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¿Por qué será que si no eres tú, no puede ser nadie?... por Yadira xD

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!!

 

Es un placer pasar por aqui y traerles este nuevo y ultimo capitulo.

 

Espero que sea de su agrado ^-^ 

______________________________

 

Ahora les toca a ustedes escoger que historia quieren que siga:

 

*Tom x James

 

*Lucius x Remus (en esta tambien se contara la de Cissa y Thomas)

 

*Barty x Peter (en esta se implicara la de Arabella y Amos)

 

La de Rodolphus y Frank, asi como la de Arthur x Ethan, no sè si hacerlas o solo colocar un flash back en las demas historias de sus amigos. Y si llegara a hacerlas en ese caso serian una precuela de las demas ya que como saben, estos cuatro enpezaron sus relaciones mucho antes de que las serpientes y los leones tuvieran una flechazo con sus respectivos prospectos xD

 

La de Rabastan y Lily sera añadida a la que ustedes escojan como la que sigue de la se Sev y Sirius.

 

Y la de Bill y Regulus sera la ultima ya que el pelirrojo tendra que crecer primero xD

 

 

Torre de astronomía…

-Es una hermosa noche.- Rodolphus se encontraba recargado en el gran ventanal mientras admiraba las estrellas.

Junto a él se encontraba Frank Longbottom, contemplando el mismo cielo estrellado.- totalmente de acuerdo.

-…

-…

-…

-¿Por qué no estamos buscando a Snape y a Sirius?.- era una pregunta que se le había instalado en la cabeza a Frank desde hace una hora, cuando habían llegado a la torre y no se habían movido de allí.

-…

-…

-¿No sabes dónde buscar?

-No es eso.- por fin decía palabra alguna la serpiente.

-¿Entonces?.- Frank dejo de mirar las estrellas y se enfocó en el pelirrojo.

-…

-…

-¿Rodolphus?.- insistió el ojimiel.

-Sé donde están.- la respuesta de Lestrange sorprendió a Frank.

-¿Sabes dónde están?.-

-Sí.

-¡Eso es fantástico!.- Frank estaba muy contento.- anda vamos ¿Qué estamos esperando?

-No podemos ir.- eso dejo confundido al ojimiel.

-¿por qué no?

-Bueno…

 

Flash back.

Sirius se encontraba tan perdido en sus pensamientos que no se dio cuenta que alguien aparte de él se encontraba en la torre de astronomía.

-Sí que la estás pasando mal, Black.- Sirius volvió la cabeza con mucha rapidez y fue cuando vio a Lestrange.

-Lestrange… ¿Qué haces aquí?.- dijo a la defensiva el mayor de los Black.

-Nada. Solo quería ver en la miseria que habías caído.

Sirius soltó un gruñido poco humano.- Si eso es todo lo que vas a decir, te puedes ir por donde viniste o a la mierda. Tú eliges.

-Todo un caballero, Black.

-¿Qué quieres?.- dijo entre dientes Sirius.- No estoy del mejor humor para aguantar alguna de tus estupideces, maldita serpiente rastrera.

Rodolphus observo unos minutos en silencio a Sirius; cosa que hizo enojar aún más al león. -¿Estas así por el noviazgo de Severus con Lucius?.- esa pregunta descoloco a Sirius de una manera que ni las calificaciones que le habían dado en adivinación pudo.- supongo que puedo tomar ese silencio como un sí.

-Lárgate de aquí, Lestrange. O no respondo por mis actos.- Sirius estaba al borde de perder la cordura.

-Sera mejor que le bajes a tu tono, Black.

-Te vuelvo a preguntar ¿Qué quieres?.

-Solo debes contestarme a una simple pregunta y dependiendo de tu respuesta, puede que te ayude con Severus.

Sirius abrió mucho los ojos… ¿La serpiente quería ayudarlo?

-Solo debes contestarme con la verdad… ¿Amas a Severus?

Final de Flash Back

 

-¿Qué hiciste qué?.- Frank no podía creer que su novio había tenido algo que ver con la desaparición de Sirius y Snape.

-Solo le dije a Black un lugar en el que se podría esconder sin ser descubierto.

-¿En dónde están?

-…

-¡Rodolphus!.- el susodicho soltó un suspiro de rendición.

-Están en la sala de menesteres.- Frank abrió la boca en shock.

-Debemos ir a…

-No

-¿Por qué no?.- el ojimiel se estaba empezando a enojar con su novio.

