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Andrógino por Hacchiko

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Notas del capitulo:

Hi, babies♥.


Ehhh.. No sé cómo empezar. Probablemente muchos no lo sabían, pero iba a actualizar el veintiséis de Diciembre (2014). Tristemente, el internet se fue, mi laptop se descompuso y soy una paranóica que no confía en los internet, empezaron mis clases (sí, entré el 05 de Enero ¬¬) así que apenas ahora estoy subiendo nuevo capítulo. Y aquí está su regalo de navidad que no tiene nada de navideño (ni de año nuevo) porque en la historia están iniciando apenas la primavera... Y pues, la intención es lo que cuenta.


Muchos deseos preciosos a todos, mucho amor, que sus días sean muy felices, que sus metas se cumplan y que puedan disfrutar de estas cortitas vacaciones con sus seres queridos y muy amados♥.


Cosas importantes (por favor, LÉANLAS):



  • ¿Qué es el QUESTION TIME? Son sugerencias de lo que podrías agregar a tu comentario para el fanfic y mostrar tus opiniones. Por lo tanto, no es obligatorio contestarlo o responder todas las preguntas (aunque me haría inmensamente feliz que las respondieran todas).

  • Todos tenemos valor, y tenemos derecho a expresarnos. Eso quiere decir que, en caso de que quieras dejar tu valioso y hermoso comentario, por favor, te suplico, no pongas «soy un asco pero aquí voy»/«Te hice una biblia, perdona por escribir tanto» ni nada parecido. En cuanto pienses que eres un asco, tú mismo te lo estás creyendo, y eso, mi querido lector, no es cierto.

  • NO IMPORTA LO LARGO QUE SEA TU COMENTARIO, LO ACEPTARÉ CON MUCHO AMOR. AMO LEER, así que, mientras más largo y extenso, más feliz me haces♥.

  • ¡Comenten, babies! ¡Quiero conocerlos♥! Sería un beshísimo regalo de navidah para mí :’( -o algo parecido, no sé-

  • Este capítulo está dedicado a una bella niña -entre mis preciosos lectores- que cumplió años el 11 de Enero: Park Mi Joon 801, baby, ¡muchas felicidades! Mis mejores deseos para ti hoy y siempre, que estés llena de salud, felicidad y que logres cumplir cualquier meta que te propongas. ¡Muchos besitos y abrazos psicológicos! Me habría gustado dedicarte un capítulo más alegre, pero debido a que no veo posible una actualización en poco tiempo, te dedicaré esta. De cualquier forma, todos los capítulos y cada fanfic que escribo, lo hago con muchísimo amors♥ Ojalá te guste, nena ;v;♥!


 


Creo que eso es todo. (Creo). Muchísimas gracias por apoyarme, por leer, esperar y comentar. Espero les guste tanto o más –mucho, mucho más- que los anteriores, y si pueden, dejen amor con comentarios.


Besos y abrazos psicológicos♥


att’Hacchi♥!

Andrógino

Semana 18: Filmando octavo episodio.

Capítulo 23: Obsequio

 

 

 

Era demasiado oscuro como para distinguir algo más que el piso bajo sus pies (y solo porque estaba sobre él). Esperando por alguna señal de lo que tuviera que hacer, se quedó inmóvil, girando sobre su propio eje para protegerse de cualquier peligro invisible, hasta que una luz azul justo atrás suyo, como un reflector en las obras de teatro, se encendió, señalando unas enormes escaleras cristalinas muy elegantes como las de las mansiones, que giraban a la derecha, o eso es lo que alcanzó a distinguir, pues el potente reflector solo alumbraba el inicio de ellas.

 

 

Otro reflector del mismo color se encendió sobre su cuerpo, obligándole a que revisarse y sorprendiéndose ante su vestuario: un largo vestido azul hasta el suelo con brillitos, con la falda un poco alzada, el escote era un top, sin mangas ni tirantes, sus manos cubiertas hasta el antebrazo por unos guantes azules elegantes que combinaban con el atuendo, y unas zapatillas azules de tacón bajo. Del cabello no tuvo ni forma ni ganas de averiguar cómo lo tenía.

 

 

De pronto sintió un fuerte impulso de correr, las escaleras le llevarían a alguna parte, y sin importarle las zapatillas o el no saber el destino, levantó la orilla de su vestido con ambas manos y corrió con el reflector siguiéndole hasta unirse con la otra luz, la cual atravesó sin ponerle mucha atención. Subió las escaleras con ambos reflectores iluminándole, y a su vez, su paso, hasta que se encontró a Onew en el barandal derecho, mirándole con una sonrisa triste.

 

 

Aunque quiso, no pudo detenerse a saludarlo, tan solo pudo dedicarle una mirada confundida. ¿Qué hacía él ahí? Para cuando quiso preguntarle, él ya había desaparecido junto con los escalones pasados. Volvió a enfocarse al frente para no caer, sin parar de correr, y unos minutos después se encontró a su izquierda a Jong Hyun con una mirada extraña, como si ni siquiera pudiera sonreír. De nuevo, le fue imposible detenerse para preguntar, solo continuó con su mirada al frente, hallando unos metros más adelante a la derecha, a Key llorando. ¿Por qué? De nuevo intentó regresarse, más un sentimiento continuó instándole a que siguiera avanzando, como si lo que estuviera al final fuera a irse en cualquier momento, como si el reloj fuera mucho más rápido de lo normal.

 

 

De repente, distinguió justo en frente, unos metros más adelante, iluminado por otro reflector azul, a Min Ho, sonriendo con alegría natural, provocándole una fuerte anestesia a su cuerpo que calló a su adrenalina hasta detenerse. Sorprendida, se dio cuenta de que ya no estaba corriendo. Sonrió, feliz por ver a su Oppa. A punto de dar otro paso, vio la alarma en el rostro de Min Ho, alzando sus brazos para detenerle. Ella miró abajo, asustándose al descubrir que si hubiera dado ese paso, habría caído al tenebroso vacío sin fin. Buscó a Min Ho de nuevo, hallándolo con una sonrisa animadora y sus brazos alzados, como si le dijera...

 

 

"Salta."

 

 

Animada por sus porras, se regresó varios escalones y tomando una gran inhalación que le infundió más valor, corrió y justo cuando la planta de su pie rozó la orilla del piso, se impulsó y saltó con una mano extendida. Confiaba en Min Ho y sabía que no le dejaría caer.

 

 

Sin embargo, cuando ya iba a la mitad del camino, Tae empezó a descender, dándose cuenta de que ni el impulso ni su carrera le fueron suficientes. Estiró con más fuerza sus brazos, como si eso fuera a servirle para rozar a Min Ho, pero Tae seguía cayendo. Gritó asustada, no obstante, lo único que pudo ver antes de desaparecer en la oscuridad, fue la sonrisa de Min Ho borrándose.

 

 

Asustado, abrió los ojos y se sentó, respirando agitado. ¿Qué fue eso? Vio a su alrededor descubriéndose en su habitación, con Key y la abuela. Oh, cielos, qué pesadilla. Exhaló, relajándose, tan solo fue un sueño muy feo y sin sentido. Tan solo esperaba tener mejor suerte ese día.

 

 

 

 

 

-Por fin. Por fin. Por fin. Por fin. Por fin. ¡Por fin!

