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Enamorando al Rey de Slytherin por Yadira xD

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Notas del capitulo:

Hola a todos.


Siento mucho no haber podido pasar el anterior viernes a actualizar el ultimo capitulo, pero es que entre hospital y reposo absoluto en mi casa se me dificulto escribir el capítulo. Lo bueno es que ya les dije adiós a esas pastillas ¬¬ que me dejaban en coma todo el día Jajaja y ahora pude traerles el nuevo y ultimo capitulo.


No quiero explayarme así que solo les diré: Gracias, a cada uno de los que leyó este fic capitulo a capitulo. Se los agradezco y espero que nos leamos pronto.

Torre de Practica DCAO.

No sabía cuánto tiempo llevaba hecho bola en un rincón de ese lugar, así como no le importaba que el piso se estuviera moviendo, y mucho menos que haya oscurecido y lo único que viera fuera el cielo estrellado, después de que le rompieran el corazón, pocas cosas le interesaban en esos momentos.

Necesitaba estar en un lugar tranquilo donde desahogarse, y donde no pudiera pensar en Riddle...

Plan fallido. James no iba a ganar el premio a la sensatez del año, había fracasado miserablemente en ese cometido porque simplemente no podía evitar buscar un lugar que le recordara al hombre que le había roto el corazón. Por ello, ahora se encontraba en lo más alto de la torre de Defensa Contra las Artes Oscuras donde Riddle impartía sus clases prácticas.

Otra opción había sido ir a su habitación, pero estaba seguro que sus amigos le iban a preguntar ¿qué pasó? y él no iba a poder decirles: pues me rechazó, tengo el corazón roto y he llorado lo que nunca en mi vida, pero denme una taza de ponche de calabaza y estaré mejor… por ese motivo es que se encontraba en ese lugar, lejos de las personas y a la vez cerca de su ser amado.

Todo estaba tan silencioso, desde donde estaba sentado se podía apreciar con sus ojos llenos de lágrimas el hermoso cielo estrellado y la oscuridad que envolvía todo. Se sentía tan mal, le dolía el corazón, los ojos le ardían de tanto llorar y tenía hambre.

Tentó el bolsillo izquierdo de su pantalón y saco un elegante pañuelo de seda color verde con unas letras plateadas bordadas en la esquina, las cuales decían: “T.M.R”. Miro fijamente el pequeño trozo de tela y solo eso bastó para que las lágrimas volvieran a brotar; era uno de los pañuelos personales de Riddle, el cual había tomado prestado (robado) de su escritorio sin que se diera cuenta hace un año… lo atesoraba como nada en el mundo.

Se limpió sus lágrimas y sonó su nariz con fuerza, en cuanto pasará el dolor que le causó la respuesta de Riddle, iba a intentarlo de nuevo. Un Potter no se rinde sólo porque la persona que ama lo rechazó, claro que no, iba a ir detrás de esa terca serpiente hasta que aceptará sus sentimientos aunque le costará cinco, diez o veinte años de su vida, y después de que fuera suyo le iba a dar una buena patada en sus bolas por hacerlo esperar tanto tiempo.

-¡Estúpido, Tom!.- grito con todas sus fuerzas, porque descubrió que se sentía un poco mejor al exteriorizar sus sentimientos en vez de guardárselos.

 

Llevaba unos veinte minutos contemplando la vista y como único compañero, su tristeza. Las estrellas en el cielo brillaban aún más en los ojos vidriosos de James, el contraste de esos pequeños puntos brillantes en el cielo totalmente negro, era un hermoso panorama. Una corriente fría recorrió el cuerpo de James, estaba empezando hacer frio, así que decidió que era hora de ir a su habitación, no quería tener que dormir en el suelo duro y frio; lo que necesitaba en esos momentos era una ducha y el confort de su cama.

