La peli rosa salió del baño totalmente triste, su corazón sentía que latía a una velocidad imposible de controlar. Comenzó a caminar por los pasillos hasta llegar al set donde todos la quedaron mirando algo serios. Ella no sabía si era porque habían visto a Marceline o por el hecho de que sus ojos estaban rojos de tanto llorar. Simon se le comenzó a acercar y eso le dio mucho miedo, sin embargo le hombre le sonrió con comprensión y procedió a hablar.
- las grabaciones serán están listas…solo falta el final – dijo hablando solemnemente
- pe…pero faltaban … - siendo interrumpida
- está todo listo – sonrió gentilmente – Flame grabó lo que faltaba y bueno…estamos editando ya la película, solo queda una grabación y será el próximo lunes, el día viernes si quieres puedes venir a terminar una escena, pero sino puedes hacerla el lunes también, no hay problema…
- gracias, Simon – ella lo miró con suma tristeza. Había que ser idiota para no comprender el dolor que existía en su corazón.
Simon se fue junto a Gunter mientras que Flame miraba algo molesta a la joven. Grumosa se acercó a ella y procedió a hacer la pregunta maldita.
- qué ocurrió? – preguntó la peli morada
- todos se enteraron? – preguntó Bonnibel algo triste
- bueno…a parte de que todos viéramos como salía la delincuente con su mano llena de sangre, nada…Flame intentó preguntarle por su mano y ella solo siguió caminando, nadie más se quiso acercar porque pensamos que podía golpearnos o algo. Tú estás bien? – preguntó con temor
- es que… - miró con tristeza el piso – después de que le dijera que no quería nada con ella, golpeó el espejo y me miró…con odio… - dijo mientras intentaba controlar su respiración para no ponerse a llorar
- vamos a casa a tomarnos un té – le sonrió – debes tranquilizarte, querida…
- eso…eso creo – decía la joven totalmente triste.
De un taxi salió la peli negra, con una mueca de dolor abrió la reja de la gran mansión de su tío. Entró de la misma manera a la casa. Comenzó a caminar por las grandes escaleras, no sin antes ir a la cocina y coger un paño para ponérselo en la mano.
- mierda… - se quejó mientras apretaba las heridas. Notó que tenía fragmentos del espejo en sus nudillos por lo que intentó sacarlos y proceder a lavar su mano.
En el transcurso comenzó a caminar por el largo pasillo del segundo piso, mientras veía el sin fin de fotografías que había de Simon y Marceline desde que ella tenía 4 años. Siempre salía ella feliz, en caballo junto a su tío, almorzando, en cumpleaños. En muchas junto a Jake y Finn, en otras junto a Simon por muchos países y finalmente la última era del penúltimo cumpleaños de ella. Se notaba muy triste sin embargo sus amigos estaban ahí. Se fue hasta la biblioteca que tenía Simon, era el lugar más preciado de la casa para ambos, cuando entró comenzó a recordar todos aquellos momentos de cuando era pequeña.
Flash Back
- y qué pasaba después, Simon? – preguntaba la pequeña Marceline
- después se quedaron juntos - explicaba el entonces no tan viejo Simon
- pero Simon…y qué pasaba después? – preguntaba la pequeña – por qué no sale en el libro qué pasó después de que fueran felices para siempre?
- bueno es que los finales cuentan una historia…y lo que ocurre después es otra historia y muchas veces nosotros debemos preguntarnos qué ocurrió – le acariciaba la mejilla a su sobrina
- y a mami también le gustaba este libro? – preguntó Marceline
- tu mamá amaba este libro, era uno de sus favoritos
- y tú también se lo leías a ella?
- no… - se puso a reir el hombre – ella lo leía sola, pero cuando estaba embarazada de ti te lo leía a ti
- pero yo no lo recuerdo – dijo ella con tristeza
- por eso siempre que estés triste yo te lo leeré a ti – besó su frente
- me lo prometes – dijo ella
- te lo prometo – le sonrió
Fin Flash Back
La joven quedó mirando todos los libros y con sus manos se puso a tirarlos con mucha molestia. Un libro salió volando y al caer se abrió y dejo caer una carta, la cual la peli negra recogió y al leer el remitente se puso a leerla.
