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Andrógino por Hacchiko

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Notas del capitulo:

¡12,578! ¡Casi 13,000! ¡Vamos tan rápido :D!

 

 

Hola chicos, ¿quién me extrañó? Espero que todos (-8... Bueno, ¡ya traje el nuevo capítulo :D! y les recuerdo unas cuantas notitas:

    • Recuerden que "Andrógino" está a punto de cumplir su primer añito, y para poder subir DOBLE capítulo, debemos superar los 85 comentarios para el 28 de junio. Compartan si quieren y pueden, para poder cumplir la meta :)!
    • Una lectora hará su examen de admisión a la preparatoria el 28 de junio, ¡deseémosle mucho éxito a Sang Park Neul!



Muchísimas gracias por todo: leer, esperar y comentar, ¡espero les guste mucho este capítulo!

 

 

Besos y abrazos psicológicos♥!

att'Hacchi♥♥!

Andrógino

Semana 5; Filmando quinto episodio.

Capítulo 12: Cumpleaños

 

 

 

Durante todo el tiempo que Onew y Key estuvieron eliminando la pintura del cabello de Tae, esta no habló. Se mantuvo callada y distante, meditativa, reflexionando, por lo que, cualquier intento de plática, ella lo evitaba. Al terminar, el líder y la diva salieron del baño, dándole su espacio a Tae para que pudiera bañarse. En cuanto ella estuvo sola, se miró al espejo y se dio el lujo de llorar en silencio, contando sus lágrimas.

 

 

Key y Onew se quedaron pegados a la puerta del baño. No podían alejarse para nada. Se miraron preocupados, preguntándose mentalmente si estarían exagerando, pero ellos sabían que no. Veinte minutos bastaron para que Tae saliera de la habitación con una camiseta azul holgada y unos pantalones blancos para dormir. Mantenía un rostro impasible, frío, y al parecer, seguía sin ánimos de plática. En cuanto Tae giró para cerrar la puerta del baño, los tres escucharon un grito en la cocina y fueron conscientes del escándalo que de ahí provenía, sin esperar, fueron hacia allá, encontrándose a Min Ho y Jong Hyun lanzándose todo lo que estaba a su alcance, harina, huevos, bolas de masa, entre otros. Key al ver su cocina gravemente afectada, sucia en cada uno de sus sagrados rinconces, decidió detener todo con uno de sus fuertes gritos. Al oírle, ambos quedaron de piedra al verse descubiertos, giraron lentamente y vieron al origen del potente aullido, quien dejó unos segundos de silencio, aprovechándolos para meter más oxígeno a sus pulmones.

 

 

-¡Kim Jong Hyun! ¡Choi Min Ho!  -ambos retrocedieron asustados.- ¡¿Qué demonios creen que están haciendo en mi cocina?!

 

 

Llevados por el miedo, comenzaron a excusarse culpando y señalando al otro, mientras, Tae, totalmente fuera del asunto, miraba con detenimiento a dos bandejas llenas de deformes galletas (y de distintos tamaños) frente a ella. Las estudió unos segundos más y sin problema, tomó una y la mordió. Key, harto de que ninguno supiera explicarse, prefirió castigarlos por igual.

 

 

-¡Yah! ¡Cállense los dos! ¡Han arruinado mi bellísima cocina! -gritó exasperado, luego añadió con calma, como si le hablara a dos tontos. Aunque a su forma de ver, así era.- y por eso, ustedes dos.. ¡van a limpiarla! -afirmó, volviendo a gritar lo último.

 

 

-¿Qué? Pero, Bummie, todo fue culpa de Min Ho..

 

 

-¿Mi culpa? -interrumpió el aludido señalándose.- Yo solo vine a hacer unas galletas para aligerar el ambiente, no destruir la cocina de Key.

 

 

-¡Pues nada de esto habría pasado si tú me hubieras dado de tu apestosa masa desde el principio! -exclamó Jong Hyun cruzándose de brazos como un niño de cinco años peleando por su juguete.

 

 

-¡Apestoso tú, enano! -se defendió Min Ho, dejando al mencionado boquiabierto.

 

 

-¡Más respeto a tu Hyung, alien!

 

 

-Eso lo tendrás cuando seas más alto que yo. -se burló Choi, provocando risas en Onew, quien se mantenía lejos de la escena, justo por la ira de Ki Bum.

 

 

-Aish, te voy a...

 

 

Y un "¡ping!" le interrumpió. Ambos voltearon al horno al mismo tiempo, se miraron y gritaron al unísono.

 

 

-¡Mis galletas!

 

 

De nuevo, se pelearon empujándose para sacar su bandeja primero. Min Ho resbaló, y Jong, cantando victoria, tomó la bandeja.. Quemándose porque no se puso guantes, apartó las manos sacudiéndolas y fue al grifo a mojarse, Key, preocupado fue con él a ayudarle. Min Ho en cambio, se levantó y con el mandil que tenía puesto, se protegió las manos y sacó la suya, poniéndola en la mesa central.

 

 

-Estas están ricas.

 

 

Todos voltearon a ver a Tae y a Onew, quienes masticaban una galleta cada uno. La que había hablado era Tae, quien volvió a morder la mitad que le quedaba. Tanto Jong como Min Ho preguntaron interesados.

 

 

-¿Cuáles? -Tae señaló una bandeja. Kim apretó los ojos y dio un grito victorioso, era la suya. Min Ho, en cambio, refunfuñó cruzándose de brazos. No era justo, era su idea.

 

 

-No te preocupes, Min Ho, las tuyas también son muy ricas. -todos giraron hacia el líder, y Tae probó una de la bandeja que ahora sabía, era de Min Ho.

 

 

-Estas son mejores. -soltó sin dejar de masticar, pero sin sonreír. No quería mostrar tanta preferencia a Min Ho, y tampoco podía evitarlo. Aun así, el alto podía notar que Tae estaba más tranquila, no feliz, no triste, solo tranquila. O algo parecido a eso. Sin poderlo evitar, preguntó.

 

 

-¿Cómo te sientes? -Tae mostró una pequeña sonrisa, ¿tan mal se miraba?

 

 

-Mejor, gracias.

 

 

Esperaron un rato, en una larga pausa, y después, fue el turno de Jong para preguntar.

 

 

-¿Por qué te afectó tanto la pintura? -Tae suspiró, levantó su rostro y dirigió la mirada hacia donde ella sabía que se escondían las cámaras.

 

 

-No quiero que camarita se entere. -admitió. Todos giraron a donde Tae había visto, y Jong lanzó una bola de la masa que él hizo y bloqueó la esquina donde supuestamente se hallaban las cámaras. Eso funcionaría por un tiempo.