 

 

Repetía Ki Bum demasiado emocionado. Hoy era miércoles, y gracias al cielo, por fin le quitarían su maldito e inútil yeso graffiteado. No podía sentirse más feliz, y no recordaba haber estado tan desesperado por algo. Su sonrisa, ni de broma, abandonaba su rostro ni se hacía más chica. Su abuela, a su izquierda, se levantó.

 

 

-Kibomi, no te muevas, nene. Iré por un yogurt helado. ¿Quieres algo? -el aludido negó con demasiada alegría.- Bueno, volveré en un momento.

 

 

Y con esto dicho, se retiró a la cafetería del hospital, dejando a los otros dos en la sala de espera. (Sí, Jong Hyun iba con ellos). Apenas cuando su abuela desapareció por el pasillo, Key pudo calmar sus ansias por la visita médica, pues quedarse a solas con Jong Hyun todavía le ponía nervioso. Lo bueno es que no tuvieron que esperar mucho más, pues el doctor llamó al siguiente, y ambos entraron. Por suerte fue un médico distinto, no como el otro pervertido que osaba manosear su adorada pierna. Sin embargo, el doctor tuvo que salir por la sierra para quitarle el yeso, dejándolos solos de nuevo, en un silencio extrañamente incómodo del cual, Jong Hyun desconocía el motivo, por lo que, a punto de abrir la boca para preguntar, fue interrumpido por Key.

 

 

-Felicidades. -musitó en tono apagado, expresando que en realidad no sentía toda esa alegría. Bling bling lo observó confundido, pues no supo a qué se refería.

 

 

-¿Eh? -pensó un poco, quizá había pasado algo importante y él lo olvidó, no obstante, tras buscar tanto en su memoria y no hallar nada, se rindió.- ¿Por qué?

 

 

-Por tu... -suspiró cansado, removiendo las arrugas imaginarias en su pantalón, incómodo.- Por tu nueva novia. -Jong Hyun frunció su ceño aún más confundido. ¿Qué?

 

 

-¿Cuál novia? ¿De qué hablas?

 

 

-¡Aiissh! ¡Kim Jong Hyun, sí que eres idiota! -exclamó exasperándose. Todavía que batallaba tanto para felicitarle, el otro le añadía más trabas.

 

 

-Es que no entiendo, ¿cuál novia? -refutó extendiendo sus manos, confundido. ¿De qué se había perdido? ¿Cómo era posible que tuviera una novia sin saberlo?

 

 

-¡Aissh! ¡Me refiero a Tae, idiota!

 

 

¿Tae? ¿Dijo Tae? Jong Hyun se quedó mirando fijamente la pared frente a él. ¿Cómo había llegado a esa conclusión si a él no le gustaba Tae? Es más, lo descubrió el otro día que...

 

 

Un momento. Un foco se prendió sobre su cabecita, haciéndolo girar hacia Key.

 

 

-¡Nos estabas espiando! -acusó, y Ki Bum volteó hacia el otro lado, fingiendo no escucharlo.- Key, responde, ¿por qué nos estabas espiando? ¡Es de mala educación, Dongsaeng malo! -enojado por las acusaciones, Ki Bum volvió hacia él con su ceño fruncido.

 

 

-¿Qué tiene de malo? También es mi patio, tengo derecho a observarlo.

 

 

-Sí pero no a espiar las conversaciones de otras personas.

 

 

-Yo no vi que hablaran, tenías tu bocota muy ocupada comiéndote a la de Tae.

 

 

-Para tu información, solo juntamos nuestros labios, ¡eso fue todo! -se defendió sonrojado por la descripción.- Y no, no estamos saliendo. Necesitaba comprobar si Tae me gustaba, y-

 

 

-Y la mejor forma es besándola. Vaya, sí que eres un genio. -sarcasmeó malhumorado, cruzándose de brazos. ¿Por qué a Tae si le dio beso y a él no? No era justo.

 

 

-Necesitaba comprobarlo, Bummie. No pasó nada. -explicó con más suavidad, pero Key se negaba a mirarlo, y por suerte, en ese momento, el doctor llegó, salvándolos (solo a Key) de una charla bastante incómoda.

 

 

El doctor, por suerte, fue rápido, y después de darles unos consejos sobre cuidados de su cuerpo, vitaminas y músculos, los dejó ir. Buscaron a la abuela y se fueron a casa, pues la abuela dijo que suficiente había sido su estancia ahí, y a pesar de que insistieron llevarla ellos mismos, terminó llamando a un primo de Key que andaba por la ciudad.

 

 

Mientras esperaban, Jong y Tae se pusieron a jugar videojuegos, y Onew y Min Ho, a ver videos de bromas. Key, en la cocina, hacía la comida con su abuela, en silencio. Había algo en esos días que Ki Bum no pudo decirle a su abuela, ya fuera por tiempo o ciertas circunstancias, Key necesitaba decirlo de una vez o sentía que no podría nunca, así que, una vez que puso el sartén a calentar la comida a fuego bajito, se acercó a ella con un vaso de agua y la hizo sentar en una silla. Le habría gustado buscar un mejor momento y lugar que ese, pero su primo iba en camino, en una hora más o menos llegaría, y sería el momento preciso para confesarse antes de que su abuela no volviera a hablarle por dicho secreto.

 

 

Ki Bum inspiró al imaginarse el odio de su abuela, sintiendo un nudo en su garganta. Su abuela era su ídolo, la persona que más amaba y admiraba en todo el universo, era su abuela, su madre y su amiga al mismo tiempo, y si llegaba a rechazarle, entonces no sabría qué hacer.

 

 

-Abuela.

 

 

La mujer dejó el vaso en la mesa, enfocando toda su atención en su niño, quien sin duda alguna, era su favorito. Key desvió su mirada, tomando las dos manos de la mujer con exceso de cariño, preparándose para soltar la gran bomba.

 

 

-Soy gay.

 

 

Silencio total. No hubo respuesta en largo rato, y no se atrevió a ver a su abuela. Sentía que la había decepcionado, que le había roto el corazón y que era un golpe bajo para su experimentada alma. Ki Bum apretó sus ojos al sentir un nudo en su garganta y una bomba frenética en su corazón. Justo ahora necesitaba un abrazo lleno del amor de su abuela, pero la reciente respuesta le hacía pensar que ya nunca los recibiría.

 

 

Su lastimado corazón cayó al sentir cómo su abuela retiraba sus manos, alejándolas de él y retirando su calor. A punto de llorar, puso las suyas en la mesa, queriendo retirarse antes de escuchar alguna palabra de odio, cuando de pronto, unos cálidos brazos lo acercaron a su abuela, dejándolo en shock.

 

 

¿Qué acababa de pasar? ¿Estaba soñando? Parpadeó sintiendo el agua acumulándose en sus ojos. Los brazos de su abuela le rodeaban con infinito amor, como si no le hubiera dicho nada relevante. Luego de unos segundos, la mujer se separó, ahuecando su mano en la mejilla de él, observando sus ojos con inmenso amor maternal, ese tan natural en ella.

 

 

-Ahhh, mi Kibomi. Mi dulce e inocente Kibomi. -comentó sobando su pulgar en la enrojecida mejilla del mencionado.- Eso ya lo sabía, mi amor. Me alegra que por fin lo asumas.