Cuando estaba por ponerse de pie, un extraño ruido lo puso en alerta, eran más de las ocho de la noche, el toque de queda se había levantado, así que era casi imposible que alguien estuviera en ese lugar a esas horas. Guardo silencio unos momentos esperando volver a oír ese ruido, y lo hizo, aunque ahora era más audible.

Busco su varita y para horror, no la traía consigo, la había olvidado en su habitación por las prisas del momento; la sensación de que algo aparte de él estaba en ese lugar oscuro y sin nadie que lo ayudara, lo ponía muy nervioso.

Pego su espalda a la pared lo más que pudo, tratando que la oscuridad de la noche lo escondiera de lo que se acercaba.- ¡Por Merlín!.- decía en voz baja para el mismo.- ¿Qué he hecho en la vida para que primero me rompan el corazón y después un “quién sabe qué” venga a querer asesinarme? Si lo sé, no he sido bueno con muchos compañeros, he hecho muchas bromas y en una ocasión casi mato al novio de Sirius, pero ese no es motivo para que muera siendo tan joven.- ya estaba desvariando.-  no puedo morir sin haberle dicho a Tom que lo amaba otra vez, teñirle de rosa el cabello a Lucius “serpiente albina con complejo de diva” Malfoy, disculparme con Snivellusbueno eso puede esperar para otra vida.

“Eso” se acercaba a donde estaba, el sonido de pasos y de algo arrastrándose se hacía más notorio; solo era cuestión de dar vuelta en el pilar que fungía como entrada y estaría ahí…

Su respiración se aceleraba a cada segundo que pasaba, y casi se le para el corazón cuando una sombra fue reflejada por la luz de la luna, y para horror de James, en ese momento recordó las películas muggles que había visto con Sirius, en donde el asesino lo acorralaba y mataba… eso no era algo bueno en que pensar considerando en el estado que estaba.

Los pasos se detuvieron de golpe y una melodiosa voz se hizo presente.- ¿Potter?.- escuchar que el proclamado “asesino” nombrado por el león, le llamaba por su apellido fue la gota que derramo el vaso, su valentía Gryffindor y Potter salto por la ventana en ese momento.- ¡WAAAAAA!.- grito a todo pulmón, y de manera poco masculina.- NO ME MATES, AUN NO LE HE DICHO A SIRIUS QUE FUI YO EL QUE REGALO SU ROPA A LOS ELFOS DE LA ESCUELA COMO REGALO DE NAVIDAD, EL QUE EXPLOTÓ LA POCIÓN QUE REMUS ESTABA HACIENDO EN CLASES DE POCIONES, FUI YO EL QUE LE PUSO PEGAMENTO EN LA MESA DE LOS SLYTHERIN HACE CUATRO MESES, FUI YO QUIE…

James cerró los ojos con fuerza, esperando que su asesino atacara como en las películas, pero nada de eso paso; solo el sonido de su respiración entrecortada por el susto se escuchaba en toda la estancia, pero de repente, un siseo muy conocido se escuchó.

-Pobrecito, el amo con lentes se volvió loco por culpa del rechazo del amo Tom.

-¡Cállate, Nagini!

-Pero mírelo, esta todo asustado, pareciera que vio a un asesino y creo que le va a dar un infarto. El dolor del rechazo lo trastornó ¿Ahora que va a hacer?.- Siseo enojada.

Ese siseo se le hacía tan conocido a James, y ese idioma… era pársel, y solo una persona en el colegio podía hablarlo; la comprensión brillo como un foco incandescente en su cerebro, y de inmediato, abrió los ojos y lo miro.

Bañado por la luz de la luna estaba el hombre que hace unas horas había roto su corazón, delante de él estaba Tom M. Riddle. Era imposible, no podía creer lo que estaba viendo, se preguntaba si todo eso solo era un efecto secundario del rechazo, o quizás una ilusión creada por su cerebro.

 

Riddle estaba aliviado de ver que nada le había pasado a James, estaba un poco pasmado, pero sano y a salvo.

