Me quede mudo ante la absurda petición de mi hermano menor, Greg me miraba intrigado, con las mejillas aun sonrojadas y los labios de un provocador color rosa que dejo la fricción de nuestras bocas al besarse desesperadamente; me consto un poco recuperar el habla después de escuchar a Sherlock y tuve que reunir todas mis fuerzas para poder hacer una simple pregunta.
-¿Qué tonterías estas diciendo?- pregunte enfadado con el ceño fruncido, sentía que el corazón me latía con fuerzas lleno de preocupación, me lleve las yemas de los dedos al puente de la nariz mientras me masajeaba por el dolor de cabeza que me estaba dando; mi hermanito era el único que podía retorcer mi cara de la más pura ira con unas cuantas palabras y volcar en preocupación mi alma.
- ¡No son tonterías! es algo muy importante y de vital importancia, mi vida está en juego, Mycroft. No me tomes tan a la ligera, no estaría hablándote si no fuera estrictamente necesario.- La voz de Sherlock se escuchaba tan segura y amenazante que sabía de antemano que se trataba de algo muy serio, algo fuera de las capacidades de mi hermano que lo estaba mortificando y recurría a mi ayuda como último recurso de desesperación.
Me sentía feliz, no solo por el hecho de que había experimentado por primera vez y de manera satisfactoria el sexo, si no que mi hermanito recurría a mí para pedirme ayuda, eso me convertía en alguien de confianza para el necio y orgulloso patán de mi hermano menor, sin embargo eso no quitaba mi evidente preocupación.
- Que dios te ampare… ahora ¿Qué demonios hiciste?- No pude ocultar mi agobio en el tono de mi voz aunque trate.
-Por favor ¿podrías dejar de mencionar a “dios” en los asuntos de los humanos? ya suenas como mamá por los domingos.- estaba seguro que Sherlock acababa de rodar los ojos y torció la boca.
-¿Es por la misma razón por la cual estabas hoy afuera del Diógenes?- lance la pregunta para ver qué respuesta era la que obtenía, era de lo más obvio que Sherlock estaba sufriendo los síntomas de los enamorados o eso es lo que había deducido con sus actos, además con Lestrade a mi lado estaba un sesenta y seis por ciento seguro de que era casi cierto.
- ¿Me viste?- tardo un poco antes de contestarme, su voz sonó tan altanera e increíblemente sarcástica, era como si supiera que lo estuve viendo desde mi ventana, claro no pudo disimular su desconcierto, Sherly seguía siendo siete años menor que yo y eso me daba varias ventajas, suspire más calmado.
- ¿Podrías por lo menos una vez en tu vida no contestarme cuando te hago una pregunta con otra pregunta?-
- Tú también lo haces, además si buscas “una primera vez” en tu vida, te la estoy brindando justo ahora, no te conteste con otra pregunta, ¿Feliz? ahora podemos concentrarnos en lo que es importante, continuar y si tienes la decencia humana puedes responder a mi pregunta principal.-
Estaba seguro que ahora Sherlock tendría una sonrisa de satisfacción en el rostro, llena de gozo y placer al hacerme parecer un tonto, aunque la situación ameritaba que le colgase el teléfono y lo dejara apañárselas solo, muy dentro de mí, sabía algo que no quería admitir… Sherlock siempre me recordó a Diógenes y le había cogido cariño con el pasar de los años.
- No. Yo no te vi.- conteste, fiándome de su desconcierto inicial. -Fue mi ayudante quien me aviso que estabas parado como un tonto afuera del Diógenes, podrías por lo menos venir disfrazado si no quieres que te descubran Sherly, deberías dejar de hacer lo más obvio si tratas de disimular algo..-
- Y tú podrías ser mejor con tus mentiras, al fin y al cabo te la pasas mintiendo la mitad del tiempo por el trabajo y aun así, puedo saber cuándo mientes Mycroft.- Sherlock hablaba como si estuviera teniendo alguna discusión mortal con un Psicópata y yo me sentía discutiendo con un chimpancé, era obvio que no me gustaba levantar mi tono de voz, pero con Sherlock que siempre quería tener la razón era un poco inevitable no sostener un debate abierto.
- Las cámaras también te captaron, o que ¿Crees que están de adorno afuera?-
- Y ¿Tú crees que no me asegure de que estuvieran apagadas cuando fuera?-
- Entonces si viniste.-
Nos quedamos en silencio, cuando sentí que Lestrade me besaba suavemente el pecho y me brindaba una de sus sonrisas que tanto me gustaban para tranquilizarme y como por arte de magia mi enojo me abandono dibujándose una sonrisa en mis labios de pura felicidad.
- Bien, estoy seguro que discutiendo como dos viejos Sociópatas no llegaremos a nada mejor dime el por qué quieres que te ayude y lo hare sin dudarlo, somos hermanos y para estoy aquí.- en ese momento sin importarme nada hable con todo el corazón y con las mejores intenciones per en cambio Sherlock reacciono de una manera un tanto brusca.
- ¿Quién eres y que le hiciste a mi hermano?- su voz se escuchó muy severa y adulta.
- ¡Soy yo! Sherlock, ¿Quién más?- le respondí mientras arqueaba una ceja.
- ¿Te sucede algo malo? ¿Te sientes mal? ¿Te están amenazando? O ¿Estás leyendo un libro raro?- de repente su tono de voz de “severa y amenazante” se escuchaba con un tono de preocupación.-
- Solo olvídalo y dime ¿por qué quieres desaparecer?.-
- No puedo olvidarlo, no soy un idiota.-
- Entonces bórralo de tu palacio mental, estoy seguro que podrás hacerlo.-
- Mycroft… hice algo horrible.
Cuando escuche esas palabras sentí que mi corazón empezaba a latir con fuerza y me acomode mejor en la cama.
- ¿Qué sucede?-
- Creo que…. Acabo de matar a Mary…
Todos mis temores se manifestaron en un solo instante, mi sangre se helo de un solo golpe y mi cara dejo esa sonrisa para quedarme callado, por más que quería decir algo simplemente las palabras no salían y sin darme cuenta ya estaba creando una manera para safar del problema a mi hermano Sherlock.
- ¿Sigues ahí?
La voz de mi hermano se escuchó casi como en un murmullo. Lestrade se levantó de la cama para dirigirse al baño y de esa manera fue como pude centrarme en la confesión que me acababa de hacer Sherlock.
- Por supuesto que sí. No seas tonto, claro que sigo en el teléfono. Pero ¿cómo es que crees? ¿No lo has comprobado?-
- No seas tan Mycroft… Mycroft, no te estaría hablando por una mera suposición, ¡claro que está muerta! pero creo que el asesino he sido yo.
- No saques hipótesis antes de tiempo, es un error capital hermano mío el teorizar antes de tener datos porque insensiblemente uno comienza a deformar los hechos, para hacerlos encajar en las teorías, en lugar de encajar las teorías en los hechos.-
Un suspiro de alivio se escapó de los labios de mi hermano.
- Eres el menos indicado para decírmelo, ya que tú eres el “rey de las teorías”-
- Mis teorías son perfectas, porque yo lose todo, tengo el conocimiento aproximado de todo en mi cabeza, no seas tonto no necesito confirmar lo que es obvio. No hagas nada voy en camino con Lestrade para auxiliarte, no muevas nada, ¿Entendiste?
- ¿Por qué con Lestrade? No es necesario.
- Te veo allá con el inspector.
- Mycroft… creo que perdí la apuesta.
Y estas fueron las últimas palabras que escuche de mi hermano antes de que me colgara.