Simon Petrikov:
No puedo que me quitaras a Marceline ¿Qué clase de educación le piensas dar? ¿Qué clase de valores piensas ofrecerle? No me creo tu historia de que dejaste el alcohol para ser un buen padre postizo. Te conozco desde que naciste y siempre haz sido el mismo borracho que intentó quitarme a mi esposa porque según tú te amaba a ti ¿Quién eres tú para venir a decirme como debía tratar a mi esposa? Estás perdido, te quitaré a la niña aun si tengo que contratar al mejor abogado del mundo, pero un imbécil cineasta y perdido como tú nunca me dará lecciones de vida. Esa muchacha es mi problema, yo mismo lo solucionaré.
Atte Hunson
La joven al terminar la carta se quedó preguntando por qué decía eso, si nunca en su vida había visto beber alcohol a su tío. ¿Su tío acaso había sido amante de su madre? Eran dudas que le surgían
Tras sentir un ruido de escaleras guardó la carta en el libro y lo dejó en su lugar. Al ver a Simon en la puerta se sintió imbécil. Su tío se acercó y quedó mirando el desorden. Marceline recordó aquellas crueles palabras que le había dicho hace unos días y sentía que había tenido razón. El hombre se hincó y le acarició la mejilla sin decir más, haciendo que la joven explotara en llanto y comenzara a hablarlo.
- po…por…por qué… - decía entre sollozos – si yo la amo… - se quejaba, era demasiado el dolor que sentía en su corazón – duele…duele mucho… - lloraba
- a veces no podemos evitarlo, Marceline – decía el hombre mientras la miraba – a veces es inevitable sufrir por amor…
- por…por qué mierda hizo tanto…tanto problema…si… - lo miraba mientras sollozaba – si nunca me quiso… - no paraba de llorar. Simon se sentó a su lado y la abrazó fuertemente
- hay personas que sus miedos son más grandes que el amor que le tienen a las personas – explicaba el hombre – y tus amigos y yo nunca te vamos a dejar de lado…entiendes?
- lo sé – decía entre llanto – pe…pero me duele demasiado…
- y te seguirá doliendo – le sonrió con pasividad – y si duele está bien, significa que fue real – la quedó mirando
- Simon…? – quedó mirándolo
- dime…
- re…recuerdas… - sollozaba y eso hacia que le costara hablar – recuerdas cuando era niña y me ponía triste…
- te encantaba que te contara el cuento de la bella y la bestia…porque decías que esta biblioteca te recordaba mucho a la película…
- lo recuerdas bien? – preguntó ella con pena. El hombre la atrajo a su pecho y le hacía cariño en su cabello mientras miraba las heridas de la mano de la joven
- si pero en ese tiempo solo te mordías el brazo, no hacías este tipo de arrebatos…
- perdón… - decía ella entre llanto. El hombre al verla en ese estado se puso muy triste, se volvió amargo su corazón – Simon…
- dime…
- cuéntame un cuento… - dijo con mucha pena
- una promesa nunca la rompo – le sonrió y besó su frente
- gracias…papá… - dijo abrazándolo fuertemente haciendo que al canoso hombre el corazón se le quisiera salir. Había esperado 21 años para que la muchacha lo llamara así, y cuando ocurrió, su dilema era reir o llorar, así que optó por algo mejor.
- Érase una vez un mercader….
En casa de la peli rosa la situación no era muy distinta, sin embargo la peli morada no estaba siendo muy benevolente.
