Capítulo 4: "¿Incidente Fortuito?"
Minutos después, de “vagar” por aquel edificio, ya casi vació, llegamos a la enfermería. Y cuando entramos, allí le vimos, ambos dirigiéndonos a su mirada, que era ahora de asombro, pues estaba bajando de la camilla, con el pie, las manos y el codo vendado…
JinKi sin siquiera dudarlo, dejo caer su mochila, y se dirigió corriendo hacia Key.
-¡POR DIOS SANTO KEY! ¿¡Qué demonios te sucedió!?-
Acudió a “socorrerlo”, comenzando a mirarlo por todos los ángulos, no sabiendo bien, que hacer.
-Hyung… no es nada, sólo son pequeños raspones, pero el enfermero exagero un poco creo, con los vendajes…-
Habló con un tono de voz, más bajo de lo normal, yo aún estaba en la puerta, observándolos, “desde lejos” sintiendo, pequeñas punzadas en mi corazón…
-¡No creo que haya exagerado! ¡Por Dios! ¿¡En qué pensabas Key!?-
Y en ese momento en que JinKi dijo aquello él me miró de repente, como pidiéndome autorización para decir algo, pero yo no hice nada, simplemente le correspondí a su mirada. Él la volvió a bajar, en lo que vi como levemente fruncía el ceño.
Lo sabía… me odiaba con todo su ser, con lo más profundo de su alma y corazón. Y la verdad es que-
-No es nada hyung en serio, son solo pequeños raspones, bueno a excepción del tobillo, allí sí me duele, pues me lo torcí en lo que subía la escalera.-
Comento luego algo avergonzado, cortando mis pensamientos, yo le miraba aún desde lejos, con anhelo y preocupación, me gustaría ser yo, quien estuviese en el lugar de JinKi, quien sea el “bendecido” de recibir aquellas palabras de Key con calidez y ternura, y no con odio y desprecio.
Lo admito me lo busqué, pero ahora… ahora querían que las cosas cambiaran… “quizás”…
-Con más razón, ¿Cómo quieres que no me preocupe, si por una vez que decido dejarte solo para que “aclares” tu mente, te sucede todo esto?-
Contestó lleno de preocupación, pero a la vez lleno de “amor…” comencé a morderme el labio, y a apretar mis puños, no podía hacer nada, y celos comenzaban a surgir en mí.
-Ya no soy un niño pequeño hyung…-
Replicó él con reproche. JinKi le miró y le sonrió, tocándole la nariz de una manera “tierna”.
-Pues, no lo parece, mírate nomás, pero bueno, ya qué, ven apóyate en mi, nos iremos a casa.-
-¿Dónde está el enfermero?-
Me animé a hablar, con un poco de ira retenida en mi voz, y en ese momento JinKi eleva la vista, mirándome algo sorprendido, cómo si hubiese olvidado mi presencia por completo. Cosa que realmente no lo dudaba, y por un momento me sentí súper molesto, pero me contuve.
-Es cierto hyung, necesito hablar con él…-
Habló con algo de timidez ahora Key, cosa que me sorprendió, e intentó apartarse de JinKi, pero éste no le dejó. Eso me molestó aún más.
-No te sueltes, perderás el equilibrio, en cuanto al enfermero debe de estar por ahí. JongHyun ¿puedes salir a buscarlo?-
Me pidió amablemente, pero realmente ya todo de él comenzaba a irritarme…
-Sí, ya voy.-
Contesté lacónico, sin poder controlarme, y me di la vuelta con claro fastidio, y alcancé a observar por una brevedad de segundos, que ambos, me miraron algo sorprendidos, ante mi comportamiento. Pero sin decir más, simplemente me retiré en busca del enfermero, aunque realmente caminaba sin rumbo, pero bueno, en algún momento quizás lo encontraría, y por suerte, no tardé mucho, en que lo vi salir de los sanitarios, acomodándose su bata.
-¡Oh, joven me ha sorprendido!- Habló claramente sorprendido, tanto que cuando me vio de frente, se detuvo en seco, y hasta se exaltó, retrocediendo levemente hacia atrás.
