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Detalles por -Raiden-

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Notas del capitulo:

Solo puedo decir... KenmaxD~san!!

Ah... y que te extraño y disfruten del shota... espero que les guste porque la verdad creo que quedo... aceptable.

Ok... 

 

"-Confía en mi...

-¿Confiar en ti sin conocer tu nombre?

-¡Rayos! Bien pensado..."

 

 

Esa mañana se levanto más temprano de lo normal…

 

De hecho casi no había dormido nada porque su mente no le dejaba en paz.

 

Las bellas pero eróticas imágenes que se dibujaban en su imaginación perversa, estaban en su cabeza rondado como los demonios lujuriosos que eran, haciendo que toda la noche y parte de la madrugada tuviera cierto “problema” con su entrepierna.

Llevo una mano a sus labios donde los delineo lentamente, sintiendo el pequeño corte que tenía en el labio inferior, el calor que emanaban, el hinchazón que ahora se presentaba y el ligero ardor cuando su lengua pasó por estos.

 

Ese último mes había desgastado sus labios con mucha frecuencia, ahora que tenía el permiso absoluto de ese crío moreno llamado Trafalgar Law.

Ayer precisamente se había ganado una “pequeña” mordida por parte del menor cuando en su descarado intento de tocarle el trasero con una indecencia nata en él, consiguió enfadar al crió y tener esa bonita marca en su labio.

Pero claro que no se arrepentía de nada como todo en su vida, de hecho sonreía ahora que empezaba con las fastidiosas erecciones matutinas patrocinadas por su adolescente cuerpo.

 

-Mejor tomo una ducha caliente. - se dijo a sí mismo para levantarse de una vez ahora que el sueño le había abandonado esa noche.

 

Su cuerpo, ahora que su piel ya no tenía ninguna marca violeta ni morada, dejaba ver las profundas cicatrices desde sus fuertes piernas, su ancha espalda hasta su pecho y brazos.

Algunos solo eran rasguños, otros más eran grandes marcas irregulares con bordes rosados dejando ver que esas le habían causado dolores horribles cuando se las hicieron, pero bueno, el mismo se lo había buscando cuando quería comprobar su existencia más de una vez.

 

 

 

Smoker pasó por él como todas las mañanas desde que inicio el castigo, y no es que le molestara, solo que le incomodaba que no confiara en que cumpliría con esa “tortura”, podía ser todo pero siempre aceptaba las consecuencias de sus actos… buenos o malos.

 

-Pasare por ti a la hora de siempre. - le dijo Smoker ahora que ya habían llegado a la residencia.

 

Kid solo asintió y salió con bastante prisa.

 

Esa mañana estaba ansioso como de costumbre esos días, no solo porque en la ducha se había hecho una fabulosa paja pensando en el moreno que ya lo tenía hasta en sus sueños, si no porque estaba más que seguro que algo pasaría.

 

El hombre de cabello cenizo que ahora le miraba por el espejo retrovisor vio que el pelirrojo se adentraba en la lujosa mansión con una sonrisa en su rostro de psicópata.

Se pregunto mentalmente qué demonios le pasaba a la juventud de hoy, con esos cambios tan repentinos de humor que pasaban del caos total a la más extraña alegría de la noche a la mañana. Jamás entendería a los jóvenes.

 

Su móvil hizo la típica seña cuando recibió un mensaje.

 

Smoker… Dile al mocoso ese que no es necesario que cuide de Law hoy. No asistirá a clase… Tengo que llevar a Roronoa a su última visita médica…

Dracule Mihawk…

 

 

 

Nada más tocar la perilla de la puerta de madera refinada y barnizada, se dio cuenta de que esta estaba abierta.

 

-¿Pero qué coño? - dijo en voz alta cuando en vez de ser recibido por la chica de cabello negro con la que anteriormente se había dado un “malentendido”, no había nadie… Aparentemente.

 

-¿Baby 5? - llamó a la chica pero no contestaba.

 

Tuvo que cerrar la puerta el mismo para dejar el sordo ruido de la madera al cerrarse produjera el eco dentro de la enorme estancia para perderse en el resto de la casa.

A esas alturas de la situación Kid se sentía un poco incomodo con tanto silencio en una mansión que ahora tenía un aire sepulcral.