-No debemos interferir. Esos dos se aman y deben arreglar las cosas de una vez por todas.

-¿Y si no lo hacen?.- cuestiono inseguro Frank.

-Si no lo hacen solo nos queda esperar a que no se maten el uno al otro.

 

Sala de menesteres…

Severus se encontraba sentado en una esquina de la habitación acribillando con la mirada a Sirius, el causante de que estuviera encerrado en la sala de menesteres.

Dos días habían transcurrido desde que Severus despertó, encontrándose en un lugar que no conocía y en compañía de su enemigo jurado. Al principio la desorientación lo golpeo, pero poco a poco fue recordando lo que había sucedido; unos intensos ojos grises era lo último que había visto antes de perder la conciencia y supo que el causante de ello era la persona que tenía en frente en ese momento.

El azabache se había puesto histérico, exigiéndole al ojigris que lo dejara salir cosa que obvio no paso. Black se reusaba en dejarlo salir, acción que el azabache no comprendía.

Severus había querido maldecir al moreno, pero con su varita en paradero desconocido no era una buena idea. En ese momento Severus se sintió acorralado, se encontraba desprotegido y vulnerable; en una mezcla de miedo, desesperación e histeria se le había ido encima al ojigris, cosa que no resulto para nada bien. Black lo había derribado con demasiada facilidad en menos de dos segundos.

Existía una zanja demasiado ancha entre la constitución de Severus y Sirius; el azabache era delgado, desgarbado, con nada de musculo y pálido. En cambio, Sirius poseía un cuerpo atlético a causa de practicar Quidditch, no era un hombre muy musculoso pero si tenía un físico fuerte y marcado, alto, de tez bronceada a causa de practicar en el sol  y muy guapo. Todo un sex symbol… Era obvio que en una pelea de cuerpo a cuerpo, Severus tenía las de perder.

Ambos se había instalado cada quien en una esquina mientras se dedicaban a mirarse. Ninguno de los dos había probado bocado alguno, dormían solo pequeñas siestas; Severus por miedo a que Sirius le hiciera algo mientras dormía; y Sirius por miedo a que Severus lo matara mientras dormía.

Dos días era demasiado tiempo a solas con el león, no dudaba que sus amigos lo estuvieran buscando por todos lados y que si aún su jefe de casa no se había dado cuenta de su paradero desconocido, lo haría pronto. Tenía que salir de ese lugar.

-¿Cuánto tiempo estaremos aquí?.- por fin el azabache le dirigía una palabra al ojigris después de su frustrado intento de golpearlo.

Sirius no contesto, solo lo miraba, cosa que irritaba a Severus.- Te pregunte algo, pulgoso.- Nada de respuesta por parte del león.

Los nervios de Severus estaban en un punto crítico y Black no ayudaba mucho con el silencio.-¡Contéstame!.

Sirius se levantó de la esquina que había autodenominado como suya.- ¿Qué quieres que te diga?

Severus al igual que Sirius se puso de pie, ya estaba harto de esta situación.- ¿qué quiero que me digas? ¿QUÉ QUIERO QUE ME DIGAS? ¡LO QUE QUIERO ES QUE ME DEJES SALIR!.

La sala de menesteres solo atiende a las necesidades de quien entro primero, siempre y cuando la persona posea una necesidad real. Y al ser Sirius el que llevo a Severus, la sala solo atendía las necesidades del ojigris, por ende, si Sirius no abría la puerta, Severus nunca saldría de ahí.

-¿Para qué quieres salir?.- el ojigris se le acercaba poco a poco.

-¿Cómo que para qué? Tú me trajiste aquí a la fuerza sin ningún motivo aparente.- Severus era consciente de que Sirius se iba acercando y eso no era nada bueno, ya que la cara que traía el ojigris parecía una bomba a punto de estallar.

-¿Sin ningún motivo? Ese no es el caso, Snape.- sonrió de lado.- pero aun no contestas a mi pregunta ¿para qué quieres salir? ¿Acaso tu noviecito te espera?

¿Noviecito? ¿Quién?...- No me mires con esa cara de no entender de qué te hablo, Snape. Si bien qué sabes que te hablo de tu oxigenado novio.

-¿Lucius?.- con todo lo que estaba pasando en este momento, su relación fijada con Lucius había pasado al olvido para el azabache.

