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JongKey/OnKey: "Sex or Love?" por ZaffireHeart

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Notas del capitulo:

Pues bueno, no tengo mucho que decirles, solamente que espero que les guste, ya se vienen los caps finales, estamos en la recta final *w*


Se ha pasado rápido :3 así que sin más;


LET'S GO!! A leer ♥ ^u^v

JongKey: Sex or Love?


Capítulo 9: "Fin del Juego..."


... Abro la puerta, y lo que me encuentro del otro lado, me deja absolutamente mudo y con mis ojos más que desorbitados…


¿Se lo imaginan verdad? Sí, era JinKi.


-Ji-JinKi…-


Atiné simplemente a decir casi sin voz, pues nuevamente al verlo todo aquel maremágnum de sensaciones se revolvieron en mi interior como el oleaje marítimo más feroz, jamás nunca antes registrado.


Mi garganta comenzó a temblar, yo empecé a titubear, abriendo y cerrando mi boca, sin poderlo controlar, y más aún teniendo la mirada curiosa y atenta de JinKi a menos de 15cm.


-¿Qué quieres?-


Soné muchísimo más déspota de lo que me hubiese gustado, y nuevamente aquella expresión de tristeza es su rostro… él abrió su boca, pero otra voz ajena, le interrumpió.


-Key…-


-Ya me tengo que ir, hablamos luego, adiós.-


Atiné a contestarle rápidamente a JinKi, y tomé mi pequeña maleta, la cual hizo que JinKi me observara algo asombrado.


-¿A dónde te lo llevas?-


Estuve a punto de decirle que no le interesaba, pero aquella pregunta no iba dirigida a mi persona, así que me limité a colocarme al lado de JongHyun y mirar a ambos, quienes se intercambiaban miradas. Miradas no muy amables a mí parecer.


-A la casa de mi abuela, pero de todas maneras no es de tu incumbencia.-


Él abrió sus ojos aún más, en clara sorpresa ante las palabras frías y serias de JongHyun.


-¡No puedes llevártelo allí!-


Saltó rápidamente amagando con avanzar hacia mí, tomarme del brazo y llevarme a su lado.


-Si puedo, obsérvame…-


Habló nuevamente JongHyun en lo que me tomaba de la mano, entrelazando nuestros dedos, y comenzando a guiarme hacia la salida.


-¡KEY, Bummie!-


Se oyó algo desesperado, por lo que yo me detuve de inmediato, al igual que mi corazón lo hizo, pero no giré para mirarle.


-Tu y yo, ya no tenemos nada que ver, así que deja de llamarme de esa manera, ya te lo he dicho, ahora no podemos hablar, adiós.-


Volví a proferir en aquel tono frío, que me estaba costando horrores interpretar. Pero finalmente luego de aquellas palabras, fui yo quien inicio la caminata hacia la salida, dejando atrás y mudo a JinKi.


 


Coloqué mi maleta en el maletero, y luego ingresé al coche, para dar inicio a “nuestro primer viaje juntos” Durante unos cuantos minutos, el recorrido fue en absoluto silencio. Hasta que nuevamente osó “interrumpirlo”.


-¿No crees que has cargado mucho, para tratarse de un fin de semana, 2 días, 48 horas?-


Cuestionó de la nada, haciéndome como siempre, sonreír tímidamente, ante aquella pregunta tan banal.


-No lo sé, pues a decir verdad, todo esto me tomó por sorpresa, y la verdad, es que no sabía exactamente que llevar, o que se lleva para un pequeño viaje de fin de semana.-


-Ya me he dado cuenta, de todas maneras, ya no importa. Verás que cuando mi abuela te vea, le vas a caer muy bien…-


Asentí levemente sonriente, aunque no estuviese muy convencido de aquellas palabras, pues la verdad no terminaba de procesarlas, debido a las palabras de JinKi que rondaban mi mente “¡No puedes llevártelo allí!” ¿Por qué se oyó tan desesperado, como si me llevase a una especie de “muerte segura”?. Aquello me había dejado demasiado intrigado. ¿Acaso él conocía algo que yo ignoraba?


-¿Key? ¿Me escuchas?-


-¿Eh? ¿Qué decías?-


-Esto de no escuchar a los demás, es una costumbre tuya ¿cierto?-


-¿Qué?-


-Aish, nada, olvídalo, ya no importa, no era tan importante después de todo.-


Me habló al principio reprochándome mi falta de atención, para luego volver a su tono divertido. Yo simplemente bajé mi mirada, para luego mirar hacia la ventana, ya nos encontrábamos saliendo de la ciudad.


-¿No dirás nada en todo el viaje?-


-Es que… no lo sé, estoy pensando…-


-¿En lo que dijo JinKi?- Me miró unos segundos en los que yo le miré también sorprendido, dándole a entender que estaba en lo correcto, él simplemente suspiró y volvió la vista al camino, con un aire un poco más serio ahora. ­–No tienes de qué preocuparte, todo estará bien, no te dejes “envolver” por sus palabras, él dijo eso porque ha de estar resentido con nosotros por haberlo dejado de lado, al tú “elegirme” a mí y yo a ti por sobre él…-


-No, no creo que sea por eso, él no es alguien que se caracterice por sentir rencor hacia el otro, de todas maneras realmente me sorprendió su comportamiento, no lo entiendo…-


-Uno nunca termina de conocer a las personas gatitos, incluso por más que lleves “una vida” de conocerlo…-


-Sí, supongo que tienes razón…-


-Ya, no hablemos más de él… dime… ¿cómo has vivido estos 2 días luego de que te diera la noticia de que visitaríamos a mi abuela?-


Nuevamente, de su tono serio, cambió a aquel amable y dulce, que realmente te cambiaba el ánimo de manera inmediata.


