Intentas recuperar la respiración mientras me observas asustado, doy un paso hacia atrás y te sobresaltas, no puedo evitar reír. Estás en mis manos.
-Takanori.-
Mi carcajada resuena en todo el departamento y no aparto la vista de ti, tiemblas.
-No seas exagerado.- La sonrisa no abandona mi rostro.
-Entonces, ¿no lo harás?-
-Lo haré, sólo no exageres.-
Te quedas en blanco nuevamente, no imaginé que sería así pero lo disfruto. ¡Ah! Está tan cerca, creo que te comprendo un poco, se siente genial.
-Taka por favor.-
-Por favor ¿qué? No seas egoísta, déjame disfrutar la victoria una vez.-
-¿Qué?- Pareces consternado, ves el suelo, el techo y a mí. -Si es por lo que pasó lo siento, realmente lo siento así que por favor.-
-Eso no importa ahora, tú ganaste esa vez Yutaka, esta es una partida distinta.- ¿Te parece raro todo esto? ¡¿En serio?! La imagen frente a mí es absurda, quiero llegar hasta el final.
-¡No seas idiota! No estoy bromeando, realmente lo siento, te juro que no volveré a herirte, sólo ven-
Rio, rio más fuerte, en otra ocasión lo hubiera aceptado pero ahora es distinto. Tiras tus cartas y reconozco la siguiente jugada.
-Deberías cambiar de táctica, esta la has usado tantas veces que ya no funcionará.- Tiemblas ¿de coraje? Esto es tan satisfactorio.
-Taka, te amo. Por favor acércate, conversemos.-
-Ahora estamos conversando ¿cierto?-
-¡No! No así, solo ven por favor.-
Pones esa expresión de tristeza que lograban desarmarme antes, pero ya no. –No seas egoísta, quiero saber que se siente una sola vez.-
-¿Qué se siente? ¡¿Estás loco?!-
-No, ya no. Fui un loco al rendirme ante ti tantas veces, ahora te entiendo.-
Niegas y tientas dar un paso hacia mí. Giro sobre mis pies y ahora te doy la espalda.
-Si te acercas más esto no acabará como quiero, haznos un favor a ambos y detente.-
Silencio, aceptas mi condición, es perfecto este sentimiento.
-Si me das la mano-
-No Yutaka, si te doy la mano habré perdido.- No entiendes, no entiendes y eso te enfada, nunca supiste perder y ahora que estoy sobre ti te desesperas.
-Dijiste que me entendías, no lo haces. Si así fuera no estuviéramos en esta situación.-
-Te entiendo dije y es por eso que hago esto. Te entiendo como nunca antes te había entendido.-
El frío es más fuerte ahora y el cielo está tan oscuro, perfecta la escenografía, la noche está de mi lado. Extiendo los brazos y giro algunas veces, me detengo dándote la cara ¿Me veo hermoso sonriente? Alguna vez te escuché decir aquello, creo.
-¿Recuerdas a la chica rubia del bar?-
-¿Eh?- Me miras extrañado y poco a poco tu expresión cambia a una de sorpresa.
-Eso lo dejamos atrás hace mucho Taka. Te dije que lo sentía, ¿ese era el problema? Lo siento, lo repetiré mil veces pero por favor ven.-
-No, a eso no me refiero- Niego lentamente -¿La recuerdas? Era muy bonita, tanto que de inmediato atrajo tu atención, ¿cierto?-
-No, y te dije que-
-¡¿Cierto?! Vamos Yutaka eso ya lo dejé atrás, sólo estoy recordando.- Empecé a reír nuevamente y tú no sabes qué hacer. Eres malo, no ríes conmigo.
-Aunque era un poco torpe. Cuando discutimos en el bar lo noté. Primero confundida y luego con burla, cuando me golpease me sonrió con superioridad-
-Taka yo-
-¡No me interrumpas!- Mi cuerpo tiembla y respiro para tranquilizarme.- Si, me miró con superioridad. Ella no entendía nada. También perdí esa vez, eso es cierto, pero ella no ganó, tú lo hiciste. Ella era una pieza y no fue capaz de verlo, qué tonta.-
Me miras en silencio, aprietas los puños.
-Cuando llegaste a nuestro departamento días después el sólo verte por la calle me alegró, salté a tus brazos apenas cruzaste la puerta. Fue tan fácil para ti que te enojaste, te entiendo, herí tu orgullo. No te gustaba cuando perdía tan fácilmente, lo noté también y por eso acepté mi castigo.-
-No quería dañarte.-
-Lo sé, no te estoy culpando, sólo era parte de todo el juego. Te dije que te entiendo, el tener el control en tus manos es realmente asombroso.-
-Lo siento, por todo lo que hice me arrepiento, discúlpame, vamos a nuestro hogar.-
-No lo sientes, sé que no te arrepientes.-
Te sonrío tan cálidamente como cuando te expresaba mi amor, me observas confundido.
-¿Recuerdas a Akira? Realmente me agradaba, era como mi hermano. Jamás he podido gritar tan fuerte como tú, jamás he aprendido a pelear y por eso perdí también en aquella ocasión. Akira se alejó y era lo justo. El ganador reclama lo que quiere ¿cierto?-
Por fin me quedo en silencio, quiero llorar pero no lo haré, es mi momento.
-Todas esas veces… No te culpo.-
Me sonríes con tristeza.
-No te culpo porque te entiendo, es genial todo esto.- Rio fuertemente de nuevo.
-Takanori por favor.-
-Por favor nada Yutaka. ¿Sabes? En realidad pensé que ganarías hasta el final pero quería sentir esto al menos una vez… Siempre fui un perdedor pero aun así me recompensabas “por esforzarme tanto”, gracias por eso.-
-Te amo, por favor regresemos.-
-No.-
Sonrío y doy un paso hacia atrás. Corres desesperado mientras te sigo sonriendo, el vacío me atrapa y luego nada.
Yutaka ¿qué te parece si esta vez elijo yo el juego?
Juguemos a que en realidad me amas, juguemos a que el dolor que sientes al no tenerme en tu vida es tan fuerte que lloras y gritas desesperado, juguemos a que nunca amarás nunca a nadie más y vivirás arrepentido por siempre. Juguemos.
Oh… Parece que esta vez he ganado.