Noté como alguien me sacudía y me comencé a despertar, notaba como me dolía muchísimo la cabeza y los gritos de la persona que me estaba sacudiendo aún hacían que me doliera más.
Abrí los ojos lentamente, encontrándome con unos cabellos color fuego y unos ojos miel grandes.
"Buenos días Michael…" me intenté levantar pero la cabeza me dolía demasiado.
"¿¡Buenos días?! ¡¿Eso es lo que se te ocurre decir?!" me gritó y yo me tapé los oídos. "¡Maldito cabrón me pensaba que te había cogido un coma etílico!"
"Aun no me moriré Michael…tan temprano no…" hice un sobreesfuerzo y me senté, estaba en el suelo y miré mi alrededor, estaba todo por el suelo y roto. "Mierda…"
"¿Qué ha pasado Jon?" Michael me ayudó a levantarme y me sentó en el sofá. "Tienes cortes por todos los brazos de los jarrones que rompiste y hay dos botellas de alcohol vacías…" Michael con una esponja con jabón comenzó a lavarme las pequeñas heridas.
"Nada…el viejo me llamó y me puse de mal humor, ya sabes que cuando llama me pongo así…" agaché la mirada y cerré los ojos, no le contaría lo de Ian, sería preocuparle mucho más, prefería guardármelo todo para mi.
"Temo que un día cometas una locura Jon…" me puso varias tiritas y algún vendaje para las heridas mas grandes y se sentó a mi lado.
"Suicidarme no lo haré…sería una alegría para mis viejos…así que viviré para joderles." Noté como Michael me dio un golpe en la espalda. "¿Qué haces loco?"
"Por decir gilipolleces imbécil, tu no sabes lo preocupado que estaba…" Michael apoyó su cabeza en mi hombro y yo sonreí débilmente.
"Lo siento…"
"Da igual…tampoco puedo cambiarte. Pero eso si, he cogido todas las botellas que había en tu casa de alcohol y las he tirado, no quiero que bebas más…" se levantó y cogió una escoba.
"Bueno…es lo mínimo que esperara que hicieras ya te estas pareciendo a mis primos, vigilándome todos los días…" me levanté yo también y comencé a ayudar a recogerlo todo.
"Puede…"
Estuvimos un buen rato para arreglar el desastre que monté. Tardemos unas horas a dejarlo todo como nuevo. Cogí unos refrescos de la nevera y le di uno a Michael sentándonos al sofá mientras veíamos un programa tonto de la televisión.
"Oye Jon…"
"¿Mm?"
"Celebrarás tu cumpleaños en mi casa ¿vale?" miré sorprendido a Michael.
"¿No me puedo negar?" Michael negó con la cabeza y yo sonreí débilmente. "…de acuerdo…"
"Así me gusta."
"Oye Michael…"
"Dime…" me miró con esos ojos que parecían dos pozos de felicidad.
"¿Puedo quedarme a tu casa a dormir unos días? Si me quedo aquí quizá acabe bebiendo otra vez…" agaché la mirada, no quería causarle más problemas, pero si me quedaba solo en casa terminaría pensando en Ian y en mis padres.
"Claro, tu tranquilo que a mi madre le darás una alegría, hace tiempo que no te ve y estaba ya preguntando mucho…" Michael sonrió ampliamente y luego me dio una palmadita en la espalda. "…al final te va a querer más a ti que no a mi…"
Nos reímos tanto él como yo.
Ahora quería ocupar mi mente.
Y no pensar en nada.
Porque de hecho ya estaba todo acabado. Ian no volvería a verme, se había descubierto que tenía dieciséis años y para él suponía un problema. Lo entendía…
En parte.
Y el tema de mis padres ya no tenia salida, simplemente me odiaban, no podía hacer nada.
"Venga haz la bolsa que yo voy a llamar a mi madre para decirle que te vienes unos días a mi casa ¿ok?" Michael se levantó del sofá y se fue al pasillo a llamar.
Subí hacia mi habitación y me quedé mirando des de la puerta la habitación, las sábanas revueltas, y aun podía oler el ligero aroma de colonia de Ian. Me acerqué con paso lento a la mullida cama y me senté en ella, cogiendo con la mano la sábana oliéndola.
Tan solo un día atrás estaba aquí tumbado con Ian, teniendo sexo y al despertar riendo y abrazándolo de manera natural.
Como cambiaban las cosas en tan solo unos minutos o horas…
Miré la silla que había en el escritorio, ahí estaba la chaqueta de Ian, se la debió dejar al irse, sonreí tristemente y puse en mi bolsa ropa para varios días, cogí la chaqueta y me la puse. Por lo menos me la quedaría como recuerdo.
Al bajar las escaleras Michael me esperaba en la entrada.
"Venga nos vamos que mi madre ya quiere verte para darte uno de sus platos."
