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Andrógino por Hacchiko

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Notas del capitulo:

¡4945! ¡Soy tan feliz ;v;♥!

 

 

 

 

 

Muchísimas gracias a todos por leer, comentar y esperar, en verdad, soy tan feliz ;v; y también gracias a los que se unieron a Hacchiko Fanfics, -son poquitos pero ahí están ;v;♥- todavía pueden unirse, solo es para llevar contados a los que me siguen leyendo, y conocerlos más♥.

 

 

 

 

 

Bueno, como ya estamos en temporada -lamento tardar tanto- les deseo una muy feliz navidad y próspero año nuevo, mis linduras de Shawols, que SHINee siga iluminando sus vidas con su mágica música asiática coreánica colorada adorablistica, y que todas sus metas y deseos se hagan realidad. Muchos besos y abrazos a todos los que me siguen leyendo, los adoro, babes♥♥♥!

 

 

 

 

 

Y también.. ahm.. para los que tengan tiempo, yo tengo unas preguntitas, pero las dejaré para el final♥ Ustedes lean, espero que les guste -MUCHO más que los anteriores♥-.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

att'Hacchi♥

Andrógino

Semana 2; Filmando segundo episodio.

Capítulo 7: Confianza.

 

 

 

Ya estaba oscureciendo cuando decidieron partir a casa. Después de la entrevista, fueron a una sesión fotográfica, donde esperaba fuera de la cámara, esperando a los recesos para jugar con ellos, mientras eso llegaba, platicaba con sus cortantes guardias de seguridad. Luego, fueron a grabar una canción para un comercial de conciencia hacia los fumadores. Para ese entonces, Tae se estaba quedando dormido en una silla. Ki Bum fue a despertarle, pero el pequeño no quería caminar, dijo que tenía mucho sueño, y Onew insistió en cargarlo. Tae, ya medio inconsciente, aceptó, y se subió a la espalda del mayor de todos.

 

 

Su manager había estacionado el auto lejos por indicaciones equivocadas, y los cansados pero muy trabajadores SHINee tuvieron que caminar todavía más de lo necesario. Tuvieron que pasar por un centro comercial extenso, pues las calles alrededor estaban abarrotadas y su manager no podía pasar por ahí. Los chicos se metieron sin entretenerse, con sus gorros cubriendo sus cabezas y lentes a sus ojos, las manos en bolsillos a excepción de Onew, quien cargaba al dormido Tae, con un brazo en cada hombro, una pierna en cada costado y su cabeza escondida en el cuello del mayor.

 

 

La noche estaba tan helada, que al exhalar salía el típico vaporcito, por lo que afuera no había nadie. Las personas, dueñas de los estorbosos carros que bloqueaban las calles, estaban metidas en cada tienda, refugiándose de la temporada helada.

 

 

A medio camino, justo en el centro, había un área grande con la misma loseta de todo el lugar. Ahí, en el día, llegaban las personas con sus puestillos ambulantes, los niños jugaban, los adultos charlaban, los compradores iban de un lado a otro por más ofertas, en fin, por lo que, a esa hora de la noche, se miraba tan vacío, pero tranquilo, con algunas maceteras grandes rodeadas por cercos de alambres gruesos, teniendo un árbol en el centro cada una.

 

 

A lo lejos, un sonidito se escuchaba con un ligero eco. De pronto, Tae separó su parte superior (de la cabeza a la cintura) del cuerpo de su Hyung con violencia, apoyándose de sus manos, que se sujetaban con fuerza de los hombros de Onew, asustándolo en el acto. Tae miró a todos lados buscando con cierta ansiedad, como si su vida dependiera de aquél misterioso objeto.

 

 

-Hyung, ¿oíste eso?

 

 

Los otros tres, que ya llevaban varios pasos de ventaja, voltearon a verlos con curiosidad, y se sorprendieron al notar al menor con un despertar tan brusco, si hacía unos segundos, juraban que se hallaba en otra dimensión desconocida muy lejos de ahí.

 

 

Ignorando totalmente el panorama, Tae saltó de la espalda de su Hyung y en cuanto tocó el piso con sus pies, salió corriendo hacia la derecha a toda velocidad. Los chicos, al instante, lo siguieron lo más rápido posible, no podían perderlo de nuevo, lo malo era que, Tae, aun siendo un pequeño de 14 años, era muy delgado y demasiado veloz, tanto que por poco lo perdían de vista. Luego de unos segundos, lo alcanzaron en una explanada circular más grande todavía que la anterior, con árboles protegidos por cercas y enfrente de cada uno, bancas. En el centro de la zona, había unos agujeros en el suelo del mismo grosor que un lápiz, juntos a la misma distancia hasta formar un gran cuadrado, del que por intervalos de tiempo, salían potentes chorros de agua que alcanzaban hasta los dos metros de altura en una determinada zona. Por cada tiempo, había una secuencia planteada al azar. A fin de cuentas, era una fuente de agua, que provenía desde el suelo.

 

 

Tae estaba viendo ansioso los puntos en el piso, esperando a que los chorros de agua salieran. Quién sabe por qué. En unos segundos, salieron varios chorros coordinados de agua de una zona, que se mantuvieron por un buen rato, y luego se difuminaron en el aire, dejando unas gotas en la gravedad hasta desaparecer. No pasaron ni dos segundos cuando del otro extremo, en una zona de las mismas dimensiones, se repitió el mismo proceso. Tae, emocionado, corrió al lugar del que acababa de salir los potentes chorros de líquido, y volteó en cuanto escuchó más agua salir de otra parte, para correr hasta allá, como si fuera a alcanzarlos. Tras un buen rato corriendo de un lado a otro, empezó a predecir de donde saldría el siguiente chorro, yendo rápido hacia él para asomar su mano y tocar las corrientes.

 

 

Key, al ver sus intenciones, empezó a temer. De por sí hacía mucho frío, ¿es que acaso este niño quería enfermarse o qué?

 

 

-¡Tae, ven acá! ¡No quiero que te enfermes! –el mencionado volteó curioso a ver qué quería su Hyung, enchuecó su boca en un gesto aburrido, dio la vuelta dándole la espalda, y entre brinquitos corrió a otra zona de la que todavía estaba saliendo agua. Ahora la secuencia no era de una sola zona, era de dos zonas de extremos opuestos al mismo tiempo. Ki Bum bufó al sentirse ignorado.- ¡Yah! ¡Te vas a enfermar! ¡Ven aquí!