-Lo siento, no era mi intención, es sólo que lo estábamos buscando, mi-
-¿Su novio, me busca?-
Preguntó divertido cortándome el diálogo de repente, yo en ese momento, no pude hacer más que sonreír cómplice, ante aquella interrogante, pues, realmente, me había gustado, que por lo menos él, creyera que sí era, lo que tanto deseaba que fuera…
-Sí, y por favor, apresurémonos, le he dejado con un amigo en común, pero no me da buena espina.-
-¿Celos?-
-Sí…-
-Ya veo, pues vamos entonces.-
En el breve camino que hicimos, no sé porqué me mostré tan “abierto” a él, como si fuese mi tutor, a quien le pudiera contar todos mis problemas, incluso los “amorosos”. No lo sé, su forma de hablarme, de tratarme, me había inspirado confianza. Por lo que levemente, continuamos una pequeña charla.
Hasta que llegamos nuevamente a la sala de enfermería, y ambos no detuvimos en seco, allí de inmediato, una vez que nuestras miradas se posaron dentro de la sala. Abrí mis ojos a más no poder.
Podía ver claramente a Key, sentado nuevamente en la camilla, con JinKi entre sus piernas, y manos sobre el rostro de Key, mientras que giraba su cabeza a un lado, y al contrario Key. ¡JODANME Y DÍGANME QUE NO SE ESTABAN BESANDO!
Mi corazón se aceleró a mil, y por inercia miré al enfermero con cierto dolor en mis ojos, no pudiéndolo ocultar.
-Hyung~-
Se oyó la voz de Key, como si tuviera la boca ocupada… ¿¡ERA SU LENGUA!?
El enfermero, al mirar la expresión de mis ojos, frunció su ceño, y carraspeó su garganta. Por acto de reflejo Key empujó a JinKi, fuera del “perímetro de sus piernas” y colorado como un tomate se excusó de inmediato.
-¡NO ES LO QUE PIENSAS JONG, EN SERIO!-
En ese momento, un “alud” se desató en mi corazón, ¿no es lo que pienso? ¿Jong?
¿Con qué necesidad tenía él de explicarme algo, si por más que lo deseara, no éramos nada? Aunque con aquellas simples palabras un gran índice de esperanza nació en mí.
JinKi quien ya nos daba la cara, estaba sonriente… divertido, ¿¡Qué demonios era tan gracioso!?
-Ouh, ¿Por qué le mientes Key?-
Habló JinKi ahora siendo él, el “gracioso”, y en ese momento, tuve un gran impulso, por tirar todo allí mismo, y abalanzarme sobre él y golpearlo como nunca, olvidándome por completo que era uno de mis mejores amigos… Pero el ver como Key, le miró con reprobación, me tranquilizó un poco, sólo un poco, pues vi un atisbo de “ira” en su mirada dirigida hacia JinKi…
-¡Hyung! ¡En es serio JongHyun, no es lo que parece! Sólo me estaba revisando las muelas, porque creí que tendría alguna rota o lastimada, o alguna infección, pues me duele la cabeza un poco, y siento un dolor como que me nace de la mejilla y va hacia la cabeza y-
Comenzó a explicar de manera tan apresurada, que parecía que en cualquier momento se desmayaría por la falta de aire.
-¡Es suficiente!-
Proferí en una tonalidad algo elevada, callándolo, no podía evitarlo… aquella escena realmente me había “encendido” de rabia e ira.
-No tienes que explicarme nada, y menos aquí, he traído al enfermero, para que les hagas tus consultas, nosotros esperaremos afuera…- Hablé un poco más calmo, con sobreesfuerzo, en lo que todos se encontraban mirándome ahora. Key asintió como si se tratase de un niño pequeño regañado y miré a JinKi, haciéndole un gesto con mi cabeza, indicándole de que saliéramos. –Vamos…- Le traté algo frío, debo admitirlo, ¡DIOS! Este maldito día, ha sido ¡exageradamente bipolar!