 

-Quizás esta en la cocina… - si no estaba ahí definitivamente no sabía donde más debía buscarla, aunque bueno, ella no era una prioridad.

La puerta de la enorme cocina dejaba ver que estaba, como antes supuso, completamente vacía.

Todo estaba en su lugar como si nadie la habitara desde hace años, dejando que el tiempo cristalizara cada objeto en su lugar y profesara una maldición a quien osara tocar la más mínima cosa de su descanso eterno.

 

El pelirrojo paso saliva y cerró la puerta.

 

La incomodidad se volvía un raro sentimiento de alerta que le obligaba a seguir con el silencio que gobernaba en el lugar.

 

-Mejor voy a por Trafalgar… - no sabía cómo es que esa lugar tan tétrico se volvía aún más macabro sin la presencia de las almas que lo habitaban.

 

Ahora entendía porque el moreno era así… alguien frío.

 

Sus pasos volvieron a resonar cuando subía escalón por escalón de la alfombrada escalera rustica estilo gótico, que le daba la bienvenida a la boca del lobo donde ahora las sombras del lugar parecían cobrar vida.

Se movía con lentitud mirando a todos lados esperando que algo o alguien salieran de las sombras para atacarlo, y no es que tuviera miedo ahora que escuchaba unos extraños jadeos inundar el desierto pasillo, o los extraños crujidos de la vieja mansión que solo aumentaba con cada paso que daba, para nada.

 

-Maldita sea… - murmuro sintiendo un horrendo escalofrío recorrer su cuerpo.

 

¿Cómo coño una maldita edificación podía ser tan siniestra estando sola?

Sus pies lo traicionaban cada vez que escuchaba otro gemido salir de quien sabe dónde, para perderse en el eco que producían, y por cada tres pasos que lograba dar retorcía uno mirando a su alrededor esperando al maldito que estaba jugando con su mente.

 

Pero los gemidos se definían más conforme avanzaba por el largo pasillo.

Afino su oído para tratar de discernir qué era lo que se escuchaba, que era lo que hacía tanto jadeo hasta que llego a la puerta del cuarto de Law.

 

-Eustass-ya…

 

¡Eso definitivamente era un gemido con su nombre!

 

Se le erizo la piel por puro instinto al escuchar eso.

¿Acaso su maldita fantasía matutina se había manifestado?

 

No, no, tenía que estar seguro antes de que como siempre, fuera a dar por hecho algo que no era.

 

Lo más probable era que solo decía su nombre por algo que no tenía nada ver con una cosa perversa, como quizás estar desnudo sobre su cama sonrojado violentamente intentando calmar el calor que sentía, quizás tocándose para aliviar la erección que tenía por tan solo pensar en él, y quizás solo quizás llevando dos de sus dedos hacia su rosada entrada para intentar llenar el espacio que tendría que estar llenando su polla…

 

Joder… Eso fue suficiente para Kid que obviando el pequeño detalle de tocar antes de entrar, abriera la puerta lentamente buscando detenidamente al moreno y su dulce voz erótica casi orgásmica por lo que sea que estuviera haciendo en su cuarto.

 

Se quedo con la mano quieta en la manivela de la puerta, sin respiración e intentando digerir que era lo que estaba contemplando.

 

Era verdad… Law estaba sobre su cama pero no precisamente acostado.

 

Sus largas y delgadas piernas morenas a perladas con su propio sudor, sin el más mínimo defecto en cada línea de su fina y casi aterciopelada textura fue lo primero en donde se posaron sus ojos ámbar. Estaban flexionadas por estar sobre sus rodillas… en efecto estaba a cuatro patas sobre su cama.

 

La almohada que estaba debajo de su delgado cuerpo cubriendo lo que seguramente sería su excitación al borde del maldito orgasmo, dejaba ver solo su espalda tan mojada como sus piernas. Se arqueaba con una naturalidad hipnotizante, tan sublime que aun siendo mínima dejaba a la imaginación todas las cosas sucias que podían ser sacadas de todas las películas porno que había visto en su vida. Su agitada respiración dejaba ver como se marcaban sus costados, esas costillas que ahora se veían tan apetitosas.