 

 

-¿Y bien? -insistió Ki Bum. Tae bajó su mirada y tomó una galleta, observándola con cuidado.

 

 

-Yo... -hizo una pausa, meditando cómo continuar, pues, aunque ya se lo había explicado a Min Ho en un momento de gran sentimentalismo, para Tae seguía siendo un secreto y una parte muy delicada de su vida.- Nunca fui como los demás, por eso, todos me molestaban. Como nadie lograba distinguir si yo era niño o niña, se desesperaban y me acosaban. -Se secó las lágrimas en cuanto las sintió salir, y miró al techo para prevenir las demás, sintiendo la garganta cerrada.- Calzón chino, mochila escondida, cuadernos desaparecidos, me metían el pie, tareas destruidas, me empujaban, me golpeaban, me gritaban, me decían cosas, me molestaban.. -inspiró profundo y exhaló el aire cuando se sintió listo para seguir.- Incluso, llegaron a meter mi cabeza en el baño, así que, debería estar acostumbrado. Tenía tiempo sin que me hicieran alguna broma pesada, y eso.. Digamos que "despertó" mis recuerdos.

 

 

Hubo un denso silencio que nadie supo cómo romper, hasta que Tae, después de calmarse un poco, comentó.

 

 

-No quiero lástima, solo quiero que me dejen en paz.

 

 

Y con las dos manos se tapó los ojos comenzando a llorar, su cuerpo temblaba a ratos. Ya no debería afectarle y menos de esa manera. Dejó caer la galleta en la bandeja, estaba muy ocupado queriendo detener las lágrimas como para poder comerla.

 

 

-¿No le decías a tus padres? -preguntó Onew.

 

 

-No había na.. Nada que pudieran hacer. -dijo entrecortado, sus hipos, junto con sus leves convulsiones no le dejaban continuar.

 

 

-¿Y tus amigos? -cuestionó inocente Jong Hyun. Tae, en cambio, se apartó las manos de su cara enrojecida.

 

 

-¿E-en verdad debo... responder eso?

 

 

Otro gran silencio, que aunque sabían su significado, no sabían cómo romperlo. Onew levantó sus brazos en dirección a Tae, ofreciéndole en forma muda un abrazo lleno de consuelo y apoyo. Los otros tres, al verle, le imitaron pero Tae, sin hablar, negó con la cabeza, mirando a un lado contrario a ellos. No necesitaron preguntar, pues en unos segundos, Tae contestó.

 

 

-Lo que necesito, es respirar. Ya nada de eso debe dolerme, sanará...

 

 

-Pero solo eres un niño. -defendió Onew, interrumpiendo y sorprendiendo a Tae.- Nadie debería pasar por eso.

 

 

-Lo superaré. Hasta ahora, lo estaba haciendo bien.. –y sonrió, calmando un poco a sus mayores.

 

 

-Tae, te juro que si encuentro al culpable.. –comenzó Jong Hyun, sintiendo el enojo fluyendo por su cuerpo, pero Tae levantó su mirada y le interrumpió.

 

 

-No, Jong, no. –dijo con calma.- No quiero que le hagan nada, eso sería darle demasiada importancia.

 

 

-Pero un buen golpe se merece o al menos, un bote de pintura roja en su ropa. –insistió Jong Hyun.

 

 

-No, para eso existe la conciencia y el karma. –inspiró profundo, ya más tranquila.- Sería contradictorio hacer daño a otros, cuando yo no quiero que me hagan eso a mí.

 

 

Los cuatro frente a él mostraron comprensión en sus rostros. Lee Tae podría ser muy pequeña, pero era bastante madura para su edad. Fue cuando recordaron que la niña solo tenía 14 años. Una vez más, conocieron el lado frágil de Tae, el verdadero y sensible, lo que les recalcaba que debían cuidarla en todos sus sentidos, no solo físico, sino también emocional y mental. El secreto recién relatado, el “baño rojo”, el llanto de horror de Tae, todo se juntó y aplastó los corazoncitos de pollo en cada uno de sus mayores, quienes, conmovidos, rodearon la mesa, fueron hacia la criaturita frente a ellos, la tomaron desprevenida y entre los cuatro la abrazaron, aunque ella se negaba y forcejeaba, ellos no le soltaron, hasta que ella, simplemente, se dejó hacer, su corazón se infló y sin controlarse más, sin poder ponerse su máscara helada de “nada me importa”, volvió a llorar. Las experiencias, los recuerdos, el saber que ahora tenía amigos de verdad que se preocupaban por ella.. sin saber qué excusa poner a su nuevo llanto, se desahogó todas las lágrimas acumuladas.

 

 

 

 

 

El día había llegado. Mientras Tae distraía a Jong Hyun en el centro comercial, Min Ho, Onew y Key adornaban el apartamento, pegando globos y letreros de feliz cumpleaños. El pastel, hecho especialmente por Ki Bum, era de chocolate y pequeño, pero suficiente para ellos cinco, y aguardaba con ansias en el refrigerador. Min Ho y Jin Ki se molestaban con los globos, frotándoselos en el cabello del otro para generar estática y despeinarlo, mientras Ki Bum trataba de pegar un globo en un rincón del techo, que ni siquiera con la silla alcanzaba. Bufó malhumorado cuando sintió una respiración en su oreja izquierda, un escalofrío corrió por su espalda, y algo incómodo giró hacia el culpable.

 

 

Era Min Ho, tan sencillo como siempre e igual de incómodo que él. Se quedaron mirando, ambos parados en la misma silla, lo cual era peligroso. De pronto, Min Ho le quitó sin esfuerzo alguno el globo y con solo estirar el brazo lo pegó en donde Key quería. Ki Bum giró a verle de nuevo, luego de ver la acción.

 

 

-Pudiste pedírmelo. –comentó Min Ho con simpleza. Ki Bum se cruzó de brazos y puso su cara de diva, viendo al lado contrario.

 

 

-Estabas ocupado con Onew. –Hubo una pausa, y luego preguntó.- ¿Dónde está?

 

 

-Fue al baño. –guardó silencio esperando una respuesta que nunca llegó.- ¿No ocupabas ayuda? –Ki Bum se descruzó y le miró con el ceño fruncido.

 

 

-Te acabo de decir que estabas ocupado.

 

 

-Bien.. bueno, ya sabes que puedes pedirme lo que sea, ¿verdad?

