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Andrógino por Hacchiko

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Notas del capitulo:

Hi, babies.


Por primera vez en la historia de mi vida como fanficker en el fandom de los brillosos, haré las cosas al revés: primero actualización y después comentarios. Sí, solo quería advertirles.


Adivinen qué. Casualmente (y digo muy casualmente) una semana después de subir el capítulo anterior, cuando estaba editando un par de cosirijillas en la compu, se borraron unos archivos de mi teléfono. Casualmente, muy, muy, muy casualmente, entre esos archivos estaban el capítulo 25 de Andrógino y el 17 de Shelter, los cuales, no había podido pasar a la computadora. Casualmente, muy, muy, muy, MUY casualmente no los pude recuperar, y para colmo, estaban casi terminados. Con esto me refiero, a un párrafo o una línea de terminar. Así que, estresada, estuve las siguientes dos semanas reescribiendo. Lo bueno es que, esta nueva versión de este capítulo me gusta más que la anterior. La otra me había quedado medio vacía, medio hueca. No sé. Espero que les guste.


Oh, seh. Por cierto. Ya pasó mi cumpleaños, pero como sigue siendo 2015, pueden seguir felicitándome :v Hahah, saben que bromeo. Quiero agradecerles a todos por sus felicitaciones, es decir, no era su “deber” ni nada parecido acordarse, pero gracias, muchas gracias a quienes se tomaron la molestia de felicitarme. Los anotaré en alguna lista de favoritos :v (es broma). Muchas gracias :’)


Siento como si hubiera dejado cosas pendientes… mmmm… Bueno, ¡continuemos!


Cosas importantes (por favor, LÉANLAS):



  • ¿Qué es el QUESTION TIME? Son sugerencias de lo que podrías agregar a tu comentario para el fanfic y mostrar tus opiniones. Por lo tanto, no es obligatorio contestarlo o responder todas las preguntas (aunque me haría inmensamente feliz que las respondieran todas).

  • Todos tenemos valor, y tenemos derecho a expresarnos. Eso quiere decir que, en caso de que quieras dejar tu valioso y hermoso comentario, por favor, te suplico, no pongas «soy un asco pero aquí voy»/«Te hice una biblia, perdona por escribir tanto» ni nada parecido. En cuanto pienses que eres un asco, tú mismo te lo estás creyendo, y eso, mi querido lector, no es cierto.

  • NO IMPORTA LO LARGO QUE SEA TU COMENTARIO, LO ACEPTARÉ CON MUCHO AMOR. AMO LEER, así que, mientras más largo y extenso, más feliz me haces♥.


Creo que eso es todo. (Creo). Muchísimas gracias por apoyarme, por leer, esperar y comentar. Espero les guste tanto o más –mucho, mucho más- que los anteriores, y si pueden, dejen amor con comentarios.


Besos y abrazos psicológicos♥


att’Hacchi♥!

Andrógino

Semana 19: Filmando octavo episodio.

Capítulo 25: Respuestas

 

 

 

Ni siquiera se detuvo a averiguar qué quería su Hyung; tomó sus gafas solares, se colocó su sudadera oscura con gorro incluido, aprovechó la oportunidad y huyó vilmente, esperando a que Min Ho se rindiera en la idea de llamarlo. Al menos, de esta manera no tendrá que quedarse encerrado con él por más tiempo; sufría con ver su rostro.

 

 

Intentó no pensar en ello mientras observaba a su alrededor para caminar entre los fans sin que la reconocieran ya que los últimos días, con el show, los conciertos, los comerciales, las canciones, videos, fotos y cualquier otro producto relacionado con ellos, SHINee había aumentsdo su popularidad hasta quedar como uno de los primeros en la mayoría de las listas, por tanto, los admiradores se habían multiplicado, ahora esperaban desde temprano frente a la empresa con la esperanza de obtener una foto, una mirada, un saludo, algo de ellos.

 

 

Con las gafas oscuras y el gorro de su sudadera puestos, caminó tranquilamente esperando que no le descubrieran, tomó el primer taxi que se cruzó y dijo la ubicación. En el camino, muchas preguntas rebotaban dentro de ella. ¿Qué? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Quién? Tae Min estaba confundida, y aunque ya tenía el presentimiento de que algo pasaba bajo sus narices y de que ella era la única que desconocía el "qué", nunca hubo pista de lo ocurrido, y eso le daba mala espina a Tae.

 

 

¿Qué pudo haberle dicho Key a Jong para que éste se negara? Bien sabido era que Kim Jong Hyun era incapaz de negarle algo a Ki Bum, él hacía y obedecía por la diva sin dudar, ¿por qué de pronto el rechazo? ¿Qué ocurrió entre ellos? ¿Habría sido culpa de alguien más? ¿Lo sabrían todos? Muy probablemente. Entonces, ¿por qué ocultarlo a ella?

 

 

Luego de pagar al señor, bajó directo a la casa, con la misión de resolver el misterio de Ki Bum con Ki Bum. ¿Quién más podría decirle de qué se trataba que el mismo protagonista del drama? Decidida a cumplir su meta, caminó por el pasillo, buscó en la sala de estar, en los cuartos, en los baños, en el de lavar, pero no estaba. Inquieta, bajó para ir al patio trasero, cuando de pronto, una persona se puso frente a ella repentinamente, sacándole un agudo grito. Era Jong Hyun, quien solo dijo "no grites", tomó su mano y se la llevó a la cocina. Oh, tampoco había buscado ahí.