 

Pero sus manos no se quedaban atrás… ¡Claro que no! Una de ellas atrapaba con tanta fuerza esa sabana color azul cielo que podía ver como la poca circulación que le llegaba y le hacía ver pálida en tono con su natural belleza acaremelada. Su propio brazo ligeramente flexionado para que cubriera su pecho y esos rozados pezones que parecían esconderse de sus ojos ahora totalmente abiertos. Pero su otra mano no estaba precisamente quieta…

 

Se mantenía cerca de su boca, de esos labios ahora totalmente húmedos por su lengua que estaba degustándolo como si fueran un delicioso caramelo, dejando caer su cálida saliva gota a gota sobre la cama pero no sin antes dejar un rastro brillante como si fuera el camino que debían ser recorrido como un mapa del tesoro, solo para impregnarse en su cuello antes de ser abandonada por su bondadoso amo.

 

Apenas su mirada dorada iba a medio camino cuando volvió a escuchar su voz.

 

-Mmmm… Aahh… Eus-Eustass-ya… - ese jadeo tímido casi como si fuera un suspiro de un ángel de lujuria le hizo reaccionar.

 

Paso saliva con fuerza… de un momento a otro su garganta se seco…

 

Ahora lo veía. Su cabello lavado en sudor, dando más brillo a esos destellos azulados como estrellas en un mar del más puro color del cielo nocturno, cayendo por mechones sobre su frente escondiendo su mirada… Joder… su mirada.

 

Llena de lo que parecía ser deseo, pasión, calor y lujuria turbia para perderse dentro de sí misma, en sus ojos grises metálico que parecían de platino pulido haciéndose más acuosa como si se derritieran para quedar liquida como el mercurio en conjunto con esas ligeras ojeras. Y lo que complementaba todo ese magnífico erótico cuadro era su rubor, su lindo rubor más que marcado en sus mejillas morenas, casi rojas pero que solo le hacía ver de lo más apetecible, más sumiso, más caliente que…

 

-¡Aahh! - otro gemido salido de sus labios.

 

El pequeño moreno se había estremecido cuando frotaba inocentemente su cuerpo contra la almohada.

 

Era real… era muy real eso que contemplaba.

 

Law estaba demasiado concentrado como para salir de su propia fantasía, y notar como su puerta se cerraba haciendo un ruido muy mínimo.

 

Kid ya estaba quitándose la ropa… El detalle de que el moreno estuviera dándole la espalda dejando ver su suculento cuerpo, y esa rozada entrada tan pequeña solo le dejaba perderse en su propia lujuria que se manifestaba con una erección inmediata.

 

Era hermoso… simplemente hermoso. Como si fuera la fantasía perfecta donde el cielo y el infierno se juntaran precipitándose para dejar todo en el limbo infinito de la depravación total sucumbida por una belleza angelical sobre esa cama, y solo para él.

 

Apenas esas líneas que nacían en la mente del pelirrojo definían una pequeña  fracción de toda esa armonía natural de la esencia humana…

 

Tenía que tocarlo, tenía que besarlo, tenía que hacerlo gemir y que gritara su nombre hasta la afonía si era posible, darle lo que ahora estaba pidiendo su cuerpo frente a él.

 

Estando tan desnudo como el moreno sobre su cama, se acerco lentamente, y parecía estar en llamas, de forma retorica, de lo que caliente y excitado que ya estaba.

 

 

Dio un tremendo suspiro seguido de un escalofrío espeluznante al voltear para encontrándose con cierto pelirrojo con el cual estaba fantaseando.

 

Trafalgar Law tuvo una revelación existencial esa mañana que despertó con una tremenda erección al tener un sueño muy húmedo con Eustass Kid.

 

Desde el día del invernadero no había noche que no soñara con él, que su cuerpo no reaccionara con la sola idea de que sus besos lo calentaran a niveles exorbitantes. Al principio lo negaba profundamente, intentando no pensar demasiado en ello, pero eso solo lo empeoro. Luego intento razonarlo con inteligencia con la ayuda de su hermano pero eso solo hizo que la balanza interna de sus sentimientos descendiera otro poco hacia el abismo de lo que negaba.