Silencio mortal.

Ambos se veían sin emitir sonido alguno, sabía que él era quien debía romper la brumosa atmosfera, pero no estaba muy seguro de cómo hacer eso.

-¿Así estaremos toda la noche?.- Nagini siseo aburrida, interfiriendo en el análisis del ojiverde.- Tener que ver a mis dos amos viéndose no es lo que estaba esperando con este reencuentro.

El ojiverde se giró para mirar a su fastidiosa mascota.- Te juro por Salazar que si no te callas te convierto en un portafolio, Nagini.

Sin hacerle mucho caso a las amenazas de su amo, Nagini siguió hablando.- y ahora lo ha hecho llorar de nuevo.

Tom volvió a enfocar su mirada en el león y en efecto, estaba llorando.- ¿Qué sucede?.- pregunto sin entender nada, él no le había dicho nada para que llorara, entonces ¿Por qué lo hacía?

Las lágrimas caían como ríos por sus mejillas.- Realmente estas aquí.- dijo y una nueva ronda de sollozos se escuchó.

El jefe de la casa Slytherin era un total principiante en estas cuestiones, nunca sabía qué hacer ante una persona llorando, no era que le importara mucho las demás personas pero James no era cualquier persona, y le sentaba tan mal verlo llorar, ver que esos ojos llenos de vida ahora estaban llenos de tristeza, lo hacían sentir raro.

-¿Por qué?.- le pregunto entre sollozos.- si solo viniste a decirme que soy un tonto por amarte y a rechazarme de nuevo, de un principio te diré que no me importa, porque en mi corazón mando yo y solo yo puedo decidir a quién amar.- James tenía sentimientos encontrados en ese momento, sentía alegría por verlo ahí, pero también enojo y frustración, y observarlo ahí parado con su inmutable aspecto no ayudaba al huracán de emociones que estaba sintiendo.

-No vine a eso.- lo dijo como si estuviera diciendo el clima de la mañana.

Un nivel de frustración aumentó en el menor.- ¿entonces?.- dijo mientras se sonaba la nariz con un pañuelo muy conocido para Riddle.- sino viniste a decirme que es mejor que me rinda porque nunca me amaras, ¿a qué has venido aquí, Tom?

Riddle era tan reacio a contestar preguntas, era una costumbre que tenía desde pequeño así que se le dificultaba contestarlas sin oponer resistencia. Miro esos ojos llorosos y a la vez irritados, mientras se hacia la misma pregunta, ¿Por qué estaba ahí?...

Su cuerpo había empezado a moverse por voluntad propia en cuanto se enteró que James no estaba seguro con los demás alumnos en el gran comedor, sus piernas comenzaron a moverse antes de que él fuera consciente de que lo hacía, solo el pensar que el león pudiera estar en peligro había provocado que Tom quisiera destruir el mundo si algo le hubiere pasado. Sus propios sentimientos le ocasionaban una disyuntiva; él no sabía amar, nunca nadie lo amo o le enseño como hacerlo, entonces ¿Cómo podía saber que era amor?.

-Tom.- James lo saco de sus pensamientos.- ¿Qué haces aquí?.- volvió a preguntarle.

Sin quitarle los ojos de encima, respiro profundamente y por fin, lo dijo.- Me retracto de todas las palabras que te dije.- se masajeo la frente mientras seguía hablando.- soy tu profesor, tú eres mi alumno, entre nosotros no puede haber nada, yo no necesito amor, no lo quiero y no lo busco. No soy un hombre que se pueda amar.- volvió a repetir las palabras que le había dicho a James hace unas horas.- pero... ya no puedo negar lo que siento. Te has metido tanto en mi piel, que has logrado que me preocupe por ti a todas horas, solo la idea de herirte me hace sentir raro y cuando pienso que algo te puede pasar pierdo los estribos.