 

 

Podría parecer una burla su respuesta, pero fue el mensaje el que borró el terrible peso de los hombros de Key como por arte de magia. Ki Bum sonrió relajado, sintiendo sus emociones explotar por el alivio y sus lágrimas correr como ríos por sus mejillas. Su abuela enternecida, le secó los cachetes a su niño con suavidad, mientras él sorbía por la nariz sus propios mocos, evitando que salieran.

 

 

-Abuela. -logró decir entre tanto lloriqueo, inspirando aún más, listo para soltar su otra noticia.

 

 

-Déjame adivinar: te gusta Jong Hyun.

 

 

Y soltó el llanto en cuanto escuchó el nombre, cubriendo su humillado rostro con ambas manos, apretando sus dientes y párpados con dolor, limpiando cualquier rastro de su miserable situación. La anciana, movida por las emociones de su nieto, jaló sus manos para arrastrarlo de nuevo a su pecho, acariciando con ternura sus cabellos en un nulo intento por calmarlo, pero en lugar de eso, Key lloraba más fuerte, herido y avergonzado, sintiendo que los brazos de su abuela eran el único lugar en el que su torpe corazón podría ser calmado, y entre sus sufridos lamentos, comenzó a desahogarse.

 

 

-Abuela, me dijo que no. -recordaba, sin sentirse lo suficientemente fuerte como para enfrentar a la realidad.- Soy un tonto, ¿cómo pude...? ¿Cómo pude...? -soltaba entre lágrimas, apretándose más a su abuela.

 

 

-Oh, mi Bummie. -comentó conmovida sin dejar de peinar su cabello.- Necesitas tiempo, sanarte y estar atento a lo que pueda decir. Quizá debas darle otra oportunidad.

 

 

-No, abuela, no quiero. -contestó sin importarle quien pudiera oírle.- Fui un tonto al creer... que él podría sentir lo mismo... -lloró respirando con dificultad.

 

 

-Bummie, tienes tanto que aprender. -murmuró dejando un beso en su coronilla, antes de recargar su mejilla sobre ella.- Necesitas esperar.

 

 

Fue lo último que dijo, continuando con las caricias en la espalda de Ki Bum al tiempo que tarareaba una canción muy conocida para él, pues aunque Ki Bum tenga dieciocho, veinticinco, treinta o más años, para ella siempre será su amado nieto e hijo, su pequeño retoño.

 

 

Exhaló antes de comenzar la melodía de nuevo. Claro que a Jong Hyun le gustaba su niño, era más que evidente, solo estaba confundido. Solo necesitaba tiempo para aclarar sus ideas y admitir sus sentimientos. Pero no podía decirle eso a ninguno de los dos porque eso debían descubrirlo ellos mismos (además de que no le creerían). Cerró sus ojos sin dejar de acariciar a su nieto ni de tararear, sin darse cuenta de que detrás de la puerta alguien escuchaba el llanto de Key, sintiéndolo como propio.

 

 

Después de que Onew, Min Ho y Tae decidieron ir a la tienda de la esquina, Jong se dirigió a la cocina, dispuesto a ayudar a las "señoras" de la casa, sin embargo, se detuvo en la puerta, escuchando un llanto bastante familiar. Descubriendo por accidente la importante conversación, mandó un mensaje a Min Ho para que fueran a comprar algo en específico que Jong Hyun sabía, tardarían más en conseguir. De esta manera, podría permitirles un poco más de tiempo privado, no obstante, Jong Hyun se sintió como el peor monstruo al oír a Key, pues a pesar de que lo había visto llorar anteriormente, el hecho de saber que sufría más de lo que mostraba, y que él era el motivo principal, le hacía querer ahorcarse a sí mismo por haber sido tan idiota y ciego.

 

 

Se deslizó por la pared hasta quedar sentado en el suelo, rompiendo a llorar en silencio, culpable por haber herido tanto a Ki Bum sin siquiera darse cuenta, no lo suficiente hasta ahora.

 

 

"No, Ki Bum, el único idiota aquí fui yo."

 

 

 

 

 

Los chicos llegaron justo a tiempo para despedir a la abuela, pues el auto del primo Kim estaba estacionado cuando ellos ibas corriendo de regreso. Jong Hyun alcanzó a calmarse, lavar su rostro y fingir que no tenía nada para ayudar a la abuela con sus maletas.

 

 

La despedida fue triste, los miembros le insistían en que se quedara unos días más, pero ella refutaba que mucho ya había hecho ahí y mucho tenía que hacer en su hogar, por lo que dejaron de esforzarse por convencerla.

 

 

Tanto Min Ho como Onew le abrazaron fuerte, recibiendo consejos como "sigan cuidándose", " y "un buen líder cuida bien de sus pollitos, continúa haciendo un buen trabajo". Minnie, más que consejos, recibió apretones en sus mejillas, besitos, abrazos y "sigue brillando, mi travieso solecito", además de unas palabras en su oído que le hicieron soltar un asombrado "¿cómo lo supo?", contestado por un "lo sé todo".

 

 

En cambio, para Jong Hyun, hubo más que eso. Abrazos, besos y "tenemos que ir juntos de compras de nuevo algún día", además de un sospechoso murmuro que nadie alcanzó a escuchar. Y para el nieto original y preferido, un eterno abrazo lleno de amor y comprensión, unos besos para infundirle fuerzas para el futuro, y unas palabras en su oído, que lograban entibiar su corazón.

 

 

"La abuela te ama mucho, Ki Bum, sé fuerte."

 

 

Luego de más promesas para el futuro, la abuela más especial en el mundo de Key y para SHINee subió a su poco-combinada-con-ella carroza (es decir, un auto común casi chatarra), y después de unos minutos, avanzó hasta desaparecer en la cuadra.

 

 

 

 

 

Estuvo esperando dos días por este momento y ahora no estaba muy seguro de ello. Es más, solo podía pensar en huir, pero no podía retroceder, no con esta situación, así que, armándose de valor, entró a la tienda, encontrándola con un par de clientes en la caja donde la persona que buscaba, atendía.

 

 

Carraspeó nervioso, acercándose a su meta hasta quedar justo a un costado de él sin meterse al lado del trabajador, ya que desde ahí podía estar cerca de él sin estorbar. No obstante, su objetivo continuaba con su trabajo sin prestarle un mínimo de su atención.

 

 

-Hey. -susurró aunque no era necesario. El otro volteó al verlo, sobresaltándose al notar la poca distancia entre ellos. Fingiendo no estar afectado por ello, siguió pasando los productos por el láser para tomar el precio.

 

 

-¡Vaya! ¡Qué eficiente! Tan pronto vienes con mis diez wons, ¿eh? –comentó con tono de broma. Jin Ki al oír eso (y recordar su deuda) hizo un gesto incómodo con su boca, buscando en sus bolsillos la cantidad a deberle, sin embargo, su billetera solo tenía credenciales y en sus bolsillos, pelusa. Pero qué vergonzoso. Tímido, sonriendo con incomodidad, habló.

 

 

-Eh, no. Vengo por otra cosa.

 

 

-Oh, qué mal. –contestó antes de darle el precio a deber a la señora, picar unos botones y hacer el cambio de dinero, dando el sobrante al cliente y despidiéndola con una encantadora sonrisa que dejó pasmado a Onew, aunque este se removió tratando de ignorar aquello.- ¿A qué vienes entonces? –repuso serio, casi frío, impresionando a Jin Ki por lo rápido que podía cambiar de emoción.

