en ese lugar. El silencio eterno fue perforado por la voz de Sasori.


—Mis sentimientos por él van más allá de un simple querer— dijo, firmemente. Su mirada intensa se centró en ambos chicos. Apretó los puños con fuerza y articuló el mejor conjunto de palabras que le llegó a la mente.


—Te amo, Deidara— dijo en un hilo de voz claro y dulce, sus pupilas centradas sólo en ese rubio.


Tenía que decir la verdad, ¿no? Ya después se atendría a las consecuencias.

 


 


Parecía que el tiempo no avanzaba dentro de aquella habitación. Por ley, los segundos seguían su curso, pero las personas que se encontraban ahí, permanecían estáticas, como una vieja fotografía. Era simplemente la batalla silenciosa que entablaban dos miradas. Y una tercera, "apreciando" la extraña escena.


Los ojos zafiro se esforzaban por tratar de descifrar lo que escondían las miradas asesinas de las otras dos personas, pero por más que lo intentara, bien sabía que no lo lograría. Esos dos eran un enigmático misterio.


—No tengo intensiones de quedarme a platicar contigo— Gaara rompió por fin, el profundo silencio que sacudía el panorama—. Sólo te voy a preguntar una cosa.


Sasuke arqueó una ceja, formando una perfecta y maliciosa sonrisa sobre sus delgados y finos labios. Se cruzó de brazos y soltó su típico "Hmph"


— ¿Ahh, sí? Pues habla entonces— confrontó el azabache, alzando el tono de su voz y manteniendo aquella sonrisa quisquillosa pegada en su rostro.


De golpe, Gaara presionó sus facciones y sus ojos perforaron tortuosamente a los del Uchiha. Una mirada demente, llena de ira y desesperación. Sasuke sintió su cuerpo temblar, aunque claro, trató de disimularlo.


— ¿¡Qué carajos crees que hacías besando a Naruto!?


Probablemente, aquellas palabras fueron pronunciadas con igual o mayor intensidad que su mirada. Y miles de cosquillas punzantes subieron tanto por el cuerpo del pelinegro como por el del rubio.


Entonces, cada uno recibía una mirada. Gaara mantenía sus pupilas penetrantes sobre Sasuke, quien en el momento había doblado su mirada hacia Naruto; éste último, con sus ojos azul metálico temblando, fijos sobre la figura pelirroja.


— ¿Que qué creía que hacía besándolo? Míralo, es adorable— respondió. Sasuke, aún sonriendo, satisfecho por haber logrado hacer que Naruto se sonrojara de nuevo.


Un potente y muy mal disimulado gruñido fue escupido por los labios de Gaara, mientras éste apretaba sus puños con fuerza. Ganas nos le faltaban de soltarle un merecido puñetazo al pobre Sasuke.


—Si te atreves a tocarlo de nuevo te juro que...


—No será necesario, no jures nada— interrumpió el Uchiha llevándose ambas manos a sus caderas y bajando la mirada mientras sus labios se curveaban levemente —. Yo no le hice nada que él no quisiera, así que no te molestes en nada.


...


—A él le gustó besarme— continuó, doblando la mirada hacia Naruto nuevamente — ¿No es así, Dobe?


Naruto tardó en reaccionar, y para cuando se dio cuenta, tenía las dos miradas penetrantes sobre su persona.


— ¿Ehh?— fue lo único que pudo salir de sus labios. La confusión no lo dejaba pensar claramente... ¡Diablos! Ni siquiera prestó atención a lo que dijo el azabache hacía menos de diez segundos.



*Sólo espero que tu estupidez no salga a flote...*


Aquellas miradas exigían una respuesta, respuesta a una pregunta que Naruto ni siquiera se había tomado la molestia de escuchar. ¡Y cómo no! Si toda su atención estaba sobre el pelirrojo de ojos turquesa. Sí, lo había extrañado demasiado, y unas tremendas ganas de lanzarse a sus brazos y robarle un beso desenfrenado se hacían presentes en sus sentidos. Pero claro, ese no era el mejor momento.


—Te gustó besarme— repitió el azabache no en forma de pregunta, sino afirmándolo con firmeza.



Ahora sí le prestó la atención necesaria. Digirió las palabras. Un fuerte sonrojo se apoderó de su rostro y con lentitud bajó la mirada, ocultando sus ojos bajo sus rebeldes mechones dorados, evadiendo la mirada que Gaara mantenía sobre su persona.


No puedo simplemente llegar y decirle que sí me gustó, aunque quisiera... Me encantaría que supiera como me sentí yo cuando lo vi besándose con Lee, pero no puedo…


—Jah, ¿lo ves?— habló Sasuke evidenciando el sonrojo del rubio. Sus ojos del color de la noche volvieron hacia Gaara —. Eso aclara todo, ¿no?


Sonrió para sus adentros al ver que la figura del pelirrojo estaba temblando.


