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Yo no quiero un amor dulce por Marie Horson

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¡Mi cabeza! Sentía como retumbaba, intentaba agarrármela para evitar que se cayera. Definitivamente era la primera gran resaca del año, sin embargo yo no había bebido demasiado ¡Maldita Flame! ¡Seguro que era veneno lo que me dio en esa extraña botella! Desperté y lo primero que vi fue a Bonnibel que estaba durmiendo a mi lado, tenía una de mis manos entrelazadas a la suya y tenía una hermosa sonrisa. Ella abrió los ojos y me quedó mirando fijamente, sonriò algo nerviosa y se acercò para darme un beso. Ahí fue cuando desperté…en realidad…ya estaba desperta pero esto parecía un sueño.

- buenos días… - susurró Bonnibel tras darle el beso

- bue…buenos días… - dijo Marceline mientras la quedaba mirando ¿acaso no había sido un sueño lo que había pasado entre ellas? ¿Bonnibel realmente se le había declarado?

- Emm…cómo dormiste? – preguntó Bonnibel algo incómoda

- contigo siempre duermo bien… y tú? - sonrió Marceline y se incorporó para abrazarla

- bien… - susurró algo nerviosa la peli rosa – este…gracias por cuidarme…

- no es un favor, Bonnibel – le sonreía – esto lo hago porque yo…te quiero mucho… - besó su frente – mucho mucho… - y tras decir esto Bonnibel le sonrió sonrojada, le parecía extraño lo que estaba ocurriendo.

- Marceline… - la joven la quedó mirando – recuerdas el contrato que hicimos? – preguntó la joven con cierto temor

- qué contrato? – preguntó Marceline

- ese…ese donde…no…no podía existir una relación entre tú y yo… - la miró fijamente

- Ah….y qué con eso? – preguntó la peli negra

- es que… - la joven quiso decirle algo pero se sonrojo – nada, olvídalo…

- pero dime… - pidió Marceline intentando acercarse al mismo tiempo que Bonnibel se alejaba un poco

- nada… - sin embargo Marceline abrazó por detrás a la peli rosa y besó sutilmente su hombro

- no tienes que tener miedo… - susurró Marceline

- no…no tengo miedo… - dijo Bonnibel

- entonces?

- tengo terror…. – sonrió con tristeza y con sus manos volvió más fuerte el abrazo de Marceline – no quiero repetir la historia…

- no lo harás… - sonrió Marceline y besó su mejilla

- tú crees? – preguntó Bonnibel

- yo no seré quien suelte tu mano… - sonrió Marceline para proceder a tomar su rostro

- pero…todo está tan…quiero decir…viene Marshall…tú ves a Fionna…yo quiero hacer las cosas bien – dijo con tristeza la peli rosa

- entonces eso haremos – sonrió Marceline e iba a besar sus labios sin embargo entró a la habitación Gumball

- hola chicas… - susurró algo triste mientras ignoraba que había interrumpido un beso entre las jóvenes

- ho…hola… - susurraron ambas al unísono algo nerviosas

- cómo está la princesa más linda del mundo? – preguntó Gumball mientras besaba su frente y posteriormente le daba un beso a Marceline

- bien… - susurró Bonnibel – estás bien hermano? Tu carita se nota triste…

- lo mismo de siempre… - decía sentándose en la cama – si me permiten, me iré a servir un té…

- no prefieres una cerveza? – preguntó Marceline, sin embargo Bonnibel la miró indignada

- tienes cerveza? – preguntó con cierto entusiasmo

- así es… - sonrió la peli negra

- Gumball! – reprendió la peli rosa

- déjalo beber un poco, no ves que el pobre anda como alma en pena? – decía Marceline mientras agarraba a Gumball para que fueran a la cocina por algo para beber. Al ver el refrigerador Gumball quedó sorprendido.

- un momento! Aquí hay comida – miraba el refrigerador – y hay buena cerveza! – tomaba una – cómo lo hiciste?

- he traído comida, si fuese por Bonnibel no se comería.. – decía Marceline

- oh… - Gumball quedó mirando sorprendido a Marceline – y ha comido mejor?