 

 

-Necesito hablar contigo. –pidió en tono bajito mientras el otro atendía a un señor. Esperó alguna respuesta amable, pero seguía siendo ignorado, hasta que los clientes terminaron. Joon giró a verle, cruzado de brazos, en silencio, a ver qué era taaaan importante como para ir tan pronto con él a interrumpirle con su preciado trabajo.

 

 

-Bien, ¿qué quieres?

 

 

Jamás había sentido algo parecido, de pronto, sintió casi como si se hubiera tragado su propia lengua. No podía ni quería hablar, era tan vergonzoso lo que estaba a punto de pedirle pero lo necesitaba con tanta urgencia. Una vez más, pensó en alguna otra alternativa a su loco plan, cualquier cosa con tal de no pedirle lo que tenía en mente al chico frente a él, quien empezaba a impacientarse, sin embargo, era imposible. No tenía opción. Inspiró, armándose de valor y habló.

 

 

-Ocupo tu ayuda. –fue todo lo que su “valor” pudo permitirle decir.

 

 

-¿Podrías ser más específico? –Inhaló más oxígeno antes de murmurarle con muchísimo rubor en su rostro, debido al calor provocado por la inmensa pena de lo que estaba por decirle, en una nota agudísima pero aún en tono bajo.

 

 

-No tengo a nadie que pueda fingir ser mi novio y-

 

 

-Oh, no, no, no. ¡Eso sí que no! –exclamó antes de darse la vuelta, saliendo de la caja para deambular por la tienda. Por suerte, estaba totalmente solo el lugar. Caminó hasta la esquina de atrás del local con Onew repitiendo “por favor” una y otra vez, cuando Joon se dio vuelta enfrentando al loco que lo seguía, descubriendo que no era tan grande la diferencia de estaturas entre ellos. Incluso, podía apostar que solo eran unos cinco centímetros, sino es que menos.- Espero me estés pidiendo números de amigos míos o algo por el estilo y no lo que yo creo que me estás pidiendo.

 

 

-No, por favor, yo...

 

 

-¡Basta! Ni muerto lo haré. Me debes diez wons, ¡no un novio falso! –gritó exasperado por la demente proposición.- ¡Ni siquiera soy gay! –chilló en un tono agudo al darse cuenta de que ambos eran hombres.

 

 

-Por favor, si quieres, te pagaré...

 

 

-¡¿Estás loco?! –gritó aún más fuerte por sus palabras.- ¡Ni que fuera prostituta! –alegó ofendido.

 

 

-No lo decía por eso, yo...

 

 

-No tienes ni la menor idea de lo que me pides. –declaró antes de reanudar su esquiva huida.

 

 

-Por favor, no tienes ni idea…

 

 

-¡Es solo una niña! ¡Es totalmente inofensiva! –interrumpió de nuevo, negándose rotundamente a participar en su locura, cuando sintió la mano del otro jalando su brazo para que le pusiera atención.

 

 

-Podrá ser todo lo que quieras, menos inofensiva. –afirmó. Joon en cambio soltó una carcajada seca, antes de ser interrumpido.- Entró a mi auto a dejar una fotografía tomada en ese rato, casi nos aplasta a un amigo y a mí con un foco teatral, entró a la casa sin ser percibida y desapareció una carta que acababa de tirar en ese momento. –hizo una pausa observando su asombrado rostro, pues jamás se imaginó que una niña (y menos esa en específico) llegaría a esos extremos.- Necesito ayuda, por favor. –Joon, comprendiendo la situación, inspiró.

 

 

-¿No tienes a nadie más? ¿Por qué no lo hace alguno de tus amigos de Chein?

 

 

-Es SHINee. –corrigió.- Y no puedo, ella ha estado amenazándolos. No sé lo que pasaría si viera a alguno de ellos en esos “términos” conmigo. –explicó breve y con verdadera inquietud, tanta que incluso Joon sintió algo derretirse en su interior.- Por favor. –No tuvo que pedir nada más, él tomó su decisión en ese instante.

 

 

-De acuerdo, lo haré.

 

 

 

 

 

Pfff, gimnasio. ¿Quién lo necesitaba? Kim Jong Hyun no. Para nada. Todavía recordaba aquél día, muchas semanas antes, cuando quiso pedirle ayuda a Min Ho para recuperar a Key, que el maldito ojón le comentó que debería intentar hacer ejercicio, después de todo, cualquiera se derretía ante un hombre musculoso, pero Kim Jong Hyun era agradable, gracioso, talentoso y muy guapo, él no ocupaba nada de eso.

 

 

O bueno, eso es lo que trataba de convencerse, pues mirando su escuálido reflejo, reflexionaba sobre sus flacuchos brazos y su delgada figura. ¿A Ki Bum le gustaría si él fuera al gimnasio? Nahh, él no podía ser tan superficial. Aunque quién sabe... Suspiró analizando su abdomen plano, más aún que una tabla, ni siquiera barriguita tenía, como Onew Hyung. Delineó su cuello tratando de imaginarse cómo se vería con un poco más de músculo, descubriendo apenas a Ki Bum en el reflejo, recargado en el marco de la puerta, observándolo detenidamente, dándose cuenta muy tarde que ya había sido cachado. Oh, cielos. Avergonzado, dio media vuelta y salió de ahí. Jong Hyun, sin perder tiempo lo siguió por las escaleras, aprovechando que pasó por la sala para tumbarlo en el sillón.

 

 

Ki Bum, forcejeando, quedó boca arriba, con Jong Hyun sobre sus muslos, deteniendo sus muñecas, aunque era difícil, pues Key no se rindió hasta unos minutos después, suspirando agotado. Una vez calmado, le miró con el ceño fruncido, enojado y todavía apenado.

 

 

-No te estaba mirando. –mintió, pero eso no era lo importante.

 

 

-¿De verdad creíste que estaba saliendo con Tae Min? –Key reanudó los forcejeos, negándose a responder algo tan obvio.- Key, contesta.

 

 

-¡Cállate! ¡Tae está durmiendo! –exclamó recordando que Minnie se había quedado dormido escuchando música, y precisamente Ki Bum acababa de acostarlo en su cama antes de quedarse embobado con la imagen de la ancha espalda de Jong Hyun.

 

 

-Key, responde. –insistió una vez más, todavía con su voz baja. Ki Bum, sin poder encontrar manera de liberarse de aquél interrogatorio, habló, con sus mejillas sonrosadas.

 

 

-¡Sí, lo creí! ¡¿Contento?! –exclamó humillado, antes de sentir el índice de Jong Hyun bloqueando sus labios.

 

 

-Shh.. Tae está durmiendo.

 

 

Susurró en voz muy bajita antes de reírse, a lo que Key solo rodó sus ojos. Se mantuvieron callados por un buen rato, sin otro sonido más que el del silencio rodeándoles. Jong Hyun observó una vez más el rostro de Key, al tiempo que acariciaba sus labios con su pulgar, provocando que el castaño se tensara. Jong Hyun aprovechó una vez más para analizar el rostro de su… eh, ¿amigo? (Si es que todavía lo eran). Desde sus cejas remarcadas hasta sus delineados párpados, sus oscuros ojos, su larga nariz, sus mejillas rojas, y se detuvo en sus labios, de nuevo. Últimamente, su boca robaba toda su atención, tan suave, tan esponjocita... incluso tenía forma de corazón.