 

 

Y qué bueno que Key no estaba ahí, de lo contrario, habría castrado a Jong Hyun, pues estaba hecho un desastre. Comida, masa por todas partes, harina en el suelo, un sartén quemado, utensilios y demás herramientas de cocina por todas partes, una montaña interminable de trastos sucios... Sí, alguien moriría esa noche. Al parecer, Jong llevaba bastante tiempo dentro, y cada raspón, mancha y quemadura en la habitación representaba lo mucho que se había esforzado. ¿Haciendo qué?

 

 

-Ayúdame, Tae. -la menor frunció su ceño, apretó sus labios y cruzó sus brazos.

 

 

-No voy a limpiar.

 

 

-Noo, -negó alargando la vocal, luego volteó, sacó una cuchara y tomó un poco de la masa en el bowl antes de volver con ella ofreciéndole el producto misterioso.- Pruébalo, por favor. -pidió casi suplicante. Tae, sin problema, comió la muestra y su cara se arrugó en disgusto. Sin terminar de masticar, preguntó.

 

 

-¿Qué es esto?

 

 

-¿Sabe rico? -ella negó la cabeza. Jong echó un puñado de piedritas blancas que Tae supuso que era azucar, y mezcló. De nuevo, le ofreció una muestra. Ella probó y tras masticar, sacó la lengua.

 

 

-Es sal.

 

 

-Oh, entonces un poco de vainilla. -murmuró agregando sustancia oscura y revolvió leve antes de darle más.- ¿Y ahora? -Tae arrugó más sus cejas.

 

 

-Oppa, esto es soja.

 

 

-¿Y con esta cosa de fresa? -preguntó poniendo más ingredientes, y batió antes de darle otra cucharada a Tae. Ella abrió desmesuradamente sus ojos.

 

 

-¡Jong Hyun, esto es salsa! -exclamó dándose aire con ambas manos.

 

 

-¿En serio? ¡Pero si esto parece una fresa! -se quejó mostrando el dibujito.- Además, aquí dice que viene de Meeeeji... ¿Meeejic..? Pff, como sea. A ellos les gustan las fresas, ¿no? -intentó excusarse.

 

 

-¡Oppa! -gritó al no poder ver nada de agua cerca.

 

 

-Un momento. -pidió él, regresó al bowl, puso otra sustancia y fue con Tae para dárselo.- Algo de aceite servirá. -se lo ofreció. Tae Min, al probarlo, hizo cara de asco, no soportó más, corrió al bote de basura, escupió y se enjuagó la boca con agua de la llave. Hizo una breve pausa para voltear para decirle:

 

 

-Vinagre. -continuó enjuagando y escupiendo. Jong Hyun, en cambio, tiró el trapo a su derecha, jaló sus cabellos con los ojos cerrados y exhaló frustrado.

 

 

-Soy un asco. -comentó cabizbajo. Tae Min, luego de borrar la mayor parte del mal sabor, se acercó a él con lentitud.

 

 

-No es cierto, Oppa. -refutó suave con una leve sonrisa.

 

 

-Ni siquiera sé hacer un pastel. -se quejó haciendo un puchero viendo al suelo, que aunque le hacía ver un poco adorable, transmitía su tristeza y frustración.

 

 

Era extraño ver a Jong Hyun en ese estado. ¡Él normalmente era el alegre! ¿Cuándo imaginaría Tae que lo encontraría en ese estado? Sintiendo empatía y compasión por su amigo, buscó en su memoria por algún hecho que pudiera ayudarle. Tras unos segundos, se acercó precavida a él.

 

 

-¿Por qué no haces lo que yo? -él, levemente interesado, alzó su vista hacia ella. Minnie, sonriendo, continuó con su consejo.- Cuando es el día de las Mamás, agarro dinero del bolso de mi mamá, le compro un pastel y lo adorno para que parezca que yo lo hice. Es más fácil y rápido. -explicó con sencillez.

 

-¿Te refieres a que tome dinero del bolso de Key y compre un pastel? -preguntó confundido.

 

 

-¡No! -exclamó.- De tu propio dinero compra un pastel y decóralo, al menos habrás hecho algo. -el mayor sonrió con la idea. Claro, era más fácil que hacer un pastel él mismo. Emocionado, volteó con ella y la tomó de los hombros.

 

 

-¡Esa es una gran idea, Minnie! ¡Eres un genio! -gritó, luego miró el pecho de la joven con duda.- O una genio. -alzó una ceja antes de volver a su rostro.- Lo que sea, ¡eres brillante!

 

 

-Pero, ¿no debes limpiar primero la cocina?

 

 

-¡Pff! -le restó importancia con un ademán de su mano.- Eso le dará más realismo al pastel. -dijo antes de ir por su dinero.

