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2Min: "Red Delicious" por ZaffireHeart

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Notas del capitulo:

Holaaaaaaa!! ^w^ ¿cómo están? Finalmente he subido el cap 7 *w* Espero les guste! 

Sin mas nada que aportar, les dejo leer!! ^.^V

Let's Go! ♥

 

Capítulo 7: "Más que una reconciliación"


[…] -¡Chúpalo!-


Me ordenó sensualmente, introduciendo su dedo ahora un poco más en mi cavidad bucal… y sin saber qué es lo que se le cruzaba por la cabeza, simplemente, opté por obedecer, mientras nuestras miradas, estaban fuertemente conectadas.


Y era realmente vergonzoso, el hecho de que realmente me comenzaba a excitar, con esa pequeña acción, y por la forma en que lo movía dentro de mi boca, hasta que introdujo un segundo, alimentando mi líbido, y haciendo que mi saliva comenzara a escapar por mis comisuras, al ya estar algo más “ocupada”.


Él sonrió aún más de lado, si es que eso era posible, para luego inclinarse, hacia mí, y lamer aquella saliva “rebelde” que escapaba de mí. Nuevamente, ante aquella manera tan lenta y sensual de hacerlo, mi excitación comenzaba a crecer nuevamente.


-Minnie~-


-Ya es suficiente, observa… vendrá la mejor parte ahora…-


Dijo con la voz algo ronca ya, tomada totalmente por la lujuria. Se retiró de encima e intentando acomodarse dándome la espalda, se arrodilló, luego de que quitara mis piernas, para darle espacio, y él abriendo las suyas un poco también, estando ya arrodillado sobre la cama, se inclinó sobre ella, proporcionándome una vista realmente “obscena y extraordinaria”. Yo tragué saliva ante aquello, y él comenzó a “tocarse” allí, con aquellos dedos, que segundos antes habían estado en mi boca, mientras que con la otra, le daba un poco de “atención” a su miembro. El cual había olvidado por completo, y ahora me sentía realmente terrible. Debería ser yo, quien quizás estuviera haciendo todo aquello, pero verlo hacérselo él mismo, y liberando pequeños gemidos mientras apoyado con uno de sus hombros y con su cabeza de costado, intentaba buscar mi mirada, era realmente mucho “mejor”


Aquello, aquello era demasiado, al ver aquello, mi excitación iba en aumento a pasos agigantados, sin mencionar, la “necesidad” de “colocar algo más” allí en aquel orificio algo rosáceo.


-Y-ya e-es su-suficiente… ha-haz t-tu parte ahora… si-sigue tu-tus instint-amhs tos-


Me dijo gimiendo de esa manera suave, delicada y tierna, que tanto me encantaba. Mi corazón estaba acelerado a más no poder, mi pecho dolía tanto por el frenesí, que creía que ya no tenía corazón.


Y ante aquellas palabras, tragando saliva nuevamente, me incorporé levemente de la cama, arrodillándome en ella. -¿Re-realmente pu-puedo?- Dije algo nervioso él volvió a doblar su cuello un poco, y mirándome con aquel brillo en sus ojos, y aquella sonrisa ahora amable, asintió y me dijo;


–Sí, ya te lo he dicho, déjate llevar, y-yo n-no me resistiré a nada, pu-pues, so-soy ab-absolutamente tuyo, a-ahora, de-deja d-de par-parlotear, y…y HAZME tuyo “nuevamente”, Choi MinHo.-


Yo ante aquellas palabras, y aquella sonrisa algo picara al final, no pude aguantarlo más, me seguía erizando totalmente la piel, el que me dijera, que “me pertenecía”. Por lo que sonriendo levemente, ya no pudiendo aguantarlo más, comencé a acercarme a él, aún arrodillado, hasta que pude ubicarme perfectamente, detrás de él, sujetándolo de aquellas estrechas y hermosas caderas, rozando su “rosadita entrada” haciéndolo gemir nuevamente de esa manera aniñada, acabando con la poca lucidez en mí, que había recuperado.


-S-si es así, e-entonces, pe-permiso Minnie, “e-entraré en ti”-


-Babo… no tienes que pedir permiso, sólo hazlo, te-te ne-necesito ur-urgente-


Rió suavemente él, mientras ahora ya se encontraba apoyándose con sus brazos, mirándome, observándome atentamente, cómo podía.


Realmente me encontraba nervioso, y cuando cerré mis ojos, y suspiré para tomar valor, siento una pequeña presión en contra mío, aquello me sorprendió, pues, con aquel simple movimiento, mitad de mi glande entró en él.


-¡Aahms!-


Gemimos ambos a unisono… yo mordí mi labio inferior, y sin más demora, comencé a introducir, “el resto” lentamente, pues quería gozar, de aquella sensación, que ya comenzaba a sentir, que era maravillosa, tan estrecho, tan caliente, tan realmente necesitado, pues… él, prácticamente, me estaba absorbiendo, cosa que era realmente una delicia de sentir, la sensación, era realmente extasiante.


-Aahmsn, A-aquí vo-voy Ta-TaeMi-Minnie-


Gemí en un suspiro quedo, y comencé con las suaves embestidas, al ver un asentimiento de su parte. Suaves embestidas, que con el pasar de los segundos, comenzaron a ser cada vez más y más frenéticas, esa sensación que me “envolvía” tanto al punto de hacerme sentir un pequeño dolor, realmente me fascinaba.


Este conjunto de sensaciones que su cuerpo, sus movimientos y los míos me provocaban, jamás creí experimentarlos, eran realmente sensacionales, adictivos, maravillosos, excitantes.


-¡Má-máas r-rápido Mi-MinHo! ¡Ha-hazme tuyo! ¡Hazme tu-tuyo!-


Gemía con desesperación y excitación, mientras aquellos sonidos, no podían resultarme más estimulantes, causando que finalmente utilizara todas mis fuerzas y energías para embestirlo, cómo él pedía. Mis embestidas ahora eran tan bruscas, tan guasas, que mi miembro prácticamente entraba y salía por completo de él, hasta que en un mal movimiento, mi miembro se zafa de aquel orificio, haciéndonos, gemir a ambos, de inconformidad, pero cuando estaba por “introducirlo” nuevamente, él se irgue un poco, gira, mirándome, con aquellos labios entre abiertos, y bien rojos, jadeantes, demandantes de los míos, se acercó a mí, y empujándome suavemente del pecho, me hizo acostar, y lentamente seguí sus manos, y una vez ya sobre la cama, agitado, con una vorágine en mi interior, él se coloca encima de mí, se sienta a horcajadas, y se auto-penetra nuevamente, pero esta vez de una manera algo brusca, desesperada.


-TaeMi-nnie-


No me dejó decir más, pues tomó mis labios con brusquedad, y la sensación de sentirlos nuevamente, avivó la llama que aún permanecía inestable en mi interior.


Luego de separarnos de aquel lujurioso y pasional beso, él utilizando mis pectorales como apoyo, comenzó a embestirse, haciéndonos gemir a ambos, con sus movimientos circulares.


-¡MinHo… MinHo~ aamns!-


Ya no podía aguantarlo más, mi cuerpo comenzaba a sentirse en sinestesia absoluta. Adormecido de tantas correntadas, y nuevamente esa sensación de estar por “terminar” comenzaba a acercarse velozmente.


Él intentó besarme, mientras mantenía aquel ritmo en sus caderas, pero le era algo imposible, por lo que al separarse lentamente de los míos, como un hechizo, comencé a seguirlo, y terminé prácticamente sentado en la cama, con él encima de mí, que ya se había acomodado nuevamente, rodeando mi cuello, para obtener un mejor apoyo.


Y luego de que nos besáramos salvajemente por unos instantes, él comenzó a dar pequeños saltitos, sobre mí, haciendo cada vez más imposible “retenerme”.


-¡AAAH~ Sí! ¡MinHo, justo ahí! ¡AAh~!-


Gritó apasionado, algo ronco, al haber tocado algo dentro de él, que le causó un placer extremo, al parecer.


Pero debido a la posición en que estábamos, se me hacía algo imposible, embestirlo, por lo que él fue quien continuó con el trabajo.


-¡Minnie!-


-¡MinHo!-


 Proclamamos el nombre ajeno a unisono, mientras nuestras miradas se cruzaban y nuestros cuerpos enteramente sudados, se rozaban, y más su “miembro” contra mi abdomen.


Todas estas sensaciones, nunca antes vividas, me llevaban realmente al mismísimo nirvana, el cielo y el infierno, ya no me eran suficientes… Aquellas expresiones, se quedaban cortas, a mi parecer.


-¡Ya no aguanto! ¡Aaamns~, aah~ nns~!-


-¡Y-Yo ta- aaahms~ tampoco! Aaaaah~ TaeMin!-


No alcancé a terminar mi frase, que ya su esencia se había dispersado por todo mi pecho, llegando incluso hasta mi mentón, haciéndome cerrar uno de mis ojos, por instinto, pues creí que llegaría hasta allí también, al haberse “dispersado” con tanta presión.


Y así, cómo él terminó en “mi rostro y pecho”  yo lo hice en su interior… sintiendo la más maravillosas de las sensaciones. Y en efecto, entrando en el mismísimo nirvana, no oyendo, ni sintiendo nada, como así tampoco pensar, sólo el placer dominaba en mi cuerpo, por ese par de segundos efímeros, que mi segundo orgasmo duró.