 

 

-Sí, Min Ho, ahora vete de aquí, ¿quieres? –exclamó Ki Bum enojándose y Choi, al notarlo, levantó ambas palmas, bajó de la silla en un salto y se retiró. Key volvió a cruzar sus brazos, sonrojándose, viendo cómo Choi se iba al otro extremo del cuarto para darle su espacio.

 

 

Suspiró. Si bien era cierto que ya habían hecho las paces, todavía no sabían cómo comportarse uno con el otro. Llevaban tantos meses ignorándose que ya no sabían cómo hablarse, cómo verse, cómo dirigirse al otro, nada, y eso mismo convertía la atmósfera en un momento incómodo. Ni siquiera sabían de qué hablar, por lo que no podían estar mucho tiempo en el mismo lugar. Key sabía perfectamente que estaba siendo grosero con Min Ho, y que él solo quería ayudar, sin embargo, no era su culpa, le ponía nervioso, se le acercaba sin avisar, llegaba por atrás y se quedaba mirando lo que Ki Bum hacía con sus enormes ojos de extraterrestre. Honestamente, qué miedo. Exhalando para calmarse, se quiso bajar de la silla, pero sus pies se enredaron entre sí y soltó un gritillo poco masculino al sentir que caía hacia al frente.

 

 

Pero claro, jamás tocó el suelo. El lugar de eso, sintió que su cuerpo se detuvo súbitamente en el aire quedando en posición casi horizontal, boca abajo, sus manos estiradas al frente para no lastimar su rostro, sus ojos apretados fuertemente y sus piernas totalmente extendidas. Abrió los ojos y miró alrededor, fue cuando se dio cuenta de un brazo en su pecho, rodeando justo a la altura de sus axilas con todo y brazos, y otro, en su cintura, a la altura de su ombligo. De pronto, esos mismos brazos lo pusieron en pie sobre el suelo antes de soltarlo, un poco más delante de la silla y por fin alzó su vista, encontrándose con Min Ho. ¿Qué no estaba al otro extremo del cuarto?

 

 

-Te ibas a caer. –comentó como si Ki Bum no se hubiese dado cuenta. Este, bajó los brazos relajando su cuerpo y la expresión en su rostro, ladeó su cabeza y pensó en qué decir.

 

 

-Lo siento. –el alto abrió sus ojos sorprendido, ¿qué acababa de decir?- No debí hablarte así. –admitió con pena, entrelazando sus propias manos, mirando a otro lado.- Sé que solo quieres ser amable, pero me asustas. –ahora fue Min Ho quien ladeó su rostro y Ki Bum no necesitaba verlo para confirmarlo.- Es que, -giró para observar su rostro directamente, necesitaba ser honesto.- Te apareces y desapareces de repente, ¡me asustas! No sé qué es lo que vas a hacer o dónde vas a aparecer, eres como un fantasma y eso me da miedo.

 

 

Min Ho rió al entender a qué se refería. Él mismo se sentía un acosador al llegar sin decirle nada, simplemente porque le daba mucha vergüenza y en realidad, nunca fue bueno con las palabras, todos lo sabían. Todavía no sabía cómo acercarse a él sin sentirse un acosador, aunque jamás haya hecho algo malo o haya tenido intenciones malas con él.

 

 

-Lo siento, no era mi intención.

 

 

-Te entiendo, pero en verdad, me asustas tanto.. y no solo eso: te apareces, pero no haces nada, ¿cómo no quieres que me asuste? –se quejó haciendo sus caras exageradas, provocando risas en el más alto. Al fin habían encontrado algo de qué hablar, era un buen comienzo, o al menos eso esperaban.

 

 

 

 

 

Todo salió tal como lo planearon. Tae se encargó de distraer a Jong Hyun en algunas tiendas de ropa, misceláneas y dulcerías, pidiendo cualquier cosa que se le atravesara para después huir de la tienda en brinquitos, dejando a Jong Hyun disculpándose con el dueño de la tienda. Al fin, cuando llegaron, Jong Hyun entró como si nada, pues la tarde con Tae le había hecho olvidar por completo que ese día se festejaba su cumpleaños.

 

 

Fue cuando, desde los lugares menos esperados (el sillón, la mesa), salieron sus amigos de un brinco, gritando "¡sorpresa!", excepto Key, quien salía de un armario con demasiada lentitud y cuidado, pues en sus manos, estaba un pastel, con "¡felicidades, puppy!" escrito en grande y una velita con forma de un llamativo 18, encendida e insertada en el centro. Jong Hyun tan solo abrió su boca asombrado, no se esperaba nada de eso.

 

 

Todos (excepto Key) corrieron a abrazarle, y formando una barrera alrededor de Jong Hyun y Key, comenzaron a cantar. Jong sentía un nudo en su garganta, y una sonrisa gigantesca en su rostro, estaba muy emocionado. Key, al verlo, rió con un poco de ternura, y al terminar la canción, gritaron al unísono "¡mor-di-da! ¡mor-di-da!". Ki Bum, sonrió, ignorando todo el escándalo, murmuró como si fuera un secreto.

 

 

-Pide un deseo.

 

 

Jong le miró a los ojos, muy contento, mordiéndose los labios, pensando en qué desear. Siempre deseaba lo mejor para todos, siempre deseaba salud y bienestar a todos, pero este año, quería algo para él mismo, aunque no sabía específicamente qué. Miró a su alrededor comenzando desde su izquierda con Onew y Min Ho brincando sin dejar de gritar que diera una mordida, luego, frente a él, Ki Bum, y a su derecha, Tae igual que su Hyung y su otro Dongsaeng. Cerró los ojos, concentrándose, y todos se callaron, esperando el gran momento.

 

 

"Deseo felicidad y salud para todos mis amigos y mi familia, y..." Se interrumpió frunciendo el ceño, pues se le acababa de olvidar, pero luego recordó y suavizó sus expresiones, alzando sus cejas. "Y encontrar pronto a mi persona indicada... Y un perrito, luego iré a adoptar uno, tengo ganas de un perrito..." Afirmó en su mente asintiendo, y luego volvió a fruncir el entrecejo junto con sus ojos al recordar otro deseo muy importante. "Y tambien quiero el nuevo videojuego Nightmare II: The Revenge Of Fallen Warriors, por favor.. Faltan dos meses para que salga en venta y está muy caro, pero en verdad lo quiero.." asintió una vez más, abrió los ojos y sopló la vela, recibiendo fuertes aplausos de sus amigos.

 

 

-¿Y bien? -preguntó Onew, cuando los aplausos comenzaron a menguar. Jong se hizo el desentendido.

 

 

-¿Y bien qué? -debatió con una sonrisa traviesa.