-Pues… ¿Qué te puedo decir? Ha sido todo muy repentino, y la verdad que me encuentro como si estuviera en medio de la nada, he estado pensando mucho en ello, en cómo será tu abuela, en cómo me tratará, en como entablar una charla amena con ella, y sobre todo, si realmente es adecuado que yo vaya. Digo, no es un viaje de campo, de hecho tu vas allí para cuidar de ella, y yo siento que no seré más que una molestia, que tendrás que sobre esforzarte, para “prestar la suficiente atención a ambos” a ella como tu abuela claro esta y a mí, como “tu invitado”… por eso es que-


-Sssht, no digas más gatito.- Me interrumpió repentinamente, desacelerando su carro. -¿Sabes? Te preocupas mucho, por cosas innecesarias…- Hasta que lo detuvo por completo, en medio de la nada, estando absolutamente oscuro, mi corazón se aceleró repentinamente, nuevamente una vorágine invadió mi interior. Desabrochó su cinturón de seguridad, y avanzó sobre mi cuerpo, tragué saliva en lo que era capaz de observar, aquella mirada “afilada” cargada de “deseo, placer, lujuria”… o eso es lo que me parecía a mí…  -Si yo te invité, es porque así lo quise, no por obligación, así que ya no pienses más en eso…- Volvió a hablar, para luego como era previsible, besarme, le correspondí algo dudoso al principio, pues la verdad, no me apetecía besarle en ese momento, estaba realmente preocupado por lo que me pudiera esperar en aquella casa.


Él al darse cuenta de que no tenía tantos ánimos, como al parecer él los tenía, se separó, me miró a los ojos y sonriendo ahora de cierta manera forzada a mi parecer volvió a hablar.


-Será mejor, que sigamos camino, no queda tan cerca después de todo, ahora que lo recuerdo…-


Le miré algo confuso, pero no dije nada, y él simplemente se dedicó a conducir.


 


Luego de algunos cuantos minutos más en silencio, volvió a hablar de cosas, triviales, a las que le respondí ya más calmado, “arreglando” la relación una vez más, y comenzamos a hablar mucho más seguido. Quizás aquellas dudas al corresponderle en aquel beso, habían sido un motivo de una pequeña pelea, de la cual no me percaté.


Pero de todas maneras, ahora me alegraba de que todo, volviese a estar medianamente como antes.


Llegamos, finalmente como a las 3 de la madrugada, realmente quedaba lejos aquella casa, y pues él me había dicho que quedaba a las afuera de la ciudad, pero cuando dijo eso, no me dijo que se refería a que quedaba en otro pueblito cercano. De todas maneras sí estaba a las afueras del pueblo. Resultó ser unas de las primeras casas que logramos visualizar al entrar a Incheon…


-Bien, hemos llegado… ella llegará mañana por la mañana, pues está en la casa de una amiga de la familia, que nos estaba haciendo un favor, en lo que yo llegaba aquí. Así que tendremos la casa para nosotros solos, por algunas horas…-


Habló sonriente, desabrochando su cinturón una vez más, pero esta vez yo imitándolo, en lo que intentaba calmar el impetuoso latir de mi corazón, “para nosotros solos”. Eso me había puesto demasiado nervioso.


-D-de acuerdo… ¿Qué es lo que tiene exactamente?-


-Neumonía, y principios de Alzheimer…-


-Oh… no quería ser tan grosero.-


-No te preocupes, no pasa nada, venga, vamos a bajarnos y a acomodarnos, para recibirla cálidamente mañana.-


Me sonrió, en lo que acariciaba mi rostro, para luego, salir del carro, yo asentí a pesar de que no me pudiera ver, y le imité segundos después.


Bajé mi maleta, él agarró un bolso que había más en el fondo, un poco más pequeño que mi maleta, y luego de cerrar el maletero y ponerle alarma, caminé detrás de él, hasta que llegamos a la puerta, y mi pecho comenzó a doler, por los nervios, sentía que el aire me faltaba, y que mi pecho no daba a basto para abarcar el frenético latir de mi corazón.


-¿E-en verdad ella sabe que se encontrará “conmigo”?-


Pregunté una vez más, dominado por el miedo, él luego de quitarle el cerrojo a la puerta se giró en una actitud cansina y  de “reproche”. Bajé la mirada, tragué saliva y pateé el suelo suavemente.


-Gatito, ya te dije, que sí sabe, es más, antes de irte a buscar le llamé, hablé con ella, y me dijo que estaba realmente ansiosa por conocerte. Sí, tiene Alzheimer, pero aún nos recuerda a todo y casi la mayoría de las cosas que le decimos. Aún no es problema, así que ya deja de preocuparte gatito, harás que me enoje.-


-¡No! Lo menos que quiero es eso, de acuerdo, he entendido, ya no más dudas…-


-Así me gusta, ven aquí…-


Sonrió satisfecho en lo que yo me sonrojaba levemente y con la mirada nuevamente baja, avancé algunos pasos ante su llamado, subí el primero de los 2 escalones y me quedé allí, él me sujetó de la mandíbula con ambas manos, y me elevó el rostro.


-Te dije, que dejaras de preocuparte por cosas innecesarias, ¿es que acaso no confías en mí?-


-¡No! Sí que lo hago, es solo, que como te dije, todo esto es tan repentino, que reamente no sé cómo actuar al respecto…-


-Como te plazca, naturalmente mi gatito, todo estará bien, en serio, confía en mí. ¿Sí?-


Presionó levemente mi rostro con ambas manos y mientras él me mostraba esa sonrisa brillante, yo sonreí también, o al menos hice el intento, y luego de eso, su sonrisa se ensanchó aún más y me atrajo el rostro hacia el suyo para besarme. Y esta vez sí le correspondí como normalmente lo hacía.


Fue un beso, realmente lindo, con un contacto muy bien dado, eso sí se le podría llamar un beso, y antes de que pudiera darme cuenta, él ya se encontraba, “abriéndose” paso en mi boca “a la fuerza”, pero luego le dejé entrar, y su lengua, comenzó a juguetear con la mía, mientras que sus manos descendían lentamente a mis caderas, y las mías se ubicaban sobre su cuello.


Pues es que realmente ni yo comprendía, esa poderosa atracción, que ambos teníamos con el otro, realmente había una conexión mucho más fuerte de lo que yo pensaba, su cuerpo llamaba al mío, y éste respondía sin pretextos, como si se tratasen de 2 fuerzas magnéticas, incapaces de mantenerse alejados, éramos como algo realmente inherente.


Realmente había mucha física, mucha química, tanto que me daba miedo. Pero decidí no pensar en ello por el momento. Y  me dejé llevar, pues es que sus besos, sus labios, se me hacían realmente adictivos, incapaces de “rechazarlos” o “ponerle un freno”.