 

Y finalmente lo que termino por quebrar todo, fueron los besos, los jodidos besos…

 

Donde siempre le robaba el oxigeno, el sentido común, incluso su propia esencia. Era como un tornado que atrapaba su cuerpo, su mente y lo mezclaba dentro de una inexplicable calidez sin nombre ni estructura, una forma etérea que atravesaba su ser para dejarlo atrapado en la nube más alta de ese cálido cielo.

 

Ya no podía negarlo… estaba en medio de ese caos para salir completamente transformado…

 

-¡¡Eus… - no pudo terminar de decir su nombre cuando poso su enorme mano sobre su boca.

 

-Shh… Pronto podrás gritar todo lo que quieras. – besó su mejilla con ternura para destapar sus húmedos labios. – Hoy cumpliré todas tus fantasías…Trafalgar. – susurro en su oído empezando a lamer esos pendientes tan curiosos.

 

-¡¡Aaahhh!! – jadeo con fuerza el moreno cuando esa lengua lamio ese punto débil de su cuerpo.

 

Tocaba cada curva que palpaban sus yemas, erizando la acanelada y suave textura de su ser. Desde su cintura, esas costillas que le provocaban suspiro tras suspiro, rozando sus sensibles pezones mandándole un escalofrío placentero llegando hasta su nuca y descender nuevamente hasta sus piernas para abrirlas con delicadeza sin dejar su posición original.

 

Lamia esas traviesas gotas de su sudor, no dejaba que ninguna abandonara su tostada piel, no le daba respiro alguno cuando intentaba apartarle pero sin querer que realmente lo hiciera, y no había rincón que no hubiera probado ya. Su espalda, sus hombros y su cuello.

 

Succionaba con sutileza para dejar marca tras marca en cada parte que podía. Su piel extra sensible dejaba que una pequeña cantidad de sangre se acumulara debajo de su dermis. Con cada succión en su cuello, en su espalda que se arqueaba cada vez con más frecuencia, su boca nunca abandonaba su misión.

 

Mordía con ligereza después de dejar cada marca. Sus dientes se cerraban sobre su piel intoxicante impregnándose de su sabor, no le lastimaba pero le hacía sentir como estaba impaciente por él, mordiendo levemente pero sin cesar dejando un camino secreto de fiera satisfacción aun no resuelta.

 

Kid descubría con suma facilidad donde debía tocar, lamer, succionar, y morder como si ya conociera ese cuerpo, a pesar de ser la primera vez.

 

Y Law ya se dejaba hacer… eso era demasiado para él.

 

Reaccionaba con una extraña naturalidad a todo lo que su cuerpo recibía, rudo sin dejar de ser sutil, dominante pero con un deje de ternura, y todo eso, solo con gestos del cuerpo del otro.

 

La sola idea de que Kid, ese chico pelirrojo, el que casi mata a su hermano, del que se enamoro por razones que aun no llegaba a comprender del todo, no le hacía fácil la tarea de que a pesar de querer la polla del otro dentro de él, tuviera miedo del dolor.

 

Nunca había estado con nadie… de hecho era la primera vez que se enamorada y que fuera de un hombre no le hacía ni la más mínima gracia. Soñar con él cada noche, para amanecer con una erección entre las piernas, por la considerable cantidad de hormonas aflorando en su cuerpo solo empeoraba las cosas.

 

Podía tocarse como todo adolescente normal, pero el problema es que él no era normal…

 

Lo intento muchas veces, demasiadas para ser sinceros, pero Law simplemente no podía, si no era su padre que le despertaba en las mañanas entrando a su habitación sin siquiera tocar, era su hermano quien le molestaba con saber de quién estaba enamorado, o en su defecto la sirvienta más querida de la familia quien siempre le trataba como si fuera el rey de ese lugar, molestándolo a todas horas pero dejando el espacio vital al límite.

 

Esa mañana sabía que no habría nadie… y podría intentar calmar todo ese calor de su cuerpo, pero no conto con que Kid apareciera ese día.

 

Bueno… tampoco se quejaba.

 

Una nueva oleada de escalofríos hizo que todo su cuerpo se estremeciera fácilmente.

 

Había sentido como la palpitante polla del otro restregándose entre su lindo culo, acariciando su entrada rozada, embistiendo levemente su espalda, porque sabía que era enorme comparada con la suya, y el miedo junto con la excitación solo le confundían al placer de su propia fantasía y de sus propias ansias.