 

 

-¿Cuál fue tu deseo, Hyung? -preguntó el menor de todos, sonriente.

 

 

-No lo diré.

 

 

-Ohhh, ¡vamos! -insistió Onew, mientras Key, hacía una mueca, inclinándose un poco. Min Ho, a su derecha, en cuanto se percató, puso las manos bajo el pastel para ayudarle a sostenerlo.

 

 

-¿Te ayudo? -le habló bajito.

 

 

-Es que está pesadito. -se excusó Key mientras ambos iban a la mesa para ponerlo ahí.

 

 

-Se mira delicioso. -halagó Min Ho con una sonrisa, y Key, orgulloso, se declaró culpable.

 

-Espera a probarlo. -presumió, causando risas en Min Ho, las cuales, al cesar, el lugar quedó en silencio, llamando la atención de esos dos, quienes voltearon, curiosos, sorprendiéndose al encontrar a los tres restantes boquiabiertos. De pronto, Tae estiró su brazo y su dedito acusador hacia ellos.

 

 

Omo! ¡Se están hablando!

 

 

-¡Demonios! ¡No tenemos zona de seguridad para bombas atómicas que causen el fin del mundo! -exclamó Onew, algo alarmado, aunque solo era una broma.

 

 

-¿Qué? ¿Ya no puedo hablar con Min Ho en paz o qué? -los otros hicieron una inhalación doblemente asombrada.

 

 

-Dijo su nombre.. -murmuró Jong Hyun impactado. Min Ho se rió, en verdad estaban exagerando. Key en cambio, rodó sus ojos, fue a la cocina y regresó con un cuchillo en alto, espantando a los tres asombrados.

 

 

-Dejen ya el tema. –dijo en tono amenazador. Los demás alzaron sus manos en señal de “no nos mates”, y Ki Bum, todavía con mirada desconfiada lo encajó en una tabla (que casualmente estaba en la mesa).- Jong Hyun, parte el pastel.

 

 

Ordenó, y el aludido, con una sonrisa fue a sentarse frente a su tan ansiado postre, hizo los honores y le dio un trozo a cada uno de sus amigos. A su derecha se sentó Min Ho, y Onew, frente a él, estaba Tae y a su izquierda, Key. Mientras él repartía, Onew y Tae no dejaban de preguntar cuál fue su deseo, por lo que decidió cambiar de tema con alguna distracción.

 

 

-Jong, antes de que abras los regalos, dinos, ¿qué te gustaría que te recibir hoy?

 

 

-Puees.. -dijo fingiendo buscar en sus pensamientos mientras miraba a Tae comiéndose su pastel, hasta que Min Ho se dio cuenta, y malhumorado, chasqueó sus dedos frente al Kim mayor, asustándolo.- Ahm, no sé. Una novia, un beso y ahm, una rosa, porque simbolizan la transformación de niño a hombre por la que estoy pasando y-

 

 

-¡No seas tonto! -interrumpió Key dándole un buen golpe en la nuca con su palma abierta.- Regalos de verdad. -Jong esperó un rato, y luego miró a Tae fijamente.

 

 

-¿Me encontraste una novia?

 

 

-¿Era en serio? -preguntó sorprendido.

 

 

-Sí. ¿No la conseguiste? -Tae negó con su cabeza, y Jong tomó sus dos manos. Tae no entendía nada, así que solo se quedó quieto, pero los demás sí.- Entonces hagamos un trato..

 

 

-No, no, no..

 

 

Fueron los únicos diálogos de Onew, Min Ho y Key mientras quitaban las manos de Jong y Onew abrazaba a Tae para alejarlo de él (aunque Tae seguía sin entender), provocando que Jong se quedara con una mueca inconforme. Mmmm. Eso tendría que pedirlo en privado.

 

 

-Mejor abre tus regalos. -sugirió Key.

 

 

El mencionado, con la idea, volvió a sonreír moviendo lo que quedó del pastel a un lado para acercar la pila de cuatro cajas con envoltorios fiesteros. El primero que tomó, fue una pequeña de parte de Onew. Al abrirla, descubrió que era un perfume, y emocionado, olió su fragancia. Sí, era masculino. Key, curioso, se acercó y olfateó, aprobando la elección de Onew.

 

 

-Muchas gracias, Hyung, me encanta. –admitió con una enorme sonrisa, sin poder dejar de olfatear el frasco de vidrio hasta que Ki Bum se lo quitó (para poder olerlo él, ya que cada vez le gustaba un poquito más). Y sin perder tiempo, tomó una caja de tamaño mediano, que era de Min Ho. Eran unos tenis nuevos estilo converse pero con un poco de plataforma. No sabía si era para darle un poco de altura o para burlarse. Aun así, le fascinaron y no dudó en medírselos. Justo su talla. Y quiso caminar pero no podía dentro de la casa, así que prometió usarlos después, claro que agradeció mucho a Min Ho, pues no solo era su número, sino también su estilo (además de regalarle un poquito de estatura).

 

 

Key miró con detenimiento los tenis y se puso nervioso. ¿Le gustaría su regalo a Jong Hyun?

 

 

El siguiente regalo fue uno grande y muy pesado. Era de Tae, quien estaba sentado justo frente al cumpleañero, dando brinquitos desde su lugar muy emocionado, ya quería que abriera su regalo. Key tan solo suspiró sonriendo al tiempo que negaba con su cabeza, enternecido por la actitud del más pequeño, sin dejar de oler el perfume recién obsequiado.

 

 

Jong Hyun, en cuanto abrió el regalo, su cara se deshizo en un gran signo de interrogación. Con dificultad, sacó lo que había dentro. Una roca. Todos la miraron, como si esperaran que se pusiera a bailar o algo parecido. Sin entender bien qué estaban viendo, dirigieron sus ojos al niño emocionado frente a ellos.

 

 

-¿Qué es esto, Tae?

 

 

-Una roca. –explicó con una gigantesca sonrisa. Los otros se miraron entre sí, sin entender.

 

 

-Ya veo.. –dijo con duda el cumpleañero, observando la roca.

 

 

-¿Te gusta? –cuestionó casi atropelladamente, esperando su reacción con los ojos bien abiertos. Jong parpadeó un par de veces, pensando qué responder. Tan solo sonrió relajado y asintió.

 

 

-Claro, es fantástica.

 

 

-Genial. –comentó Tae con victoria.- Es que quería regalarte algo que durara para siempre. –Todos soltaron un gran “oh”, comprendiendo. Luego se sobresaltaron con las risillas de Lee.- Es mentira, Hyung. Mira al fondo.