Sus manos en mis caderas, presionaron para que me acercara más a él, pero no podía pues el escalón me lo impedía, así que atiné a inclinarme más hacia él, en lo que él a su vez se inclinaba hacia mi cuerpo.


Y nuevamente antes de que me diera cuenta, nuestras mandíbulas ya se encontraban abriéndose y cerrándose en la boca del otro, dando lugar a un apasionado beso, hasta que tanteando como pudo logró abrir la puerta de entrada, y me arrastró dentro de ella.


Aquel aroma a “hogar” nos invadió, y por un momento quise detener todo, pues aquel rayo de lucidez, me dijo que era una total falta de respeto, “hacerlo allí” pero aquel atisbo de lucidez se vio envuelto en la sensación de placer anulándolo por completo.


Sentía que no me importaba nada, lo único que sabía era que quería sentir más de esos labios, más de esas caricias, no queriendo dejar ir nunca más aquella sensación que me invadía por completo.


Cerró la puerta detrás de nosotros como pudo, sin siquiera dejarme un solo segundo, y sus manos ya con más firmeza, habían comenzado a sujetar mis caderas, para luego deslizar una de sus manos en forma ascendente debajo de mis prendas. Mientras que mis manos, o mejor dicho mis uñas comenzaban a clavarse levemente en su espalda, arrugando sus prendas en aquella zona de vez en cuando.


Me quitó las primeras prendas, dejándome con el torso al desnudo, en lo que besaba mi cuello y mi mandíbula ahora, ahogando unos pequeños gemidos en su garganta, a lo que yo ya había comenzado a jadear, y mi miembro había comenzado a inquietarse.


Arrugué sus prendas con movimientos ágiles de mis dedos, y terminé por quitarle el sweater junto a la playera por la espalda, le despeiné un poco, al arrebatarlas, por lo que él me miró y sonrió, contagiándome de manera ya inconsciente el gesto, y nuevamente comenzamos a besarnos, de una manera ya un poco más salvaje, en lo que mis largos y fríos dedos, se enredaban en su cabello. Le tiré un poco hacia atrás provocando que jadeara ahogado y buscando mi mirada de la manera en que le fuera posible volvió a sonreír.


-Tus dedos se sienten maravillosos.-


Dijo algo ya alterado… yo no dije nada y mirándole con mis ojos brillantes de seguro, ataqué su cuello, como si me tratase de un vampiro, mordí, lamí, besé, succioné su cuello a más no poder, junto con su “nuez de Adam” y mandíbula también.


Él por primera vez gimió de una manera encantadora, su tono era dulce, melodioso y rasposo… aquello realmente me sorprendió, después de todo, él también “tenía su lado adorable”.


Aquel sonido, sólo sirvió para que mi miembro se endureciera aún más, llegando a la punta de ella una sensación a una velocidad e intensidad símil a la de un furioso rayo.


-Key~…-


Volvió a gemir, cuando con mi mano tironeé aún más de sus cabellos, y con la otra, rasguñé con ferocidad y lentitud su espalda.


Nuestros cuerpos estaban ya tan pegados, que pude sentir, como increíblemente su miembro se crispó, fue un movimiento involuntario que realmente me sorprendió, por la intensidad de aquella repentina, “contracción”.


-¿Qu-qué t-te su-sucede q-que estás t-tan pa-pasional?-


-No lo sé, simplemente me urges, y me enloqueces…-


Hablé por primera vez, con un tono mucho más maduro y “masculino” que de costumbre, mi tonalidad era algo ronca… sin siquiera dejar de atender su cuello.


-Wow…-


Le oí simplemente arrastrar aquel sonido, de una manera también algo rasposa. Y trasladé mi mano de sus cabellos, serpenteante hasta sus pantalones, irrumpiendo violentamente en su interior, sujetando aquel “trozo de carne” totalmente rocoso que realmente me “urgía”.


Comencé a estimularlo de cierta manera violenta, en lo que él volvió a gemir de aquella manera, que me había hecho sentir, que algo muy en mi interior había despertado, algo que jamás había sentido con otra persona. En verdad nuestra atracción sexual era demasiado intensa, no lograba comprender por qué. Pero ahora, eso poco me importaba.


-Hey, hey, no me quites el puesto, ese es mi trabajo.-


Dijo separándome un poco de su cuerpo, cuando mi otra mano también había descendido hacia aquella zona, pero hacia la trasera, y uno de mis dedos se había “colado” entre sus nalgas.


Le miré,  y por primera vez fui yo, quien le sonrió de lado, y le miró lujurioso, de manera pervertida, con “llamas” prácticamente en mis ojos.


Él se sorprendió ante mi expresión e imitó mi gesto.


-Si me sonríes así, no pidas luego piedad…-


Habló nuevamente con esa voz melodiosa, pero profunda y dominante a la vez. Y en un rápido movimiento, con su mano en mi cadera me giró para que quedara dándole la espalda. Y rápidamente se arrimó a mi cuerpo, dejándome prácticamente un espacio nulo de movimiento, e introdujo su mano dentro de mis pantalones, para acariciar con severidad mi hombría, haciendo que esta ya totalmente erguida también, comenzara a liberar las primeras gotas pre-seminales.


Y por causa de aquellas sensaciones mi miembro comenzó a doler horrores, pues aún tenía el jean totalmente prendido, y en un acto inconsciente atiné a desabrochármelo por mí mismo pero él me lo impidió.


-Sht, no lo hagas, ese es mi trabajo.-


Habló de una manera realmente insinuante, en lo que aprisionaba mi mano detrás de mí, con su mano libre. Intenté hacerle caso omiso a sus palabras y lo intenté con la otra mano, pero él quitó la mano de mi miembro, haciéndome sentir una sensación de absoluta necesidad casi insoportable en mi miembro. Y aprisionó mi mano junto con la otra detrás de mí. Gemí ante un pequeño dolor que sentí en mis “omóplatos”. Pero luego ahogué aquel sonido, al sentir el retintineo de la hebilla y segundos después, el cuero rodear mis manos…


-¿Qu-qué estás haciendo?-


Pregunté realmente sorprendido, él se me acercó al oído y me susurró de una manera totalmente insinuante.


-Hacer esto mucho más interesante, además… has sido, un niño, malo, mu~y malo.-


Habló pausado sobre mi oído y luego lo lamió con una parsimonia tortuosa, mi miembro no aguantó más y punzó aún más.