 

 

-¡No quiero! –gritó riendo mientras jugueteaba entre dos zonas justo a sus costados, lo suficientemente lejos como para que apenas tres gotitas le tocaran. Onew arrugó sus cejas preocupado.

 

 

-Tae, no es gracioso, tenemos que cuidarte, eres nuestra responsabilidad. –habló con comprensión, pero Tae seguía brincando en circulitos, feliz entre los chorros de agua, rodeando las partes activas.

 

 

-¡Atrápame! –gritó y empezó a correr sin importarle el suelo mojado. Jong Hyun no esperó y corrió hacia él, con intenciones de atraparle. Tae al voltear y verle tan cerca, aumentó sus pasos y alargó la distancia entre ellos.

 

 

-¡Aish! ¡Yo no me voy a mojar! –se quejó Key. Se moría de frío aun con su bufanda, su saco, sus pantalones, sus botas y guantes gruesos de algodón. ¡Ni loco se mojaría! Giró a ver a su líder, y como si fuera su esclavo, le gritó- ¡Yah! ¡Jin Ki, trae a Tae! –Onew se volvió hacia él, espantado, él tampoco quería enfermarse, pero luego de ver la mirada asesina de Ki Bum, suspiró y corrió también hacia el campo minado.

 

 

Parecía misión imposible. Tae corría, ellos resbalaban. Tae saltaba, ellos chocaban. Tae reía, ellos se quejaban. Min Ho exhaló cansado, sin embargo, sonrió al oír las alegres risas que provenían del más pequeño que ahora bailaba entre las fuertes líneas de agua, sin mojarse todavía y sin darse cuenta, de que sus otros dos amigos, quienes insistían en atraparlo, ya estaban contagiados, riendo divertidos. Con energías renovadas, Min Ho avanzó hasta ellos, aprovechando que el niño le daba la espalda, aunque este se escapó de inmediato sin saberlo. Jong Hyun, sorprendentemente, fue el primero en caerse, por desgracia, fue en mal momento, y el agua lo empapó hasta los calzones. Key gritó preocupado, no quería mojarse, pero tampoco quería que su mejor amigo (y amor platónico) se enfermara.

 

 

El pelinegro menor siguió, y cuando vio a Onew frente a él, giró rápido casi derrapando sus suelas y continuó su camino, ignorando la mala suerte de su mayor, que al igual que Puppy, terminó empapado. Tae reía tanto, que no veía por donde caminaba, hasta que abrió sus ojos, cayó en cuenta de que estaba a dos pasos de Min Ho, quién sonreía victorioso, y al querer dar vuelta para escapar de nuevo, derrapó y se resbaló, jalando la camisa de su amigo hacia él. Por consecuencia, ambos terminaron en el suelo riendo, con Min Ho encima de él, riendo muy cerca de sus rostros.

 

 

Mal momento. Key gritó fuerte, y ambos voltearon parando de reír en seco. Muy tarde se dieron cuenta, de que el agua había dejado de salir desde hacía varios minutos, cuando de pronto, salió de todos los agujeros de la fuente, empapándolos a ellos también. Jong Hyun y Onew, que apenas iban a salir, tuvieron una segunda bañada.

 

 

Cuando el agua volvió a esconderse, los cuatro, trastabillando salieron de ahí a carreras, no querían otra mojada extra. Temblando, salieron abrazándose individualmente, y se juntaron en grupito, pegaditos para compartir un poquito de calor, buscando a Key con la mirada. ¿A dónde fue? Paseando la vista por los alrededores, pensaban en alguna pista que les indicara a donde fue, hasta que escucharon la puerta automática de la tienda de enfrente. Alzaron una ceja dudosos al ver al castaño acercárseles con una bolsa de compras -con fotografía y marca impresa- en cada mano. Los cuatro bufaron al adivinar que la diva aprovechó para comprarse algunas cosillas para él, sin embargo, el joven se detuvo frente a sus compañeros, dio una vista rápida a cada uno y dejó las dos bolsas en el suelo. Callado, se inclinó a una, y sacó dos toallas perfectamente dobladas; extendió la primera, una color amarilla con un pollito dibujado en la esquinita, y abrazó a Tae con ella, sobando su espalda para darle calor.

 

 

La segunda, una azul con un balón de soccer, con ella tapó el cuerpo de Min Ho, secando su cabello con cuidado. Volvió a agacharse, y de la otra bolsa sacó dos toallas más. La primera fue una color verde, con un dinosaurio dibujado en la esquinita, la extendió para Jin Ki y frotó sus brazos para brindarle un poco de calor. La última, una color roja con un pequeño dibujo de una gallina en la esquina, y se la dio a Jong Hyun, rodeando su cuerpo con cuidado y aprovechando para secar su cabeza.

 

 

Cuando terminó de repartir las toallas, que por cierto, estaban calientitas y muy suavecitas, Key retrocedió unos pasos mirando a todos con un rostro serio, como una madre que con su mirada recalcaba un fuerte «te lo dije», o más bien, un «se los dije». Los cuatro esperaron en silencio, temblando levemente, sintiendo un poco de culpa por pensar que Key habría estado divirtiéndose gastando el tiempo en compras. Si, ahorita mismo sentían culpa.

 

 

-Les dije que no se mojaran. -todos miraron al piso, regañados, pero nadie decía nada. Ki Bum exhaló.- No verán la tele. -todos alzaron la vista asustados, ¿qué?- ni videojuegos -aclaró mirando específicamente a Jong- y llegando se tomarán un baño, sobretodo tú, Tae.

 

 

-Pero Key.. -se quejó el otro Kim.

 

 

-Nada de peros. -calló tranquilo. Un sonido llegó a oídos de todos, y Key, como si fuese su propio bolsillo, llevó su mano al pantalón de Onew y sacó el teléfono. Respondió al instante sin leer de quien era la llamada, pues su sexto sentido le intuía quien podría ser.- ¿Hola? -esperó un momento.- Sí, Hyung. -escuchó atento mientras se inclinaba a recoger las bolsas.- claro, y ve prendiendo la calefacción del auto, por favor.