- sí…al principio fue un poco difícil...pero lleva mucho tiempo sin vomitar… - sonrió – ha mejorado su salud

- la noto mucho más tranquila…ya no anda como traumada doblando servilletas…y me enteré que dejó de ir al terapeuta… - sonrió

- sí…Bonnibel está mejor…

- gracias… - susurró Gumball y la abrazó – nunca pensé que iba a ver a mi hermana así y creo que es todo gracias a ti – sonrió emocionado – sabes lo que fue ver a dos años a Bonnibel sin sonreir? Hablando únicamente de calorías y echándose la culpa de todo? Realmente muchas gracias – Marceline le sonrió algo incómoda

- no me des las gracias…todo lo que ha mejorado es por ella…no por mi – sonrió – y vamos a bebernos esta cerveza! – decía y volvían a entrar a la habitación. Gumball se sacó su camisa y corbata y las dejó meticulosamente guardadas en un closet para quedar con una polera negra.

- te gusta The Doors? – preguntó Marceline por la polera que tenía Gumball con el rostro de Jim Morrison

- así es… - sonrió Gumball

- hubiese jurado que te gustaba la misma música corta venas que a Bonnibel - MArcie! – dijo Bonnibel molesta

- asumamoslo, Bonnie! – sonrió Gumball – tiene razón... – a lo que Bonnibel lo miraba con rostro de asesina.

- mentira… - susurró ella - esas canciones de Olivia Lukfin… - susurró Gumball - ya para! – pidió Bonnibel sonrojada

- cuando llegó Emily Autumn al país se puso a gritar como loca! – sonrió Gumball – y decía "llévame, Gumball, llévame" te juro que de la dulce chica que ves, se transformaba en una fiera…y como nuestra abuela la consentía en todo…

- eso no es verdad! – decía Bonnibel totalmente sonrojada - así que Bonnibel también tiene su genio? – preguntò Marceline mirando a Gumball

- ufff…ni que lo digas… - sonrió y se levantó para abrir un cajón

- Gumball para! – dijo Bonnibel indignada

- pero si a Marceline le encantará ver esto – le sonrió y sacaba de un mueble un álbum

- no lo veas… - decía Bonnibel sonrojada

- mira mira… - dijo Gumball mientras le mostraba una foto de Bonnibel de unos 16 años vestida de uniforme escolar y Gumball con terno – nos veíamos muy guapos

- tú estás igual… - decía Marceline a Gumball – siempre fuiste igual de adorable – dijo Marceline mirando a Bonnibel quien se sonrojó

- y tú igual…cuando cantabas como Abadeer… - le sonrió

- conoces el grupo? – preguntó Marceline

- sí…una vez los fui a ver en el extranjero – sonrió – cuando todavía estaba soltero eso sí…Lumpy odiaba la música que escuchaba yo…

- podrías ir a una de nuestras parrandas! – dijo Marceline

- de verdad podría?! – preguntó emocionado – ayer no pude hacerlo por el momento, pero me hubiese gustado saludar a Jake, como baterista lo admiro mucho, de hecho siempre me he considerado un baterista frustrado

- pero claro! Cuando salgamos sales con nosotros y lo pasamos bien! – decía mientras continuaba viendo el álbum de fotos. Se sorprendió al ver en una foto a Grumosa junto a Gumball, ella salía en las piernas de él, a juzgar por el rostro le estaba exigiendo algo mientras el la miraba con devoción.

A juzgar por el rostro de este peli rosa puedo estar segura que él no solo la amaba, la deseaba con todo su corazón, pero al parecer no era del todo mutuo. Grumosa se ve algo esquiva, como si únicamente le importara ser un lindo producto para el espectáculo.

- por qué si Grumosa es tan famosa tú, nunca se vinculo a Bonnibel en todo esto? – preguntó Marceline

- siempre dejé mi vida privada fuera de cámaras, era siempre Lumpy la que andaba mostrándome...de hecho si hubiese sido por mi no hubiese salido en càmaras…yo soy publicista, la fama no es para mi… - decía al mismo tiempo que Marceline continuaba viendo las fotografías.

Bonnibel comenzó a incomodarse con las fotografías que continuaban saliendo.