-Claro que te hablo de ese.- por cada paso hacia adelante que daba Sirius, Severus daba uno hacia atrás, hasta que su espalda toco la pared. Tenía miedo, nunca había visto a Black en ese estado. Su rostro reflejaba ira y algo más que el azabache no supo descifrar.- ¿O acaso tienes a algún otro novio escondido por Hogwarts? ¿Algún otro estúpido que te esté haciendo el favor? ¿A quién más engatusaste? ¡DIMELO!.- Sirius llego hasta donde estaba Snape rezagado. Quedaron uno frente al otro con solo unos treinta centímetros de separación.- ¡Eres una puta!

-¡No me llames así! ¡Yo no soy ninguna puta!.- Severus tenía miedo, pero eso no iba a impedir que se defendiera de las injurias que el ojigris estaba diciendo.- Y si lo tuviera, tú serias el último a quien se lo diría.

Severus se encogió cuando Sirius levantó su puño, estaba seguro que le iba a pegar más nunca llego a sentir el golpe… más bien, fue la pared a unos escasos centímetros de su cabeza quien había recibido el golpe.

-Te gusta, ¿verdad?.- Sirius lo miraba fijamente.- Te gusta verme perder la razón, volverme inestable… ¡TODO ES TÙ CULPA!

-¿De qué hablas? Tú eres el único que está actuando como un loco.- Severus trato de razonar con el ojigris. Sabía que ponerse a gritar no iba hacer que el león cediera.- Por favor, Black. Salgamos de aquí y hablemos con tranquilidad. Tus amigos y los míos nos han de estar buscando, piensa en ellos.

Sirius soltó una risa desquiciada que hizo que el azabache se asustara mucho más. Esa no era una risa normal, era más bien la de un loco.

-¿Salir? No, eso no va a pasar, Snape.- Sirius se alejó unos pasos de Severus, dándole la espalda, pasándose las manos por el cabello y soltando un suspiro.- Nunca saldrás de aquí.

-¿Qué?.- ahora si era un hecho, Black se había vuelto loco.

Sirius volvió a darse la vuelta, enfrentando la oscura mirada de la serpiente.- ¿Para qué quieres regresar? ¿Para estar al lado de Malfoy? Primero muerto.

Severus estaba cansado de todo lo que decía Sirius. Para el azabache las acciones del ojigris no tenían sentido. Con quien estuviera Severus no debería de importarle a Sirius ¿O sí?.-¡Por Salazar, Black!. ¿De qué diablos hablas? Mi relación con Lucius no tiene nada que ver contigo.

-Lo tiene.

-Con quien me acueste no tiene nada que ver contigo.- Severus ya no podía parar, Sirius había abierto la herida que aún no sanaba.

-…Basta.

-Siempre me has odiado.

-Basta.

-Te gustaba hacerme burlas y que fuera el hazmerreír de todo Hogwarts.

-…Cállate, Snape.

-Mientras tú reías, yo lloraba.

-… Basta… Cállate.

-¡Que sufriera era tu mejor alegría!

-¡QUE TE CALLES!.- Sirius exploto, pero Severus no se amedrento con el grito, se sentía fuera de sí como para que le importara un comino las acciones del ojigris y las suyas.

-¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ TE IMPORTA TANTO?.

-¡PORQUE TU ERES MIO!

Esas palabras dejaron frio a Severus… ¿Suyo?

-ERES MÍO, SOLO MÍO. NO ME IMPORTA LO QUE DIGAS, NO ME IMPORTA CON QUIEN ESTÉS. NUNCA TE DEJARE SALIR PARA QUE CORRAS A LOS BRAZOS DE MALFOY, PARA QUE NUNCA ME VUELVAS A VER, A NOTAR… SI TENGO QUE ENCERRARTE POR SIEMPRE, LO HARE. ¡POR QUE ERES MIO!

-E..es…est..as…loco.- Severus tenía abierto totalmente los ojos.

Sirius noto los ojos desorbitados de Severus y el miedo en ellos, dio un paso atrás y respiro profundamente. Tratando de calmarse.- Te amo, Severus.

Esas tres palabras fueron la llave para que la caja de pandora de Severus se abriera totalmente. Frustración, ira, cólera, tristeza, amargura, impotencia y alegría. Todos esos sentimientos se mezclaron en el azabache. Él solo quería una cosa y lo hizo.

Sirius no tuvo tiempo de reaccionar, hasta que lo vio encima de él. Severus estaba totalmente fuera de sí, gritaba y lloraba como nunca lo había visto. Golpes, lágrimas, más golpes e insultos procedían del azabache. Sirius no hizo ningún intento por defenderse, solo dejo que Severus hiciera lo que quisiera.