 

 

Y como si nada, comenzó a avanzar, siguiendo la conversación por celular, hasta que notó que nadie le seguía. Se paró y volteó a verlos.

 

 

-Ya, el auto ya viene, apúrense.

 

 

Y continuó con su animada charla. Los cuatro mirándose apenados, anduvieron siguiendo a mamá oso, a pasitos de pingüino.

 

 

-¿Saben? Esta toalla debería tenerla Jong. -comentó Jin Ki riendo. El mencionado alzó una ceja.

 

 

-¿Por qué? -Onew le mostró el dibujito del dinosaurio, y todos se contagiaron en risas de bajo volumen.

 

 

 

 

 

Ki Bum picó un interruptor encendiendo las luces al instante, entró caminando al pasillo con los demás siguiendo sus pasos, quienes se detuvieron para recostarse en el sillón. Key regresó unos minutos más tarde, y luego de pasar por la cocina por un vaso con agua, se dirigió al sofá.

 

 

-Tae, espera un rato y luego vas a bañarte, ¿ok? -ordenó tranquilo antes de beber del vaso, pero en respuesta, escuchó un estornudo. De inmediato bajó su bebida, mirando fijamente al menor.- ¿Acabas de estornudar?

 

 

Tae sorbió su nariz, impidiendo que sus mocos salieran de su escondite, y negó frenético.

 

 

-Tae, si estornudas tres veces, quiere decir que estás enfermo, y si estás enfermo, te llevaré al doctor. –el aludido abrió los ojos entendiendo.

 

 

-No puedes llevarme.

 

 

-Si puedo, mi madre es una excelente enfermera, por lo que pasé gran parte de mi vida en un hospital, y sé mucho de enfermedades, así que, no me engañas.

 

 

-Key, si me llevas al doctor entonces sabrá lo que soy, y en cuanto me revise el programa se terminará y yo me iré a casa, ¿en verdad quieres terminar todo antes de empezar?

 

 

-Si eso significa mantenerte sano y salvo, entonces sí, quiero acabar antes de empezar. –afirmó cruzando sus brazos con decisión, a lo que Tae solo bufó.

 

 

-Me iré a bañar. –informó a todos los presentes antes de encaminarse hacia el pasillo. Unos minutos después, Onew empezó a hablar.

 

 

-Nos vamos a enfermar.

 

 

-Nahh.. tendremos un baño grupal –afirmó Jong riéndose, contagiando a Min Ho y a Jin Ki; luego volteó a ver a Ki Bum.- ¿te bañarás con nosotros, Bummie?

 

 

El mencionado tan solo le ignoró, tomando de su vaso mientras su rostro comenzaba a enrojecer. En verdad no tenía ganas de un baño grupal. No soportaría ver el cuerpo de Jong Hyun sin acordarse de los sucesos en la tarde, cuando todos le aplaudían por ser una bella pareja reconciliándose. Qué vergüenza.

 

 

 

 

 

Más tarde, cuando todos salieron de bañarse, se juntaron en la sala de estar, a ver la televisión. Aun cuando Key les advirtió que no la verían, terminó por retractarse. Momento grupal, como una linda familia feliz, soltando comentarios de vez en cuando, riéndose de momentos graciosos que sucedían en lo que sea que estuviesen viendo, cuando de pronto, Jin Ki parece recordar algo. Sentado en el sillón correctamente, con Tae a su derecha, quien recargaba su cabeza en el hombro de Key. Sentados en el suelo, estaba Min Ho, con su cabeza entre las piernas de Jin Ki y sus manos acariciándole el cabello, y a su derecha, Jong Hyun, en la misma posición que él, solo que con Ki Bum.

 

 

-Oye, Jjong –todos voltean a ver al líder.- ¿qué quieres para tu cumpleaños?

 

 

Éste sonrió al instante, imaginándose el regalo perfecto para ese día tan próximo. Tae, al oír la pregunta, abrió más sus ojitos. ¿Jong Hyun va a cumplir años? Parpadeó mirando a los demás, no sabía el día que ellos nacieron, hizo un puchero.

 

 

-Lo que quieras está bien, Hyung. Siempre sabes qué regalarme. –contestó con una sonrisa honesta.

 

 

-Hyung. –Interrumpió el más pequeño, haciendo que todos voltearan a verlo.- ¿cuándo es tu cumpleaños?

 

 

-¿Ah? –preguntó desprevenido, frunció el ceño mirando el cielo, pues de repente se le había olvidado la fecha, al acordarse, rió y respondió con una sonrisa- abril 8, ¿por qué? –Tae se rascó la mejilla con su índice, pensando.

 

 

-¿Y qué quieres que te regale? –Jong rió sintiendo sus mejillas arder. Obvio no podía decirle directamente que quería un beso, un abrazo y un “¡sé mi novio, por favor!”, sin embargo, si podía decirle de forma indirecta lo que quería. Sonrió pensando en eso.

 

 

-Lo que tú quieras darme está bien, Tae. Tan solo con compartir ese día con mis amigos y la gente que más quiero, soy muy feliz, aunque si me consiguieras una novia, no me quejaría. –y empezó a reír.

 

 

-Ahh... eso es muy difícil, Hyung. –se quejó Tae inflando sus mejillas, causando risas en sus amigos, a lo que Jong abrió sus ojos, sorprendido por la respuesta.

 

 

-¿Por qué dices eso?

 

 

-Porque yo no sé cómo es tu chica ideal, Hyung. –explicó con calma. Key al escuchar eso, detuvo sus caricias en el cabello de su amigo, poniéndose incómodo. No le gustaba entrar en ese tema porque sabía que no llenaba las expectativas de su amigo, para nada.

 

 

-¡Es muy simple, mi pequeño amigo o amiga! –bromeó el mayor antes de ponerse a pensar. Rascó su barbilla y tras unos segundos de silencio, sonrió.- tiene que ser muy bonita, debe tener estilo, ser muy graciosa y que se ría de mis chistes... –pensó otro momento, mientras Key suspiraba escandalosamente. Jong Hyun miró a Tae con atención, estudiando sus ojos buscando alguna reacción ante sus palabras- debe ser muy coqueta, astuta, inteligente, muy atenta, cálida, amorosa...

 

 

-¡En ese caso, vuelve a dormir! –interrumpió Onew riendo- ¡Esa es una lista muy larga para cumplir!

