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Andrógino por Hacchiko

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Notas del capitulo:

3739... 3739... 3739...

 

¿Es en serio? ¿No me están mintiendo? ¡Son tantas leídas! ¡Muchísimas gracias, de verdad, por todo! ¡Por leer, por comentar, por esperar!

 

También me quiero disculpar, lo siento, no tengo excusas, pero tampoco tiempo libre. Aun así, me esforzaré al máximo para mejorar.

 

De nuevo, muchas gracias a todos, espero que les guste. Besos y abrazos psicológicos♥

 

 

 

 

 

¡Una cosita más!...

 

IMPORTANTE.

 

Todavía no creo el número de leídas que tengo. En serio, no puedo creerlo, y no sé si es la misma persona que vuelve a leerlo 1000 veces o si son 1000 personas diferentes. Para eso, tengo una simple y sencilla solución. Hice un facebook (no me gusta promocionarlo pero.. no tengo de otra) hace bastantito, es más, lo tenía listo desde el capitulo pasado, pero como vine rápido y me fui todavía más rápido, olvidé ponerlo.

 

Les agradecería que se unieran, para tenerlos contaditos, además, quizá si, quizá no, pueda publicar.. ahm.. algún adelanto, o alguna preguntilla para cuando no tenga mejores ideas que escribir.. o simplemente pasar el tiempo interactuando con ustedes, conociéndolos un poquito más.

 

 

 

A los interesados...

 

Hacchiko Fanfics

 

 

Andrógino

Semana 2, día 1; Filmando segundo episodio.

Capítulo 6: Madurez

 

 

 

Ambos corrían por los trigales jugando, persiguiéndose, hasta que la persona a la delantera tropezó, y el otro cayó encima de ella, rodando por la colina, llegando al fin a césped verde y plano.

 

 

Se separaron, quedando uno al lado de otro, acostados boca arriba, riendo. Ella se puso de costado, y se le quedó mirando. Su cabello era negro y largo hasta apenas rozar sus hombros, sus alegres y al mismo tiempo, infantiles ojos le miraban con emoción incontrolada. Sus mejillas estaban rojas por el reciente ejercicio, y sus labios rosas brillaban por la reciente bañada de saliva gracias a su lengua. Definitivamente, la criatura más bella del mundo, desde los ojos de Choi Min Ho.

 

 

-Tae, eres hermosa. -notó que el comentario le incomodó, al ver como mandaba su vista al pasto, nerviosa.- Me gustas mucho. -soltó finalmente, haciendo que ella levantara su vista de inmediato, sorprendida, pero antes de esperar una respuesta, se atrevió a acercarse, para acariciar su boca con la suya, ignorando el ligero temblor en su labio inferior, o su mirada que rehuía de la suya y la besó suave, con ternura y delicadeza, como si en cualquier momento se pudiera romper.

 

 

Min Ho no podía estar más contento, sonrió victorioso entre el beso que compartía con la dulce niña. Segundos después se separaron y se miraron a los ojos sonriendo, hasta que Tae dijo algo que le cayó como balde de agua helada en la cabeza a Min Ho e hizo que su sonrisa se borrara.

 

 

-Gracias por aceptarme, Hyung.

 

 

Min Ho se sentó en el colchón de inmediato, espantado y sudando frío. Miró a su alrededor y descubrió con alivio que se trataba de su habitación, la que compartía con los chicos de SHINee. Respiró más tranquilo, calmándose, y extrañamente, tuvo un gran impulso de ver a Tae, por lo que volteó a su izquierda, viendo el colchón inflable en el que dormía profundamente, tapada hasta la cintura por sus cobijas, con ambos brazos a los lados de su cara, y su rostro volteado hacia él; incluso dormida se miraba bellísima. Al pensar en eso se auto regañó asustado. No sabía todavía si era mujer, por lo que no podía confiarse ni dejarse encantar por Tae. Suspiró cansado, y una última vez volteó a verla, antes de acostarse para volver al mundo de los sueños.

 

 

 

 

 

 

 

 

Apartamento de SHINee; 10:49 a.m.

 

 

 

Los cuatro chicos esperaban a Tae, quien se cambiaba en el baño. Ya era hora de irse, Ki Bum necesitaba entrar al sanitario por su bolso olvidado y Tae seguía encerrada. Con un tono enfadado, Key se acercó a la puerta, tocó fuertemente dos veces y gritó.

 

 

-¡Yah! ¡Tae, se nos hace tarde! ¡¿Qué esperas?! -y seguido de esto, se cruzó de brazos, dando pisadas rápidamente con el pie.

 

 

-Pudiste decírselo con más dulzura, ¿no crees? -preguntó Onew al desesperado Key, pues su manera de apurar había sido muy grosera y ruda. Ki Bum suspiró, a veces, Onew parecía más Omma que él.

 

 

-¡Ya voy! -respondió Tae desde el interior del baño.

 

 

-¡Eso dijiste hace media hora! -contestó impaciente Jjong.

 

 

-Mmm... ¿será que...? ... -murmuró Onew, llamando la atención de los tres restantes. Desde que se levantaron, Jin Ki decía comentarios al azar para confundir aún más a sus Dongsaengs,  burlándose de ellos, por lo que tal suposición no pasó desapercibida, al igual que las quince veces anteriores. Pero antes de que alguien pudiera continuar, la puerta se abrió dejando ver a Tae, y la reacción fue inmediata: todos se quedaron con la boca abierta por la sorpresa.

 

 

Su cabello era amarrado en una liga medio alta, no tenía ni una pizca de maquillaje, tenía una camiseta blanca de cuello de tortuga, y encima su grueso suéter negro (con gorro) que llegaba a su cadera y se pegaba a su cuerpo, resaltando su pequeña cintura y sus deliciosas caderas , además de tener las mangas lo suficientemente largas como para dejar solo las puntas de sus dedos afuera; un pantalón pegadito con algunas rasgaduras, destacando sus bien formadas -y delgadas piernas-, y unas botas negras con un poco de plataforma. Todos estaban con cara de "wow". Era sorprendente el cambio que la ropa y el maquillaje podían hacer, sin embargo, Key rompió cualquier hechizo con un pisotón que dio al suelo.

 

 

-¡Yah! ¿A dónde crees que vas tú? -preguntó la madre con sus puños a los lados, enojado por no saber nada. Tae simplemente sonrió, tomando una mochila (de una correa) que reposaba en el suelo, a un lado del lavamanos.

 

 

-A la escuela.

 

 

-¡¿Qué?! -gritaron todos, no esperaban tal respuesta.

 

 

-¿¡Te dejan ir así?! -expresó Jong Hyun con asombro, preguntándose a qué escuela iba la criatura.

 

 

-Voy a una escuela mixta. -soltó Tae, respondiendo sus preguntas mentales- sí uso uniforme, pero la SM se encargó de convencer a mi director de que yo usase ropa normal para no perder la -levantó sus manos a cada lado de su cara, usando los dedos índice y medio de las dos manos para imitar un doble comillas- "magia" del show.

 

 

-¿Y los que te conocen? -dudó Jong Hyun.

 

 

-No habrá problema con ellos, te lo aseguro. -soltó Tae.

 

 

-¿Y.. Por qué no fuiste a la escuela la semana pasada? -preguntó Onew.