-¡Ah!-


Gemí nuevamente de esa manera algo afeminada… y me empujó sobre la puerta, ya con mis manos aprisionadas por el cinturón. Volví a gemir, y sus manos comenzaron a acariciarme lenta y tortuosamente por completo, empezaron sus caricias con su palma abierta por sobre mi pantalón por el muslo, e iba rasguñando levemente en lo que aquel tacto se iba deslizando levemente entrecortada, por causa de la intensidad de aquellas caricias, subió por mi muslo, y continuó deslizando su mano por mi cadera, de allí a mi cintura, costillas, etcétera.


Y luego que terminó con aquel recorrido, que me había vuelto loco, su mano se posó sobre mi pectoral izquierdo, y con la otra, comenzó a hacer el mismo recorrido del otro lado, hasta terminar en mi otro lado del pecho, y para colmo aquel recorrido, había sido aún mucho más lento que el primero. Mi respiración era totalmente agitada y cuando oí su risita por lo bajo, sentí sus labios en mi cuello.


-¡Ah mierda Jong!-


Gemí, grité, exasperado, en verdad que estaba a punto de enloquecer por completo, aquella sensación de necesidad absoluta en mi miembro ya se me había hecho realmente insoportable, intolerable, “¡Necesitaba tocarme como si no hubiera mañana joder!”.


-¿Qué sucede? ¿Qué sucedió con ese Key, ese gatito todo osado?-


Cuestionó divertido, en lo que apoyó su mentón sobre mi hombro y comenzó a deslizar ambas manos hacia abajo, lenta y tortuosamente con la misma intensidad que lo había hecho por mis laterales…


-¡Se fue a la mierda! ¡Ya tócame de una puta vez JongHyun, dámelo! ¡No lo soporto más! ¡Mierda!-


Grité ahora sí totalmente sacado, en verdad que no podía soportarlo más, mis manos involuntarias se querían mover para auto complacerme, pero al moverse el tirón en mis hombros, me recordaba que estaba atado de manos.


Él volvió a sonreír una vez más, y continuó deslizando sus manos, por mis pezones, pareciendo que relentizaba sus movimientos allí a propósito, por lo que yo era capaz de sentir, como ellos “eran amasados” por las palma de JongHyun, provocándome otro doloroso e insoportable tirón allí abajo, mi prenda interior, ya estaba húmeda por el pre-semen, y mi pantalón estaba por correr la misma suerte.


-Ups… ¿Qué pasó gatito? ¿Por qué me tratas así?-


Continuaba en aquel tono divertido, mientras con sus palmas, se había puesto a acariciar mis pezones, los cuales está demás decir que también estaban demás erectos.


-¡Joder JongHyun! ¡Ensuciaré mi pantalón, apresúrate mierda! ¡Tócame!-


Perdí totalmente mi compostura, y por primera vez mi orgullo no fue impedimento para que me denigrara de tal manera, para que “implorara” para que me tocasen… el maldito me lo iba a pagar. Pero no ahora, pues mi cuerpo ya sudado, estaba sumergido en un estado de placer absoluto, continuando en un fuego también absoluto, para luego sentir como una de las manos de Jong, toma mi mandíbula y la gira para dar con sus labios.


Esos labios que me hacían olvidar de todo, aquellos que me anulaban el sistema nervioso y “encendían” mi sistema circulatorio. Mi cuerpo ardía en una sola llamarada intolerable, mi cuerpo entero sudaba, y los cabellos de mi nuca, ya comenzaban a humedecerse con mi sudor.


De repente, él soltó mi mandíbula y me tomó firmemente por las caderas, girándome volviendo a atacar mi mandíbula y cuello, en lo que ahora aflojaba un poco aquel cinturón que me tenía preso, y al sentir aquella “fuerza” mermar, un delicioso escalosfrío de alivio me recorrió. Gemí, él me miró a los ojos, y los suyos, eran una feroz y trémula llamarada.


Sin decir absolutamente nada, comenzó a arrastrarme hacia él, llevándome por toda la casa, desabrochando finalmente el botón de mi pantalón, sintiendo, otra deliciosa correntada que me hizo estremecer, ante la sensación de “alivio” aunque solo era momentánea.


Aflojó por completo finalmente aquel cinturón, y mis muñecas, comenzaron a palpitar allí dónde estaba el cinturón, de seguro ya estaba comenzando a lastimarme, pero no alcancé a asimilar aquello, pues, antes de que quisiera acordar, él me toma de una de las manos.


-No sé si puedas caminar, pero haz un esfuerzo…-


Habló apresurado, agitado sin mirarme, mientras me arrastraba por la casa, y en ese pequeño trayecto, aproveché para reconocer algo, pues recién ahora, le estaba echando el primer vistazo, pero nuevamente me vi interrumpido, cuando siento el abrir brusco de una puerta y cuando giro mi rostro para ver hacia dónde provino el ruido, siento su manos ejercer cierta fuerza, para lograr dominarme en aquel “impulso” que me otorgó haciéndome caer en la cama, reboté allí y mi espalda sudada ahora era capaz de sentir, como aquella textura fría, se pegaba a mi piel en lo que me refrescaba de una manera realmente agradable.


-¡JongHyun!-


Dije su nombre, sin siquiera saber por qué, pero él de inmediato se colocó encima de mí a horcajadas, desprendió con desesperación mi jean finalmente y lo retiró, ¡Ah sí! ¡Maldita sea! ¡Por fin alivio! Pero canté victoria demasiado rápido.


Pues, sólo retiró mi pantalón, para luego reír una vez más, y comenzar a besar mi pecho una vez más, descendiendo rápidamente con esas manos, que ya me tenían totalmente a su merced.


Mi bajo vientre se contrajo abruptamente, cuando su mentón, tocó la “punta rebelde” de mi miembro, el cual salía de mi prenda por sí solo, debido a la erección…


-¡AHNS!- Todo una correntada eléctrica me invadió llevándome a un estado de sinestesia. Me retorcí, bruscamente y él se colocó aún un poco más abajo, trabando mis piernas para que no las moviera y finalmente, ¡FINALMENTE! Quitó los malditos bóxers, aquella vena que atravesaba mi miembro estaba realmente hinchada, y endurecida, al igual que todo mi falo. Pues necesitaba aún un pequeño empujoncito para liberarme por completo, pero aquello nunca sucedía hasta ahora. -¡AAAH SANTA CIELOS!- Gemí desgarrándome la garganta, cuando sentí su lengua recorrer aquella vena, estremeciéndome por completo, haciendo contraer nuevamente a mi bajo veinte violentamente…


En cualquier momento mi liberación sería concretada, pues ahora comenzó a estimular impío mi miembro, provocándome cierta irritación ante la fricción, pero eso ahora no importaba, ¡sólo quería correrme de una puta vez, joder!