-ERES UN MALDITO. TE ODIO. ¿ME AMAS? ¿ME AMAS? DICES QUE ME AMAS Y TE REVUELCAS CON CUALQUIERA QUE SE TE PASE POR ADELANTE. DICES QUE ME AMAS PERO TE DIVIERTES MOLESTÁNDOME, TE DIVIERTE MI SUFRIMIENTO, TE DIVIERTE HERIRME, BURLARTE.- un rio de lágrimas corría por las mejillas del moreno.- ERES UN MALDITO ESTÚPIDO, TE ODIO. TÚ NO SABES AMAR.

Una nueva ronda de maldiciones y golpes se extendieron por parte de Severus. Lloro y lloro hasta que su voz se fue apagando, poniéndose ronca de tanto gritar. Sirius solo cerró los ojos, aceptando todo el sufrimiento, odio e ira que había causado.

 

Los puños de Severus se detuvieron, estaba cansado y afónico, ya no tenía las fuerzas para maldecir al causante de su miseria. Se derrumbó en el piso, a los pies de Black, el azabache no tenía fuerzas para ponerse de pie, ni para gritar. Las únicas que se negaban a parar, eran sus lágrimas. Sirius se agacho junto al azabache, y así se estuvieron unos minutos o quizás horas, el tiempo para ellos se había detenido.

Todo el rato en que estuvieron sentados uno frente al otro, Sirius no trato de tocar a Severus porque sabía que sería rechazado, por lo que simplemente hablo.- No te pediré perdón.

Severus sollozo y Sirius continuo.- No creo que un “perdón” solucione todo. Lo que te hice no puede ser perdonado con una simple palabra, soy consciente de ello.- Sirius trago duro, con miedo extendió su mano hasta posarla en la mejilla derecha del azabache.- No puedo cambiar el pasado, sin importar cuanto me esfuerce en hacerlo. No puedo retroceder el tiempo, para evitar hacer lo que hice.- las lágrimas de Severus recorrían las manos del ojigris.- La incertidumbre, la tristeza y el dolor que sientes en estos momentos, podremos caminar juntos por ese camino. Estoy seguro que si me das la oportunidad de brindarte un futuro, hare lo imposible para no hacerte llorar de nuevo y que seas feliz.

Severus alzo sus ojos llenos de lágrimas cuando pequeños sollozos que no eran los suyos se escucharon. Lo que vio lo sorprendió, Sirius estaba llorando, sus lágrimas en concordancia a las suyas surcaban desde sus ojos a sus mejillas.

Tenía miedo de preguntar, pero no podía estar con la duda siempre. Con voz afónica el azabache dijo.- ¿Por qué yo?

-¿Por qué será que si no eres tú, no puede ser nadie más?.- ambos se veían a los ojos mientras sus lágrimas corrían.- Puede ser fácil enamorarse, pero amar a alguien por siempre es difícil; y por ello estoy seguro de que tú eres esa persona a la que llamar para siempre, ya que lo único que sé con certeza en este mundo es que te amo.- al igual que Sirius, Severus estiro su mano y detuvo una lagrima que se encontraba recorriendo la mejilla del ojigris.- Solo te pido que me des una oportunidad, una sola oportunidad de demostrarte que puedo cambiar. No te pido que me digas que me amas, porque sé que para que lo digas tus heridas tendrán que sanar y para ello el tiempo tendrá que ayudar. Pero yo quiero ser ese bálsamo que ayude a curarlas.-Sirius puso su mano sobre la de Severus y cerro los ojos.- Verte con Malfoy hizo que me diera cuenta que por mis acciones podría perder lo que siempre había anhelado. A ti… No sé en que momento me enamore de ti, era un sentimiento nuevo para mí y me asuste.

La serpiente no decía nada, solo se dedicaba a escuchar al león.- Soy el mayor de los Black, el heredero, siempre se me dio lo que quise, cuando, como y a la hora que lo quería. Pero tú… Tú me rechazaste la primera vez que trate de abordarte, heriste mi orgullo. Ese estúpido orgullo que me llevo a cometer todas esas bromas.