 

 

-Porque "estaba enfermo". Me dijeron que necesitaba dormir aquí mínimo la primera semana.

 

 

Todos abrieron la boca en un comprensivo «oh», ahora sí, todo tenía sentido. Meditaron un poco más para aprovechar ese momento y decir todas sus dudas de una vez, pero ya no había otra. Tae, viendo la oportunidad, salió de ahí directo a la puerta, pero un reclamo de Key le hizo detenerse.

 

 

-¿No olvidas algo? -insistió Ki Bum cruzándose de brazos, Tae sonrió alzando sus hombros.

 

 

-Soy un hombre esta semana, y los hombres no san besitos.

 

 

-Eres un pre-puberto. ¡Claro que das besitos! -se quejó Key, con sus brazos cruzados. Tae suspiró sonriendo ante la terquedad de su madre, y se acercó lentamente.

 

 

-Está bien. -le dio un beso en la mejilla a la diva, todavía en su pose de madre indignada, pero con los puños en las caderas, seguido fue con Onew que se rió divertido y un poco avergonzado, luego con Jong Hyun, que por supuesto sonrió al cielo imaginándose a Tae como su linda y muy joven novia. Pero cuando llegó con Min Ho, todo fue diferente; ella al aproximarse con sus labios parados y estar a punto de tocar la piel de su Hyung, éste aplicó la «matrix ligera», que consistía en alejar su cabeza hacia atrás, no tanto como para tocar el piso, sino para evitar el beso de su dongsaeng. Tae, al ver esto, frunció su ceño.

 

 

-Hyung, ¿qué pasa? -todos voltearon a verlo, sorprendidos, no pensaban que fueran a reaccionar así, ninguno de los dos.

 

 

-Eh... Nada. -soltó nervioso evitando ver sus ojos, o más bien, cualquier parte de su cara. Tae inclinó su rostro a un lado, extrañado. Luego sopló en su mano, y la olió. Le miró a la cara.

 

 

-¿Me apesta la boca? -soltó Tae, un poco avergonzado. Min Ho, al oír eso, volteó a verle la cara.

 

 

-¿Qué? ¡No! ¡Claro que no!

 

 

-Entonces, ¿qué es? -preguntó, de nuevo enojado, en verdad le había ofendido qie rechazara su beso.

 

 

-¡No lo sé! -admitió avergonzado, alzando sus cejas y hombros. Tae cerró los ojos sobando su frente con las yemas de sus dedos. Luego, con esa misma mano lo señaló, abriendo sus ojos.

 

 

-Escucha, se me hace tarde para la escuela y Key Umma quiere que les dé un beso a todos, si no te lo diera a ti, te estaría discriminando.

 

 

-Puedo vivir con eso. -respondió Min Ho, con la tranquilidad estilo «no quiero tomar agua, gracias», y Tae abrió su boca en forma de O, lo más que pudo, al igual que el resto, sorprendidos por el terco rechazo.

 

 

-¿Qué? -apenas pudo articular Tae, con su orgullo pisoteado en algún sucio lugar del suelo.

 

 

-Que así estoy bien. -Tae, ya testarudo, decidió que pasara lo que pasara, le daría ese jodido beso, quiera o no, y ya no era por el mandato de Key, sino por su orgullo, ¿qué tiene Choi Min Ho tan especial que no quiere que lo besen? Él lo lograría. Tomó el hombro de su Hyung con su mano izquierda, y con la derecha, su barbilla, haciendo uso de toda su fuerza, intentó dejarlo quieto para darle un beso. Ahí, Min Ho empezó a sentir pánico, si ya estaba bien confundido sobre sus sentimientos hacia Tae, con un beso estaba seguro de que todo empeoraría, así que comenzó a moverse como un pez fuera del agua, sosteniendo con ambas manos la pequeña y bien definida cintura del menor. Un celular sonó con todo y vibración, Key notó que era el que estaba en el bolsillo del suéter que Tae tenía puesto.

 

 

-Tae, tu celular. -pero el niño no escuchaba, estaba muy ocupado queriendo paralizar a su Hyung.

 

 

-Oye Tae, ¿no se te hará tarde? -trató de distraer el líder, pues tenía un mal presentimiento acerca del resultado de esto, pero nuevamente, fue ignorado. Fue cuando Min Ho se rindió y trató de detenerle con palabras, giró el rostro para verle a la cara.

 

 

-Escucha, se te..

 

 

Todos se quedaron de piedra. Min Ho había escogido el peor momento para quedarse quieto, pues Tae quiso aprovechar, y Min Ho, al girar el rostro, estuvo a menos de dos centímetros para que sus labios se unieran, siendo inevitable un choque de bocas, dejándolo asombrado, en shock. Tae al sentir su boca contra la de su Hyung, abrió aun más sus ojos, sin poder creerlo, pero ya no podía separarse: estaba paralizado por la sorpresa. Segundos después, con lentitud, se separaron,  provocando un sonido a chasquido por la forzada desunión de sus labios, pero  solo unos centímetros, sin soltarse, observando el rostro del otro con atención. No podían creer lo que había pasado, su corazón se apresuró, aumentando velocidad al bombeo y volumen al sonido, dejándolos sordos. Sus manos empezaron a sudar a chorros, y sus respiraciones se hicieron más pesadas. Hacía mucho calor, todo se puso sofocado, sin aire. La sorpresa era bastante, ni ellos si el resto podían asimilarlo. Todos estaban de piedra.

 

 

De repente, Tae entendió algo, aun más nervioso, se alejó medio paso, subiendo una mano para acariciar sus labios y murmurar algo, que aunque fue un pensamiento en voz baja solo para él, fue perfectamente audible para todo el cuarto.

 

 

-Mi primer beso..

 

 

No, no. ¿Tan rápido? No era justo, él quería guardarlo para el amor de su vida, para su pareja y ahora, ¿lo había perdido por eso? ¿Con quién habría sido? ¿Con un (a) modelo? ¿Con un (a) mesero (a)? ¿Con un (a) actor (actriz)? Ya no iba a saberlo, porque ya lo había perdido.

 

 

Por otro lado, Choi Min Ho representaba un mapa parecido: «me besó.. Me besó.. ¡Me besó!» alegría infinita bailaba en su ser, pero también estaba la culpa «era su primer beso...», y el arrepentimiento «¿en verdad es una mujer?».

 

 

Todos estaban en silencio, quietos, cuando escucharon unos pasos acercándose hasta entrar al apartamento. Era un hombre de seguridad, no pasaba de los 35, rapado con impecable traje negro, zapatos lustrados del mismo color y lentes de sol. Parecía un agente secreto, pero la verdad es que era el guardaespaldas que la SM había contratado para Tae. Este hombre entró como si se tratara de su propia casa, tomó a Tae de la cintura y se lo puso en el hombro como si de un costal de papas se tratara, tomó la mochila con la otra mano, dio una reverencia de noventa grados, y salió de ahí.

 

 

El silencio aguantó por unos minutos más, al igual que la tensión por la reciente escena. Fue cuando alguien decidió romper el silencio, es decir, Kim Jong Hyun, quien frunció el ceño, enojado, y corrió hacia su dongsaeng, se le echó encima y con sus flacuchos brazos intentó estrangularlo, gritando, los demás reaccionaron y corrieron a separarlos.

 

 

-¡Te voy a matar! -juró enfadado sin querer soltarlo, con Onew abrazándolo a su cintura para jalarlo.