- perfecto! Y para la estupidez del año! Bonnibel qué tenías en tu cabeza? Vomito de unicornio?! De unicornios bebés?! – le gritó
- no.. – decía Bonnibel con sus ojos rojos de tanto llorar – únicamente pensé que era lo mejor que podía hacer, ella…ella quiere algo que yo no le puedo dar… - dijo con mucha tristeza
- hijos?! Dinero?! Fortuna?! Un amor dulce?! Es Marceline! No es una especie de mujer superpoderosa! Ella únicamente quería tu sinceridad, tu amor y qué terminaste haciendo?! Metiste al lodo todo lo que construyeron durante todo este tiempo! Nunca creí que lo diría pero…ERES LA MALA DE LA PELÍCULA! Y yo que tenía tantos planes para el proyecto de reality! Con esto todos mis planes se fueron por el escusado! – la peli rosa al escuchar eso comenzó a llorar amargamente – llorar no soluciona nada…
- lo sé… - decía entre sollozos – lo sé, Lumpy
La puerta se abrió y apareció Gumball de terno, pues venía del trabajo, al ver a su hermana la miró preocupado y miró a Grumosa pensando que ella era la culpable
- no me mires así, es su culpa – dijo Lumpy cruzándose de brazos
- qué pasó bom bon? – preguntó Gumball con mucha preocupación
- es que…yo…
A las afueras de las localidades Petrikov se encontraba Flame quien estaba esperando una lomoción para volver a casa, pues se había quedado viendo los últimos ajustes con un par de actores y Gunter. De lo lejos vio como un muchacho se le acercaba, era Finn moviendo su mano para saludarla.
- Finn…qué…qué haces aquí? – preguntó la joven preocupada
- vine a buscarte – le sonrió
- Finn mi padre ya dijo que no podía volver a verte, no puedo desobedecer sus órdenes- dijo ella con mucha tristeza
- lo sé pero yo quiero luchar por nuestro amor - le sonrió
- es que no entiendes…mi padre…él – ambos se voltearon al ver un auto pararse frente a ellos, de ahí salió un hombre enorme con terno, era el padre de Flame
- creí haberle dicho que no se acercara más a mi hija – dijo mirándolo seriamente
- papá, es que él… - siendo interrumpida por Finn
- yo…señor yo quería darle permiso para…para ser novio de su hija – dijo haciendo una reverencia con mucho temor, sabía que en cualquier momento sería golpeado, más no fue así.
- tienes agallas.. – dijo él mirándolo fijamente
- eso…eso creo –dijo Finn mirándolo con una sonrisa torpe, sin embargo una tapada en su abdomen acabó su tranquilidad. Finn cayó al piso mientras se revolcaba de dolor
- Finn! – gritó la joven sin embargo el padre la subió al auto
- se lo había advertido, no tiene derecho a quejarse – dijo mientras el auto partía y dejaba al joven botado en medio de la calle
- aush…ne…necesito a mi mami.. – dijo él entre el dolor.
En casa de Simon estaba Marceline bañada, sentada en la mesa, su mano estaba vendada y miraba su cena con algo de melancolía.
- no has probado bocado, es tu comida favorita – dijo Simon mirándola
- Simon… - la joven calló unos segundos y lo quedó mirando – es verdad que eras alcohólico antes de cuidarme? – preguntó la joven
- … - el hombre calló y la quedó mirando detenidamente mientras continuaba comiendo – es verdad… - la quedó mirando
- por qué nunca me lo dijiste? – preguntó ella
- cuando…cuando falleció tu madre… - respiró profundo – yo quise cuidarte y…como era alcohólico, cuando quise pedir tu tuición me la negaron, por lo que me frustré mucho y comencé a beber mucho más – bebía nervioso de su leche – entonces un día decidí que debía luchar por lo que quería, funcionara o no…me costó mucho hasta que por fin lo logré y un abogado me ayudó… - la quedó mirando
- por qué no me dijiste? – preguntó ella
- no quería que te desilusionaras de este viejo canoso – le sonrió – yo no soy quien crees, Marcie
- eres el mejor papá que la vida me podría haber dado – dijo la joven tomando la mano del hombre – y estaré siempre orgullosa de ti… - dijo mirándolo con cierta tristeza
- bueno pero ya no hablemos de ese tipo de cosas – le sonrió – cuéntame…has pensado volver a la banda? – preguntó ella
- sí…ah! Se me olvidaba – ella le sonrió - tengo la cinta
- qué cinta? – preguntó él
- la cinta de Fionna y yo.. – dijo ella algo sonrojada
- pe…pero cómo la conseguiste? – preguntó él sin comprender
- pues yo le dije a Fionna y ella entró en razón y se la fuimos a robar – explicó
- nunca pensé que diría esto pero vaya…Fionna entró en razón – le sonrió – pero cuéntame…cómo es que él no se ha dado cuenta…
- lo ignoro…Fionna me dijo que le había puesto otra cinta…pero ignoro el contenido…
En la casa de Limón Agrio se encontraba este con un equipo de edición para sacar muchas copias de la cinta que tenía en sus manos, sonrió emocionado sin embargo la perversión le hizo querer ver el video, cuando puso play comenzó a delirar.