Severus veía a Sirius y sabía que hablaba con la verdad, pero tenía miedo. Miedo de ser herido de nuevo, de que la persona que tenía adelante lo traicionara y que abriera sus heridas. No sabía que hacer…

-No te diré algo tan banal como que me rendire si no logro que me ames. El dejarte ir para que seas feliz con otro es algo que nunca saldrá de mi boca.-el corazón de Severus latía muy rápido.- Soy egoísta, arrogante, prepotente y sé que no soy tu tipo. Pero solo yo te daría algo que nadie más podría.- Sirius limpio los residuos de lágrimas que quedaban en los ojos del azabache.- Te doy mi vida, mi alma, lo que soy y lo que seré. Te doy todo de mí, porque sé que si nunca me llegas a querer, prefiero no vivir esta vida sin aquello que le dé significado, “tú”. Puedes llamarme chantajista, o simplemente un idiota, pero de algo estoy seguro y es que te amo. Te amo con este enfermizo cariño que no me permite dejar que te vayas. Por favor Severus, solo dame una oportunidad, solo una.

Severus cerró los ojos y medito todo lo que había pasado hasta ese momento. Todas las humillaciones, insultos, bromas; pero también pensaba en lo que Sirius le acababa de decir… ¿Sería capaz de dar un paso adelante y dejar el pasado atrás? ¿Sería capaz de dejar atrás todo lo que lo hería, por un futuro incierto con el hombre que tenía en frente?... La respuesta era sí.

Cuando el azabache cerró los ojos, Sirius supo que estaba pensando en todo lo que le había dicho, sopesando y absorbiendo la información… Solo le pedía a Merlín que su respuesta fuera que le daría una oportunidad. Si la respuesta era no, no sabía que iba hacer, de lo que sería capaz…

-No te aseguro que algún día te diga que he superado todo lo malo que me has hecho.- aunque Severus amaba a Sirius, no se lo iba a decir, no le iba a dejar las cosas tan fáciles. Si el ojigris quería tenerlo a su lado, iba a tener que hacer muchas cosas.- fueron muchos años, Black. Muchos años llenos de dolor y burlas… pero no quiero vivir siendo una persona amargada y huyendo de lo que pudo ser, consumiéndome día a día por un dolor pasado.- Severus busco en los ojos de Sirius un atavismo de duda, pero no encontró nada. Solo un brillo especial en esos ojos grises.-  pero tengo miedo, miedo de ti, miedo de mí, miedo de…

-No veas hacia atrás, no pienses en lo que fue, solo mira hacia adelante…-Sirius tomo la cara de Severus con ambas manos, con las miradas conectadas y los latidos de sus corazones en armonía.

Severus cerró los ojos al sentir unos cálidos labios sobre los suyos. El beso fue tierno y casto, aun así, fue un beso que expreso todo el sentimiento escondido que había albergado el corazón de Sirius.

Quizás Sirius no había pedido por su perdón, y el azabache sabía que eso solo vendría con el tiempo, pero era algo que no quería albergar en su corazón toda la vida, por lo que le gustaría intentar perdonar. Una palabra tan corta, pero que alberga mucho significado y sentimientos… perdonar.

-Oye, Severus.- el susodicho fue sacado de sus pensamientos cuando Sirius le llamo.

-¿Qué sucede?

-No hiciste nada con el oxigenado, ¿verdad? Después de todo ustedes fueron novios y si yo me entero que…

Severus no sabía si sentirse ofendido o soltarse a reír… opto por la segunda opción.

-¿De qué te ríes? ¿Paso algo entre ustedes?.- la cara de Sirius era para morir de la risa y literalmente era lo que hacía en esos momentos el azabache… Severus sabía que le tenía que contar a Sirius que su relación con Lucius era solo un plan ideado por su hermano Regulus, se lo diría… en unos minutos.

 

Unas carcajadas después…

Después de que a Sirius casi se le derramara la bilis solo de pensar que Severus había tenido sus amoríos con Malfoy, y que Severus entre risa le haya contado que todo fue un plan ideado por su propio hermano, ambos se encontraban en el piso abrazándose, sintiendo el calor de uno sobre el otro. Ya llevaban un buen rato en esa posición, ninguno quería romper el momento aunque sus estómagos tenían otras ideas.

-Gracias.- Sirius estaba muy contento con el resultado. Sev le había dado una segunda oportunidad, en esta ocasión no la iba a desperdiciar, si tenía que pasar toda su vida demostrando que amaba a su azabache, lo haría con gusto.- dedicare mi vida a compensarte por todo lo malo que he hecho. Nos casaremos, tendremos hijos y…

-Espera, espera, espera.- Sirius era el maestro de romper la atmosfera.- ¿Hijos? ¿Matrimonio? Nosotros no hablamos nada de eso... ¿No se supone que lo tomaríamos con calma. ¿Paso a paso?

