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Zero por -Raiden-

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Notas del capitulo:

No dejo de ver más sentido del que tiene...

Los decepcione... les dije que estaba bien pero no era asi...

¿Todo sucede en mi mente?...

 

"No me odien... si me dejaran explicar... si me dieran la oportunidad"

 

 

No era la primera vez que Kid lidiaba con golpes y moretones en su cuerpo, pero esta vez era diferente…

 

Cuando abrió los ojos sentía su cabeza pesada… le dolía horrores y el mareo le continuo para hacerle cerrar los ojos nuevamente.

-Me alegra que despertaras… Pensé que la palmarias. – escucho que alguien le decía.

Esa voz jamás la había escuchado pero no le resultaba para nada desagradable, de hecho le gusto mucho.

Tuvo que respirar por un momento antes de volver abrir los ojos.

Y ahí estaban… esas iris grisáceas… brillando como espejos de perla y plata.

Una mirada que a pesar de transmitir frialdad, contenía algo más, una cálida sensación si lograbas ver más allá del color metal que reflejaba su persona.

-¿Cómo es que… - Kid apenas podía hablar sin sentir el dolor de cabeza que ahora le daba horribles punzadas.

-Te salve… así como tú me salvaste ayer… - el chico de cabello oscuro desvió su mirada para contemplar el suelo donde estaba sentado.

El chico en cuestión tenía un ligero rubor en sus morenas mejillas que Kid podía ver perfectamente, contrastaban con sus hermosos ojos que tenían unas pequeñas ojeras por no dormir toda la noche que lo estuvo cuidando.

No podía creer que ese chico le ayudara… nadie jamás lo había hecho… y que él le ayudara la noche anterior… bueno eso fue por lo que iban a hacerle.

Palpo su frente y sintió la suave venda rodear su cabeza, al parecer si había tenido un golpe bastante fuerte.

-Sé lo que tienes… Tu sangre… - empezó a decir el chico moreno al ver que Kid trataba de sentarse.

-No lo digas… Sé que soy un error… - dijo para incorporarse al fin y dejar que el vértigo se disipara con el aroma del viento matutino.

No solo su cabeza había sufrido una grave herida, también su brazo izquierdo que estaba vendado casi a hasta su mano.

-Yo también tengo algo malo dentro de mi… - la voz del pelinegro se escucho quebrada cuando dijo aquello.

Kid le miro por un momento desconcertado para tomar su mano reconfortándolo.

-No tienes que decirlo… - si algo de lo que sabía el pelirrojo era ser un marginado por ser diferente o tener algún defecto que la sociedad no aceptaba.

Sus miradas se cruzaron en esa bella caricia donde los roces de los dedos de Kid rozaban las palmas tatuadas del otro.

Bajaron sus ojos de forma sincronizada para mirar sus manos y ambos se sonrojaron por el cálido contacto.

-¿Qué son esas marcas? – Kid no pudo evitar preguntar ahora que las definía con lentitud.

-Nada… algo que me hice para no olvidar… - respondió el otro intentando apartar su mano como si fuera algo malo, pero Kid no se lo permitió.

Presentía que era un recordatorio de su pasado para que no olvidara nunca ese sentimiento, un sentimiento muy fuerte que le causaba dolor.

Siguieron con esa caricia por largo rato hasta que un par de policías pasó por el callejón y los miraron con malos ojos.

Tuvieron que separarse mirando al suelo evitando la confrontación de miradas, que si las respondían estarían calentando yeso por el solo hecho de verlos.

La sociedad solo buscaba castigarlos aún si eran inocentes, por el solo hecho de ser nada en un mundo de quienes.

Cuando los oficiales saliendo por el otro lado del callejón, Kid volvió a tomar la mano del moreno que estaba a su lado.

La cara del pelinegro era una poesía, todo sonrojado y temblando ligeramente por como sus dedos se entrelazaban de forma muy natural.

-Me llamo Kid… Eustass Kid… - susurro muy cerca del oído del chico que solo se sonrojo aún más.

-Law… Mi nombre es Trafalgar Law… - contesto con igual tono para mirarlo de reojo esperando que no notara su nerviosismo ahora que estaban más cerca y podía sentir su respiración en su delgado cuello.

Ambos sonrieron para sí mismos desviando sus miradas avergonzadas sin soltarse de las manos.

 

Notas finales:

Gracias por leer...


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