 

 

Inspiró casi dolorosamente, apreciando lo bonito que era Ki Bum, quien, al ver que se acercaba, puso ambas manos en el pecho del mayor para detenerlo, ya que Jong había aflojado el agarre. ¿Qué pensaba hacer? Volteó su rostro para evitar cualquier tontería suya. El Kim mayor, al notar su rechazo, se sintió herido.

 

 

-Tae no me gusta. –declaró, llamando su atención, aunque Key sólo movió sus ojos para verlo.

 

 

-Vaya, qué rápido. –soltó con cierto desdén sin apartar sus manos del pecho desnudo de Jong.

 

 

-Me gusta otra persona.

 

 

-Ah, ¿sí? –respondió tratado de parecer desinteresado. Para su sorpresa, Jong Hyun asintió, haciendo que Key girara su rostro por completo, brindándole toda la atención del mundo. ¿Era en serio?

 

 

-Eres tú, Key. -ante eso, el nombrado le empujó con sus dos piernas en su abdomen, alejándolo y logrando liberarse. Jong Hyun, extrañado, se levantó con dificultad, pues esa patada doble le había dolido.

 

 

-No te imaginas cómo extraño a mi inútil yeso. –comentó yendo a la cocina, pisando con furia. Una vez recuperado el oxígeno, el otro le siguió el rastro, alcanzándolo.

 

 

-Es en serio, Ki Bum, me gustas.

 

 

-¡Deja de bromear, Kim Jong Hyun! –ordenó dándole la espalda.

 

 

-Key, me gustas, cometí un terrible error y ahora lo sé. Perdóname, por favor. –pidió acercándose hasta abrazarlo por la espalda.

 

 

-Estás loco. –dijo apartando sus brazos, volteando para enfrentar su mirada, y buscar algún rastro de mentiras en él.- Ni pienses que voy a creerte, Jong, nadie dice que no es gay y después de unas semanas mágicamente cambia de opinión. –Jong, mostrando cierta desesperación porque Key le crea, en su rostro, se acerca a él.

 

 

-Estaba equivocado, no me daba cuenta de lo importante que eres para mí.

 

 

-Jong Hyun, ya me diste tu respuesta y fue un “no”. No voy a esperarte toda la vida, ya cambié de página, así que supéralo y olvídame. –declaró antes de dirigirse a la salida de esa tormentosa situación.

 

 

-¡Espera! –pidió desesperado al verlo irse, consiguiendo detenerlo.- Déjame demostrarte lo que siento, por favor.

 

 

De verdad lo pensó, y deseó haber dicho que no. No valía la pena ilusionar a su magullado corazón, pero, ¿y si decía la verdad? Dudó por eternos segundos, antes de cruzarse los brazos y dar media vuelta, cediendo su “preciada” oportunidad a Jong Hyun. Este, al ver su reacción, se aproximó hasta quedar unos centímetros de su rostro. Con su mano izquierda tomó su cintura, notando el apenas perceptible rubor en sus mejillas, colocó su diestra en la nuca contraria, inclinó su rostro hacia un costado, cortando más la distancia entre sus rostros, lamiendo sus labios, preparándolos para su meta, hasta que de repente, una mano se colocó en su boca, reapareciendo la distancia entre ellos.

 

 

-Si lo que planeas es besarme, entonces olvídalo. –afirmó alzando una ceja con incredulidad. ¿Ese era su “maravillosa” forma de demostrarle lo que sentía? Pff, lo creyó más astuto. Rodó sus ojos con frialdad.- Te sugiero más creatividad, Hobbit. –soltó antes de dar media vuelta y salir de ahí, dejando a Jong Hyun con la boca abierta, sin poder creer lo que acababa de pasar.

 

 

-¡Vaya! ¡Qué romántico eres! No me digas, ¿eso es de Shakespeare? –sarcasmeó todavía asombrado por lo rompe-atmósferas que podía ser Key, ¡ni siquiera Onew y su Onew Condition rompían atmósferas de esa manera! Cielos, se sentía insultado. Levantó los brazos, sin poder superar lo que acababa de suceder, y para mayor sorpresa, Key regresó, mirándole y sonriendo con burla, antes de soltar otro comentario y retirarse tan pronto como había llegado.

 

 

-Hay más de dónde vino eso.

 

 

Definitivamente, Kim Ki Bum no era un chico fácil.

 

 

 

 

 

Fantástico. Ya era jueves. Aaaggh, Tae Min gruñó al tiempo que revolvía sus propios cabellos. ¡Qué frustración!

 

 

Desde el lunes había dicho que se declararía, ¡pero parecía ser que el mundo entero haría lo que fuera por impedírselo! No ha tenido ni un momento a solas con Min Ho, ni uno solo, y eso le desesperaba. No era justo.

 

 

El lunes, en cuanto terminó de grabar su canción, le pidieron que la volviera a cantar, mínimo tres veces para filmar el video, así saldría cantando con distinta ropa y en distintos lugares. Ese día salió muy tarde de la empresa, suerte que sus amigos estaban ahí para apoyarle.

 

 

Martes. Min Ho fue a no sé dónde por no sé qué premio de qué revista por quien sabe qué atributo. En Japón. Estuvo de regreso el miércoles para ir a la empresa para servir de tutor de no sé qué artista nuevo, y quien sabe a qué hora llegó a casa, pues Tae Min se quedó dormido hasta ahora: la mañana de un angustiante jueves. Y eso sin mencionar su molesto sexto sentido que se había agudizado, insistiendo con que era mala idea. ¿Por qué?

 

 

No permitiría que pasara otro día. Se levantó de su cama, la tendió y se fue a bañar. Al salir, perfumado y listo para comenzar el día, se preguntó: ¿dónde estaría Min Ho Hyung?

 

 

Buscó por toda la casa, adentro y afuera, arriba y abajo, pero no había rastro de él. Casi por invocación, se encontró con Jong.

 

 

-Hyung. -este, atrapado con la galleta en la boca, a punto de ser mordida, volteó.

 

 

-Mande.

 

 

-¿Ha visto a Min Ho Hyung? -se quedó pensando antes de contestar.

 

 

-Salió a la empresa hace como diez minutos, algo así. No sé a qué, pero dijo que ocupaba hacer algo. -divagó antes de morder la ansiada galleta. Tae mostró curiosidad con respecto al paradero de su Hyung. ¿La empresa? Volteó a verlo, notando algo.

 

 

-¿Te preocupa algo?

 

 

-¿Eh? -dijo tontamente, luego meditó la pregunta.- No, ¡pff! No es nada. -contestó sin poder dejar de sonreír, y Tae Min se dio cuenta.

 

 

-Andas muy raro, Hyung. ¿Pasa algo? -cuestionó alzando una ceja, intuitivo.

 

 

-¿Eh? ¡Claro que no! -¿por qué precisamente Tae le preguntaba eso? ¡Si actuaba como todos los días!

 

 

-Ajá. -dijo sin creerle.

 

 

-¡Es en serio! ¡No pasa nada! -exclamó intentando convencer a Tae. O bueno, también a sí mismo. El drama de Key y su rotunda negación habían despertado al ratoncito mental, haciéndolo pensar más ahora que en toda su vida escolar.

 

 

-Lo que digas, Hyung, lo que digas. -soltó antes de tomar un vaso, llenarlo de agua y beber.

