Shelter
Capítulo 7
Unos días después, volví del colegio con una idea en mente. Después de un rápido almuerzo me instalé frente a la computadora y elegí una foto en particular: La que le había sacado a ChanYeol esa tarde que me encontré con KyungSoo por casualidad en la plaza. Su sonrisa de enamorado junto a una mirada llena de esperanza era justo lo que estaba buscando. Prendí la impresora y la mandé a imprimir: la máquina tenía todo lo necesario para que saliera en muy buena calidad y en papel especial. Estaba por cerrar la carpeta de las fotos cuando una en particular llamó mi atención. Una foto del mismo día, de mi rostro serio y con la mirada perdida; al fondo se veía a KyungSoo, parado, sonriendo y mirando el cielo mientras disfrutaba de una leve brisa. Sonreí y, antes de que pudiera darme cuenta, ya la había mandado a imprimir.
Guardé la foto de ChanYeol en un folio para que no se estropeara, y me quedé un buen rato mirando la mía. Finalmente busqué en el fondo de un cajón del escritorio un marco, coloqué la fotografía en éste y apoyé el cuadro al lado de la computadora.
***
Terminé de hacer la tarea del día, y me tiré en mi cama doble sin saber qué hacer. Miré mi celular: eran las nueve de la noche.
Dudé unos segundos pero terminé tecleando rápidamente para escribir un rápido y sencillo mensaje de texto.
“Hola, KyungSoo ^^ ¿Cómo estás?”
No pasaron más de diez minutos que respondió.
“No muy bien en realidad, ¿Vos? :)”
Fruncí el ceño, preocupado, y moví mis dedos rápidamente por la pantalla táctil de mi teléfono.
“¿Por qué no muy bien? ¿Te pasó algo?”
“Sólo estoy enfermo. Dolor de garganta, fiebre, tos y mocos. Nada agradable, pero puedo vivir :P Baek también está igual que yo... Desventajas de vivir juntos, ya sabés”
Si BaekHyun estaba enfermo, ¿Quién cuidaba a KyungSoo? Y... ¿Quién cuidaba a BaekHyun?
“¿Querés que vaya a ayudarlos? Si están los dos enfermos...”
“No te preocupes, Jonginnie. ¡Gracias igual! Baek no quiere llamar a ChanYeol para que lo ayude a él (Yo me las puedo arreglar) Así que estoy haciendo lo posible por ayudarlo”
“Voy para allá. Vos también necesitás que te atiendan”
Simplemente respondí, ignorando mi celular cuando llegó su respuesta. Puse los materiales del colegio en mi mochila junto con algunos medicamentos y cosas que podrían llegar a ser útiles, algo de ropa y mi cepillo de dientes.
***
Salí de mi habitación, marcando el número de ChanYeol, quién tardó bastante en atenderme.
- ¿Mami?- susurró con voz ronca, claramente muy dormido.
- Soy Jongin, Channie, Jongin... Baek está enfermo, tenés que ir a su casa ya para ayudarlo- le expliqué entre susurros para que mis padres no me escucharan -Yo ya estoy yendo- agregué.
- Comprá manzanas rojas- respondió. Bufé, exasperado, y le corté. Con suerte en algún momento se daría cuenta de lo que le había dicho e iría a la casa de KyungSoo y BaekHyun. Entré a la sala y me acerqué al lugar donde mi papá miraba la televisión y mi mamá leía un libro.
- Papá...- desvió sus ojos de la pantalla para mirarme.
- ¿Qué pasa, Jonginnie?- preguntó.
- ¿Me llevas a lo de un amigo? Nos olvidamos de hacer una tarea grupal y la tenemos que entregar mañana...
***
Miré al auto de mi papá desde la entrada del edificio de KyungSoo. Él me sonrió, esperando a que alguien me abriera para poder irse tranquilo. Miré el tablero con los pequeños botones dorados y mordí mi labio inferior nervioso. ¿Y si no estaba lo suficientemente fuerte como para bajar a abrirme? ¿Y si no quería abrirme? Espié disimuladamente a mi papá, que ahora estaba concentrado en su teléfono. En un arranque de valentía y locura, pasé mi mano por todo el tablero, tocando varios timbres. Después vigilé que mi papá no hubiera visto eso. Supuse que era por el horario que no respondía nadie, porque les daba miedo que fuera un ladrón o algo...
- ¿Hola?- dijo una voz de mujer.