- Marceline deja de… - susurró Bonnibel al mismo tiempo que Marceline llegaba a fotos poco agradables a la vista humana.

Salía una foto de Bonnibel junto a Marshall, el cual no era del todo parecido a quien era actualmente, la abrazaba fuertemente y besaba su mejilla y ella se veía feliz. Feliz…asquerosamente feliz…esa sonrisa ni siquiera la conozco, y venía otra foto de ellos dándose un beso, fue en ese momento que no me di cuenta y yo me había terminado mi cerveza y miraba fijamente la nada, sentía que deseaba matar de mil maneras a Marshall, pero el mejor momento fue definitivamente cuando sonó el timbre. Era hora de actuar.

- Iré a ver quien es… - Dijo la peli negra. Mientras la peli negra se iba hasta la puerta Gumball quedó mirando fijamente a Bonnibel.

- quien iba a pensarlo… - sonrió él

- a…a qué te refieres? – preguntó Bonnibel desviando la mirada

- no soy tonto…Bonnie – la miró fijamente – pero si estás usándola para olvidar a Marshall es mejor que pares porque eso no se hace, hermanita – susurró Gumball mirándola seriamente

- yo…yo no… - la joven quedó mirando preocupada a su hermano

- Queriiiida! – gritó una joven rompiendo el momento de hermano a hermana

- ahh no… - susurró Gumball – bueno yo ya me iba

- tú! – Grumosa lo quedó mirando – Bonnibel me puedes explicar qué hace este idiota aquí? – cuando Bonnibel iba a responder él se levantó, se terminó su cerveza

- muchas gracias por la cerveza, Bonnie – sonrió Gumball y le dio un beso a Marceline – hablamos otro día y organizamos la parranda – le guiñó un ojo y Marceline le sonrió

- así que ahora sales con esta delincuente?! – preguntó Grumosa mientras lo comenzaba a seguir a la puerta. La joven se quedó callada y suspiró – podemos hablar con tranquilidad un momento? – preguntó la joven poniéndose seria. Gumball se dio vuelta y la quedó mirando

- no habrá gritos? – preguntó él

- no… - susurró ella - no habrán periodistas? No habrán reproches? No habrán celos imbéciles? No me trataras como el mantenido que siempre insinuaste que era? - la miró molesto

- no, Gumball… - dijo ella mirándolo a los ojos – por…por qué eres así de frío? – preguntó preocupada

- por qué tendría que ser diferente contigo? – preguntó el

- porque nos íbamos a casar…iba a ser tu esposa… - lo miró – íbamos a ser una familia…

- siempre he agradecido la buena amiga que has sido con Bonnie – la miró – te agradezco que estuvieras en muchos momentos que yo no estuve…pero eso es lo único que nos une

- y nuestra historia, qué pasó con eso? – preguntó ella

- se terminó… - no fue solo mi culpa, Gumball! – advirtió ella

- claro que no, la culpa fue de ambos… - sonrió con tristeza – solo te pediré un favor…no… - respiró con profundidad – no me vuelvas a hablar…a menos que sea totalmente necesario

- Gumball no habrá chica más glamorosa que yo…en 2 semanas es una pasarela y… - siendo interrumpida

- recuerdas cuando me ascendieron? – le sonrió – recuerdas que fue todo el mundo menos mi novia porque estaba haciéndose una limpieza de cutis…recuerdas cuando te pedí matrimonio con el anillo que era de abuela?… lo tiraste lejos porque me dijiste que no era de perlas… - la miró molesto – estoy harto de que tu amor se base en lujos y ese tipo de cosas – apretó fuertemente la mandíbula – sabes, Lumpy? Eres una buena mujer, eres una excelente mujer…solo que…necesitas buscar a un hombre que sea como tú..ya sabes…perfecto – se dio la vuelta y Grumosa sentenció

- no encontrarás a otra mujer que te haga tan feliz como yo! – dijo ella

- lo sé… - la miró fijamente y sonrió – por eso debes estar tranquila…hombres mejores como yo hay por montones – sonrió mientras sentía que el alma se le destrozaba – en todo este tiempo…nunca te he escuchado decir si quiera que me quieres o me extrañaste – sonrió y delante de ella una puerta se cerró.