 

 

Menos de dos minutos después, ambos salieron en busca de un pastel digno de Ki Bum (aunque Tae seguía sin darse cuenta de para quien sería). Una vez en la pastelería, Tae escogió de los más dulces, grandes y cargados, no obstante, Jong Hyun prefirió comprar uno chico, no solo porque sus contratos (excepto el de Tae) les impedían subir de peso, sino que Key era muy delicado con la comida. Según él, con casi cualquier comida, su cara se hinchaba, y más lo grasoso o con exceso de azucar.

 

 

En el camino de regreso, Minnie observó a Jong Hyun y las dudas reaparecieron, sumando a la de "¿para quién es el pastel?". Sin embargo, se le hacía algo impertinente, no era algo que debiera importarle. ¿Y si no era para Key? Frunció su frente con preocupación. Eso tampoco debía ser su problema. Jong Hyun tiene toda la libertad de escoger con quien estar. ¿Y si el pastel no era nada serio? Sacudió su cabeza, hubiera dejado que entregara la asquerosa bola de masa a quien sea que fuera.

 

 

-Oppa. -llamó con la voz más inocente que pudo fingir.

 

 

-Mande. -contestó volteando a ella.

 

 

-¿Para quién es el pastel? -el mayor desvió su mirada sonrojándose. Demonios. Sí era algo serio. Tae Min sintió pánico.

 

 

-Es para Key. -Tae detuvo sus pasos quedándose atrás, meditando las recientes palabras de su superior. ¿Escuchó bien o estaba alucinando? El vocalista, a tres metros y medio más adelante, giró a ella y le llamó con el volumen un poco alto.

 

 

-Hey, Tae, ¿te vas a quedar ahí? -la nombrada reaccionó y corrió los pasos que quedaban entre ellos para darle alcance. Estaba más confundida que antes. Si Jong le dijo que no a Key en no-sé-qué-cosa, ¿por qué le compraba un pastel?

 

 

Ya en casa, Tae limpió, lavó y guardó lo que estuvo a su alcance. Tampoco quería que Key degollara a Jong por un postre. Pensativa, intentó unir cabos, más le era imposible, no podía deducir nada sin el "qué". Dudosa, preguntó.

 

 

-Oppa.

 

 

-Mande. -respondió cantarín, muy concentrado colocando la fruta picada sobre el cilindro de pan horneado.

 

 

-¿Alguna vez le has negado algo a Key? -extrañado, levantó una ceja, sin dejar de adornar.

 

 

-Nunca. Si por mí fuera, le daría mi voz. Key sabe que estoy bajo sus órdenes. -expuso sin pensar siquiera, luego suspiró y agregó con algo de resignación.- Es mi mejor amigo, después de todo.

 

 

Una teoría. Una quizás loca, pero también muy posible. Solo había una forma de averiguar si era cierta. Tae, harta de tanto misterio, dejó la limpieza, se disculpó y fue al único lugar de la casa que no había podido revisar, el patio trasero, y lo encontró. Ahí recostado sobre una silla playera, con gafas oscuras, descalzo y en traje de baño estaba Kim Ki Bum, tomando el sol como si estuviera en la playa. Bien. No esperaba verlo así. Al menos no en la casa.

 

 

-Oppa.

 

 

-¡Minnie! ¡Qué bueno que llegas! Estaba a punto de ir a buscarte. -comentó estirando su mano hacia ella.- Ven, siéntate conmigo. -pidió al tiempo que señalaba la silla idéntica a la suya que se encontraba a su derecha, y que hasta ese momento, Tae no la había visto.

 

 

-Pero tengo...

 

 

-Aissh, ven, ¡no pierdes nada con sentarte a mi lado! -le interrumpió.- Min Ho no se enojará si lo dejas un par de minutos solo.

 

 

Oh, rayos. Apenas recordó a Min Ho, lo había abandonado en el cuarto de ensayos. Minnie sintió remordimiento, pero al instante negó. No estaba cómoda a solas con él, le daba la sensación de que estaba haciendo algo malo, además de que ya habían ensayado lo suficiente. Tras repasar lo anterior, se encogió de hombros, se colocó sus lentes de sol (que tenía esxondidos en sus bolsillos) y se fue a acostar donde su mayor le indicó.

 

 

El día estaba más caliente de lo usual, por lo que tras unos minutos, su piel comenzó a picar como si se quemara, sin embargo, al mismo tiempo, llegaba un temblorcito de frío por el viento fresco que soplaba suave y seguro, lo que daba un agradable equilibrio e incluso, algo de sueño por la inmensa comodidad del momento. Tae se estaba quedando dormida, cuando la voz de Key llamó su atención.

 

 

-¿Qué tienes, Tae?

 

 

-No sé de qué hablas. -Ki Bum, frustrado, se sentó, retiró sus lentes con brusquedad y le miró enojado.

 

 

-No me mientas, Lee Tae Min. Sé que algo te pasa y no me quieres decir. -regañó fulminándola con la vista.- ¿Crees que soy tonto? ¿Crees que no me doy cuenta? ¡Creí que éramos amigos! ¿Dónde quedó la confianza? Pensé que nos contábamos todo, ¡pensé que confiabas en mí!

 

 

Ahora fue el turno de Tae Min de sentarse y quitarse las gafas con agresividad para mirarle con profunda furia.