Ante cada palabra que decía el pelinegro, el corazón de James latía con mayor velocidad, si seguía de ese modo acabaría muerto de un ataque al corazón por la felicidad que lo embargaba. La esperanza volvió a él.- Sigo pensando que no soy un hombre al cual amar, no soy esa clase de persona.- sonrió de lado, para algunas personas esa sonrisa daría miedo, pero no para el león, para él esa sonrisa era encantadora.- pero eso nunca te ha importado a ti. A pesar de todo lo malo que dicen de mí, del cual el noventa por ciento es cierto, tú sigues diciendo que soy una persona amable y que me amas.

James nunca creyó nada de lo que decían de él, solo eran habladurías y si fueran ciertas, lo único que le quedaba era apoyarlo y afrontar todo lo que viniera. Nunca quiso indagar mucho en su vida antes de Hogwarts desde que encontró los registros del orfanato donde creció Tom, ese fue el momento en el que decidió que solo conocería aquello que su serpiente quisiera que supiera, por lo que abandono su búsqueda y la esperanza de que un día le contara su historia nació.

-¿Puedes decirme con sinceridad que me amas? ¿Qué nunca dejaras de hacerlo? A pesar de todo lo malo que he hecho, que no sé cómo amar o demostrar cariño por alguien, ¿vendrás a mi todos los días y dirás que me amas?.- Tom lo miraba serio, esperando su respuesta.

Las lágrimas que antes salían por el dolor que su rechazo le ocasionó, ahora eran por la esperanza de un prometedor futuro.- Lo haré.- dijo con la voz entrecortada.- no deje de hacerlo cuando me rompiste el corazón en mil pedazos… pero ahora vienes y me dices esto. Todos esos pedazos acaban de volver a su lugar, lo reparaste.- contesto sin titubear, viendo directo a los ojos de Tom.- todos los días de mi vida te diré te amo, nunca habrá un día en el que no te lo diga, porque mi amor es para siempre… Te amo por quien eres y agradezco a Merlín por haberte conocido, por dejarme amarte y por traerte a este mundo.

Riddle escucho las sinceras palabras de James y esas lagrimas que brotaban de su rostro y algo en él cambio.- Eres un tonto.- puso su mano sobre sus ojos. Era la primera vez que alguien le decía que estaba feliz porque había nacido, por estar en ese mundo… era la primera vez que alguien lo amaba. Todo era tan raro, su ordenada vida estaba siendo cambiada por un alborotador león, a quien dijo nunca querer. La verdad es que aun ahora no lo sabía con certeza, pero quería creer que si en el mundo había nacido una persona con la que estaba destinado a estar, ese sería ese altanero, travieso y vivaz león.

El “tonto” mencionado por el ojiverde no iba cargado de burla o enojo, era otro sentimiento, uno parecido a la felicidad. Se acercó poco a poco y cuando ya estuvo lo suficientemente cerca, envolvió sus delgados brazos alrededor de su cintura, apretándolo con fuerza; al principio su cuerpo se tensó ante el contacto, pero poco a poco fue cediendo hasta que las manos del propio Tom encerraron a James en un asfixiante abrazo.

Ninguno decía nada, no había necesidad alguna de palabras, solo el toque y la cercanía de ambos cuerpos era la respuesta.

Lágrimas de felicidad corrían por su mejilla hasta detenerse en el saco de Tom, no podía creer que esto estuviera pasando, que por fin su amor platónico lo haya aceptado, que después de tanto dolor y de las palabras duras que le había dicho, ahora estuvieran aquí.

 Tom no era el hombre más romántico del mundo, pero al permitir que entrara en su vida, le decía lo importante que era para él. James no esperaba un “te amo” por parte del pelinegro, aún era pronto para él, así que por el momento, se conformaría con su toque y su presencia.

Nagini vio a sus dos amos felices y prefirió irse a descansar, era suficiente drama para un día.- humanos, siempre complican todo, por ello se les hace tan difícil vivir la vida.