 

 

-¿No vas a desayunar? -preguntó al darse cuenta de que Tae ya iba de salida.

 

 

-Tengo que encontrar a Min Ho Hyung.

 

 

-¿Y la escuela? No te he visto haciendo tarea ni nada de eso.

 

 

-¡Pfff! ¡Ya suenas como Key! -se quejó rodando los ojos.- Permisos de la empresa. Puedo faltar cuando yo quiera. -dijo alzando una ceja con cierta superioridad, pues había descubierto esas ventajas un poco tarde.

 

 

-No creo que debas abusar de eso. -sugirió el mayor.

 

 

-¡No me importa lo que digas, vas a desayunar! -gritó Ki Bum entrando a la cocina, sabiendo que Tae intentaría escapar sin comer. Pasó por un lado de él, y sin detenerse, lo jaló hasta llevarlo a una silla y sentarlo.- No sales de aquí sin desayunar. -ordenó poniéndose un delantal, luego giró la mitad superior de su cuerpo hacia Jjong, viéndolo con el frasco se galletas antes de arrebatárselo.- Tú tampoco has desayunado, te hará daño.

 

 

Ahora sin el yeso, Ki Bum estaba el doble o el triple de activo que normalmente. Jong Hyun y Tae suspiraron derrotados, mientras esperaban a que "mamá gallina" les diera su desayuno.

 

 

Media hora después, lleno hasta casi explotar, Tae Min pudo huir de la cocina y de la casa, yendo lo más rápido posible a la empresa. Quién sabe si Min Ho seguiría ahí. Exhaló desilusionado, ¿pasaría otro día con ese gran secreto? Esperaba que no. Inevitablemente, su mente se inundó en la canción que grabó el inicio de esa semana. Por ahora, lo único que podía hacer era llegar.

 

 

«Ya no puedo soportar quererte en silencio.»

 

 

No obstante, a mitad del camino encontró una florería y se detuvo. La idea de un regalo acompañando a su confesión reapareció al tiempo que una sonrisa se extendía en su inocente rostro. Buscó en su bolsillo en lo que veía el precio. ¿Con una bastaría? Pero, ¿cuál escoger? Se quedó pensando con una mano en su barbilla, había tanta variedad que no podía decidirse por una sola.

 

 

La señora que en ese momento atendía, delgada, por los treinta y de largo cabello castaño, amarrado en un chongo bajo, vio a Tae Min con curiosidad. Lucía muy pequeño, y al notar su interés por las flores, supuso su gran indecisión. Sonrió con ternura, acercándose.

 

 

-¿Necesitas ayuda?

 

 

«Creí que con permanecer a tu lado, como hasta ahora, sería más que suficiente.»

 

 

Tae, al verse descubierto se sonrojó. Sería muy vergonzoso pedir una flor para un chico, pero no quería ir con las manos vacías. Negó ferviente con su cabeza, totalmente apenado.

 

 

-¿Es especial la ocasión?

 

 

Tae se mordió los labios, todavía indeciso. No quería que nadie supiera, pero no sabía nada de flores y no quería entregarle cualquier cosa a su Hyung. Finalmente, asintió quedo ante la pregunta. Ella sonrió intentando transmitirle confianza.

 

 

-¿Es para una chica?

 

 

«Sí, por una vez, debo reunir un poco de coraje. Debo decirte cómo me siento.»

 

 

Minnie escondió su mirada en el piso. ¡Qué difícil era! ¿Cómo le hacían en las películas para conseguir flores? No eran para ninguna chica ni nada parecido, pero tampoco podía decirle que eran para un chico. Mejor optó por murmurar una vacilante respuesta sin verle.

 

 

-Algo así.

 

 

-Ahh, entiendo. No es muy femenina. –completó ella risueña. Minnie, en cambio, pensó que era lo más cercano que podía decir de Min Ho sin revelar su identidad, por lo que asintió como si la mujer hubiese dado en el blanco.- Bueno, dudo que haya alguna flor que no sea totalmente femenina, pero... –hizo una pausa levantando su índice, como si le dijera que esperara un poco. Ella se asomó a las flores que estaban en exposición, justo entre ella y Tae, y de todas las variedades que para Minnie eran infinitas, escogió una de largo tallo verde, con pétalos grandes de color blanco y un centro amarillo, y se la extendió.- Esta me gusta para ti. Es una margarita*. –explicó.- Y simboliza alegría, amor inocente y fidelidad.

 

 

Minnie observó con más detalle a la flor que en sus pequeñas manos, aparentaba ser aún más grande de lo que era en realidad. Para Tae Min, esa flor parecía la más sencilla y común del mundo, ¿qué podría tener de especial si esa en todas partes la encontraba? Acarició sus pétalos, analizando. ¿En serio significaba todo eso? La mujer notó la duda en su rostro, y con la misma suavidad volvió a hablar.

 

 

«Aún no conoces mi corazón, solo sonríes alegremente.»

 

 

-Dicen que cuando regalas algo, das una pequeña parte de ti. Más aún si hablamos de flores. –el niño llevó de nuevo su atención hacia ella.- Y es mucho mejor dar algo que se asemeje a ti, que una muy costosa y sobrevalorada rosa.

 

 

Tae Min volteó hacia las rosas. Demasiado románticas. Negó con su cabeza, coincidiendo con la señora. Miró una vez más la flor en sus manos, convenciéndose más con cada segundo. Quizá, solo quizá, si se parezca un poquito a la margarita, en el sentido de la alegría y ser fiel, porque jamás se atrevería a hacerle daño a Min Ho Hyung, menos aún, con infidelidades. Sonrió, seguro de su decisión y entregó el dinero correspondiente, antes de seguir con su camino.

 

 

«Quiero decirte que me gustas. Quiero decirte que mi corazón te está llamando.»

 

 

Con la margarita escondida en su espalda, teniendo mucho cuidado de no aplastarla, entró a la empresa como si se tratara de su propia casa, encontrándose con personas dispersas conversando entre sí, algunos caminando, otros acelerando el paso, unos más en cafetería. Los ignoró y continuó hasta encontrarse con una cara conocida. Sonriente, con la flor muy bien escondida tras él, se adelantó hasta llegar con uno de sus tantos Hyungs, y llamándolo, lo detuvo.

 

 

-¡Eun Hyuk Hyung! ¡Eun Hyuk Hyung! –repitió hasta que el nombrado le identificó, luego sonrió al encontrarlo. Se juntaron aún más, para que su charla fuese un poco menos pública (a gritos).

 

 

-¡Hey! ¿Qué pasa, Tae? –saludó sin dejar de sonreír.

 

 

«Toma mi mano, toma mi mano. Tengo miedo de perderte.»

 

 

-¿Has visto a Min Ho Hyung? –preguntó mientras se movía de lado a lado sin despegar los pies del suelo, esperando por su respuesta. El mayor se quedó pensando por unos segundos, cuando de repente, Dong Hae apareció tras él.

 

 

-Heey, hola, Tae. –saludó.- ¿Robando hombres o qué? –bromeó, a lo que el pequeño negó.

 

 

-¿Has visto a Min Ho? –intervino Eun Hyuk, rindiéndose en su búsqueda mental por el susodicho. Dong Hae, en cambio, tras ver el rostro de su amigo, miró el techo, meditando. Sí, lo había visto. Dudoso, señaló al elevador.