JinKi miró por última vez a Key, en lo que el enfermero se adentraba serio hacia la sala, y JinKi salía, sus miradas se cruzaron, y JinKi hizo una leve reverencia, me hice a un lado, y cerré la puerta detrás de mí. Me quedé allí, en silencio.
-Yah~ ¿Qué demonios te sucede a ti ahora?-
¡Tuvo las agallas de preguntar! ¿¡Qué, qué me pasa!? ¿¡Qué me pasa!? ¡Qué ya no soporto tu extrema preocupación por Key! ¡Supéralo, él ya te dejó! ¡No sirve de nada ser su mejor amigo! ¡Simplemente te torturas a ti mismo, tanto tú cómo él tienen derecho a “enamorarse” de alguien más! ¡Déjalo enamorarse de alguien más, asume que ya pasa de ti!
-¿Qué, que me pasa? ¿¡A ti que te pasa!? Me regañas primero porque, me he ido de “tono” con mis bromas, y ahora, que pretendo arreglar las cosas, eres tú el que hace la misma clase de bromas-
Le grité, pero en un susurro, él me miró y frunció el ceño.
-¡No compares una cosa con la otra! ¡Te he regañado, porque no tienes el mismo nivel de confianza que tengo yo con él! ¿¡Cómo creías que iba a tomar, ese tipo de “comentarios” de una persona que recién conoce!? ¡Es a ti, a quien se la ha ido la mano, tomándote atribuciones que no te correspondían!-
¿¡Y ahora me reprochas, me REFRIEGAS en la cara, la relación tan “cercana y estrecha” que tienen!?
-¡Sí, lo sé, y ya lo admití, y también ya pedí perdón! ¿¡Pero en qué cabeza cabe, que bromees de esa manera, como si fueran pareja, cuando ya terminaron y por culpa de una infidelidad!? ¿¡Acaso no tienes orgullo!?-
En ese momento JinKi me miró, totalmente asombrado, y yo también me asombré, cuando me di cuenta de lo que había dicho, ¡MIERDA! ¡Trágame tierra, por favor! ¡La he cagado!
Fruncí mi ceño, y desvié mi mirada, como si yo fuera el indignado, pues era lo único que me quedaba por fingir… ya no le podía ver a la cara, ¡MALDITA SEA, PORQUE SIMPLEMENTE NO TE TRAGASTE ESTOS MALDITOS CELOS ABSURDOS, Y TE QUEDABAS CALLADO LA PUTA BOCA KIM JONGHYUN!
Vi de reojo, cómo él lentamente se llevaba una mano al pecho, más precisamente al corazón… ¡Lo sabía…!
Con su mano libre me tomó del brazo, y me giró hacia su lado, giré pero no le miré…
-JongHyun…-
Habló ahora casi sin voz, en un hálito. Tragué saliva, y le miré, aún haciendo un sobresfuerzo por mantener el ceño fruncido y mirarlo.
-¿Cómo lo… sabes? ¿Él-él te lo ha dicho?-
¿¡Qué carajos debía responder a eso!? “Mandarlo al frente” no era la solución, tampoco lo era el decir, “no, lo sé, porque fui yo, con quien te fue infiel, con quién te engañó, conmigo, con quien resultó ser… tu mejor amigo…”
-…-
-¡JongHyun contesta!-
La puerta se abrió… ¡Bendita sea la maldita puerta! Y ambos miramos hacia ella.