 

¿Cuánto tiempo llevaban en esa posición? No lo sabía, había perdido la noción del tiempo y ahora sus brazos estaban entumidos.

Los brazos de James seguían aferrándose a la cintura de Tom, al cual el contacto prolongado estaba empezando a incomodarlo. Era una persona que no demostraba lo que sentía, así que muestras de cariño por largos períodos de tiempo lo irritaba, aunque sabía que ahora tendría que acostumbrarse a ello ya que James era una persona demasiado efusiva... tendría que adaptarse.- Potter, suélteme.- poco a poco.

El susodicho alzó la mirada sin soltarlo.- ¿Puedes darme un beso?

-No abuses.

-No lo hago...bueno si un poco.- le sonrió de manera ladina.- pero ahora que somos novios.- Esa palabra le sentaba tan mal al vocabulario del ojiverde, que hasta hizo una mueca.- pienso que debemos dar el siguiente paso.

Esos hermoso ojos lo miraron fijamente.- aun soy tu profesor.

-¿Y? Solo serán por unos meses más, después de que me gradué ya no lo serás, aparte ya nos hemos besado antes.

-Eso es porque eres un irrespetuoso al cual no le interesa el espacio personal de las personas.- sus palabras eran filosas pero ya no detonaban el rechazo de antes.

-Yo quiero estar contigo.- Tom cerro los ojos, si seguía mirando esos ojos acabaría cediendo a su egoísta petición.- por favor.- el tono lastimero con el que lo dijo hicieron que abriera los ojos y enfocará su mirada en la de él.- por favor.- volvió a decir con los ojos llorosos.

-No llores.- le ordeno.

James se había dado cuenta de algo muy importante; el ojiverde no soportaba verlo llorar, ahora tenía un arma secreta en su almacén.- Por favor.- volvió a decirle, provocando que la línea delgada de la relación profesor-alumno se rompiera.

Tomó su nuca con un fuerte jalón y lo acercó hasta sus labios, uniéndolos en un voraz beso. Eso tomo por sorpresa a James, quien abrió la boca para gritar, siendo aprovechado por Tom para meter su lengua dentro de la cavidad húmeda.

La sorpresa solo duro unos instantes y después se desvaneció por completo cuando una guerra por el control del beso se apodero. James sentía calor en todo su cuerpo, lo único que quería era más, más de ese calor y de Tom. Sus manos se aferraron al cuello del ojiverde con fuerza, atrayéndolo más a él para hacer el beso aún más profundo. Los gemidos no se dejaron esperar, había soñado con hacer esto durante mucho tiempo que no iba a permitir que pare.

Tom perdió toda la sensatez que tenía, lo único que ahora deseaba más que nada era estar con James. Lo tomo de la cintura con fuerza y lo empujo hasta que ambos estuvieron en el frio suelo recostados, sus cuerpos alineados perfectamente, complementándose el uno al otro y sintiendo sus erecciones a través de la ropa.

La falta de aire provoco que el beso se rompiera… los dos se veían con lujuria, sus pechos subían y bajaban en sincronía, el deseo estaba impreso en sus rostros, querían más.

-Te amo.- le dijo con total devoción James.- siempre lo haré.

Riddle inclinó su cabeza hacia abajo y suavemente mordió el labio inferior de James, obteniendo un grito ahogado como respuesta, su lengua trazaba su camino desde los labios hasta llegar a su cuello. La erección de Tom sobresalía de sus pantalones, la podía sentir sobre la suya, incitándolo, provocándolo…

Soltó un jadeo cuando sintió que Tom lo tomaba de la cintura y ambos se erguían de forma que James quedo a horcadas sobre él; sus ojos estaban alineados, sus bocas entre abiertas, ambos podían ver a la perfección las facciones del otro y la luz de la luna fungía como testigo en la unión de una pareja.