-Ya te he castigado suficiente creo, por el momento.-


Habló con aquella voz ahora profunda, que había terminado por anular por completo mis sentidos, ya no sé como más describir, lo que este maldito hombre me provocaba con una simple mirada, unas simples palabras, unos simples besos o hasta incluso con unas simples caricias.


Estaba totalmente entregado a él, hasta que el alivio finalmente se hizo presente y en ese momento luego de que mi orgasmo terminara al igual que mis abruptos espasmos, me sentí desfallecer… y él estaba relamiéndose parte de su mano, pues algo de mi “esencia” había caído allí, o más bien dicho gran parte, pues al haberme hecho aguantar tanto, liberé mucho más que de costumbre… él se relamió la mano, con un gesto absoluta y extremadamente sensual, y mi corazón ya prácticamente atravesó mi pecho.


-Bien, ahora quiero ver más de ese “Tigresito”, realmente me fascinó…-


Dijo con su voz ronca, quitándose de encima de mí, y ayudándome a colocarme sobre él, pues yo me sentía realmente con el cuerpo absolutamente anestesiado…


Nos miramos a los ojos, e intercambiamos “Llamaradas lujuriosas” y ya un poquito más recuperado le digo. -¿Sabes que te estás metiendo a la boca del lobo, con esto que estás pidiendo? ¿No sabías que cuando de “venganza” se trata, soy uno de los mejores…?- Mi voz sonaba aún más ronca que la de él, por ende, levemente más masculina que la de él, cosa que se que es imposible de creer pero así era…


Él me sonrió de lado, -Más bien diría en la boca del Gatito- Me interrumpió y su mirada desafiante me transmitía un claro “Adelante, inténtalo”. Sonreí satisfecho y comencé yo a atacar ahora… ignorando aquel comentario, que intentaba provocarme.


Comencé con leves “roces” por su cuello, y oído, mientras que me mecía lentamente por sobre su Jean aun prendido también, sintiendo su erección, aún erecta de cuando “me transforme”. Sonreí satisfecho, aunque de cierta manera, también me dio envidia, al parecer, podía aguantar más que yo, pero, eso acabaría en unos instantes, lo excitaré tanto, que habrá deseado no haberme pedido que lo haga.


Una sonrisa ladina invadió mi rostro una vez más, y continué “provocándoles” cosquillas con mis labios y nariz, al rozar su cuello suavemente, su piel se erizó y mis movimientos también suaves sobre su miembro continuaban vigentes.


Me separé de su cuello y mirándolo unos segundos, comencé a acercarme lentamente a sus labios, en lo que me desplazaba un poco hacia atrás para tener mejor acceso a su cinturón y lo comencé a desprender.


Sus manos acariciaban mis laterales con suavidad, pero a medida que me iba a acercando a sus labios sus manos habían comenzado a ascender rápidamente para llegar a mi nuca, y de seguro “empujarme” para efectuar aquel contacto, pero antes de que pudiera, me alejé de él sonriendo de lado totalmente malévolo, él me sonrió como diciendo “esa fue buena”.


Terminé de desabrochar su cinturón, y también lo quité como él lo había hecho con el mío, y en ese momento, mi mirada se dirigió al mío que también estaba tirado sobre la cama. Volví a sonreír una vez más y tomé ambos cinturones.


 Él me miraba expectante, a lo que procedí a colocar uno en cada mano, y como pude, lo até al espaldar de la cama, la cual agradecía que fuera de aquellas antiguas, que tenían el espaldar de hierro forjado, por lo que atiné a trabar ambos cinturones entre las uniones del diseño y la pared, quedando así bien sujeto.


-Wow, esto estará interesante…-


Dijo mirándose ambas manos con aquellos “brazaletes” bicolores de cuero, y dentro de mi mente escapó un “No sabes lo que estás diciendo”…


-Muuuy interesante…-


Le ronroneé, con ironía y nuevamente comencé a repartir suaves besos sobre su pecho. Mientras que una de mis manos, masajeaba, sujetaba y pellizcaba, aquel bulto ya sobresaliente por encima del pantalón.


El comenzó a jadear una vez más, y mis labios comenzaban a jugar con su paciencia al comenzar a besar y lamer alrededor de sus pezones, pero aún así sin tocarlos… estimulando una parte con mi boca, y el otro lado con mi mano desocupada… sus “quejidos” seguían escapando de vez en cuando, al parecer intentaba retenerlos, y eso fue demasiado “Positivo” para mí, pues quiere decir, que estoy haciendo bien mi trabajo, y que no quiere demostrar que se desespera con más facilidad que yo.


De su pecho ascendí nuevamente en un recorrido de besos, hacia su axila, besando y lamiendo la parte interna de su brazo, en conjunto que le acariciaba, pues ya había dejado de estimular su miembro, el cual ahora sí era una roca.


Me separé de su brazo, intercambiamos miradas una vez más, y sus ojos parecían dos enormes luceros, sonreí y comencé a acercarme a sus labios, él comenzó a erguir su cuello para cortar la distancia aún más rápido, pero nuevamente me desvié rápidamente hacia su otro brazo… el gruñó, y yo sonreí de lado a lado.


Esto se estaba tornado más divertido de lo que pensaba, y ya podía sentir, esos intentos de querer liberarse las manos y aquello me dio una idea…


Volví a erguirme, y me le quedé mirando por unos segundos sonriente.