 

-¿Cómo quieres que te folle? – esa voz tan ronca con esa indecente pregunta solo podía venir de los labios sucios de Kid.

 

“De todas las formas posibles”, contestaba mentalmente Law para cerrar los ojos, sintiendo el calor subir más a su ya sonrojado rostro. ¿Cómo es que esa simple pregunta le había puesto más caliente? Una hermosa fantasía…

 

-Vamos a hacer esto del modo correcto. – anuncio el pelirrojo en su oído,

 

Law no esperaba eso, no esperaba sentir como le volteaba para quedar acostado sobre su cama con su cabello esparcido sobre la esponjosa almohada,  jadeando y contemplado por primera vez el cuerpo níveo y desnudo del pelirrojo que ya le parecía más que fascinante.

 

Podía ver cada músculo que constituida su clara piel, cada cicatriz que se asomaba por su desnudo cuello,  torso y brazos. Tan fuerte, tan dominante, tan seductor, que solo le gustaba cada vez más.

 

Incontables veces soñó como seria su cuerpo pálido y no estaba decepcionado, era mucho mejor, porque podía percibir su calidez, el borde de cada marca de violencia en su cuerpo, la textura de cada fibra ahora que tocaba tímidamente sin perder de vista esos ojos ambarinos que le analizaban con una calma inquietante.

 

-¿Te gusta lo que ves? – Kid sabía que tenía una fuerte complexión, y porque no decirlo, apetecible.

 

Su gran condición física atraía tanto a hermosas chicas como a atractivos chicos pero él prefería la belleza masculina. Una hermosa belleza que en ese momento solo Law le ofrecía, que le hacía hervir la sangre de excitación y solo para él y por él.

 

Las temblorosas caricias de las manos del moreno solo hacían sonreír al mayor, era tierno y terriblemente sensual aun cuando estaba nervioso. Tomo su mano para que pudiera tocar todo lo que el menor quisiera.

 

Paso por esos marcados pectorales definiendo la dureza de estos, sus fuertes bíceps y tríceps contrayéndose y relajándose instintivamente. Sus delgados dedos morenos le hacían un poco de cosquillas en sus marcados abdominales pero jadeo cuando la pequeña mano, junto con la suya se dirigieron a su palpitante miembro.

 

Estaba tan duro y caliente que el moreno aparto la mano avergonzado. Era grande y palpito cuando solo le hizo una caricia experimental.

 

-Esto te gustara. – Kid había tomado ambos miembros para empezar a masturbarlos a la vez. Esa muestra de timidez solo le hacía excitarse más.

 

Esos dedos pálidos sobre su erección rozando de forma sutil la punta húmeda por el líquido preseminal, a causa de la excitación del que ya era preso el menor, dejaba que esa simple tarea fuera jodidamente placentera.

 

Law instintivamente intento cerrar las piernas, mordiendo su labio inferior totalmente avergonzado pero con esa mirada entrecerrada tan cristalina como el agua de una fina lluvia.

 

Pero el pelirrojo no se lo permitió, le daría todo lo que su cuerpo exigía, ver cada gesto de excitación que su hermoso rostro podría hacer para terminar follándolo solo como el sabia… Duro y hasta extasiarse.

 

Esos exquisitos sonidillos que salían de la boca del menor, iban en aumento a cada minuto. Podía sentir como movía las caderas contra su mano y su polla, buscando calmar toda su excitación, intentado llegar al orgasmo con esas caricias, alcanzar ese rojizo cabello que caía sedosamente sobre su pálida frente para tocarlo con cariño, y al menos poder besarlo una vez más.

 

Que sus labios se unieran una vez más.

 

Y Kid entendía perfectamente esa mirada, correspondiendo a su ruego silencioso le atrajo hasta a él con su otra mano para besarlo con pasión.

 

Dejaban que sus lenguas jugaran como habían hecho ese último mes, con roces que les dejaban con ganas de más, sin respiración, sin parar, y hasta dejarse los últimos rastros de si en los labios ajenos.

 

-Eus… Ki… mmm… - casi decía su nombre pero el inesperado orgasmo hablo por el moreno.