 


Ambos agitados, “intercambiando” alientos,  nos quedamos en aquella posición por unos largos segundos, mientras él aún se mantenía aferrado de mi cuello, con su frente sobre la mía. Y luego de que mi respiración se calmara, la de él aún continuaba, e iba en aumento, cosa que realmente comenzaba a preocuparme…


-¿Ta-TaeMin? ¿Qu-qué su-sucede? ¿¡No me digas qu-!?-


Nuevamente fui interrumpido, por aquella tos que comenzó a tener, desviando su rostro del mío, con el corazón aún agitado, pues aún no terminaba de desacelerase, aparté a TaeMin con cuidado de mí, acostándolo en la cama, y buscando con desesperación el pequeño aparatito, que tenía de repuesto, miré en la mesita de noche, y me quedé estático por unos segundos, para luego volver en mí rápidamente, y sacarlo de allí, pues el otro había quedado en la camioneta.


Cuando lo saqué, se lo di, y sentí, aquella bocanada de aire desesperada por parte de él, me tranquilicé, y me acosté a su lado, abrazándolo, contra mi cuerpo, mientras que su agitación, mitigaba.


Y una vez que aquello sucedió, lo separé levemente de mi cuerpo, y sonriéndole, al ver cómo me miraba a los ojos, le dije mirando a los suyos, un dulce, cálido y ronco…


-Fe-feliz cum-cumpleaños Minnie… fi-finalmente “eres mayor”, con 18 años…-


Eran las 00:10 según vi en el despertador encima de la mesita de noche, cuando fui a buscar su broncodilatador. Él me miro algo sorprendido, pero luego al oír aquellas palabras, me sonrió como un dulce niño pequeño, y se acurrucó en mí, colocando su rostro contra mi pecho aún sudado y dijo, también con la voz algo tomada, por aquellos incesables jadeos y gemidos anteriormente emitidos.


-Gra-gracias MinHo… si-sin dudas, e-este se-será e-el mejor cum-cumpleaños de mi vida…-


Yo sonreí en silencio, y lo abracé aún más, “afirmando” sus palabras, con aquel simple gesto.


-Me-me e-encar-cargaré d-de que así sea…-


Dije nuevamente algo tímido, pues mi “yo habitual” había vuelto, luego de que aquel salvaje y lujurioso de hace segundos atrás, “desapareciera”… por el momento…


-Y así será…-


Volvió a hablar, separándose de mi cuerpo, para regalarme esa hermosa sonrisa, la cual le correspondí, y sin poderlo evitar, por mero impulso, tomé sus labios, fugazmente. Y cuando me separé, él mantenía la sonrisa, hasta que comenzó a borrarla de a poco, y su expresión de miedo comenzó a manifestarse en su rostro.


Comencé a preocuparme nuevamente y también me puse serio.


-¿Qu-qué su-sucede Ta-TaeMinnie? ¿A-acaso n-no t-te gu-gustó e-ese be-beso?-


Sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas, acentuando aún más esa expresión de “horror” en su rostro, nuevamente el frenesí nervioso en mi corazón, tragué saliva… ¿Era así? ¿N-no le había gustado? ¿Se arrepentía? ¿¡Qué le sucedía!?


-¡Minnie, por favor, no me asustes, dime que no te estás arrepintiendo de esto!-


Pues es a lo que más le temía, si bien él fue quien “me arrastró a eso” aún en mi consciencia  permanecía la idea, de que “me aproveché de su momento de vulnerabilidad”.


-N-No, n-no e-es eso, h-he deseado esto de-desde hace tiempo, ja-jamás me a-arrepentiría de esto, e-es só-sólo que m-me d-di cu-cuenta de que, que solo m-me quedan 2 se-semanas aquí, y-y a-ahora, y-ya n-no me quiero ir, ¡no quiero que me separen de ti! ¡No, luego de que sé, que eres capaz de corresponderme!-


 


Aquello no lo había pensado… me encontraba en shock, mientras que él, ya no retenía para nada sus lágrimas. Era cierto… Y-ya ha pasado un mes y medio desde que “nos conocimos”, e increíblemente, muchas cosas han pasado en este mes y medio que hemos convivido… mis sentimientos hacia él, no sé en qué momento nacieron y crecieron tanto, pero luego de esto, sentía que ya no podría estar sin él. No, ya no más, ni siquiera AnJi, podría llenar el vacío que su partida, “me provocaría”.


Por lo que nuevamente, el llanto desesperado de TaeMinnie, me trajo a la realidad nuevamente, lamentablemente.


Le abracé de prepo, sin pensarlo, le abracé con todas mis fuerzas, y cerrando mis ojos de igual manera le digo.


-¡Tenemos una semana para nosotros dos solos! ¡Buscaré la manera de disfrutarla al máximo contigo! ¡No te preocupes TaeMin! ¡Y-yo, yo no-no permitiré que nos separen, ya no más!-


Él volvió a liberar su llanto, y se aferró a mi espalda como pudo, liberando aún más su llanto, su frustración, y miedo.


-T-te di-dije qu-que m-me en-encargaré de hacer de éste, tu mejor cumpleaños, y lo cumpliré, lo prometo.-


Volví a repetir aquellas palabras, para reconfortar al menos un poco, a aquel “dulce niño, asustado” que mostraba ser ahora TaeMin. Que se mostraba como REALMENTE era, de eso ya no me quedan más dudas…


 


Nos quedamos así un rato, luego de que él asintió, y cuando nos separamos, decidimos que era hora de tomar un baño a pesar de ser ahora cerca de las 00:45. Cuando volvimos a la habitación, ya duchados y cambiados, nos acostamos esta vez en mi cama, y allí decidimos “finalizar el día”. Él se acurrucó nuevamente en mí, y yo recibiéndolo gustoso, le abracé con suma ternura y cariño, y cerré mis ojos, aspirando ahora, el dulce aroma que su cabello tenía. Entregándonos ambos al mundo de los sueños.


 


~Al otro día~


 


 


 


El amanecer llegó, el cantar de los pájaros se oían, en conjunto con aquel irritante sonido de la alarma. Fui el primero en despertar al parecer, ya que al moverme, para querer apagar aquel aparato, él se removió de su posición, y abrió sus ojos.


Una vez que pude estirarme para apagar aquella alarma, y me encontré con aquella dulce mirada, no pude evitar sonreír de sobremanera, por la alegría que el tenerlo, “aún” allí me provocaba.


-Buenos días, mi bello durmiente, siento haberte despertado…-


 Hablé aún ronco, pero ahora, por los efectos del “recién despertar”, él sonriéndome me negó con la cabeza.


-No pasa nada, descuida, de cualquier forma tenía que despertar, ¿no es así?-


Manteniendo mi sonrisa asentí y volví a repetir aquellas palabras que dije anoche.


-Feliz cumpleaños TaeMinnie…-


Besé fugazmente sus labios, y cuando me estaba por separar, él me sujeta de la nuca, suavemente, y evita aquel “distanciamientos” de nuestros labios. Con una sonrisa traviesa, le seguí el juego, haciéndolo sonreír a él también.


Luego de unos segundos de aquel beso, algo más “elaborado” nos separamos, y aun manteniendo nuestras sonrisas me dice.


-Me alegra el que ya no me ignores ni me odies, mi “sagwa ibsul”-


Dijo divertido al final, yo me sorprendí levemente, pero luego volví a sonreír, ante aquella manera tan peculiar de decirme “¿Labios de manzana?”


-¿Qué con esa manera tan rara de llamarme?-


Cuestioné divertido, en lo que me sentaba en la cama, pues si seguía acostado con él, entre mis brazos, no sería capaz de levantarme nunca más.


Él por detrás me rodeo el cuello, y colocando su rostro a un lado del mío, me susurró cariñoso.


-¿Qué? ¿Acaso no lo eres? Eres mi “Red Delicious” favorita, ¿No te gusta mi apodo súper original y lleno de a-?-


Me pareció, que su pregunta no estaba formulada completamente, pero pues se cortó así mismo, dándome un pequeño beso en el cuello, para luego pasar, por detrás de mi oído, comenzando a provocar que me erice. ¿Tu apodo lleno de qué? Dímelo TaeMinnie…


-Será mejor, que vaya a preparar el desayuno, ¿recuerdas? Dije que te haría pasar el mejor cumpleaños de tu vida, y eso incluye, el que te haga un desayuno, pura y exclusivamente para ti.-


Dije manteniendo mi actitud, amable, cálida y cariñosa, pero, alejándolo de mi cuerpo, y poniéndome de pie, pues si me quedaba en “aquella pequeña sesión de besos”, sabía que esto no iba a terminar “más”…


Agachándome, ante aquella mirada curiosa desde la cama, besé aquellos labios, tan deliciosa y hermosamente adictivos, para luego volver a hablar.


-Ve a lavarte la cara, y cámbiate, mientras yo preparo tu desayuno especial.-


-¿No puedo desayunarte a ti?-


Preguntó de una manera, increíblemente inocente, yo me sonrojé ante aquello, e irguiéndome de golpe, dándole la espalda ahora, hablé.


-Lo-lo si-siento, s-si t-te de-dejo hacerlo, n-no se-seré ca-capaz d-de ha-hacer ni-ninguna o-otra co-cosa p-por h-hoy, y-y recuerda, que l-lo prometí…-


Terminé de hablar, algo nervioso, y totalmente rojo al decir aquello en voz alta, y sacar a la luz, aquella parte de mí, que había estado dormida durante todos estos 19 años, hasta el día de ayer. El día de “nuestra reconciliación”…


Sin decir más, y no dándole oportunidad, a decir más, me retiré de allí, aún con el pijama puesto, pero luego, ya encontraría el momento de cambiarme, cuando terminemos de desayunar.