Los puños de Gaara se apretaban con tanta fuerza que pareciera que se fueran a quebrar en cualquier momento. El iris bailaba demente dentro de la pupila y los labios estaban forzados. Un nudo escalaba tortuosamente por su garganta, amenazando con desgarrarla con cada elevación que daba. Él también bajó la mirada, escondiendo sus ojos aguamarina bajo sus revoltosos mechones rojizos.


Y por un tiempo, casi eterno, permaneció así, en silencio, controlando a sus demonios internos y poniendo a prueba su autocontrol.


—Dímelo tú— habló por fin. El hilo de su voz, presionado y forzado, ligeramente pausado.


Saskue entendió rápido la petición de Gaara; por su parte, Naruto necesitó más tiempo del necesario para darse cuenta de que Gaara le estaba hablando a él.


— ¿Ehh?— repitió. Se sintió estúpido por ello.


— ¡Dímelo tú, Naruto!— explotó, pero no por completo.


—G-Gaara...


— ¡Dímelo! ¡Dime si te gustó que él te besara!— gritó nuevamente, haciendo un intento inhumano por controlar su ira.


Después de curvear sus labios, Sasuke soltó una pequeña risita.


—Sí Naruto, díselo; dile cuanto disfrutaste besarme y dejarme probar el dulce sabor de tu boca.


—Y-yo...—esos ojos... No. Simplemente no podía contra esos ojos. Aquellas gemas aguamarina siempre habían sido su debilidad, tan profundas y tan hipnóticas; tan lindas y perfectas, sólo que esta vez, enterrando lágrimas que amenazaban con salir.


—Te gustó...—afirmó el pelirrojo con dificultad, aun ocultando su mirada.


Naruto no lo soportaba. El nudo en su cabeza lo devoraba lentamente. Una punzada clavó en su corazón con casi la misma intensidad de una flecha. No se atrevía a mirar a Gaara a los ojos. Quería remediar todo, pero no sabía la manera correcta de hacerlo.


Después de todo, él y Gaara ya no eran nada


La lágrima desprendió de su mentón.


—Que dramático.


Una voz externa captó la atención de los tres chicos.


Al mismo tiempo, todos corrieron sus miradas hacia la enorme puerta de metal y distinguieron a un peliplateado recargado sobre el marco de esta, observando la escena con una sonrisa maliciosa plasmada en su rostro. El peliplata se acomodó sus lentes redondos y sin borrar una quisquillosa sonrisa, se incorporó al cuarto.


—Toma— dijo, lanzando un arma de fuego pequeña a Sasuke, quien reaccionó inmediatamente y la atrapó con ambas manos —. Termina con esto ya.


— ¿Ahora? ¿No crees que es muy pronto?— contestó el azabache contemplando la fina pistola, delineada con suaves y brillantes serpientes plateadas por toda la extensión. Un juguete perfecto para matar.


—Orochimaru-sama está impaciente; estaba dispuesto a dejar que se divirtieran un poco más, pero ya sabes cómo es— dijo cruzándose de brazos, posado ahora su mirada sobre el rubio y el pelirrojo —. Acaba con esto ya, si no quieres que se desquite con nosotros después.


—Espera, ¿Qué pasa con Itachi?—cuestionó el Uchiha menor, sin apartar la vista del arma que reposaba sobre sus manos.


—Tu hermano tiene sus propios problemas; de todas maneras a Orochimaru sólo le importa a Gaara, así que Itachi-san tendrá más tiempo para divertirse con el pelirrojo que está con él.


— ¿Pelirrojo?


—Sí, está intercambiando miradas intensas con un pelirrojo de ojos miel. Además tiene sujeto a un rubio de cabellera larga.


Los ojos de Sasuke (y los de Naruto) se abrieron como platos.


Entonces Gaara vino junto a su primito... Vaya, después de tanto te reencontraste con tu amor platónico, ¿no, Itachi?


Como sea, suerte hermano, yo tengo cosas que hacer ahora…


Apartó sus orbes del objeto metálico y se giró hacia Gaara y Naruto.

 


 


—Entonces lo amas...


Itachi miró hacia el techo, sus hermosos y profundos ojos rubí, perdidos en la nada. Las lágrimas invisibles que se escondían tras sus pupilas, por fin se asomaban de entre sus hermosos ojos.



Su mano, cautelosa se adentró al bolsillo de su pantalón y, despacio, fue sacando el pequeño objeto. Puntiagudo y peligrosamente filoso, de fino metal reluciente y suave diseño.


Su navaja favorita, sin duda.  


 


Notas finales:

¿Y qué tal?

A los que aún, despues de tanto sigan esta historia, les doy las gracias de corazón x3 jaja. Y debo decir que este ya es el penultimo capitulo.... :C Espero que les haya gustado y tambien espero que les guste el ultimo capitulo, que sin duda publicaré lo mas pronto posible...!!!! En verdad...!!!

 

Y prometo que Saso dará mas pelea en el proximo cap jaja al igual que Gaa!!!

 

Domo domo arigato por leer, y Sayoo!!

 

Las quierooo!!!!!!!!!!!!

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).