- wow… - quedó mirando Marceline la escena

- es un imbécil… - dijo Grumosa mientras sacaba un espejo

- para qué el espejo?

- quería asegurarme de que me veía hermosa para él… - dijo con petulancia

- sabes que él te encuentra hermosa… - la quedó mirando – no tengo idea realmente por qué… Sabes? No tengo idea de hombres…pero te doy un consejo? Pídele perdón…has algo porque con esa estrategia solo lo alejarás más…

- crees que me importa?! Gumball es… - siendo interrumpida por Marceline – es el hombre que amas… Grumosa se fue hasta donde Bonnibel, la cual se encontraba abstraída en sus pensamientos. Comenzó a consolar a Lumpy mientras Marceline se sentaba nuevamente sin embargo una llamada la sacó de sus pensamientos.

- diga… - contestó

- Abbi… - decía la rubia

- emm…qué…qué pasa? – preguntó algo nerviosa

- no…es que hoy tengo que ir al doctor…y…y me preguntaba si me podías acompañar…

- ahh…no tienes con quién ir? – preguntó Marceline de manera torpe

- no…pe…pero si no puedes ir está bien – dijo la rubia

- no, si puedo… - suspiró

- en un rato más estoy allá – decía mientras procedía a cortar y mirar a las chicas – Lumpy te…te quedarás a almorzar?

- claro que sí, delincuente – decía con tristeza

- yo…saldré un momento, vuelvo a la tarde – quedó mirando a Bonnibel quien la miró algo molesta – después…después hablamos – le sonrió y besó su frente sin embargo cuando se iba Bonnibel tomó con ambas manos la de la peli negra.

- confío en ti… - susurró Bonnibel mirándola con miedo a lo que Marceline le sonrió. Cuando Marceline por fin salió de la habitación Grumosa la quedó mirando fijamente

- no me digas que te gusta esa desamparada intelectual?! – la regañó

- Gru…Grumosa basta… - pidió Bonnibel desviando la mirada

- mirame… - Grumosa la quedó mirando – no te está gustando esa niña…cierto? – miró con temor

- Lumpy…Lumpy qué estás diciendo? – Bonnibel desvió la mirada

- no puedo creerlo… - dijo Grumosa agarrándose los cabellos – esto sería lo último que faltaba…

- quedó mirando la cama fijamente y luego se levantó – NO PUEDO CREERLO! Estoy encima de las sábanas del pecado! – gritó histérica

- Lumpy para! – gritó Bonnibel sonrojada a lo que Grumosa se puso a reir - tranquila, querida – le sonrió – sé que no tienes tan mal gusto – la quedó mirando – sería mucho más factible que volvieras con Marshall a que estuvieras con ella - por…por qué lo dices? – preguntó Bonnibel

- porque no te gustan las mujeres…y no sé si lo sabes pero…Marceline es mujer…

- eso…eso lo sé y… - la joven desvió la mirada y recordó el beso del día anterior

- además esa tarada sigue loca por Fionna..aunque como van las cosas posiblemente vuelvan… - explicó Lumpy

- por…por qué lo dices? – preguntó Bonnibel

- ahora fue a verla a ella, no? – dedujo Grumosa

- este..no…no lo sé…supongo – desvió con tristeza la mirada

- y a qué crees que fueron? – sonrió – acaso crees que fueron a hablar de la vida? BITCH PLEASE! Son ex…y los ex cuando se van a ver… - se agarró el rostro con histeria – hacen ese tipo de cosas indecentes que mis virginales oídos detestarían oir..

- Mmm…. – Bonnibel quedó mirando la puerta en la que se había ido Marceline.

Marceline y Fionna entraron a una habitación blanca donde una mujer le levantó la camisa y posteriormente puso un gel en su vientre

- ay, está muy helado – se quejó Fionna, acto reflejo tomó la mano de Marceline a lo que esta la miró incómoda

- no te preocupes, ella es mi doctora de confianza…no dirá nada – le sonrió

- bueno… - dijo Marceline

- veamos…veamos… - sonreía la doctora – tiene un buen tamaño… - le sonrió a Marceline – ves esos latidos?