Sirius se separó un poco de Severus, lo tomo de los hombros e hizo que lo viera.-¿Acaso no te quieres casar conmigo?

-Esa no es la cuestión… ¿Cómo habían acabado en este tema?

-¿Entonces?

-Claro que me quiero casar, en un futuro…muy muy lejano pero…

-Entonces si te quieres casar.

-Bueno, ¿sí?

-Bien.- Sirius abrazo a un desconcertado Severus. La serpiente estaba empezando a pensar que quizás sería bueno llevar a Sirius con la señora Pomfrey.

Severus dejo que Sirius delirara solo, él tenía otra cuestión que le estaba dando vueltas en la cabeza… ¿Cómo le iba a decir a sus amigos que ahora era novio de su enemigo jurado? Estaba seguro que quedarían en estado catatónico y que a Lucius le daría un infarto. Y dudaba que a los amigos de Sirius les hiciera gracia saber que su león playboy estaba saliendo con una serpiente. Aunque si les daba un infarto y morían, no lo iba a sentir por ello.

Mientras Severus pensaba en que mañana sería un día muy largo, Sirius le ponía nombre a sus hijos.-Hasta tengo el nombre de nuestro primer hijo… se llamara Blay… Blay Orion Black-Snape.

 

 

Por otro lado…

Dormitorios de Slytherin y Gryffindor…

Todos se habían ido a sus respectivas salas comunes y habitaciones, unos más contentos que otros.

James estaba feliz de haber sido cuidado por el profesor Riddle. Lo malo es que el gusto le duro poco, ya que Riddle lo cacho en la mentira y ahora estaba castigado.

Remusestaba acostado en su cama con una sonrisa en los labios. Había tenido una plática muy amena con el rubio y gracias a que Malfoy se había acostado en su cama, ahora las almohadas y la sabana olían a él.  

Peter se encontraba enojado totalmente, Bartemius no había dejado de decir que lo odiaba, cosa que el castaño compartía.

Lily por otro lado estaba dando vueltas en su cama. Recordar como había estado hace unas horas con el pelirrojo la ponía toda nerviosa.

Frank le pedía a Merlín que Sirius y Snape estuvieran bien, y que no terminaran matándose entre ellos. O el que terminaría muerto iba a ser Rodolphus.

Arthur estaba pensando seriamente en llevar a Ethan con la señorita Pomfrey.

Malfoy estaba mirando desde su cama hacia la ventana. Nunca pensó que estar en compañía de un león fuera tan agradable, en especial de cierto castaño.

Regulusestaba abrazando con fuerza su almohada mientras ideaba una manera de cobrársela a Ethan por volverlo la niñera de su hijo.

Thomas suspiraba desde su cama con melancolía.

Bartemius estaba a punto de golpear a Thomas si seguía suspirando. Sus nervios estaban en un estado delicado y todo era causa de ese atolondrado león.

Narcissa lloraba en silencio desde su cama, con sus pensamientos en los hechos ocurridos hace unas horas.

Arabella estaba viendo con detenimiento el pañuelo que el Hufflepuff le dio.

Rabastan estaba sonriendo desde la comodidad de su cama, pensando en cierta leona pelirroja.

Ethan abrazaba a Bill mientras ideaba una manera de hacer que Regulus cumpliera la promesa que su nene le había dicho que el menor de los Black le había hecho.

Por otro lado, Rodolphus se encontraba en el quinto sueño…

 

Todos cerraron los ojos, tenían que dormir para reponer sus energías. Mañana sería otro día y…

-…

-…

-…

En ese momento, todos se acordaron de lo que desde un principio estaban haciendo. El motivo de su tregua momentánea con su casa enemiga…

-¡SIRIUS!

-¡SEVERUS!

 

Todo Hogwarts pudo escuchar el grito de muchas voces provenientes desde la casa de las serpientes y los leones. Quienes por andar pensando en otras cosas se les había olvidado buscar a los desaparecidos.

 

Lo bueno, es que mañana se enterarían de donde habían estado la serpiente y el león. ¿Lo malo? Es que a más de uno le iba a dar un infarto con la notica que les traían…

Notas finales:

Espero que les haya gustado este ultimo capitulo ^-^ 

 

Solo me queda darles las gracias por haber leido este loco fic y a todos los que me han dejado comentarios de apoyo o diciendome lo que les agradaba del fic, a todos ustedes un enorme GRACIAS!!! ^-^ 


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