-Chicos, ya pueden, pasar, menos mal que son dos, pues va a necesitar de ambos…- Habló sereno el enfermero, en lo que se había asomado por la misma, para luego volver a introducirse. Él me miró, y yo como nunca, no le correspondí y me adelanté a la sala. –Bueno, les explico, aquí el joven Kim KiBum, ha sufrido un esguince de tobillo grado 1, por lo que necesitará cómo mínimo una semana de recuperación, ya le he administrado los medicamentos y tratamientos debidos, los que estaban a mi alcance, para contraatacar la inflamación, pero, pues no se dejen estar, y vallan a un hospital.-
-Pero DongHae ssi, ¡No puedo quedarme en casa! ¡Se aproximan las semanas de exámenes, no puedo faltar ni siquiera un solo día! ¡Debo asistir!-
-Sí, lo comprendo joven Kim, pero por lo menos, tómese unas 24 o 48hs. de reposo absoluto para que vea como va evolucionando el daño, y luego pues, ya en el hospital le dirán bien, como se le tratará.-
-No se preocupe DongHae ssi, me encargaré de llevarlo al hospital, muchísimas gracias por atenderlo, ahora con su permiso, nos retiraremos, se nos ha hecho demasiado tarde ya…-
-De acuerdo muchacho, confió en tu palabra, no es algo grave, pero tampoco es algo que se pueda tomar tan a la ligera, así que por favor KiBum ssi, aplique el tratamiento adecuado.-
Hablé primero, luego de que el enfermero terminara de explicarnos, haciendo que JinKi me observara, pero no dijo nada, pues le “ignoré” y continué hablando con el enfermero, en lo que miraba a Key ahora, éste bajó la mirada, y el enfermero asintió, y volvió a hablar.
-Así es, nos encargaremos de que vaya al hospital.-
Habló JinKi ahora. “Invitándose” solo, aunque la verdad sea que el que sobra aquí soy yo, no quería rendirme tan fácil.
-Chicos no es necesario, puedo tomarme un taxi e ir solo, tampoco es que esté en sillas de ruedas y no pueda valerme por mí mismo, es una simple torcedura de tobillo.-
-¡DE NINGUNA MANERA!- Exclamamos los dos a unisono, haciendo que nos mirase una vez más asombrado…
-Bueno chicos, todo muy lindo, es increíble ver como se desviven por “su amigo”, pero en serio, ya deben de irse, el colegio, cerrará en cualquier momento, y ni tanto ustedes como yo deberíamos estar ya aquí…-
-Sí, lo sentimos, tiene usted razón, DongHae ssi, discúlpenos, y una vez más muchísimas gracias, con permiso, nos retiramos.-
Hice una pequeña reverencia, para luego colocarme a un lado de Key, tomando su mochila y la mía, y colocar un brazo por encima de mi hombro.
Tocar su cuerpo, sentirlo, tan “pegado” a mí, realmente era una brisa de aire fresco, en un lugar cerrado. Él me miró algo nervioso, pero no se resistió, ni me insultó. Cosa que tomé como un punto a favor, JinKi me siguió segundos después, y pues, bueno, nos retiramos, con un enfermero, cerrando la sala de enfermería detrás nuestro.
Luego de que salimos finalmente de aquella universidad, en un absoluto silencio, nos encaminamos a la casa de Key.
-Te llevaremos al hospital ahora mismo Key…-
-¡NO! No quiero hyung… y-ya me siento mejor, es en serio, no hace falta.-
Habló a mitad de camino JinKi, sorprendiéndome pues iba sumergido en mis pensamientos.
-Ya oíste, lo que dijo DongHae ssi, no hay que tomárselo tan a la ligera, así que no discutas, es sobre tu salud Key, por favor, no seas tan obstinado.-
-Pero es que hoy no quiero ir, ¡iré mañana lo prometo! Pero no hoy, por favor, sólo quiero llegar a casa y recostarme, estoy agotado…-
Habló cansino, excusándose. Yo sonreí levemente, pues, en verdad que parecía un niño pequeño y caprichoso ahora. Y aún me seguía sin creer que horas atrás, me estaba insultado, y estaba intratable, era una fiera, un felino indomable, y ahora, era todo un “gatito domesticado”. Y con esto refuerzo lo que dije antes, ¡Que día más bipolar!
-Aish~ de acuerdo, de acuerdo, tu ganas. Pero de mañana no te salvas…-
Key asintió de cierta manera, eufórico, con júbilo, y permaneció callado la boca en lo restante del camino, pero con una dulce tierna y leve sonrisa en los labios.
Llegamos a su casa.