Era una cama de dos plazas la cual estaba llena de pétalos de rosas, ahí se encontraba de espalda una mujer de cabellos rubios, sin embargo cuando se dio vuelta comprendió el juego de Fionna.
- ohh, si, Marceline! Hazme tuya! – era Finn disfrazado de Marceline. Se escuchan muchas risas de fondo
- Oh, Fionna, pero que osada! Quítate la ropa y muéstrame lo que es bueno – era Jake vestido como Marceline con unos tres días sin afeitarse, y una peluca de muy mala calidad negra
- Me excitas, onna onna! – decía el hombre subiéndose encima de su amigo
- pero qué ridículos son! – se escuchaba la voz de Marceline desde un lado de la habitación
- ohh, Abbi! Si! Si! – gritaba Jake quitándose la camisa roja que siempre portaba Marceline
Limón Agrio le puse pausa, quedó mirando la cinta y gritó al cielo – TE MATARÉ, FIONNA MURTIS!
A casa de Simon llegó a los pocos minutos Jake junto a Finn el lisiado, quienes al encontrarse con Marceline le contaron la historia.
- vaya si que te dejó mal – decía Marceline quien le ponía un poco de hielo en la mejilla pues al caerse se había golpeado.
- lo sé…de verdad fue horrible – decía el con algo de tristeza
- pero mañana mismo iré a verla – explicó Finn
- qué?! Quieres suicidarte? – preguntó Marceline – en serio que con 10 botellas de vodka es más rápido y menos doloroso – explicaba la peli negra
- no, yo amo a flame, lucharé por su amor ya sea lo último que haga – decía el rubio
- así se habla, hijo – decía Simon
- gracias, Simon – sonreía el rubio
- de todas maneras tengo convenios con la funeraria así que no hay problemas – sonrió Simon a lo que todos rieron.
Un peli negro comenzó a correr a lo que daban sus pies cuando de pronto tocó fuertemente la puerta, al abrirla la rubia lo quedó mirando molesta.
- no quiero hablar contigo – dijo intentando cerrar la puerta
- Fionna tienes que irte! – gritó desesperado – debes irte rápido! – la miró con miedo
- irme? Pero de qué demonios me hablas?! – lo miró sin comprender
- es…es Limón Agrio… me mandó un mensaje para decirme que te viniera a buscar! – explicó él
- entonces vamos…
- no! No entiendes! Supe lo de la cinta! Fionna si vas te hará algo! Estaba enrabiado pero sabía que era una trampa!
- de qué mierda me hablas?! – preguntó sin comprender
- yo sé que estamos mal y todo eso, pero debes creerme! Necesito buscarte refugio! Necesito asegurarme de que estés bien…
- y por qué demonios debería creerte? – preguntó ella sin comprender
- porque es nuestro hijo – la quedó mirando y tomó sus manos – y no me importa si me odias, me aborreces o lo que sea, ese bebé debe estar bien y yo me aseguraré de ello – tomó su mano y la comenzó a sacar del departamento
- a donde mierda me llevas? – preguntó él sin entenderlo
- a un lugar al cual nadie te encuentre… - decía él mientras se dirigían al estacionamiento por el auto.
En el departamento de Bonnibel se encontraba esta vomitando en el baño luego de un ataque de pánico, mientras Gumball y Lumpy aguardaban fuera del baño.