 

 

-Ahhhh.. Hyung, qué aguafiestas, ¡ya estaba encontrando a mi chica soñada! –se quejó Jjong, desviando su mirada para concentrarla en su líder, en cambio, Min Ho, quien ya se estaba poniendo tenso al notar la vista fija de Jong Hyun en el pequeño Tae, suspiró fuerte, en pura forma de alivio. Menos mal que lo callaron, sino Tae habría respondido, aunque éste no daba indicaciones de haber entendido la indirecta. Por otro lado, Ki Bum tan solo rodó sus ojos, sabiendo que estaba muy lejos de ser la pareja ideal del Kim. Tae se rió de sus compañeros.

 

 

-¿Y tú, Tae? ¿Cuándo cumples años? –preguntó Ki Bum, queriendo cambiar de tema lo antes posible. El aludido sonrió.

 

 

-18 de julio. Cumpliré 15. –presumió muy feliz.

 

 

-¿Apenas? –soltó Onew. Se le había olvidado totalmente la edad del otro Lee, pues como nunca las mencionaban, era normal que no se acordara.- yo cumpliré el 14 de diciembre.

 

 

-Yo el 23 de septiembre, y Min Ho en diciembre, 9. –Tae hizo un gesto insatisfecho. Los cumpleaños más cercanos eran el suyo y el de Jong Hyun, al menos hasta septiembre. Qué triste, pensó.

 

 

-Falta todavía un mes para el cumpleaños de Jong Hyun Hyung, no, espera –se puso a contar los días con sus dedos, y volvió a verlos- menos de eso, ¿harán fiesta?

 

 

-Siempre hacemos fiesta, una para el grupo, otra para la empresa, otra con los amigos, y otra con la familia. –presumió Min Ho.- y eso es en cada cumpleaños. –Tae abrió su boca sorprendido, luego sonrió.

 

 

-¿A mí también me harán fiesta?

 

 

-Si te portas bien, sí –advirtió Key, provocando risas en los demás, cuando un estornudo los calló de súbito. Todos voltearon a ver a Tae, quien se limpiaba la nariz con la manga larga de su camisa. Ki Bum alzó una ceja.- Tres estornudos, un hospital, Tae.

 

 

-Apenas va el primero, Umma –se excusó exagerando la última palabra, pero antes de reír volvió a estornudar.

 

 

-¡Lee Tae! –exclamó Ki Bum como una madre que regaña a su retoño por una blasfemia. Min Ho se levantó quitando las manos de Jin Ki de su cabeza, y desapareció por el pasillo.

 

 

-¿Sabes qué? Mejor me iré a dormir. Buenas noches y gracias por todo, chicos. –Avisó levantándose del sillón, se fue al pasillo y antes de llegar, chocó su hombro con el de Min Ho, -pues no lo había visto-, lo que le hizo detenerse al instante para verlo, y fijarse en su mano derecha, la cual sostenía papel higiénico doblado cuidadosamente. Volvió su vista al rostro de su mayor, y este se lo ofreció silenciosamente. Tae sin decir nada, lo tomó, esperó unos segundos, pensando en cómo agradecerle o qué palabras usar, sin embargo, solo se le ocurrió una palabra.- Gracias. –se inclinó levemente, indicando que si fue educado en casa, y siguió su camino hacia el cuarto.

 

 

Ki Bum tan solo bufó cruzando sus brazos, y al mismo tiempo, olvidándose de acariciar el cabello de Jong. Éste, al notar que iba a seguir refunfuñando un buen rato, le tomó una mano y sigiloso, se la puso en su propia cabeza, para que le siguiera masajeando, a lo que Ki Bum obedeció inconscientemente.

 

 

-Lo llevarás al hospital diga lo que diga, ¿no? –adivinó Jin Ki. No necesitaba leer mentes para entender cómo funcionaba la de su dongsaeng. Ki Bum, rascando el cráneo de su amigo, con su mirada fija en la nada, asintió.

 

 

-No podemos dejar que se enferme. –Y esta vez lo vio a los ojos- recuerda que es nuestra responsabilidad.

 

 

-Pero tampoco podemos obligarle. –se excusó Onew alzando sus hombros, cruzó los brazos. No eran sus padres, eran sus compañeros, y quizá, amigos ya, pero eso no les daba derecho a obligarle nada.

 

 

-¿Tú estás de su lado? –Exclamó Key incrédulo con sus ojos y boca bien abiertos, ¿era en serio?- es un niño.

 

 

-O niña. –interrumpió Jong Hyun levantando su índice como si estuviera resaltando algo de suma importancia, un detalle que no debe olvidarse. Key tan solo le dio una palmada en la cabezota, apretando sus labios, a lo que Jong Hyun se quejó.

 

 

-Y tú no te andes ilusionando, todavía no sabes lo que es.

 

 

-¿Ilusionarme con qué? –preguntó arrugando sus cejas haciéndose el desentendido. Min Ho frunció el ceño disgustado, cruzando sus brazos también. ¡Claro que sabía a qué se refería!

 

 

-No te hagas el tonto, fue muy directa tu indirecta. –se quejó Key volviendo a peinarle el cabello, queriendo ocultar ese dolor en su corazón, tan agudo, que se profundizaba segundo a segundo. Jong tan solo rodó sus ojos enchuecando su boca, ignorando por completo cualquier sentimiento que provocara en su amigo.

 

 

 

 

 

 

Más tarde, al acostarse todos y apagar las luces, escucharon una tosecita. Jin Ki y Key fueron los últimos en ir a la cama, y se dieron cuenta. Tae estaba tosiendo. Ki Bum, al instante quiso tomar las llaves y llevarse a Tae directo al hospital, pero Onew le detuvo. No podían sobre reaccionar tampoco, sería un escándalo encontrarse en esos momentos a una banda que apenas quiere entrar al mundo de la música, en altas horas de la noche, en un hospital. Tenían que evitar cualquier llamada de atención. Entonces, ¿qué hacemos? Pusieron una cobija extra en la cama de Tae, y ya verían más tarde qué hacer. A Key le dio mala espina, no podían confiarse en una simple cobija extra, sin embargo, hizo caso a su mayor, pues, en alguna parte de todo su argumento, tenía razón, y la inseguridad le obligó a creer en él.