 

 

-¡Te juro que fue accidente! -murmuraba Min Ho mientras ponía sus brazos entre los de su mayor y su cuello para que no le asfixiara, siendo abrazado por Key.

 

 

-¡Aún así te mataré! -y le apretó con más fuerza, Ki Bum, ya entre asustado y desesperado, soltó a Min Ho y se puso en cuatro para gatear y posicionarse entre los dos cuerpos, rápido saltó y estiró sus brazos a los lados, gritando, logrando con éxito, separarlos.

 

 

-¡Basta! -exclamó Ki Bum al lograr la calma.- Jong Hyun, no entiendo por qué te enojas si tú viste que no pasó nada, Tae no es tu novia como para estar celándole, ni siquiera sabes si es mujer. ¡Así que compórtate como hombre!

 

 

Silencio de nuevo, Jong Hyun respiró profundo, intentando calmarse, sin poder evitarlo. Min Ho se acarició el cuello, agradeciendo la interrupción de Key. No podía creerlo, apenas empezaba el día y ya estaban peleando. Key bajó la mirada, esperando a que la tensión disminuyera. Onew estuvo a punto de hablar para alivianar un poco el momento, cuando una música sonó. Jin Ki metió la mano en su bolsillo trasero, sacando su celular y contestó. Segundos bastaron para que Onew asintiera, aceptara y colgara.

 

 

-Hyung dijo que ya vienen por nosotros, retrasaron la entrevista porque nosotros no llegábamos. -informó guardando su celular en donde estaba. El silencio se prolongó, no había nada que aclarar. Jong Hyun se cruzó de brazos y salió del cuarto, Min Ho se fue a la habitación y Key se quedó ahí, mirando al suelo fijamente, cuando su mente estaba en otro mundo. Onew se acercó y posicionó su mano en el hombro del chico, que dio un pequeño saltito por la sorpresa y levantó su mirada hacia él.

 

 

-Ya se le pasará. Tú lo conoces. -dijo Onew, con intención de alivianar a su amigo, pero su mirada preocupada le decía a gritos que nada estaba bien. Jong Hyun jamás le había ignorado... Usualmente, Ki Bum era la píldora mágica que aliviaba sus dolores, que no solo le hacía olvidar sus problemas, sino que también los reparaba y los desaparecía, pero en ese momento, se sintió como un completo desconocido al que no valía la pena gastar ni un momento, ni la mirada, ni el esfuerzo. Olvidado, desplazado, ignorado. Todas al mismo tiempo.

 

 

Era claro que Jin Ki desconocía sus problemas, no porque desconfiara de él, en absoluto; Jin Ki era un ángel caído del cielo que a pesar de ser torpe, era muy perspicaz, leía su mente y sabía siempre como hacerle sentir mejor. Lo quería tanto como un hermano mayor de verdad, aquél que jamás pudo tener. Sin embargo, aun sabiendo que podía tirarse a sus manos con los ojos cerrados, no podía contarle este secreto en particular. Por supuesto que no. Y es que ni Kim Ki Bum mismo (o sea él) podía creerse que era gay, imposible. Bueno, le gustaba jugar con las muñecas de sus primas, su color favorito era el rosa, tenía mejor estilo que la mayoría de las mujeres a las que conocía -sino es que a todas-, y todo eso, pero jamás se le pasó por la cabeza la idea de gustarle un hombre. Eso hasta que conoció a Kim Jong Hyun.

 

 

Necesitaba gritarlo, pero su mente lo regañaba constantemente, no era correcto y se avergonzaba de sí mismo por tener esos sentimientos. Pensar en la reacción de Dubu, (como él le decía de vez en cuando a Onew) le daba miedo. ¿Y si ya no le volvía a hablar? Después de Jong, él era su mejor amigo, no podía arriesgarse a perderlo por una emoción tan ridícula, vergonzosa y, al mismo tiempo, embriagadora, hipnotizante y adictiva.

 

 

Onew notó la indecisión en los ojos de su pequeño hermanito postizo. Si Ki Bum no quería contarle, él no lo obligaría, por más que le doliera saber que no confiaba en él. Notó esa maldita tristeza ahogando los ojos del de ojos delineados, y se sintió peor por no ayudarle. Suspiró derrotado, y le abrazó por los hombros, como en un mudo mensaje de «aquí estoy, pequeño dongsaeng». Key se dejó hacer, rodeando la cintura del más alto con ambos brazos, hundiendo su cabeza en su camisa polo, meditando qué estaba haciendo mal.

 

 

 

 

 

 

 

 

Era normal que Tae estuviera nervioso, en una zona abierta, donde el techo estuviera a muchísimos metros de siquiera distinguir su cabeza entre las otras, donde el diálogo de dos personas era un repetitivo eco que volaba y rebotaba entre los pasillos, donde una palabra era un grito insistente que llegaba a varias "cuadras" alrededor, había un segundo y hasta tercer piso, donde había más y más tiendas, con gran variedad de artículos disponibles a vender.

 

 

Exacto, estaban en un centro comercial, en medio de su trabajo, una firma de autógrafos dentro de una tienda de cosméticos, donde las chicas se amontonaban para hacer fila, presumiendo su amor hacia el grupo entero gritando juramentos exagerados. En fin, era una larga mesa con cuatro sillas, en las que estaban sentados SHINee, soportando pacientemente un largo día de cansancio, recibiendo con una enorme sonrisa llena de agradecimiento a sus fanáticas (aunque también había uno que otro hombre).

 

 

La fila iba de derecha a izquierda, empezando por Onew, Jong Hyun, Key, Min Ho y al final Tae, sentado sobre la mesa ya que los encargados del centro comercial no estaban informados de que habría uno más, aunque en cada orilla había un guardia de seguridad, vigilando que los visitantes no abusaran de su confianza.

 

 

El resto de SHINee había empezado el día amargo principalmente porque después de la pelea y ese inesperado beso (en verdad inesperado), Key, Jong Hyun y Min Ho no volvieron a hablarse, a pesar de los esfuerzos de Onew por reconciliar a sus amigos. Todo esto, hasta que el niño (o niña) favorito de ellos llegó a casa, saludando con un beso en la mejilla a cada uno de sus Hyungs (Oppas) excepto con Min Ho, en cuanto se separó de Jong Hyun, miró al chico alto con el ceño fruncido, como si le hubiesen puesto un castigo o meta dificil de superar. Se acercó con mucha lentitud, añadiendo peso a la tensión que se formaba en la habitación, y de repente, le dio un beso a la palma de su mano, corrió hasta Min Ho y le dio una palmada, que por querer ser rápido, fue demasiado brusco y se alejó de ahí, dejando al otro con un fuerte ardor en la mejilla. Aquella escena fue como un cierre que los alivianó un poco, pues ese primer beso no lo querían recordar por ningún motivo. Onew agradecía profundamente la ligereza y confianza con la que Tae los trataba, en ocasiones, esa era su solución, relajarse, y Tae era el antídoto y arma secreta de SHINee.

 

 

Tae hizo su tarea y al cabo de unas horas fueron al centro comercial donde ya se formaba una larga fila de fanáticas histéricas. El ver tanta gente le puso nervioso, y Jong Hyun, al notarlo, le prestó su teléfono para que jugara, ya que el suyo no tenía juegos. Al instante, Tae se adentró en el vicio, siendo un santo remedio para sus enfadosas emociones.