Minutos más tarde, cuando terminé de preparar aquel desayuno tan elaborado, me di cuenta de que él ya estaba allí, esperando por él,  cuando se lo entregué, en conjunto con un beso fugaz, pues mi cuerpo, mis labios, ya no podían retener más aquel impulso, por besar aquellos labios adictivos.


Él me sonrió ante aquel gesto “involuntario” de mi parte, e inevitablemente, no pude hacer más que contagiarme de esa sonrisa tan hermosa que poseía, y que por fin hoy, a un mes y medio de conocernos, la podía disfrutar.


-Disfruta el desayuno, espero que te guste.-


Dije algo apenado, y con algo de desconfianza en “mi trabajo”, pero él simplemente me respondió.


-Claro que lo haré, disfrutaré cada partícula de él, y por supuesto que me gustará, me encantará, nada mas delicioso que un desayuno hecho por ti, especialmente para mí.-


Volvió a sonreírme, mientras agradecía por el desayuno, y ambos, comenzamos a degustar de la comida, en un silencio, extrañamente relajante.


 


~POV TaeMin~


Oh no, esto, esto se estaba tornando realmente peligroso y doloroso, no podía creer lo que estaba viviendo, no podía creer el hecho de que ayer me acosté con él, me entregué a él, a pesar de no ser mi primera vez, y que ahora me tratase con tanta dulzura, era realmente imposible de creer, mis más sucios y bajos deseos, fueron satisfechos por él, con absoluta efectividad, y realmente me encantaría volver a repetirlo.


Ayer, estuve a punto de decir “Te amo” varias veces, pero no sé cómo es que me pude controlar, abstenerme de decirlo. Pero si esto sigue así, si él continúa dándome esos besos fugaces, que con tanto fervor desee, iba a terminar provocando que le dijera “MinHo me gustas, te amo, por favor sal conmigo” Y sabía que aquello no iba a resultar nada bueno, pues de seguro él, no está preparado para dar semejante paso, en tan poco tiempo, pero ayer, ayer “me hizo suyo con tanto amor, y pasión” que realmente me gustaría “ser serio” con él. ¡Maldición MinHo! ¡Te amo! ¡Me he enamorado de ti!


¿Qué es lo que piensas exactamente? ¿Qué es lo que soy para ti exactamente en estos momentos?


Las dudas realmente me carcomían por dentro, pero jamás lo sabré, pues jamás se lo preguntaré, no quiero, “comprometerlo” a responder algo que realmente le incomode responder.


Su trato, sus sonrisas, su cariño, ahora todo volvía a ser “como antes”, no cómo antes no, quizás incluso mejor… pero aún así, tenía miedo de “confesarme” y ser rechazado, eso acabaría con mi débil corazón.


Lo amaba, realmente lo amaba, y justo ahora que me quedan 15 días a su lado, vengo a darme cuenta, si él seguía tratándome así, no querría irme de aquí, no podría, y me la pasaría el resto del año deprimido, extrañándolo, dañándome cada vez más y más al pensar en él.


Y-yo no quería “mostrarme tal cual soy” porque sabía, que se me iba a ser difícil, luego “olvidarlo”. Pero aún así, aunque me lo propuse, “no aflojar con él” lo hice, lo hice en un momento de suma fragilidad y desesperación, jamás creí que la indiferencia de alguien, pudiera llegar a dolerme tanto, como me dolió la de él.


Sin embargo ahora, ahora estamos mucho mejor, o mejor dicho, él estará mucho mejor, pues yo, yo estoy metido en medio de una maraña de sentimientos, pensamientos y sensaciones, por su causa.


Ayer me dejé llevar, me dejé llevar…. sin tomar en cuenta, que entregarle mi corazón “tan pronto” no sería lo indicado, y aún así lo hice, y realmente no me arrepiento, a pesar de que eso conlleve a mi “sufrimiento” por amor “unilateral”.


Pero él, él no tiene la culpa de nada, yo me entregué, yo lo deseé, yo lo besé, yo lo guié; yo… me enamoré. Y ahora debo atenerme a las consecuencias y tomar responsabilidad de mis sentimientos unilaterales.


-¿Qué sucede Minnie? ¿No te gusta? Estás muy calladito…-


No, MinHo por favor, no me hables así, sólo haces que te ame más y más…


-¿Eh? No para nada, está delicioso, y justamente por eso es que estoy callado, está tan rico que no puedo dejar de comerlo.- Cómo así tampoco a tus labios… Dije sonriente, ocultando a la perfección, todo mi “malestar emocional” ¿¡Por qué debo irme tan pronto!? ¿¡Por qué ahora!?


-Oh, ya veo, mejor así.- Sonrió con una hermosa y brillante sonrisa, para “contagiarme” de ella, y luego nuevamente me hablo. –Por cierto, ¿Qué te parece si hoy nos tomamos el día libre? Me gustaría realmente dedicarme pura y exclusivamente a ti, hoy…- Finalizó, con una sonrisa leve casi imperceptible ahora, y sus mejillas en un rojo carmesí, realmente hermoso… se veía tan tierno sonrojado, tan hermoso, pues quien diría, que “ese hombre de apariencia y personalidad madura” también tuviera un aspecto “aniñado y tierno”.


Aquellas palabras sólo sirvieron, para que recapacitara, y pensara nuevamente las cosas. ¿Si es así de tierno por ser mi cumpleaños, quizás esté bien que me declare oficialmente hacia él? Pues, algo de “cariño, aprecio” o quizás un mínimo de “amor” ha de sentir, de lo contrario, no habríamos hecho las “cosas que hicimos” ayer, y “aquello” en el establo. ¿Verdad? ¿Quizás sí sería correspondido? ¿O sería simple y justamente, porque era mi cumpleaños que actuaba así? Pero… pero ayer sus palabras, su promesa se oyeron como si realmente disfrutaría el  hecho de “consentirme” hoy…


-Claro, si tú quieres… no tengo problema, aunque tranquilamente podríamos trabajar, y luego cuando terminemos, puedes “dedicarme algo de tiempo” no tengo ninguna objeción ante ello, hoy no.-


Volví a decir en ese tono cálido, finalizando mis palabras con una sonrisa de la misma manera.


Sí, quizás “el arriesgarme” valga la pena. Siempre dicen, “el que arriesga no gana”, aunque eso no signifique que siempre, “ganarás”. Pero aún así, lo haría.


-No, cómo crees, ¿qué clase de “maestro” crees que soy, que hace trabajar a su “pupilo” en su día especial?-


¿“Maestro- Pupilo”? A-aquel concepto despertó en mí, una de mis más sucias fantasías, oculta y dormida en lo profundo de mí ser… el hecho de que MinHo tomara el rol de “profesor/maestro” y yo de “alumno/pupilo” realmente sonaba sensual y excitante a mis oídos, como a mis ojos…


-Claro, claro, cómo tu digas, “Maestro”-


Dije algo divertido, correspondiendo al tono utilizado por él. Pero sin poder evitarlo, al mencionar aquella palabra, hacer énfasis en ella, hizo que una  brusca y única “pulsación” despertara, allí abajo.


¡LEE TaeMin! ¡Ya deja de ser tan “ninfómanA”! ¡Él no es como tú! ¡Quítate de la cabeza, esas ideas absurdas!


-¡Bien! ¡No se diga más! ¡Hoy será nuestro pequeño día libre! No creo que nada se descontrole por un día de “desatención”.-


Sonrió calmado, tranquilo, poniéndose de pie, e inclinándose un poco sobre la mesa, para llegar con una de sus manos, por encima de mi cabeza, para alborotarme los cabellos.


“Eres tan perfecto MinHo, con esa sonrisa, esos labios, ese cuerpo, esa piel, ese rostro, esos ojos, ese porte de príncipe que tienes y esa actitud, eres realmente “mi tipo ideal, mi novio perfecto”


Te anhelo tanto, anhelo tanto el que me entregues tu corazón, como yo, ya te he entregado el mío… Que sería capaz de hacer cualquier cosa por ti, incluso en estos momentos lo estoy haciendo, al estar en abstinencia del cigarro hasta ahora. Te amo, realmente siento que lo hago, “si fueras oficial y únicamente mío” sería el “marica” más feliz, sobre la faz de la tierra…


 


 


Él levantó los platos, mientras yo me le había quedado realmente embobado observándolo… era algo que encontraba ahora fascinante, tanto que me podría pasar las horas y horas mirándolo, a tal punto que llegaría “a echarle un mal de ojos”


-Bien, limpiaré esto, y saldremos a dar un recorrido en AnJi, ¿te parece?-


Volvió a cuestionar, con esa tonalidad amable y esa sonrisa imborrable y brillante, que ya prácticamente, me enloquecía.


Asentí con una tímida sonrisa, al recordar, lo que sucedió la última vez que “monté” en ella. Qui-quizás podría volver a repetirse… qui-quien sabe… no lo creo, pero de todas maneras me encontraba secretamente esperanzado.