Las manos del ojiverde se movieron hacia las caderas del ojiavellana, apretándolo más a su pecho.- levanta los brazos.- dijo y de inmediato el león hizo lo que se le pidió. Tom le quito la playera que estorbaba y dejo al relucir el pecho del menor. Sus manos acariciaban su marcado abdomen, su pecho, su garganta…- eres perfecto.- dijo con una voz grave.- sus dedos hormigueaban por tocar la tersa piel de James, encontrando el camino hasta sus pezones.

-To..m.- dijo su nombre con voz ronca, cerrando los ojos con fuerza y dejándose llevar por el placer que sentía.- me estas volviendo loco.- sus dedos trazaban una danza sobre los pezones del menor, mientras su boca recorría un camino de besos por su cuello, y con la otra mano trataba de desabotonar su pantalón.

-Mírame James, quiero que me mires a los ojos.- el menor hizo lo que se le pidió, alzo la mirada y se encontró con los ojos color esmeralda que tanto habían atormentado sus sueños.

Un grito de placer salió de su boca cuando la mano libre de Tom dejo a la vista su miembro, tomándolo con fuerza mientras el león se retorcía debajo de él. Tom comenzó a mover su mano de arriba abajo, al principio con delicadeza para después volverse más rudo.

Las manos de James recorrían el cabello de Tom mientras gemía por el placer de sentir sus manos bombeando su miembro.- má..s d..uro.- El ojiverde aumento el ritmo mientras su lengua trazaba un fino camino desde la mandíbula hasta sus labios, obteniendo los gemidos de su pareja.

El bombeo se detuvo por un momento para fastidio del ojiavellana, estaba a punto de llegar y Tom había parado el movimiento de sus manos.- ¿Qué pasa?.- pregunto entre jadeos.

-Espera.- le dijo. Los ojos de James siguieron las manos de Tom hasta llegar a la pretina de su pantalón, dejando libre su propia erección.

Los ojos de James se abrieron como tazones al ver el miembro de su ahora novio, no es que nunca haya visto un pene antes, lo que no había visto era “ese” PENE. En todas las relaciones de una noche en las que había estado, él había fungido como el activo en la relación, pero ahora…

Tom sonrió y alzo una ceja.- ¿asustado?.- tomó de nuevo el miembro de James y lo pego al suyo.

-Cla…ro que no.- se defendió como todo un león, aunque si no hubiera titubeado le hubiera salido más creíble.

-No te preocupes.- rozo su labio inferior con la yema de su dedo anular.- hoy no vamos a llegar a esa base.

-Pero…- tenía miedo, pero quería estar con su serpiente, hacerse uno en cuerpo y alma.

La protesta fue cortada cuando Tom reinicio con el bombeo pero ahora, junto a su propio miembro.- tenemos mucho tiempo para ello, no te preocupes, no cambiare de parecer.

James levantó la cabeza, y vio la pasión y la promesa en la cara de Tom, no pudo evitar sentirse muy afortunado por tener a su lado al hombre que amaba, después de todo lo que tuvo que hacer para llegar hasta ahí; planes fallidos, castigos, llanto, hambre y que sus ahorros se fueran al comprar a Nagini… la verdad, no se arrepentía de nada, lo volvería a hacer todo igual.- Oh, ¡Merlín!- arqueo su espalda y gimió, la fricción lo estaba llevando aún más cerca de correrse.

Tom sentía lo mismo, así que tomó con más fuerza ambos miembros, aumentando el ritmo.- Me vengo, me vengo.- decía el león desesperado.- Tom, Tom, Tom...- repetía su nombre una y otra vez...

-Y..a ca…si.- apretó los dientes al sentir como el orgasmo lo atacaba y al mismo tiempo James gritó cuando su propio clímax llego. Clavo sus uñas en los hombros de Tom, mientras su miembro hacia erupción, bañando la mano de Tom de su semen y el de él.