 

 

Y el otro, entrecerrando sus ojos con sospecha, se acercó a la profunda caja, viendo en lo más hondo, una pequeña tarjeta y algo que brillaba. Curioso, estiró su mano y los sacó. Era una tarjeta doblada a la mitad, hecha con una hoja de papel blanca, pluma negra y unos cuantos dibujillos pintados a crayola. Divertido, leyó la portada (con letras chuecas y desorganizadas). En realidad parecía un trabajo de primaria. O preescolar.

 

 

-“Para el Hyung más alto del universo...” –y un dibujillo de una persona, más abajito. Jong Hyun abrió la tarjeta y cerró los ojos riendo. Qué cruel. Finalmente, se atrevió a leer en voz alta lo que había en el lado que estaba atrás de la portada.-“... de los Hobbits”.

 

 

Todos estallaron en risas. Qué malvado enano había resultado Tae.. ¡Y eso qué era más bajo que Jong Hyun! ¡¡Por veinte centímetros!!

 

 

Tras superar el momento de burla, el cuarto volvió a estar en silencio, para escuchar con atención el resto del contenido de la carta. El Kim mayor leyó la segunda hoja.

 

 

-“Espero que te guste mucho mi regalo. Te quiero, Hyung”. –sonrió, y leyó un poco más abajo en las letras pequeñas.- “Es que tu cumpleaños cae en mi semana de niño, así que, por mientras, eres mi Hyung”. –Todos sonrieron ante las ocurrencias del menor. Jong Hyun tan solo rodó sus ojos, divertido, antes de mirar en su mano derecha lo que había tomado de la caja. Era un llavero con forma de piano transparente, con cablecitos de colores negro, rojo y blanco dentro y cinco teclas. Abrió sus ojos sorprendido, qué pequeño era.

 

 

-Tócalo. –dijo Tae, y Jong obedeció sin chistar. Con su dedo índice picó una tecla, sacando un sonidito agudo y mecánico, casi de celular, además de hacer que el pianito entero brillara de rojo. Los cuatro mostraron el asombro en sus rostros, soltando exclamaciones sorprendidas como los cavernícolas al descubrir el fuego. Tae rió con las reacciones. Y Jong volvió a tocar otra tecla, recibiendo el mismo efecto, solo que con un sonido un poco más grave. Entretenido, siguió picando otras teclas, haciendo melodías improvisadas.

 

 

-¡Es hermoso! ¡Gracias, Tae! –admitió antes de seguir picando.

 

 

-Préstamelo.. –rogó Jin Ki con un puchero.

 

 

-No, es mi cumpleaños.

 

 

-Egoísta, préstalo. –insistió el mayor como un niño de cinco años.

 

 

-¡No, es mío! –debatió sin mirarlo si quiera, hasta que se acordó de que faltaba un regalo. Pequeño, y con un envoltorio de estrellitas. Era de Ki Bum. Así que, sin más berrinches, le prestó su juguete a Jin Ki, quien festejó en un grito de victoria antes de jugar. Jong Hyun, con una sonrisa, abrió su último presente.

 

 

Batalló un poco, pues tenía demasiada cinta adhesiva. Al abrirlo, quitó todo el papel de china, era demasiado, y al fijarse en el contenido, soltó la caja como si quemara, sus ojos quedaron como platos, con su boca abriéndose poco a poco. Ante el repentino silencio, Jin Ki quitó su atención del juguetito musical y se fijó en el cumpleañero, quien seguía estático.

 

 

-No lo hiciste... –dijo con lentitud, pero nadie contestó nada. Antes de que pudieran fijarse en lo que había dentro, Jong Hyun con emoción acelerada, lo sacó y lo alzó como si se tratara de Simba presentado al pueblo del Rey León.- ¡¡NIGHTMARE II: THE REVENGE OF FALLEN WARRIORS!! –gritó con pésimo acento inglés antes de dejarlo en la mesa y levantarse gritando a correr alrededor de la mesa, producto de su vasito de emoción desbordándose, y cuando ya sintió que era suficiente, se arrodilló frente a Ki Bum (quien miraba dudoso la escena).- ¡Te amo, te amo, te amo! ¡Cásate conmigo!

 

 

-¿Qué? –soltó haciendo una mueca sorprendida pero al mismo tiempo descolocada, frunciendo su ceño y el lado derecho de su nariz, justo antes de que Jong Hyun abrazara efusivamente su cabeza.

 

 

-¡Gracias, gracias! ¡Mil gracias! –gritó emocionado, y luego, separó a Key de sí con ambas manos y besó cada parte de su cara, sus mejillas, su frente, su barbilla, su nariz, sus ojos, incluso su cabello, hasta que cruzó la línea, besando sus labios, haciendo que Ki bum abriera sus ojos impactado, aunque Jong no le dio importancia, es más, ni cuenta se dio, pues al separar sus labios, lo abrazó de nuevo, gritando que lo amaba y que era el mejor amigo del mundo, después, volvió a la mesa para sacar, no solo su videojuego empaquetado en plástico profesional, sino también una camiseta, una gorra, unos lentes, unos guantes y una tarjeta de promociones, todo con el logo del videojuego (excepto los lentes).

 

 

Tae miraba con la boca abierta a esos dos, mientras Min Ho y Onew miraban divertidos a la diva que ni siquiera se podía mover del asombro. Fue cuando una nueva frase llamó su atención.

 

 

-¡Mío al fin! Te amo, pequeño Nightmare II: The Revenge Of Fallen Warriors, no hay nadie como tú.. –murmuraba restregando su mejilla contra la portada del videojuego.

 

 

-¿No acabas de decir que me amabas a mí? –se quejó Key indignado.

 

 

-Sí, pero tú eres mi esposa y Nightmare II: The Revenge Of Fallen Warriors es nuestra amada hija. –explicó Jong Hyun como si eso tuviera lógica.

 

 

-¡Claro que no! ¡Ningún hijo mío se llamará así!

 

 

-¡Claro que sí! –Ki Bum se cruzó de brazos, y Jong rodó los ojos.- De acuerdo. Nuestro primer hijo será una niña, y se llamará Nightmare.

 

 

-¡Te acabo de decir que no! –Jong, incrédulo por la negativa, frunció su mejilla izquierda abriendo los brazos, como si dijera “bien, lanza tus opciones”.

 

 

-Mi primer hijo será un niño y se llamará Kim Ki Bum.

 

 

-¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! ¡Kim Kibumes hay muchos! ¡Mejor un Kim Jong Hyun, como el padre! –se quejó antes de volver a abrazar a su amado videojuego.