- Sí...- me aclaré la garganta y seguí hablando con voz más grave a propósito -Soy... del delivery- mentí sintiendo mi cara enrojecer. Para mi enorme sorpresa la puerta emitió un sonido: me estaban abriendo. Empujé de la manija y me giré para saludar a mi papá, qué sacudió su mano con una sonrisa y puso el auto en marcha. Finalmente estaba dentro del edificio... Cuando le contara a ChanYeol y a Sehun lo que había hecho seguramente se destornillarían de risa.
Subí al ascensor y apreté el botón del piso siete, caminando cuando llegué hasta el departamento “C”. Golpeé con fuerza varias veces, desesperándome sin dar tiempo a cualquiera de los chicos a que abriera y volviendo a golpear. Al tercer ataque a la puerta, ésta se abrió lentamente revelando a un muy abrigado KyungSoo, temblando con la nariz roja y medio chorreante. Se veía chiquito y tierno bajo tantas capas de ropa.
- Te dije que no era necesario- comentó con voz extremadamente ronca, nasal y gangosa -Pero gracias- sonrió, o eso intentó, ya que un ataque de tos lo invadió. Me acerqué a él y le pasé un brazo por los hombros para hacerlo entrar: el frío del pasillo sólo lograría empeorar su estado. Caminamos casa adentro, quería llevarlo a que se acostara en su cama.
- No podía dejart... dejarlos solos y enfermos. Le dije a mi papá una mentirita piadosa y logré que me trajera... ¿A dónde vas?- pregunté cuando siguió de largo la puerta de su habitación.
- Baek...- susurró -Termómetro- hablaba lo menos que podía, supuse que por el dolor de garganta. Lo seguí, viendo a BaekHyun semi dormido, se veía claramente peor. KyungSoo bajó un poco las mantas y metió la mano por el cuello de la camiseta de BaekHyun para quitarle el termómetro de abajo de su axila. Lo miró y tomó de la mesita de noche una toalla mojada para colocarla en su frente. Me miró y formuló sin sonido las palabras “Está mejorando”.
- Eso es bueno- dije bajito para no despertar al chico acostado -Ahora vamos a atenderte a vos- casi ordené, yendo en contra de mi naturaleza, prácticamente empujándolo fuera de la habitación.
Después de que KyungSoo se puso bajo las mantas lo arropé bien y me senté a su lado. Decidí mandarle un mensaje a ChanYeol, apurándolo a que llegara a hacerse cargo de BaekHyun: sabía que KyungSoo no iba a descansar bien hasta que su mejor amigo mejorara, o hubiera alguien cuidándolo.
- Baek se va a enojar- murmuró, adivinando lo que acababa de hacer.
- Que se enoje- le sonreí -Pero Channie se merece saber que está mal, y Baek necesita alguien que lo atienda- le toqué la frente, sintiendo su piel ardiendo y pegajosa. Fruncí los labios con preocupación y salí de la habitación para buscar una pequeña toalla en el armario del baño y mojarla (Imitando lo que había visto que KyungSoo había hecho por BaekHyun) Volví a su lado, viendo sus ojos entrecerrados y sus labios entreabiertos mientras respiraba con cierta dificultad. Con delicadeza apoyé varias veces la húmeda tela por varias zonas de su rostro, y finalmente levanté su flequillo para dejarla sobre su frente.
- Gra... Gracias- dijo casi inaudiblemente- le sonreí con ternura y acaricié su mojado, debido al excesivo sudor, cabello.
- No es nada... Voy a...- intentar -cocinar algo para que coman-me paré, sintiendo unos débiles dedos cerrarse alrededor de mi muñeca -¿Qué pasa?- pregunté dulcemente -Necesitan comer algo- me observó sin decir nada -¿Tomaron algún medicamento?- asintió -Bueno, ahora si comen algo van a estar todavía mejor. ¿A qué hora lo tomaron?- levantó una mano, mostrando sus cinco dedos, y miré mi reloj de pulsera. Hacían cinco horas que habían tomado el remedio, todavía faltaba un rato para que pudieran volver a ingerirlo -¿Querés un poco de agua?- le ofrecí, asintió y me dio un tierno intento de sonrisa -Ahora te traigo.
Fui a la cocina, preparé dos vasos con agua y le dejé uno en la mesita de noche a BaekHyun que estaba profundamente dormido. De seguro se iba a despertar con sed. Después fui a la habitación de KyungSoo, lo ayudé a sentarse y le llevé el vaso a los labios, ayudándolo a tomar inclinando levemente el recipiente de vidrio. Dejé el vaso y con mi mano sequé el agua que había descendido por su mentón.
Su ceño se frunció profundamente cuando el timbre empezó a sonar repetitivamente, y se apoyó ambas manos a los lados de su cabeza. Casi corrí hasta el teléfono del portero y abrí con el automático cuando supe que era ChanYeol el bestia que estaba tocando el timbre así. No pasó mucho y golpearon la puerta, la cual abrí enseguida para que no siguiera haciendo tanto ruido.
