Capítulo 4 La última noche de… ¿Libertad?
Tres dias antes...
-Despedida de soltero… - apenas esas palabras salían de la boca de Law cuando Kid grito emocionado.
-¡Joder! ¡Esa es toda la maldita actitud! - y la mirada fulminante de su prometido moreno le hizo reflexionar sobre sus propias palabras. – Digo… ¿Quién hace semejante estupidez en estos tiempos? Es tan del 2006 que no da… - eso solo empeoro la situación.
Definitivamente Kid era el mejor para las palabras, todo lo que salía de su boca era lo primero que se le venía a la mente.
El actuaba, la cagaba y luego reflexionaba… todo un poeta si le preguntarán a Law.
-Vamos Law… No sean tan amargado… - Killer intervino inteligentemente antes de un bisturí saliera volando y se clavara peligrosamente sobre la carótida de su amigo pelirrojo.
-Si Torao. - Luffy ya estaba al lado del rubio de cabello hasta la cintura con una actitud de alguien totalmente cuerdo.
Eso solo hizo que la poca paciencia que tenía Law se agotara y mandara a todos al carajo con un solo de sus gestos o en su defecto que el pobre que pagaría los platos rotos seria… Kid.
-Law-san… - la voz de Vivi, aclaro un poco el mal ambiente que reinaba por culpa del aura maligna del moreno medico. - ¿Por qué estas molesto? ¿Qué tienen las despedidas de soltero?
Y el infierno se desato gracias a la inocente pregunta de la chica.
-Te diré que tienen de malo… - el fuego infernal que rodeaba a Law era tan colosal, tan perverso que dejo congelados a todos en su sitio incluida Robin, que ella la que menos se acojonaba ante el médico.
-Saben que, yo creo que dejamos este tema por la paz antes de que… - la mirada fulminante de Trafalgar hizo que Kid callara el patético intento de evitar lo inevitable…
-Todo empezó esa noche de invierno… - empezó el pelinegro mayor bajando el tono de su voz, haciendo que sonara macabra y sin vida.
-Aquí vamos de nuevo… - susurro el pelirrojo para bajar la mirada y escuchar los gritos desgarradores de las almas en pena que ahora condenaría.
En pocas palabras las de sus amigos…
-Estaba en casa cuando llego ese fatídico día… - si eso no causo que un escalofrío en sus amigos, lo que dijo a continuación si lo hizo. - Los gritos… No podía soportar los gritos que venían de la habitación… Y el ruido… El jodido ruido… de esas cadenas arrastrándose… Pero la luz era lo peor… No lo podía soportar más, necesitaba callarlo… Así que empecé a gritar que pararan, que todo se destruyera para que dejaran de taladrar mis oídos con ese infernal ruido… - Law había llevado las manos a su rostro disminuyendo su voz hasta ser solo un rezo mudo.
Todos… estaban con un miedo-intriga por saber de qué demonios hablaba el moreno que parecía un pobre trastocado que vio el infierno o algo peor.
Su amado prometido le envolvió en un abrazo protector que correspondió ocultando su rostro en su fuerte pecho sollozando ligeramente.
-¿Qué le paso? ¿Qué jodidos le paso? - era Sanji el que preguntaba con el cigarrillo temblando en sus labios.
Kid suspiro antes de hablar creando más intriga a la situación.
-Vio a su padre teniendo sexo en la habitación de lectura…
Fue todo lo que necesito para que Zoro, Killer, Franky, Brook, y Luffy empezaran a llorar pero de la risa loca que los invadió.
-Shishishi. ¡Torao es muy gracioso! - Luffy no podía dejar de reír como desquiciado, hasta estaba revolcándose en el suelo.
Los demás solo rieron por unos momentos antes de que Kid lo desollara con la mirada más mortal que había sido vista por ellos. Era un claro: “Sigan riéndose cabrones y no verán la luz de un nuevo día”
Si… ese era Eustass Kid siendo sobreprotector…
-No tienes de que preocuparte Trafalgar. Yo mismo me encargare de que nada se salga de control. - Killer lo decía totalmente en serio.
Kid era su amigo y le hizo jurar que algún día cuando se casara, si es que ese día llegaba como ahora, le haría una fiesta de despedida que jamás olvidaría.
Law alzo la vista para mirar al rubio de cabello largo que trago saliva.
Y es que el moreno le había susurrado o más bien había movido los labios sin omitir ninguna palabra para dejarle en claro lo que pensaba:
“No des por hecho que soy estúpido y sin ningún criterio para discernir entre la realidad y lo van hacer en verdad… Estas advertido Killer-ya”
Law sabía lo que decía.
Cualquier forma de entretenimiento incluirá la violencia, así que admitámoslo el ser humano tiene poco de puritano. Y más sabiendo cómo era Kid a la hora de divertirse.
Todos se quedaron callados esperando que la tensión que reinaba en el ambiente se calmara antes de que la sangre salpicara a la pobre victima que hiciera un movimiento en falso.
-Law… Si quieres nosotros podemos… - ahora Penguin era quien se ponía voluntariamente a que le cortaran la cabeza con lo que iba a decir pero…
-¡Torao! No te preocupes nosotros te haremos una fiesta de despedida también. - Luffy había puesto el cuello en la guillotina con una enorme sonrisa.
Y en ese momento abrazo a los dos más próximos a él.
Ósea Zoro y Sanji.
Todos casualmente se habían apartado de su lado cuando había inclinado su sombrero de paja que siempre llevaba en la cabeza hueca que parecía tener, y ahora había escogido a los pobres diablos que les haría cumplir la promesa que el mismo dijo.
Estaban jodidos… en todos los sentidos.
-¡¿Nosotros por qué?! – gritaron al unísono los pobres que ahora estaba apresados por el cuello por ese pequeño moreno.
-Zoro… Sanji… Vamos ayudar a nuestro nakama…
Joder el día en que se hicieron amigos de ese niño… Monkey D. Luffy.
Esas palabras tenían un poder sobrenatural sobre ellos, tan fuerte, que daba miedo.
Si Luffy decía eso se hacía, así sin más. Y más la forma seria en que lo dijo, parecía alguien totalmente diferente.
El peliverde y el rubio habían caído con la treta más barata que pudo usar el maldito que tenían por amigo, no pudieron evitar tragar saliva esperando que su destino no fuera tan malo como haber caído al inferno al ahora que Law les miraba desconcertado.
Penguin y Shachi se miraron con preocupación.
¿Qué pasaría ahora?
Sus demás amigos empezaron a celebrar diciendo que era lo que traerían para el día de la esperada boda, suplicando que esos dos no hicieran alguna matanza para completar ese rito satánico, digo unión sagrada ante los ojos del ser superior en el que no creían para buscar la felicidad que tanto anhelaban en el compañero que escogieron para la eternidad.