 

 

Veinte minutos de continua y terca tos, nadie podía dormir, a excepción de Tae, que no sabían si en verdad estaba durmiendo o si al menos podía descansar con ese insistente ataque de tos. La noche era oscura, las luces estaban apagadas, el clima estaba helado, todos estaban más que abrigados, pero la tos de Tae les taladraba en lo más profundo de sus cerebros, y les impedía cualquier intento de descanso. Cada quien miraba a su pared, con la triste esperanza de que al no verlo, no podrían escucharlo, ya saben, “ojos que no ven, corazón que no siente”, pero no funcionó. Fue hasta unos minutos después, la tos se rindió.

 

 

Sin embargo, la mala espina de Ki Bum creció, alarmando a su sexto sentido y despertando a su intuición. Demonios, la maldita espinita se transformó en una jodida estaca que aún con el silencio, no le permitía dormir. Key se quedó pensando. Silencio. Silencio. Silencio. ¿Silencio?

 

 

Frunciendo su ceño, inseguro, giró sobre su cuerpo, para ver al pequeño en la cama del centro, y descubrió que tanto como Jong Hyun (cama de arriba, justo a su lado), Min Ho (cama de Jjong, la de abajo) y Onew (su misma cama, solo que abajo), se habían asomado para ver a Tae. Al parecer, todos tenían el instinto paterno activado.

 

 

-Prendan las luces. –ordenó. Min Ho no tardó en saltar de su cama y correr al interruptor para activarlo. Todos bajaron de sus camas como bomberos entrenados, y miraron a Tae, hecho bolita, cubierto totalmente por las cobijas hasta la nariz, permitiendo ver el flequillo mojado pegado a su frente y lo poco visible de su rostro enrojecido. Ki Bum se acuclilló junto a él, colocó su mano en la frente del niño. Estaba caliente. Mojado del puro sudor. Key, asustado, apartó las cobijas con rapidez, descubriendo al menor con la respiración agitada. Le subió un poco la camisa para poner la mano en su panza. Caliente. Tocó su cuello también, y tuvo la misma respuesta.

 

 

-Jin Ki, ve por las llaves.

 

 

Éste no esperó ni un segundo para salir a la sala a buscarlas. Ki Bum jaló los brazos de Tae con cuidado, siseando una canción para mantenerlo dormido. Lo abrazó y apartó el flequillo de su frente, para limpiarle con la mano el sudor. Después levantó la vista, y miró a los dos hombres frente a él.

 

 

-Min Ho, cárgalo.

 

 

El nombrado levantó sus manos sin saber cómo. ¿Al estilo princesa? ¿Al estilo “costal de papas”? No sabía cómo, su mente estaba en blanco. Jjong rodó sus ojos ante la lentitud de su compañero, y tomó entre sus brazos a Tae, como un bebé. Key negó con su cabeza.

 

 

-Jjong, necesito que llames al hospital, tú sabes más de eso.

 

 

El otro, con cuidado, colocó a Tae en la espalda de Min Ho, quien sujetó sus piernas tratando de no despertarle, pero fue en vano, pues el menor abrió los ojos con cansancio. Key, que se había agachado para tomar la cobija, se dio la vuelta y cubrió a Tae, encontrándolo despierto. Acarició su espalda, siseando la misma canción, esperando que durmiese, pero no funcionó. No esta vez.

 

 

-No soy un bebé, Key. –se quejó el niño, parpadeando con sueño.- No lo hagas, por favor. -dijo tosiendo.

 

 

-Tae, tienes temperatura, debes ir con un doctor.

 

 

-Tú dijiste que tu mamá fue una enfermera, que tú sabías de enfermedades. Tú debes saber cómo curarlas, por favor, no me lleves. –pidió en voz baja y ronca, pues apenas podía hablar. Tenía muy pocas energías.

 

 

-Tae, no debo tocarte. Recuerda las reglas-

 

 

-Tú debes saber cómo, Hyung. Por favor, no quiero irme. –le interrumpió desesperado y débil, y Key entendió que no se refería precisamente al hospital. Tae cerró sus ojos, rindiéndose al sueño y al cansancio. Ki Bum se sintió en indecisión.

 

 

Tae tenía razón. En cuanto lo llevaran a urgencias, el doctor lo revisaría a fondo, le aplicarían exámenes, y por lo visto, Tae no tenía un doctor en específico. No uno que estuviese enterado del programa, no uno que asegurara su honestidad y compromiso. Sería descubierto al instante su género, y en ese segundo terminaría todo. El programa sería cancelado, y Tae volvería a su casa. Todo sin siquiera haberle conocido bien. Cuando apenas comenzaba su amistad. ¿Todo acabaría ahí? Key miró sus manos, jugando con sus dedos.

 

 

 

Min Ho le miró, y notó su inseguridad. Tae estaba respirándole en el cuello prácticamente, por lo que había oído todo. Pero no quería que eso acabara. Cierto, tenía conflictos consigo mismo, pero no quería perder a Tae. ¿Lo volvería a ver? No sabían ni siquiera si Tae vivía en la misma ciudad que ellos, o dónde estudiaba. ¿Así de fácil lo entregarían sin haberle conocido? Irónicamente, dentro de él, vivía la ilusión de que Tae fuese una mujer, y aceptara sus sentimientos. Se rió de sí mismo, ¿cómo podía pensar en eso en estos momentos? Quiso golpearse la cabeza contra la pared, pero recordó que tenía a Tae roncando en su oído. Muy leve, pero sí roncaba. Tan adorable.

 

 

Volvió a ver a Ki Bum, quien solo trazaba caminos en el suelo con sus ojos. Ir o no ir. Esa es la cuestión. Jjong se acercó. No se había ido, pues la débil vocecita de Tae lo había detenido para escucharle. ¿Llamaría? ¿Irían?

 

 

-Key.

 

 

Éste reaccionó abriendo sus ojos, apuntando hacia la dulce voz de su amigo, reflejando su indecisión, su inseguridad y el terrible miedo a equivocarse. Onew entró en la habitación, mirando a todos tan quietos y tranquilos como si estuviesen esperando al amanecer.

 

 

-Key.

 

 

Esta vez, giró hacia el líder, quien le miró preocupado.