-Si MinHo, no te preocupes, no hay apuro.-


Le sonreí, pues la verdad no lo había, “Podría quedarme tranquilamente, todo el día observándote, MinHo…”


Mis sentimientos y pensamientos, desbordaban de mi interior, al verlo allí tan tranquilo y calmado, mientras pensaba una y otra vez, en aquel “maravilloso regalo” que me obsequió ayer… él no lo sabía, pero el que me haya “hecho suyo” había sido el mejor regalo de mi puta y miserable vida, y ya no necesitaba más nada, para que “éste día” fuese perfecto e inolvidable, pues con ello, ya lo sería, eternamente.


El hecho de que me haya ignorado, y me haya hecho “desearlo más y más” había conseguido que lo de anoche, fuera inmensamente placentero, extasiante y excitante. Me hizo sentir en el mismísimo cielo, infierno, Nirvana. Una vorágine de sentimientos y sensaciones, asaltaron mi cuerpo aquella noche. Provocándome aún más placer “de lo normal”. Había sido perfecto, sensacional. Maravilloso y… ¡MIERDA! ¡Siento que voy camino a “endurecerme” nuevamente si sigo pensando en esto!


-¡Listo! ¡He terminado! ¡Ahora sí, espérame 5 minutos a que me cambie y ya salimos!-


-Sí, no te preocupes, ve tranquilo…-


Contesté algo apresurado y atropellado, al él haberme sacado de mis pensamientos. Hubiera dicho “te acompaño” pero sabía que verlo quitarse la ropa, me volvería loco, y mis emociones, sentimientos y deseos se desbordarían, atacándolo, y cagándolo todo. Por lo que dolorosamente, opté por dejarle “tranquilo” unos minutos. Quedándome allí sentado, pensando en la sensación que mis manos sintieron al tocar el cuerpo, la piel y “aquello” de MinHo… ¡AISH, YA TAEMIN!


Hmm, está tardando bastante, y ante ello, comenzaba a ponerme nervioso, ansioso, mi pie comenzó a moverse solo, mis manos nerviosamente también, y mis ojos miraban hacia mi alrededor. Necesitaba distraerme con algo hasta que de repente me quedé petrificado, al cruzárseme algo por mi mente. “Mis cigarrillos”.


Sabía que no era buena idea, pero, necesitaba calmar mi ansiedad, y nerviosismo repentino. Sabía que si lo sacaba de la cajita, al verlo, tendría que encenderlo, y acabármelo de inmediato, pues a decir verdad, he estado bastante tiempo en abstinencia, pensando en MinHo y las cosas que me han sucedido con él. No quería que una nueva pelea diera inicio por la misma causa y nuevamente por mi culpa.


Pero mi “vicio” había actuado por mí, pues resulta que ya tenía el pequeño objeto en mi mano. Me le quedé mirando unos segundos, para luego dirigir mi mirada al pequeño encendedor.


Un crujido me sacó de mis pensamientos, y cómo si estuviese robando algo, por instinto, me apresuré a guardar, “mi último cigarro” pues las cajas que había traído de la ciudad, ya las había consumido todas.


-Ya estoy Minnie, lamento haberte hecho esperar, pero ya no más, ya estoy listo para hacerte sonreír todo el día de hoy.-


Me dijo sonriente como siempre, a lo que yo, sonreí realmente aliviado. “si lo hubiese prendido, en estos momentos estaríamos discutiendo, y no hubiera sido capaz de oír nunca esas dulces palabras, que sólo hace que me enamore más y más, y no me importa que trate así a todo el mundo, yo sabía que yo era “especial”. Pues no con cualquiera “haría eso” que hicimos anoche…


-Sí, de acuerdo, jeje, vamos a divertirnos por la granja.-


Dije también cálido y aliviado, como mencioné anteriormente, él sonrió aún más amplio, y asintió, liderando el camino hacia la puerta de salida, yo le seguí detrás, pisándole los talones.


Nos dirigimos al establo, y como lo había previsto, al llegar a aquel lugar, mis nervios comenzaron a aflorar, mis recuerdos, de aquella noche, asaltaron mi mente, sin más tardar, por lo que intentando controlarme, me mordía mi labio inferior.


-Hace tiempo, que no subías en AnJi ¿verdad?-


Me preguntó dándose vuelta, tomándome por sorpresa, al oírlo decir aquello con tanta normalidad.


-Así es, desde que…-


-¡Cierto! Desde que casi incendias el establo... jaja.-


Dijo cortándome de repente, mientras reía, lo cual creía que por primera vez lo estaba fingiendo, estoy seguro de que él también lo recuerda tanto como yo. Aquel leve casi imperceptible, sonrojo, no es porque “hace calor”, no ya lo creo. Reí inconscientemente por mis estúpidos pensamientos.


-Jaja, es verdad…-


Contesté, “siguiéndole el juego”, cuando en realidad, mis palabras eran “es verdad, que él no es tan pervertido y sucio asqueroso ninfómano como yo”.


-Bien AnJi, ¡Es hora de que nos lleves a pasear un rato!-


Continuaba hablando con aquel tono divertido, para intentar que su sonrojo, pasase de ser percibido, pero no funcionaba para mí, pues claramente, podía presentir sus nervios.


 


Sacó al animal fuera del establo, y extrañamente sin colocarle la silla de montar se subió. Extendiéndome una mano.


-¿Cómo piensas, que me podré subir en él, sin pisar en el estribo? ¿Por qué le has sacado la silla?-


Él sonrió, y desviando la mirada levemente dijo


-Pues por eso te estoy extendiendo la mano, para impulsarte hacia… hacia mí, y-y s-se la saqué, po-porque, d-de e-esta ma-manera e-es m-más có-cómodo a-andar d-de a-a dos…-


Titubeante como nunca, ¿Qué era tan “vergonzoso”, como para ponerse así de nervioso?


Le miré con algo de desaprobación, torciendo mi boca hacia un lado, mientras colocaba ambas manos en mi cintura… él me quedó observando por unos segundos, y pareció reaccionar luego, dejándome algo confundido, ¿Y ahora qué?...


-Aish~ está bien, pero si me prendo como una garrapata en ti, luego no te quejes…-


Dije regañándole en un tono divertido, para relajar el ambiente, que lentamente comenzaba a parecerme, tenso y algo incómodo. Él una vez más sonrió ampliamente, pero esta vez como si estuviera muy aliviado, y asintió, re-extendiéndome la mano.


-De acuerdo, no hay problema, Minnie…-


Minnie~ aah~ MinHo si supieras cuánto te amo, y cuanto me encanta el que me llames así con tanto amor, y cariño.


Sonreí dejando de lado mis pensamientos, que quizás, volverían a “deprimirme” y tomé su mano, él con una increíble fuerza, me levantó en el aire, y me tiró, prácticamente encima de su yegua, cómo pude, y como él pudo, me ayudó a acomodarme mejor detrás de él, y una vez que lo logré, comenzamos a caminar lentamente. Sintiendo un pequeño dolor, “allí atrás” por lo sucedido anoche, pero también, tal como aquella vez, esos movimientos estimulantes en mi cuerpo, y más que estaba realmente “pegado” a MinHo.


 


Llevábamos un tiempo montados en “AnJi” y ahora es que comenzaba a sentir realmente, “en todo su esplendor” los efectos, de mi “salvajismo” anoche. Sonreí al recordarlo. Si seré idiota…


-Siento, el que no pueda llevarte a la ciudad, y darte un “día de cumpleaños” como te mereces, pero bu-bueno, es que cuando estuvimos ayer en la ciudad, no me acordé de que día sería hoy, pues aún estaba blo-bloque-ado, mentalmente, po-por la situación en-en que estábamos, y olvidé por completo e-el comprarte un regalo también.-


Se oía realmente apenado, cosa que me provocó una inmensa ternura, y un incremento en mi “amor” por él, si es que se podía aumentar, pues, era la primera vez en mi vida, que alguien me provocaba tanto, todo esto…


-No te preocupes MinHo, ¿sabes? Te diré un secreto… Yo tampoco lo recordaba si no hubiese sido por ti, en verdad te lo agradezco mucho.-


Hablaba en una tonalidad tan cálida, que jamás creí que podía llegar a usar.


-No, es que sí me preocupo, pues ahora que- di-digo, ahora que e-estamos bi-bien, m-me hu-hubiese gu-gustado, re-regalarte a-algo m-más si-significativo…-


Aquellas palabras que se “auto-cortó” me inquietaron un poco, pero luego, al oír aquellas otras, no pude evitarlo, sonreí amplia y sinceramente. Y cruzando mis brazos por debajo de los suyos, le abracé y apoyé mi rostro en su espalda, y hablando algo ronco, pero amable, cariñoso y con mis ojos cerrados, prosigo.


-Quizás no lo sepas… pero sin que te dieras cuenta… me has regalado, algo mucho más valioso, que cualquier objeto material que te puedas imaginar…-


Él giró su rostro, repentinamente, hacia atrás, o por lo menos lo que pudo, tampoco es que fuera “la niña del exorcista”. Y habló, curioso, confundido.


-¿Lo hice? ¿La manzana significaba tanto para ti?-


Volví a reír por lo bajito, y elevé mi rostro, quedando peligrosamente cerca del suyo. Y afilando mi mirada y aplicando mi tono “sensual”, que aún no sé por qué lo hice, respondí.


-No, no exactamente, pero ahora que lo mencionas, sí fue un lindo detalle de tu parte, pero yo me refiero a otra cosa…-


No pude evitarlo, simple y sinceramente no pude controlarme, estiré mi cuello, lo más que pude, y uní nuestros labios, cómo pude, él correspondió algo errático, pues lo entendía por la posición en que nos encontrábamos. El beso, comenzó a apasionarse, pero decidí retirar mi rostro, mis labios, de lo contrario, no sé de lo que sería capaz.