- los nervios sobrepasaron su espíritu – explicaba Gumball
- eso le pasa por ser cobarde – dijo ella molesta
- no hables así de mi hermana! – decía Gumball molesto
- Gumball yo conozco a Bonnibel, y quieras o no ella está igual de enamorada de Marceline como ella de tu hermana – lo miró desafiante
- lo sé! Pero no puedo obligarla a que lo asuma!
- pues deberías! Eres el hermano mayor, no? – la miró molesta – si tu abuela estuviese aquí… - siendo interrumpida por él
- de mi abuela no tienes derecho a hablar! – gritó molesto
- pues si tu abuela estuviese aquí le daría vergüenza verte a ti y a ella que son unos cobardes! – gritó indignada
- y qué cara tienes tú para decirme lo que está bien o mal!? – la miró indignada – te andas besando con un viejo de mil años únicamente por su dinero
- por su dinero?! No! No lo besé por eso! – lo miró desafiante
- entonces por qué rayos lo hiciste? – preguntó indignado
- porque quería sacarte celos! – lo agarró de la camisa – porque me duele saber que no estamos juntos por un error de ambos!
- de ambos? – preguntó él mirándola molesto
- si! De ambos! – una lágrima corrió por su mejilla – porque me da pena ver a Bonnibel todos los días y saber que no te tengo…a veces incluso duele su amistad…pero la quiero, pero la respeto y quiero su felicidad…no quiero que el día de mañana le pase lo mismo que a mi y termine arrepintiéndose el resto de su vida por no estar con la persona que ama! – lo miró fijamente y ambos se quedaron mirando, tendieron a acercarse. Gumball tomó delicadamente el rostro de Grumosa y su corazón se detuvo – Gumball…
- no volveré a caer en tu juego…Lumpy Space – dijo con miedo y separándose de ella rápidamente.
En la mansión Abadeer se estacionó un auto, tocaron el timbre y cuando la peli negra miró por la cámara de seguridad de afuera se sorprendió totalmente e hizo pasar el auto. En la puerta de la entrada apareció Marceline y del otro lado su némesis junto a su ex novia.
- Esto es una broma de mal gusto? – miró molesta a Marshall quien respiró profundamente e hizo una reverencia.
- por favor, Marceline…necesito que tengas a Fionna unos días – lo miró a los ojos los cuales denotaban preocupación
- disculpa? Estás ebrio? – quedó mirando a Fionna – dime qué mierda significa esto?
- Limón Agrio se enteró que Fionna robó la cinta y planea algo malo…
- cómo lo sabes? – preguntó ella
- escuché como hablaba con su hermano… - explicó el peli negro – por favor Marceline – lo quedó mirando – te juro que hago lo que tú quieras, pero por favor, ten a Fionna unos días – En ese momento apareció Simon quien tomó el hombro de su sobrina.
- qué ocurre, Marcie? – preguntó el mirando a las visitas
- Marshall dice que Fionna corre peligro debido a que Limón Agrio quiere vengarse de Fionna por la cinta…y bueno…vino a pedir que se quedara aquí…
- Abbi no es necesario, entiendo que… - quedó mirándola
- Pues decide tu, cariño – sonrió Simon – esta es tu casa…
Marceline quedó mirando a Marshall quien sostenía firmemente la mano de Fionna y miró el piso para luego mirarlo a él.
- Lo hago únicamente por ella, si fuese por ti, me vale lo que te ocurra – y tras decir esto el hombre la abrazó fuertemente y lágrimas comenzaron a caer
- te estaré agradecido el resto de la vida por cuidar de mi hijo – la peli negra se separó rápidamente y quedó mirando a Fionna
- pues entra rápido si no quieres que ese cadáver sepa todo – y tras decir eso quedó mirando a Marshall – y no te confundas…que mi desprecio hacia ti es el mismo de todos los días… - y tras decir esto la rubia como Simon entraron a la casa. Marshall se fue hasta el auto y suspiró profundamente.
- que todo salga bien…por favor… - dijo preocupado y partió en el auto.