 

 

-¿Amistad? ¿Confianza? -preguntó entre dientes incrédula de que estuviera recriminándole eso, luego soltó una carcajada seca.- ¿Qué pasó contigo? ¿De verdad estás exigiéndome que no te he contado nada cuando tú tampoco lo has hecho? -Key se tensó.- ¿Qué pasó entre Jong Hyun y tú? ¿Por qué de pronto lo tratas tan mal y le huyes? ¿Qué te hizo para que ahora ya no quieras estar cerca de él? -el contrario desvió su vista, parpadeando rápido.

 

 

-Eso no importa...

 

 

-¡Claro que sí! ¡Me estás pidiendo que te cuente algo pero tú no dices nada! ¡Eso es injusto! ¡El único motivo por el que nunca dirías nada sería...!

 

 

Tae dejó de gritar. Su teoría cobró fuerza antes de siquiera decirla completa. Vio a su mayor y notó que sus ojos estaban más brillantes.

 

 

-No me digas que... -murmuró impresionada. Key se secó los ojos antes de verle fijamente.

 

 

-Anda. Dilo. -retó sereno.

 

 

-Te dijo que no. -completó casi con miedo.

 

 

-No solo eso. Dijo que era mejor nuestra amistad. -agregó con amargura.

 

 

-Pero... -intentó debatir cuando recordó otra cosa.- ¿Por qué no me dijiste?

 

 

-Porque fue cuando no estabas aquí. -expuso tragando fuerte.- Después del incidente de las flores, te fuiste y me declaré pero me dijo que no quería.

 

 

-¿Y por qué no me llamaste? ¿Por qué no me contaste cuando volví?

 

 

-Porque ya lo superé. Jong Hyun ya no me gusta. -sentenció cruzándose de brazos, en cambio, Minnie negó.

 

 

-Pero tú le gustas.

 

 

-Ya te conté. Dime qué ocurre contigo.

 

 

-No, quiero detalles. -exigió.

 

 

-Tae-

 

 

-No contaré nada hasta que termines tú. -afirmó cruzando sus brazos.

 

 

Key exhaló con cansancio al tiempo que sus mejillas se coloraban. Si quería información, tendría que darla. Observó al suelo con timidez, preparándose mentalmente.

 

 

-Pasó una o dos semanas después de que te fuiste. Fuimos al parque, le dije que me gustaba mucho. -tragó duro, incómodo con los recuerdos.- Dijo que fui muy valiente pero quería que “cuidáramos” de nuestra amistad. Después se disculpó, lo rechacé. Se volvió a disculpar. Le dije que no. Volvió a pedirme perdón. No le creí. De nuevo me pidió perdón y... –alzó sus hombros, como si no tuviera opción.- Lo perdoné. Luego me dijo que le gustaba pero no le creí. Me volvió a decir que le gusto y sigo sin creerle. Nadie cambia tan rápido y menos con esas cosas.

 

 

-Quizá está arrepentido. –intentó excusarlo Tae.

 

 

-Lo único que puedo creer con eso es que está jugando conmigo. –concluyó, luego añadió.- O que tiene lástima.

 

 

-Pero Hyung, eso es tonto. Tú le gust-

 

 

-Bien, ya platiqué lo mío. –interrumpió viendo directo a sus ojos.- Ahora sigues tú.

 

 

Ella quedó muda. Abrió la boca, intentó hablar, más solo pudo negar y dirigir la vista a su regazo. No hallaba cómo explicarlo sin delatar a Min Ho, pero sería muy injusto ocultar su situación cuando Key le contó la suya. Esperó varios segundos hasta que por fin, estuvo listo.

 

 

-Me gusta alguien.

 

 

-¿Min Ho? –confirmó alzando la ceja, a lo que Tae se sonrojó nerviosa.

 

 

-N-no. –balbuceó negando con la cabeza.- E-es alguien que no conoces. –inspiró sintiendo que se le acababa el aire.

 

 

-¿Y qué pasó? ¿Te rechazó? –adivinó inquieto con sus brazos cruzados.

 

 

-No. –sacudió leve su cabeza de lado a lado con notable tristeza.- No pude decirle.

 

 

-¿Por qué no?

 

 

-Porque tiene novia. –contestó en voz bajita, dando paso a un incómodo silencio en el que solo se escuchaban pajarillos a lo lejos. Ki Bum rascó su barbilla, pensando.

 

 

-Entonces no puede ser Min Ho. –pasó su mano por su frente.- Él nunca haría algo así. –explicó impactado.

 

 

“Yo creía lo mismo” quiso decir, mas prefirió callarse. No le convenía delatar a Min Ho. ¿Qué ganaría con eso?

 

 

-Pero, ¿cómo…? –no supo expresar su pregunta.- ¿Cómo te enteraste? ¿Él o ella coqueteaba contigo? –preguntó con una mirada severa, que anunciaba la futura furia intensa de la diva. Minnie, de nuevo, negó con su cabeza.

 

 

-Nunca me lo dijo y cuando iba a declararme los vi besándose. Acababan de hacerse novios. –habló aún más bajito y con tristeza. ¿Por qué la vida era tan cruel? Se sobresaltó al sentir unos brazos rodeándolo, y asustada, vio a su alrededor, percatándose de que era Key.

 

 

-Lo siento. –confesó recargando su mentón en la coronilla de Tae, acariciando algunos de sus mechones.- Sabes que lo golpearía si pudiera, ¿cierto?