-¿A-A qu-qué exactamente?-


Cuestionó algo curioso… yo sonreí una vez más, y le besé fugazmente.


-Déjalo así, justamente el hecho de que no lo sepas realmente, lo hace aún mucho más importante…- “Y si cuando me confiese a ti, y reciba una afirmación cómo respuesta, seré aún, por mucho más, el “marica” más feliz del mundo, ya me has entregado, “tu pureza, tu inocencia”, y si me entregas “tu corazón” ya podré morir en paz. –Oh, me has traído a mi lugar favorito, aprecio este gesto de tu parte…- Cambié de tema repentinamente, al darme cuenta de que ya estábamos en el manzanar, no dándole oportunidad de decir más nada, haciéndole entender, que ya no quería hablar más de ello, él al darse cuenta de inmediato, suspiró y sonrió levemente.


-Sí, sé que te gusta mucho éste lugar, y pues a pesar de que ya lo conoces de memoria, espero poder hacer nuestra pequeña estadía, agradable, además de que necesito algunas manzanas…-


-¿Manzanas? ¿Para qué?-


Me observo nervioso.


-S-sólo l-las ne-necesito, pa-para algo…-


-¿Para qué?-


Volví a preguntar, curioso, él me miró, y nuevamente, volviéndose a tornar sus mejillas levemente carmesí, me desvió la mirada, su actitud me desconcertó nuevamente. ¿Qué tenía de malo, decirme el propósito de su recolecta de manzanas? ¿Qué se traía entre manos? Cómo ya les dije, realmente me desconcertaba.


Él había comenzado a recoger algunas manzanas, y colocarlas en una bolsa, que sacó de su bolsillo trasero, de la cual nunca me percaté.


-Eehm MinHo, ¿pu-puedo bajarme un rato de ella?- Haciendo referencia a AnJi –Es que mi-mis piernas co-comienzan a doler un poco… y~ ¿qué, qué te parece si yo te espero en uno de aquellos arbolitos, bajo la sombra, mientras tu recoges tus manzanas secretas…?- Dije divertido a lo último, él detuvo la yegua, y asintió.


-De acuerdo, TaeMinnie, como quieras.-


Me respondió también divertido y cálido, me relajé un poco, olvidándome de sus “propósitos, tan secretos” con aquellas manzanas, y otorgándome su ayuda como pudo, me facilitó el descenso de aquel animal, que ahora, ya no me parecía tan alto…


Una vez que estuve “a salvo” en el suelo, aún con mi sonrisa que no se borraba de mi rostro, le hice un gesto con mi mano, para que se acercara, él mirándome confundido, y curioso, se inclinó cómo pudo, hasta dónde llegó, y yo haciendo puntitas de pie, nuevamente, le robé un beso efímero.


-¡Suerte en tu recolecta de manzanas MinHo! ¡Diviértete!-


Espeté, dejándolo aún más confundido de lo que ya estaba, con el añadido, del carmesí en sus lindas mejillas. Sonreí, para luego irme corriendo hacia un pequeño arbolito que se encontraba allí cerca, y a la vista de él, y con mi sonrisa imborrable, me senté en el suelo, apoyé mi espalda en el tronco, y coloqué mis manos detrás de mi cabeza. Estaba increíblemente cómodo, podría dormirme una siesta aquí, tranquilamente.


 


 


Minutos, horas pasaron, no lo sé, pero él finalmente, había terminado de seleccionar “sus manzanas” y bajándose de AnJi, dejándola descansar un rato, colocándola cerca de un bebedero, se acercó hacia donde yo estaba, ya algo adormilado, pues, el día estaba lindo, no hacía mucho frio, es más estaba algo caluroso, pero especial para tirarse bajo un árbol a dormir.


Al verlo acercarse con una tímida sonrisa, sin pensarlo, me corrí de mi lugar, para darle espacio a él, y como pensé, él se sentó allí a mi lado, suspirando algo cansado, algo sudado también, el sol, ya era el del mediodía, y estaba realmente fuerte.


-Mira, que traerte una bolsa, pero no un sombrero, o algo por el estilo, que era mucho más útil.-


Dije regañándolo, divertido, él sonrió y cerrando sus ojos, apoyó su cabeza en el tronco.


-Para estar cerca de otoño, está un poco caluroso el día.-


-Pues en eso tienes razón, pues aquí tenemos los efectos del calentamiento global, calor cuando debe estar algo frío, y frío cuando debe de estar algo caluroso, todo al revés…-


-Es cierto, pero debo admitirlo, se siente bien, estar con éste clima, en ésta época del año.-


-Sí, un día es lindo, pero no casi todos…-


Habíamos comenzado una charla amena, entre ambos, y él volvió a sonreír, al oír el pequeño atisbo de “rabia” en mis últimas palabras. No dijo nada, por lo que calmándome nuevamente, cambié de tema.


-Y~ ¿Me dirás, para que son esas manzanas? No creo que sean para tenerlas en la frutera como centro de mesa, porque, bien que te has tomado tu tiempo, en seleccionarlas…-


Giró su rostro, yo el mío, en una sincronización increíble, y mirándome a los ojos, me dijo.


-Es otra sorpresa… no diré más, espero que te guste…-


-¿Acaso me harás un muñeco tamaño real en manzanas, o qué?-


Cuestioné divertido, una vez más, cómo ya al parecer era costumbre, de estos 10 minutos, volvió a sonreír, y cerró los ojos nuevamente, pero sin volver a girar su rostro. Me le quedé observando.


“Ojos cerrados, sonrisa hermosa, posición vulnerable, tentación, ‘Red Delicious’ a la vista…”


¿Adivinen qué? Sí, otra vez no pude controlarme y me acerqué para tomar sus labios, pero ésta vez avance sobre él, a tal punto de que casi termino por acomodarme encima. Y peor aún, que él había comenzado a corresponderme, mientras había, colocado su brazo derecho despreocupadamente, alrededor de mi cuello, atrayéndome aún un poco más a sus labios.


Sentir esas acciones, de su parte, sólo me hacían creer, que declararme oficialmente, fuera realmente innecesario, ya que, “éramos todo lo que yo quería”. Pero aún así, nadie me lo asegura, nadie sabrá decirme que es lo que somos exactamente ahora. Pues somos “demasiados cercanos” para ser “solo amigos” y a la vez no somos lo suficientemente “melosos” para llegar a ser “amantes”…


Amantes… aquella era una palabra de mucho peso para mí, y que también provocaba un sinfín de cosas en mí.


“¿Amigos con derechos?” No, definitivamente no, no quiero ser “lo mismo” que fui con todas aquellas otras personas con las que estuve, porque él, él no se merece esto. Él se merece que lo amen, pura y exclusivamente a él, y sólo a él. Y yo… yo estaba realmente dispuesto a cambiar por él, es más, ya había comenzado con mi “transformación”… al haberme mostrado tan vulnerable aquella vez, en que decidí decirle “la verdad de mi vida” y al haber derrumbado todo muro, todo obstáculo, que me cubría, y no me dejaba mostrar, quien y como realmente era.


Y él, él… es el primero que me conoce de esta manera, que conoce mi sonrisa pura y sincera. Quien es capaz de sentir mi cariño y amor, los cuales estuvieron restringidos desde… prácticamente, mi nacimiento. Ahora, era realmente “yo”. Sin muros, sin máscara, totalmente expuesto a él.


 


Pues a su lado… me sentía finalmente libre, sentía que podría hacer y decir cualquier cosa, podría dar mi opinión, sin importarme el que me miren raro, extrañados, o incluso disgustados.


El beso en el que me había sumergido, se dio por terminado, ante la excesiva falta de aire… no me había dado cuenta, pero al final, terminé por colocarme casi encima de él y entre sus piernas, mientras nos besábamos, él totalmente rojo, me mira por unos instantes, y desviándome la mirada habla.


-Se-será me-mejor que-que volvamos a la casa, es hora de la comida…-


-No~, y-yo quiero quedarme un rato más.-


Respondí con un extraño tono infantil, y hasta me atreví a hacer un pequeño puchero. Él me miró extrañado y sorprendido en demasía, pero aquella reacción me hizo sonreír, pues pareciese cómo si hubiese visto un fantasma o algo por el estilo.


-Y-yo, lo, lo siento, pero en verdad debemos volver, lu-luego vendremos otra vez, y pa-pasaremos la ta-tarde aquí, cla-claro, si-si así lo quieres por supuesto.-


Mi rostro y ojos, se iluminaron por completo. Una sonrisa de lado a lado, surcó mi rostro, y hablé eufórico.


-¿¡Un picnic en el manzanar!? ¡YAY! ¡Nada me encantaría más que eso! ¡De acuerdo, volvamos a la casa, rápido, que ya quiero volver aquí, sin dudas, estás cumpliendo MinHo, hasta ahora ha sido el mejor día de mi vida, y estoy seguro de que lo será aún más! ¡Vamos!-


Parecía totalmente loco, otra persona, con aquellas reacciones tan infantiles y positivas, pero en verdad que estaba feliz… en verdad estaba disfrutando mi cumpleaños número 18…


Él, luego de salir de su asombro, volvió a sonreír de esa manera que tanto me encantaba, y lentamente, se puso de pie, mientras asentía, a mis apresuradas palabras. Yo también, me puse de pie después de él y tal como a la mañana le seguí detrás, luego de haber él recogido, la bolsa con las manzanas, cosa que aún me resultaba un “misterio sin resolver”, pero pues ya qué, estaba demasiado feliz, en estos momentos.