 

 

Las chicas (en su mayoría), iban de uno en uno, recopilando firmas, diciendo su nombre para que ellos le añadieran una nota personal. Cuando llegaban con Tae, sus deslumbrantes sonrisas se reemplazaban por una mueca de confusión, que era ignorada por Tae, pues se encontraba jugando quien sabe qué en el celular, que solo movía los pulgares, deslizándolos por la pantalla sacando la lengua, y de vez en cuando, daba una patada cuando perdía, alejando de inmediato a las chicas con sus bruscos movimientos.

 

 

Al aburrirse (de tanto perder), alzó la cabeza haciendo un puchero e inflando sus mejillas, volteó a su izquierda, donde se encontraba sentado Min Ho, ignorando por completo a las muchachas curiosas a su alrededor.

 

 

-Hyuung..

 

 

Min Ho, al oír el llamado del niño, cortó la conexión de sus ojos a la foto que en ese momento firmaba, levantó su cabeza para verle expectante. Sonrió dulce al ver el berrinchudo puchero del menor y soltó una risa al ver que no decía nada.

 

 

-¿Qué pasa? -preguntó sonriendo todavía, las fanáticas estancadas en la fila miraron con asombro a su Oppa, ¿en verdad ese mocoso conocía a su Oppa?

 

 

-Quiero una nieve.. -pidió alzando más sus labios en piquito, viéndose aun más adorable. Min Ho sonrió enternecido. De inmediato, al escuchar la contestación del adolescente, ellas giraron a verlo, sentado en la mesa, balanceando sus piernas hacia el frente y atrás.

 

 

-Está bien, ya casi terminamos. -aseguró Min Ho asintiendo antes de volver su rostro a la hoja frente a él y firmarla.

 

 

Una de las mujeres, joven de no más de quince años, con cabello lacio corto y redondo como una pelota, con una colita en su cabeza atada por un moñito, parecida a una manzana, se atrevió a preguntar algo que, por la emoción, parecía más un grito exigente que una petición.

 

 

-¿¡Conoces a Min Ho Oppa!? -todas asintieron como si así pudiesen apoyar a su compañera shawol, todas con sus ojos bien abiertos, y la boca en forma de "o". Tae viajó su mirada desde el alto pelinegro hasta la mujer que había gritado aquello. Su rostro era serio, como calificando los rostros de aquellas personas que esperaban anhelantes su respuesta. Luego, Tae mostró una media sonrisa.

 

 

-Claro. Si yo vivo con él. -afirmó tranquilo, al instante las fans aspiraron asombradas sin creer aquella contestación, sus bocas abrieron como peces boqueando y sus ojos parecían a punto de salir de sus cuencas por la impresión.

 

 

-¡¿Quién eres tú?! -gritó otra de las fanáticas atoradas, de ella, por su baja estatura y posición al final, solo podía notarse su oscura coronilla y sus enormes lentes con cristal transparente, cuyo marco tenía en la esquinita una mini Hello Kitty. El resto de SHINee volteó, apenas, a ver el escándalo que Tae provocaba con su simple presencia y confianza. El menor del grupo, sonrió una vez más, ganándose algunos suspiros.

 

 

-Solo digamos que es una sorpresa. -nuevamente, las chicas tomaron aire, con más fuerza y ruido, a punto de atragantarse, impactadas, y empezaron a voltearse unas con otras para discutir chismes sobre el tema, cada quien con una sospecha diferente sobre el pequeño. Un guardia de seguridad se acercó para moverlas, pues las siguientes no podían avanzar, era un tráfico de shawols excitadas repartiendo chismes recién inventados y alguna que otra información relativa al tema. Tae elevó las comisuras de sus labios al notar que había cumplido su meta.

 

 

Mientras tanto, Jong Hyun frunció el ceño frustrado. No era justo, fuera hombre o mujer seguía siendo adorable y atractivo (a). No obstante, parecía tener una marcada preferencia hacia Min Ho. ¿Por qué? Es decir, no le gustaba andar presumiendo, pero él era Kim Jong Hyun, joven, guapo, habilidoso, bella voz, increíble ingenio, gracioso, platicador, sensible, confiable, leal.. Él tenía miles de cualidades, en cambio Min Ho era alto y solo pensaba en patear un balón. Su manager se acercó diciendo que tomaran un receso, luego observó como Choi Min Ho se estiraba para relajar sus músculos y seguir al pequeño por una nieve. Suspiró. Sabía que era infantil hablar de esa manera de otras personas, y no le caía mal, en serio, es más, quería a Min Ho como el hermano que siempre deseó y que jamás pudo tener, el problema era Tae. Jong Hyun sentía algo por esa criaturita con cabello en forma de honguito. Bueno, semi-honguito de mechones largos. Era adorable y muy bonita, la mujer perfecta para él y Choi se la estaba arrebatando.

 

 

Simplemente no sabía qué hacer, en su cabeza solo existía la ilusión de que Tae fuese una chica, para poder declararse y salir con ella. Por el momento, podía asegurar que la quería mucho, pero no le gustaban los hombres. Solo estaba esperando a que Tae dijera "soy chica" y Jong Hyun le hablaría de sus sentimientos, no podía permitirse perderla, porque chicas como ella no existían.

 

 

Cansado, se puso en pie y elevó sus brazos, estirándolos hasta escuchar un pequeño crock de su espalda, avisándole que ya podía moverse mejor. Honestamente, tenía entumecida su mano. Por estar pensando en Tae, olvidaba cambiar de mano, una habilidad más a su larga lista, al ser ambidiestro, una mano descansaba mientras otra trabajaba, y luego turnaba. Pero al estar distraído, toda la carga se fue a su mano izquierda, que ahora estaba entumecida. Comenzó a sacudirla para tener mayor comodidad, y volteó a su zurda, encontrando a Key levantando la botella con agua para juntar su abultada boca con la del plástico y beber. Al finalizar, cerró la botella y le dio la espalda a Jjong sin interés alguno. ¿Seguiría enojado?

 

 

-Hey, Bum.

 

 

El mencionado se detuvo al primer paso, alzó una ceja y ladeó apenas su cabeza hacia la derecha. No quería escucharlo, no quería verlo. La indiferencia que le había dedicado esa misma mañana, aun le ardía en el corazón como un cuchillo al fuego en gelatina temblorosa, aquella espinilla la sentía fuerte y le lastimaba. Saber que ya no significaba nada para su mejor amigo y amor platónico, era demasiado doloroso. Esperó paciente en silencio a que hablara.

 

 

-¿Vamos a comer algo? -aunque la frase salió por sí sola, relajada como si nada hubiese pasado, en su interior, se sentía inseguro y tímido. Tenía las manos escondidas en los bolsillos de su sudadera, parándose en puntitas y luego sobre sus talones, entretenido, pero nervioso, mirando a cualquier parte que no fuese el cuerpecito de su amigo.