 

 

-No quiero que le hagas daño. Es muy bonito. –defendió Minnie, dejándose querer. Ki Bum respondió con una risa, descubriendo una vez más lo diferentes que eran, ya que él, aunque en un inicio solo se escondía para llorar, tuvo el fuerte impulso de desquitarse con el otro. Tae Min, en cambio, a pesar de herirle indirectamente, quería seguir defendiéndole.

 

 

-De acuerdo. –concordó y luego agregó rápido.- Pero sólo porque tú me lo pides, ¿eh? –Minnie se rió. Ki Bum quería saber más, mucho más sobre el misterioso cretino que hirió a Minnie, pero entendía que al ser más joven, era más sensible, y por tanto, insistir en el tema podría quebrarle aún más. Key suspiró. Por una vez, sólo por tratarse de Lee Tae Min, no preguntará más al respecto.

 

 

 

 

 

Caminó por el pasillo, suspirando de cansancio. Cielos, aún no podía creer que Minnie le hubiera dejado solo. ¡Ni siquiera se disculpó al irse! ¿Qué ocurría con ella? Cada día estaba más preocupado. Dejó su celular en la mesita del pasillo al tiempo que intentaba sacar el celular. Estaba seguro de que estaba olvidando algo importante. Cuando lo tuvo en manos, picó un botón para desbloquear la pantalla, cuando la flor frente a él llamó su atención. Era la margarita que había encontrado en la empresa, justo después de pedirle a Sulli que fuera su novia.

 

 

La margarita se estaba marchitando, sin importar el agua que le cambiaran o la luz que le llegara. Suspiró decepcionado. Le habría gustado que durara más, no obstante, ésta no parecía querer seguir luchando. Acarició uno de los blancos pétalos, tan suaves y frágiles. Como la cara de Tae. Sacudió su cabeza. Comenzaba a sentirse enfermo. Sí, un enfermo y retorcido que tenía que relacionar todo con Tae. Tenía que olvidarla, pero ella estaba en todas partes, en todas. Si miraba un vestido, imaginaba lo linda que se vería en él, si escuchaba una canción, recordaba su voz, su veía un paisaje, pensaba en ellos dos caminando juntos.

 

 

Ya había tomado una decisión, y como todo hombre honorable y responsable, debía seguirla. Sulli era su única novia y no la debía cambiar por Tae Min, no importaba lo mucho que pensara en ella, o lo mucho que la recordara (o la extrañara). Se pegó con los talones de las palmas en la frente, enojado por seguir pensando en Tae, cuando la canción de su celular le avisó que le estaban llamando. Extrañado y sin ver de quién se trataba, contestó.

 

 

-¿Hola?

 

 

-¿O-Oppa? –habló una dulce temblorosa voz. Era Sulli. La tímida y muy dulce Sulli. Su muy bonita y perfecta novia.

 

 

-Ah, hola, Sulli. –saludó con más suavidad, adivinando que del otro lado, Sulli estaría roja, temblando de los nervios e indecisa por cómo continuar. Su teoría fue comprobada al esperar varios segundos, en los cuales, seguramente la chica estaría intentando calmarse. Incluso podía escuchar sus susurros de auto-ánimo.

 

 

-Llamaba p-para preguntar si... –inspiró.- ¿N-nos vamos a ver más tarde?

 

 

-Lo prometí, ¿no? –bromeó con la misma suavidad de antes.

 

 

-C-claro, es solo que n-no estaba segura. Tal vez quiera hacer otra cosa o, o le estoy asfixiando o...

 

 

-Para nada, Sulli. Me gusta estar contigo, por eso eres mi novia. –rió leve al identificar un mini grito emocionado.

 

 

-B-bueno, n-nos vemos, Oppa.

 

 

-Cuídate. –respondió antes de escuchar que le colgaban.

 

 

En parte se sentía culpable. Era el primer novio de Sulli (aunque no el primer beso). Tenía una extraña sensación como si la estuviera utilizando, pero no era posible, ya que a Min Ho sí le gustaba Sulli. Era linda, agradable y muy graciosa. La diferencia estaba en que Tae Min le gustaba mucho más, y eso era lo que Min Ho quería evitar.

 

 

No obstante, ¿qué hacer para dejar de pensar en Tae Min? Se sentía tan perdido, tan solo, tan lejano sin ella, y eso provocaba que se alejara más de la realidad. Cada vez había más situaciones en las que ridículamente y sin explicación se quedaba soñando despierto, como aquella vez en el cuarto de ensayos, mientras acomodaban las bocinas, su mente divagó hasta irse a la luna, con él y Tae bailando un muy cursi vals. Si no hubiera sido por el manotazo en la nuca, cortesía de Onew Hyung, habría llenado el cuarto de su propia saliva.

 

 

Palmeó sus mejillas para despabilarse. Necesitaba hablar con Tae antes de ir con Sulli. No podía estar un minuto más sin saber qué pasaba con ella. Cansado, fue a la cocina por un vaso de agua, quedándose boquiabierto por el desastre. Al parecer, Jong Hyun había estado experimentando. ¿Pero qué…?