-Esta vez, quieras o no sí tendrás que dejarnos entrar a tu casa, no creo que puedas entrar solo, en las condiciones en que estás…-
Hablé por primera vez, en todo el camino, serio, sereno, sin ninguna clase de “malas intenciones”. Él me miró, y nuestras miradas se encontraron, nos quedamos así, por lo que parecieron “eones”, pero seguramente fueron segundos. Pero hubo una conexión, que era imposible de ignorar, el cortó, aquella “conexión” con un rápido asentimiento, mejillas coloradas y mirada apenada. Sonreí levemente para mí.
Y pues finalmente comenzamos a adentrarnos en aquel edificio. Nos indicó que debíamos tomar el ascensor, y solicitar ir al 3er piso. Y a medida que las puertas del ascensor se cerraban para comenzar a ascender, mi corazón se comenzaba a acelerar más, poniéndome más nervioso de lo que estaba, pensando que quizás pudiera sentir mis latidos, culpa de aquella “cercanía” que teníamos, por la forma en que le sujetábamos.
El elevador se detuvo, y pues comenzaba a ponerme ansioso, “sin motivo aparente”, pero pues, creo que si lo había, pero no me animaba a aceptarlo…
-E-es a-aquella pu-puerta de allí, la 305…-
-Lo sé, recuerda, que vengo casi siempre…-
Habló tímido al principio Key, en lo que señalaba su puerta, y luego aquel comentario, en tono divertido de JinKi, nuevamente logró ponerme de los nervios, ¿¡Por qué demonios, pensaba que lo había dicho a propósito, para refregarme una vez más, que es mucho más cercano que yo, refregándome también, que “pasó noches enteras aquí!?
-Lo sé hyung, pero se lo decía a JongHyun ssi…-
¡JA! ¡TOMA ESO PARA TI! ¿¡QUIEN TE HABLÓ!? Sonreí ampliamente al ver la expresión de sorpresa de JinKi, ante aquel tono nuevamente tímido de Key…
-Siempre es bueno saberlo…-
Contesté, con una sonrisa, incapaz de ocultarla… JinKi no dijo nada, y manteniéndose serio, continuó camino a la puerta, y segundos después, cuando llegamos finalmente, él me mira.
-Jo-JongHyun, me-me alcanzas la llave que está en el bolsillo lateral de la mochila.-
Asentí con una dulce curvatura en mis labios.
-Key… Se-se su-supone, que nu-nunca dejas que te revisen la mochila, a menos que-que sea yo…-
Aquello, simplemente me hizo sonreír aún más ampliamente, aunque menos mal que no me veía el rostro, pues me había girado, para buscar el bolsillo, y pues una vez que lo encontré, lo abrí y me encontré, con un bálsamo labial y las llaves, sonreí, al verlo, e intentando ponerme serio, continué fingiendo que no la encontraba, para oír la conversación de Key y JinKi…
-Lo sé hyung, pero pues, es él quien cogió mi mochila…-
-¡Pero-!-
-¡Aquí están! Uff, que estuvieron escurridizas, lo siento, no las encontraba.-
-No te preocupes…-
Le interrumpí a JinKi a propósito, luego de que Key me miró y le extendí el llavero, regalándome una leve sonrisa, cosa, que había hecho mi día completo, ¡una sonrisa dirigida pura y exclusivamente para mí! ¡POR PRIMERA VEZ!
JinKi me miró, y le sonreí también, él me desvió la mirada… y pues segundos después de que luchó contra la cerradura, la puerta cedió, y abriéndose lentamente, “me dio la bienvenida” al hogar de Key, el lugar no era muy grande, pero tampoco muy chico, era acogedor, y me sorprendió el hecho de que había varios detalles en color rosa, pero que extrañamente, se complementaban con todo el lugar en general.
-Bi-bienvenidos a mi casa…-
Habló una vez más algo tímido, ¡Dios! ¡Esta faceta de él, era realmente encantadora! ¿¡Cómo era posible que una persona sea “una leona defendiendo sus crías” y un pequeño “gatito, demandante de cariño” al mismo tiempo!? ¡Me volvía loco!