 

 

Key sintió ganas de llorar. De nuevo. ¿Tan fácil era? Dicen que así comienza el maltrato en el hogar, cuando el hombre agrede física o emocionalmente a la mujer, hacerla sentir peor que un gusano arrastrado, para luego disculparse, comprando obsequios lujosos, jurando que no se iba a repetir. ¿Así se llevarían ellos? ¿Hasta cuándo? Miró al cielo, suplicando por una respuesta razonable que le hiciera desistir de lo que estaba a punto de contestar. Quería mucho a Jong Hyun a pesar de sus confusos sentimientos, pero no quería caer en una relación imaginaria, basada en un amor imposible. Solo saldría sufriendo. Pensando en todo, sin voltear, porque sus ojos estaban mojándose por sus emociones, habló, tragando el nudo de miedos que se atoraba en su garganta.

 

 

-Está bien.

 

 

Jong Hyun sonrió feliz y se adelantó hasta quedar lado a lado con su diva preferida. Key, al notarlo, bajó su mirada, anclándola en el suelo, mientras su Puppy caminaba alegre.

 

 

Llegaron al centro de comida, donde había varios locales abiertos, esperando por clientes hambrientos. Ambos se acercaron a un puesto de comida típica coreana y leyeron el menú. Al pedir su orden, se fueron a sentar en una mesa del mismo local, frente a frente. El de baja estatura con una sonrisa relajada, pues, en el momento que Ki Bum aceptó su oferta, todo enojo y frustración por Tae y Min Ho desaparecieron, siendo reemplazados misteriosamente por una brillante luz llena de alegría, que resplandecía su ánimo y renovaba su día. Ésa era la magia de Key, no sabía que tenía, pero sus sonrisas, su voz, su perfume, sus ojos, sus quejas, sus enojos, sus berrinches, sus bromas, su acento, su forma de moverse.. A veces, incluso, su simple presencia iluminaba el espíritu de Jong Hyun, y por alguna extraña razón, le hacía olvidar sus problemas. Por eso, Ki Bum era su mejor amigo. Sin embargo, cuando vio su rostro, notó un aura deprimente rodeándolo.

 

 

-¿Qué te pasa?

 

 

Ki Bum levantó su mirada, odiándose por ser demasiado obvio. Parpadeó un par de veces ingeniando alguna excusa.

 

 

-Nada.. -fue lo único que pudo obtener de sus meditaciones. Miró la mesa, dibujando círculos con su índice, evitando su mirada. Y Jong Hyun lo sabía.

 

 

-¿Te hice algo? -Ki Bum se sorprendió, mas no lo mostró. Qué perceptivo era. Suspiró y fingió no escucharlo. En ese momento llegó la mesera con los pedidos, dejó los platos que traía en bandejas, y tras una reverencia se fue. Ki Bum, de inmediato, tomó uno de los platos hondos con fideos y mezcla picante, y comenzó a devorar. Jong Hyun le miró con más atención, era demasiado obvio que algo le pasaba al de cabellos oscuros. Suspiró sin dejar de verlo.- Te hice algo, ¿cierto?

 

 

Key lo volvió a ignorar, tomó la botella de salsa picante y le añadió a su platillo, a pesar de que la lengua le estaba ardiendo. Jong Hyun lo notó, por lo que arrugó sus cejas, confuso. No entendía el enojo de su amigo, y aunque quisiese ayudarlo, no sabía qué hacer.

 

 

-Lo siento. -soltó después de un largo silencio, pero Ki Bum no dijo nada, solo siguió comiendo.- Hey, es en serio, perdóname.

 

 

-No tienes nada de qué disculparte. -comentó en voz baja, lo suficientemente audible para que el otro también oyera. De repente, Jong Hyun escuchó a lo lejos el sonido de una guitarra, giró su rostro y encontró a un señor cantándole a una pareja.

 

 

-¿Y si te canto una canción? -Ki Bum, todavía enchilado, masticando con enojo, le miró.

 

 

-Te dije que no es nada. -Jjong enchuecó sus labios bufando, inconforme, mientras Key volvía a concentrarse en su platillo.

 

 

De pronto, Jong se levantó y se retiró de ahí, yendo a una dirección a la que Ki Bum le daba la espalda y no pensaba prestarle atención. En menos de dos minutos, cuando el de ojos gatunos se llenó la boca de fideos con ayuda de sus palillos, el mayor regresó con un enorme y bello ramo de rosas, se posicionó frente a él subiendo su pierna a la banca donde él había permanecido sentado. Key, con sus mejillas infladas repletas de comida, alzó sus irises, sin entender en qué demonios estaba pensando Kim Jong Hyun. Éste, estiró su brazo hasta quedar frente a los ojos de Key, y que pudiese ver el ramo de rosas, la otra mano la dirigió a su pecho, como una proposición formal a un compromiso mucho más serio. Ki Bum dejó de masticar, manteniendo su boca cerrada, juntó sus cejas, como exigiendo una explicación, detalle que su amigo entendió al instante; aclaró su garganta, preparándose para lo que estaba a punto de decir, y la gente alrededor, poco a poco fue guardando silencio.

 

 

-Kim Ki Bum, -hizo una pausa, y los restantes en callar, que aun ignoraban el panorama, enmudecieron para voltearse a verlos- mi querida alma gemela, mi persona más cercana y en quien más confío, aquí mismo y frente a todos, quiero pedirte la más honesta de las disculpas, por ofender a tu orgullo, tu autoestima, tus valores y principios, tu confianza, tus sentimientos, y todo lo que eso conlleva. A cambio, te ofrezco un deseo; ¡pide lo que quieras, amigo mío, y yo haré hasta lo imposible por cumplirlo!

 

 

El público a su alrededor se conmovió ante el argumento, soltaron una fuerte exclamación enternecida y aplaudieron con fuerza, apoyando a la pareja. Ki Bum, por su parte, -que todavía tenía su boca llena de masa que anteriormente era alimento- sintió una venita crecer hasta casi explotar, un sonrojo concentrarse en sus mejillas y a una de sus dos cejas temblar por la furia y vergüenza que aumentaba dentro de él. Key entendía perfectamente que ese palabrerío significaba "no sé qué hice, pero perdóname, luego te compenso" solo que en términos más formales. Sin embargo, la gente a su alrededor había malentendido todo, aun cuando Jong Hyun mencionó la palabra "amigo", ellos comprendieron todo eso como un par de enamorados peleados de los cuales, uno se rindió y quiso solucionar todo con su amor eterno. A pesar de eso, el único deseo ferviente que Key sentía en su fuero interior -y que jamás le diría a Jong Hyun ni a nadie- se repetía en su mente, una y otra vez, con inmensas ganas de exteriorizarlo.

 

 

"Que dejes de gustarme"

 

 

Jong acercó más el ramo al rostro de Ki Bum, quien se forzó a tragar lo que quedaba en su boca.

 

 

-Perdóname.

 

 

Ki Bum volvió a ver el ramo. Cierto, en ese momento la vergüenza lo empujaba a desear que se lo tragase la tierra, la gente había pensado que eran enamorados y sin importar lo mucho que Key deseaba que todo eso fuese realidad, fue muy dulce por parte de Jong Hyun querer disculparse con aquél ramo, aun sin ser novios, ¡estaba siendo dulce con él! Key se sonrojó apenado, sonriendo, le miró a los ojos dispuesto a aceptar pero notó el silencio que insistía en el ambiente. Incómodo volteó a ver a su alrededor, notando a todos los desconocidos con una sonrisa emocionada, como si esperasen algo más. Entonces se dio cuenta. Querían ver un beso entre ellos dos. Ki Bum enrojeció todavía más.