 

 

Entonces vio el pastel decorado y Jong pegando unas últimas frutas. Ese pastel debía ser para Key. Min Ho negó con la cabeza antes de acercarse a él.

 

 

-Mejor le hubieras comprado un yogurt. –el de menor estatura le miró, como si con eso preguntara el porqué.- No te lo va a aceptar, Hyung.

 

 

-Claro que sí. –afirmó confiado.

 

 

-Sabes que se siente gordo con el puro oxígeno. ¿Cómo crees que aceptará tu regalo? ¿La fuerza del amor le hará olvidar que teme engordar o qué? –preguntó con verdadero sarcasmo. El contrario, rodando sus ojos, se cruzó de brazos.

 

 

-Entonces, ¿qué es lo que sugieres? –Min Ho abrió la puerta sacando un vaso.

 

 

-Una palabra. –contestó colocando el envase en la mesa.- Gimnasio. –completó con una sonrisa, a lo que Jong Hyun rodó los ojos.

 

 

-Ya te dije que no. Key no es tan superficial.

 

 

-No, pero todas las mujeres babean por un cuerpo bien formado. –resumió alzando sus cejas traviesamente.- Además, tienes buena espalda, ya tienes el 50% hecho.

 

 

-A Key no le interesa eso.

 

 

-Créeme. Él más que nadie aprecia un muy buen abdomen. ¿Por qué crees que a veces va conmigo al gimnasio? –Jong Hun abre sus ojos impactado.

 

 

-¿Q-qué? –logra articular.

 

 

-No pensabas que levantaba pesas, ¿o sí? –bromeó divertido sirviéndose agua. El mayor pensó de nuevo, incrédulo. Lo había visto observarlo cuando se quitaba la camisa, sin embargo, también lo había visto chillar avergonzado cuando Min Ho hacía lo mismo, regañándolo por ser tan “indecente”. Y eso que él era el musculoso.

 

 

-Entonces... Si le digo que vo-

 

 

-No. No le digas. Hazlo. Él se dará cuenta. –Kim entrecerró sus ojos, sospechando.

 

 

-¿Cómo sé que no quieres burlarte de mí?

 

 

-Porque si le dices, solo se reirá de ti. En cambio, si vas al gimnasio, en un mes o dos, se quedará mirándote. –expuso.- Ya ves cómo detesta a mentirosos y presumidos. –Jong Hyun, meditativo, colocó una mano en su mentón. Quizá...

 

 

-Pero entonces no me hará caso hasta dentro de dos meses. –se quejó.

 

 

-Hey, es tu culpa por rechazarlo en primer lugar. –le reprendió tomando su vaso antes de salir de ahí, dejándolo con las palabras en la boca.

 

 

Una vez más, Choi tenía razón. Quizá el gimnasio no sea tan mala idea.

 

 

 

 

 

-¿A dónde me llevarás ahora?

 

 

-Eh… -se quedó pensando el castaño, rascando su cabeza. Joon rodó sus ojos con una sonrisa.

 

 

-Creí que lo habías planeado muy bien. –se quejó con un puchero.

 

 

-Es solo que pensé que a lo mejor te gustaría elegir ahora.

 

 

-De acuerdo. –se conformó el mayor enchuecando su boca, aunque Onew no se dio cuenta.- Entonces, ¿ahora sí me pedirás que sea tu novio? -preguntó fingiendo inocencia, riendo internamente al notar cómo el otro se atragantaba con su propia saliva. Tras un par de segundos, luego de recomponerse, respiró profundo para voltear a verlo.

 

 

-E-entonces, ¿qué quieres hacer? –intentó desviar el tema, causando más risas en el alto antes de que éste jalara su mano para guiarlo.

 

 

No dijo ni una palabra en el camino, tan solo avanzó por las calles sin voltear atrás, con Onew demasiado centrado en cómo se sentía el contacto de sus manos. Al pasar varias cuadras, un par de vueltas, Jin Ki alzó su vista y se dio cuenta de que estaba en un cine. Extrañado, estuvo a punto de preguntar, mas no pudo, Joon le instó a que se acercara con él a los carteles. Sonriente, señaló una de terror, a lo que Onew solo se encogió de hombros.

 

 

-La que tú quieras. –le recordó.

 

 

Quince minutos más tarde, estaban sentados en una de las filas centrales. Todavía era temprano, y la sala estaba vacía a excepción de ellos, unas tres parejas unos asientos más abajo y otras dos tras ellos. Con palomitas, sodas y golosinas, esperaban a que encendieran la pantalla escuchando la música de fondo a volumen bajo. A Jin Ki no le molestaba el hecho de ver películas de horror. Nah, eran muy suavecitas para él, pero sentía curiosidad por su nuevo amigo y falso novio. No pudo esconder su risa cuando recordó las veces que, entre él, Jong Hyun y Min Ho obligaron a Key a ver películas de miedo, aún le sorprendía cómo era que no quedaba afónico por aquellos gritos que daba, casi parecía que se salieran los pulmones. La siguiente canción le distrajo de sus memorias, al reconocerla.

 

 

-Omo. –murmura emocionado antes de darle un par de palmadas al brazo de su acompañante.- Esa. –el mayor, masticando, mira al techo escuchando con atención.

 

 

-¿Qué tiene?