-¿Qué sucede Jongie? ¿Quieres tocarme? ¿Acariciarme?- Hablé con absoluta burla, y mi voz más erótica posible mientras comenzaba a acariciarme de manera sensual. -¿Así?- Comencé a recorrer mi cuerpo, en lo que “fingía” sentir un placer absoluto con ello. –Aah~ ¿así, como lo estoy haciendo yo…?- Gemí rezumando placer puro, en lo que apoyé una de mis manos cerca de su pelvis, arqueándome, colocándome un dedo en mi boca y deslizándolo suavemente hacia abajo hasta llegar a mi miembro, el cual comenzaba a endurecerse una vez más ante sus expresiones y la situación. –Aah~ sí, qué rico se sentiría tener “esto” dentro de mí, ¿no es así?- Volví a gemir, en lo que comenzaba a mecer mis caderas sensualmente sobre su pantalón, él cerró sus ojos abruptamente, y gimió de puro placer, sin poder contenerlo, en lo que con más desesperación intentaba soltarse pero no podía.


-¡Aaaha~ Mierda Key!-


Exclamó con pura frustración… yo sonreí malévolamente y continué meciéndome sobre su miembro endurecido…


-¿Qué debería hacer? Algo aquí ya está más que endurecido…-


Pregunté nuevamente con sorna, en lo que habiéndome deslizado nuevamente levemente hacia atrás, comencé a “remarcar” su miembro, con mi mano, como si se tratara de una “tarjeta de crédito”.


-¡Oh~ santo cielo, esto ya no es tan divertido Key, por Dios…!-


Exclamó de repente, a lo que yo más satisfecho no podía estar, mi personalidad había dado un giro radical frente a esta situación…


-¿Oh~ en serio? ¿No te dije que te arrepentirías de esto?- Él me miró y sonrió de lado, exteriorizando un suspiro burlesco también, aquello me desconcertó, pero no reaccioné al respecto, y continué con mi “tortura” besando finalmente sus labios, sintiendo como si no lo hubiera hecho por siglos. Él correspondió de la misma manera, y yo ya no pude aguantarlo más, nuestro beso se volvió salvaje, y mis manos comenzaron a desesperar por querer deshacerme de aquel pantalón.


Hasta que finalmente se lo quité, y él rió por lo bajito, y a pesar de que aquello me molestó me conformé con saber que aún así, él seguía atado de manos, sin poder “hacer” lo que realmente quisiera hacer…


Y una vez más, comencé a remarcar su miembro ahora sobre su bóxer, el cual también ya comenzaba a humedecerse por aquel líquido pre-seminal. Y acomodándolo un poco, aquella hombría comenzó a escapar de aquel bóxer, y sonreí, me deslicé rápidamente hacia aquel lugar y comencé a besar la parte interna de sus muslos, mientras acariciaba el resto de sus piernas.


-Aah~ Key~ me-me ha-haces cosquillas…-


Decía Jong un poco más “a gusto” en lo que su cuerpo se contraía en pequeños espasmos. Yo sonreí levemente ante aquel comentario y continué con mi labor… besando y lamiendo aquella zona y a su alrededor, pero sin pasar por la parte “más importante”. Él volvía a liberar pequeños gruñidos, moviendo su cadera inconscientemente buscando el contacto, de mi boca…


Pero yo le esquivaba perfectamente, y así seguimos durante unos cuantos minutos más, habiendo logrado al final de tener a un JongHyun totalmente desesperado, con un dolor realmente inaguantable, tal y como lo había sufrido yo, minutos atrás.


Por lo que, finalmente decidí dejar de torturarlo, y retiré finalmente aquella prenda definitivamente, y él gimió una vez más de alivio, aquellas muñecas forcejearon pero aún les era imposible liberarse, aunque estaban levemente más flojas, hasta que sin decir una sola palabra, me acomodé sobre aquella “roca” frente a la vista atenta y sorprendida de Jong, sonreí de lado, y me auto penetré con lentitud, torturándolo un poquito más, sus caderas se movieron instintivamente para acortar un poco el tiempo de aquella tortura, y levemente funcionó. Me quedé allí unos segundos, y luego comencé a mecerme, hasta que fui cogiendo velocidad.


Y nuevamente aquel coro de gemidos, dio inicio. Parecía una competencia de quien gemía más fuerte, pero realmente estaba demasiado reñido. Oleadas de placer comenzaban a recorrerme, y supongo que a él también, y a medida que me iba meciendo aún más sobre él, aquella cama también comenzó a mecerse y al dar golpecito tras golpecito, resultó que pudo liberarse finalmente las manos de aquellos cinturones de cuero, se los sacó con desesperación mientras yo no paraba de moverme, sonriendo de lado, haciéndole imposible concentrarse para quitárselos, pero lo logró, y alcancé a ver una beta gruesa colorada alrededor de sus muñecas en verdad le habían comenzado a apretar.


Cuando hubo estado completamente libre, se sujetó a mis caderas como si sus manos tuviesen ventosas, y comenzó a arremeter contra mí, impío. Absolutamente sin decir ni una sola palabra.


Sus embestidas eran tan agresivas, que creía que en cualquier momento me atravesaría por completo, pero a su vez, a pesar del dolor, éste se complementaba totalmente con aquel placer que arremetía contra mí, de manera salvaje también, recorriendo mi cuerpo como si se tratara de un potente rayo.


Yo, ya no gemía, simplemente gritaba, de dolor, de placer, su nombre, palabras absolutamente sin sentido, mi mente se bloqueó totalmente, no me importaba absolutamente nada ni nadie, solamente disfrutar al máximo de aquellos “relámpagos” que atravesaban mi cuerpo. Hasta que aquella sensación comenzó a centrarse en mi virilidad, al sentir una de las manos de Jong, sujetarla con firmeza, y estimularla de la misma manera en que me embestía.


Hasta que finalmente encorvándome, y gritando su nombre nuevamente “inundo” mi estómago de mi propia esencia. Él se detuvo progresivamente con aquellas embestidas, y continuó bombeando levemente mi miembro, provocándome una intensa red extra de corriente eléctrica invadirme.


Luego de que mi orgasmo se disipara, yo comencé a jadear sin cesar, de manera realmente agitada, que comenzaba a sentir el aire frío entrar por mi garganta, clavándose en ella como pequeñas estillas de hielo. Pero le ignoré, y continué “luchando” por estabilizar mi sistema circulatorio y respiratorio.


Él luego de que quedé prácticamente inerte, encima de él aún “unido” gira y con cuidado me deposita en el colchón, mi mirada estaba aún nublada, por las sensaciones recientes, y mis labios aún se abrían y cerraban de una manera un poco más delicada, estando ya un poco, a penas, estabilizado. Él sonrió, y comenzó nuevamente a embestirme, reavivando ciertas sensaciones y correntadas en mi interior.