 

 

-Entonces, ¿me perdonarás? -y puso su cara de cachorrito chillón. Key sonrió asintiendo, queriendo ignorar el deseo mutuo de la gente a su alrededor.

 

 

-Está bien.

 

 

-¡¿Y su deseo?! -gritó alguien del público que no supieron su ubicación exacta, solo provocó que Ki Bum enrojeciera todavía más. Jjong le miró sonriendo.

 

 

-Tienen razón, chiquito. ¿Cuál es tu deseo? -el de labios abotonados abrió más sus rasgados ojos ante la palabra amorosa que su amor platónico le dijo en broma, y se preguntó mentalmente si de verdad tenía que pedir un deseo. Los rostros expectantes de sus testigos le exigían que sí.

 

 

"Que dejes de gustarme, por favor". Repitió mentalmente, sabiendo que era imposible. Suspiró.

 

 

-Que me compres los pantalones de marca que vimos el otro día. -el flacucho de baja estatura infló una mejilla recordando perfectamente el costoso precio de aquella prenda.

 

 

De pronto, en el público se empezó a escuchar una petición entre varias personas a las que se les iban sumando, subiendo el volumen hasta que fue claramente audible y entendible.

 

 

¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! ¡Beso!

 

 

Key sintió a punto de explotar de la vergüenza, se tapó el rostro con ambas manos, que al ser naturalmente blancas, contrastaban con el rojo vivo tono tomate de su rostro y orejas. Su amigo rió ante su reacción, adoraba verlo así: tímido, inocente, delicado, frágil... Pero sintió que ya era suficiente sufrimiento y decidió detener todo el barullo de una buena vez. Relajado, tomó las manos del menor y las apartó, descubriendo su rojísimo rostro, y rápido le plantó un beso en la mejilla, sin darse cuenta de que le había dado en la comisura del labio, ignorando también todas las emociones que explotaban dentro de Ki Bum, sus acelerados latidos que lo ensordecían por su alto volumen, el nerviosismo apareciendo, sus manos sudadas, el calor intensificándose en su rostro, mariposas insistentes rascando su estómago... En fin, muchísimas emociones de las que Jong no estaba enterado.

 

 

Los aplausos aumentaron ante la muestra de afecto, haciendo que Key reaccionara y sonriera tímido.

 

 

 

 

 

El sonido de palmas chocando en multitud, casi en ovación, los sacó de su conversación, casi llamándolos para que voltearan a ver el restaurante de comida coreana tradicional lleno de gente, cubriendo el verdadero motivo del escándalo. Tae ladeó un poco su rostro y volteó hacia su Hyung, buscando con su mirada una explicación. Min Ho tan solo se alzó de hombros y continuaron caminando, buscando algún lugar donde vendieran nieve, teniendo en el trayecto, varias pausas por culpa de Tae, que se emocionaba y corría con cada pequeño detalle que le llamase la atención.

 

 

En cambio, Min Ho, estaba dentro de su propio mundo, y aunque Tae lo despertara a cada segundo por una nueva distracción, volvía a concentrarse en sus pensamientos, más específicamente, en la escena de la mañana, el incidente del beso.

 

 

¡Demonios! ¡Era su primer beso y él, el malvado tirano roba-inocencias Min Ho se lo había quitado! Se sentía tan culpable, no tanto por sí mismo, no, es más, aun sin tener novia, si había tenido sus besitos, pero Tae no. Tae era un alma pura apenas tanteando la vida real, el verdadero mundo oscuro y sus peligros, apenas estaba experimentando sus primeras sensaciones, entre ellas, el primer beso.

 

 

Giró su rostro para ver a Tae, quien estaba pegado a un ventana, mirando los juguetes. Todavía era un niño... O niña. Min Ho suspiró, y Tae volvió a acercarse, jalando su brazo contento, diciéndole no se qué de un videojuego, Min Ho aunque lo miraba, seguía ausente, y el menor lo notó; juntó sus cejas e hizo un puchero.

 

 

-¡Hyung! -gritó cerrando sus ojos por la fuerza. El pelinegro, medio asustado lo miró con atención.- ¿En qué estás pensando? -Min Ho desvió su mirada, le daba pena hablar de ese incidente.

 

 

-De nada. -siguió avanzando para dejarlo atrás, pero este no quiso permitírselo, y corrió hasta ponerse frente a él, cara a cara (o un poco menos) gracias a sus botas de plataforma.

 

 

-Dime.

 

 

-"Me". -Tae tensó sus labios arrugando sus cejas, se estaba enojando, y Min Ho se dio cuenta. Éste, rodó los ojos exhalando, juntó sus párpados temiendo lo peor y decidió soltarlo de una vez- lo de la mañana.

 

 

Tae, que tenía hasta ahora su cara berrinchuda, al oír eso se desencajó. ¿Eh? Fue lo único que pensó, pues no recordaba nada en específico lo suficientemente problemático como para pensar tanto en ello. Con sus ojos repasó el suelo, buscando en su memoria algún hecho importante en su mañana, hasta que de repente, como un relámpago atravesando su cerebro, recordó el beso accidental. El rubor nació en sus mejillas intensificándose, y los nervios despertaron en Tae, cosquilleando por sus manos. Miró al suelo pensando qué decir.

 

 

Un incómodo silencio se hizo presente, pero Tae decidió enfrentar aquella atmósfera. Min Ho le caía bien, y no iban a destruir una amistad que recién estaba comenzando, por una tontería como esa. Bufó decidido, levantó su rostro mirando a su nervioso Hyung, acercó su cuerpo sin despegar sus pies del suelo y fugaz como el viento, le dio un beso en la mejilla, dejando sorprendido a su mayor. Al separarse, le miró a la cara con una sonrisa triunfante, a lo que Min Ho con su boca abierta y cejas levantadas, no podía responder. Finalmente, harto de tener sus labios separados sin que las palabras salieran, cerró su boca y le miró confuso, preguntando.

 

 

-¿Qué fue eso? -Tae sonrió más.

 

 

-Una muestra de que yo he superado lo de la mañana y tú no. -Min Ho entrecerró un poco sus ojos sin entender- Hyung, no pasó nada.

 

 

-Fue tu primer beso.

 

 

-Ya había besado a mi mamá en la boca, a mi papá y a mi hermano, de todas maneras, hubiera pasado o no lo de ahora, seguiría sin ser el primero.

 

 

-Pero se supone es especial..

 

 

-Y lo será -interrumpió Tae afirmando- cuando encuentre a ésa persona con la que yo decida dar mi primer beso. Así que, no tienes nada de qué sentirte culpable, todo está bien. -afirmó con una sonrisa tranquila, después de todo, eran amigos.

 

 

Min Ho tuvo la extraña sensación de dos emociones contrarias al mismo tiempo: por un lado, alivio. Ya no era un maldito pedófilo roba-inocencias, pues al parecer, a Tae no le afectaba ni en lo más mínimo, las horas se habían encargado de hacerle entender que por ser accidental, carecía de importancia, por lo que ahora, estaba calmado, aunque el recuerdo aun le pusiera nervioso.