 

El placer le consumía con facilidad por la poca experiencia que tenía, además de que su cuerpo era extremadamente sensible hacía que su resistencia fuera escasa y sumando las lascivias caricias del pelirrojo fue lo que termino por dejarle ir al más puro y simple placer: correrse con fuerza en esa mano pálida.

 

Ese liquido blanquecino se impregno en la mano de Kid al ver como llego al orgasmo, seguido de un hermoso espasmo acompañado de su arqueo de su  flexible columna.

 

Estuvo a punto de decir su nombre y le cabreo un poco al ver que se quedo en un intento vano.

 

Le haría decir su nombre una y otra vez, hasta el cansancio.

 

Llevo sus dedos hasta su boca con tal sensualidad, que Law le miraba avergonzado, excitado y sonrojado. Podía ver como esa lengua probar su esencia blanquecina como si fuera el más exquisito mangar, la ambrosia de algo prohibido que siempre imaginaste como una loca alucinación.

 

-Delicioso. – dijo Kid para terminar de meter sus dos dedos a su boca y succionarlos con fuerza. - ¿Me pregunto si sabrás igual allí abajo? – y con eso termino por descender con lentitud entre su piernas para llegar a su rosada entrada que se mostraba pequeña y virginal.

 

Joder…

 

Law trato de tomarle del cabello, de cerrar las piernas con fuerza, de alejarlo todo lo posible de lo que seguramente sería lo más vergonzoso y excitante de su vida, pero cuando la caliente sensación de esa lengua rozando su entrada, le hizo respirar superficialmente apagando sus fuerzas y dejando su cuerpo a merced de Kid.

 

Delineaba con lentitud cada parte de esa rosada entrada antes de, sin previo aviso, meterla para deleitarse con su cálido sabor y estrecho interior.

 

Los gemidos del pequeño moreno solo se distorsionaron como bellas notas de algo incomprensible pero hermoso y delicado. Suaves como susurros de desespero, ahogados contra sus tiernas manos para dejar que un fino hilo de saliva escurriera por ellas.

 

Sentir ese calor desparecer y reaparecer con sutileza, consumía su fuerza en un mar de su propio placer interno, y Law solo podía rogar que siguiera hasta que se corriera de nuevo.

 

El pálido chico en cambio, no dejaba de penetrarle suavemente con su delicioso músculo enterrándolo hasta donde podía saboreando ese húmedo lugar sumamente estrecho.

 

Era delicioso… su sabor era el mejor que nunca pensó probar junto con esas pequeñas contracciones en su lengua que solo hicieron que su sangre se acelerara aún más.

 

Tenía que sentirlo, tenía que hacerlo suyo… ahora.

 

Con un leve suspiro que soltó Law cuando salió de su interior para pasar a la siguiente fase de ese hermoso poema que estaban escribiendo con sus cuerpos.

 

Cruzaron miradas descifrando los enigmas de sus ojos, de esos destellos dorados y plateados como una inminente erupción de un gran Vesubio: Bello y casi aterrador donde el fuego prometía quemarte con tan solo una gota de lava, pero no podías apártate de tal belleza colosal, de tal desastre natural.

 

Kid se sentó sobre sus piernas para quedar arrodillado en la cama, y tomo con delicadeza el casi pequeño cuerpo de Law en comparación con el suyo, atrayendo su cadera con sus enormes manos dejando sus morenas piernas totalmente abiertas…

 

Tocar la piel de Law era una sensación tan grandiosa por su increíble sensibilidad, que por solo ponerlo sobre sus caderas para posicionar la punta de su polla en su ya preparada entrada, agitaba su respiración, sacaba lo más blando de su ser y mostraba eso que nadie veía.

 

-Eres tan delgado que temo hacerte daño… - empezó a decir Kid acariciando sus muslos sintiendo la mirada turbia de Law sobre él. – Si en cualquier momento quieres parar… Solo dilo y lo hare…

 

Nunca lastimaría al moreno… por más que deseara hacerle suyo, lastimarlo sería algo que no podría soportar… y esa idea mantenía todo al límite, y aunque fuera muy delgada esa línea, mantenía perfectamente a la bestia que residía en su interior.