 

 

-¡Claro que no!

 

 

-¡Claro que sí! ¡Es mi cumpleaños, esposa mía, y si yo digo que será así es porque así será! –debatió con firmeza y después se tiró del párpado inferior con su índice, al tiempo que sacaba su lengua en signo de burla. Entonces Key se percató de algo, mientras, Min Ho se acercaba para susurrarle algo al oído de Jin Ki.

 

 

-Yo digo que novia si consiguió. -el mayor se tapó la boca para ocultar sus risitas, y Tae, no entendía nada.

 

 

-¡Yo jamás dije que sería tu esposa! –gritó Ki Bum fingiendo enfado, aunque en realidad se sentía abochornado y avergonzado. Jong, en cambio, tan solo arrulló a su nuevo juego y le murmuró.

 

 

-Qué escandalosa madre tienes...

 

 

 

-¡Kim Jong Hyun!

 

 

 

 

 

Más tarde, limpiaron todo. Min Ho y Key se quedaron limpiando la cocina, Onew se encargó de sacar la basura y Tae.. Bueno, alguien tenía que ver la tele, y Tae se ocupaba de eso. Jong, en cambio, estaba en el pasillo, acababa de guardar sus regalos, y estaba pensando en su próxima táctica. Se miró los dedos, estaba un poco nervioso pero lo haría bien.

 

 

Era el día. Tenía que hacerlo ahora que Tae estaba solo, no podía perder más tiempo. Tae sería su novia.

 

 

Inspiró profundo, ya tenía su discurso en mente, incluso se imaginaba las reacciones de Tae. Sin perder más tiempo, dio un paso y una mano lo detuvo. Extrañado, giró y se encontró con Onew, quien lo miraba con algo de.. Por favor.

 

 

-No lo hagas. -dijo sin soltar su mano. Jong entrecerró sus ojos, confundido. ¿Hacer qué? ¿Sabría él lo que estaba a punto de hacer o a qué se refería?

 

 

-¿Qué? -fue todo lo que pudo decir ante su extraña y repentina petición.

 

 

-Sé lo que vas a hacer. No lo diré porque en cuanto lo escuche sería vergonzoso para los dos, pero no lo hagas. -Hizo una pausa esperando alguna respuesta, y al no oír ninguna, siguió.- Piensa en que cada año recordarás que este día pasó algo terrible.

 

 

-¿De qué hablas?

 

 

-Sabes a lo que me refiero. No lo hagas. Espera unos días y vuelve a intentarlo. -y sin decir nada, se soltó y se fue al cuarto, dejando a Kim Jong Hyun descolocado y pensativo.

 

 

"¿Cómo sabe él eso? ¿Por qué no ahora?" Giró a ver a Tae, quien seguía muy entretenido viendo la tv. "¿Podría ser que me diga que no?" Jamás creyó en aquella posibilidad, y apenas ahora estaba ganando peso. Si Onew Hyung decía algo, era por un muy buen motivo, tenía una excelente intuición. Mejor decidió esperar.

 

 

 

 

 

-Jong, quítate de encima.

 

 

Repitió por enésima vez en el día. Y semana. Jong Hyun estaba abrazando (de nuevo) su espalda, incomodándole y aún más porque Key en ese momento estaba lavando los trastes.

 

 

Parecía que odiara sus abrazos, aunque no lo hacía (Oh, Dios, en verdad, no lo hacía), amaba que lo abrazara, incluso, le respondería, pero hasta él entendía que sería demasiado incómodo si mostrara sus sentimientos con esa facilidad. Y no, no quería arriesgarse. Además, estaban esas palabras también...

 

 

-Es que te amo tanto, Bummie.

 

 

No ayudaban en nada. Hacían que el corazón de Ki Bum se alterara dolorosamente, que latiera rápido y lento al mismo tiempo, que creciera tanto hasta apretarse contra sus costillas a punto de explotar, y que suspirara tanto hasta desinflarse. Exhaló. Le ilusionaba, pero aquellas palabras solo le lastimaban porque eran de agradecimiento, no porque así lo sintiera. Aunque, bueno, tampoco era que fuera a sentirlo de verdad, si Jong Hyun era heterosexual y anda tratando de conquistar a Tae, ¿qué oportunidades tiene Ki Bum con eso?

 

 

-Keeey..

 

 

-Maaaande.. -contestó a su koala sin verlo, seguía lavando trastes.

 

 

-¿No me quieres? -el otro suspiró.

 

 

-Sí, Jong Hyun, si te quiero..

 

 

-Entonces, ¿por qué no me abrazas? -insistió apretando un poco más su cintura y recargando su barbilla en el hombro del menor, al tiempo que pegaba su mejilla con la sonrojada de él.

 

 

-Estoy ocupado, ¿que no ves? -respondió tratando de parecer indiferente, aunque sus mejillas lo delataban.

 

 

-Muchísimas gracias por mi Nightmare II: The Rev-

 

 

-... Revenge Of Fallen Warriors, sí, ya lo sé, no hay problema, ya pasaron dos días de eso. -ya hasta el nombrecillo se había aprendido.

 

 

-¿Cómo lo conseguiste? Faltan dos meses para que salga a la venta.

 

 

-Tengo mis amigos y conexiones.. -contestó sin ponerle mucha atención.

 

 

-Pero es que te ador-

 

 

-Basta. -interrumpió dejando el cuchillo con fuerza en el lavadero, y con dificultad, giró, pues Jong se negaba a romper ese abrazo.- Deja de decir que me amas porque no lo haces. Me pones nervioso, y aunque me gusta que me abraces, esto me está asfixiando. -Jong se quedó mirando sus ojos. Qué bonitos se veían de cerca.- Te quiero, pero dudo que me ames tanto como lo dices, así que, guárdate tus palabras para tu futura novia. -se deshizo del abrazo y se fue de ahí, dejándolo confundido. ¿Es que era la semana de confundir a Jong Hyun?

 

 

 

 

 

El teléfono de Jong Hyun no dejaba de sonar, cada persona que se lo encontraba en SM lo felicitaba, incluso, muchos le dieron regalo en cuanto lo hallaron o se lo daban a su mánager. Era la semana feliz de Jong Hyun, porque aun si alguien no podía felicitarle o darle un obsequio, se lo daban el día siguiente o al siguiente, pero no fue hasta tres días después que alguien llegó a su casa que, por más extraño que sonara, el motivo principal no era el Kim.