 

 

Y la segunda, era un poco más compleja; ¿debería sentirse decepcionado? Es decir, qué bueno que Tae se sienta tan tranquilo, pero por un momento sintió que sus emociones no le habían importado ni un poquito. ¿Cómo es que su beso no lo dejó como a él: pensando y pensando nervioso por esos sentimientos que florecieron en el acto? ¿En serio fue el único en sentirlos tan intensos? Si ahorita mismo, su corazón latía frenéticamente, casi a la par que en aquella escena... Se sintió tonto, ridículo, iluso. La respuesta de Tae le había aclarado, que era imposible que pudiera confundirse y que, al menos por un instante, creyese que le guste Min Ho. No, porque aun si Tae fuese mujer, ella tendría sus gustos bien definidos. Nada le afirmaba que fuera heterosexual, o que le gusten los hombres masculinos o románticos. Así que, la poca esperanza que tenía, de "si es mujer..." se desvaneció por completo.

 

 

Suspiró, sin saber si su significado era alivio o decepción, trató de mostrar una sonrisa tranquila y miró a su infantil rostro.

 

 

-Tienes razón. -Tae sonrió, pensando que había quitado un gran peso de la conciencia de su Hyung.

 

 

-Ahora, vamos por un helado. -le tomó de la mano y empezaron a caminar, buscando alguna heladería.

 

 

Min Ho sintió un pequeño escalofrío al sentir las manos de Tae: estaban heladas, y hasta entonces, su mente reaccionó, haciéndole pensar con lógica por unos minutos. Convencido, decidió compartir su pequeña "curiosidad descubierta".

 

 

-Oye Tae.

 

 

-Mande. -contestó volteando un poco su cabeza sin detenerse.

 

 

-Todavía estamos en invierno... ¿e iremos por un helado? -dijo con tono de pregunta, como si con eso pudiera hacerle entender un error lógico, casi básico. El menor si la pensó por unos segundos y finalmente respondió con la misma tranquilidad alegre de siempre.

 

 

-Sí. Es de aburridos comprar nieve en verano. -Min Ho solo rió de su ingenio, y siguieron corriendo por los extensos pasillos, buscando alguna heladería.

 

Más adelante encontraron en una de las tiendas, una que vendía refrescos, bebidas naturales, dulces, paletas y nieve entre otras cosas. Tae se acercó corriendo, con Min Ho atrás caminando rápido. A la muchacha se le hizo extraño que pidieran nieve, siendo que el clima seguía helado y ellos andaban con ropa de invierno, aun así se los dio, y los miró alejarse, caminando tomados de la mano, mientras esperaba a que algún cliente nuevo llegara.

 

 

Ambos se fueron a sentar cerca de una fuente de agua, comiendo su cono todavía. No se habían dicho ni una palabra en el camino, y el silencio se estaba volviendo incómodo. Tae volteaba a ver a Min Ho, y cuando éste giraba a verlo, Tae miraba a cualquier otro punto que no fuera él, y viceversa, estuvieron así por unos minutos hasta que Tae se  aburrió.

 

 

-¿Sabes? -Min Ho posó su vista sobre Tae- creo que siento envidia por tus novias. -el alto se sorprendió, y le dio otra lamida a su helado.

 

 

-¿Mis novias? ¿Por qué? -preguntó curioso.

 

 

-Porque te tienen para todo el día; eres guapo, alto, fuerte, gracioso y fiel, yo creo que eres el novio ideal. -las mejillas del otro se sonrosaron un poco, y con pena empezó a rascarse una.

 

 

-Pues yo jamás he tenido novia, pero es bueno saberlo, gracias. -Tae levantó sus cejas con sorpresa.

 

 

-¿Ninguna?

 

 

-Nop. -aseguró negando con su cabeza, mordiendo a su helado.- ¿y tú?

 

 

-No, nunca he tenido. -se quedó pensando al tiempo que miraba el techo, luego giró a verlo- pareja.

 

 

-Oh.. -soltó, antes de hacer una larga pausa, pensando en otro tema del que también pudiesen hablar- ¿cómo te tratan en tu escuela? -al oír esa pregunta, Tae hizo una mueca inclinándose a un lado, dando a entender que no quería hablar de eso. Min Ho entendió eso y se quedó callado.

 

 

-No me gusta hablar de eso, además afectaría al programa y no quiero lástima de nadie. -el pelinegro mayor sintió una necesidad de ayudarle, pues su voz sonaba muy decaída por los recuerdos, pero no sabía cómo podría tomarlo Tae.

 

 

-Yo no te daré mi lástima, yo te daré mi apoyo. Es bueno recargarse en un amigo de vez en cuando, pero no te obligaré. -aseguró con una sonrisa que le brindaba confianza; Tae lo pensó un poco más, ya que no se sentía muy seguro de contarle. Tras unos segundos, respiró hondo y asintió. Min Ho era de las personas que más confianza le inspiraba, y estaba seguro de que cualquier secreto que él tuviera, podría guardarlo bien. Se echó el último pedazo de cono a la boca, masticó y tragó para después hablar.

 

 

-Yo siempre he tenido problemas por mi rostro. La gente se confunde y aunque yo lleve ropa de.. -hizo una pausa, pensando en la palabra- mi género, me confunden con el otro. Mis compañeros me molestan porque creen que soy extraño. Tiran mi mochila a la basura, me tiran granizado en la cara, me roban mis cosas, me destruyen mis cuadernos, me persiguen, se burlan de mí, me critican, hablan de mí, inventan rumores... -inhaló hondo.- En fin, muchas cosas. Por eso es incómodo para mí, ir a la escuela, y ahora más con ropa casual que la SM me está proporcionando.

 

 

-¿Ellos te dan la ropa? -preguntó Min Ho sorprendido.

 

 

-Digamos que es parte de mi paga. -soltó simplemente, mirando al suelo. De pronto, al recordar su situación escolar le hacía querer encerrarse en su cuarto por siempre. Sus ojos comenzaron a picar, indicándole que iban a derramar agua, pero Tae se los talló con ambos puños antes de evidenciarse, luchando por ignorar el nudo de emociones que había en su garganta. Aun así, Min Ho pudo notar su tristeza, y sin pensarlo, eliminó el poco espacio que había entre ellos sobre la banca abrazándolo de los hombros.

 

 

Tae dio un pequeño brinquito del susto, pero al identificar el masculino aroma de Min Ho, le respondió con un abrazo en la cintura, recargando su cabeza en su pecho. La calidez del abrazo llenó a Tae poco a poco, recordándole que los tenía a ellos cuatro: Min Ho, Jong Hyun, Key y Onew. Era como si los fuertes brazos de Min Ho le aseguraran que en poco tiempo, ya había ganado cuatro amistades, lazos irrompibles que durarían por siempre. Tae sonrió feliz, al saber que en menos de un mes, ya era querido.

 

 

Min Ho acarició el cabello de Tae, recargando su cabeza sobre la de él. Cerró sus ojos, disfrutando de la calidez de su abrazo, de la suavidad de su cabello, de su fresco aroma a vainilla. Las sensaciones se multiplicaban al cerrar sus ojos, tranquilo, disfrutando del abrazo de Tae, cuando de pronto, un flash los despertó, rápido se separaron y vieron a un señor justo en frente de ellos, ofreciéndoles la foto por cierta cantidad de dinero. Ambos se miraron a la cara, decidiendo en silencio la oferta. Finalmente, gracias a regateos, aceptaron, comprando también los negativos a poco precio, y borrando toda evidencia. Al terminar, suspiraron aliviados y se levantaron para seguir caminando.