- emm…esos…son los latidos…wow… - dijo Marceline mientras tomaba fuertemente la mano de Fionna – wow…hay vida ahí – dijo mientras miraba el vientre prácticamente plano de Fionna

- está todo bien, doctora? – preguntó Fionna

- así es, veo todo totalmente normal…tienes 11 semanas… - dijo la doctora

- como mierda no notaste antes que estabas embarazada? – Marceline mirò a Fionna – quiero decir…hay ciertas… - se sonrojó – ciertas cosas que nos pasan a las mujeres y cuando estás embarazada dejan de…suceder… - explicó incómoda

- pensé que era por estrés – explicó Fionna – siempre me cuidé entonces…

- no quiero detalles… - dijo Marceline algo molesta

- serán unas muy buenas madres – sonrió la doctora – ahora Fionna necesito pedirte que cuides tu alimentación y por favor no fumes…porque lo hiciste en este tiempo y eso es veneno pàra el bebé, pero por suerte está todo bien

- lo sé… - dijo ella – aunque ame fumar ahora hay ciertas prioridades – dijo y miró a Marceline fijamente – estaré bien…

- lo sé… - explicó Marceline - estás histérica…

- y qué quieres?! No es como que vayas a hacer un pastel…es un hijo lo que tienes dentro…y por el bien de la criatura, esperemos que se parezca a ti y no a él…

- cualquier tipo de asesoría que requieras, Marceline para reconocer a la bebé de Fionna podemos dártela en recepción – le sonrió la doctora

- disculpe? – preguntó Marceline sin comprender

- porque supongo que…querrías hacerte cargo del bebé…no? – explicó la doctora

Esto es un momento horrible en mi vida, como cambia la vida totalmente de un momento para otro, como es que la vida nos hace esto de una manera un tanto…vaya…vaya…

Flash Back

- ella se llama … - dijo el amigo rubio siendo interrumpido

- Fionna Murtis… - sonrió mirándola coquetamente

- un placer…Fionna – sonrió la peli negra mirándola fijamente. En su vida había visto una mujer más bella que ella.

- no pude dejar de mirarte…en todo momento… - le sonrió coquetamente

- no quedaste ciega? – preguntó Marceline

- posiblemente…ahora me costaría demasiado trabajo apreciar a alguien que no seas tú…

- entonces tal vez no hice tan mal mi trabajo – le sonrió la peli negra

Fin Flash Back

Y verte ahora…cuando fue el momento en el que todo cambió tanto que no soy capaz de reconocer a una mujer que tengo frente a mi…esto podría ser el karma. Por qué si esperé tanto por este momento ahora mi único deseo es estar al lado de otra persona…?

Flash Back

- no sé quien fue la persona que lo dijo por primera vez…pero le agradezco a esa persona porque…me ahorrará trabajo… - decía la peli negra

- a qué te refieres? – preguntó Fionna - te amo…Fionna – le sonrió a lo que la mujer sonrió y se puso sutilmente roja

- y si yo te digo lo mismo? – preguntó la joven tomando su mano

- me harías la mujer más feliz del mundo… - decía mientras iba a besarla sin embargo la rubia se alejó un poco

- ahí hay un pequeño problema eso sí – explicó Fionna

- cuál… - preguntó con cierto temor

- que tú me haces a mi la mujer más feliz del mundo… - sonrió coqueta y la abrazó fuertemente – me haces sentir…libre…como si tu pecho fuese el mejor hogar para mi…es por eso que por favor Abbi… - la quedó mirando fijamente – lo que dure nuestra eternidad…vivámosla juntas… - se acercó y le dio un beso

- eternamente a ti…Fionna… - susurró la joven y mordió su cuello sutilmente – eternamente a ti…

Fin Flash Back

Dos jóvenes iban caminando hasta llegar al departamento. Una peli negra puso la mesa y comenzó a servir algo para comer.