 

 

Im Yoon Ah, con una bella sonrisa de comercial y ropa a la moda y adorable, entró al apartamento buscando a Min Ho. En cuanto ella apareció en la entrada, Onew y Key detuvieron sus actividades para verla fijamente, aunque claro, con algo de disimulo por parte de Onew. Por Key... Bueno, digamos que quería fulminarla con sus rayos laser visuales. No porque la odiara, sino porque estaba furioso con sus propias sospechas que casualmente, la relacionaban a ella. En cambio, Tae, que estaba muy entretenido pintando un libro creado para eso, no se percató de nada, tan solo se extrañó de ver a esa Noona ahí, ya que solo la conocía por la televisión. Ahí se dio cuenta de que a esa mujer la había visto en la fiesta cuando dio su presentación en piano, más nunca se presentó. ¿Por qué? En ese momento, Min Ho y Jong Hyun aparecieron, saludando a la mujer con abrazo y beso. Yoon Ah tenía una caja pequeña de regalo, al parecer, sí se había acordado del vocalista, no obstante, seguía sin ser su prioridad.

 

 

-¡Hola, Jong Hyun! ¡Muchas felicidades! ¿Cómo te fue en tu cumpleaños? -preguntó animada.

 

 

-Muy bien, gracias, Noona. -contestó tan alegre como siempre, inconsciente de las sospechas que Jin Ki y Ki Bum tenía sobre ella. En ese instante, el rostro de la joven cambió por uno de pena y tristeza, bastante realista y muy usado en novelas, con un aegyo como bonus.

 

 

-Lamento no poder felicitarte ese día, estaba muy ocupada. -Ese día, y el siguiente, y el siguiente, porque de verdad le daba flojera buscar al chico. Mientras Min Ho no estuviera ahí, no valía la pena. Luego sonrió falsa, igual de realista.- ¡Pero te traje un obsequio! -y le extendió la cajita con entusiasmo, la cual, Jong Hyun recibió en una honrada reverencia.

 

 

-Muchas gracias, Noona, no debiste.

 

 

-¡Tonterías! Quiero compensar mi error. -dijo ella mientras el vocalista abría la caja, descubriendo una camisa de marca una talla más chica. Parecía más del estilo de Key. Aun así, agradeció el gesto con otra reverencia.

 

 

-Muchas gracias, Noona.

 

 

-De nada, Dongsaeng. Cuando quieras. -comentó en una bella sonrisa, mientras Key encajaba con fuerza el cuchillo en la tabla de picar. Onew, que también se encontraba ahí, solo que lavando trastes, tragó duro.

 

 

-Min Ho. -habló la señorita volteando hacia el nombrado.- Vamos a ver el nuevo restaurante italiano que abrieron, está a dos cuadras y dicen que está deliciosísimo. -invitó, o más bien, exigió ella, pues eso no sonaba a ninguna sugerencia. El alto, al oír eso, hizo un gesto incómodo.

 

 

-Lo siento, Noona, hoy no puedo. -ella borró su sonrisa, algo sorprendida. ¿Acababa de ser rechazada? Parpadeó un par de veces, dándose tiempo a sí misma para recapacitar. En serio, acababa de decirle no.

 

 

-¿P-por qué? -balbuceó algo confundida, sin saber qué hacer.

 

 

-Porque ahora salimos los cinco al cine, se estrenará una película de acción y todos queremos verla.

 

 

-Entonces voy con ustedes. -solucionó ella sonriente.

 

 

-Ya no hay para esta semana, fue muy esperada esta película, así que los boletos se agotaron. -explicó Onew.

 

 

-Además es la semana de cumpleaños de Jong Hyun, no puedo faltar. -se excusó Min Ho, extrañado de que su Noona insistiera tanto en acompañarlos, normalmente, entendía un “no” desde la primera. Ella, boquiabierta, buscó cómo colarse hasta que se percató de que Min Ho mencionó cinco.

 

 

-Ahm, Min Ho, dijiste cinco, ¿no es cierto? Entonces sobra uno, y ese lo puedo usar yo. -insistió ella, pero Min Ho alzó una ceja.

 

 

-No porque somos Jong, Key, Onew, Tae y yo.

 

 

"...Tae y yo".

 

 

"Tae y yo".

 

 

"Tae y yo"..

 

 

-¿Tae? ¿Quién es Tae? -cuestionó con una sonrisa demasiado forzada, escuchando todavía el eco de ese ridículo nombre en su cabeza.

 

 

El mencionado al oír su nombre, no se ofendió, más bien, sintió algo de empatía, porque él ni siquiera sabía quién era Im Yoon Ah (solo conocía su cara, no su trabajo ni su nombre), así que siendo respetuoso como siempre, se puso en pie y se situó frente a ella. Ki Bum, desde su amada cocina, prestó más atención por si acaso esa mujer se atrevía a hacerle o decirle algo que la pusiera en evidencia.

 

 

-Buenas tardes, Noona, no me he presentado, soy Lee Tae, miembro temporal de SHINee. -y estiró su mano. Ella, sin pensarlo mucho, la tomó pero rápido la soltó. Claro que sabía quién era ese insecto. Ensanchó su sonrisa, como si de verdad le diera gusto conocerle.

 

 

-¡Mucho gusto! Yo soy Im Yoon Ah, de SNSD. Mucho gusto.

 

 

-Disculpe mi torpeza, pero en verdad no recuerdo haberla saludado antes. Es un placer para mí poder conocerla. -comentó con honestidad, siempre era bueno conocer gente nueva.

 

 

-¡Oh, lo siento! Pero las veces que hemos coincidido, te veo siempre tan rodeada de personas que no he podido acercarme. -"Mentira", pensaron todos excepto Tae, pues tal vez en los momentos donde estaba solo, ella no se hallaba cerca o quien sabe, pero algún motivo debía existir según Tae. Aun así, de todo lo que Yoon Ah dijo, hubo algo que debía aclarar, tanto para su propio bien como para el de sus amigos.

 

 

-Rodeado.

 

 

-¿Disculpa? -preguntó ella ante esa palabra. ¿Le estaba imitando? ¿Acaso quería fastidiarle? Los demás pusieron aun más atención para escuchar a Tae, que con cortesía respondió.

 

 

-Lo siento, pero esta semana me toca vestir de "hombre", así que el término correcto para esta semana sería "rodeado". -explicó con una pequeña sonrisa, sin malas intenciones.