Nuevamente me ayudó a subir a “AnJi” y nos dirigimos esta vez, un poco más veloz hacia el establo, era casi al trote. Pero como dije antes, ya nada me importaba, estaba en mi mundo, en una gran burbuja, llena de felicidad, por primera vez.


Nunca pensé que un lugar así, en medio del campo, en “esta prisión” me terminara gustando tanto, ahora, ahora realmente me había dado cuenta, que había subestimado la vida en el campo, sí, es difícil, y a veces aburrida, pero muchas otras veces, es realmente tranquila, y hermosa.


Para serles sinceros, ya no me molestaría llevar una vida en el campo, alejado, del aire urbano contaminado, privado de la tecnología, de la sociedad… no, no me importaba nada en lo absoluto, si MinHo… si él está a mi lado, pues… estoy seguro que hasta un “cobijo de árbol” sería un mismísimo palacio, si estoy entre tus brazos… entre tus labios.


-TaeMinnie, TaeMinnie, no me aprietes tanto, comienza a faltarme el aire… creí que ya habías superado, levemente, el montar a caballo…-


Su voz, su melodiosa y profunda voz, me sacó de mis pensamientos… y me di cuenta que en verdad le estaba abrazando con todas mis fuerzas… “mitigué” la presión en mi agarre, y él liberó una bocanada de aire, en verdad lo estaba asfixiando…


-Y-yo l-lo si-siento, s-si, y-yo también creí que lo había superado, pe-pero a-al parecer no es así…-


Mentí levemente, algo nervioso, pues la verdad es que ya no me importaba subir o bajar de “ella”, ya no me causaba miedo, ni nada, simplemente, me gustaba aferrarme a él, pues creía que si no lo sujetaba, él “se me escaparía” de las manos, y jamás volvería a ser capaz de “recuperarlo”.


-No-no, no te preocupes, lo entiendo, só-sólo i-intenta con-controlar un poco, tu fuerza…-


Sonreí ante aquel comentario. Y contesté –Sí, de acuerdo, lo siento, no fue mi intención.- Con algo de diversión, él… al parecer sonrió también, y cuando quise acordar, resulta que ya estábamos de vuelta en el “tan mencionado” establo…


Era oficial… mi corazón ya no volvería a sentirse tranquilo, al entrar aquí, pues aquellos recuerdos, vienen a mí, una y otra vez…


-¡Bien! Volvamos a la casa, debemos comer, y tengo un “picnic” que preparar.-


Me sonrió, una vez que se dio vuelta al terminar de “guardar” a la yegua en su respectivo lugar, y palmeándome suavemente el hombro, me sobrepasó, para dirigirse a la casa. Yo me le quedé mirando nuevamente la espalda mientras se alejaba, y antes de pensarlo, ya me encontraba corriendo, hacia él, para poder ubicarme a su lado.


 


Me senté nuevamente en mi lugar de siempre, una vez que entramos, y allí me quedé, hablando de alguna que otra cosa, mientras él cocinaba, y pelaba varias manzanas… ¿Almorzaremos manzanas asadas o algo por el estilo? Volvía a asaltarme aquella duda una vez más. No pregunté, no creí que fuera a valer la pena, pues si no me lo dijo antes, no me lo iba a decir ahora…


En un momento determinado, se nos habían acabado los temas de conversación, y al no pensar en nada, volvió a mí, la idea del cigarrillo… llevé mi mano a mi bolsillo, palpando aquella caja, que contenía mi último cigarrillo…


-¿Falta mucho para el almuerzo?-


-Sólo un poco, lo siento… ¿tienes hambre?...-


-So-sólo un poco… i-iré a-a dar una vuelta por allí afuera, en lo que la comida se termina…-


-S-sí, claro, adelante… yo te llamaré cuando esté listo…-


Asentí, con una sonrisa, a lo que él me corresponde de la misma manera, y en ese momento me sentí una mierda… ¿en qué momento, el fumar se convirtió en algo tan “peligroso” para mí? ¿En qué momento, tuve que comenzar a mentirle?... Me sentía en verdad una mierda. Sabía que él no se merecía esto, pero si no lo “consumo” su “existencia” me atormentará por el resto de éstos 15 días que me quedan a su lado…


 


 


Me encontraba cerca del establo… y con las manos extrañamente temblorosas, encendí el maldito cigarro, me sentía tan culpable, pero a la vez, “tan necesitado” de esa maldita nicotina, que ya estaba arruinando mis pulmones… y cuando sentí el humo, una extraña sensación me recorrió, pero de inmediato me ahogué con él, y pues, la verdad ya no “sabía” tan “placentero” o “relajante” como la última vez, sabía que algo andaba mal en mí, sabía que algo en mí había cambiado, y sé que no puede resultarme “tan fácil” dejarlo de un día para el otro…


Por lo que no convenciéndome de aquello, le di otro “sorbo” y nuevamente, me resultó desagradable… por lo que totalmente extrañado, apagué aquel cigarro, y lo tiré lejos de allí. Y de la puerta del establo, me volví lentamente hacia la estancia, respirando y percatándome por primera vez, “de la pureza” del aire, por estos lados. Ese extraño aroma a vegetación extrañamente, me parecía totalmente relajante… por lo que aquellos nervios, aquel temblequeo, y ansiedad, fueron mitigando lentamente a medida que iba avanzando y tomado grandes bocanada de “aire puro”, y mientras miraba el cielo totalmente despejado y soleado una sonrisa, levemente se iba dibujando en mi rostro.


Cuando ya estaba cerca de la puerta de entrada nuevamente, me di cuenta de algo, y mi corazón se detuvo por unos instantes, esas pequeñas dos “pitadas” que le di al maldito cigarro, habían bastado, para que mi aliento y mi ropa se penetrara de él.


Comencé a mirar hacia todos lados, y totalmente nervioso sin ser capaz de ver algo que pudiera “salvarme” simplemente opté por entrar velozmente a la casa, pasar de ser percibido, pero me fue imposible, pues, debía pasar por la cocina y allí se encontraba él aún tarareando una canción, mientras sonreía enormemente…


-¡Ah! ¡TaeMinnie, la comida ya casi está lista, llegas justo a tiempo!-


-Eeeh~ sí, ¡ya voy, iré a lavarme las manos!-


Dije totalmente apresurado con la cabeza gacha, pasando a la velocidad de la luz por allí, supongo que él ante mi reacción, se habrá quedado algo pasmado, pero no tenía tiempo para detenerme y dejar que el maldito “aroma” de cigarrillo, me delatara… por lo que sin mirarle siquiera a la cara o los pies, continué mi camino…


Una vez que llegué al baño y me encerré en él, me lavé los dientes, unas 2 veces, rápidamente, y luego me dirigí a la habitación a cambiarme la ropa, pues realmente no podía creer cómo es que con 2 pequeñas “bocanadas de humo” mi ropa, quedó traspasada.


Mi quité todo, me puse otro conjunto y poniéndome un poco de perfume, para tapar algún que otro rastro “de mi crimen”, por las dudas. Y luego ya un poco más calmado, salí de la habitación, no sin antes dejar, aquella ropa, “sucia” en el lavadero.


-Y-ya es-estoy a-aquí…-


Dije nervioso sentándome en mi lugar de siempre, él me miró por unos segundos, cosa que hizo que mi corazón se acelerara de sobremanera y luego de ese segundo eterno, me sonrió y asintió. Mi corazón en ese momento se regularizó de inmediato, y también yo lo hice, y sonreí totalmente aliviado.


 


Cuando veo que viene con ambos platos para dejarlos sobre la mesa, y me miró, con claras intensiones de preguntarme algo… cómo anillo al dedo me percaté de otro pequeño detalle… aprovechándome de él, para así poder usarlo como excusa y no darle tiempo a MinHo para hablar.


-Oh~ Hay otro aroma diferente al de la comida, ¿qué es? Huele delicioso…-


Él me miró asombrado, y una vez que dejó la comida sobre la mesa, y se sentó, me dijo algo apenado.


-N-no e-esperaba que t-te di-dieras cuenta, pe-pero d-de todas ma-maneras e-es una so-sorpresa…-


-¿¡Aún quedan más sorpresas hoy!?-


Cuestioné aniñado y eufórico, él asintió aún con aquel sentimiento de pena y dio la señal, para que empezáramos a comer. Yo simplemente ya para que negarles, un poco más calmado, sonreí ampliamente y me dedique a disfrutar este almuerzo sumamente especial, por ser el primero que “comemos sólo nosotros 2” además de que es el primero “hecho especialmente para mí”, y realmente se notaba aquello, pues tenía un buena presentación, debo admitirlo, y se notaba el esfuerzo puesto en él, además de que sabía mucho más delicioso que de costumbre, era realmente un almuerzo especial.


-¡Wooow! ¡Esto está delicioso MinHo! ¡Muchas gracias, en verdad que está sabrosísimo!-


Dije ahora sin poder esconder la emoción, la euforia, que me provocaban aquellos pensamientos anteriores. Él nuevamente me sonrió algo tímido, pero con esa hermosa sonrisa me contestó;


-Gracias a Dios, en verdad me alegra mucho que te guste Minnie. Pues a decir verdad, debo serte sincero, y decirte que de hecho me preocupaba demasiado tu opinión, al respecto.-


Dijo poniéndose levemente sonrojado, yo sonreí ampliamente, y cruzando mi mano por encima de la mesa hasta llegar a la suya, haciendo que me mirara le digo sonriente a más no poder.