 

 

«Tímidamente, escondo mi palpitante corazón, pero hoy te encuentro de nuevo. Me preocupa que descubras mi corazón, así que me doy la vuelta.»

 

 

-Creo que lo vi por… -repasó una vez más, antes de voltear hacia Minnie.- Por el piso cinco o seis, en los camerinos.

 

 

-¡Gracias! –expresó antes de correr al ascensor, trasladando la flor hacia su pecho para que ellos no la vieran. Los mayores observaron extrañados al niño que ya estaba del otro lado del edificio, llamando al cubículo. Ambos chasquearon la lengua al no poder descubrir qué era lo que escondía, y olvidándose del asunto, salieron del edificio.

 

 

«Me quedaré a tu lado, todavía te necesito. Nada puede reemplazarte. Porque te amo, espérame, te diré lo que hay en mi corazón.»

 

 

Tae Min, en cuanto entró al cuartito, picó el botón para cerrar la puerta, ocultando la flor. No quería que nadie más se enterara. Inspiró profundo, dándose cuenta de que poco faltaba para el gran momento. Pronto le diría a Min Ho Hyung todo lo que sentía, sin nada más que interfiriera. Nada ni nadie. Cerró sus ojos contando los segundos, de pronto se encontraba ansioso y las dudas regresaron. ¿Y si le decía que no? No, sería ridículo, se habían besado, ¿por qué motivo lo besaría si no le gustara? Sacudió su cabeza, ahuyentando las malas ideas.

 

 

«Quiero decirte que te estoy buscando. Quiero decirte que quiero tenerte.»

 

 

Sin embargo, ¿por qué seguía sintiendo como si estuviera haciendo algo malo? Apretó más el tallo con sus dos manos, percatándose de las nauseabundas mariposas en su interior, aleteando con locura, y a su corazón golpeando contra su pecho con toda la fuerza del mundo. Se sobresaltó, abriendo los ojos al escuchar el timbre del ascensor, notificando que ya había llegado al nivel deseado. Tragó duro, con tanta dificultad que era incapaz de creer que unos diez minutos antes, su cabeza no daba vueltas y su temperatura no estaba por los cielos.

 

 

«Toma mi mano, toma mi mano. Tengo miedo de perderte.»

 

 

Dando pasos lentos por el desierto pasillo, miró las puertas en cada pared, intentando abrirlas, no obstante, todas estaban bloqueadas. Dio vuelta en la esquinita, avanzando con cuidado de no ser atrapado. Se vio tentado a gritar el nombre de su Hyung, pero los mismos nervios le obligaban a guardar silencio. Su sexto sentido despertó con fuerza, creciendo y creciendo, gritando a lo lejos que retrocediera, que no valía la pena arriesgarse, y que mejor se protegiera. Sin entenderlo, continuó, ignorando a la razón una vez más. De repente, escuchó a lo lejos, un timbre de voz muy familiar para él. Sonrió con inmenso alivio, Min Ho estaba unas habitaciones más adelante.

 

 

«¿Estás escuchando? Mi corazón es solo para ti.»

 

 

Aumentó un poco la velocidad, alcanzando a distinguir la voz de una mujer. Alzó una ceja con duda, ¿una mujer? Se encogió de hombros siguiendo su camino, cuando a mitad del pasillo, vio una línea de luz en el piso, la pared de la izquierda y un carrito con tres botes grandes de basura, que se encontraba recargado es ésta. Había alguien en el cuarto de la derecha, concluyó en su mente, acercándose lo más sigiloso posible. Con mucho cuidado, se asomó por la puerta semiabierta, notando a una chica que se le hacía extrañamente familiar viendo en su dirección sin percatarse de su presencia, y ahora sí, entendiendo las palabras pronunciadas por la mujer.

 

 

-Es que, Oppa… Esto es tan repentino que n-no sé… -decía ella con extrema timidez, bajando su rostro. Frente a ella estaba una silueta masculina muy conocida por Tae. Minnie, al escuchar la respuesta, ladeó su rostro confuso. ¿De qué estarían hablando?

 

 

-Por favor, di que sí. –insistió el joven tomando sus manos, escuchándose un poco presionado. Tras varios segundos pensando, la chica, sonrojada, alzó su mirada para conectarla con la suya, y sonrió.

 

 

«Me duele sólo mirarte...»

 

 

-Claro que sí, Min Ho Oppa. –aceptó, armándose de valor para reafirmar.- Sí quiero ser tu novia. –declaró antes de ponerse de puntitas, llevar sus manos a la nuca del otro y compartir un casto beso.

 

 

«… de esta manera.»

 

 

Tae Min, al verlos, soltó la flor. ¿Min Ho? ¿Novia? Impactado, parpadeó sin poder creer lo que sus ojos habían visto, y sus oídos escuchado, eso sin contar el vacío que sintió en su estómago, como un fuerte puñetazo, ni el imaginario sonido del cristal estrellándose contra el piso, siendo su corazón el afectado, empatizándose con las delicadas copas de vidrio. De un segundo a otro, el aire comenzó a faltarle, quizá ellos ya lo habían consumido en su beso. Su pecho comenzó a subir y bajar más rápido, al necesitar más oxígeno, el cual parecía inexistente. Incluso la temperatura había abandonado su cuerpo. Se mordió el labio al tiempo que un nudo crecía en su garganta. Pasmado, retrocedió, como si los restos de su frágil alma le rogaran que huyera. Por desgracia, su espalda chocó con uno de los botes de basura, despertándolo de la impresión, y para mala fortuna, alertando a los otros de su presencia. Asustado, giró de nuevo hacia la puerta semiabierta, donde la pareja, asustada por el ruido, se separó.

 

 

-¿Qué fue eso?

 

 

Preguntó el chico caminando hacia el umbral, abriendo por completo la puerta para ver quién los espiaba, revelando que en efecto, era Choi Min Ho de SHINee. No obstante, lo único que vio fue un carrito recargado en la pared de enfrente, con dos botes parados y uno en el suelo con la basura esparcida. Después, algo llamó su atención. Justo frente a sus pies, estaba una flor sola, abandonada y olvidada. Extrañado, se acuclilló para tomarla. Tan frágil, tan suave, tan… pura. Sonrió al recordar a Tae Min. Definitivamente, si Minnie fuera una flor, sería esa.

 

 

-¿Qué pasa, Oppa? -Sorprendido por la voz de la menor, se levantó con la planta en mano. Estaba secándose. Quien sea que la tuvo antes, la apretó mucho. Quizá con un poco de agua se recuperaría.- ¿Qué es eso? –preguntó ella antes de ver lo que Min Ho encontró.- Oh, una margarita. –comentó extrañada. ¿Qué haría una flor tirada en el pasillo?

 

 

-¿Margarita? –repitió con duda.

 

 

-Así se llama el tipo de flor. –él alzó una ceja, como si pidiera que se explicara.- Es que tengo una tía conoce a una amiga que tiene una florería, ella me dijo, y que también significaba algo de felicidad o limpieza. –comentó a medias, no muy segura, pues eso fue mucho tiempo atrás. Min Ho miró de nuevo a la pobre plantita.

 

 

-¿Te gusta? –preguntó él. A lo que ella torció su boca, incómoda con el cuestionamiento.

 

 

-En realidad… -inició cautelosa.- Prefiero los tulipanes, pero cualquier cosa está bien. –contestó. Min Ho hizo un gesto inconforme.