 

 

-Ki Bum, ¿qué pasa? ¿Iremos o no? Ya prendí la calefacción del auto. –Ki Bum parpadeó, repasando la información reciente.

 

 

-Key, ¿llamo o no? –volvió a verle, y Onew también, pero éste, poniendo un gesto incrédulo.

 

 

-¿Cómo que «llamo o no»? –preguntó alzando una ceja, casi ofendido.

 

 

-Tae no quiere ir al hospital. –explicó Min Ho, dando un corto salto para acomodar al bello durmiente, quien se estaba cayendo de su espalda.

 

 

-Ya sabemos que no quiere ir al hospital, pero sus fobias no deben intervenir, está dormido, debemos aprovechar. –se defendió Jin Ki, no podían perder más tiempo, Tae podría empeorar, y tal vez, en ese caso, si necesitarían urgencias. Todos voltearon a ver a Ki Bum –excepto el dormido, claro-, como si él tuviera las respuestas a cualquier pregunta.

 

 

-¿Qué hacemos? –preguntó Jjong, esperando órdenes. Key mordió su uña pensando, miró al niño, agitado pero débil, sudado y caliente. Y no en los mejores términos. Ki Bum sacó su índice de su boca y miró a los chicos con decisión.

 

 

-No lo llevaremos. –Todos alzaron sus cejas sorprendidos. Key miró cada uno de sus rostros.- Min Ho, ponlo en la cama. Jjong, trae unas toallas. Jin Ki, trae una bandeja con agua.

 

 

Todos fueron a sus posiciones, no podían tardar más tiempo. Cada quien hizo lo que le fue ordenado, desapareciendo todos a excepción de Min Ho, quien se arrodilló con cuidado en el suelo, y colocó con delicadeza a Tae en su colchón inflable, antes de cubrirlo con la misma cobija del inicio.

 

 

 

Key se sentó del otro lado, rogando porque sus conocimientos básicos funcionasen. Onew y Jjong regresaron con lo encomendado, Ki Bum les ordenó que hicieran sopa caliente, y no instantánea. Min Ho, al no recibir más ordenes, se limitó a tomar de la mano de Tae, y observarle preocupado. Ki Bum, con los trapos limpios y el agua, limpió su frente, y ahí dejó una de las toallas. Jjong entró al cuarto con un termómetro.

 

 

Después, Onew entró con un plato humeante, que presumía de un olor rico, procurando que no se cayera ni una gota. Min Ho ayudó a sentar a Tae para que Ki Bum le diera de comer, y aunque al principio fue difícil porque Tae seguía sin responder, pudieron cumplir con su misión, al menos medio plato le obligaron a beber con una cuchara de tamaño justo.

 

 

Horas más tarde, Onew y Jjong, observaban alrededor, acostados en las camas, con sueño, pero con esa preocupación impidiéndoles dormir. Min Ho y Key eran los únicos que se mantenían cada segundo sentados en el mismo lugar, a un lado del menor, vigilando su temperatura, limpiando su frente y cuello, alimentándole. Min Ho, en toda la noche, no soltó la mano de Tae. Fue hasta que al fin, Key soltó una gran sonrisa, acompañada de un fuerte suspiro aliviado, al ver que el termómetro le señalaba la temperatura humana correcta. Miró a sus exhaustos compañeros satisfecho, compartiendo esa sensación de tranquilidad, ese suspiro de alivio total.

 

 

-Ya está mejor. La fiebre ya bajó. –confirmó acomodando las cosas a un lado, limpiando su área de trabajo, antes de acariciar el cabello húmedo de su niño. En verdad que se había espantado, casi tanto como aquella vez en el mercado, cuando se perdió, o como cuando el hombre ese quiso llevárselo. Cielos, solo llevaban una semana y media conociéndose, pero ya le tenía un cariño maternal muy fuerte. Su cuerpo dio un brinquito asustadizo al notar que los párpados se abrían, mostrando un par de pupilas cansadas, junto con una sonrisa, igual de exhausta. Sus irises estudiaron el cuarto alrededor, eso no era el hospital. Sus labios se curvaron aún más, al descubrir que seguía en su cuarto con SHINee. Sus ojos enfocaron a Ki Bum, justo a su izquierda, mirándole con alivio y sueño, pero al mismo tiempo, con ternura.

 

 

-¿Y el hospital? –bromeó con su voz ronca, soltando una risa. Los demás, al oírle rieron leve. No tenían fuerza para seguir riendo. Y menos después de aquél susto.

 

 

-Yah.. ¿qué hospital? Conmigo es más que suficiente. -presumió Key sus múltiples habilidades.

 

 

-Nos asustaste mucho. -comentó Onew acostado boca abajo en la cama a la derecha de Tae. Jong Hyun, que estaba justo al lado del líder, fingió enojo.

 

 

-No lo vuelvas a hacer. No es un bonito regalo de cumpleaños. -Tae rió.

 

 

-No prometo nada. -volvió a ver a Key, tomó su mano y le sonrió.- Gracias. -Ki Bum acarició su dorso.

 

 

-No hay de qué, ahora duerme. -ordenó tranquilo antes de acariciar su cabello. Tae bostezó, talló su párpado con sus dedos soltando la mano de Key, y al apretar la contraria, notó la de Min Ho. Volteó a verle y sonrió cansado, pero feliz.

 

 

-Gracias por no soltarme, Hyung. -Min Ho se sonrojó al oírle, antes de que Tae cerrara sus ojos y se quedara dormido.

 

 

 

 

 

La mañana siguiente fue agotadora. El celular de Onew sonó a todo volumen, y tras minutos de la rítmica música que ahora parecía una canción infernal, el mismo dueño tomó su teléfono y lo lanzó a la pared más lejos de su cama, haciendo que se abriera y la batería volara en algún punto escondido de la habitación, logrando que el silencio volviese a reinar.

 

 

Jong Hyun abrió sus ojos, no quería trabajar. No ahora. Miró a su alrededor. Estaba acostado horizontalmente en la cama de Min Ho, y justo a su hombro derecho, estaba Jin Ki, con la cabeza al aire en la orilla de la cama, mientras que abajo, sentado en el suelo, se había quedado Min Ho, Tae estaba acurrucado en su cama, y Key, acostado en el frío piso, cubierto con la cobija de Tae.