Sudor, saliva, semen y lágrimas eran los fluidos que entre ellos había. James colapsó sobre el pecho enfundado en ese sexy traje negro de Tom, sudado, pegajoso pero eso sí, muy feliz.

Tom lo abrazaba con fuerza, sus pechos subían y bajaban tratando de llenar sus pulmones de aire.- Eres mío.

Esas dos simples palabras tocaron su corazón de una manera inigualable, aferró con sus temblorosas manos el saco de su pareja; era imposible que no llorara, desde que se había enamorado de esa serpiente había soñado el día en el que le dijera eso y ahora lo hacía.- Si, lo soy.- y sobre todo, había descubierto su capacidad de llorar sin parar durante horas ahora podía competir contra las mandrágora en llanto.

Por primera vez en este día, James pudo respirar tranquilo, sabiendo que su amor nunca seria llamado un “amor platónico” de nuevo.

-¿James?.- volvió a llamarlo, mientras acariciaba su espalda.

-¿Si?

-Antes de que se me olvide debo decirte algo.

Corazones en los ojos del menor eran claramente visibles.- Dime.

Tom sonrió de esa forma en la que solo significa una cosa “problemas”.- estas castigado por poner pegamento en la mesa de los Slytherin.

Los corazones se rompieron y una mueca se instaló en su rostro.- ¡ay!.- Bueno, a lo menos ya es mi novio, pensaba.

 

La noche era muy hermosa, llena de estrellas y la luna resplandeciente; después de haber consumado su amor por primera vez (aunque Tom no haya querido llegar a cuarta base) era momento de respirar tranquilos.

Tom estaba recargado con los brazos cruzados en el marco del gran ventanal, y aun lado de él, sentado en el marco de la ventana estaba James. Pareciera que nada podía salir mal de ahora en adelante… ¿o sí?

-… por cierto.- dijo el león aun con la mirada puesta en el cielo estrellado.

-¿Mmm?.

-¿Es mi imaginación o el piso se mueve?

Fue ese el momento en el que el profesor de defensa recordó porque había venido a buscar al león desaparecido.- ¡Maldición!.- solo esperaba que la ausencia de ambos no fuera detectada por Albus “obsesionado por los dulces de limón” Dumbledore. Si ese fuera el caso, tendría que estar preparado para el discurso sobre sexo seguro que le iba a dar por meterse con uno de sus alumnos.

 

El Gran Comedor.

Todo estaba tan silencioso.

Los alumnos de las cuatro casas descansaban en armonía, sin preocuparse por nada más. El cuadro hubiera sido perfecto pero ahí faltaban dos personas: el profesor de defensa y un alumno de Gryffindor de séptimo año.

Dumbledore sonreía feliz, no había necesidad de preguntarse donde estaban esos dos.- parece que mi plan si funciono.- alzo su varita y de inmediato, los temblores se detuvieron.

Esperaba que con esa pequeña intervención, su estimado profesor haya recapacitado y ahora este feliz con el león, era lo que a consideración del director le faltaba a la serpiente; alguien que lo amara independientemente de quien fuera, donde viniera o que hubiera hecho, y esa persona era James Potter.

Aun ahora recordaba a esos pequeños que habían interrumpido el desayuno hace unos meses atrás, y no podía evitar ayudar un poco para que ellos llegaran a este mundo.

Su mirada recorrió todo el lugar hasta ubicarse en el grupo compuesto por serpientes y leones, sonriendo con travesura dijo.- y ahora ¿Quién sigue?

 

 

Fin.

Notas finales:

PD: por cierto, la pareja que continuara será la de Bartemius y Peter, es la que más votos tuvo asi que Jajaja lo que el pueblo pida xD


PD 2: jajajaj muchas gracias a todos los que han comentado y me dijeron que les había parecido cada capítulo, a causa de mi estado no puedo estar mucho tiempo en la compu sentada así que contestare sus review poco a poco ^-^


Nos estaremos leyendo n_n cuídense


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