-Pues ahora, ya no tienes de que preocuparte, en verdad, está delicioso, y a pesar de que quiera volver nuevamente al manzanar lo más pronto posible, disfrutaré de tu comida al máximo y degustaré cada gramo de ésta…-


Él volvió a asentir pero esta vez con fervor, y al retirar mi mano de la suya, continuamos comiendo en un silencio agradable, ambos con una sonrisa dibujada en el rostro.


 


Minutos habían pasado, y ya no quedaba más comida en ninguno de los platos, y él me ofreció nuevamente si quería repetir, pero agradeciéndole de corazón, le tuve que declinar la oferta, pues, la verdad es que ya me había llenado, y pues, cómo nunca, decidí ayudarle a juntar la mesa, ya que él estaba algo ocupado preparando las cosas para el “famoso picnic”… Por lo que por esa razón no dijo nada, pues hubiera jurado, que habría insistido de sobremanera en que yo hoy no debía hacer nada…


Y pues cuando ya todo estuvo listo, muchos minutos después, quizás 20 o30 minutos, decidimos salir, y él llevaba la pequeña canasta con lo necesario en ella, o eso creo, pues no me dejó para nada interferir con ello, cosa que me extraño un poco, pero bueno, ya que.


Fuimos nuevamente a buscar a AnJi para más comodidad, y mi sonrisa no podía borrarse del rostro.


-¿Cómo haremos ahora, si tienes esa canasta en tus manos, cómo se supone que subirás a ella, y como se supone que subiré yo?-


Pregunté una vez que me di cuenta de aquello, pues tuvo que dejar la canasta en el suelo para sacar a AnJi de su “habitación” cómo me gustaba llamarle a mí.


-No te preocupes, no es tan difícil… ya nos arreglaremos.-


Dijo calmado recogiendo con una mano la canasta del suelo, y con la otra las riendas del animal. Simplemente me limite a mirarle y luego seguirle.


Una vez fuera, vuelve a dejar la canasta en el suelo y me dice. -Ven, esta vez subirás tu primero, te ayudaré de aquí abajo.- Yo le miré y aún sin decir palabra alguna, simplemente asintiendo me acerqué al animal, y él me hizo una especie de escaloncito con sus manos. –Ven, apóyate aquí, y yo te impulsaré hacia arriba.- Algo nervioso, tragando saliva asentí, y con miedo pisé sus manos, cosa que me parecía algo totalmente innecesario, pero bueno, supongo que él sabía lo que hacía, y así, fue que terminé subiendo. Él me entregó la canasta, luego de sacudirse las manos y me volvió a hablar. –Ten, ponla detrás de ti, pues no vaya a ser cosa que la patee, cuando intente subirme…- Yo la sujeté y tal como me indicó la coloqué detrás de mí, sujetándola cómo podía, y él de un gran salto, sujetándose del cabello de “AnJi” subió, no sé cómo es que lo hizo, pero lo logró, y ya algo más acomodados, comenzamos nuevamente a emprender camino hacia mi “pequeño paraíso”…


 


Una vez que llegamos, mientras hablábamos de cosas triviales, y de lo asombroso que lo estaba pasando hasta el momento, nos bajamos del animal, y bueno, pues cómo hace unas pocas horas atrás, le ató nuevamente en el mismo lugar, y nos dirigimos al mismo árbol en que estuvimos anteriormente.


Allí dejamos la canasta a un lado, y nos recostamos en el árbol, y nuevamente aprovechando que él se encontraba demasiado “cariñoso” conmigo, me apoyé entre lo que era su hombro y pecho, y él por suerte, gracias a Dios, cruzó uno de sus brazos por alrededor de mi hombro, y me atrajo más a él. Ese simple gesto, ya era demasiado hermoso y perfecto para creérmelo, pero simplemente, opté no pensar en nada, y simplemente sonreír, sonreír a todo y en todo momento. Pues la situación así lo ameritaba, además de que en verdad lo estaba disfrutando…


Nos quedamos así por un largo tiempo, hasta que rompí el maravilloso silencio, que ya comenzaba a adormecerme.


-¿Sabes?...- Hablé para dar pie, al inicio de una nueva conversación, si bien, seguro ya lo había dicho, quería decirlo nuevamente, en estos momentos. Él simplemente emitió un sonido dándome a entender que me escuchaba, y proseguí. –Sé que ya lo dije, pero en verdad que este día, este cumpleaños, se está convirtiendo en el mejor de mi vida, nunca me hubiese imaginado, que eso pudiese pasar por causa de estar en “medio del campo aislado del mundo” y en compañía de una sola persona, pero una persona muy importante para mí, que vale mucho más que todas aquellas que se hacen pasar por amigos, pero que cuando los necesitas, desaparecen… no necesito de esa personas falsas, ya no más…- Finalicé a lo último inclinando mi cabeza un poco hacia tras, para poder ver el rostro de MinHo, el cual parecía algo sorprendido.


-Hmm, ya veo, pues entonces, me siento muy feliz de ser capaz de cumplir con mi promesa, y por esas “personas falsas”, como tú le llamas, no tienes que preocuparte, aún no entiendo del todo tu real situación, allá en la ciudad, pero no necesitas de esas personas que sólo están allí, cuando todo está bien, o por interés. Y sé que no soy el indicado para decirte esto, debido, a que me he criado, relativamente “aislado” de la sociedad, y hasta se me podría etiquetar de “anti-social”, pero aún así, sé que esas personas, no valen la pena Minnie, deberías alejarte de ellos, e ir en busca de “nuevas y verdaderas” amistades…-


Me decía, con aquel tono tan cálido, tan sereno, mientras su mano se movía suavemente proporcionándome una reconfortante caricia en mi brazo. Sonreí levemente.


-Lo sé, ¿pero sabes? Yo, ya no quiero, ni nuevas, ni verdaderas amistades… ya que a pesar de todo, he tenido la suerte de conocerte, y ¿sabes? Prefiero tenerte a ti, cómo único, pero verdadero amigo, a tener muchos y falsos…-


Su rostro se entristeció un poco, ante aquel comentario, ¿quizás le causé lástima? No, no lo creo, de todas maneras, lo aclararé.


-No, no pongas esa cara, sé que resulta algo triste decir aquello, pero créeme, estaré bien, estoy acostumbrado a estar solo, y de hecho, ellos nunca estuvieron realmente conmigo, sólo los veía, cuando les decía, que había una fiesta o algo por el estilo, la verdad es que ahora que lo pienso, estaba con ellos, por estar, pero realmente nunca llegué a sentir afecto “verdadero” por ellos, cómo lo he llegado a sentir contigo, días después de conocerte… MinHo, te lo dije… te has convertido en alguien muy importante para mí…-


-Sí, eso dices ahora, pero sé que luego… te irás, y me olvidarás…-


Contestó algo melancólico, yo sonreí de la misma manera,  estirando mi cuello un poco, por mero impulso, besé sus labios, como siempre, de manera fugaz.


-No, mi a- digo… MinHo, no es así, ¿cómo piensas que me olvidaré de ti, así como si nada? ¿Cómo, después de todo lo que has hecho por mí, y hemos vivido juntos?...- ¡Cielos! Casi se me escapa aquella expresión que tanto anhelo decirle “mi amor”. Otro de mis anhelados deseos, fantasías.


-No lo sé, pues no conozco nada de tu vida allá en la ciudad, por lo que no sé si cuando vuelvas, comenzarás a ocuparte de tus cosas, volver al colegio, que ya bastante has perdido, y pues, quizás ya no tengas lugar en tu cabeza, para, “pensar” en mí.-


Desvió su rostro, al aparecer se había sonrojado un poco, y pues yo, yo me ilusioné demasiado, con aquellas 3 últimas palabras, “pensar en mí”, ¿de verdad te preocupaba el hecho de que no piense en ti? ¿Acaso quieres que piense en ti, en todo momento? ¿Sientes algo más fuerte que amistad, cariño o empatía por mí? ¿Te gusto? ¿Me quieres? ¿Me amas? MinHo… mi amor, mi cielo, mi alma, mi mundo, mi todo.


Volví a sonreír nuevamente, no pudiendo evitar la emoción, logrando que mis ojos se cristalizaran, y hasta que una lágrima rebelde se escapara.


-No te preocupes por ello MinHo, yo no voy al colegio, lo he dejado cuando tenía 15 años, así que no tienes por qué preocuparte, pensar en ti, será mi principal y mayor hazaña en aquel lugar, que ahora veo prácticamente muerto, aburrido y contaminado…-


-TaeMinnie… y-yo, n-no quiero que llores, mi intención no era hacerte llorar, l-lo siento, y siento también el hecho de que hallas dejado el colegio, deberías, haberlo terminado, eso te da muchísimas oportunidades a futuro…-


-Lo sé, sólo que yo… no tengo futuro, y por mis lágrimas, no te preocupes no son de tristeza… pero que te parece, si damos inicio al picnic, y nos olvidamos de todo este ambiente melancólico, ¿eh? Dijiste que era mi cumpleaños, y que te encargarías de “hacerme feliz” sólo por hoy.- Aunque me gustaría que fuera para siempre, no sólo por hoy.