Me quedé de piedra al ver a ChanYeol vestido con un pantalón azul marino hasta las rodillas, una remera amarilla con los ojos, boca y mejillas de Pikachu que le quedaba muy ajustada y corta, zapatillas para hacer deporte y las medias que asomaban por el borde del calzado eran diferentes.
- Channie... ¿Y esa...?
- No preguntes- dijo, aplanando como podía su pelo de recién levantado -Salí como estaba y me tomé un taxi. Por suerte mis papás no estaban. ¿Baek?
- En su habitación...- cerré la puerta cuando entró a la casa.
- ¿ChanYeol...?- cuestionó a mis espaldas una voz rasposa. Miré a mi mejor amigo alzar a un confundido BaekHyun y llevárselo por el pasillo.
- Channie, ¡Ayudame a cocinar algo!- le pedí mirando a la complicada cocina.
***
- Por favor- le pedí a KyungSoo, quien negó con la cabeza -Tenés que comer, sé que no es lo más delicioso, no somos tan buenos cocineros; pero hicimos lo mejor que pudimos para que aunque sea tomaran una sopa antes del medicamento- hizo un puchero y observó el humeante plato de comida.
- No es por eso...- habló despacio -Es que... no quiero comer- volvió a hacer un puchero y suspiré. Tomé el plato en mis manos, apoyándolo en mi regazo y hundí la cuchara para llenarla de caldo y algunos pequeños fideos. Lo llevé a mi boca y comí el contenido.
- Mmm, ¿Ves? ¡Está muy rico! ¿No querés probar?- le sonreí mostrando los dientes. Él rió en silencio.
- No soy un bebé, no vas a engañarme así- informó, pero no pudo negarse cuando le ofrecí de la sopa llevando la cuchara a su boca. Repetí la acción varias veces, limpiando su mentón de vez en cuando para que no cayera caldo en las sábanas.
Unos cuantos bocados después, corrió la cara sin querer seguir comiendo.
- Una más- le hice una mueca tierna para que aceptara, y comió una última vez. Le ayudé, o más bien obligué, a terminar un vaso de agua entero y después le acomodé las almohadas para que se acostara. Puse la televisión y fui pasando los canales hasta que lo vi levantar un pulgar en aprobación a lo que estaban dando. Quería que se distrajera, y además parecía que la sopa le había hecho un poco bien. Palmeó a su lado para que fuera con él. Me senté a su lado y él apoyó su cabeza en mi hombro.
- Gracias- susurró, depositando un débil beso sobre la tela de mi ropa. Le acaricié el pelo con ternura.
- No es nada- sonreí, sosteniendo la toalla que había enjuagado sobre su frente.
***
- Jongin...- dijeron cerca mío. Me removí en mi lugar, sin querer despertarme -Jongin... lo maté.
- ¡¿Qué?!- exclamé, alarmado, abriendo los ojos de golpe.
- Que vomité- respondió KyungSoo frunciendo el ceño -¿Qué entendiste?- preguntó con la voz más rasposa que antes.
- Que lo mataste... No sé a quién, pero me asusté- respiré más tranquilo -¿Estás bien?
- Sí... Fui al baño y me agarró una tos tan fuerte que terminé vomitando...
- Entrá de nuevo en la cama- le pedí notando que estaba parado -Yo te traigo agua para sacarte el mal sabor- asintió y se acostó en la cama, tapándose con las mantas. Le acomodé la montaña de tela arriba suyo antes de tomar el vaso vacío de la mesita e ir a la cocina. Confiaba en que ChanYeol estaba haciendo un buen trabajo con BaekHyun, ya que no se escuchaba nada en la habitación. Probablemente dormían. Miré mi reloj: tres de la mañana. Mejor iba abandonando la idea de ir al colegio al día siguiente... Mis padres no tenían por qué enterarse de que iba a faltar, y después ya vería qué decirles para quedarme la siguiente noche también. Siempre y cuando no fuera una molestia para KyungSoo.
- KyungSoo... pienso quedarme en la mañana... y en la tarde y en la noche- susurré contra su pelo mientras estábamos tirados en su cama intentando volver a dormir.
- No- tosió dos veces y se removió entre mis brazos para alejarse un poco -Tenés que estudiar.
- No, Soo... cuando se trata de vos no me importa nada más. Me voy a quedar a cuidarte hasta que estés sano de nuevo- volvió a acomodarse en mi abrazo y lo sentí sonreír contra mi cuello.