- te prepararé una leche – dijo la peli negra

- con frutilla? – preguntó Fionna

- sé que tu favorita es la de vainilla – le sonrió y la comenzó a servir - aún lo recuerdas? – preguntó Fionna

- vivimos juntas, Fionna…es imposible que olvide ese tipo de cosas – decía mientras la peli rubia se sentaba en la mesa

- gracias por todo esto, Abbi – le sonrió y tomó la mano de la joven – no puedo creer que estés aquí después de todo lo que pasó… - la miró a los y sonrió

- debes decirle a Marshall la verdad…

- creo que él quiere volver con Bonnibel – explicó y desvió la mirada

- Bonnibel no volverá con él… - dijo con algo de inseguridad

- por supuesto que no – sonrió y la quedó mirando – he notado como te mira…desde la primera vez lo noté…

- este… - la joven desvió la mirada

- estás con ella? – preguntó Fionna

- no…no estamos juntas…solo… - suspiró – no lo sé Fionna, contigo no quiero hablar de… - y fue interrumpida por un beso de parte de la rubia – Fionna para! – pidió Marceline nerviosa – por favor para!

- si al lado de ella vas a ser feliz… - le sonrió con tristeza – yo seré la primera en apoyarte… - y tras decir esto se puso a abrazar fuertemente – te juro que mientras seas feliz yo… - y comenzó a llorar

- Fionna tranquilízate – pedía Marceline nerviosa

- es el bebé…no yo…créeme – decía entre llanto – estaré bien, Abbi.. – decía entre sollozos – de verdad…

- Onna… - susurró Marceline y las quedó mirando fijamente para posteriormente abrazarla fuertemente – yo…yo a ti…siempre.. – susurró – siempre te tendré en mi corazón… - susurró con mucha tristeza.

En casa de la peli rosa se encontraba un chico con flores mientras que la peli rosa lo miraba algo incómoda.

- Marshall es mejor que te vayas… - pidió ella

- Bonnibel por qué razón? – preguntó él

- porque no entiendo para qué vienes tantol…cuál es el sentido de todo esto? – preguntó ella

- porque te quiero Bonnibel…yo… - respiró profundamente – yo sé que me equivoqué y que todo lo que he hecho tal vez…tal vez te pueda haber hecho mucho daño pero… - le sonrió con sinceridad – podemos remediarlo…yo sé que el amor puede remediarlo

- remediarlo? – preguntó ella – Marshall tú me fuiste infiel con Fionna…cómo rayos se supone que se soluciona eso?! – preguntó molesta

- debe existir alguna…alguna manera..yo lo sé – dijo él

- no la hay Marshall – dijo Bonnibel – así que por favor para con esto… - pidió ella algo incomoda

-pero por qué razón, Bonnibel? – la miró fijamente – tú y yo nos queremos…nos amamos y… - siendo interrumpida por ella quien colmo la paciencia

- te doy razones? – preguntó ella molesta – de verdad quieres razones? - lo miró con odio

- claro … - susurró él

- llevábamos años siendo novios…y todo te lo di Marshall, por ti intenté dejar todos y cada uno de mis miedos…cuando te peleaste con tus padres fui la primera en darte una casa…

- no me eches en cara eso… - pidió él

- no lo estoy haciendo! – gritó ella –pero yo siempre luché por ambos, POR AMBOS MARSHALL! DIME CUANDO… - intentó reprimirse pero no pudo – DIME CUANDO MIERDA TÚ PENSASTE EN ALGUIEN QUE NO FUERA TU PROPIA PERSONA?! – gritó mientras comenzaba a llorar – me ayudaste mucho, Marshall! Me ayudaste demasiado pero sirvió de algo?! De nada!

- Yo estaba arrepentido! – gritó molesto

- tanto que cuando te enteraste que me había cortado las venas tuviste que pedirle a tus amigos que vinieran a recoger tus cosas?! Ni siquiera tuviste el valor de enfrentar a mi abuela que todo te lo dio!

- es porque estabas obsesionada conmigo, Bonnibel!

- pues si para ti era obsesión entonces por qué razón querrías estar con una chica obsesionada?! Sabes cuantas veces me he cuestionado las cosas que hice por ti? – sollozaba – día a día me preguntaba qué había hecho mal! Mepreguntaba por qué rayos tenía que ser tan horrible que con la primera persona que encontraste me dejaste! Sabes lo que es vivir dos años llorando por alguien?! No tienes idea porque ni siquiera fuiste capaz de llorar por mi! En diarios, en la televisión te veía a escondidas… - lloraba – y sabes lo que deseaba?