Pero yo, simplemente ya casi no tenía más fuerzas ni siquiera voz para moverme ni gemir. Así que él aún sonriente, liberando uno que otro gemidito, segundos después, sentí todo aquello de él, en mi interior, siendo capaz de observar su expresión en el momento justo al llegar al orgasmo, era realmente asombrosa, sus labios gruesos y rojos, sus músculos, tensándose de inmediato, remarcando aún más aquella figura “tallada a mano de Dios griego” que poseía, era realmente una imagen, digna de plasmarla en un cuadro. Era algo realmente maravilloso, y más aún, sentir todo de él…


Algo en mí cambió… al ver aquella expresión, y aquello era la necesidad de decirle “te amo”. Me sorprendí a mí mismo al darme cuenta de mis sentimientos, pero en ese momento me lo callé, pues realmente hasta ahora, jamás se lo había escuchado decir a él, ni tampoco recuerdo, el que me haya pedido ser “su pareja oficial”, pues “actuábamos” como tal, nos “amábamos” como tal, pero nunca, esas palabras fueron dichas en voz alta, aclarando la situación en la que nos encontrábamos. ¿Era realmente esto, amor de su parte?


-Key… gatito, ¡gatito!...-


Comencé a escuchar su voz a lo lejos con eco, hasta que se volvió más nítida, sacándome finalmente de mis pensamientos… le miré con una expresión indescifrable hasta para mí mismo, ¿era decepción, miedo, tristeza, o todo junto?.


Él me sonrió mientras me acariciaba una de mis mejillas con una ternura indiscutible.


-¿Me das lugar? ¿Qué te sucede? Te vez algo ido… ¿o realmente esta sesión doble de sexo comió absolutamente todas tus energías vitales?-


Preguntó juguetón, divertido, tierno. Yo simplemente sonreí débilmente, por instinto, y no contesté nada, haciendo mi mayor esfuerzo, para apartarme hacia un lado y darle espacio a él.


Luego de que lograse acomodarse, me dio un beso en la frente como nunca, lleno de ternura, y me abrazó, acomodándose mejor, yo simplemente me dejé hacer, pues mi cuerpo estaba realmente inerte, totalmente anestesiado, sintiendo una leve parestesia, en mi trasero, o mejor dicho “dentro de él”.


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Cuando mi estado de consciencia se dignó a aparecer, me encontré con un JongHyun susurrándome, zamarreándome, algo apresurado.


-¡Key… Key despierta! Toma una ducha rápida y vístete. ¡La señora que cuida a mi abuela me ha dicho que dentro de media hora, la trae hacia aquí!-


Ante aquellas palabras algo complicadas de entenderlas por mi estado de somnolencia, me levanté y me dirigí al baño apresurado, rengueando levemente, por aquel dolor punzante en mi trasero que me recordó que debía de decirle a Jong que apacigüe un poco su “pasión desenfrenada” a la hora del sexo…


Me sonrojé yo mismo, ante aquellos pensamientos que atravesaron mi mente tan repentinamente. Pero ignorando la situación, levemente, pues era imposible ignorar el hecho de que a penas a horas de haberlo hecho, ya estaba pensando en la próxima vez…


 


Abrí el grifo, para que el agua caliente comenzara a salir, y a una velocidad lo más rápida posible, teniendo en cuenta la desventaja de aquel dolor en mi trasero que me limitaba bastante mis movimientos, comencé a ducharme.


Cómo pude salí de la ducha y me dirigí a la habitación de donde había salido y apresurado, coloqué la maleta encima de la cama y la abrí para elegir que ropa ponerme, y me había dado cuenta que no había traído ropa casual, sino toda aquella ropa apretada y medianamente provocativa que solía utilizar… definitivamente no era ropa para estar en “el campo” pero qué más podía hacer, en el apuro, no pensé realmente en la situación ni en el lugar, al que venía a pasar el fin de semana.


Por lo que como dije, con algo de pena, me vestí, intentando hacer de uno de mis “conjuntos” más provocativos, algo más… hmm ¿Cómo decirlo? ¿Más light?...


Como esperaba no resultó del todo como quería, pero por lo menos, ya era algo un poco más “casual”…


Cuando tiré la toalla al suelo, para colocarme uno de mis bóxers, que gracias a Dios si los había empacado, siento sonar el timbre, y de inmediato la voz llena de alegría de JongHyun… ¡Mierda, mierda, ya llegó, apresúrate Key!


Sobre esforzándome un poco, por culpa de aquel dolor en el trasero, logré vestirme un poco más rápido de lo normal, y finalmente pude salir, con el cabello levemente húmedo, al no tener el tiempo suficiente para “prepararme” como era debido, esto realmente era un record, pues, media hora era lo que tardaba como mínimo en la ducha. Y Media hora más en vestirme, también como mínimo. Así que prácticamente, esto si era un record digno de ponerlo en el libro de Records Guiness.


 


-¿Dónde está el jovencito, que me prometiste traer contigo?-


Se escuchó la voz dulce y “rasposa” de aquella “abuelita”.


-¡Oh, él debe de estar por terminar de cambiarse!-


Oí hablar a Jong con un tono dulce, pero diferente al que utilizaba conmigo. Eso no me molestaba, simplemente me sorprendía.


-Oh, bien, y dime mi cachorrito, ¿cómo ha estado el viaje?-


“Mi cachorrito” Eso me hizo sonreír, pues fue dicho de una manera muy dulce, que simplemente me hizo visualizar de inmediato la sonrisa en aquella dulce anciana, y en Jong…


-Bien abuelita, un poco cansador, lo que hacía mucho que no viajaba para estos lados, pues me pareció un poco más largo de lo normal, pero aquí estamos, y aquí estás tú, así que eso ya no importa.-


-Es cierto, mi cachorrito, hace mucho que no vienes a visitar a esta anciana.- Tosió de una manera brusca, que hizo que mi sonrisa se borrara de inmediato y me preocupara, al oír el tono preocupado de Jong.