 

 

-Si no la quieres, no la aceptes. –repuso, sorprendiéndose al escucharse amable a pesar de sentirse ofendido. La flor era bonita y muy sencilla, ¿qué tenía de malo?

 

 

-N-no quise decir eso, Oppa. –se repuso haciendo pucheros inconscientes arrepentida, pues temía arruinar su relación cuando apenas iba empezando. Min Ho le sonrió, negando con su cabeza y restándole importancia.

 

 

-Descuida, no pasa nada. -ella sonrió aliviada por su respuesta, y tras varios segundos en silencio, volvió a hablar.- Sulli, ¿quieres que me adelante? –preguntó suave, tratando de no sonar grosero.

 

 

-Oppa, ¿es realmente necesario escondernos? –cuestionó cautelosa. No era justo que por fin tuviera un novio y tuviera que ocultarlo.

 

 

-Lo siento, soy un mal novio. No debería esconderte, pero esto podría afectarnos: a ti, a mí y a los chicos. -expuso, refiriéndose a sus compañeros.- Más aún porque ustedes van empezando. -hizo una pausa.- Entenderé si no quieres continuar. –la menor hizo un puchero, sintiendo que de nuevo lo había arruinado.

 

 

-No, Oppa. Tienes razón, los escándalos no nos harían bien. –intentó justificarse, convenciéndose a sí misma.- Me iré primero. –avisó antes de darle un inocente beso en la mejilla y retirarse. Min Ho, por su parte, le dio una última mirada a la basura tirada, buscando en su memoria quien podría haberlos espiado. Sin embargo, luego de unos minutos pensando, le restó importancia, apagó la luz del cuarto y se fue, sin darse cuenta de que justo en la habitación contigua se escondía Tae, tapando sus sollozos con una mano, luchando por controlar las usuales convulsiones de su cuerpo por culpa del llanto.

 

 

Así que esto era. ¿Quién diría que su “equivocado” sexto sentido recién descubierto, no estaba tan equivocado después de todo? Inhaló, llorando en silencio, antes de abrazar con fuerza sus piernas y ocultarse en sus rodillas. ¿Cómo pudo ser tan tonto? Torpemente y con cierta frustración, se secó las mejillas con las mangas, pues a pesar de limpiarlas una y otra, y otra vez, éstas volvían a aparecer. De pronto, tuvo una especie de Deja vú. Al final, su sueño también tuvo la razón de la forma más directa posible, pues Tae Min podía apostar que ni siquiera la caída más alta del mundo habría sido tan dolorosa como la que tuvo su inocente corazón.

 

 

Porque Tae Min debió hacer caso a las señales, aprender de lo que su sueño le advertía y obedecer a lo que su sexto sentido tanto le había ordenado. Porque sin importar lo mucho que necesitara a Min Ho en su vida, sin importar la fidelidad que algún día llegaría a prometer, la pureza que pudiera representar, o la promesa de permanecer unido a él, Tae Min debió esconder su palpitante corazón y dar la vuelta mientras tuvo la oportunidad, porque Min Ho, a pesar de ser irremplazable, no supo escuchar al inocente corazón de Minnie, ni ver lo que tanto escondía, ni esperar ‘sólo un poco más’, mucho menos pudo sostener el obsequio que con tanta dulzura le fue entregado.

 

 

Porque Min Ho, sin percatarse, había hecho trizas a Tae Min.

 

 

«Mi corazón es solo para ti. Me duele sólo mirarte... de esta manera.»

 

 

 

 

 

Continuará...

 

Notas finales:

Bien… ¿Alguien desea matarme D:? Espero que no.


* Notita curiosa. Al inicio yo quería usar de flor un girasol, sin embargo, investigué significados de varias flores, entre ellas, tulipanes, lirios y rosas (blancas). Quería una que expresara la inocencia del primer amor y la pureza, algo que combinara con la personalidad de Tae Min en esta historia. Lo curioso es que, al estar buscando, me topé con una página que decía que el girasol, aunque todos dicen que su significado es “eres mi sol”/”por ti giraré como el sol”, y amor inocente, y todo eso, en realidad representa un amor infeliz. Y bueno, quien sabe si era cierto, pero no quise arriesgarme, y me topé con la margarita (que apenas hoy descubrí que así se llaman) y me encantó tanto lo que simboliza como su forma, tan suavecita y pura como Tae.


*CANCIONES usadas en el capítulo.


De Tae Min para el dorama coreano “To The Beautiful You”, “U


 


Sip, de nuevo la usé ahora. ¿Por qué? Porque estaba planeado desde casi el inicio del fanfic que así sería. Ahora, espero que se hayan dado cuenta de la forma en la que incluí la canción y que no la hayan confundido con la narración o diálogos.


 


Ahora, lo que todos han estado esperado (y todavía no puedo creerlo, pero en realidad, sí hay personas a las que les gusta esta sección O':!!)...


¡QUESTION TIME!


 


• ¿Les gustó?


• ¿Valió la pena la espera? ¿Faltó algo?


• ¿Su parte favorita?


• ¿Qué opinan del sueño de Tae? ¿Alguien adivinó el significado?


• ¿Les gustó la conversación JongKey en el hospital? (Esta diva tan chismosa, pueh e.e!).


• ¿Qué opinan de la confesión de Key a su abuela? ¿Alguien se lo esperaba? ¿Quién cree que esta escena es innecesaria o fuera de lugar? (Se me hizo gracioso que Key no supiera lo obvio que es para todos su homosexualidad :v… en este fanfic x)!


• ¿Quién más ama a la abuela? ¿Quién la va a extrañar ;3;? (Oh, gad, my feelings ;3;♥!).


• ¿Qué opinan de la escena JoOnew? ¿A alguien le gustó? ¿A alguien le gusta mi versión de Joon ;3;♥? Honestamente, ¿mi versión de Joon si se parece al real? $: (Es que me basé en curiosidades y alguno que otro video encontrado por ahí).


• ¿Creen que Jong Hyun vaya al gimnasio ;3;? (Yo ruego porque sí ;3;♥) ¿Qué opinan de la huida cobarde de Key? ¿Y de la declaración de Jong Hyun? ¿Y la respuesta de Key? ¿Y el casi beso entre ellos D:? (Oh, gad, y yo juraba que este capítulo iba a estar bien aburrido) ¿Qué creen que vaya a hacer Jong Hyun para convencer/conquistar a Key?


• ¿Alguien identificó la canción en medio del fic?


• ¿Les gustó el “cameo” de Eun Hyuk y Dong Hae? (Quería meter a dos hombres, y que fueran algo cercanitos a SHINee)


• ¿Sabían el significado de las flores? ¿Y de la margarita? ¿Les agradó que conectara el sueño, la flor y la canción con el rechazo de Tae? (A mí me cayó bien la señora florista).


• Ahora sí, ¿ya supieron el porqué del mal presentimiento de Key sobre Sulli? Pero bueno, no puedo culparla.


• ¿Quién sospechaba sobre la actitud de Min Ho? ¿Alguien se imaginó que Min Ho saldría con Sulli?


 


 


¡Muchísimas gracias a todos! Espero les haya gustado mucho, mucho más que los anteriores. Cuídense mucho, Feliz Ya-No-Navidad y Año Nuevo x)♥! Muchos besos y abrazos psicológicos♥!


att’Hacchi♥!


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