-Muchas gracias.-
-Gracias.-
Comentó lacónico JinKi, en lo que yo lo hacía con mucho respeto… Key lo miró, JinKi a él, se miraron, no se dijeron nada, pero sabía que aquella mirada, había dicho mucho para el ajeno.
-¿Me-me llevarían a la habitación?, Y ya los dejo de molestar.-
-Claro no hay problema, ¿por dónde queda?-
Contesté, ante la falta de respuesta de JinKi, él señaló con el dedo, en dirección a ella y una vez más, comencé a sentirme ansioso, nervioso, ¡Iba a su habitación, maldita sea! ¡NO! ¡No! ¡Fuera impulso de perversión! Contrólate, que parece que comportándote de manera “exageradamente amable” vas consiguiendo puntos a favor, mucho más rápido de lo que te imaginas Kim JongHyun…
No me mal interpreten por favor, sólo… sólo quiero que “me ame”.
Bien, como les decía, nos dirigimos a la habitación y allí le dejamos con cuidado, casi cayendo ambos, con el peso de Key… pero pues gracias a Dios, no fue así, y una vez nos erguimos, JinKi preguntó, en un tono, sumamente cálido, tierno y amable, que nunca antes le había oído “aplicar”, era como decirlo… “meloso”
-Bummie… ¿quieres que te prepare algo de cenar, antes de irme…?-
Key como era de esperarse manifestó sorpresa, ante aquel comentario, y negó con la cabeza, con sus mejillas algo colorado ahora.
-Estaré bien, no te preocupes, lamento haber causado todos estos problemas.-
-No los son, nosotros encantados, ¿Verdad JinKi?-
Contesté antes de que pudiera hacerlo JinKi. Me miró con la misma expresión, que le miró Key hace segundos atrás, y asintió, con dudas, pues, la verdad no le quedaba de otra, sonreí, y nos dispusimos a irnos…
JinKi fue quien atravesó primero la puerta de la habitación a la cocina-living, y cuando yo la estaba por atravesar, le oigo.
-¡Jong! ¡Espera!-
En ese momento, con esas dos simples palabras, mi corazón, comenzó a exaltarse a más no poder, hasta incluso, llegué a pensar, que saldría de mi pecho “retobando” de felicidad…
-Lo siento me llama.- Dije con malicia, susurrándole a JinKi, quien se dio vuelta al oír la voz de Key, pero le cerré prácticamente la puerta en la cara. Entrar no podía, pues, quedaría en evidencia, por lo que lo mejor, era esperar afuera, y parece que también lo pensó así. -¿Sí? Dime… ¿Qué sucede, Bummie?- Me atreví a llamarle, de manera divertida y aunque creí que me insultaría de arriba hacia abajo, golpeándome luego yo mismo por “cagar” el ambiente, ¡No lo hizo! ¡Increíblemente no lo hizo!
-No te burles de él así…-
-No lo hago, simplemente quise saber, que se sentía llamarte así…-
Habló serio, medio apenado, a lo que yo le contesté de la manera más dulce y amble que pude, dándole a entender, que no era mi intención burlarme, no esta vez, ya no más.
-De acuerdo, de todas maneras, sólo que-quería de-decirte…-
Hizo una pausa, y quitó la mirada de la mía, tragó algo de saliva. Se veía algo incómodo con lo que al parecer quería decir y pues en ese momento me ilusioné.
-¿¡Qué lo sientes!? ¿¡Qué te equivocaste en juzgarme!? Si lo dices por lo que pasó, aquella noche, déjame defenderme, y decirte, que “no me diste tiempo” a que me mostrara como realmente era…-
-Sólo… quería decirte… gra-gracias… p-por lo de hoy, por lo de pi-pie y-y eso…-
Se sonrojó a más no poder, ignorando por completo, todo aquello anteriormente dicho por mí, y yo me le quedé mirando, como si fuese un cachorro, al que le estuvieran hablando, pero no entiende nada.