-¡Abuela! ¿¡Estás bien!?-


-Sí, sí mi cachorrito, no es nada, me pasa seguido.-


En ese momento vi la sonrisa de aquella mujer, era el calco “espeluznantemente” perfecto, de la sonrisa de Jong… sus ojos también era parecidos a los de él, pero estos se veían con un poco menos vida que los de Jong. Y justamente esos ojos se encontraron con los míos, cuando salí de detrás de la pared, para ayudar a Jong por instinto. Estaba en silla de ruedas…


Me quedé algo asombrado ante su visión, realmente era demasiado parecida a JongHyun… muchas de sus facciones y expresiones eran similares a las de JongHyun.


-¿Él es el muchachito del que me hablaste?-


Sonrió nuevamente mirando a JongHyun. ¿¡Sabía de mi visita!? ¿¡Realmente Jong si me había dicho la verdad y le había avisado a su abuela!? ¿¡Realmente aquella mujer tenía principios de Alzheimer!?


Jong se dio vuelta y me vio allí parado, observando todo con asombro, y nervioso sobre todo.


-Sí, él es, abuelita. Él es Kim KiBum, un muy buen amigo, y le he traído para que no te sientas tan sola cuando me voy al pueblo al buscar tus remedios…-


Habló JongHyun mirándome en todo momento a los ojos, con una sonrisa que nuevamente despertaba en mí, aquel cosquilleo interno.


-Ven Bummie, acércate para que mi abuela pueda verte mejor…-


Habló nuevamente, mientras me hacía señas con las manos para que me acercase, pero mis pasos eran lentos, y pausados, pues, estaba en shock… pues hasta ahora, nunca me había llamado de aquella manera, en que “JinKi solía hacerlo” y más aún cuando dijo “un muy buen amigo”, pues aquello podría comprenderlo un poco mejor, de que no quisiera decirle a su abuela que en vez de su amigo, era su pareja, pero es que sólo yo pensaba eso, pues como dije antes, él nunca me pidió que fuera “su pareja”.


Eran demasiadas emociones juntas, demasiadas incertidumbres… demasiadas sensaciones extrañas.


-Parece un muchachito tímido, ven acércate Bonnie…-


Me decía aquella anciana simpática, cambiándome el nombre… cosa que en ese momento ignoré… e intenté acercarme de manera más normal con una sonrisa lo más amplia que mi falta de “lucidez” me permitiese, pues estaba demasiado sumergido en mis pensamientos.


-Ho-hola señora Kim, mucho gusto en conocerla, soy Kim KiBum. Jong…Hyun me ha hablado muchísimo de usted, dándome aún más ganas de conocerla.-


Hablé algo trabado al principio, para luego ir logrando aquel tono amable y fluido volviendo a presentarme, y corrigiéndome de inmediato, al mencionar a “Jong”.


Ella con un leve asentimiento de cabeza correspondió a mi reverencia, en conjunto con esa sonrisa que realmente era la de Jong.


Me acerqué un poco más a ella, y comenzamos a hablar, de cosas triviales, y entre ellas, se repetían uno que otro halago para “su cachorrito”. Aquella manera de llamarle me divertía en verdad.


JongHyun cogió el recetario que la otra mujer le dio y se fue al pueblo a buscarlas, o mejor dicho a comprarlas, dejándome a mí a solas con ella, al principio estaba algo nervioso, pues no sabía de qué hablar o cómo hablarle, pero increíblemente ella sabía cómo mantener el hilo de la conversación haciéndoseme, mucho más fácil y llevadero tratarla.


Jong realmente se mantuvo muy ocupado atendiendo a su abuela, dándole las pastillas a la hora indicada y cocinándole con mi ayuda.


Probando por primera vez las habilidades adquiridas durante estos años de estudio. Rezaba porque fuesen realmente satisfactorias, y al parecer lo fueron, el rostro de “goce” de aquella ancianita al probar mi comida, realmente me llenó el alma, al igual que su sonrisa me iluminó por completo. Sonreí sin poderlo evitar, y festejé abrazando a Jong, quien  me correspondió con una linda sonrisa, pero que luego al darme cuenta de mis actos, le solté de inmediato, prácticamente empujándolo, él simplemente sonrió.


 


Una vez que hicimos dormir a aquella maravillosa ancianita, algo temprano a mí parecer, él… comenzó a “atenderme a mí”, me abrazaba por la cintura, me daba pequeños besos, mientras me susurraba “todas las cosas que me iba a hacer” y las que me “tenía que callar”.


Mis mejillas se sonrojaron a más no poder, y no dije nada, solo desvié mi mirada, pero resultó inútil, pues él sujetó mi rostro con unas de sus manos por la mandíbula, y me besó desaforadamente.


Le quise detener, pues ahora sí que me daba pena, sabiendo que su abuelita, estaba aquí, pero él parecía no oír más nada aparte de sus propios pensamientos.


Y malditamente, minutos después de resistirme inútilmente, finalmente claudiqué ante sus encantos, su voz, sus caricias, sus labios, su mirada… su sonrisa.


Esta vez aquello ocurrió en el sofá de la sala, y cuando todo aquella “tortura” finalizó, y digo tortura, porque más de una vez, mordí mi lengua, cerré mi garganta e hice fuerza sobrehumana para no desesperarme frente al placer, y pedir más a los gritos… como así también sobre esforzándome  por “acallar mis sentimientos”, temiendo lo peor…

Notas finales:

O0O OMG!!! ¡Apareció JinKi otra vez!... ¿A qué habrá ido? D:

Ya están en lo de la abuelita! Y encima ese Jong, no tiene respeto ni por la abuelita, parece que está más "urgido" que cualquier otra cosa xD Pero "esa Keyla" xD no se queda atrás tampoco xD jaja

Finalmente se encontraron "la abuelita" y el "nieto polítco" xD jaja, al parecer aquella ancianita es muy agradable, y está muy contenta con la visita de "Bonnie" xD jaja

Espero que les haya gustado, nos estamos leyendo el próximo Jueves, dentro de 2 días :3 así que bueno, tengan paciencia n.n

Yo me despido n.n y aquí les dejo la página de Facebook, por si a alguien le interesa enterarse de inmediato cuando este fic "bipolar" es actualizado xD jaja

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PD: Hoy también fue un capítulo muy bipolar xD todo, "no, no quiero" al principio y luego, "Sí, sí, más, no te detengas" xD

Bye bye~ ^u^//

♥ ZaffireHeart ♥


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