 

 

Jjong bostezó, y miró a sus inconscientes amigos, antes de fijarse en su celular. Sábado. Día de descanso. Sonrió satisfecho y volvió a acomodarse para seguir con su siesta. Veinte minutos más tarde, una escandalosa sirena retumbó en el cuarto, obligando a todos a dar un brinco en sus lugares, despertándose con un susto de infarto.

 

 

Espantados, buscaron con sus miradas lagañosas la fuente de aquél escándalo, pero no encontraban nada, hasta que el sonido calló, y en su lugar, segundos después, apareció la delicada y formal voz femenina.

 

 

-Buenos días, SHINee, es hora de levantarse.

 

 

Todos miraron al techo con odio. No sabían de donde provenían aquellos ruidos, pero definitivamente, no eran agradables a esas horas de la mañana. Sea cual sea la hora. Onew se cubrió el rostro con ambos brazos como si con eso fuera a desaparecer, Jong tapó su cara bajo la almohada, Min Ho se talló los ojos, mientras que Tae y Key se escondieron en las cobijas calientitas.

 

 

-En unos momentos, les diremos unas preguntas de inteligencia. El que tenga menos preguntas correctas, hará el desayuno.

 

 

Todos continuaron quietos, esperando que la voz fuese imaginaria. ¡No era hora de pensar! ¡No querían pensar! Además, ese era deber de Ki Bum...

 

 

-¡Yo no haré el desayuno! -gritó Key todavía escondido bajo las cobijas. Había salvado una vida la noche anterior, merecía un premio. Pero, rayos, parecía que había leído las mentes de sus compañeros. Estaban fritos. Onew descubrió su rostro alzando su cabeza y abriendo bien los ojos para enfocar su vista y despertar más rápido. Él tampoco haría el desayuno.

 

 

-Ya puede empezar, por favor.

 

 

Dijo Onew al aire con seguridad. Siempre estaba listo. Y doble rayos. Él fue el tercer estudiante con calificaciones más altas de toda su escuela, era un genio dormido. Muy dormido. Ahora sí, estaban fritos.

 

 

-Primera pregunta. ¿De qué color es el cinturón del nivel más alto en karate?

 

 

-Negro. -respondió al instante. El sonido de una campana indicó la respuesta correcta, sacándole una sonrisa. Pan comido. No era de inteligencia, era de lógica y velocidad.

 

 

-Correcto. Siguiente pregunta. ¿Qué significa "Shalom" en hebreo?

 

 

-Paz.

 

 

-Correcto. La tarántula es un pez. ¿Cierto o falso?

 

 

-Falso, es una araña. -contestó con simpleza rodando sus ojos y de nuevo, la campana alegre sonó, junto con la entusiasta voz de la chica misteriosa que dictaba las preguntas. Demonios. Ya iban tres acertadas, y eso apestaba a que Onew no haría el desayuno.

 

 

-Siguiente pregunta. Para que haya un día viernes número 13, ¿en qué día de la semana debe comenzar el mes? -Jin Ki abrió su boca para responder, pero entonces Jong Hyun alzó su cabeza saliendo de la calidez de su almohada, y habló callando a su Hyung.

 

 

-¡Martes! -gritó por querer decirlo rápido para ganarle a Onew, sin embargo, el sonido que salió fue de un botón erróneo en lugar de la campanita feliz, lo que indicaba una respuesta equivocada.

 

 

-Incorrecto.

 

 

-Domingo. -contestó Jin Ki aburrido, y la campanita sonó por cuarta vez, con la vocecita aguda de la mujer.

 

 

-¡Correcto! -Onew sonrió sin pensarlo, al tiempo que Jong Hyun bufaba berrinchudo. Necesitaba pensar más.

 

 

-Siguiente pregunta. Los erizos sueltan sus púas al sentir peligro. ¿Cierto o falso? -Esta vez, Jin Ki entrecerró sus ojos meditando la pregunta. ¿Erizos? Infló su mejilla, no recordaba a ése animal, mucho menos su forma de defensa, sin embargo, en esta ocasión, Kim Ki Bum, imitando al Conde Drácula, se incorporó sobre el suelo, manteniendo la cobija que cubría sus largas piernas, y con mirada seria, contestó.

 

 

-Falso. Los erizos cuando sienten peligro se hacen bolita, y sus púas son las que los protegen.

 

 

-¡Correcto! -afirmó ella entusiasta. Primera respuesta positiva de Key. Lee y el otro Kim le miraron con un gesto confundido.

 

 

-Odio los roedores. Y una amiga tiene uno. -bufó recordando a aquella bolita color marrón que tanto repudiaba.

 

 

-Siguiente. ¿De qué color son los personajes ficticios llamados "pitufos"?

 

 

-¡Azules! -gritaron los tres al mismo tiempo, la campanita sonó y la mujer repitió que estaba bien, pero la duda asaltó en ellos.

 

 

-Siguiente.

 

 

-Espere, ¿de quién es el punto? -se aventuró Jin Ki, con un tono de duda en su voz.

 

 

-Oh, el punto es denegado. Si dos o más dicen la misma respuesta, el punto se cancela, y es como si la respuesta fuese incorrecta.

 

 

-¿Aunque estemos bien? -se aseguró Onew. Tal vez entendió mal.

 

 

-Si ambos dicen lo mismo y es correcto, el punto se cancela. Si ambos dicen algo diferente al mismo tiempo, se les da oportunidad de repetir su respuesta. El que acierte, gana el punto.

 

 

-Ohhh... -murmuraron los tres, comprendiendo. Ahora si era personal. Se miraron los tres, desafiantes, dispuestos a pelear por un punto más.

 

 

-Siguiente. ¿De qué color es la piel de los osos polares?

 

 

-¡Blanca! -gritaron los tres, y medio segundo después, se escuchó la voz grave y profunda, aun dormida de Min Ho.

 

 

-Negra. -todos voltearon a verle.

 

 

-Correcto. Es negra y esto es para atraer mejor la radiación solar y aumentar así el calor corporal. La luz se refleja sobre el pelaje, generando una falsa sensación de blancura, porque el pelaje, en realidad, no es blanco. Carece de color, es translúcido. -todos quedaron con la boca abierta y un ojo entrecerrado ante el exceso de información. Min Ho tan solo sonrió satisfecho.