 

-Voy a entrar Law… 

 

Empezó hacer presión contra esa rosada entrada…

 

El sonido húmedo que producía cuando se adentraba a ese apretado lugar, que lo absorbía con dificultad, solo le hacía seguir más lento para no lastimar a su moreno.

 

-¡Nnn! ¡Ahh!...

 

Law cerró los ojos con fuerza cuando sintió la diferencia de tamaño. En verdad que era mucho más grueso que su lengua, mucho más caliente, mucho más duro y el dolor empezaban aparecer para aferrarse a las sabanas, pero no era tanto para detenerlo.

 

Kid apenas podía creer que ese delgado cuerpo, ese estrecho interior le recibiera tan bien, pero sin dejar de lado la exquisita presión a cada centímetro que se adentraba.

 

-Mmmm… K-Kid…

 

Al fin escucho su nombre cuando toda su polla entro hasta la base.

 

-Law… - Kid le llamo por su nombre como respuesta y llevo una mano sobre su mejilla viendo esos rastros salinos deslizándose por esos hermosos ojos tan claros como espejos de plata.

 

Abrazó su delgado cuerpo pidiendo disculpas, sintiendo como su polla era consumida por su interior, sintiendo el ligero temblor del moreno y esperando calmarlo con toda esa dulzura que podía darle con sus fuertes brazos.

 

-Ahh… Law… Tranquilo… - besaba su hombro y cuello castamente en las marcas que había hecho hace poco.

 

Y el menor podía sentir esa enorme polla llenándolo por completo, sintiendo la leve palpitación, el increíble calor fundiendo su cuerpo con el de Kid, y el escaso dolor producto por esa penetración…

 

Pero le gustaba…

 

Se sentía la persona más maravillosa al ver que no solo el pelirrojo había sido gentil con él a pesar de ser su primera vez, sentía toda esa cálida seguridad entre sus fuertes brazos, suspirando por cada beso hasta que finalmente sus bocas se encontraron instintivamente.

 

Correspondía a sus sentimientos.

 

Un beso largo y satisfactorio era lo que más necesitaban.

 

-Kid… Fo-follame… - su ser ya no era consciente de sus palabras.

 

Le había prometido que le haría suyo, y Dios como quería que lo hiciera ya.

 

Kid solo sonrió para besar la frente de Law limpiando sus lágrimas, delineando sus labios con su pulgar para finalizar con una sucia frase que dejo al menor totalmente avergonzado.

 

-No tienes que pedirlo… Te follare tanto como quieras…

 

Empezó a salir nuevamente de su interior hasta casi sacar toda su polla por completo y volver a meterla con moderada fuerza sin dañar al moreno.

 

-Mmm… ¡¡Aahh!!

 

El pelirrojo le tomaba por el culo para impulsarse y abrir sus suaves y deliciosos glúteos, haciendo un mejor acceso a su cuerpo, para penetrarle con más facilidad, con más fuerza.

 

Con ese movimiento tan intenso, el pelinegro no pudo evitar arquearse de una forma erótica mostrando una increíble flexibilidad dejando que solo su cabeza tocara el colchón mientras que su columna hacia esa curva tan exquisita dejando al mayor más que satisfecho.

 

Law poseía un cuerpo hermoso y muy sensible que se podía comparar solo con las bellezas de las misteriosas diosas de la lujuria del más puro y desolado infinito.

 

-Eres tan sensible… - Kid volvió a hacer ese envaine mirando la cara de Law.

 

Su sonrojado rostro apenas dejaba ver algo de su acanelada piel, contrastando con su entrecerrada mirada tan clara por esa agua dulce que amenazaba por salir de un momento a otro, y los gemidos que coreaban a los jadeos por la busca del vital oxigeno, dejando que ese fino hilo de deliciosa saliva escurriera como un dibujo simplemente erótico.

 

Los embates seguían con esa fuerza y ese ritmo viciosamente lento.

 

Era como si quisiera reconocer cada parte de su interior, cada minúscula porción de su cuerpo y de su ser, haciéndole sentir más y más caliente…

 

-¡¡Aaahhh!! - un tremendo grito de placer resonó en la habitación.