 

 

Unos minutos caminando, encontraron una tienda con un enorme letrero fosforescente y entraron corriendo. Un centro de juegos de máquina, algunos de pelea, otros de caza, de zombies, de baile, de carreras, de casi todo. Min Ho y Tae fueron al puesto de la entrada para cambiar su dinero por fichas para las máquinas, y lo primero que eligieron fue la de carreras en auto, con dos asientos realistas de automóvil y un volante, con sonidos a máximo volumen y vibraciones en ciertos momentos.

 

 

 

 

 

Más tarde, después de muchos juegos, recibió una llamada de Onew, diciéndole que ya tenían que volver a sus lugares para seguir firmando y tomarse fotos con las fans. Venían riendo, rememorando lo de hace unos minutos, cuando, a unas "cuadras" de llegar, ven a Jong Hyun y a Key, quienes reían también murmurándose algunas cosillas secretas. Tae, al identificarlos, levanta sus manos para llamar su atención y corre hacia ellos para alcanzarles; Min Ho, con la alegría tirada por una extraña aura repentina que lo ponía de mal humor, camino a paso obligado, siguiendo al menor.

 

 

A distancia, en cuanto Key escuchó la voz de Tae gritarles, su enorme sonrisa se borró, Jong volteó al instante, sonriendo aún más, solo que con cara de tonto, ilusionado por ver a la chica de sus sueños. Por así decirlo.

 

 

Los cuatro, frente a frente, se detuvieron a un metro de distancia. El silencio cayó pesado entre ellos, Jong miraba a Min Ho, Min Ho a Jong, Key a ambos, y Tae ignoraba totalmente la tensa atmósfera, viendo sonriente a Jong y a Ki Bum. Ladeó un poco su rostro ante la ausencia de palabras o sonidos, y decidió empezar una conversación.

 

 

-¿Qué hicieron en su descanso? –Key fingió no enterarse de la atmósfera incómoda y sonrió al pequeño.

 

 

-Fuimos a comer comida tradicional. –Tae abrió un poco más sus párpados y su boca, como si se hubiese acordado de algo importante.

 

 

-Hace rato, pasamos por un puesto de comida tradicional y la gente estaba aplaudiendo mucho y gritaban pero no les entendía. –Key enrojeció viendo al suelo con vergüenza, aunque actuaba como si no supiera nada. Jong sonrió travieso, olvidándose de Min Ho, guio sus ojos a su compañero.

 

 

-A lo mejor era una pareja declarándose, -dijo Jong a propósito, las mejillas de Key brillaron fosforescentes por la gran cantidad de pena en ellas. Min Ho notó de inmediato que ellos eran los causantes del alboroto, y sonrió discreto.- quien sabe.

 

 

-Ahm.. y.. –tartamudeó un poco Ki Bum, nervioso por lo que había pasado en el puesto.- ¿q-qué hicieron ustedes? –preguntó a Tae, viendo su rostro inocente, que ni por enterado se daba.

 

 

-¡Comimos nieve! –el rostro de Key volvió a su color natural al pensar la lógica en la frase de Tae. Alzó una ceja dudoso, como si hubiese escuchado mal.

 

 

-Pero es invierno.

 

 

-¡Pero es de aburridos comer nieve en verano! ¡Dah! –gritó Tae, resaltando la obviedad de su lógica. Jong Hyun se rió de la broma, mientras Ki Bum rodaba sus ojos hacia el techo, pensando todavía como debatirle, pero tras unos segundos se rindió.- Y luego jugamos videojuegos, que por cierto, le gané a Min Ho Hyung –continuó con emoción, presumiendo su triunfo.

 

 

-Solo en la carrera de motos. –se defendió el más alto, siguiéndole la corriente.

 

 

-Y en la de autos.

 

 

-¿Y qué? Yo te gané en la matanza de zombies y en la máquina esa de baile.

 

 

-¡Pero no es justo! ¡Mi lado estaba defectuoso, no detectaba mis pisadas! –se quejó berrinchudo con un puchero adorable, como si en otra ocasión le hubiese podido ganar.

 

 

-Por eso debes comer más verduras. –finalizó la discusión Min Ho, ganándose unas risas de parte de Key y una mirada fulminante de Tae. Jong tan solo permanecía serio ante la gran confianza entre ellos.- O mejor, invitas a Key. –ante la mención, el nombrado dejó de reír y le miró extrañado, al igual que Jong Hyun, que dejó su cara de aguafiestas para poner una curiosa.

 

 

-¿A mí? ¿Por qué?

 

 

-Porque tú eres buenísimo bailando –halagó Min Ho observando su rostro con una sonrisa, contagiándosela. Nunca le había dicho ningún halago u observación positiva, crítica constructiva ni nada parecido, porque nunca hubo una oportunidad en ellos de hacerse saber lo mucho que se apreciaban el uno al otro, ni un agujero en su orgullo para alegrar al otro. Ki Bum, internamente, se sintió más feliz, saber que Min Ho, su testarudo e incluso infantil dongsaeng, no lo odiaba tanto, sino que reconocía su importancia en el grupo. Jong Hyun, sin saber por qué, frunció más su ceño que antes, increíblemente, la sonrisa entre ellos le molestaba mucho más que la confianza de Min Ho con Tae.

 

 

-Gracias. –respondió Ki Bum, sin dejar de sonreír.

 

 

-No hay de qué. –respondió con simpleza, admirando su gran paso fuera de su orgullo. Jjong enchuecó su boca; no le gustaba la atmósfera “amistosa”, así que decidió cortarla.

 

 

-Pues, ¿qué esperabas? Él es Key, La Llave Todopoderosa de SHINee, todo lo puede hacer. –dijo con soberbia, como si presumiera de un trofeo muy valioso. Ki Bum sintió sus mejillas arder, de nuevo, por las palabras de Jong Hyun, quien parecía conocer todas sus debilidades y explotarlas como si de su muñeca se tratara.

 

 

-En realidad, eso es cierto, -afirmó Min Ho riéndose- es más, si Key fuera una mujer..

 

 

-… Sería la mujer perfecta. –interrumpió Jong Hyun sonriendo por la telepatía instantánea. Tae solo ladeó su cabeza sin entender, y a Key, dejó de gustarle el rumbo por el que iban las cosas.

 

 

-¡Exacto! –gritó Min Ho riendo, siendo acompañado por las risas de Jong, quien olvidó por completo sus enojos infantiles para compartir con su dongsaeng.

 

 

-Eso no es gracioso. –comentó Ki Bum.

 

 

-¡Sí lo es! –dijeron ambos, riendo todavía. Key tan solo rodó sus ojos, tomó la mano de Tae y se fueron de ahí hacia la mesa, con Jin Ki.

 

 

 

 

 

Continuará...

Notas finales:

¡Muchisimas gracias a todos por leer! ¡Espero que les haya gustado muchisimisimo! Y también a los que se unieron a la pagina, gracias:D

¡Que tengan un bello día, noche, semana, año, lustro y todo eso!

 

Besos y abrazos psicológicos♥

 

 

¡SE ME OLVIDABA!

 Para los que batallen en encontrar este fanfic (porque a mi también se me olvida el nombre) yo les sugiero:

 

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5. ¡A leer :D!

 

 

 

att'Hacchi♥


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