Limpié mis lágrimas acomodándome mejor, esforzándome en sonreír, y volver a tener aquel ánimo y alegría que tenía muchos minutos atrás, antes de que empezáramos a hablar de todo esto, que sólo me hacía recordar, lo estúpido y ciego que fui, al no haberme esforzado en disfrutar de todo esto mucho antes, dado que ahora, la cuenta regresiva, desgraciadamente… había comenzado.


-Sí, de acuerdo, lo siento, es verdad, te dije que te haría sonreír, y sólo te estoy “obligando” a recordar cosas, que tú no quieres.-


Me contestó, también asumiendo una actitud más positiva, enérgica, mientras acercaba la canasta y preparaba todo. No dije más nada, simplemente sonreí, y dejé que sacara todas las cosas necesarias, mientras le ayudaba en pequeñas cositas, y así, dimos por fin inicio al hermoso picnic.


Me senté frente a él y comenzamos a hablar de diferentes cosas, totalmente triviales, sabiendo que ninguno de los 2 queríamos pensar en el “final” que se aproximaba…


Las horas pasaron sin que me diera cuenta, pues el sol ya comenzaba a sentirse más débil sobre nosotros, habíamos pasado casi prácticamente todo el día allí en el manzanar, bebiendo té entre una y otra charla.


-Esto ha sido asombroso, debo admitir, que estoy considerando salir más seguido de picnic a éste lugar…-


-En verdad me pone contento, el que tu lo estés también, pero aún falta algo, sé que esperé demasiado, pero creo que es el momento indicado.-


-¿Ah sí? ¿Y de que se trata…?- Pregunté curioso y eufórico a la vez, él como siempre, callándose con esa sonrisa amable y cálida, desviando la vista hacia el suelo me contesta.


-Aún, queda algo aquí en la canasta… t-tan sólo e-espera y verás…- Abrí mis ojos un poco exagerado, pues realmente me tenía curioso, y cuando mete la mano dentro de la canasta, juguetón, divertido, me dice… -¡Cierra los ojos!- Yo me sorprendí aún más, pero sin reprocharle nada, con mi sonrisa de lado a lado, los cerré y coloqué mis manos sobre ellos para que él se asegurara de que no iba a hacer trampa, pues, no eran mis intenciones, no ésta vez. Segundos después de que escuché unos sonidos raros, él vuelve a hablarme. –Ahora ya puedes abrirlos…- Así lo hice, y lo que vi frente a mis ojos, me dejó realmente sorprendido.


-¡Wooow!- Dije en aquel tono de absoluta sorpresa, él sonrió ante mi gesto, mi comentario, y sacando una pequeña caja de fósforos, de aquel bolsillo, que ya pensaba que era mágico me dice.


-Feliz cumpleaños una vez más…- Iba diciendo a medida que iba colocando la vela. –Esta, es una torta de manzanas, las cuales te gustan tanto, por lo que espero que de esta manera también te guste.- prosiguió hablando mientras ya la encendía, una vez que ya estaba estable en medio de la pequeña torta. –Es lo único que te puedo regalar, que signifique tanto para ti, cómo para mí.- Finalizó algo sonrojado, haciéndome sonreír nuevamente, MinHo… “Mi amor” eres tan dulce, que a veces tengo miedo de que me provoques diabetes… -Por favor, cierra los ojos, pide un deseo, y luego apágala, sólo espero que realmente se te cumpla.- Volvió a hablar, minutos después, aún con aquel leve sonrojo en sus mejillas. Yo simplemente, no pude hacer más que sonreír y asentir.


-No te preocupes mi a- MinHo, es el mejor regalo que pude haber recibido en toda mi vida, es la combinación perfecta de las cosas que más me gustan…-


Sonreí aún mas y continué aquel comentario en mi mente, “si, qué me gustan, las ‘Red Delicious’ y el que hayas puesto todo tu esfuerzo y atención en éste hermoso y delicioso pastel, te amo, realmente te amo MinHo, y no tardaré en decírtelo, en la cara.”


Cerré mis ojos, unos minutos de silencio reinaron entre nosotros, y aproveché a pedir mi deseo con fervor, “sólo quiero estar a tu lado, deseo poder permanecer a tu lado siempre, Choi MinHo, mi amor”. Apagué la vela, y él sonriendo y aplaudiendo suavemente, comienza a cortarla, pues sí, también había traído un cuchillo, pero por suerte, no en el bolsillo… y me sirvió la primera porción, luego de sacar la pequeña velita.


-Gracias.-


-De nada, disfrútala, espero que te guste.-


Habló aún con timidez. Asentí y luego, ambos comenzamos a comerla… ¡SANTO DIOS! ¡Era una delicia! ¡Estaba realmente deliciosa!


-¡Esto es una delicia!- Exclamé de repente, él no pudo evitar enarcar una sonrisa tan amplia, que ocupaba todo su rostro… -¡Santo Dios! ¡Es el mismísimo paraíso! ¿¡Por qué me mal acostumbras de ésta manera!? Luego ya no podré probarla nunca más…- Continué en un tono de broma, pero en verdad eso me ponía un poco triste, pero él me respondió algo que me dejó de cierta manera “shockeado”.


-S-si t-te que-quedaras a-aquí con-conmigo te-te la-la haría to-todos los días…- Bajó la mirada algo tímido, además de que habló casi entre dientes… en una tonalidad casi inaudible, pero con la increíble tranquilidad del lugar, le escuché a la perfección, “¿Disculpa?”, fue lo primero que se me escapó al estar recién “volviendo a tierra”, él elevó la mirada y con una sonrisa, mucho más extrovertida y cálida me dice. -¡Qué cuando quieras puedes venir a visitarme, y te haré una!- No, no es eso lo que quiero, quiero que me vuelvas a repetir, aquellas primeras palabras, repítemelo una vez más, y las cosas podrían llegar a cambiar mucho…


-Oh, claro, tienes razón…-


Respondí nuevamente, fingiendo absoluta normalidad, y haciendo de cuenta que aquello primero no lo escuché cuando fue todo lo contrario, y quisiera escucharlo nuevamente…


Él me sonrió y yo… yo ya no podía aguantarlo más… la noche había caído sin que nos demos cuenta, y el tiempo se me agotaba… “mi día especial” comenzaba a cursar sus últimas horas.


-MinHo… debo decirte algo importante.-


Dije serio ahora, dejando la última pequeña porción de mi torta sobre el mantel en que estábamos sentados. Él hizo lo mismo, pero dejando ya el platito vacío, y atento me miró.


-Dime TaeMinnie, ¿de qué se trata?-


Contestó serio, pero se notaban algo de nervios en su pregunta. Yo respiré hondo y suspiré, mirándolo a los ojos, o por lo menos, dónde creía que ellos estaban, ya que la luz de la luna aún no llegaba a dónde nosotros estábamos.


-No es nada malo, así que no te preocupes, o bueno, dependiendo de cómo te lo tomes tú.-


Ahora era yo quien comenzaba a ponerme nervioso, por lo que tragué saliva, desvié mí mirada unos instantes para luego ponerlos nuevamente en su rostro.


-Dímelo de una vez TaeMinnie, estás comenzando a preocuparme…-


-No, tranquilo…- Hablé casi sin voz, siendo el menos indicado para decir aquellas palabras, cuando era yo, quien realmente debía tranquilizarse. –Lo que sucede es que hay algo que quiero decirte desde hace ya un ben tiempo, pero que por una razón u otra no me atrevía a decírtelo…- “una razón u otra” aquello, era una total mentira, no se lo había dicho antes, por mi inseguridad con respecto a tus sentimientos, y más que con aquella “pelea” mi inseguridad, aumentó aún más, pero ahora… ahora al parecer está todo bien, y he vuelto a recuperar mi confianza, sólo espero que resulte cómo yo quiero. Él asintió tragando saliva por lo que alcancé a ver, y al no decir nada, decidí continuar hablado. –Pero bueno, ya qué, pues la verdad, lo que quería decirte es que-que tu-tu me-me gu-gustas y qui-quisiera que fueras mi no-hmns ¡NNM!- De repente me tapó la boca con sus enormes manos, tironeándome hacia su pecho, y al haberme agarrado desprevenido y mal sentado, caí casi encima de él. No entendía nada… ¿¡qué sucedía!?


-Ssh, me pareció escuchar algo…-


Me dijo en un susurro, no soltándome en ningún momento, me quise acomodar y en eso, apoyé mal la mano, y terminé colocándola encima de aquel pastel de manzana, engrudándome todo, pero la posición en que MinHo me tenía, no me permitía moverme, por lo que intentando mirarlo con algo de desesperación, pero en silencio, escuché una voz… algo familiar.

Notas finales:

*w* ¡Por fin se han arreglado! ¡Vaya que les resultó difícil! u.u Pero bueno, menos mal que ya todo está bien, o por lo menos por ahora :P, ¡Me salió tan meloso MinHo! Tan cursi xD jaja, pero bueno, no pude evitarlo, pues… ES MINHO! >w< jeje.


/)O0O( ¿¡De quien será esa voz que escucharon!? ¿Se imaginan? Yo creo que sí, que es muy obvio, o por lo menos si usan la “teoría de descarte” xD jaja. Bueno hasta aquí el cap 7 n.n espero que les haya gustado, ¡salió bien largo! ¡Casi 20 hojas! D: jojoo, cada vez me doy más miedo xD ajaja


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Y hasta aquí jeje, disculpen si hay alguna falta de ortografía como suelo decir siempre se escapa alguna que otra n.n


Bye bye~ ^u^//


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