 

 

-Es nuestra. Oye. –pidió guardando silencio, llenándose de orgullo al identificar a varios de los presentes cantándola.- Es nuestra canción debut. Se llama “Replay”.

 

 

-Ah… De Choni.

 

 

-SHINee. –corrigió con cansancio.

 

 

-Como sea. –respondió alzando sus hombros, demostrando que le daba exactamente igual. Jin Ki se sintió decepcionado. Esperaba que aunque sea le reconociera un poco, o siquiera, que notara su voz, no obstante, parecía no importarle en absoluto. Suspiró, prefiriendo cambiar de tema.

 

 

-No entiendo en qué ayudará venir al cine.

 

 

-Oh, más de lo que crees. –el castaño aguardó en lo que el otro tomaba un poco de soda, luego prosiguió.- Para empezar, el cine es uno de los lugares más cliché para una cita “romántica”, además de que es un lugar oscuro y por tanto, perfecto para hacer cosas indecentes.

 

 

-Pero, ¿cómo estás tan seguro de que nos están vigilando? –insistió.

 

 

-Porque eso hacen las sassaengs. Ellas no conocen los límites. –dio una mirada a los pantalones de Onew, que no pasó para nada desapercibida, cohibiendo al menor, quien se cubrió con ambas manos su entrepierna, y Joon volvió la vista al frente.

 

 

-¿C-cómo sabes eso? –tartamudeó.

 

 

-Pfff. –sopló con los labios cerrados y sueltos.- Si supieras, te sorprenderías demasiado. –fue lo único que comentó al respecto.

 

 

-Así que... –frunció su ceño sin entender.- ¿Qué hago? –Joon acomodó el vaso en su lugar, retiró el descansa-brazos, se pegó más al vocalista y se recargó en su hombro.

 

 

-Sólo quédate ahí. Ella nos verá.

 

 

-P-pero, ¿no es peligroso? –balbuceó.

 

 

-Nah. Tú relájate. –bostezó.- Avísame cuando empiece la película. –advirtió antes de cerrar sus ojos. Jin Ki, obediente, se mantuvo rígido en su sitio (como si tuviera alguna opción).

 

 

Ansioso, nervioso, tímido, cohibido. Moriría de vergüenza si Joon se llegaba a enterar de lo nervioso que estaba, aunque realmente dudaba que no se hubiera dado cuenta por lo fuerte que latía su corazón. (Ojala no lo oiga). Buscó con la vista, sin mover la cabeza, a su acosadora, esperando que captara la indirecta y lo dejara en paz, mas no había pista ni señales de ella. Vio a las parejitas de enfrente platicando o con las chicas sobre el hombro del hombre. O peor. Besándose. Sintió que su rostro se calentó. No quiso pensar en ello. No podía imaginarse a Joon dándole un beso en los labios. Tragó duro. Cielos. Inspiró, sintiéndose sofocado y brincó cuando notó las luces apagándose. Miró la coronilla de su Hyung, esperando no haberlo despertado. Respiró más aliviado al notar que seguía dormido.

 

 

La pantalla se encendió cuando las luces estaban demasiado tenues, mostrando anuncios de bebidas, celulares, de otras películas y del cine mismo. Ni siquiera pudo despertar a Joon, ya que éste lo hizo solito, viendo alrededor para recordar dónde estaba.

 

 

El inicio fue aburrido y demasiado predecible. Al avanzar, se fue poniendo sólo un poco más interesante, tornándose divertido cuando empezaron los efectos, no solo por el hecho de que éstos eran demasiado evidentes y de baja calidad, sino por los brinquitos y los gritos que tenían las muchachas de abajo, siendo consoladas por sus parejas. En uno de esos instantes, Joon se acercó a su oído muy lentamente, llenándolo de pánico (de nuevo).

 

 

-Finge que tienes miedo. –Jin Ki soltó un tonto “¿qué?”, el cual, no alcanzó a ser percibido por el grito de la mujer asesinada en la pantalla.- Abrázame como si tuvieras miedo.

 

 

Torpe y sonrojado, escabulló sus manos en la cintura del mayor, apoyando su rostro en su pecho, sin saber cómo actuar moverse. ¿Estaba siendo creíble? El pelinegro rodeó sus hombros, puso su barbilla sobre su cabeza y con una mano cubrió sus ojos, sin embargo, la mayor sorpresa fue al sentir un tacto suave en su cabello. Un beso. Y no solo fue aquello, sino el murmuro que le siguió.

 

 

-No tengas miedo. Te cuidaré.

 

 

Por una vez, él no era el responsable de todo. El que todo debía hacer bien. El que debía velar por todos. Por una vez, fue un protegido, alguien que necesitaba apoyo, alguien que ocupaba atención, que se hicieran cargo de él. Más que ser un estorbo torpe o un líder, era una persona que quería ser escuchada y protegida.

 

 

Era tonto que, pasando las partes “terroríficas” (o más bien, de comedia) y el clímax, Joon no lo soltara hasta el final, pero Onew se sentía cómodo y no quería moverse de ahí. Al menos, no en lo que restara de la película (y créditos). Cuando los nombres estaban terminando, el pelinegro le dio un par de palmaditas en la cabeza, y murmuró cerca de su oído “ya se fue”. Ah, por eso no lo soltaba. Sintiéndose tonto, se apartó, acomodándose el cabello y salieron de la sala.