"Ya me esta entrando hambre…" sonreí y cerré la puerta con llave. "Creo que ya he cerrado todas las ventanas y puertas."
"Pues en marcha."
Le di un casco de moto a Michael y nos subimos en ella.
"Gracias otra vez."
"De nada tonto." Michael me agarró de la cintura y yo comencé a darle gas a la moto. "Por cierto… ¿esta chaqueta es nueva?"
"No…ya tiene mucho tiempo…" sonreí melancólicamente y arranqué a toda velocidad.
Intentando no pensar más en él.
En todas las noches que pasé con él…
Llevaba unos cuatro días en casa de Michael, su familia des de siempre me había cogido mucho cariño, y yo a ellos para que decirlo, sabían de mi situación familiar y estaban bastantes pendientes de mi.
Fui al gimnasio con Michael y no había manera de poder ver a Ian, solo un día lo vi y como estaba en la sala de máquinas con Michael no le dije nada, continué haciendo pesas con mi amigo, él tan solo me miró un instante y luego se fue.
Un día estábamos en la calle donde siempre nos reuníamos con el grupo, yo estaba hablando con Lulik y bromeando, Ami una amiga de siempre se me acercó y me dijo que si podía acompañarle que quería hablar conmigo, yo tan solo acepté y la acompañé hasta su casa.
"Bien pues ya llegaste sana y salva." Sonreí y le di un beso a la mejilla.
"Gracias…" me sonrió ampliamente y cuando iba a irme me agarró de la camisa. "…quería decirte algo…"
"Dime…" me puse las manos a los bolsillos, llevaba puesta la chaqueta de Ian.
"Te quiero…"
Me quedé parado con la boca prácticamente abierta.
"Pe-pero…¿en serio?" la miré con los ojos completamente abiertos, ella asintió sonrojada. "…Ami yo…verás, es que yo soy homosexual…"
"Lo sé…"
"¿Lo sabes?" me quedé perplejo.
"Michael me lo dijo, pero tan solo quería decírtelo, así me he quitado un peso de encima…no podía aguantar más sin decírtelo." Volvió a sonreír y me dio una palmada en el hombro.
"¿No te pondrás triste no? Que yo te quiero mucho como amigo y no quiero ahora que hayan malos rollos…"
"Claro que no tonto…yo ya lo tenía todo asumido…pero hay momentos en que el corazón te pide soltar lo que uno siente…¿no te ha pasado nunca?" Ami me miró con esos ojos brillantes y preciosos, si no fuera homosexual seguro que me enamoraría de ella, era delicada, sensible y linda.
"Bueno…es que nunca he estado enamorado….creo…"
"Que triste…"
"¡Oye!" me enfurruñé y ella se rió débilmente.
"Lo digo por que si no te has enamorado nunca no sabes lo que se siente…"
"El amor solo trae problemas, te enamoras, mientes, dañas y encima luego no paras de sentir dolor…y tristeza." Me apoyé en la puerta de su portería.
"Pues parece ser que si estas enamorado Jon…me dijiste que no lo estabas…" Ami miró el reloj.
"¿Tu crees?" la miré interrogativamente.
"Por lo que me has dicho si…si ni tu mismo lo sabes vamos bien…" suspiró y abrió la puerta. "…es tarde, tengo que irme."
"Ok…nos vemos guapa." Le di un beso a la mejilla y ella me sonrió antes de subirse al ascensor.
Cuando llegué otra vez al callejón donde nos reuníamos, tan solo quedaban Lulik y Michael, Lulik me hizo un gesto para que me sentara a su lado y lo hice, Michael se estaba mirando unos apuntes y estaba repasando para un examen.
Yo hablaba con Lulik y me reía, me di cuenta de que Lulik tenia un 'interés especial' en mi, pero no quería darle importancia, ahora no estaba para eso.
"Jon tendríamos que ir yendo hacia casa…" Michael se levantó y cogió sus cosas, le dio una palmada a la espalda a Lulik y se fue encaminando hacia dónde había dejado la moto.
"Bueno, pues nos vemos tío." Le di un beso a la mejilla a Lulik y él me miró con esos ojos oscuros y me sonrió.
"Nos vemos Jon…" me cogió del mentón y me dio un beso corto en la comisura de los labios, le miré enfurruñado y él se rió. "…no eres tonto ¿verdad?"
"Prefiero serlo Lulik…prefiero serlo…" le sonreí ampliamente y me coloqué bien la chaqueta. "Si volvéis a quedar llamad a casa de Michael que estos días duermo ahí."
"Ok…oye." Me volteé al ver que Lulik me llamaba. "…para tu cumpleaños te regalaré algo especial."
"No intentes besarme o te daré una buena cachetada." Le saqué la lengua de modo infantil y él se rió a carcajada limpia. "Adiós guapo, hasta otra."