 

 

-¡Yah! ¡Cállense, quiero dormir! -se quejó el menor destapándose, dejando al descubierto su despeinado cabello, sus ojos empequeñecidos y su cara adormilada. Todos le miraron el silencio, sorprendidos por su grito, hasta que Onew le preguntó directamente.

 

 

-¿No vas a participar, Tae?

 

 

-¿Yo? -dijo señalándose.- No tengo por qué. Soy el invitado estrella. -y volvió a abrigarse, acostándose de ladito, cerrando sus ojos con la esperanza de dormir. Por la habitación se escuchó una pequeña charla alejada del micrófono, y luego, la voz de la mujer desconocida volvió.

 

 

-La actividad, tal como las anteriores, está hecha para los integrantes de SHINee sin excepción.

 

 

-Ellos son SHINee. -señaló el menor moviendo únicamente su mano derecha sin siquiera voltear.

 

 

-Usted también, Lee Tae, es integrante temporal de SHINee por lo que resta del programa. Las reglas son iguales para cada uno de los miembros. -dijo ella monótonamente, como si de un mensaje pregrabado se tratara. Tae abrió sus ojos reaccionando. En ese caso, llevaba una considerable desventaja. Se sentó con un gesto asustado, cayendo en la realidad de que no llevaba ni siquiera una respuesta correcta.

 

 

-Pero... -dijo dudoso, mirando al techo, buscando la bocina de donde salía el sonido.- ellos ya van adelantados.

 

 

-Ánimo, aún quedan bastantes por contestar. ¡Fighting! -le dijo positiva, pero Tae tan solo puso un puchero infantil mientras cruzaba sus brazos.- Siguiente pregunta. ¿Cuál es el antiguo nombre de Myanmar?

 

 

La grabación de un tic tac se oyó en la habitación cuando nadie respondió. ¿Dónde era eso? Dos segundos bastaron para que empezaran a gritar países, continentes, ciudades y pueblos al azar, hasta que Ki Bum acierta por accidente gritando "Birmania". Nuevo conocimiento adquirido.

 

 

Buen rato pasaron gritando, luchando por ser el primero en decir la respuesta correcta, hasta que por fin, dice la pregunta final, y Min Ho acierta. Los resultados en total son, Onew la mayor puntuación, luego Ki Bum, Min Ho, y aunque Tae fuese el último en participar, con un punto de diferencia, Jong Hyun era el perdedor. Jamás había necesitado tanto un libro de curiosidades. ¿Cómo iba a saber él que han ido 12 personas a la luna? ¿Cómo iba a saber él que "Terra Psittacorum" era el antiguo nombre de Australia? Había muchas cosas que él no sabía. Lo bueno era que había logrado acertar algunas de Harry Potter, y solo algunas, porque al parecer, Tae era un gran admirador de la saga, y su velocidad al responder sería asombrosa si no se trabara tanto.

 

 

Todos sonrieron satisfechos -con excepción de Jong Hyun- y se fueron a acostar, con la seguridad de que no batallarían con el desayuno. Bufando, Jong se dirigió al pasillo, pero antes de llegar, la alegre voz de la mujer vuelve a escucharse.

 

 

-Un pequeño cambio en las reglas. El perdedor puede escoger a una persona para que le ayude en la cocina.

 

 

Jong Hyun sonrió malévolo, viendo a sus cuatro posibles víctimas. Min Ho, al ver que su enano amigo regresaba, subió a su cama, esa de arriba que no le pertenecía pero que estaba más lejos de él –sobre todo por la altura- y se escondió en las cobijas. Onew corrió a la propia y se cubrió totalmente, definitivamente no, él merecía descansar. Tae y Key, al ver que se acercaba exclusivamente a ellos, le miraron con horror, y sincronizados, como si fuesen siameses, se taparon al mismo tiempo. Jong Hyun, aún sonriendo, se detuvo frente al colchón central.

 

 

-Ya te miré. Tú serás mi compañero, ya te elegí. -Los dos, escondidos, se miraron mutuamente con su misma cara de espanto, ¿a quién le hablaba? Esperaban que a ellos no.

 

 

-Ya sal de ahí, yo también tengo sueño. -nadie respondía, Onew y Min Ho, sigilosos se asomaron, procurando no ser descubiertos.- Tae, ya sal, por tu culpa no pude dormir y me las pagarás. -dijo en broma.

 

 

El aludido vio con asombro a su amigo. ¿Le hablaba a él? Se destapó mirando sorprendido a Jjong. Parpadeó un par de veces, como si aún no comprendiera que en verdad se dirigía a él. Jjong le hizo un ademán con su mano, indicándole que se levantara, y sin siquiera ver si respondía, dio media vuelta y se fue a la cocina. Segundos más tarde, Tae se paró y le siguió corriendo.

 

 

Key se incorporó en el colchón al ver la silueta de Tae desaparecer por el pasillo, y sintió su corazón oprimirse. Era tonto entristecerse por algo tan simple, sin embargo, no podía evitar que doliera, no podía controlar sus sentimientos. Llevó su mano al lado izquierdo de su pecho, justo en el corazón; era imaginario, latía igual que todos los días, solo que ahora lo sentía más pesado, más doloroso. Se rió irónico por haberse ilusionado de que tal vez Jong lo eligiera, y aunque pensó que jamás lo reemplazarían, ya estaba sucediendo. Peor, se estaban ganando el lugar que él tanto deseaba.

 

 

 

 

Continuará...

Notas finales:

¡Muchísimas gracias por leerme! Espero que les haya gustado -y si no, pues ni modo, tampoco puedo ser perfecta ;3;-.

Para los que leyeron las notas iniciales -del capítulo o lo que sea- tengo unas dudas que me gustaría compartir, alguien tan amable que me las conteste, por favor.

 

1. ¿Qué es eso de las series aquí en Amor Yaoi? No lo entiendo ._.

2. ¿De qué raza son los perros de Tae Min y Key? Es en serio, no los distingo y no sé mucho de perros. Es confuso .3.

3. ¿En verdad les está gustando el fanfic?

 

HahaxD! No son obligatorias, pero si me ayudarían bastante a entender el complejo mundo de esta página. Es demasiada tecnología para mí, lol.

Nuevamente, muchísimas gracias, y feliz navidad a todos -y feliz año nuevo también-♥!

 

 

att'Hacchi♥.


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