-Oh, ya veo…-
Sonreí luego, riéndome de mis propias comparaciones, y me senté al borde de su cama, él me observó, aún nervioso, volviendo a ser, aquel “gatito lastimado” nervioso y asustado de mi presencia, pensando seguramente que le haré daño.
Moví uno de sus mechones de cabello azabache, con pequeñas “iluminaciones” rojas oscuras, y lo deslicé suavemente por su frente, despejando un poco sus ojos, y su frente, él me observó asustado, pero yo ignoré ese hecho, y con la sonrisa aún “grabada” en mi rostro, me acerqué a su rostro, de la misma manera lenta, que lo había hecho en la enfermería.
Me quedé a una distancia prudente en que mis ojos pudieran encontrarse con los suyos, y le observé por unos segundos, hasta que él cerró sus ojos, con “violencia”, siendo para mi, un gesto de “entrega” y sonreí ante ello, y continué acercándome debido a que “obtuve el permiso”.
Él se notaba absolutamente tenso, pues hasta su respiración estaba contenida, pero riendo por lo bajito, a milímetros, sumamente peligrosos de sus labios, pasé rápidamente a su frente, y deposité allí un lento y casto beso.
-No hay de qué, no fue nada, hice lo que debía… así que ahora por favor, no “eches” a la basura mi esfuerzo, y ve al hospital, es más… mañana después de clase vendré por ti, tengo un carro, descansa, “Bummie”.-
Hablé de una manera, dulce y cálida, agregándole una pizca de “picor” a lo último, al decirle “Bummie”. Sonreí de lado y él me observaba ahora más que sorprendido, sus mejillas eran ahora, 2 hermosas y asimétricas cerezas. Era hermoso.
-Adiós, y cuídate…-
Volví a repetir una vez más antes de levantarme de la cama e irme hacia afuera, él me seguía con la mirada, y esa boquita entreabierta… ¡POR DIOS! ¿¡Por qué no le besé de manera pasional y desenfrenada!? ¡NO! ¡No JongHyun, no caigas tan pronto en las garras de “Satanás”!
Abrí la puerta dejando atrás a un impactado “Bummie” y más sonriente no pude haber salido de allí, “ni siquiera cuando terminaba de echarme un polvo” sonreía tanto…
Luego de eso, ignorando, la “voz” de JinKi, me dirigí a la salida, estaba como en una nube, realmente me sentía flotar en una, ¡Y con tan poca cosa! ¡Dios, Key, si que era especial, para hacerme sentir todo esto, sin siquiera “hacer nada”!
-¡JONGHYUN, ESCÚCHAME MALDICIÓN!-
Volví a la realidad, cuando me sentí “azotado” contra una pared, habíamos caminado ya como 10 cuadras sin darme cuenta.
-¿Qué quieres ahora?-
Pregunté con sorna… él frunció el ceño y volvió a estamparme contra la pared.
-¿¡QUÉ ME DIGAS, QUE CARAJOS TE DIJO KEY, PARA QUE SALIERAS DESPRENDIENDO BRILLOS Y FLORES, JUNTO A UNA SONRISA ESTÚPIDA EN TU ROSTRO!?-
-Nada, que me odia.-
Dije, sin prestarle mucha atención, estaba en mi propio mundo, en dónde sólo Key y yo existíamos.
-¡JAMÁS PUEDES ESTAR TAN FELIZ PORQUE TE DIJO QUE TE ODIA! ¡MIENTES!-
Continuaba hablando un exasperado JinKi, que jamás tampoco había visto. Vaya… sí que Key es “especial”, para lograr sacar “todas estas facetas” de JinKi. No contesté nada, seguí perdido en mi mundo.
-¿¡QUÉ DEMONIOS PRETENDES KIM JONGHYUN, CON KEY!?-
En ese momento, por fin le miré a los ojos con determinación. Y contesté con algo de brusquedad.