Me subí a la moto con Michael detrás y nos fuimos rumbo a su casa, su madre me había prometido hacerme un estofado riquísimo y no quería perdérmelo por nada del mundo.
Una vez acabamos de cenar me quedé en la habitación de Michael jugando a la play, él dibujaba y de tanto en tanto se reía por mis malas jugadas.
"Oye Michael…"
"¿Mm?"
"Ami se me ha declarado…" oí como dejó el lápiz encima de la mesa y se volteó a verme. "…le he dicho que no la podía corresponder y me ha sonreído tan tranquila…" sonreí débilmente.
"Ami ya sabes que es una chica sincera, hacia mucho tiempo que te iba detrás…" Michael volvió a girarse hacia la mesa y continuó dibujando.
"No entiendo porque los seres humanos somos tan débiles ante las emociones…" comencé a acelerar el coche que conducía en el juego, Michael me escuchaba mientras me miraba des de el escritorio.
"Alguna vez tu o yo nos enamoraremos y pasaremos por este tipo de sentimientos…"
"Supongo…a mi no me molestaría enamorarme… me dolería estamparme contra el muro de la decepción y la desilusión." Perdí el control y el coche se estampó contra la pared, había perdido la partida, di un chasquido con la lengua y paré la play.
"Hoy estas filosófico Jon…" Michael me sonrió.
"Ya sabes que es lo mío lo de debatir sobre los sentimientos…" me tumbé a la cama y me quedé mirando el techo, como aquel día que pasé con Ian, cerré los ojos fuertemente, quería que su imagen se me fuera de la cabeza.
"Un día de estos tu personalidad te llevará problemas…le das demasiadas vueltas al coco…y luego, te lo guardas todo para ti…¿o te piensas que no me doy cuenta de cuando estas mal?" me giré a ver a Michael cuando dijo eso. "…no soy tonto Jon…el día que estaba la casa tan desordenada…pasó algo más…no te pones así solo porque te llamen tus padres…"
"Tenía un mal día…"
"Ya…" Michael se levantó y se acercó a mí, sentándose a mi lado.
"¿No me crees?" le miré con una ceja enarcada.
"Pues la verdad no."
"Lo suponía…" me reí débilmente y miré el reloj. "…son las dos de la madrugada…¿nos vamos a dormir?"
"Ok…pero un día me contarás que te pasa…"
"Algún día Michael, algún día…"
Michael se fue con su hermano a comprar un regalo para mi fiesta de cumpleaños, así que yo me quedé solo en casa de él casi todo el día, estaban sus padres pero hacían la suya y yo la mía.
Y por primera vez tuve remordimientos, cogí la chaqueta de Ian y me la puse, iría a disculparme por lo sucedido, sé que él con lo orgulloso que era no iría a disculparse o a verme para hablar sobre el tema.
Le dije a la madre de Michael que salía a ver un amigo y me fui con la moto hacia el piso de Ian, tenía las calles memorizadas de tantas veces que había ido, estaba algo lejos pero cogiendo algo de velocidad con la moto se llegaba rápido.
Aparqué la moto y me fui a la portería, como no quería tener que hablar con él por el interfono piqué a otro timbre y le dije que quería ir a darle una sorpresa a un familiar que vivía allí y me abrieron la puerta. Subí por el ascensor y me quedé quieto delante de la puerta de Ian.
Respiré hondo y me decidí, le di al timbre y al poco rato se escucharon pasos.
"¿Quién…?" se quedó callado al verme, no sabía que cara estaba poniendo yo, pero la suya era de realmente muy sorprendido.
E incluso en ese momento no dejé de verlo atractivo, estaba algo despeinado, una camiseta de manga corta blanca con un pantalón de deporte negro y los ojos felinos fijándose en mi.
"Que-quería hablar contigo…" agaché la mirada y oí como abría mas la puerta, le miré y vi que me hacia una señal para que entrara.
Le seguí dentro de esa casa que tantas veces pisé y me senté en el sofá de cuero negro mirando como él cogía algo de beber y se sentaba delante de mí.
"Y bien…" su voz grave me sobresaltó.
"He venido a disculparme… no quería mentirte pero sé que estuvo mal hacerlo…" tragué en seco y le miré directo a los ojos. "…solo quería decirte que si no quieres volver a verme lo entenderé…pero…yo…yo quisiera seguir como antes…"
"…¿Y quién me dice que no hay mas mentiras? ¿Y si tus padres me acusan de pervertido?"
"Ya te dije que no tenía padres, al menos para mi…no tengo muchas ganas de hablar de ello, la cuestión es que vivo solo, y no creo que haya muchos problemas en seguir…como antes…"
Me quedé callado esperando una respuesta, ante la mirada atenta de Ian.
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