 

 

En el pasillo iluminado, Joon rió al ver a Onew, y no fue hasta ponerlo frente una puerta de metal reflejante, que éste entendió. Su cabello era un desastre, pelos parados por todas partes. Apenas iba a hacer algo al respecto, pero el mayor no se lo permitió; jaló su brazo, lo volteó y se puso a peinarlo como a un niño de preescolar, al tiempo que reía como madre enternecida.

 

 

-Omo, eres tan lindo. –murmuró sin darse cuenta, antes de cantar en voz bajita la canción debut de SHINee, sustituyendo el “Noona” por “Onew”, impactándolo más y dejándolo con la boca abierta. Sonrió divertido.- ¿No iba así la canción? –cuestionó riendo, Jin Ki asintió.

 

 

Mientras Joon movía esos mechones irregulares, Onew observó su rostro, sus ojos delineados, sus finos labios, y sin pensarlo, habló.

 

 

-¿Quieres ser mi novio? –el mayor, extrañado, levantó una ceja, poniendo más nervioso al menor. Qué torpe, pensó el vocalista.

 

 

-Claro. ¿Por qué no? –contestó con una sensual sonrisa y después, con lentitud, unió sus labios a los gruesos del castaño en un casto toque. Duraron siete segundos, cuando Onew, asustado, se separó, viendo a su alrededor, encontrando vacío el pasillo entero.

 

 

-Di-dijiste q-que se había ido. –balbuceó demasiado nervioso atropellando las palabras.

 

 

-De la sala, no del cine. –explicó frunciendo una ceja sin entender su respuesta.- ¿Pasa algo?

 

 

-E-e-es q-que... –Joon alzó ambas cejas, confundido. Onew respiró profundo y volvió a intentarlo, ahora en un susurro.- Pudieron habernos visto. -refiriéndose al resto de las personas, ya que no era bien vistas las demostraciones amorosas en público, menos los besos, y aún peor, entre personas del mismo género.

 

 

-Pero no nos vieron, ¿cuál es el problema? –el líder lo observó, tratando de comunicarle los grandes problemas para la empresa si llegaban a verlo a él, un vocalista y el líder de SHINee, besando a otro chico, pero no pudo. No supo cómo ni porqué, mirarlo le dio una sensación más relajada. No nos vieron, ¿cuál era el problema? Con algo de remordimiento por retirarse de forma tan grosera, bajó la vista al suelo, se inclinó y se disculpó. El mayor levantó su barbilla con un poco de brusquedad, tomó su mano y salieron del cine, demostrando que no le ofendió su reacción.

 

 

Unas calles más adelante, tomados de la mano, pasaron frente un restaurante. Onew, por pura curiosidad, admiró el letrero de arriba. Un restaurante de comida mexicana. Mmm... Vio la ventana, que revelaba las mesas redondas con familias y parejas, fue entonces que reconoció a alguien. Una parejita que le hizo fruncir el ceño.

 

 

No se detuvo ni dijo nada, tan sólo exhaló dirigiendo su mirada al frente. Ahora entendía por qué Tae Min no quería cantar con Min Ho, y rogaba en lo más profundo de su alma que el rapero tuviera una buena excusa.

 

 

 

 

 

Continuará...

 

 

Notas finales:

Ho, ho. ¿Descubrieron quién era la parejita? Demasiado obvio, en mi opinión xD


Ahora, lo que todos han estado esperado (y todavía no puedo creerlo, pero en realidad, sí hay personas a las que les gusta esta sección O':!!)...


¡QUESTION TIME!


• ¿Su parte favorita?


• ¿Qué opinan de la huida de Tae?


• ¿Qué hacen ustedes cuando dan un regalo a alguien muy especial?


• ¿Cómo creen que Key reciba el pastel? ¿Creen que lo acepte o lo rechace? ¿Ustedes que harían si fueran Ki Bum en esta situación?


• ¿A alguien le gustó el gesto de Jong Hyun con el pastel y sus palabras? Si por mí fuera, le daría mi voz. Key sabe que estoy bajo sus órdenes. Es mi mejor amigo, después de todo.»)


• ¿Qué opinan de la escena TaeKey? ¿Creen que está bien reclamarle ese tipo de cosas a Tae?


• ¿A alguien más le dio ternuris el abrazo TaeKey? (Owws, babies)


• ¿Quién más está de acuerdo con Min Ho sobre Jong Hyun y el gimnasio? (Aish, este se está haciendo demasiado de rogar)


• ¿Quién más lamería los musculotes de Jong Hyun :v? (Yo sí xD!)


• ¿Creen que Min Ho de verdad quiera a Sulli?


• ¿Les gustó la escena JoOnew? (A quienes les guste el JoOnew xD)


• ¿Alguien esperaba que fuera en el cine?


• ¿Supieron a qué pareja identificó Onew en el restaurante?


• ¿Quién quiere seguir mandando felicitaciones y amor a Hacchi♥? (Es que soy un amors :v)


 


¡Muchísimas gracias a todos! Espero les haya gustado mucho, mucho más que los anteriores. Muchos besos y abrazos psicológicos♥!


att’Hacchi♥!


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