-¿Qué, qué pretendo? ¿Tú que pretendes, haciendo todos esos numeritos frente a él? ¡Comportándote así, “refregándome” en la cara, la “estrecha relación” que tienes, y “lo bien que te llevas” con tu Ex! ¡Es tu Ex maldición, ya supéralo, si te dejo, por algo ha de ser! ¡Yo solo intento arreglar las cosas! ¿¡No es lo que querías!? ¿¡Qué le pidiera perdón!? ¡Eso hice! ¡Y ahora, que posiblemente me lo haya aceptado, me haya disculpado, y se esté comenzando a ser más cercano a mí ¿¡te cabreas!? ¿¡Lo celas, cuando no tienes nada que celar!? ¡Porque, que yo sepa, él ya no es nada tuyo, es sólo tu amigo ahora! ¿¡No es así!? ¿¡Tan enfermizos son tus celos, que te cuesta tanto “compartirlo!? ¡Eres tú, quien quería presentarnos, eras tú el que quería que “nos llevásemos bien! ¿¡Y ahora, te arrepient-!?-
Un puñetazo asestó en mi rostro, y caí al suelo, por lo desprevenido que estaba, lo único que alcancé a ver, fue una mirada llena de rabia, ira, dolor, y lágrimas… una vorágine de emociones.
-¡NO SABES NADA! ¡NO SABES ABSOLUTAMENTE NADA, DE LO QUE DICES! ¡NO SABES NADA DE MÍ, NI DE KEY! ¡NO TIENES NI LA MÁS PUTA IDEA DE LO QUE SIENTO, O ÉL SIENTE, ASÍ QUE CIERRA LA BOCA!-
Habló totalmente iracundo, con la voz quebrada, y los ojos llenos de lágrimas, jamás en la vida le había visto así, ni siquiera en los 15 años que llevamos de amistad, amistad que ahora, pendía de un hilo… irónicamente, “por causa de Key”.
Él luego de decir todo aquello, y jadear unos segundos por la agitación que le había provocado, “explotar” de esa manera, se dio media vuelta y comenzó a caminar. Yo me le quedé mirando de reojo, colocando ambas manos en mi mejilla golpeada, aún en el suelo.
Hasta que cuando se alejó un poco pero no del todo de mi vista, la desvié e intenté ver si me había roto algún diente, o me había lastimado algo, y sí en efecto, el ardor en mi labio, no era por nada, me lo partió, pero “por suerte”, dentro de todo, fue sólo eso, mi dentadura se encontraba bien, aunque un poco adolorida.
Con ayuda del apoyo en la pared, comencé a ponerme de pie una vez más, lentamente. Ya estaba de noche prácticamente, y comenzaba a hacer más frio. Pero aún así, me quedé allí un rato más, esperando a que lo “idiota” que me había dejado JinKi se me pasase, el maldito pegaba fuerte…
Tocando mi labio de vez en cuando y corroborando de si seguía sangrando o no, me di cuenta que de a poco la sangre se iba deteniendo, pero, el maldito gusto a hierro, no se iba, escupí hacia un lado, mirando antes de que no hubiese nadie alrededor, y en efecto, aquello salió rojo entero, pero el gusto, aun seguía allí.
Decidí que ya dejaría de tocarme el labio, y me concentraría en espabilarme un poco más, aprovechando aquella brisa fría, que atravesaba mi garganta como pequeñas dagas de hielo, como si fuese escarcha.
Apoyé mis manos en la pared detrás de mí, y apoyé mi cabeza en la pared también, elevándola un poco hacia el cielo, con mis ojos cerrados, inhalando aquel aire “cortante”. Comenzando a sorber, diminutamente mi nariz, tragué saliva, y ese maldito gusto a hierro no desaparecía.
Sentí una presencia delante de mí, y bajando la mirada lentamente, “le veo”… con la cabeza gacha, extendiéndome un pañuelo, y sus nudillos algo enrojecidos, seguramente era la mano con la que me había golpeado.
Al verlo, en aquella posición, que parecía realmente apenado y arrepentido de lo que había hecho, sonreí de lado, y liberé un poco de mi aliento, que por la temperatura que había descendido velozmente, ahora era visible…
Hablé…