 

Kid sonrió ante aquello y bajo a besar los rosados pezones de Law, definiéndolos con su lengua y calmándole ese tremendo escalofrío que lo recorrió como un rayo fulminante.

 

-Así que es ahí… - había encontrado ese punto, ese lugar tan especial que lo haría delirar.

 

En ese momento el envaine se volvió más rápido, más profundo, casi al punto de ser brutal y frenético.

 

Las manos de Kid no abandonaban en ningún momento los glúteos del moreno, enterrando sus pintadas uñas un poco para aferrar su cuerpo con cada movimiento que daban, sus labios no dejaban de besar y lamer sus dulces botones, su delgado cuello y sobre todo sus ya rojizos labios que tanto succionaba y mordía como un exquisito dulce, un delicioso chocolate.

 

Pero las delgadas piernas morenas del menor estaban abrazadas con fuerza a su cintura, reteniéndolo para que no se separara de su cuerpo en lo más mínimo, que le siguiera dando más de su pálido cuerpo, más de esos duros embates y con sus manos en su fuerte cuello pálido abrazaba el cielo de su cabello rojizo fuego para arder por siempre en este.

 

Sus cuerpos pedían más de sí, y los complacían sin medir límites de nada… En ese momento solo existían ellos dos, en su mar de líquidas sensaciones llenas de todo lo que querían decir sin palabras solo con sus caricias.

 

Ahh!… - con un fuerte grito y gemido ambos llegaron al éxtasis.

 

La caliente esencia de Kid lleno cada rincón de su cuerpo, de ese interior que le apretó con tal fuerza que parecía succionarle la polla hasta la última gota de su semen cuando Law se corrió entre sus vientres sin siquiera tocarse.

 

Su fuerza era drenada con ese orgasmo que fue el mejor de la vida del pelirrojo y el primero para el pelinegro sin dejar de ser abrumadoramente hermoso.

 

Law jadeaba desesperado aun abrazado fuertemente al cuerpo del mayor, sintiendo los espasmos de su orgasmo, la fuerte sensación de esa palpitación de la enorme polla que seguía en su culo, y sintiendo la espesa esencia blanquecina resbalar por su culo manchando la sabana debajo de él.

 

Y Kid seguía sosteniéndolo entre sus brazos, rodeando su cintura y parte de su espalda reconfortándolo con su calor, con sus besos en su cuello que ya parecía ser su lugar favorito y aspirando su dulce aroma para guardarlo por siempre en su memoria y en su pálida piel.

 

-Eus-Eustass-ya… - apenas podía hablar escondiendo su rostro aun rojo en su cuello tímidamente. – ¿Pu-puedes salir de mi?

 

-Je… Trafalgar… Eso es algo que no haría de ni coña… Esto apenas está empezando. – aun dentro de su cuerpo, su polla ya reaccionaba tan solo con su voz y le cargo para dejar al menor sentado sobre su regazo, sobre su miembro tan erecto como al principio que lo vio ahí desnudo en su cama.

 

Law suspiraba pesadamente y su cara ardía con fuerza al ver como sus ojos ámbares le analizaban de cerca, y le destruían el alma para rearmarla con formas tan diversas que no se reconocía así mismo.

 

-Te dije que te follaría…- le tomo de su mentón para sostenerle la mirara y viera la verdad en sus ojos ámbares. - Y voy hacerlo hasta que ya no pueda más.

 

El siguiente movimiento que dejo al menor sin aliento era tan colosal que empezó a gemir en su oído de Kid totalmente sumiso, y dejándose guiar por los manos del mayor tanto en ritmo, como en fuerza para caer sobre su polla y cabalgarlo como podía.

 

-Kid… Kid…. Kid…

Repetía su nombre con cada bocanada de aire, repitiéndola como su nuevo mantra hasta que le consumiera completamente.

 

 

Si… Ese día fue cuando todas las barreras cayeron… Y dejaron que esa cama fuera el testigo de sus actos… o eso pensaron ellos… Ese detalle sería algo de lo que se arrepentiría…

 

-Maldito mocoso… - afuera del cuarto estaba Smoker fumando esperando que terminaran…

 

Había regresado por el pelirrojo para llevarlo a casa pero ahora conocía la razón de esa extraña ansiedad…

 

Notas finales:

Gracias por leer.


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