 

 

-Ah, ¿de veras? Es que tienes una carita tan bonita que no creo que haya mucha diferencia. -contestó mordaz y sonriente, dejando descolocado a Tae. ¿Era su idea o ese tono no era muy amable? No solo él lo notó, también sus amigos.- Qué lindo cabello tienes, -siguió ella, ahora acariciando un mechón. Demonios, era muy sedoso, y sin ocultar su sonrisa maliciosa, comentó.- Te quedaría muy bien de rojo.

 

 

Y Tae quedó pasmado. ¿Por qué de pronto se refería al rojo en su cabello? ¿Estaba acaso hablando del incidente de la pintura roja o solo era un comentario? ¿Era alguna indirecta? ¿Ella sabría algo del culpable? La mente de Tae empezó a trabajar a 100% en millones de ideas que surgían con solo ese comentario, centrándose tanto en su significado que ya no escuchó el resto de la conversación. Ella tan solo sonrió satisfecha, y luego volvió a mostrarse angelical como al inicio, sonriendo hacia Min Ho.

 

 

-Entonces, vamos, Min Ho.

 

 

-Noona, ya te dije que no. Por favor, entiende que ya tenemos planes y no puedes acompañarnos. –Ella borró su comercial sonrisa, mostrando enfado en su rostro sereno. Tampoco rogaría por él.

 

 

-Está bien. –de nuevo, su falsa sonrisa.- Que se diviertan mucho. –dijo antes de dirigirse a la entrada por sus zapatos, ponérselos y salir de ahí, dejando un silencio incómodo.

 

 

Todos giraron a Tae que seguía maquinando pasmado, sin embargo, no era por el horror de los recuerdos, no, esta vez era por la angustia de no saber a qué se refería ella, a qué venía su comentario, por qué en ese momento, por qué rojo, ¡¿por qué?! Sentía que le explotaría el cerebro, y todos se dieron cuenta de eso. Key fue el primero en intentar sacarlo de su mundo.

 

 

-Tae, Tae.. –pero no reaccionaba, estaba en blanco, mirando a la lejanía. Entonces, volvió a intentarlo.- ¡Taebaby! –y ahora sí que dirigió su mirada hacia el dueño de aquella voz, quien sonrió dulce al ver que lo había logrado.- Todavía queda pastel, ¿quieres?

 

 

La sonrisa volvió a Tae, y dejando de lado el incidente con aquella extraña mujer, fue a la cocina con su mamá falsa como si tuviera cinco años. No había por qué estresarse tanto pensando en eso. Si ella en realidad tuviera algo que ver, algún día, el misterio se desvelaría, si ella en verdad tenía segundas intenciones, también se descubriría, si ella quería hacerle daño, el karma se lo regresaría y con creces. No tenía de qué preocuparse.

 

 

-Hyung, sírvele pastel, por favor. –pidió Key, que a pesar de ser él quien hizo la oferta, estaba muy ocupado picando tomate para hacer la comida y solo recalentar cuando regresaran.

 

 

Aquello, muy bien sabía Ki Bum, no fue una coincidencia. Yoon Ah había sido la culpable, y de eso no había duda. Se sentía tan decepcionado. ¿Por qué haría algo tan vil, tan miserable? Estaba tan sorprendido, pero al mismo tiempo enfurecido. Tratar de hacerle daño a una criatura inocente.. ¿a cambio de qué? Exhaló, tratando de que el enojo no se le subiera, pues tenía un cuchillo en mano y eso sería peligroso. Im Yoon Ah era una de sus amigas más cercanas a SHINee, y por lo tanto, a él. Platicaban mucho e iban de compras seguido, compartían gustos y chismes. Jamás imaginaría algo tan sucio de su parte, creía conocerla tan bien. De acuerdo, no eran taaan íntimos, pero sí cercanos hasta cierto punto, por lo que en ese momento, no cabía en sí de la impresión y decepción. Quería ahorcarla con sus propias manos. Volvió a exhalar. Definitivamente, aquel lazo ya estaba roto. Miró a Tae devorando un gran trozo de pastel sin modales. Ya se sentía con tanta confianza que eso no le importaba ya. Ki Bum sonrió con ternura, era fácil encariñarse de él.

 

 

En cambio, Jong Hyun y Min Ho, en cuanto la artista soltó aquellos comentarios, se extrañaron, y casi como si se leyeran la mente, se miraron. Al igual que Tae y Key, se preguntaban el motivo y si ella estaba relacionada, pero naahh... la conocían muy bien desde sus tiempos de aprendices, era imposible. Im Yoon Ah era un ángel, jamás haría daño ni a una mosca. Y aún si lo hubiera hecho, ¿cuál sería su justificación? ¿Envidia? ¡Por Dios! De seguro el comentario fue por la noche en la que Jong y Tae terminaron empapados de pintura roja y nada más. No había por qué sospechar. Y sin desgastar más sus mentes, asintieron de acuerdo con sus conclusiones y dejaron el tema por cerrado.

 

 

Jin Ki era el más agotado. Dándole la espalda a todos, meditaba. Ella era. ¿Cómo pudo no reconocerla? Aún así, no había mucho qué hacer. ¿Arruinar su imagen? Negó. Aún si lo hiciera, sería bastante lógico quién la descubrió, y claro, se desquitaría de alguna manera. No era que tuviera miedo, sino que, en nada le convenía. No tenía pruebas de que fuera la culpable, solo sus recuerdos y eso de nada serviría. De todas maneras, estaba buscando una razón lógica para lastimar a Tae. Si bien, era cierto, Tae no era una blanca paloma, como todo niño, era travieso e inquieto, pero jamás mataría ni a una mosca. Miró sus manos arrugadas por el agua. Si acusaba a Yoon Ah sin pruebas, se convertiría en un problema legal, y por lo mismo, falta de pruebas, él podría ir a la cárcel. Por ahora, no podría decir nada, sería hacer más grande el dilema, no obstante, no podía quedarse de brazos cruzados. Debía buscar al cómplice.

 

 

 

 

 

Continuará...

Notas finales:

Recuerden, la meta es superar 85 comentarios para el 28 de junio y habrá doble capítulo. Mucha suerte (:

 

 

 

 

 

NOW, nuestro super moment esperadísimo ansiado...

 

 

 

 

 

¡QUESTION TIME!

 

 

 

 

 

¿Les gustó? ¿Valió la pena? ¿Demasiado protagonismo a Jong Hyun? ¿Quieren capítulo doble? ¿En verdad leen las notas finales? ¿Quieren Joonew? ¿Quién quiere introducirme al mundo del Joonew? ¿Van a darle mucho amor a "Andrógino"? eue♥

 

 

 

 

 

Bien, nos leemos pronto.

 

Besos y abrazos psicoológicos♥!

 

att'Hacchi♥!


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