- no… - dijo el mientras comenzaba a derramar una que otra lágrima

- deseaba que estuvieras bien… - sollozaba – deseaba que ojalá fueras feliz…y pedía todos los días a no tengo idea quién…que por favor me hiciera ser menos egoísta…me hiciera entender que eras feliz al lado de alguien más…

- Bonnie yo…

- Marshall tú fuiste una buena persona…pero no eres de quien me enamoré…porque ese hombre desapareció el día que te vi con Fionna…y sabes qué? Aún duele…porque tú! Escúchame bien….tú no podrías haber sido ese hombre que yo tanto amé… - comenzaba a llorar y se tapaba el rostro siendo incapaz de continuar

- Bonnibel yo.. – iba a abrazarla sin embargo entró la peli negra en ese momento y tras ver a Bonnibel en tales condiciones se acercó a Marshall y lo agarró de la camisa

- Y TÚ QUIEN MIERDA TE CREES PARA HACER LLORAR A BONNIBEL?! – gritó tirándolo al piso

- suéltame! – gritó él indignado – déjame tranquilo! Estaba solo hablando con ella

- entonces por qué ella llora? – lo miró indignada

- Marceline déjalo… - pedía entre sollozos Bonnibel

- es que no lo ves?! – dijo él indignado – Marceline por favor déjanos tranquilos! Tú aquí solo sobras! - la miró molesto – además tú quieres estar con Bonnibel y Fionna a la vez…qué clase de mujer eres?

- primero que todo … - ella lo miró con odio – no estoy con Bonnibel…mucho menos con Fionna y segundo…¿no te cansa tu hipocresía? – preguntó indignado

- había olvidado que eres tan poca cosa que hasta Fionna te dejó – sonrió – no tengo idea por qué ahora te busca si siempre me habló tan mal de ti – decía él a lo que Marceline lo miró molesta

- probablemente porque no puede recurrir a ti… - dijo ella

- no te resultara con Fionna porque ella se dio cuenta de lo que realmente vale… - dijo molesto – una mujer que estuvo con un hombre…por más que esté con otra mujer…nunca olvidará quien estuvo primero…entiendes?

- sabes? Me da pena Fionna…de haber caído tan bajo para estar con alguien como tú…

- y a mi me da pena Bonnibel que intentas jugar con ella para que se olvide de mi… - y tras decir esto Bonnibel le gritó indignada haciendo que él mirara a Marceline indignado – Bonnibel no lo entiendes?! Ella estuvo hoy con Fionna ¿cuál es la idea de estar con alguien como ella?! – gritó indignado

- no estoy con Fionna maldito idiota! – gritó indignada Marceline

- entonces qué hacías con ella de la mano saliendo de su auto?! Dime qué mierda hacias? – le pegó en la mejilla tan fuerte que la peli negra cayó encima de una silla y cayendo posteriormente de esta. Tras hacerlo Marshall se dio cuenta de que había llegado demasiado lejos y volvió del trance, pero antes de poder pedir disculpas Marceline se levantó y lo tomó del cuello

- estaba acompañando a tu ex novia al hospital para ver como está tú hijo! – y lo quedó mirando con odio

- qué…? – él la miró sin comprender y Bonnibel al escuchar esto miró fijamente a Marceline

- qué…qué dijiste Marceline? – preguntó Bonnibel sintiendo como el mundo se le iba encima

- lo que escuchaste… - dijo Marceline molesta – Fionna… - respiró profundamente – Fionna está esperando un hijo tuyo…

- eso no es verdad… - dijo Marshall mirándola molesto a lo que Marceline le sonrió con sarcasmo

- acaso crees que es mío? – preguntó Marceline indignada. Marshall las quedó mirando a ambas y salió corriendo de la habitación, era necesario que hablara con Fionna.

Marceline quedó mirando fijamente a Bonnibel quien estaba en trance pensando en lo que había dicho la peli negra. Solo la miró cuando sintió las manos de esta.

- Bonnie estás…? – siendo interrumpida por la peli rosa

- por favor…déjame sola…necesito… - suspiró profundamente – necesito estar sola… - pidió Bonnibel.


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